Miguel Barragán
Nació
don Miguel en ciudad del Maíz, situada en San Luis Potosí, el 8 de marzo de
1789. Fueron sus padres Miguel Barragán Jáuregui y Clara Josefa Ortiz de Zárate
Moctezuma Andrada, ambos descendientes del emperador Moctezuma Xocoyotzin. El
general Barragán estudió para ser militar.
Se
enroló en el ejército realista y fue ascendiendo grado por grado: en el año de
1810, como alférez, estuvo al lado de Félix María Calleja y de Anastasio
Bustamante. Como coronel, secundó al plan de Iguala y comandó la caballería del
Ejército Trigarante que entró el 27 de septiembre de 1821 a la Ciudad de
México. Se opuso a la designación de Agustín de Iturbide como emperador, fue
encarcelado y puesto en libertad al proclamarse la república.
Carrera
militar
En
1824 el Congreso Local lo nombró Gobernador Constitucional del recién creado
Estado de Veracruz. Su régimen abarcó del 20 de mayo de 1824 al 5 de enero de
1828 y durante ese tiempo tuvieron lugar sucesos tan importantes como la jura
de la Constitución de Veracruz y la ocupación del último reducto español en México,
la Fortaleza de San Juan de Ulúa.
Por
secundar el plan de Montaño fue aprehendido y recluido en San Juan de Ulúa y
trasladado a los calabozos de la ex inquisición y finalmente fue desterrado en
1827. Salió del país rumbo a Guayaquil para pasar después a Guatemala, Estados
Unidos y Europa. En 1829, el presidente Vicente Guerrero le otorgó la amnistía.
Regresó a México para reintegrarse a la política nacional. Manifestó su
antipatía hacia el régimen de Anastasio Bustamante.
Se
desempeñó como secretario de Guerra en el gabinete de Santa Anna en 1833. Poco
después, el doctor Valentín Gómez Farías lo llamó para ocupar el mismo cargo de
diciembre de 1833 a febrero de 1834.
Presidencia
Hastiado
del poder, el presidente Antonio López de Santa Anna pidió licencia y logró que
el Congreso designara al general Barragán presidente interino de la República,
mientras Santa Anna se ausentaba a su hacienda de Manga de Clavo. Al ocupar la
presidencia, el general Barragán gozaba de una excelente reputación ganada en
los terrenos del patriotismo y en su lealtad a los principios republicanos.
Como
presidente se le reconocía por sus caballerosos modales y su mostrada probidad
en la administración pública. Coherente en su profunda religiosidad, era normal
verlo dando de su bolsillo ayuda a viudas, enfermos e inválidos, haciendo
caridad y asistiendo a un sinnúmero de celebraciones religiosas. Durante su
administración, la república dejó de ser federal y se convirtió en centralista.
El general Barragán fue el primero en tomar las providencias para hacer frente
a la rebelión de los texanos que luchaban por su independencia.
Muerte
En
marzo de 1836, don Miguel se encontraba atendiendo los asuntos de guerra en
Texas cuando una terrible enfermedad lo invadió. Como el general Barragán era
muy querido entre los mexicanos, el pueblo acudió al Palacio Nacional para
informarse sobre su estado de salud.
Al
cabo de unos días, la fiebre pútrida acabó con su vida el 1 de marzo de 1836.
Como última voluntad, don Miguel pidió que su cuerpo fuera dividido y conducido
a los lugares donde había escrito la historia de su vida. Una parte quedó
sepultada en la catedral de México y los ojos en su ciudad natal (Ciudad del
Maíz), el corazón en Guadalajara, las entrañas en la colegiata de Guadalupe y
en la capilla del señor de Santa Teresa y la lengua en San Juan de Ulúa.
Su
esposa se llamó Manuela de Trebuesto y Casasola, Condesa de Miravalle, y
también descendiente de Moctezuma, con quién casó el 18 de noviembre de 1821.
Curiosamente, producto de este matrimonio, Barragán fue cuñado del Conde de
Regla, Pedro Romero de Terreros. El también general Juan Barragán Rodríguez fue
su bisnieto.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Barrag%C3%A1n
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