Charles John Huffam Dickens
Dickens ha sido
elogiado por muchos de sus compañeros escritores, desde León Tolstói hasta
George Orwell, G. K. Chesterton y Tom Wolfe,
por su realismo, su comedia, su estilo de prosa, sus caracterizaciones únicas y su crítica social. Sin
embargo, Oscar Wilde, Henry James y Virginia Woolf se quejaron de su falta de
profundidad psicológica,
su escritura floja y su sentimentalismo.
El término dickensiano
se utiliza para describir algo que recuerda a Dickens y sus obras, como las
malas condiciones sociales o los personajes cómicamente repulsivos.
Primeros
años.
Fue
hijo de John Dickens (1786-1851), oficinista de la Pagaduría de la Armada en el
arsenal del puerto de Portsmouth, y de su esposa Elizabeth Barrow (1789-1863).
En 1814, la familia se trasladó a Londres, Somerset House. Cuando el futuro
escritor tenía cinco años, la familia se mudó a Chatham, Kent. Su madre era de
clase media y su padre siempre arrastraba deudas, debido a su excesiva
inclinación al despilfarro. Charles no recibió ninguna educación hasta la edad
de nueve años, hecho que posteriormente le reprocharían sus críticos, al
considerar su formación en exceso autodidacta. Con esta edad, después de acudir
a una escuela en Rome Lane, estudió cultura en la escuela de William Gile, un
graduado en Oxford. Pasaba el tiempo fuera de su casa, leyendo vorazmente.
Mostró una particular afición por las novelas picarescas, como Las aventuras de
Roderick Random y Las aventuras de Peregrine Pickle de Tobias Smollett, y Tom
Jones de Henry Fielding. Este sería su escritor favorito. También leía con
fruición novelas de aventuras como Robinson Crusoe y Don Quijote de la Mancha.
En 1823, vivía con su familia en Londres, en uno de los suburbios más pobres de
la ciudad. Aunque sus primeros años parecen haber sido una época idílica, él se
describía como un «niño muy pequeño y no especialmente cuidado». También
hablaría de su extremo patetismo y de su memoria fotográfica de personas y
eventos, que le ayudaron a trasladar la realidad a la ficción.
Su
vida cambió profundamente cuando su padre fue denunciado por impago de sus
deudas y encarcelado en la prisión de deudores de Marshalsea. La mayor parte de
la familia se trasladó a vivir con el Sr. Dickens a la cárcel, posibilidad
establecida entonces por la ley, que permitía a la familia del moroso compartir
su celda. Charles fue acogido en una casa de Little College Street, regentada
por la Señora Roylance y acudía los domingos a visitar a su padre en la
prisión.
A
los doce años, se consideró que el futuro novelista tenía la edad suficiente
para comenzar a trabajar, y así comenzó su vida laboral, en jornadas diarias de
diez horas en Warren's boot-blacking factory, una fábrica de betún para
calzado, ubicada cerca de la actual estación ferroviaria Charing Cross de
Londres. Durante este periodo su vida transcurrió pegando etiquetas en los
botes de shoes polish (betún para calzado); ganaba seis chelines semanales. Con
este dinero, tenía que pagar su hospedaje y ayudaba a la familia, la mayoría de
la cual vivía con su padre, que permanecía encarcelado.
Después
de algunos meses, su familia pudo salir de la prisión de Marshalsea, pero su
situación económica no mejoró hasta pasado un tiempo, cuando al morir la abuela
materna de Charles, su padre recibió una herencia de 250 libras. Su madre no
retiró a Charles de forma inmediata de la compañía, que era propiedad de unos
parientes de ella. Dickens nunca olvidó el empeño de su madre de obligarlo a
permanecer en la fábrica. Estas vivencias marcaron su vida como escritor:
dedicó gran parte de su obra a denunciar las condiciones deplorables bajo las
cuales sobrevivían las clases proletarias. En su novela David Copperfield,
juzgada como la más autobiográfica, escribió: «Yo no recibía ningún consejo,
ningún apoyo, ningún estímulo, ningún consuelo, ninguna asistencia de ningún
tipo, de nadie que me pudiera recordar. ¡Cuánto deseaba ir al cielo!».
En
mayo de 1827, Dickens empezó a trabajar como pasante en el bufete de los
procuradores Ellis & Blackmore y después de un tiempo como taquígrafo
judicial.
En
1828 comenzó a colaborar como reportero en el Doctor's Commons y posteriormente
ingresó en calidad de cronista parlamentario en el True Sun. Por esta época se
interesó por la escena teatral londinense, apuntándose a clases de
interpretación, pero el día de la realización del casting, padeció gripe y no
pudo asistir, apagándose así sus sueños de ser actor teatral.
En
1834 lo contrató el Morning Chronicle como periodista político, para informar
sobre debates parlamentarios, y viajar a través del país a cubrir las campañas
electorales. En 1836 sus artículos en forma de esbozos literarios que habían
ido apareciendo en distintas publicaciones desde 1833, se publicaron formando
el primer volumen de Sketches by Boz y que dio paso en marzo de ese mismo año a
la publicación de las primeras entregas de Los papeles póstumos del club
Pickwick. Posteriormente continuó contribuyendo y editando diarios durante gran
parte de su vida.
El
2 de abril de 1836 contrajo matrimonio con Catherine Thompson Hogarth
(1816-1879) y estableció su residencia en Bloomsbury. Tuvieron diez hijos. En
1842, viajó junto a su esposa a los Estados Unidos, hecho que describió
brevemente en Notas de viaje americanas y que sirvió también como base de
alguno de los episodios de Martin Chuzzlewit. Aunque poco después mostró
interés por el Unitarismo cristiano, Dickens seguiría siendo anglicano durante
el resto de su vida. Hacia 1849, Dickens escribiría La vida de nuestro Señor (en
inglés: The Life of Our Lord), un libro corto que abordaba la vida de
Jesucristo con un lenguaje sencillo y que fue escrito con el propósito de
inculcar la religión cristiana a sus hijos. Influido por su formación protestante, rechazó las
denominaciones del catolicismo y el evangelicalismo, y trató de forma crítica
la hipocresía de instituciones religiosas y filosofías, espiritualismo que él
consideraba una desviación del verdadero espíritu del cristianismo.
Dickens no solo profesaba ser cristiano, sino que, en palabras de su hijo Henry
Fielding Dickens, sería
descrito como un hombre de «profundas
convicciones religiosas».
Leon Tolstoy y Fiodor Dostoievski se referirían
a él
como «ese
gran escritor cristiano».
Los
escritos de Dickens fueron sumamente populares en sus días y fueron leídos
extensamente. En 1856, su popularidad le permitió comprar Gad's Hill Place.
Esta gran casa ubicada en Higham, Kent, tenía un especial significado para el
escritor, ya que de niño había caminado por sus cercanías y había soñado con
habitarla. El lugar fue también el lugar donde se desarrollan algunas escenas
de la primera parte del Enrique IV de Shakespeare, conexión literaria que
complacía a Dickens.
Vio
publicadas nueve entregas en 1836 y las once restantes en 1837, de The
Posthumous Papers of the Pickwick Club (Los papeles póstumos del Club
Pickwick). Su siguiente obra fue Oliver Twist (1837-1838) un relato
auténticamente autobiográfico y que se publicó por entregas durante dos meses.
A esta obra siguieron Nicholas Nickleby (1838–1840) y La tienda de antigüedades
(1840–1841), donde narra las desdichas de la pequeña Nelly, con pasajes
inspirados en el reciente fallecimiento de su cuñada Mary Hogarth, de
diecisiete años a quien Dickens adoraba. La obra tuvo un gran éxito en
Inglaterra y América.
Gracias
a las obras que iba publicando, Dickens ganó un gran prestigio. En 1841 fue
nombrado hijo adoptivo por la ciudad de Edimburgo y viajó a Estados Unidos,
donde fue rechazado por la sociedad de este país debido a las conferencias que
impartía y a la novela Notas de América, contraria a la esclavitud y que
Dickens había experimentado personalmente en su infancia. A pesar de ello se
reconcilió con el público después de la publicación de Canción de Navidad en
1843.
Su
novela Dombey and Son («Dombey e hijo»), 1846–1848, significó un cambio en su
método de trabajo: pasó de la improvisación hacia la completa planificación,
apoyándose para la escritura en la maestría que alcanzó en el manejo de los
recursos novelísticos. Fundó en 1849 el semanario Household Words, donde
difundió escritos de autores poco conocidos y en el que publicó dos de sus más
excelsas obras: Bleak House (Casa desolada), 1852-1853, y Hard Times (Tiempos
difíciles), 1854.
Ya
era considerado como el gran novelista de lo social. Sometido como estaba a una
gran carga de trabajo destinada a satisfacer la demanda de sus lectores,
Dickens no tardó en caer en una crisis que le llevó a la ruptura con sus
editores, tras exigirles una mayor remuneración, petición que fue denegada.
Después de ello, Dickens inició una serie de viajes a Italia, publicando
Imágenes italianas, Suiza y Francia, en donde conoció a Alejandro Dumas y a un
joven Julio Verne, además de admirar la sociedad parisina. A su regreso a
Inglaterra, obligado por nuevas necesidades económicas, extendió su actividad a
otros campos: organizó representaciones teatrales, fundó el Daily News, hizo de
actor y comenzó a dar conferencias, como las que daba sobre los derechos de
autor, defensa de las prostitutas y condena de la pena de muerte, muy en boga
en Londres como divertimento del pueblo.
Su
gran best seller fue David Copperfield, del cual llegó a vender hasta 100 000
ejemplares en poco tiempo. Fue también el primer escritor en utilizar la
palabra detective en sus novelas.
Alrededor
de 1850 la salud de Dickens había empeorado; este cambio fue agravado por la
muerte de su padre, de una hija y de su hermana Fanny. Dickens se separó de su
esposa en 1858. En la era victoriana, el divorcio era impensable,
particularmente para personas famosas como él. No obstante, continuó
manteniendo a ella y a la casa por los siguientes 20 años, hasta el día que
ella falleció. Aunque inicialmente vivían felices juntos, Catherine no parecía
compartir en lo más mínimo la desmedida energía que Dickens tenía. Su trabajo
de vigilar a sus diez niños y la presión de vivir con un mundialmente famoso
novelista ciertamente no ayudaba. Georgina, la hermana de Catherine, se mudó
para ayudarla, pero circulaban rumores de que Charles estaba involucrado
románticamente con su cuñada. Una indicación de la crisis matrimonial ocurrió
cuando, en 1855, él fue al encuentro de su primer amor, María Beadnell. María
también estaba casada en estos tiempos, pero ella había cambiado muchísimo del
recuerdo romántico que Dickens tenía de ella. A partir de entonces, el cambio
del carácter de Charles Dickens fue tan notable que varios amigos suyos
declararon no reconocer en él a la persona que habían conocido. A pesar de
todo, Dickens continuó escribiendo y dando conferencias y se refugió en casa de
su amigo Wilkie Collins (el creador del misterio). Llegaron a escribir relatos
juntos y se recomendaban ideas para sus respectivas novelas. En 1859 publicó
Historia de dos ciudades. En 1863 crea The Arts Club.
El
9 de junio de 1865, mientras regresaba de Francia para ver a Ellen Ternan,
Dickens sufrió un accidente, el famoso choque ferroviario de Staplehurst, en el
cual los siete primeros vagones del tren cayeron de un puente que estaba siendo
reparado. El único vagón de primera clase que no cayó fue aquel donde se
encontraba Dickens. El novelista pasó mucho tiempo atendiendo a los heridos y
moribundos antes de que los rescatadores llegasen. Antes de partir se acordó
del inconcluso manuscrito de Nuestro amigo mutuo, y regresó al vagón únicamente
a recuperarlo. Típico de Dickens, él luego usaría esta terrible experiencia
para escribir su corta historia de fantasmas El guardavía en la cual el protagonista
tiene la premonición de un choque ferroviario.
Dickens
se las arregló para evadirse de la investigación del choque, pues como ahora se
sabe, él estaba viajando ese día con Ellen Ternan y su madre, lo cual podía
causar un escándalo. Ellen, una actriz, había sido la compañera de Dickens
desde que este finalizó su matrimonio, y, como él la conoció en 1857, fue
probablemente la última razón para su separación. Ella continuó siendo su
compañera, más bien su señora, hasta el día de su muerte. Las dimensiones de la
aventura fueron desconocidas hasta la publicación en 1939 de Dickens y su hija,
un libro acerca de la relación intrafamiliar del autor con su hija Kate. Kate
Dickens trabajó con Gladys Storey en el libro antes de su muerte, ocurrida en
1929, y afirmó que Dickens y Ternan tuvieron un hijo que murió en la infancia,
aunque no existe ninguna evidencia concreta que corrobore sus afirmaciones.
Dickens,
aunque ileso, nunca se recuperó totalmente del accidente de Staplehurst. Su
prolífica pluma se dedicó a completar Nuestro amigo mutuo y a comenzar El
misterio de Edwin Drood, que quedó inacabada en su último tercio, y cuyo
desconocido final dio lugar hasta hoy a innumerables hipótesis. Mucho de su
tiempo fue utilizado en lecturas públicas
de sus más amadas novelas. Dickens estaba fascinado con el teatro como un
escape del mundo real, y los teatros y el público teatral aparecen en Nicholas
Nickleby. Los espectáculos itinerantes eran extremadamente populares, y el 2 de
diciembre de 1867 Dickens dio su primera lectura pública en los Estados Unidos,
en un teatro de Nueva York. El esfuerzo y la pasión que ponía en estas lecturas
con voces individualizadas para sus personajes es algo que quizá también
contribuyó a su muerte.
Volvió
a escribir en el Old Year Magazine hasta su muerte. Poco después fue recibido
por la reina Victoria I, la cual era gran lectora de sus obras.
En
1869 Dickens aceptó presidir el Birmingham and Midland Institute,
convirtiéndose así en su decimosexto presidente.
Cinco
años después del citado accidente, el 9 de junio de 1870, murió al día
siguiente de sufrir una apoplejía, sin haber recuperado la consciencia. Contra
su deseo de ser enterrado en la catedral de Rochester (la cercana a su
domicilio), «de forma barata, sin ostentaciones y estrictamente privada», lo
fue en la llamada «Esquina de los Poetas» de la Abadía de Westminster, si bien
se procuró respetar su deseo de privacidad. Circuló a su muerte un epitafio impreso
en el que se decía
que «fue
simpatizante del pobre, del miserable, y del oprimido; y con su muerte, el
mundo ha perdido a uno de los más grandes escritores ingleses». Dickens
estipuló que no se erigiera ningún monumento en su honor; su única estatua de
tamaño natural data de 1981, fue realizada por Francis Edwin Elwell, y se
encuentra localizada en Clark Park, Filadelfia, en los Estados Unidos. Su gran
sueño fue el de ser libre y lo consiguió siendo escritor.
Su
novela Oliver Twist ha sido llevada en numerosas ocasiones a la gran pantalla:
El
estilo de Dickens es florido y poético, con un fuerte toque cómico. Sus sátiras
sobre el esnobismo de la aristocracia británica —él llamaba a uno de sus
personajes «El Refrigerador Noble»— son a menudo populares. Comparaciones de
huérfanos con accionistas o comensales con muebles son algunas de sus más
aclamadas ironías.
Personajes
A
Dickens lo han llamado un autor cuyos personajes son de los más memorables y
creativos en la literatura inglesa —si no exclusivamente por sus peculiaridades
insólitas, con certeza por sus nombres—. Personajes, como Ebenezer Scrooge,
Fagin, Mrs. Gamp, David Copperfield, Charles Darnay, Oliver Twist, Micawber,
Pecksniff, Miss Havisham, Wackford Squeers y muchos otros, son tan bien conocidos,
que se puede hasta creer que tienen una vida fuera de sus novelas y que sus
historias continuarían con otros autores.
Novelas
por entregas
La
mayoría de las obras maestras de Dickens fueron escritas como entregas
mensuales o semanales en periódicos como el Master Humphrey's Clock y el
Household Words, siendo posteriormente reimpresas en libros. Estas entregas
hacían las historias más baratas y accesibles. Los seguidores americanos,
incluso esperaban en los puertos de Nueva York gritando sobre la multitud de un
barco que arribaba «¿Está la pequeña Nell muerta?». Parte del gran talento de
Dickens era incorporar su estilo por entregas con un coherente final de novela.
Sus números mensuales fueron ilustrados por, entre otros, «Phiz» (seudónimo de
Hablot Browne). Entre sus más famosos trabajos están Grandes esperanzas, David
Copperfield, Oliver Twist, Historia de dos ciudades, Casa desolada, Nicholas
Nickleby, Los papeles póstumos del club Pickwick y Cuento de Navidad.
Crítica
social
Las
novelas de Dickens eran, entre otras cosas, trabajos de crítica social. Él era
un fiero crítico de la pobreza y de la estratificación social de la sociedad
victoriana. A través de sus trabajos, Dickens mantenía una empatía por el
hombre común y un escepticismo por la familia burguesa. La segunda novela de
Dickens, Oliver Twist (1839), fue responsable de la limpieza del actual arrabal
de Londres que fue la base de la historia La isla de Jacob. Además, con el
personaje de una trágica prostituta, Nancy, Dickens «humanizó» a tales mujeres
para los lectores, mujeres que eran apreciadas como «desafortunadas», inmorales
víctimas inherentes de la economía del sistema victoriano. La casa desolada y
La pequeña Dorrit elaboraron extensas críticas hacia el aparato institucional
victoriano: los interminables litigios de la corte de la Cancillería que
destruyeron las vidas de las personas en La casa desolada y el ataque doble en
La pequeña Dorrit con la patente ineficiencia y corrupción de las oficinas y
con la irregular especulación de los mercados.
Técnicas
literarias
A
menudo Dickens usaba idealizados personajes y escenas de alto toque sentimental
contrastando con sus caricaturas y las terribles verdades sociales que
revelaba. La larga escena de la muerte de la pequeña Nell en la Vieja tienda de
antigüedades (1841) fue recibida como increíble y conmovedora por los lectores
de su época, pero fue vista como ridículamente sentimental por Oscar Wilde. En
1903 Chesterton dijo, acerca del mismo tema, «No es la muerte de la pequeña
Nell, sino la vida de la pequeña, lo que objeto».
En
Oliver Twist, Dickens proporciona a los lectores un idealizado retrato de un
joven irrealmente bueno, cuyos valores jamás son subvertidos por brutales
orfanatos o forzadas intervenciones en una banda de pequeños carteristas.
También sus posteriores novelas se centran en personajes idealizados (como
Esther Summerson en Casa desolada y Amy Dorrit en La pequeña Dorrit) este
idealismo sirve solo para destacar el fin de Dickens de conmover con su crítica
social. La mayoría de sus novelas están relacionadas con el realismo social,
enfocándose en mecanismos de control social que dirigen las vidas de las
personas (por ejemplo en las redes industriales en Tiempos difíciles y códigos
de clase hipócritas y excluyentes en Nuestro amigo mutuo).
Elementos
autobiográficos
Todos
los autores incorporan elementos biográficos en sus ficciones, pero con Dickens
esto es muy notable, incluso cuando temía ocultar lo que él consideraba su
vergonzoso, humilde pasado.
David
Copperfield es una de las más claras autobiografías, pero las escenas de la
Casa desolada de interminables casos de la corte y argumentos legales pudieron
venir solo de un periodista que tuvo que reportarlos. La propia familia de
Dickens fue enviada a la prisión por pobreza, un tema común en muchos de sus
libros, y la detallada descripción de la vida en la prisión de Marshalea en La
pequeña Dorrit es debida a las propias experiencias de Dickens en aquella
institución.
Muy
pocos conocían los detalles de su vida hasta después de seis años de muerto,
cuando John Forster publicó una biografía en la cual Dickens había colaborado.
Un pasado oscuro en tiempos victorianos pudo viciar reputaciones, así como a
algunos de sus personajes, y este era quizá el propio temor de Dickens.
Su
popularidad menguó un poco tras su muerte, pero sigue siendo uno de los más
conocidos y más leídos de los escritores británicos. Al menos 180 películas y
adaptaciones para la televisión basadas en los trabajos de Dickens confirman el
mencionado éxito. Muchos de sus trabajos fueron adaptados para el escenario
durante su vida y ya en 1913 se realiza una película muda de Los papeles
póstumos del Club Pickwick.
Sus
personajes fueron, a menudo, tan memorables, que parecía que habían cobrado
vida propia. Esto sucede en su más conocida novela Cuento de Navidad, con
nuevas adaptaciones casi todos los días. Es también la más filmada de las
historias de Dickens; muchas versiones datan desde los inicios del cine. Este
simple cuento moralista con su tema de redención, para muchos, suma todo el
verdadero significado de la Navidad y eclipsa todas las demás historias;
además, muestra figuras arquetípicas (Scrooge, Tiny Tim, los fantasmas de
Navidad) de la conciencia occidental. Cuento de Navidad fue escrito por Dickens
en un intento de prevenir un desastre financiero como resultado de las bajas
ventas de Martin Chuzzlewit. Años después, Dickens compartiría que siempre
estuvo «profundamente afectado» al escribir Cuento de Navidad y la novela
rejuveneció su carrera como un renombrado autor.
En
un tiempo en el que Gran Bretaña era el mayor poder político y económico del
mundo, Dickens destacó la vida de los pobres olvidados en el corazón del
imperio. Su más estridente acusación sobre estas condiciones está en Tiempos
difíciles (1854), su única novela que trata de la clase obrera. En este
trabajo, utiliza tanto la virulencia como la sátira para ilustrar cómo este
marginado estrato social fue denominado como «Manos» por los empresarios, esto
es, que no eran realmente personas, sino solo apéndices de las máquinas que
operaban.
Sus
escritos inspiraron a otros, en particular, a periodistas y figuras políticas,
para incluir en sus agendas estos problemas de opresión de clase. Por ejemplo,
las escenas de prisión en La pequeña Dorrit y Los papeles póstumos del Club
Pickwick fueron los primeros instigadores en la destrucción de Marshalsea y
Fleet Prison. En palabras de Karl Marx, Dickens y otros novelistas de la
Inglaterra victoriana «...exhibían al mundo más verdades sociales y políticas
que las que eran pronunciadas por políticos profesionales, publicistas y
moralistas juntos...». La popularidad excepcional de sus novelas, incluso aquellas
con temas de oposición social (Casa desolada, 1853, La pequeña Dorrit, 1857,
Nuestro amigo mutuo, 1865) subrayaban no solo su casi natural habilidad para
crear apremiantes historias e inolvidables personajes, sino que también
aseguraban que los temas públicos sociales y de justicia que normalmente eran
ignorados, fuesen enfrentados.
Los
novelistas continúan influenciados por sus libros; por ejemplo, escritores como
Anne Rice, Tom Wolfe y John Irving evidencian conexiones directas con Dickens.
El humorista James Finn Garner hasta escribió una versión «políticamente
correcta» de Un cuento de Navidad. De cualquier manera, Dickens se mantiene hoy
como un brillante innovador y algunas veces defectuoso novelista cuyas
historias y personajes se han convertido no solo en arquetipos literarios sino
también en parte de la imaginación pública.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Chris_Gardner
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