Catherine Astrid Salome Freeman
Con
solo 16 años integró el equipo australiano de relevos 4 x 100 metros que ganó
el oro en los Juegos de la Commonwealth en Auckland, Nueva Zelanda, en 1990.
Participó
en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, siendo la primera atleta aborigen en
participar en unos Juegos.
Convertida
ya en una de las mejores especialistas del mundo, en los Juegos Olímpicos de
Atlanta 1996 ganó la medalla de plata en los 400 metros lisos por detrás de la
francesa Marie-Jose Perec. En esta carrera hizo la mejor marca de su vida con
48,63, pero solo le permitió ser segunda.
En
los años siguientes fue la gran dominadora de esta prueba. Ganó el oro en los
mundiales de Atenas 1997 y Sevilla 1999.
En
la final de los 400 metros disputada el 25 de septiembre no defraudó las
expectativas de sus compatriotas y ganó la medalla de oro con una gran marca de
49,11, la mejor del mundo ese año, y con casi medio segundo de ventaja sobre la
jamaicana Lorraine Graham (49,58), mientras que el bronce se lo llevaba de
forma sorpresiva la británica Katherine Merry (49,72)
Tras
los Juegos se convirtió en una heroína nacional, y prácticamente se retiró del
atletismo. Se tomó sabático en año 2001, y aunque regresó en 2002, donde
participó en los Juegos de la Commonwealth de Mánchester y en varias
competiciones de segundo nivel. Ante lo discreto de sus últimos resultados, el
16 de julio de 2003 anunció en una rueda de prensa su retirada definitiva de
las pistas.
Además
de sus triunfos atléticos, Cathy Freeman es un icono del pueblo aborigen
australiano. En diversas competiciones, tras ganar alguna prueba se paseaba
envuelta en la bandera aborigen.
Cathy
Freeman es una pionera. Una mujer orgullosa de Kuku Yalanji, Cathy se convirtió
en la primera mujer aborigen australiana en ganar una medalla de oro en un
evento internacional de atletismo en 1990 y, dos años después, en la primera
aborigen australiana en competir en los Juegos Olímpicos. También fue la
primera persona en ganar tanto el Joven Australiano del Año (1991) como el
Australiano del Año (1998).
El
momento más grande de Cathy, sin embargo, llegó en los Juegos Olímpicos de
Sydney en 2000. Habiéndose convertido en la primera atleta competidora en la
historia en encender la llama olímpica, reclamó un oro emocional en los 400
metros frente a una multitud local exultante para hacer realidad su sueño de
toda la vida. En 2011, Cathy fue elevada a la categoría de "Leyenda"
en el Salón de la Fama del Deporte Australia.
Hoy,
Cathy está disponible como oradora motivacional y se concentra en el trabajo
caritativo a través de la Fundación Cathy Freeman, que se enfoca en programas
educativos para ayudar a los niños indígenas a alcanzar su potencial en la
escuela y más allá y también a realizar sus sueños.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cathy_Freeman
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