Homero Aridjis
Hijo
de padre griego y madre mexicana, Aridjis fue el más joven de cinco hermanos
(Juan, Miguel, Hermán, Nicias y Homero). Su padre luchó en el ejército griego
durante la Primera Guerra Mundial y en la Guerra Turco-Griega, cuando su
familia fue obligada a abandonar su casa en Tire, al suroeste de Esmirna, Asia
Menor. Su madre creció en Contepec durante la Revolución Mexicana. Después de
casi perder la vida a la edad de diez años en un accidente de escopeta, Aridjis
se convirtió en un ávido lector y empezó a escribir poesía. En 1959 obtuvo la
beca del Centro Mexicano de Escritores, otorgada por la Fundación Rockefeller,
y ganó en 1965 por Mirándola dormir el Premio Xavier Villaurrutia, el más joven
escritor en recibirlo en la historia del premio.
En
1966 asistió al histórico Congreso Mundial de Escritores del PEN Club en Nueva
York, presidido por Arthur Miller, en el que participaron poetas y escritores
como Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Joao Guimaraes Rosa, Ernesto Sabato,
Victoria Ocampo, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Nicanor Parra y el mismo
Aridjis.
Obra literaria
Aridjis
ha publicado 48 libros de poesía y prosa, muchos de ellos traducidos a quince
idiomas. Sus reconocimientos incluyen: Premio Xavier Villaurrutia 1965 al mejor
libro del año por Mirándola dormir, convirtiéndolo en el escritor más joven en
recibirlo; el Premio Literario Novedades y Diana 1987-1988 por Memorias del
Nuevo Mundo; Premio Grinzane Cavour para mejor novela extranjera traducida al
italiano en 1992 por 1492, Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla, obra que
fue reconocida con el New York Times Notable Book of the Year. Recibió el
Premio Roger Caillois en Francia, por su obra de poesía y prosa; y, en Serbia,
el más alto honor literario, la Llave de Oro de Smederevo, por su poesía. En
2005, el estado de Michoacán lo distinguió con el primer Premio Estatal Eréndira
de las Artes. Dos veces recipiente de la beca de la John Simon Guggenheim
Memorial Foundation, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de
Indiana. Ha sido profesor visitante en las universidades de Indiana, de Nueva
York y de Columbia, y fue distinguido con la Nichols Chair en Humanidades y
Esfera Pública de la Universidad de California en Irvine. Desde 1985 ha
colaborado en la página editorial de los periódicos mexicanos La Jornada,
Reforma y El Universal con artículos sobre medio ambiente, política y tópicos
literarios.
Ha
servido a México como embajador en el Reino de los Países Bajos y en Suiza.
Durante seis años fue Presidente Internacional de PEN Internacional, la
organización mundial de escritores fundada en Londres en 1921. Desde abril de
2007 hasta la abolición del puesto en enero de 2010 fue embajador de México
ante la UNESCO, donde defendió los derechos humanos, la libertad de expresión y
la diversidad cultural, y fue un crítico abierto de la falta de transparencia y
rendición de cuentas de la organización.
Han escrito sobre la obra de Aridjis:
Henri
Michaux: “Homero Aridjis es un gran viajero del continente de la poesía”.
Juan
José Arreola: “Asistir al desarrollo de su talento de poeta ha sido una de mis
mejores alegrías”.
Yves
Bonnefoy: “Una gran llama pasa a través de las palabras, la poesía de Homero
Aridjis enciende la realidad en imágenes que a la vez la iluminan y la
consumen, haciendo la vida una hermana del sueño. Aridjis es un gran poeta;
nuestro siglo tiene gran necesidad de él”.
Octavio
Paz: “En la poesía de Homero Aridjis hay la mirada, el pulso del poeta: hay el
tono inconfundible de aquel que tiene necesidad de decir y que sabe que todo
decir es imposible; hay la palabra plena y la conciencia de la oquedad de la palabra;
hay erotismo y también amor; hay el tiempo discontinuo de la vida práctica y
racional y la continuidad del deseo y de la muerte; hay la verdad original del
poeta.” Perséfone (1967).
André
Pieyre de Mandiargues: “Pasajes de este libro nos cautivan un poco a la manera
de Los Cantos de Maldoror. Libro bastante único en las literaturas
contemporáneas es este vasto poema en prosa que es narrativo sin dejar nunca de
ser poético, que es realista quedando siempre fantástico y que reduce al lector
a un papel de simple espejo en el que la visión fabulosa del poeta se inscribe
como el sueño de un niño muy puro que hubiera hecho un agujero en el muro de
las convenciones para observar a su antojo un espectáculo infame”, André Pieyre
de Mandiargues.
Kenneth
Rexroth: “Aridjis es un poeta visionario de beatitud lírica, concentraciones
cristalinas y espacios infinitos. No puedo pensar en otro poeta de la
generación de Aridjis en Latinoamérica que se sienta tan a sus anchas en los
espacios azules de la iluminación -la iluminación del amor trascendente. Estas
son palabras para una nueva Flauta Mágica”, Kenneth Rexroth, introducción a
"Blue Spaces". (1974).
Alejandro
Jodorowsky: “Homero Aridjis es un gran poeta. Tiene afinidades enormes con el
surrealismo y la ciencia ficción, pero más con la cábala. Tiene influencia
mística, cabalística. Su lenguaje es muy rico, ha aportado una nueva manera de
decir las cosas. Hay en su poesía el amor, no a la mujer o al hombre en
especial, sino como lo cantaron San Juan de la Cruz, Salomón en el ‘Cantar de
los cantares’, los místicos. Un amor muy vasto que se equipara a las cartas del
Tarot 2 y 3: La Papisa y La Emperatriz.”
Juan
Rulfo: “La poesía de Homero Aridjis es un símbolo del amor. Su obra es muy
bella, sobre todo en el sentido de la expresión, que en él es muy original, muy
nueva. Trata sus temas de una manera muy limpia. Debo aclarar que sus
intenciones poéticas no son eróticas en el sentido que generalmente se da al
erotismo, sino amorosas. Digo de Aridjis que es un poeta del amor, en el
sentido más noble.”
"El
último Adán" (1981). Luis Buñuel: “El apocalipsis será obra del hombre y
no de Dios, lo que a mi juicio es una verdad absoluta. Esa es la diferencia
entre el delirio apocalíptico de El último Adán y la mediocre descripción
apocalíptica de San Juan. Sin duda, la imaginación humana se ha enriquecido al
paso de los siglos. El último Adán, ya su Eva desaparecida, recorre bajo un
cielo oscuro y humo denso ciudades destruidas, campos yertos, atraviesa grupos
humanos despavoridos, siempre con el pelo y cejas quemadas, vacías sus órbitas
y vientres de pellejo colgante. Volcanes en erupción y entrechocar de grietas
telúricas dificultan su marcha, humo, cenizas, esqueletos, miembros humanos por
doquier y sobre todo la horrible putrefacción de la carne que yo llamo ‘olor
dulzón de eternidad’.
‘La
sonrisa innumerable del mar’, del Homero griego se ha extinguido y ahora es
solo negrura y caos. La narrativa es una permanente y obsesiva reiteración que
a mi juicio contribuye poderosamente a la terrible atmósfera de ese apocalipsis
delirante de Aridjis cuyo título podría ser también Dies irae, dies illa,
solvet saeclum in favilla (1) (1) He suprimido lo de teste David cum sibylla,
porque me parece idiota." Luis Buñuel, “El último Adán de Homero Aridjis”,
(Unomásuno, México, 1983).
"1492.
Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla" (1985).
Elie
Wiesel: “En esta novela de lectura bastante amena, que trata de un capítulo muy
especial y doloroso de nuestra historia, Homero Aridjis combina erudición,
sensibilidad e imaginación poética. Yo la recomiendo calurosamente.”
Carlos
Fuentes: “Un gran poeta mexicano, Aridjis abarca la historia y la ficción con
el calor y la profundidad de una visión lírica.”
The
New York Times: “Esta novela nos recuerda a clásicos como Don Quijote de
Cervantes o a ciertos frescos por Velázquez y El Greco.”
Giuseppe
Bellini: “'1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla' es sin duda una de
las novelas de mayor relieve del siglo XX, digna de figurar entre las obras
maestras de la narrativa hispanoamericana.” Giuseppe Bellini, Nueva historia de
la literatura hispanoamericana (1997).
"Gran teatro del fin del mundo" (1989).
Catherine
Raffi-Beroud: “La idea de la destrucción final del mundo no es privativa del
cristianismo. También en la tradición azteca cada ‘sol’ acababa con una catástrofe
que lo destruía todo, pero era una catástrofe ‘natural’. En Aridjis, pese a
todas las destrucciones el hombre sobrevive en un marco vital, en un mundo que
es el teatro donde el hombre actúa, o sea el lugar de la representación, de la
ilusión. Interesante es notar que en este mundo-teatro impera la locura y lo
que se (re)presenta es un mundo al revés”. Catherine Raffi-Beroud, “Reflexiones
acerca de 'Gran teatro del fin del mundo' de Homero Aridjis”, en La luz queda
en el aire. Estudios internacionales en torno a Homero Aridjis, ed. Thomas
Stauder (2005).
"La
leyenda de los soles" (1993) y "¿En quién piensas cuando haces el
amor?" (1995) es un díptico sobre la vida cotidiana en la Ciudad de México
en 2027 basado en la profecía mexicana del fin del Quinto Sol.
Tiempo
de ángeles (1994). J. M. G. Le Clézio: “Aridjis es un poeta inspirado y una
especie de profeta, 'el único que todo lo ve'. "Tiempo de ángeles",
el poemario de Homero Aridjis, publicado en 1994, supone una etapa importante
de su obra, compleja y combativa, que lo sitúa al lado de los grandes autores
inspirados del siglo XX, junto a Wilfred Owen, T. S. Eliot y Augusto Roa
Bastos.” J. M. G. Le Clézio, “Homero Aridjis, el hombre que habla con los
ángeles”, Le Nouvel Observateur, 1994.
La montaña de las mariposas (2000).
Carlos
García Gual: "La montaña de las mariposas es un relato autobiográfico,
pero a la vez una novela de costumbres. La mezcla de géneros narrativos viene
así a conformar esta espléndida narración llena de autenticidad y de fulgor
poético. La rememoración de la lejana niñez y adolescencia exige la de sus
paisajes y paisanajes en cuadros que nos recuerdan como escenas que parecen
impregnadas de un fantasmagórico realismo mágico acaecieron de verdad en
pueblos como Contepec, y al margen de la sordidez y brutalidad hubo santuarios
tan prodigiosos como el monte de las peregrinas mariposas monarca.” Carlos
García Gual, "La Montaña de las mariposas", en La luz queda en el
aire. Estudios internacionales en torno a Homero Aridjis. Ed. Thomas Stauder
(2005).
"Ojos
de otro mirar" (2001). Seamus Heaney: “Los poemas de Homero Aridjis abren
una puerta hacia la luz”, Seamos Heaney, en Eyes to See Otherwise, 2001.
La
zona del silencio (2002).
Los
poemas solares (2005). Alejandro Jodorowsky: “Los poemas de Homero Aridjis son
soles interiores.”
Tanto
La Santa Muerte (2004) como Sicarios (2007) se encuentran entre las primeras
novelas escritas sobre el tema del culto a la Santa Muerte y la violencia
criminal en México.
Sicarios
(2007). “Es una de esas novelas violentas y ágiles que no hacen más que
mostrarnos descarnadamente los tiempos que estamos viviendo. En Sicarios se
podrán hallar los ejemplares más truculentos de los bajos fondos mexicanos.
Otro punto alto de la novela es conocer (y el reto que significa pasarlo a la
ficción, por supuesto) al detalle la forma en que operan no sólo las bandas
criminales, sino también los “guaruras” y las mismas autoridades policiales
(que, en el fondo, parecen ser los mismos). Otro de los méritos de esta novela no
sólo se detiene en lo anteriormente mencionado, sino en el empleo de un
lenguaje claro, preciso, como el filo de una navaja, el cual parece que no hace
más que ser un reflejo de sus personajes, de esa alocada carrera del crimen,
del dinero, de los muertos, de los gobiernos corruptos. ¿Una novela pesimista?
¿Pesimista del siglo XX y XXI? Parece que sí, pues tengo la impresión de que
Homero Aridjis al final nos dice que nada puede cambiar, que el crimen
organizado (anónimo y por eso tan grande y efectivo) es el que preside los
gobiernos del mundo por ahora y por todos los tiempos.” Wilmer Urrelo Zárate,
La Prensa, Bolivia, 2008).
Los
invisibles (2010). Alberto Manguel: “Los invisibles es la historia de un hombre
ordinario cogido en lo que aparece ser una odiosa conspiración internacional
para destruir el mundo. El héroe es un fotógrafo parisino, Nicolas Antschel; la
conspiración, una iniciada en el siglo XVII (o tal vez antes) por un grupo
asociado con los Rosacruces y la Cábala Judía. De acuerdo a una leyenda
antigua, existe una fórmula para hacerse invisible: notoriamente, la
invisibilidad otorgará a quien posea el don, el poder inmenso de estar presente
sin ser visto y de ser capaz de realizar todo tipo de acciones sin ser notado.
Los dignatarios de la Iglesia, los inquisidores, y más tarde los Nazis en su
búsqueda de dominio mundial, buscan encontrar a la persona o personas que
conocen la fórmula secreta”. Alberto Manguel, Los invisibles, 2010.
J.M.G.
Le Clézio: "Los invisibles es a la vez una historia, un itinerario místico
y una contra historia de la mistificación, cuyas consecuencias son aparentes
ahora en el Occidente. Después de leer la novela, creo que será imposible
caminar por las calles de París sin sentirse rodeado por fuerzas invisibles”,
J.M.G. Le Clézio.
Activismo ambiental: Grupo de los Cien
Aridjis
es reconocido ampliamente como uno de los líderes más destacados del movimiento
ambiental en América Latina. Durante su infancia, a menudo subía al Altamirano,
el cerro de su pueblo, para observar la llegada de la mariposa Monarca. Cuando
creció, la tala del bosque y su preocupación por el destino de las mariposas y
los árboles detonaron su temprana defensa del medio ambiente.
En
marzo de 1985, Aridjis fundó el Grupo de los Cien, una asociación de artistas e
intelectuales prominentes, entre los que se encontraban Octavio Paz, Juan
Rulfo, Rufino Tamayo, Gabriel García Márquez, Leonora Carrington, Manuel
Álvarez Bravo, Álvaro Mutis, Augusto Monterroso, Francisco Toledo, Matías
Goeritz, Elena Poniatowska, Juan Soriano, Juan José Arreola, Helen Escobedo,
Roger von Gunten, Graciela Iturbide y los científicos Lincoln Brower, Steven
Swartz y Amory Lovins, entre otros, dedicados a la protección ecológica y a la
defensa de la biodiversidad en México y en América Latina. Bajo su liderazgo el
Grupo de los Cien logró en 1986 el decreto oficial de protección de los bosques
de la mariposa Monarca en su hábitat invernal en México. En 1990, después de
una intensa campaña contra los depredadores de los sitios de anidación de la
tortuga marina en las playas mexicanas, consiguió que el gobierno mexicano
declarara la veda total a la matanza y la comercialización de las especies de
tortuga marina en México. El Grupo de los Cien pudo evitar la construcción de
presas hidroeléctricas en el río Usumacinta, que habría inundado 500 kilómetros
cuadrados de la selva Lacandona y habría sumergido importantes ruinas mayas.
Durante cinco años Aridjis encabezó la defensa de la Laguna San Ignacio, el
santuario donde se reproduce y nace la ballena gris en Baja California Sur, y
se opuso a que la empresa Mitsubishi y el gobierno mexicano construyeran la más
grande salinera del mundo en la Laguna. Gracias a Aridjis y al Grupo de los
Cien el gobierno accedió a publicar diariamente reportes sobre la calidad del
aire en la Ciudad de México, la gasolina con plomo se eliminó y el contenido
con plomo en la cerámica se redujo drásticamente, se detuvo la construcción de
un aeropuerto que habría afectado un santuario de aves en el lago de Texcoco,
se devolvieron a Irlanda miles de toneladas de leche en polvo contaminada con
radioactividad de Chernobyls antes de que pudieran ser distribuidas en México y
a sugerencia del Grupo de los Cien se puso en práctica un programa que limitaba
la circulación de vehículos en la Ciudad de México un día a la semana.
En
1991 apareció con una introducción suya el libro Salvemos la Tierra, de
Jonathon Porrit, obra que prologó el Príncipe de Gales y en la que colaboraron:
David Attenborough, Robert Redford, Carl Sagan, Vaclav Havel, Paul McCartney,
Thomas Lovejoy, el Dalái lama, Desmond Tutu, Gerald Durrell, William Golding,
Petra Kelly, el reverendo Jesse Jackson, Peter Ustinov, Yehudi Menuhin, Henri
Cartier-Bresson, Yoko Ono y Desmond Morris.
En
1991, junto con Betty Ferber, organizó y presidió el primer “Simposio en
Morelia: Hacia el fin del milenio”, una reunión internacional de más de 40
escritores, científicos, ambientalistas y representantes de pueblos indígenas
para discutir el estado del planeta y para establecer una red de cooperación
internacional en defensa del medio ambiente. Entre los participantes estuvieron
J.M.G. Le Clézio, Sherwood Rowland, Petra Kelly, Peter Raven, Kjell Espmark,
Lester Brown, Peter Mathiessen, Amory Lovins, Vikram Seth, Agneta Pleijel, Miroslav
Holub y Augusto Roa Bastos.
En
1992 Aridjis presentó la Declaración de Morelia, un pronunciamiento sobre el
medio ambiente firmado por más de 1,000 escritores y científicos de 66 países
en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, donde habló en el Foro Global con
el dalái lama, Jacques Cousteau, Petra Kelly, Tom Hayden, Ted Turner y Jane
Fonda, entre otros.
En
1994 organizó y presidió el segundo “Simposio en Morelia: Hacia el fin del
milenio”. La Segunda Declaración de Morelia fue presentada en la Conferencia
Internacional de las Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo en El Cairo,
1994. Aridjis obtuvo financiamiento de la Fundación Rockefeller para ambos
encuentros. En 2000 presidió el simposio "La Tierra en el año 2000",
del PEN Internacional y la UNESCO, sobre desarrollo sustentable, con la
participación de escritores y científicos.
Servicio público
Antes
de cumplir los 40 años, Homero Aridjis fue embajador de México en los Países
Bajos y en Suiza. En 1980 fundó el Instituto Michoacano de Cultura y, en 1981,
organizó el Primer Festival Internacional de Poesía de Morelia, a través del
cual invitó a México a poetas como Jorge Luis Borges, Seamus Heaney, Günter
Grass, Allen Ginsberg, Vasko Popa, Joao Cabral de Melo Neto, Tomas Transtromer,
Michael Hamburger, Andrey Voznesensky, Katerina Anghelaki-Rooke, Kazuko
Shiraishi, W. S. Merwin, Tadeusz Rosewicz, André du Bouchet y Mazisi Kunene. En
1982 y 1987 organizó en la Ciudad de México dos festivales internacionales de
poesía con poetas como Ted Hughes, Yehuda Amichai, Lawrence Ferlinghetti, Hans
Magnus Enzensberger, Lars Forssell, Charles Tomlinson, Octavio Paz, Jaime
Sabines, Marin Sorescu, Alí Chumacero, Eliseo Diego, Breyten Breytenbach, Olga
Orozco, Enrique Molina, Blanca Varela, Ledo Ivo y Roberto Juarroz. En Michoacán
estableció bibliotecas públicas en pueblos pequeños y creó el primer Museo de
Máscaras Mexicanas; emprendió la restauración de edificios históricos y de arte
colonial, la protección del patrimonio cultural; promovió la diversidad
cultural mediante las celebraciones tradicionales de los grupos étnicos del
estado.
En
1997, una coalición de diecisiete centros del PEN, encabezados por el PEN
americano, el japonés, el sueco y el belga (de lengua flamenca), nominaron a
Aridjis candidato para Presidente Internacional de la Organización Mundial de
Escritores, y fue elegido en el Congreso Mundial de Escritores del PEN, en
Edimburgo, para el periodo 1997-2000; ganó un segundo periodo de tres años en
el Congreso Mundial de Moscú en 2000. Aridjis fue el primer Presidente Internacional
del PEN viviendo en Latinoamérica. Durante su presidencia se emprendió una
revisión completa de los estatutos del PEN, se logró la aceptación del español
como tercer idioma oficial del PEN, además del inglés y el francés, y se
condujo a la organización a un mejor gobierno y a la transparencia
administrativa. En 2003, fue elegido Presidente Emérito del PEN.
En
1965 Aridjis se casó con Betty Ferber, y de este matrimonio nacieron dos hijas:
Eva Aridjis, una cineasta radicada en Nueva York (Niños de la calle, La Santa
Muerte, The Favor, Los ojos azules, Chuy, el hombre lobo) y la escritora Chloe
Aridjis, radicada en Londres (Topografía de lo insólito, Book of Clouds/Libro
de las nubes, Asunder/Desgarrado).
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Homero_Aridjis
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