Coco Chanel

 

Gabrielle Chanel nació en el Hospicio General de Saumur, el hospital público de la ciudad que gestionaban las Hermanas de la Providencia muy cerca del domicilio de los Chanel. La madre de Gabrielle, Eugénie Jeanne Devolle, era una campesina de Courpière, un pequeño pueblo del norte del departamento de Puy-de-Dôme en Auvernia. Su padre, Albert Chanel, nacido en Nîmes en el seno de una familia procedente de los montes de las Cevenas, era un vendedor ambulante que recorría los mercados del país. Al nacer Gabrielle sus padres ya tenían una primera hija de apenas un año, Julia Berthe (1882-1912), y la familia vivía en condiciones precarias. Gabrielle fue inscrita equivocadamente con el apellido Chasnel en el registro civil, pero como Jeanne Devolle estaba demasiado debilitada por el parto y el padre estaba ausente para firmar el acta de nacimiento, el apellido de la bebé permaneció mal escrito. Años más tarde, Gabrielle Chanel añadiría otra alteración a su verdadero nombre asegurando que fue bautizada como Gabrielle «Bonheur» (Felicidad), un segundo nombre que las monjas del hospital habrían escogido para traerle suerte. El nombre «Bonheur» no aparece sin embargo en ningún documento de la época. En 1884, Albert aceptó 5000 francos de la familia de Jeanne a cambio de que se casara con la madre de sus hijos en Courpière. Aparte de Gabrielle y Julia, el matrimonio tuvo otros cuatro hijos: una hija, Antoinette (1887-1920), y tres varones, Alphonse (1885-1953), Lucien (1889-1941) y Augustin (nacido y muerto en 1891).

 

Eugénie Jeanne Devolle murió a los 31 años, el 6 de febrero de 1895 exhausta por los continuos embarazos, el duro trabajo y la tuberculosis. Gabrielle tenía doce años. Su padre confió entonces sus dos hijos varones a la asistencia pública que los colocará en granjas, mientras sus tres hijas fueron acogidas en el orfanato del monasterio de Aubazine, Corrèze, gestionado por la Congregación del Santo Corazón de María, donde Gabrielle y sus hermanas recibieron una estricta disciplina y aprendieron a coser, bordar a mano y planchar.

 

Durante mi infancia sólo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Sólo el orgullo me salvó.

Coco Chanel

Chanel huyó siempre del recuerdo del orfanato de Aubazine, pero la austeridad de esta abadía cisterciense del siglo XII determinó su estilo reinterpretando algunos de los detalles arquitectónicos del lugar, recoge Edmonde Charles-Roux en su biografía Coco Chanel, L'Irrégulière. Sus primeras biografías recogen las historias que Coco inventó. Alegó orígenes burgueses con el fin de ocultar su condición humilde, y afirmó que cuando su madre falleció, su padre viajó a América en busca de fortuna y ella quedó al cuidado de unas tías insensibles. También declaró haber nacido en 1893 en vez de 1883 y que su madre había muerto cuando solo contaba dos años en lugar de doce.

 

Después de adquirir conocimientos básicos de costura durante seis años en Aubazine, al cumplir 18 años Chanel fue enviada a un internado religioso en la ciudad de Moulins, donde residían sus abuelos paternos, Angelina y Henri-Adrien Chanel. La institución gozaba de buena reputación para formar profesionalmente a chicas sin recursos o de pago, y encontrarles un empleo digno una vez terminado su aprendizaje. Allí coincidió con su joven tía Adrienne, apenas dos años mayor que ella, que se convirtió en su amiga y cómplice.

 

Aspirante a una carrera artística

Las dos jóvenes encontraron empleo en una pañería como ayudantes de un sastre de Moulins.

 

Los hombres que iban a la sastrería coqueteaban con las jóvenes y las invitaban al cabaret local, donde Gabrielle se sintió atraída por el mundo del espectáculo y empezó a cantar sobre los escenarios de un café-concert de Moulins llamado «La Rotonde». Fue una de las tantas chicas denominadas poseuses, aquellas que entretienen al público entre los cambios de vestuario de los artistas principales. El dinero recaudado era aquel que obtenían al pasar el plato entre el público como apreciación por su interpretación. Fue por aquella época cuando Gabrielle recibió el apodo de «Coco», posiblemente por dos canciones de su repertorio que llegaron a identificarla: «Ko ko ri ko» y «Qui qu'a vu Coco?», una tonadilla popular que narraba la historia de una muchacha que había perdido a su perro Coco. Otras fuentes indican que podría ser por cocotte, un término francés que hace referencia a la mujer mantenida. Como intérprete irradiaba un encanto juvenil que fascinaba a los militares habituales del cabaret.

 

En 1906 se hallaba en Vichy, una ciudad turística conocida por sus aguas termales, que contaba con una gran cantidad de salas de concierto, teatros y cafés donde esperaba encontrar el éxito como intérprete. Sus encantos juveniles y físicos impresionaron a aquellos que le realizaron pruebas pero su voz de canto no era perfecta y eso no le permitió hallar trabajo. Obligada a encontrar un empleo, decidió ingresar en las instalaciones del manantial de la «Grande Grille», repartiendo vasos de agua mineral. Cuando la temporada veraniega terminó, regresó a Moulins y, por consiguiente, a su antiguo trabajo en «La Rotonde», aunque desesperanzada de consagrarse como cantante.

 

Balsan y Capel

En Moulins, Chanel conoció al oficial de caballería y rico heredero textil francés, Étienne Balsan. Con 23 años se convirtió en su amante y suplantó como favorita a la cortesana Émilienne d'Alençon. Durante los siguientes tres años, vivieron juntos en su castillo Royallieu cerca de Compiègne, una zona destacada por su bosque de senderos ecuestres y la vida de caza y polo. Este estilo de vida permitió a Chanel llevar una vida de riqueza y ocio, y fomentar su carácter social en fiestas de alto prestigio. La biógrafa Justine Picardie sugirió que el sobrino de la diseñadora de moda, André Palasse, supuestamente hijo único de su hermana Julia-Berthe que decidió suicidarse, era en realidad el primogénito de Chanel y Balsan.

 

En 1908, comenzó un romance con uno de los mejores amigos de Balsan, el capitán inglés Arthur Edward «Boy» Capel. Durante sus últimos años, Chanel recordó: «Dos caballeros estaban pujando por mi pequeño cuerpo caliente».

 

Capel, un miembro rico de la clase alta inglesa, la instaló en un apartamento en París y financió sus primeras tiendas. El diseño de la botella de la fragancia Chanel Nº5 tiene dos orígenes probables atribuibles a las sensibilidades de diseño sofisticadas de Capel. Se cree que Chanel adoptó las líneas rectangulares biseladas de las botellas de tocador Charvet que Capel llevaba en su caja de cuero de viaje o el estilo de su decantador de whisky que admiraba tanto que deseaba reproducirlo en un «cristal delicado, caro y exquisito». La pareja pasó tiempo en diversos centros turísticos de moda tales como Deauville pero Capel nunca le fue fiel. Permanecieron juntos durante nueve años e incluso continuaron su relación luego del casamiento de Capel con la aristócrata inglesa lady Diana Wyndham en 1918.

 

La prematura muerte de Capel en un accidente automovilístico a fines de 1919 fue uno de los acontecimientos más devastadores para Chanel. Abatida por el dolor, comenzó a utilizar prendas negras en señal de luto y al poco tiempo diseñó el denominado «pequeño vestido negro», que se presentó en 1926 y fue calificado por la revista Vogue como el «atuendo que todo el mundo usará». El vestido negro, disponible solo en ese color, fue inmediatamente un éxito y ha sido el epítome de la elegancia sencilla desde entonces. Luego del deceso, se encargó personalmente de construir un monumento en el lugar del accidente, que solía visitar en los últimos años para depositar flores en su memoria. En 1945, Chanel, que residía en Suiza, confió a su amigo Paul Morand: «Su muerte fue un golpe terrible para mí. Al perder a Capel, lo perdí todo. Tengo que decir que lo que siguió no fue una vida de felicidad».

 

Diseñadora de sombreros y primeras tiendas

Chanel recibió lecciones por parte de dos de los mejores asistentes de Lucienne Rabatte, una popular diseñadora de sombreros cloché que había trabajado para la Maison Lewis. Comenzó a confeccionar sombreros mientras vivía con Balsan, inicialmente como un entretenimiento que luego derivó en un negocio comercial de notable aceptación entre sus clientes, muchos de los cuales eran allegados de su amante.

 

Chanel solía llevar puestas sus propias creaciones a las carreras de caballos y llamar la atención de los presentes con su peculiar estilo de vestir. Sus conjuntos vanguardistas, muchas veces conformados por pantalones de montar y poleras, contrastaban con los vestidos elegantes de la época. Se convirtió en fabricante de sombreros en 1909 e inauguró una boutique financiada por Balsan en la planta baja de su departamento de soltero en el Boulevard Malesherbes. Al año siguiente estableció su casa de moda, Chanel Modes, en el número 21 de la rue Cambon en París. Su carrera como sombrerera floreció cuando la actriz de teatro Gabrielle Dorziat utilizó sus modelos en la obra de teatro Bel Ami de 1912, dirigida por F. Nozière, y posteriormente en la revista Les Modes.

 

En 1913, abrió una boutique financiada por Arthur Capel en Deauville, donde introdujo ropa informal de lujo orientada hacia el ocio y el deporte. Los modelos fueron diseñados con tejidos de bajo costo como el jersey y el tricot, usado sobre todo para la ropa interior de los hombres. Tenía una localización privilegiada en una calle de moda en el centro de la ciudad, donde vendía sombreros, chaquetas, suéteres y las denominadas marinières (camiseta de manga larga y de estilo marinero). Tuvo el apoyo de dos integrantes de su familia: su hermana Antoinette, y Adrienne Chanel, su tía casi de la misma edad, que el abuelo de Coco había tenido casi hacia el final de su vida. Adrienne y Antoinette fueron llamadas para modelar sus diseños y solían transitar la ciudad a diario y dar paseos en barco con el fin de promocionar las creaciones de su pariente. The New Yorker publicó: «Las damas de Deauville despertaron una mañana y descubrieron una diferencia impactante de elegancia entre su propia ropa y la moda Chanel», mientras que Women's Wear predijo un gran éxito para sus suéteres de punto de lana.

 

Decidida a recrear el éxito que había tenido en Deauville, Chanel inauguró un nuevo local en una villa frente al casino de Biarritz en 1915. La ciudad, situada en la Costa Vasca y frecuentada por clientes españoles ricos, tuvo la condición de neutralidad durante la Primera Guerra Mundial, lo que le permitió convertirse en una zona de excelencia para adinerados y exiliados de sus países por las hostilidades. Tan solo un año después de su inauguración el negocio había tenido tanto éxito que Chanel decidió reintegrarle (por voluntad propia) a Capel el dinero que le había prestado como inversión inicial. Poco después, conoció en Biarritz al gran duque Demetrio Románov de Rusia, con quien tuvo un interludio romántico y mantuvo una estrecha relación muchos años después.

 

Consagración en el mundo de la moda

En febrero de 1916, con ocasión de la presentación de su primera colección en otoño, sus prendas y chaquetas deportivas aparecieron por primera vez en la revista Vogue. Al poco tiempo, sus modelos comenzaron a venderse en las grandes tiendas departamentales de Estados Unidos. En 1918, estableció su casa de moda con más de 300 empleados en una propiedad situada en el número 31 de la rue Cambon en uno de los barrios más elegantes y lujosos de París. Al año siguiente fue registrada oficialmente como couturière y en 1921 inauguró una boutique de moda que ofrecía ropa, sombreros, accesorios y más tarde, joyas y perfumes.

 

Ese año Chanel modeló el logotipo «CC» de su empresa, que se ha mantenido hasta la actualidad. Existen tres teorías respecto a las influencias que marcaron el diseño. El emblema de la entrada al castillo Château de Crémat de su amiga Irène Bratz posiblemente haya sido la inspiración del logo. Otras versiones indican que los ventanales de la iglesia de Aubazine del orfanato donde pasó su infancia o el monograma del rey Enrique II de Francia y Catalina de Médicis pudieron haber tenido influencia al momento de la producción de la insignia de la marca Chanel.

 

Su consolidación en el mundo de la moda significó el declive de la carrera de Paul Poiret, que se resistió a la practicidad, racionalización y simplificación estilística que modistos, como Chanel, propusieron en esos años. Los modelos sencillos y elegantes de la diseñadora con acabados de costura discretos hacían que los de Poiret parecieran desaliñados e incorrectamente elaborados en comparación. El hecho llevó a que Jean Cocteau satiriza los diseños obsoletos de Poiret a través de su caricatura animada «Poiret sale, Chanel entra». Finalmente, su casa de moda quebró a fines de los años 20.

 

En la primavera de 1920, aproximadamente en mayo, la diseñadora conoció al compositor Ígor Stravinsky gracias al empresario de los Ballets Rusos, Serguéi Diáguilev. Durante el verano se enteró de que la familia de Stravinsky estaba buscando un lugar para vivir y los hospedó momentáneamente en su vivienda, «Bel Respiro», en el suburbio parisino de Garches, hasta que se establecieran definitivamente en una residencia más adecuada. Los Stravinsky permanecieron ahí hasta mayo de 1921. Chanel, por su parte, protegió de pérdidas económicas la nueva producción de Stravinsky, La consagración de la primavera (1920), mediante un presente anónimo enviado a Diáguilev que consistía en 300.000 FRF. Diáguilev la convocó en 1924 para el diseño del vestuario de su espectáculo de ballet Le Train Bleu en el Teatro de los Campos Elíseos.

 

En 1921, colaboró con el perfumista Ernest Beaux en la creación de su primer perfume, Chanel Nº 5, que rápidamente se convirtió en un éxito. Basado en el perfume de jazmín, la fragancia fue la primera en llevar el nombre de un diseñador y fue envasada en una botella de cristal creada por la propia Chanel. Rápidamente, la Société des Parfums Chanel pasó a vender otras fragancias, como el Chanel Nº 22, el 31 Rue Cambon, el Gardenia y 28 la Pausa. En 1922, durante las carreras de Longchamp, el fundador de las Galeries Lafayette Haussmann, Théophile Bader, le presentó al empresario Pierre Wertheimer. Bader estaba interesado en la presentación de la fragancia Chanel N.º 5 en su tienda departamental. En 1924, la diseñadora creó la entidad corporativa Parfums Chanel luego de llevar a cabo un acuerdo con los hermanos Wertheimer, Pierre y Paul, directores de la eminente casa de perfumes y cosméticos Bourgeois desde 1917. Los Wertheimer acordaron proporcionar la financiación completa para la producción, comercialización y distribución del perfume. Ellos recibirían el 70 % de las ganancias y Bader una cuota del 20%, mientras que Chanel el 10% restante. Enfadada con el arreglo, retiró su participación de cualquier operación comercial y luchó durante más de veinte años para obtener el control total de la compañía. Posteriormente se refirió a Pierre como el «bandido que me estafó». Su fábrica textil de punto de lana, Tricots Chanel (luego renombrada a Tissus Chanel), se estableció en 1928 en Asnières bajo la dirección del poeta y dibujante ruso Iliazd.

 

Chanel mantuvo una relación significativa con el poeta Pierre Reverdy y el ilustrador y diseñador Paul Iribe. Luego de finalizar su romance con Reverdy en 1926, ambos continuaron con una amistad que perduró cuarenta años. La diseñadora fue un componente primordial en su producción poética al reforzar su confianza, apoyar su capacidad creativa y mitigar su inestabilidad financiera al comprar en secreto sus manuscritos por medio de su editor. Con Iribe estableció su primera colección pública de joyería, «Bijoux de Diamants», a pedido de la International Guild of Diamond Merchants en 1932. Mantuvieron un profundo vínculo hasta su repentina muerte en 1935 y compartieron las mismas políticas reaccionarias. De hecho, Chanel financió su periódico antirrepublicano y ultranacionalista mensual, Le Témoin, que alimentó el miedo a los extranjeros y promovió el antisemitismo. En 1936, un año después de la finalización de la publicación, la diseñadora se desvió hacia el extremo opuesto al financiar la revista radical izquierdista de Pierre Lestringuez, Futur.

 

Una de sus amistades más largas y duraderas fue con Misia Sert, persona destacada de la élite parisina y esposa del pintor español José María Sert. Se sintió atraída por Chanel al conocer su «genio, ingenio letal, sarcasmo y destructividad maníaca, que intrigó y consternó a todos». Ambas mujeres, criadas en conventos, mantuvieron una amistad basada en intereses compartidos, confidencias y consumo de drogas. Para 1935, la diseñadora se había convertido en una consumidora adictiva de drogas al inyectarse tres dosis de morfina diarias hasta el final de su vida. De acuerdo con el periodista norteamericano Chandler Burr, el biofísico Luca Turin relató una historia apócrifa en la que aseguró que la diseñadora fue apodada «Coco» debido a que realizaba las mejores fiestas de cocaína de París.

 

La escritora Colette, que pertenecía a los mismos círculos sociales que Chanel, ofreció una descripción caprichosa de la modista en el trabajo de su taller que figuró en Prisons et Paradis (1932): «Si cada rostro humano tiene una semejanza con un animal, entonces Mademoiselle Chanel es un pequeño toro negro. Ese mechón de cabello negro rizado, el atributo de los terneros, cae sobre su frente y llega hasta sus párpados y baila con cualquier movimiento de su cabeza».

 

Relaciones con aristócratas británicos

En 1923, Vera Bate Lombardi, supuestamente hija ilegítima del marqués de Cambridge, le proporcionó a Chanel la entrada a los más altos niveles de la sociedad británica. Le presentó ese mismo año en Monte Carlo al duque de Westminster, Hugh Richard Arthur Grosvenor, conocido en la intimidad como «Bendor». Durante el romance de diez años que mantuvo con el aristócrata, Chanel recibió joyas extravagantes y una casa en el prestigioso distrito londinense de Mayfair. Otros rumores indican que el príncipe de Gales Eduardo de Windsor (posterior rey de Gran Bretaña Eduardo VIII) mantuvo un breve amorío con la diseñadora a pesar de la implicancia con su primo, el duque. Años después, Diana Vreeland, editora de Vogue, insistiría en que «la apasionada, centrada y ferozmente independiente Chanel» y «el príncipe tuvieron un gran momento romántico juntos». A través de Grosvenor la diseñadora conoció a uno de sus colaboradores más cercanos, Winston Churchill, que la definió como una «mujer de personalidad fuerte, muy capaz y agradable» y con quien forjó una amistad de por vida. En 1927, Grosvenor le otorgó a la modista una parcela de tierra que había comprado en Roquebrune-Cap-Martin, lugar en el que construyó su villa «La Pausa», para la cual contrató al arquitecto Robert Streitz. Las ideas de Streitz para la elaboración de la escalera y el patio estaban inspiradas en elementos de diseño de Aubazine, el orfanato en el que pasó su juventud. Cuando se le preguntó por qué no se había casado con el duque, la diseñadora respondió: «Ha habido muchas duquesas de Westminster. Chanel hay una sola».

 

Diseños para cine

En 1931, durante su estadía en Monte Carlo, conoció a Samuel Goldwyn a través de Demetrio Románov, primo del zar de Rusia Nicolás II. Goldwyn ofreció a Chanel una propuesta laboral de un millón USD que incluía diseñar el vestuario para las estrellas de MGM dos veces al año en Hollywood. Luego de aceptar la oferta, viajó acompañada de Misia Sert a Estados Unidos, donde confeccionó la ropa de Gloria Swanson en Tonight or Never (1931, Esta noche o nunca) y de Ina Claire en The Greeks Had A Word for Them (1932, Tres rubias). Por otra parte, Greta Garbo y Marlene Dietrich se convirtieron en clientas privadas. Su experiencia en la producción de vestuario para películas norteamericanas le generó una aversión por la industria del cine y la cultura de Hollywood, a las que calificó de «infantiles». La diseñadora declaró: «Hollywood es la capital del mal gusto... y es vulgar» The New Yorker especuló con que había abandonado su trabajo debido a que «sus vestidos no eran lo suficientemente sensacionales. Ella hizo que una dama se vea como una dama. Hollywood quiere una dama que se vea como dos damas». Sin embargo, continuó realizando diseños para el cine pero esta vez para películas francesas, entre ellas La regla del juego (1939) de Jean Renoir, en la que figuró como La Maison Chanel. La diseñadora, consciente de las aspiraciones del joven italiano Luchino Visconti para trabajar en cine, le presentó a Renoir, quien quedó ampliamente impresionado y lo contrató para su siguiente proyecto cinematográfico.

 

Su empresa llegó a contar con 4000 empleados y 28 000 unidades de venta anuales para 1935. A medida que avanzaba la década, su lugar de privilegio en el mundo de la alta costura se vio amenazado. Sus diseños para la industria del cine hollywoodense habían fracasado y no habían engrandecido su reputación como esperaba. Por el contrario, comenzó a existir una alta rivalidad con la prestigiosa diseñadora Elsa Schiaparelli, cuyos innovadores diseños estaban repletos de detalles festivos y surrealistas, lo que la llevó a cosechar elogios de la crítica y generar entusiasmo en el mundo de la moda. Luego de sentir que estaba perdiendo prestigio, Chanel colaboró en la obra teatral Oedipe Rex de Jean Cocteau, con quien había trabajado en Orphée (1926) y Antigone (1927, basada en la tragedia homónima de Sófocles). Los trajes diseñados para Oedipe Rex fueron ridiculizados y criticados severamente por la prensa: «Envueltos en vendajes, los actores parecían momias ambulantes o víctimas de algún terrible accidente».

 

Segunda Guerra Mundial

En 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cerró todas sus tiendas, pero mantuvo abierta su boutique en el número 31 de la rue Cambon con solo perfumes y accesorios disponibles. Alegó que no era momento para la moda y 3000 empleadas perdieron sus puestos de trabajo. Al cerrar la casa central de moda, confesó públicamente su posición política y comenzaron a circular detalles de su vida personal. Su aversión por los judíos y homosexuales, según informes inculcada en sus años de convento y agudizada por sus relaciones con las élites sociales, había consolidado sus creencias. De hecho, compartió con la mayor parte de su entorno que los judíos eran una amenaza bolchevique para Europa. Durante la ocupación alemana, Chanel residía en el Hotel Ritz, que se destacó por ser el lugar preferido de residencia de los oficiales militares alemanes de alta jerarquía. Su relación amorosa con Hans Gunther von Dincklage, un oficial alemán que había sido operario de la inteligencia militar desde 1920, posibilitó su estadía en el Hotel Ritz.

 

Batalla por el control de «Parfum Chanel»

La Segunda Guerra Mundial, específicamente la toma nazi de todas las propiedades de judíos y empresas comerciales, le proporcionó la posibilidad de ser la única destinataria de todas las ganancias generadas por su compañía de perfumes y su producto más vendido, Chanel N.º 5. Los directores de la empresa en ese momento, los Wertheimer, eran judíos, por lo que Chanel utilizó su condición de «aria» para solicitar a las autoridades alemanas ser la única propietaria de la empresa. El 5 de mayo de 1941, le escribió al administrador del gobierno encargado de resolver la enajenación de los bienes financieros judíos. Sus motivos para la posesión de la empresa fueron que Parfums Chanel «continúa siendo propiedad de judíos» y había sido legalmente «abandonada» por los dueños. La diseñadora escribió: «Yo tengo un derecho indiscutible de prioridad... las ganancias que he recibido de mis creaciones desde la fundación de este negocio... son desproporcionadas... [y] ustedes pueden ayudar a solucionar en parte los perjuicios que he sufrido en el curso de estos 17 años».

 

Durante el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, el mundo de los negocios seguía con interés y cierta aprensión la lucha legal en curso por el control de Parfums Chanel. La modista no se había percatado de que los Wertheimer, anticipando las medidas nazis contra los judíos, en mayo de 1940 habían otorgado de forma legal el control de la compañía a Félix Amiot, un industrial cristiano y hombre de negocios francés. Al finalizar la guerra, Amiot otorgó el control de nuevo a los Wertheimer. Las partes involucradas en el procedimiento legal eran conscientes de que la afiliación nazi de la diseñadora en tiempos de guerra dañaría seriamente su reputación y el estatus de la marca Chanel si se hiciera pública.

 

La revista Forbes resumió el dilema que enfrentaban los Wertheimer: el cómo una «lucha legal podría destapar las actividades de Chanel durante la guerra y arruinar su imagen y su negocio». Finalmente, los trámites procesales concluyeron con la toma de una decisión de común acuerdo que incluyó la renegociación del contrato original de 1924. El 17 de mayo de 1947, la diseñadora recibió ganancias de las ventas del Chanel N.º 5 en tiempos de guerra, en una suma equivalente a 400 000 dólares. A partir de ese momento su beneficio económico fue enorme y sus ingresos rondaron los 25 millones USD anuales, lo que la convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo. Además, Pierre Wertheimer acordó una disposición inusual propuesta por la propia Chanel en la que aceptó pagar todos los gastos que la diseñadora realizara —desde los triviales a los más costosos— durante el resto de su vida.

 

Actividad como agente nazi

Documentos de archivo desclasificados descubiertos por Hal Vaughan revelaron que la Prefectura de Policía francesa tenía un escrito sobre Chanel en el que fue descrita como: «Costurera y perfumista. Seudónimo: Westminster. Agente de referencia: F 7124. Señalado como sospechoso en el archivo». Para Vaughan, «era una facilitadora. Conocía a todo el mundo [...] Y ayudó a los nazis... Todo lo que ella hizo era una paradoja. Era tan contradictoria. Por un lado, hizo comentarios antisemitas. Sin embargo, uno de sus mejores clientes era judío, como los Rothschild, y de hecho su socio en el negocio era judío, y lo continuó siendo después de la guerra». El activista antinazi Serge Klarsfeld declaró que «no significa que porque tenga un número de espía, esté necesariamente implicada de forma personal. Algunos informantes tenían número sin ser conscientes de ello». Vaughan estableció que Chanel se involucró con la causa alemana ya desde 1941 y trabajó para el general Walter Schellenberg, jefe de inteligencia de las SS, quien coordinó sus relaciones comerciales con las autoridades de la ocupación.

 

Al final de la guerra, Schellenberg fue juzgado por el Tribunal Militar de Núremberg y condenado a seis años de prisión por crímenes de guerra. Fue puesto en libertad en 1951 debido a una enfermedad hepática incurable y se refugió en Italia. La diseñadora pagó los gastos cotidianos y de atención médica de Schellenberg, apoyado económicamente por su esposa y familia, y financió su funeral en 1952.

 

 

En una entrevista concedida a la agencia Associated Press, el autor Vaughan explicó el recorrido de su investigación: «Estaba buscando otra cosa cuando me encuentro con este documento que expresaba "Chanel es una agente nazi"... Entonces realmente empecé a escarbar todos los archivos, en los Estados Unidos, en Londres, en Berlín y en Roma y no encontré uno, sino 20, 30, 40 materiales de archivo absolutamente sólidos sobre Chanel y su amante, el barón Hans Gunther von Dincklage, que era un espía profesional de la Abwehr». Vaughan también se refirió a la incomodidad que produjeron las revelaciones proporcionadas por su libro: «Una gran cantidad de personas no desea que la emblemática figura de Gabrielle Coco Chanel, una de las grandes ídolos de Francia, sea destruida. Esto es definitivamente algo que mucha gente hubiera preferido dejar a un costado, olvidar...»

 

Carrera y vida posterior a la guerra

En 1945, se trasladó a Lausana, Suiza, aunque regresó eventualmente a París en 1954. En 1953 vendió su villa «La Pausa» a Emery Reves y una réplica parcial de la vivienda fue construida en el Museo de Arte de Dallas, que contiene piezas del mobiliario original y alberga la colección de arte de Reves. A diferencia del período anterior a la guerra, en el que el mundo de la moda estaba dominado solo por las mujeres, este comenzó a abrirse a nuevos géneros y el «New Look» de Christian Dior significó un éxito mundial al que le siguió el de Cristóbal Balenciaga, Robert Piguet y Jacques Fath.

 

Chanel estaba convencida de que las modistas femeninas se revelarían contra la estética «ilógica» ofrecida por los diseñadores masculinos y además, criticó las «fajas en la cintura, los sujetadores con relleno, las faldas pesadas y las chaquetas rígidas». Con más de setenta años y después de una ausencia de quince, sintió que era el momento para reincorporarse al mundo de la moda. El restablecimiento de su casa de alta costura en 1954 fue financiado por su viejo enemigo Pierre Wertheimer. Su nueva colección no fue bien recibida por los parisinos que sintieron que su reputación había sido dañada por su relación con los nazis durante la guerra. Sus nuevos trajes tweed y vestidos simples, que hicieron eco de los estilos aerodinámicos de los años previos a la guerra, fueron calificados por muchos críticos europeos como «pasados de moda». Sin embargo, sus modelos tuvieron una alta aceptación en Reino Unido y Estados Unidos, donde forjó nuevos clientes. La revista Vogue la definió como «la gran revolucionaria» y una «rebelde solitaria de la moda». Las actrices Elizabeth Taylor, Grace Kelly y Rita Hayworth fueron las primeras personalidades en utilizar sus nuevos modelos luego de su reingreso a la moda. En la década de 1950, Chanel comenzó a trabajar con el orfebre Robert Goossens, que produjo algunas de las joyas más importantes de la carrera de la diseñadora, incluyendo piezas con perlas de imitación o piedras de cristal en su base, anillos y pendientes. El trabajo de Goossens también incluye prendedores trenzados de plata y oro con esmeraldas, colgantes y cruces bizantinas de cristal. Continuó trabajando con la Casa Chanel incluso después de la muerte de su fundadora y muchas de sus obras fueron reversionadas en formato fantasía para los desfiles de moda y presentaciones. Por otra parte, el fabricante de perfumes Henri Robert colaboró con Coco Chanel entre 1955 y 1974, período en el que diseñó fragancias reconocidas como Pour Monsieur, la primera fragancia para hombres de Chanel; Chanel Nº 19, nombrado así en honor al cumpleaños de Coco el 19 de agosto; y Cristalle Eau de Toilette.

 

En 1957, recibió el Neiman Marcus Fashion Award por parte de Stanley Marcus en reconocimiento a la «diseñadora más influyente del siglo» y en 1959 fue designada miembro del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Su estilo fue nuevamente elegido para vestir a estrellas de cine como Romy Schneider y Jeanne Moreau en la película Les Amants (1958) de Louis Malle, y a Delphine Seyrig en El año pasado en Marienbad (1961) de Alain Resnais, como así también a María Callas, Audrey Hepburn y la primera dama estadounidense Jackie Kennedy, que vestía uno de sus modelos el día del asesinato de su marido John F. Kennedy en 1963.

 

Ante la popularización de la minifalda, creada por Mary Quant en 1964, Chanel la juzgó severamente mediante una declaración en la que afirmó que las rodillas eran la parte menos hermosa del cuerpo femenino por lo que había que mantenerlas cubiertas. Quant señaló que las rodillas eran un símbolo de juventud y por eso había que exhibirlas sin vergüenza alguna.

 

Último año y su fallecimiento

Según Edmonde Charles-Roux, se había convertido en una persona tirana y muy solitaria en sus últimos años. Ocasionalmente era frecuentada por Jacques Chazot, su confidente Lilou Marquand y la brasileña Aimée de Heeren, que pasaba en París cuatro meses al año, en el Hotel Meurice. Las antaño rivales solían compartir recuerdos felices de sus momentos con el duque de Westminster y caminar juntas por el centro de París.

 

Al comienzo de 1971 se hallaba enferma y debilitada, afectada por la artrosis y su adicción a la morfina, pero continuaba en el trabajo de su rutina habitual para la preparación del catálogo de primavera. En la tarde del sábado 9 de enero dio un largo paseo y al regresar a su casa, se sintió mal y se fue a su habitación temprano. Chanel murió al día siguiente a la edad de 87 años como consecuencia de un ataque cardíaco en el Hotel Ritz, donde había residido por más de treinta años. Sus últimas palabras (según la leyenda) fueron: «Bueno, así es como uno se muere». Una muerte solitaria después de una vida solitaria marcó el final de la vida del mito. Su funeral se llevó a cabo en la Iglesia de la Madeleine y sus modelos ocuparon la primera fila en la ceremonia. Su ataúd fue cubierto con flores blancas (camelias, gardenias, orquídeas, azaleas) y algunas rosas rojas. Sus restos fueron inhumados en el Bois-de-Vaux Cementery, en Lausana, Suiza.

 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Coco_Chanel

 

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