Abraham Lincoln
Lincoln
lideró
a los Estados Unidos durante la guerra de Secesión,
el conflicto más
sangriento y quizás
también
la mayor crisis moral, constitucional y política
que ha sufrido la nación
estadounidense. Al mismo tiempo, preservó la Unión, abolió la esclavitud,
fortaleció el gobierno federal y modernizó la economía.
Fue
un hombre en gran parte autodidacta que llegó a ser abogado en Illinois, líder
del Partido Whig y que resultó elegido para la Cámara de Representantes de
Illinois, en la cual permaneció ocho años. Elegido para la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos en 1846, Lincoln promovió una rápida
modernización de la economía a través de sectores como el bancario, los
impuestos y los ferrocarriles. Debido a que en un principio había acordado no
optar a un segundo período en el congreso y a que su oposición a la
intervención estadounidense en México era impopular entre los votantes de
Illinois, Lincoln volvió a Springfield para retomar su carrera en la abogacía.
Regresó a la política en 1854 y se convirtió en líder de la construcción del
nuevo Partido Republicano, que tenía una gran masa de votantes en Illinois. En
1858, mientras participaba en varios debates muy sonados con su rival, el
demócrata Stephen A. Douglas, Lincoln abogó por la abolición de la esclavitud,
pero perdió ante este la carrera para acceder al Senado.
En
1860 Lincoln se aseguró su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos
de América por el Partido Republicano. Aunque apenas tuvo apoyo de los estados
sureños, defensores de la esclavitud, arrasó en el norte y fue nombrado
presidente en 1860. Antes incluso de llegar a la Casa Blanca, su victoria y la
falta de acuerdo en el tema esencial de la esclavitud provocaron que siete
estados del sur se escindieran para crear los Estados Confederados de América.
A continuación, el 12 de abril de 1861, un ataque confederado en Fort Sumter,
inspiró a los estados norteños a unirse para formar la Unión. Como líder de la
facción moderada de los republicanos, Lincoln se enfrentó al ala más radical de
su partido, la cual exigía mayor dureza contra los estados del sur, a los
demócratas contrarios a la guerra, que lo despreciaban, y a secesionistas
irreconciliables, que conspiraron para asesinarle. Políticamente, Lincoln se
defendió enfrentando a sus adversarios entre sí mediante un mecenazgo político
cuidadosamente planificado y apelando al pueblo estadounidense con su habilidad
oratoria. Su discurso de Gettysburg se convirtió en una icónica defensa de los
principios de patriotismo, republicanismo, igualdad de derechos, libertad y
democracia.
En
un principio, Lincoln se concentró en las dimensiones militar y política del
conflicto. Su objetivo principal era conservar la unidad de su país, para lo
que supervisó de cerca el esfuerzo de guerra, en especial la selección de los
generales que dirigirían el ejército, entre ellos su mejor hombre en el campo
de batalla, Ulysses S. Grant. Además, el presidente tomó importantes decisiones
en la estrategia de guerra de la Unión, entre ellas un bloqueo naval que
impidió el comercio de los estados sureños, movimientos para tomar el control
de Kentucky y Tennessee y el uso de buques cañoneros para dominar las vías
fluviales del sur. Lincoln trató repetidamente de conquistar la capital
confederada en Richmond, misión que encargó a sucesivos generales hasta que
Grant lo consiguió. Mientras se libraba la guerra, sus complejos movimientos
para acabar con la esclavitud incluyeron la Proclamación de Emancipación en
1863. El presidente usó al ejército de la Unión para proteger a esclavos
huidos, forzó a los estados fronterizos a prohibir el sistema esclavista y sacó
adelante en el Congreso la hoy célebre Decimotercera Enmienda a la Constitución
de los Estados Unidos, que prohibió de forma definitiva la esclavitud.
Lincoln
fue un político excepcionalmente astuto, que se involucró profundamente en las
cuestiones de poder de cada estado, lo que le valió ser reelegido en el poder
en 1864. En previsión del final de la guerra, impulsó una moderada
reconstrucción que buscaba reunificar el país de manera rápida a través de una
generosa política de reconciliación en medio de una persistente y amarga
división. El 14 de abril de 1865, cinco días después de la decisiva rendición
del general en jefe del bando confederado, Robert E. Lee, Lincoln fue asesinado
por John Wilkes Booth, un simpatizante de la causa del sur. Desde entonces,
Abraham Lincoln ha sido considerado por historiadores y por la opinión pública
como uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos de América.
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