Manuel Ávila Camacho
Nació
en la ciudad de Teziutlán, Puebla, el 24 de abril de 1897. Efectuó sus estudios
primarios en el Liceo Teziuteco, colegio laico que comenzó a tener renombre
entre la sociedad de la región. Cursó el nivel bachillerato en la Escuela
Nacional Preparatoria.
Participación en la Revolución Mexicana
En
1914 se unió a la Revolución mexicana como segundo teniente al mando de tropa y
alcanzó el grado de coronel en 1920. Ese mismo año se desempeñó como jefe del
estado mayor del general Lázaro Cárdenas quien se desempeñaba como jefe militar
y gobernador de Michoacán. Cárdenas y Ávila Camacho se hicieron buenos amigos.
El 16 de diciembre de 1925, se casó con Soledad Orozco, originaria de Zapopan,
Jalisco.
Para
1929 aparece combatiendo bajo las órdenes del Cardenista Rafael M. Pedrajo
contra la rebelión escobarista, sus acciones en campaña le permitieron alcanzar
ese mismo año el grado de general de brigada. En 1933–1934, a horcajadas entre
las administraciones de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, Ávila
Camacho se desempeñó como oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina,
antecedente de la actual Secretaría de la Defensa Nacional, a la que regresaría
dos años después para actuar como titular del ramo desde 1936 y hasta 1939,
durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Ávila
Camacho renunció a esa dependencia para ser nombrado candidato a la presidencia
de México del recién creado Partido de la Revolución Mexicana.
Candidato presidencial
Más
temprano de lo que Cárdenas hubiera querido, se desató la carrera de la
sucesión. Las fuerzas internas se orientaron por los generales Manuel Ávila
Camacho, en ese tiempo el secretario de la presidencia, y Francisco J. Múgica.
Los grupos anticardenistas postularon a Juan Andrew Almazán por el Partido
Revolucionario de Unificación Nacional. Aparentemente, se pensaba que la
elección lógica de Cárdenas sería Francisco Múgica. Sin embargo, el presidente
hizo a un lado a dicho hombre y se decide por un militar moderado, su antiguo y
fiel lugarteniente, Manuel Ávila Camacho. Cárdenas mismo reveló los motivos de
su decisión.
“El
señor general Múgica, mi muy querido amigo, era un radical ampliamente
conocido. Habíamos sorteado una guerra civil y soportábamos, a consecuencia de
la expropiación petrolera, una presión internacional terrible. ¿Para qué un
radical?”
Lázaro Cárdenas
La
elección se llevó a cabo el 7 de julio de 1940, con 2 476 641 votos a favor de
Ávila Camacho en medio de diversas irregularidades. Los enfrentamientos entre
los partidarios de Almazán y Ávila Camacho dejaron un total de 30 muertos y 158
heridos solo en la Ciudad de México; también se reportaron incidentes en otras
ciudades del país.
El
Colegio Electoral de la Cámara de Diputados declaró la validez de las
elecciones y al ciudadano Manuel Ávila Camacho como presidente constitucional
para el periodo 1940–1946 el 12 de septiembre. La declaratoria fue publicada
dos días después en el Diario Oficial de la Federación.
Política gubernamental
Durante
su administración, el discurso oficial fue a favor de la denominada Política de
unidad nacional y relegando el modelo socialista de sus predecesores. En este
periodo se libró la Segunda Guerra Mundial (1939-1945); así estaba latente la
amenaza del "nazifascismo", que pretendía el predominio de las ideas
totalitarias de la raza “aria”. El gobierno fue apoyado por organizaciones de
diversos ámbitos; de esta manera se manifestaba la unidad nacional. Vicente
Lombardo Toledano fue remplazado por Fidel Velázquez para dirigir la Secretaría
General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Se decretó la Ley
del Seguro Social y al mismo tiempo se creó el Instituto Mexicano del Seguro
Social y diversos centros hospitalarios, como el Hospital Infantil de México y
el Instituto Nacional de Cardiología.
La unidad nacional frente al divisionismo político
Como
una muestra más de que la Unidad Nacional pretendía erradicar los divisionismos
políticos, el 15 de septiembre de 1942, Ávila Camacho convocó una Asamblea de
Acercamiento Nacional, a la que fueron invitados todos los expresidentes:
Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz
Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas. El hecho de reunir en un mismo evento a estos
personajes —que a pesar de militar
en el mismo Partido de la Revolución,
tenían profundas diferencias ideológicas entre sí—
llevaba la intención de hacer público el logro de la Unidad Nacional, y de que tal
acontecimiento sirviera de ejemplo para quienes aún persistían en la discordia.
El
gobierno avilista se favoreció debido a su aportación de materias primas
agrícolas y minerales para la producción de materiales de guerra. A cambio,
recibió maquinaria, herramientas, capitales y créditos, que activaron la
industria, la agricultura y la minería. De esta manera, el modelo económico
capitalista favoreció a la burguesía, que se convirtió en una clase poderosa y
rica. También usó el modelo de sustitución interna. La moneda se devaluó y
provocó una crisis inflacionaria.
La
política agraria cardenista no tuvo seguimiento. El ejido dejó de ser
prioritario y se benefició a los terratenientes que recibieron tierras con
sistemas de riego, canales, presas, etc.; se amplió la extensión de tierras en
propiedad con carácter de inafectable, por tanto, el reparto agrario quedó
suspendido. La Confederación Nacional Campesina (CNC) fue un instrumento del
Estado y el campesino fue despojado de sus tierras. De esta manera esa central
campesina apoyaba la política gubernamental, con la que se le llamó el
"Presidente Caballero".
El
político mexicano Fidel Velázquez y la Confederación de Trabajadores de México
(CTM) se sujetaron al gobierno, los obreros ayudaron con motivo a la guerra, y
se desatendieron la justicia y el derecho de huelga. Así, el Estado fue el
árbitro de la vida sindical.
Educación, ciencia y cultura
En
la gestión de Ávila Camacho se canceló la educación socialista, la CNC agrupó
al magisterio rural; se creó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), que agrupó a la totalidad del personal que laboraba dentro
del sistema educativo nacional. Así, la educación y la instrucción
fortalecieron la economía, al preparar a individuos para el trabajo eficiente y
productivo. El gobierno permitió instituciones educativas privadas y con
tendencias religiosas, que proliferaban; se incrementó la matrícula, así como
las instalaciones en todos los niveles educativos.
Obras públicas
Se
amplió la red de carreteras para conectar ciudades importantes, se construyeron
vías férreas en diversos lugares de la República Mexicana, se ampliaron las
redes de correo y telégrafos, las transmisiones de radio llegaron a un
auditorio más numeroso, se edificaron obras de riego: como presas y canales de
riego. Una de las principales empresas a cargo era Techo Eterno Eureka, se
impulsó la campaña. También se fundó la Secretaría de Trabajo.
Política externa
Los
problemas pendientes con los Estados Unidos eran, esencialmente, de orden
económico: la compensación a las compañías petroleras expropiadas en 1938 y el
pago de las deudas externa y ferrocarrilera. El gobierno ajustó la economía y
así tuvo estrecha cooperación con su vecino, empeñado en ganar la guerra. Este
apoyo continuó: Estados Unidos redujo un 20 % aproximadamente la deuda externa
de México, a cambio, se devaluó el peso $4.85 por dólar, de esa manera el
gobierno estadounidense pudo adquirir materias primas y mercancías a un menor
costo.
Acuerdo bilateral de comercio
Otro
aspecto importante en las relaciones mexicano-estadounidense en tiempos de
Ávila Camacho fue un acuerdo comercial, firmado en diciembre de 1942. Mediante
el convenio con México, el gobierno de Estados Unidos tendría la venta exclusiva
de México de toda la producción exportable de materiales estratégicos para la
guerra y de fibras duras; en cambio, Estados Unidos se comprometía a vender a
México productos necesarios para su desarrollo industrial.
La
firma del acuerdo bilateral de comercio provocó en México reacciones adversas,
por la desconfianza hacia el gobierno de Estados Unidos, debido a que siempre
trataba de obtener enormes ventajas de su trato comercial con México.
México en la Segunda Guerra Mundial
El
13 de mayo de 1942 el buque mexicano Potrero del Llano fue hundido cerca de las
costas de Florida en el Golfo de México por submarinos alemanes pereciendo
cinco marinos mexicanos. Ante este hecho, México
demandó al Ministerio de
Relaciones Exteriores de Alemania que si en el plazo de 7 días, contados a
partir del 14 de mayo de 1942, el país responsable de la agresión no procede a
pagar los daños y perjuicios causados, el gobierno mexicano adoptaría las
medidas que reclame el honor nacional. Esa misma noche, el presidente Ávila
Camacho emitió un anuncio dirigido a la nación comunicándole que un submarino
de las Potencias del Eje habría hundido en el Atlántico el buque de matrícula
mexicana Potrero del Llano, y que de no satisfacerse las reclamaciones, a partir
del día 22 existirá un estado de guerra entre México y las Potencias del Eje.
El 20 de ese mismo mes, otro buque–tanque llamado Faja de Oro también es
torpedeado y hundido. Italia y Japón
no respondieron a la protesta, y la cancillería
alemana se rehusó a recibirla. México entró así a la Segunda Guerra Mundial. El
gobierno mexicano envió al Escuadrón 201, integrado por 300 hombres, que fue
una agrupación de la Fuerza aérea mexicana, que fue enviada a combatir por
México como parte de los aliados.
El
general Ávila Camacho declaró ante el Congreso de la Unión el 22 de mayo de
1942 al declarar la guerra a las Potencias del Eje: "El
estado de guerra es la guerra. Sí, la guerra, con todas sus consecuencias; la
guerra, que México hubiera querido proscribir para siempre de los métodos de
convivencia civilizada, pero que, en casos como el presente, y en el actual
desorden del mundo, constituye el único medio para reafirmar nuestro derecho a
la independencia y de conservar intacta la dignidad de la República".
El
10 de abril de 1944, Ávila Camacho estaba en el Palacio Nacional y se dirigía a
las 9:30 a sus oficinas para comenzar sus labores. Cruzó el patio mientras
había una guardia de honor interpretando una marcha. Al salir del
elevador, se le acercó un teniente de artillería de filiación sinarquista, José
Antonio de la Lama y Rojas de 31 años quien fue saludado por el propio Ávila, De la Lama le preguntó: "Señor
presidente, ¿cómo está
usted?", a lo que le contestó
"¿cómo te va?, ¿qué andas haciendo?", momento en que el atacante
disparó contra el primer mandatario con su arma de cargo calibre 45. El
"presidente caballero" se abalanzó
sobre el agresor y resultó ileso, pues portaba
debajo de su traje un chaleco antibalas, desarmándolo.
Ya
en el elevador, Ávila le preguntó a De la Lama que qué le pasaba: "En este
país no hay libertad ni justicia; no nos dejan a los militares entrar
uniformados a las iglesias ni a las logias", le contestó su agresor. Horas más tarde, reportes oficiales citaron que estando
detenido De la Lama quiso huir, por lo que fue abatido, falleciendo el 12 de
abril del mismo año por peritonitis.
Después
de la presidencia, últimos años y muerte
Una
vez terminado su sexenio, Ávila Camacho se retiró de la política y se fue a
vivir a su rancho "La Herradura". Una vez ahí, él y su esposa se
dedicaron a una intensa vida social. A su residencia llegaron personajes de las
altas esferas, entre ellos: Rita Hayworth, Emil Ludwig, Carlos Chávez, José
Clemente Orozco, Manuel Suárez y Suárez, Juan Rulfo, Dolores del Río, Carlos
Pellicer, Eleanor Roosevelt, Harry S. Truman, los príncipes Felipe de Edimburgo
y Bernardo de Holanda, los duques de Windsor, Fulgencio Batista, Orson Welles.
Para ese tiempo, el general y su esposa radicaban en un enorme terreno en el
que había un rancho ganadero y una lujosa residencia, compuesta por tres
hermosas edificaciones. Todas amuebladas y adornadas espléndidamente con
muebles finos italianos y franceses, cuadros y esculturas, porcelanas y platerías,
vajillas y candiles componían la residencia de los Ávila Camacho.
Tan
grande era la propiedad que tiempo después fue convertida en un fraccionamiento
que lleva el mismo nombre del rancho de los Ávila Camacho. El matrimonio
conservó más de cinco mil metros de jardín. Además, el lujoso hogar de don
Manuel y de doña Soledad estaba dotado de una biblioteca con libros de la
disciplina militar. El General Manuel Ávila Camacho, también llamado "El
Presidente Caballero", se caracterizó por haber hecho uso de la estructura
corporativa del PRI para menguar los problemas sociopolíticos durante una época
conflictiva, no logrando su total solución; falleció en su rancho el 13 de
octubre de 1955. Sus restos reposaban en el rancho "La Herradura"
ubicado en Huixquilucan, Estado de México. Ahora reposan junto con los de su
esposa en el panteón francés de la Ciudad de México.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_%C3%81vila_Camacho
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