Jean-Jacques Rousseau
La familia Rousseau
procedía de hugonotes franceses y se instaló en Ginebra unos cien años antes de
que Isaac Rousseau (Ginebra, 1672-Nyon, 1747) y Suzanne Bernard (Ginebra,
1673-ibidem, 1712), hija del calvinista Jacques Bernard, tuvieran al futuro escritor
Jean-Jacques. Nueve días después de dar a luz, Suzanne falleció y el pequeño
Rousseau consideró a sus tíos paternos como sus segundos padres, debido a que
desde muy pequeño pasó mucho tiempo con ellos y fueron los que lo cuidaron.
Cuando Rousseau tenía 10
años (1722), su padre, un relojero bastante culto, tuvo que exiliarse por una
acusación infundada y su hijo quedó al cuidado de su tío Samuel, aunque ya
había tomado de él un gran amor por la lectura y un sentimiento patriótico de
admiración por el gobierno de la República de Ginebra que Jean-Jacques conservó
toda su vida. Con esta familia disfrutó de una educación que él consideraría
ideal, calificando esta época como la más feliz de su vida, y leyó a Bossuet,
Fontenelle, La Bruyère, Molière y sobre todo a Plutarco, del cual interiorizó
importantes nociones sobre la historia de la Roma republicana; en sus
Confesiones, escritas hacia el final de su vida, dirá que fue este autor su
lectura predilecta; también recomendará en su Émile la lectura del Robinson
Crusoe de Daniel Defoe. Junto con su primo, Rousseau fue enviado como pupilo a
la casa del calvinista Lambercier durante dos años (1722-1724). A su regreso en
1725, trabajó como aprendiz de relojero y, posteriormente, con un maestro
grabador (aunque sin terminar su aprendizaje), con quienes desarrolló la
suficiente experiencia para vivir de estos oficios ocasionalmente.
Renunciar a la libertad es renunciar a la cualidad de hombres, a
los derechos de humanidad e incluso a los deberes.
El contrato social
A los 16 años (1728)
empezó a vagabundear y abandonó su ciudad natal. Tras estar peregrinando un
tiempo y desempeñando los oficios más dispares, al borde de entrar en la
marginalidad, abjuró del calvinismo y abrazó el catolicismo, del que más tarde
también renegó (en el futuro expondrá sus ideas deístas sobre una religión
natural en su Profesión de fe del vicario saboyano) y se estableció en Annecy,
siendo tutelado por Madame de Warens, una dama católica ilustrada sin hijos,
trece años mayor que él, que le ayudó en su discontinua educación y en su
afición por la música, y además le fue buscando distintos trabajos. A ojos de
Rousseau, ella sería la madre que había perdido y, a partir de 1733, una
amante. Residió seis semanas de 1737 en Montpellier por una enfermedad grave, y
a su regreso madame Warens le consiguió el puesto de preceptor en Lyon de los
hijos del hermano de dos famosos escritores ilustrados, Gabriel Bonnot de Mably
(1740), sobre el cual ejerció una fuerte influencia, y el filósofo Condillac;
además traba amistad con Fontenelle, Diderot (que lo fichó como colaborador en
materia musical de su Enciclopedia, 1751-1772, y con quien se habrá de
enemistar al cabo) y Marivaux (quien le corrige, por cierto, su pieza teatral
en un acto Narciso o el amante de sí mismo, que estrenará en 1752). Forjó
entonces un carácter de "paseante solitario" amante de la naturaleza.
Pero, siempre descontentadizo, Rousseau ejerció de periodista y de muchos otros
oficios ocasionales más. En 1742 presenta un innovador sistema de notación
musical a la Real Academia de las Ciencias de París, con poco fruto (su sistema
solo se interesaba por la melodía y no por la armonía, y además un sistema
similar ya había sido inventado sesenta y cinco años atrás por el monje
Souhaitti), y al año siguiente publica su Disertación sobre la música moderna
(1743), en que critica muy duramente la francesa, para él muy inferior a la
italiana. Conoce a madame Dupin, de la que será luego secretario; también en
ese año es nombrado secretario del inepto embajador de Francia en la República
de Venecia, Pierre-François de Montaigu, con quien no llegó a concordar, hasta
el punto de que al año siguiente fue despedido (1744).
En 1745 y ya con 33
años, vuelve a París, donde convive con Thérèse Levasseur, una modista
analfabeta con quien tiene cinco hijos y a quien convence para entregarlos al
hospicio conforme van naciendo; así hizo en 1746 con el primero. Al principio
dijo que carecía de medios para mantener una familia,
pero más
tarde, en el volumen IX de sus Confesiones, sostuvo haberlo hecho para
apartarlos de la nefasta influencia de su familia política: «Pensar en
encomendarlos a una familia sin educación, para que los educara aún peor, me
hacía temblar. La educación del hospicio no podía ser peor que eso».
En esta época contacta
con Voltaire, D'Alembert, Rameau y, de nuevo, con Diderot, y escribe sus obras
más reconocidas. Cuando la Academia de Dijon propuso en 1749 un concurso de
disertaciones sobre la siguiente cuestión: «Si el restablecimiento de las
ciencias y las artes ha contribuido a mejorar las costumbres», Rousseau ganó al
año siguiente con su Discours sur les sciences et les arts respondiendo que no,
pues las artes y las ciencias a su juicio suponen una decadencia cultural.
Mientras el gobierno y las leyes proveen lo necesario para el
bienestar y la seguridad de los hombres, las ciencias, las letras y las artes,
menos despóticas y quizá más poderosas, extienden guirnaldas de flores sobre
las cadenas que los atan, anulan en los hombres el sentimiento de libertad
original, para el que parecían haber nacido, y les hacen amar su esclavitud y
les convierten en lo que se suele llamar pueblos civilizados. La necesidad creó
los tronos; las ciencias y las artes los han fortalecido.
I Discurso para la Academia de Dijon, 1750
Pero, además, el cultivo
de las ciencias y las artes era responsable para él también del declive de la
moral, de la inocencia perdida y del desarrollo "del lujo, la disolución y
la esclavitud". A partir de aquí, alcanza una discutida y polémica
celebridad; incluso el depuesto rey de Polonia y duque de Lorena, Estanislao I
Leszczynski, intentó refutar a Rousseau con otro discurso. En 1751 dimite de su
puesto de secretario de madame Dupin y se dedica a copiar partituras musicales
para ganarse la vida y en 1752 estrena con éxito en Fontainebleau, en presencia
del rey Luis XV, su ópera en un acto El adivino del pueblo, atreviéndose a
rechazar una audiencia con el propio monarca. En 1754 publica su Discurso sobre
economía política y abjura del catolicismo y al año siguiente, en 1755,
publicará un texto aún más importante, su Discurso sobre el origen y los
fundamentos de la desigualdad entre los hombres, que había presentado para otro
concurso de la Academia de Dijon sin obtener premio esta vez. Este discurso
disgustó por igual a Voltaire y a la iglesia católica, la cual lo acusó de
negar el pecado original y de adherirse a la herejía del pelagianismo. Rousseau
había enviado un ejemplar a Voltaire, residente por entonces en su patria chica,
Ginebra, y este le contestó que estaba "escrito contra la raza humana...
jamás se desplegó tanta inteligencia para querer convertirnos en bestias".
Fue el comienzo de una creciente enemistad entre estos dos ilustrados, cuya
segunda fase aconteció cuando Voltaire publicó su Poema sobre el desastre de
Lisboa (1755), en que afirmaba sin ambages su pesimismo y negaba la providencia
divina, al que el ginebrino respondió con una Carta sobre la Providencia (1756)
en que intentaba refutarlo. La respuesta de Voltaire sería justamente
celebrada: su novela corta Cándido o el optimismo. Aún se enconó más el odio de
Voltaire cuando Rousseau imprimió su Carta a D'Alembert sobre los espectáculos
(1758), en la que declaraba (siendo él mismo autor dramático) que el teatro era
uno de los productos más perniciosos para la sociedad, generando lujo e
inmoralidad; es más, se mostraba sumamente misógino al escribir frases como
esta: A las
mujeres, en general, ni les gusta ni aprecian el arte, y no tienen ningún
talento. Pueden alcanzar el éxito en labores insignificantes que solo requieren
superficialidad y un poco de gusto, y, a veces, lógica... Sus escritos son tan
vacíos y bellos como ellas mismas y contienen el ingenio que uno quiera
ponerles, pero carecen por completo de profundidad. No saben cómo describir o
sentir el amor.
Voltaire se había
obstinado en crear un teatro en Ginebra donde pudiese presentar sus piezas y
actuar en ellas, y esta carta vino a darle la puntilla a toda posibilidad de
congraciarse con Rousseau, quien, por su parte, empezaba a asistir a salones
parisinos y criticaba la música francesa en la Querelle des Buffons con el
apoyo de los enciclopedistas y su, por aquel entonces, íntimo amigo
Frédéric-Melchior Grimm, con quien comparte el amor de madame d'Epinay.
Las exigencias de sus
amigos y sus opiniones lo distancian de ellos, Rousseau se siente traicionado y
atacado y abandona Ermitage, casa rural que le amuebló Mme. d'Epinay en 1756.
Se traslada en ese año a Mont Louis, también en los bosques de Montmorency, y
recibe la propuesta de convertirse en bibliotecario de honor de Ginebra, que
rechaza. En 1757 se enamora apasionadamente de madame Sophie d'Houdetot,
compitiendo con su otro amante, el poeta y académico Jean François de
Saint-Lambert, pero su relación no llega a ser más que platónica. A ella
dirigirá sus Cartas morales (1757-1758), que permanecieron inéditas hasta 1888.
En 1758 publica su Carta a d'Alembert sobre los espectáculos y en 1761 su
novela epistolar Julia, o la nueva Eloísa.
1762 fue un año
fundamental en su creación literaria, pues redacta una pieza teatral
originalísima, Pygmalion, considerada la creadora de un nuevo género
dramático-musical, el melólogo, que solo podrá representarse en 1770, y publica
dos obras capitales: Emilio, o De la educación y El contrato social, o
Principios del derecho político. La primera de estas obras era sobre todo un
cañonazo en toda regla contra la pedagogía tradicional y las religiones
culturales y aprendidas, no naturales, que habrá de tener consecuencias
importantísimas en esas disciplinas; en pedagogía imprimió un giro copernicano
que desarrollará otro escritor suizo, Pestalozzi, centrando la educación en el
niño y en su evolución mental, y primando las materias prácticas frente a las
teóricas y abstractas, mientras que en cuestiones religiosas Rousseau proponía,
despreciando la teología como inútil, una religión natural con papel secundario
y menos importante que otras disciplinas prácticas; la segunda obra era una
crítica fundamentada y de raíz de los principios políticos del Antiguo Régimen
que partía de una cuestión que se hizo justamente célebre: «El hombre nace
libre y, sin embargo, donde quiera que va está encadenado. ¿Por qué este
cambio?». En teoría constitucional, a diferencia de Thomas Hobbes y de modo más
acentuado aún que John Locke, Rousseau no admitía ninguna restricción en cuanto
a los derechos y libertades individuales: el hombre que no goza de una libertad
completa no es un hombre; bosqueja un principio filosófico de amplio futuro, la
alienación, así como otro político-jurídico, la voluntad general. Las
heterodoxas ideas expresadas en estas obras lo hacen tremendamente impopular,
hasta el punto de que el 9 de junio el Parlamento de París da orden de
arrestarlo por su Emilio; avisado previamente, Rousseau decidió refugiarse en
su natal tierra suiza, más en concreto en Yverdon; allí se entera de que además
el arzobispo de París Christophe de Beaumont ha escrito una carta pastoral
contra sus obras; el 19 de junio el cantón de Ginebra le expende orden de
arresto por sus obras Emilio y Contrato social y el 10 de julio es expulsado de
Yverdon por el cantón de Berna; así que atraviesa la sierra del Jura y se
refugia en Môtiers-Travers bajo la protección de Julie Emélie Willading, nacida
Boy de la Tour (1751-1826); en 1763 escribe una Carta a Christophe de Beumont
para defenderse de la persecución del arzobispo católico y después renuncia a
la ciudadanía ginebrina; en septiembre de 1764 recibe una oferta de Pasquale di
Paoli para redactar una constitución para la efímera República Corsa
(1755-1769). También en 1764 Voltaire publica un panfleto anónimo contra
Rousseau, El sentimiento de los ciudadanos, en el que revela el destino de sus
cinco hijos, entregados al cuidado de orfanatos porque Rousseau pensaba no ser
capaz de mantenerlos por sus condiciones económicas (esta fue su principal
justificación en las Confesiones):
¿Quién es ese hombre que
piensa que se le deben levantar estatuas y con la misma humildad compara su
vida con la de Jesús; ese que ultraja al cristianismo y a la Reforma, e insulta
a nuestros gobernantes y pastores? ¿Es un erudito que habla en contra de otros
eruditos? No, es un desgraciado sifilítico que arrastra tras de sí, de pueblo
en pueblo y de montaña en montaña, a una ramera, a cuya madre él ha matado, y
con la que ha tenido hijos y los ha abandonado a la puerta de un hospicio.
(Voltaire, anónimo, en El sentimiento de los ciudadanos, 1764)
Rousseau se tomó la
molestia de rebatir con informes médicos su presunta sífilis y el infundio de
haber matado a la madre de su amante, republicando el folleto anónimo con sus
notas en París, pero ocultando sin embargo la verdad del abandono de sus hijos.
Desde ese momento adoptó como lema Vitam impendere vero ("dedicar la vida
a la verdad", Juvenal, sátira IV), que antepuso a una publicación que hizo
en diciembre, sus Cartas de la montaña; pero el clero protestante (sobre todo
el pastor calvinista de Ginebra Jean Sarasin) y católico despotricaba contra él
y en 1765 su casa en Môtiers fue apedreada por una turba furiosa; unos días
después Rousseau decidió refugiarse en la isla de San Pedro, en el lago de
Bienne, en casa de un síndico de Berna; pero también se vio forzado a marcharse
de allí. Rousseau se desespera por primera vez y pide a las autoridades de
Berna que le encarcelen donde sea, que ya no escribirá nada más; pero no lo
encarcelan y se instala en Bienne, donde recibe sobre todo la visita de
diversos ingleses (Daniel Malthus, padre del economista; James Boswell...),
pues sus dos discursos y sus tres grandes libros, traducidos estos últimos por
William Kenrick, habían sido ampliamente divulgados también en el mundo
anglófono. Recibió peticiones para que viajara a Prusia (del mariscal George
Keith), al Reino Unido (de David Hume) e incluso a Rusia (de Cyril
Razoumovsky).
La persecución empezaba
a suscitar en Rousseau una paranoia o manía persecutoria a la que ya era
proclive; además, estaba seriamente enfermo de vejiga. Así que el 4 de enero de
1766, con David Hume y Jean-Jacques de Luze, se puso en camino para Londres. Su
amigo Hume lo acogió junto con Thérèse en Inglaterra, pero el filósofo suizo no
aguantaba la ciudad y Hume tuvo que buscarle a la pareja una residencia
campestre a su gusto, y la encontró en Chiswick; sin embargo el ilustrado
francés era invitado con frecuencia a otras fincas, como Mundan House (Surrey)
a media milla de Wotton Place, y sobre todo Wootton Hall (Statford), en casa de
Richard Davenport, que fue el lugar donde por más tiempo residieron; pasaron en
Inglaterra dos agitados años (1765-1767), hostigados por la opinión que la
mayoría de los ingleses tenía de él: un loco, malo y peligroso hombre que vivía
en pecado con Thérèse. Hume tenía que buscar artimañas hasta para llevar al
teatro Drury Lane al caprichoso, antojadizo y paranoico francés; al llegar al
espectáculo, su extraño atavío (Rousseau vestía habitualmente al modo armenio)
causó alboroto y al finalizar la representación fue conducido a la tertulia del
gran actor Garrick. Horace Walpole le gastó una broma pesada escribiéndole una
carta falsa como si fuese Federico el Grande de Prusia, Therèse le engañó con
Boswell, y el perro de Rousseau, "Sultán", no hacía otra cosa que
escaparse y Rousseau se pasaba el día quejándose y protestando. En fin, Hume acabó
harto de los líos, rarezas (por ejemplo, rechazar una pensión secreta del rey
Jorge III de cien libras que Hume se había forzado en conseguirle y el francés
había aprobado al principio) y paranoias (pensaba que Hume se había aliado con
Voltaire, d'Alembert, Diderot y otros enemigos suyos para desacreditarlo,
llevando este altercado incluso a la imprenta, a lo cual respondió Hume también
con un impreso) de Rousseau. En 1767, con 55 años, recibe pese a todo la
pensión de Jorge III, pero decide volver a Francia con el nombre falso de
Jean-Joseph Renou, cuando ya sus agobiados amigos ingleses se habían dado
cuenta de que algo le pasaba, que estaba trastornado. El príncipe de Conti pone
a su disposición una casa en Trye-le Chateâu y se publica su Diccionario de
música. Pero en 1768 marcha a Lyon y Grenoble y el 30 de agosto se casó con su
amada Thérèse en Bourgoin. En 1770 se le permitió regresar oficialmente con su
nombre: pero bajo la condición de no publicar nada más.
Terminó sus memorias,
las Confesiones, en 1771, un intento de resolver o al menos dar testimonio de
sus tremendas contradicciones, y se dedicó a vivir de sus patrones y de
lecturas públicas de estas memorias. En 1772 Mme. d'Epinay, escritora amante de
él y Grimm al tiempo (lo que provocará su enemistad), escandalizada por lo que
Rousseau relata de su relación con ella, pide a la policía que prohíban tales
lecturas, y eso es lo que ocurre. Con un estado anímico sombrío, se aleja
definitivamente del mundo. Comienza a redactar en 1772 sus Diálogos, pero el
daño que le habían causado los violentos ataques de Voltaire (quien dijo de él
que se valía de la sensiblería y la hipocresía para prosperar) así como los de
otros personajes de su época terminó apartándolo finalmente de la vida pública
sin poder aprovechar la fama y el reconocimiento de su obra, que inspiraría al
romanticismo. Alarga sus Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia y en los
años siguientes trabajó en Cartas sobre botánica a la señora Delessert
(1771-1773), Rousseau juez de Jean-Jacques (1772-1776) y la ópera Daphnis et
Chloé (1774-1776). En 1776 empieza a redactar sus Ensoñaciones de un paseante
solitario (1776-1778 ), cuya redacción quedará inconclusa por su súbita muerte,
cuando andaba retirado en Ermenonville por consejo médico, de un paro cardíaco
en 1778, cuando contaba con 66 años.
Sus restos descansan en
el Panteón de París a pocos metros de Voltaire y el sitio exacto está marcado
claramente por un busto conmemorativo. Póstumas aparecieron diversas obras: en
1781 su Ensayo sobre el origen de las lenguas y una continuación del Emilio,
Émile et Sophie, ou les Solitaires, así como las Confesiones (1782-1789). Las
Cartas morales solo serán publicadas en 1888.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau
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