Vincent Van Gogh

 


Nació el 30 de marzo de 1853. Hijo de un austero y humilde pastor protestante neerlandés llamado Theodorus y de su mujer Anna Cornelia, Vincent recibió el mismo nombre que le habían puesto a un hermano que nació muerto exactamente un año antes. El 1 de mayo de 1857 nació su hermano Theo y ambos tuvieron cuatro hermanos más: Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.

 

Durante la infancia acudió a la escuela de manera discontinua e irregular, pues sus padres le enviaron a diferentes internados. El primero de ellos en Zevenbergen en 1864, donde estudió francés y alemán. Dos años después se matriculó en la escuela secundaria HBS Koning Willem II (Tilburg) y permaneció allí hasta que dejó los estudios de manera definitiva a los quince años. Por entonces comenzó su afición por la pintura.

 

Sobre su infancia, Vincent van Gogh comentó: «Mi juventud fue triste, fría y estéril».

 

Desde muy joven mostró un carácter difícil y un temperamento fuerte. Tras abandonar los estudios y después de un año en Zundert, van Gogh empezó a trabajar en 1869, a la edad de 16 años, como aprendiz en Goupil & Co, una importante compañía internacional de comercio de arte de La Haya de la que su tío Vincent fue socio. Se adaptó bastante bien a esta nueva vida, llegando a escribir: Es un negocio maravilloso. Cuanto más tiempo se trabaja en él más ambicioso se vuelve uno.

 

Cuatro años después fue trasladado a Londres para suministrar obras de arte a los comercios del lugar y fue allí donde tuvo un primer contacto con Eugenia, hija de Úrsula Loyer, patrona de la pensión donde se hospedó. Se enamoró de ella, pero la chica estaba comprometida y lo rechazó. En 1874, un año después de su estancia en Londres, pasó las vacaciones en familia en Helvoirt y confesó su malestar por Úrsula. Vivió aislado, leyendo libros religiosos y perdiendo el interés por su trabajo.

 

En mayo de 1875 fue destinado a París, donde creció su amor por el arte. En una exposición de dibujos de Jean-François Millet comentó:

Cuando entré en la sala del hotel Drouot, donde estaban expuestos, sentí alguna cosa como: descálzate porque el suelo que pisas es sagrado.

El 10 de enero de 1878, en una carta dirigida a su hermano Theo, comunicó que había sido despedido de la galería de arte y que tendría que irse el 1 de abril. El despido fue debido a que interponía sus gustos personales sobre las ventas que debía hacer. Sin embargo, en Boussod & Valadon se quedó su hermano Theo, cuatro años menor que él, que trabajaría allí desde 1873 hasta su muerte y sin cuya abnegación nunca hubiera sido posible la corta e intensa carrera artística de su hermano mayor. Su familia le propuso que abriera él mismo una galería, donde podría ofrecer la clase de pintura que él escogiera. Rechazó la idea y más tarde insistió a su hermano, también marchante de arte, para que dejase su trabajo ya que «el comercio de arte era una farsa»

A finales de marzo de 1876 regresó a Inglaterra, donde permaneció dos años. Por aquel tiempo, Van Gogh aumentó su fanatismo religioso. Le entusiasmaba la lectura de la Biblia, y La imitación de Cristo de Tomás de Kempis. Después de estar un tiempo como maestro auxiliar en Ramsgate, empezó a trabajar en Isleworth como ayudante del predicador metodista Jones, donde llegó a subir al púlpito de la iglesia y leer un sermón que se había preparado escrupulosamente. Sobre este primer sermón existe una copia que envió a su hermano Theo con frases como: Cuando me encontraba en el púlpito, me sentía como quien desde una oscura cueva subterránea vuelve a salir a la plena luz, y es maravilloso pensar que, desde ahora, predicaré el Evangelio por todo el mundo.

 

Pasó unos seis meses en Dordrecht como empleado de una librería, y en mayo de 1877 se trasladó a Ámsterdam donde quiso hacerse teólogo. Tuvo que desistir y también abandonar sus deseos de entrar en una escuela metodista. Fue rechazado por no saber ni latín, ni griego, y su dificultad para hablar en público, aunque realmente el motivo era su falta de subordinación. Cada vez le era más difícil adaptarse a un cierto orden y someterse a alguien que le dirigiese.

 

En 1879, quizás por su profundo fervor, fue enviado como misionero a la región de Mons, a las minas de Borinage, en Bélgica, donde en condiciones extremadamente duras realizó durante veintidós meses un trabajo evangelizador entre los mineros de la zona. Pero con su fanatismo lo que conseguía era que le llegaran a temer. Dormía en una pequeña barraca y su estado se degradaba cada día más. Además, repartía entre los pobres lo poco que tenía. Decía que estaba obligado a creer en Dios para poder soportar tantas desgracias. Sus superiores decidieron entonces enviarle a Cuesmes, permaneciendo un año completo en una absoluta pobreza y en contacto con los mineros, por los que sentía una gran simpatía:

 

Los carboneros y los tejedores siguen constituyendo una raza aparte de los demás trabajadores y artesanos y siento por ellos una gran simpatía y me sentiría feliz si un día pudiera dibujarlos, de modo que estos tipos todavía inéditos o casi inéditos fuesen sacados a luz.

Después se le suprimió el pequeño sueldo que recibía. Ante todo esto, siguió los consejos de su hermano Theo, del que ya estaba recibiendo ayuda económica, y decidió dar un cambio a su vida y dedicarse a la pintura..

 

Establecido en 1880 en Bruselas hizo amistad con el pintor neerlandés Anthon van Rappard. Se inscribió en la Academia de Bellas Artes donde estudió dibujo y perspectiva. En esta época realizó esbozos y dibujos basados en las pinturas de Jean-François Millet, representando campesinos y mineros, modelos de la vida cotidiana, y pintándolos muy realistas y con tonalidades oscuras.

 

El 12 de abril de 1881 Vincent llegó a Etten a visitar a su hermano. Durante este período va a casa de su primo, el pintor Anton Mauve, y donde vuelve a enamorarse, esta vez de una de sus primas Cornelia Adriana Vos-Stricker (Kee), que acababa de enviudar, a la que propuso rápidamente matrimonio, la respuesta de Kee fue: «No, jamás, jamás». A pesar de esta negativa, insistió mediante cartas que la viuda no contestaba, además de negarse a verlo. Vincent insistió con los padres de ella, fue a su casa a intentar verla de nuevo, los familiares le llegaron a decir que su insistencia era «asquerosa».

 

En diciembre de 1881, escribió a su hermano, le contó la historia y las disputas con su padre: Pero como puedes ver, estoy nuevamente en La Haya; por Navidad tuve una disputa bastante grave con nuestro padre, que llegó al extremo de decirme que sería mejor que abandonase la casa. Lo dijo tan enérgico que me fui aquel mismo día.

 

En La Haya, su primo Antón, pintor de acuarelas, le aconsejó e insistió en la importancia de que aprendiese perspectiva y dibujo. Vincent hizo entonces sus primeras acuarelas y naturalezas muertas, utilizando tonos apagados, como se ve en las acuarelas: Los pobres y el dinero (1882) y Naturaleza muerta con col y zuecos (1881).

 

Mientras, su vida amorosa tomó un nuevo rumbo. Desesperado tras el rechazo de su prima Kee, o quizá por compasión, Vincent recogió de la calle a Clasina María Hoornik (Sien), una prostituta alcohólica, embarazada y con una hija, con la que vivió durante un año; tanto la madre como la hija le sirvieron de modelo. En el dibujo Dolor, en el margen inferior, citó las palabras de Jules Michelet del tratado La Femme (1860): «¿Cómo es que hay en la tierra una sola mujer?» Sien, por la falta de recursos económicos, había vuelto a ejercer la prostitución y esto, unido a la gran presión que padecía Van Gogh por parte de su padre, de su hermano Theo y su primo Mauve (con quien llegaría a discutir y romper su amistad), hizo que este intento de vida familiar también fracasara.

 

Concluida esta relación con Sien, se trasladó a Drente, al norte de los Países Bajos, donde permaneció durante tres meses y pintó temas paisajistas en pintura al óleo, en los que se puede apreciar la diferencia con los dibujos realizados anteriormente. Como quería plasmar todos los detalles, realizó los óleos con trazos gruesos y pinceladas espesas. Esta temporada sintió más que nunca la soledad; en las cartas dirigidas a su hermano, le insistía en que abandonara su trabajo de marchante y siguiese el camino de la pintura. En diciembre de 1883 regresó nuevamente a la casa paterna, esta vez en Nuenen, donde el padre había sido trasladado.

 

En Nuenen fue bien recibido por su familia, que le acondicionó una habitación como taller, donde realizó obras como Jardín rectoral en Nuenen en primavera. En este periodo se dedicó a dibujar y pintar el trabajo en los telares. Coincidió con un amigo suyo, Anthon van Rappard, al que había conocido en Bruselas y que había venido a pasar unos días en Nuenen. Los dos juntos estudiaron y pintaron a los tejedores rurales. En estas obras, Van Gogh no consiguió la misma técnica que su amigo, pero este le sirvió de ejemplo.

 


La pintura El tejedor en el telar, de mayo de 1884, expresa la dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del personaje. Aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal. La composición de esta pintura consigue el efecto de enmarcar al tejedor en el mecanismo del telar, dentro de un enrejado horizontal y vertical que parece integrar al personaje hasta conseguir que llegue a formar parte de la máquina. La claridad del fondo de la pintura hace resaltar todo el dibujo.

 

En el otoño de 1884, se enamoró de nuevo, ahora de la hija de un vecino, Margot Begemann, diez años mayor que Vincent, que le acompañaba en sus salidas pictóricas por el campo. Pensaron en contraer matrimonio, pero se encontraron con la firme oposición de la familia de Margot, quien llegó a intentar suicidarse. Poco después, el 26 de marzo de 1885, muere repentinamente el padre de Vincent. Las disputas por la herencia entre su madre y sus hermanas hicieron que se marchase de su casa para irse a vivir a un lugar más amplio que le ofreció un sacristán de la Iglesia católica; en su familia, que eran protestantes, este hecho fue considerado como una ofensa.

 


Durante la primavera de 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras tempranas: Los comedores de patatas. Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la representación de una figura, pero en esta obra se encontró con la dificultad de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. Para realizar esta pintura contrató modelos, y realizó diversos esbozos de dibujos de las figuras y estudios sobre detalles, con las manos sujetando el tenedor, la taza o la tetera. Los colores empleados de tonos terrosos no contribuyeron a una fusión armoniosa con el fondo.

 

En una de sus cartas expresó: (...) He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente (...).

 

Con ayuda de Theo se imprimieron veinte litografías de Los comedores de patatas, que la gente de los alrededores pudo comprar a precios asequibles.

 

En un solo día trasladó directamente en la piedra, de memoria y sin dibujos previos, la imagen de Los campesinos comiendo patatas (obviamente, en la impresión en papel las figuras están invertidas). De las veinte litografías, Juliana Montford ha logrado localizar ocho, entre las que se encuentra la del Museo Thyssen-Bornemisza.

 

Esta pintura provocó la ruptura con su amigo Rappard, ya que el hipersensible y vulnerable Van Gogh no aceptó sus comentarios. Rappard le hizo esta crítica basada en una de las 20 litografías: “Estarás de acuerdo conmigo en que este trabajo no se puede tomar seriamente. Por fortuna eres capaz de mucho más. Pero, ¿por qué todo lo observas y lo tratas superficialmente, de la misma manera? ¿por qué no estudias minuciosamente los movimientos? En este cuadro los personajes posan. La mano de la mujer del fondo...¡qué poco real! ¿Y qué relación hay entre la cafetera, la mesa y la mano que toca el asa? ¿Qué función hace esta cafetera? No se mantiene, tampoco la sujetan, entonces, ¿qué? ¿Y por qué el hombre de la derecha no tiene rodillas, ni vientre, ni pulmones? ¿O quizá los tiene en la espalda? ¿Por qué a su brazo le falta un metro de largo, por qué le falta la mitad de la nariz? ¿Por qué la mujer de la izquierda tiene por nariz un mango de pipa acabada en un dado? ¿Y aún te atreves, con esta forma de trabajar, citar a Millet y a Breton? El arte es demasiado elevado para poderlo tratar con tanta negligencia..

 

Hay que aclarar que la dureza de la crítica por parte de van Rappard se debía también al propio enfado que este tenía con Van Gogh, por el hecho de no haber tenido noticia directa de la muerte repentina del padre de Vincent. Al principio de esta misma carta se quejaba Rappard, ofendido de haber recibido una simple nota a pesar de su amistad: «¿Pensaste que tenía tan poco interés en tu padre y tu familia?» A la vista de esta pintura en París, Camille Pissarro quedó profundamente impresionado por la fuerza expresiva del cuadro. También Émile Bernard escribió en un artículo: Me quedé desconcertado, en esta confusión, por la comida de los pobres en una barraca inquietante bajo una mísera luz. Era grandioso en su fealdad y estaba lleno de una vida inquietante.

 

Seguramente cuando Bernard hablaba de la grandiosa fealdad, se refería a los colores, puesto que él tenía un sentido del color mucho más luminoso.

 

Durante estos dos años en Nuenen completó numerosos dibujos y acuarelas, y cerca de doscientas pinturas al óleo. Los colores usados continuaban siendo oscuros. Su hermano Theo se quejaba, en una de sus cartas, de que eran demasiado apagados y no estaban en la línea del estilo del momento, donde destacaban las pinturas brillantes de los impresionistas. Vincent escribió al respecto:

He leído con mucho placer Los maestros de antaño, de Fomentin. He encontrado «tratadas» en este libro, en diversos sitios, las mismas cuestiones que me preocupaban mucho estos últimos tiempos (...) tratar de dar un valor claro por medio de tonos relativamente oscuros. En una palabra, expresar la luz por oposición a la oscuridad. Ya sé todo lo que piensas del "demasiado negro", pero, sin embargo, no estoy aún, absolutamente convencido (...).


El cuadro Naturaleza muerta con Biblia fue pintado en octubre de 1885, antes de su partida hacia Amberes, en memoria de su padre fallecido el 26 de marzo de ese año. Se aprecia la biblia como símbolo de la casa paterna y de toda una educación religiosa. Como contraste aparece La joie de vivre de Zola, el libro del naturalismo y, en opinión de su padre, una de las obras más nefastas. En la composición, Van Gogh coloca la vela, un símbolo religioso, con la idea de situar ambos símbolos al mismo nivel.

 

Amberes y París

En noviembre de 1885 Van Gogh llegó a Amberes, donde ocupó un pequeño taller encima de una tienda de pinturas; el alquiler lo pagaba su hermano. Compró en unos anticuarios algunas xilografías japonesas, y se dedicó a copiar modelos de yeso de esculturas antiguas, expuestas en la entonces Real Academia de Amberes, a pesar de su desacuerdo con la enseñanza académica. Descubrió las pinturas de Rubens, que con su colorido y sus formas femeninas le abrieron la alternativa del uso de colores como el carmín y el verde esmeralda. En esta época contrajo sífilis, que aunque fue tratada médicamente, le hizo perder casi todos los dientes. En febrero de 1886, comentó en cartas dirigidas a Theo que sólo se había podido permitir seis o siete comidas calientes desde el mes de mayo anterior.

 

El año 1886 se mudó a París, a vivir junto a su hermano menor Theo, a quien avisó con esta simple nota: «Estaré en el Louvre desde el mediodía, o antes, si lo deseas». Theo, que trabaja en Boussod & Valadon, le descubrió a Vincent los trabajos del impresionismo; lo que produjo una paleta mucho más luminosa, donde el color jugaría un rol fundamental en el resto de su obra. Durante los dos años siguientes, los dos hermanos tuvieron múltiples fricciones y siempre tuvo que ser Theo el que cediese y perdonase.

 

El 21 de febrero de 1888 Van Gogh llega a Arlés, al sur de Francia. Primero se instaló en una habitación situada en el Hotel-Restaurante Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto sobrepasaba sus posibilidades económicas y además el espacio era muy reducido para tener su taller. Pintaba todo lo que veía (como Huerto en flor con vistas de Arlés) y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una carta dirigida a su hermano: «Aquí no me hace falta para nada el arte japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir los ojos y ver lo que tengo delante». Sus primeros cuadros en Arlés fueron típicamente japoneses; la pintura Melocotonero en flor fue realizada en marzo de 1888.

 


Retratos

Al principio de su estancia en Arlés se dedicó a la realización de retratos. Sin embargo, tenía dificultades para conseguir que alguien posase para él, sobre todo si eran mujeres; la primera que pudo retratar fue una mujer joven a finales del mes de julio, y le puso el nombre de La Mousmé, nombre japonés que le inspiró la lectura del libro Madame Chisanthème, de Pierre Loti. Con los hombres le fue más fácil convencerlos, ya que a cambio les invitaba a una copa en la taberna. Podía retratarlos sin ningún problema, y así realizó las obras de El campesino, retrato de Patience Escalier, El zuau, El lugarteniente Millet y El cartero Roulin.

El Retrato de Eugène Boch fue realizado en ocasión de una visita que le hizo este poeta belga en el mes de julio, según explicó a su hermano. En este retrato quería captar las ideas románticas del personaje:

 

Van Gogh tenía la intención de crear un taller de artistas, y para esto alquiló la «casa amarilla» (llamada así por tener las paredes exteriores pintadas de ese color) en Place Lamartine, situada al norte de la ciudad de Arlés. Theo le envió trescientos francos para poder acondicionar y amueblar modestamente la casa. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar y que pedirían la participación de Seurat, Signac y Bernard.

 

También Theo insistió a Gauguin para que hiciera el viaje a Arlés. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven, en Bretaña. Estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado en Van Gogh como componente del mismo. Su meta era viajar a Martinica, pero la cuestión económica era un impedimento. Theo van Gogh era el galerista y el marchante de Gauguin y este pensaba que detrás del carácter extraño de Vincent y las intenciones de Theo se ocultaba alguna estratagema comercial, por lo que no se decidía a viajar hacia Arlés. Así se lo hizo saber en una carta dirigida a Émile Bernard, en octubre de 1888: Por más que me aprecie, no creo que Theo se preste a mantenerme en el Midi solamente por mi cara bonita. Con su carácter frío holandés ha estudiado el terreno y proyecta alguna cosa...

Retrasó el viaje, disculpándose por carta, hasta que Theo acabó pagando todas las deudas que tenía Gauguin. Entonces, este viajó a Arlés el 23 de octubre. Mientras, Vincent había realizado diversas series de pinturas para decorar la casa, especialmente la habitación destinada a Gauguin.

 

Antes de la llegada a Arlés de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, ya que se retrató con la cabeza rapada al estilo bonzo.

 

Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares históricos de Arlés y así trabajaron juntos y pintaron la serie de vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo. En cambio el color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Se pintaron mutuamente, Gauguin pintó de perfil a Van Gogh y este pintó a Gauguin de espaldas.

 

Corte de la oreja

Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la tarde del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado que dio origen a una de las explicaciones que se han dado acerca de la pérdida de la oreja izquierda del primero. Gauguin en sus memorias señala que Van Gogh le amenazó y persiguió con una navaja barbera y que por la noche el neerlandés se automutiló. A continuación, Van Gogh habría envuelto la oreja en un paño y se habría dirigido a un burdel de Arlés que frecuentaba con Gauguin, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente regresó a la «casa amarilla». A la mañana siguiente la policía lo encontró inconsciente, y fue trasladado al hospital Hôtel-Dieu de Arlés. Se avisó a Theo, y Vincent, que no recordaba el suceso, quedó ingresado durante catorce días. Gauguin dejó Arlés con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores.

Gauguin declaró a la policía que la pérdida del apéndice auditivo se habría debido a una autolesión. Se ha expuesto la teoría de que el corte en la oreja fue una automutilación del artista como resultado del disgusto que le provocó la noticia de que su hermano Theo se iba a casar.

 

Nunca hubo unanimidad entre los estudiosos de los hechos, debido a las pocas fuentes existentes y a que la versión generalmente admitida se basa en las memorias de Gauguin, publicadas en 1903.

En 2009 Hans Kaufmann y Rita Wildegans, revisaron el incidente estudiando el informe policial, las noticias publicadas en los periódicos de la época, la correspondencia de los dos pintores y los pocos testimonios existentes, muy posteriores a los hechos. Llegaron a la conclusión de que fue Gauguin quien hirió a Van Gogh con su sable en la disputa (era maestro de esgrima), y que una vez solo Van Gogh habría terminado de recortar la oreja. No se encontraron ninguna de las armas. Van Gogh no habría dicho nada para proteger a su amigo, y Gauguin habría regresado precipitadamente a París debido a su mala conciencia.

 

Durante mucho tiempo se creyó que el artista se había cortado solo parte del lóbulo de la oreja, no el apéndice completo. Sin embargo, un estudio de 2016 presentó, entre otras cosas, una carta a Theo van Gogh del doctor Félix Rey, que le atendió durante el incidente, donde describe la lesión y acompaña un dibujo que demuestra que se cortó la oreja casi por completo, conservando tan solo un trocito inferior del lóbulo.

Al regresar a su casa Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada, del que existen dos versiones. Ambos cuadros muestran un vendaje en la parte derecha de la cabeza, y debieron ser pintados delante de un espejo, ya que la oreja seccionada fue la izquierda. En uno Van Gogh se representa fumando en pipa para transmitir una sensación de sosiego, en una composición en la que predomina tanto el equilibrio cromático como el equilibrio de los elementos iconográficos. Pasadas cuatro semanas volvió a ser ingresado en el hospital ya que presentaba síntomas de manía persecutoria y se imaginaba que le querían envenenar. Durante unos diez días estuvo bajo tratamiento del doctor Félix Rey. En marzo, atendiendo una petición de los vecinos de Arlés que avisaron a la policía, fue ingresado una vez más, permaneciendo seis semanas en el Hospital Hôtel-Dieu de Arlés. El 17 de abril, Theo contrajo matrimonio con Johanna Bonger en Ámsterdam. Poco después, Vincent decidió internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, un exmonasterio en Saint-Rémy-de-Provence, a unos treinta y dos kilómetros de Arlés.

 

Los últimos años de Van Gogh estuvieron marcados por sus permanentes problemas psiquiátricos, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria, entre los que se encontraba el manicomio de Saint Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence, donde ingresó el 8 de mayo de 1889. En el sanatorio tenía dos habitaciones disponibles, una de ellas habilitada para servirle de taller.

 

Cuando empezó a salir a dar paseos por los alrededores de la clínica, creó obras donde los temas eran pinos, cipreses y olivos. Fue durante el mes de junio cuando desarrolló los efectos pictóricos ondulantes en los árboles. De los olivos con sus troncos sinuosos, hizo varios cuadros.

 

Durante los últimos treinta meses de vida llegó a realizar 500 obras y en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. El 22 de febrero de 1890, Van Gogh sufrió una nueva crisis que fue «el punto de partida de uno de los episodios más tristes en una vida ya plagada de tristes acontecimientos». Este período duró hasta finales de abril, tiempo durante el cual fue incapaz de decidirse a escribir, sin embargo siguió dibujando y pintando. Hughes escribe que entre mayo de 1889 y mayo de 1890, «tuvo arrebatos de desesperación y alucinación que le impedían trabajar, y entre ellos, meses en los que pudo hacerlo y lo hizo marcado por el éxtasis de extremo visionario». Sin embargo, su depresión empeoró y el 27 de julio de 1890, a la edad de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, se disparó en el pecho con un revólver. No se dio cuenta de que su herida era mortal y volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después, en brazos de su hermano Theo. «Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias»; estas son las palabras de Vincent en la última carta encontrada en su lecho de muerte el 29 de julio de 1890. Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise. Se considera que sus padecimientos mentales eran consecuencia de los trastornos mentales que le generaba una insuficiencia renal, probablemente por piedras en el riñón, aunque según otros autores su enfermedad mental se la producía la sífilis. Poco después de la muerte de Vincent, su hermano Theo ingresó en una clínica de Utrecht, donde falleció el 25 de enero de 1891, a los seis meses del fallecimiento de su hermano. En 1914 el cuerpo de Theo fue exhumado y enterrado junto al de Vincent.

 


Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Vincent_van_Gogh

 

 

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Jacques de Vaucanson

Dolores Jiménez y Muro

Miguel Barragán