Fidel Castro

 

Fidel Castro nació en 1926 en la finca perteneciente a su padre en Birán (por entonces en el municipio de Mayarí y la antigua provincia de Oriente y ahora respectivamente municipio de Cueto y provincia de Holguín). Era hijo natural de un emigrado español, Ángel Castro Argiz, casado en segundas nupcias años después con Lina Ruz González, descendiente también de españoles. Fidel contaba ocho años y medio cuando fue bautizado, y hasta después de 1940 su padre no obtuvo el divorcio de su primera esposa, María Luisa Argota Reyes, y pudo contraer nuevas nupcias con Lina Ruz. Ambos progenitores eran analfabetos, aunque los dos aprendieron a leer en su madurez. Su padre, de origen humilde, finalmente alcanzaría una sólida posición económica. Con cuatro años Fidel comenzó a estudiar en una escuela en Birán. Sus padres decidieron enviarlo a Santiago de Cuba a la edad de seis años, junto a su hermana Angelita (1923-2012), al cuidado de la que había sido su profesora en Birán. A pesar de la situación económica en el año 1932, la institutriz que lo cuidaba empleaba su asignación para mantener a su familia.

 

En 1934 ingresó en el colegio lasaliano de Santiago. En septiembre de 1939 se inscribiría en el Colegio de Dolores, de los jesuitas, también en Santiago de Cuba. En 1942 ingresó en el Colegio de Belén de La Habana, donde fue seleccionado mejor deportista del curso 1943-1944, según el mismo. Finalizó el bachillerato en junio de 1945, junto al que sería su cuñado, Rafael Díaz-Balart, su mejor amigo de entonces y después acérrimo enemigo.

 

Universidad e inicios de la vida política

Ingresó en la Universidad de La Habana el 4 de septiembre de 1945. En estos primeros años, su vida académica estuvo caracterizada por su ausencia casi total de las aulas. A partir del tercer año, Castro se dedicó con especial intensidad a su labor académica, matriculándose por libre, y llegando a matricularse en tres carreras (Derecho, Derecho Diplomático y Ciencias Sociales) con la intención de obtener una beca para estudiar en Europa o Estados Unidos.

 

Fue durante el periodo universitario cuando tuvo acceso a algunas obras literarias que, según él, le permitieron alcanzar una cierta madurez política. Sus primeros pasos en la política fueron en el ámbito universitario. Fue elegido delegado de curso y llegó a recibir amenazas al enfrentarse a un candidato de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) apoyado por el Gobierno de Ramón Grau San Martín.

 

En 1947, con veintiún años, como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana de la FEU, promovió acciones para reclamar la destitución del dictador dominicano Rafael Trujillo, y formó parte de la Invasión de Cayo Confites, con el objetivo de derrocarlo.

 

En 1948, con el patrocinio del general Juan Domingo Perón, viaja por primera vez fuera de Cuba, a Caracas y Panamá, como delegado de la FEU, a la Conferencia Interamericana de Estudiantes que se celebraría en Bogotá en oposición a la IX Conferencia Panamericana. Estaba citado para encontrarse con el candidato a presidente Jorge Eliécer Gaitán la misma tarde en que este fue asesinado, durante la revuelta conocida como el «Bogotazo».

 

A su regreso a Cuba, contrajo matrimonio con Mirta Díaz-Balart, una estudiante de filosofía de una acomodada familia habanera. Realizaron su viaje de bodas a Nueva York, residiendo en el 156 West, 82th Street en Manhattan. Durante esa época. De este matrimonio nació su primer hijo, Fidel Ángel Castro Díaz-Balart.

 

En 1950 obtuvo su diploma en leyes. En 1951 se suicidó Eduardo Chibás, líder del Partido Ortodoxo, con el que Castro había simpatizado desde sus años universitarios. En junio de 1952 se presentó por este partido como independiente, por una circunscripción de La Habana, como candidato a la Cámara de Representantes del Congreso cubano, pero el golpe de Estado del general Fulgencio Batista derrocó al Gobierno de Carlos Prío Socarrás y anuló las elecciones. El golpe —reconocido por el Gobierno estadounidense— provocó la desazón de Castro, que utilizaría sus contactos con la Juventud del Partido Ortodoxo para aglutinar a un grupo de jóvenes para el asalto al Cuartel Moncada.

 

En marzo de 1952, Fidel Castro denunció a Batista ante un Tribunal de Urgencia por violar la constitución. En ella exponía que los delitos cometidos eran competencia de aquel tribunal y sobre la posible actuación de este argumentó:

Evidenciará si es que sigue funcionando con plenitud de facultades, si es que no se ve imposibilitado por la fuerza, si es que no ha sido abolido también el cuartelazo. [...] Si existen tribunales, Batista debe ser castigado, y si Batista no es castigado (...) ¿Cómo podrá después este tribunal juzgar a un ciudadano cualquiera por sedición o rebeldía contra este régimen ilegal producto de la traición impune?

 

Los tribunales rechazaron la demanda, por lo que Castro entendió que se legitimaba la lucha armada como única vía posible para derrocar la dictadura.

 

Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

Ante la convicción de que la única salida era la lucha revolucionaria (influido ya entonces por las ideas de Marx, Lenin y Martí), Castro participó en la elaboración de un ataque armado contra los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo (como avanzada para combatir el contraataque), ambos en la provincia de Oriente el 26 de julio de 1953.

 

El intento de tomar el Cuartel Moncada se debió a que, por sus características (un importante valor estratégico por su posición, agrupaba al menos 3000 armas, además de encontrarse en una zona activamente opuesta al golpe dado por Batista), podría propiciar un levantamiento popular armado, llamar al pueblo a la huelga general desde la radio y aprovechar las cualidades del terreno (rodeado de montañas y cerca del mar) que pudieran posibilitar el desarrollo de la lucha armada.

 

La táctica ideada consistió en llegar armados y disfrazados de sargentos, con la única diferencia del calzado para poder reconocerse entre ellos. Una vez dentro, se trataría de emplear el valor simbólico de la «Rebelión de los Sargentos» (movimiento militar que en 1933 derrocó al presidente Machado) para contactar con las demás guarniciones y animarlos al levantamiento. Si la rebelión no recibía apoyo, la idea era escapar a las montañas y armar al pueblo para continuar la lucha.

 

El ataque sería realizado por tres grupos: uno dirigido por Abel Santamaría, que debía tomar el Hospital Civil, otro al mando del hermano de Fidel, Raúl Castro, que debía tomar el Palacio de Justicia y el grupo principal dirigido por Fidel que debía tomar la jefatura del cuartel. El intento fracasó, entre otros factores, porque se perdió el factor sorpresa a partir de una posta que el regimiento en el cuartel agregó a causa de la celebración de los carnavales en la ciudad.

 

A pesar de contar con el apoyo de algunos ciudadanos que trataron de camuflarlos, muchos fueron atrapados, aunque Castro consiguió escapar con algunos hombres a la Sierra Maestra.

 

Tras varios días caminando, deciden entrar en una pequeña casa en la sierra, donde son sorprendidos mientras duermen. Castro salva la vida gracias al sargento que lo detuvo, que al entregarlo exigió que no fuese torturado.

 

Según el grupo de Castro, solo seis guerrilleros resultaron muertos en el combate, y acusaban al ejército de Batista de torturar y ejecutar a más de ochenta atacantes (de los 160 que integraban el grupo original, en el que había dos mujeres). Fidel Castro fue hecho prisionero, juzgado y sentenciado a quince años de prisión. En el alegato final del juicio, Fidel Castro pronunció un discurso de autodefensa. Posteriormente Castro escribió «La historia me absolverá», en el que defendió sus acciones y explicó sus puntos de vista políticos.

 

Tras veintidós meses de prisión fue liberado durante la amnistía general de mayo de 1955. Meses después se exilió a Estados Unidos y finalmente a México.

 

La lucha revolucionaria

Tras financiarse mediante ayudas particulares, especialmente con el dinero que le proporcionó Aureliano Sánchez Arango, exministro de Prío, regresó a Cuba con otros 82 miembros del denominado Movimiento 26 de Julio el 2 de diciembre de 1956 a bordo del yate Granma con la intención de invadir la isla. El desembarco debía ejecutarse de forma sincronizada con un grupo de miembros de la organización, encabezado por Frank País, que trataría de tomar Santiago de Cuba.

 

Sin embargo, la acción fracasa al retrasarse dos días el desembarco. Ya alertado, el ejército se despliega en la zona a la espera de los expedicionarios. A los pocos días del desembarque son sorprendidos en Alegría del Pío. Los pocos sobrevivientes (entre ellos, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Juan Almeida y Camilo Cienfuegos) se retiraron a la Sierra Maestra, desde donde empezaron una guerra de guerrillas contra el gobierno de Batista.

 

Los revolucionarios llegaron a contar con más de 800 combatientes con los que comenzaron la invasión a escala nacional (frente a los más de 70 000 combatientes de Batista), aunque la carencia de armas fue un condicionante fundamental. Castro, comandante de la expedición, fue nombrando progresivamente como comandantes al Che, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Almeida y algunos otros, ocupando él desde aquella época la graduación de «comandante jefe» (lo que evolucionó hasta «comandante en jefe»).

 

El Gobierno llegó a publicar la muerte de Castro. Los guerrilleros consiguieron desmentirlo gracias a la entrevista realizada por Herbert Matthews, corresponsal del diario New York Times. El grupo denunció también la colaboración de los Estados Unidos con el gobierno de Batista mediante la facilitación de armas.

 

En el año 1957, Fidel Castro firmó el Manifiesto de la Sierra Maestra en el que se comprometía a «celebrar elecciones generales para todos los cargos del Estado, las provincias y los municipios en el término de un año bajo las normas de la Constitución del 40 y el Código Electoral del 43 y entregarle el poder inmediatamente al candidato que resulte electo» en el caso de que su movimiento llegase al poder. Después del triunfo de la revolución, descartaría esa promesa.

 

El 24 de mayo de 1958, Batista envió diecisiete batallones contra los rebeldes en la "Operación Verano", pero los revolucionarios encadenaron una serie de sorprendentes victorias. El 28 de diciembre, el Che inicia con 300 hombres la batalla de Santa Clara, donde logran descarrilar un tren blindado cargado de armas que se dirigía a la capital, a pesar de que el Gobierno había colocado en la ciudad a unos 3000 hombres. Consiguieron, en algunos casos, deserciones y rendiciones masivas de las tropas de Batista.

 

El 28 de diciembre, el general Eulogio Cantillo negocia con los rebeldes un posible apoyo del ejército mediante un golpe de Estado. Castro se niega, principalmente porque pensaba que el golpe solo era un intento de Batista de facilitar su huida. Sin embargo, dos días después se produce el golpe, y Batista huye. Castro, desde Santiago de Cuba, ordena no detener los combates. También animan a la población a secundar una huelga general. La mañana siguiente, Fidel se reúne con el general Rego Rubido, quien entrega el Cuartel Moncada.

 

Fidel Castro hace su entrada triunfal en La Habana el 8 de enero, donde dice:

La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.

Discurso de Fidel Castro en su llegada a La Habana, el 8 de enero de 1959

 

Durante ese discurso, una paloma de las lanzadas por algunas mujeres del movimiento se posó en su hombro, lo que le otorgó tintes místicos de cara a sus seguidores.

 

Gobierno (1959-2008)

Fidel Castro fue nombrado primer ministro el 16 de febrero de 1959 y elegido presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba el 3 de diciembre de 1976, cargos que ocupó hasta el 24 de febrero de 2008. Desde 2008 hasta 2016, cuando falleció, fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y primer secretario del Partido Comunista de Cuba.

 

Tras el triunfo revolucionario, el nuevo presidente del país, Manuel Urrutia, designa al liberal José Miró Cardona como primer ministro el 5 de enero de 1959 al frente de un Gobierno de transición, de corte moderado y composición heterogénea, que aspiraba a agrupar a los distintos grupos políticos del país (con presencia de ministros del Movimiento 26 de Julio). Estados Unidos reconoce este Gobierno dos días después. Castro entra triunfalmente a La Habana con sus tropas el 8 de enero y Urrutia le nombra Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y le encomienda la tarea de reorganizar los institutos armados de la República.

 

Según Castro, su principal objetivo era desarrollar aquellas medidas que pretendían aplicar si el asalto al Cuartel Moncada hubiera fructificado (entre las que se reflejaban la reforma agraria, la reinstauración de la Constitución de 1940, la confiscación de los bienes usurpados durante la dictadura o la participación de los obreros en los beneficios de sus empresas).

 

En su discurso del acto del día 21, Fidel propone por primera vez a su hermano Raúl para que le suceda en su cargo si a él le ocurriese algo.

 

El 7 de febrero de 1959, el Gobierno promulga la Ley Fundamental de la República, que mantiene vigente ciertos de los postulados básicos de la constitución de 1940. El 13 de febrero, ante las fricciones que se producían en el interior del Gobierno, varios ministros, argumentando lo insostenible de la situación, proponen a Castro la posibilidad de asumir la responsabilidad de primer ministro. El 16 de febrero, Castro fue nombrado en ese cargo por el presidente Urrutia.

 

El tema racial es mencionado por primera vez en un discurso pronunciado por Castro el 2 de marzo de 1959, donde el pidió a la población eliminar la discriminación racial, y estableció su política de crear escuelas y puestos de trabajo a los cuales los negros cubanos tuvieran acceso. A partir de ese momento, manifestaciones de racismo fueron consideradas contrarrevolucionarias y políticamente condenadas por las autoridades. Castro comenzó un proceso de trabajo político y educacional desde 1959 para la erradicación del racismo. Con la eliminación de espacios privados como clubs, playas, escuelas y hospitales, desapareció también la posibilidad que tenían los dueños de decidir quiénes eran sus miembros y de hacer dicha selección basada en cuestiones raciales.

 

Otra de las tareas del gobierno cubano para eliminar el control privado de la economía fue arrestar a líderes de la mafia y tomar millones de dólares en efectivo. Antes de morir, Meyer Lansky dijo que Cuba lo "arruinó". Según Enrique Cirulo, historiador especializado en la mafia, Cuba es el único país donde la mafia ha experimentado una caída tan precipitada.

 

Entre el 15 y el 27 de abril realiza un viaje de buena voluntad a los Estados Unidos en visita no oficial, a invitación de la Asociación Americana de Editores de Periódicos. No obstante, el 19 de abril se entrevista con el vicepresidente estadounidense Richard Nixon en su despacho del Capitolio (el presidente Eisenhower se excusa por no recibirlo, aduciendo una partida de golf). Durante su estancia en la ciudad de Washington, visita los monumentos a George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, y la tumba del soldado desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. Es invitado al Lawrenceville School, en Nueva Jersey, así como a las universidades de Princeton y Harvard. El día 21 llega a Nueva York, donde se entrevista brevemente con el Secretario General de Naciones Unidas, Dag Hammarskjöld, y además realiza un multitudinario mitin en Central Park el día 24. Finaliza su viaje con una visita a Houston (Texas).

 

El 2 de mayo de 1959 viaja a Buenos Aires (Argentina), donde pronuncia un discurso en el Consejo Económico de los 21 en el que propone la creación de un mercado único latinoamericano. También visita brevemente Uruguay, Canadá y Brasil.

 

El 17 de mayo se decreta la primera Ley de Reforma Agraria, firmada en Sierra Maestra, que confiscó todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión. De forma simbólica, la primera propiedad expropiada fue la de su propia familia. Además, fundó organismos de nuevo tipo como el Instituto Nacional de Reforma Agraria (del cual fue su primer presidente) e instituciones culturales como la Imprenta Nacional de Cuba (fundada el 31 de marzo) y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (fundado el 24 de marzo).

 

A mediados de julio de 1959 dimite del cargo de primer ministro argumentando que sus diferencias con el presidente ponían en peligro el proceso revolucionario, lo que motivó una masiva exigencia popular para que se reincorporara al cargo, que terminó forzando la renuncia del presidente Urrutia el 17 de julio. El nuevo presidente de la República, Osvaldo Dorticós, lo vuelve a nombrar primer ministro el 26 de julio.

 

Primeras tensiones con Estados Unidos

La aprobación de la primera Ley de Reforma Agraria afectó seriamente intereses de propietarios cubanos y de estadounidenses. Desde finales de octubre de 1959 el presidente estadounidense Dwight Eisenhower aprueba diversas medidas propuestas por el Departamento de Estado y la CIA para emprender acciones encubiertas contra Cuba, que incluyen ataques piratas aéreos y navales, y la promoción y apoyo directo a las organizaciones contrarrevolucionarias dentro de Cuba. También se establece como objetivo la eliminación física de Castro.

 

El 21 de octubre de 1959, dos aviones que habían despegado desde el aeropuerto de Pompano Beach, en Florida, lanzan octavillas matando a dos adolescentes e hiriendo a otras 45 personas. Uno de los pilotos era Pedro Luis Díaz Lanz, exjefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria que había desertado cuatro meses antes. En un discurso ese día afirma desde el Regimiento "Ignacio Agramonte":

Siempre lo mismo, siempre lo mismo. Siempre lo mismo de Díaz-Lanz y de Urrutia. ¿Acusarnos de comunistas para qué? Acusarnos de comunistas para ganarse el halago y para ganarse el apoyo de la reacción, para ganarse el apoyo de cancillerías extranjeras; presentarse acusando a los compañeros más valiosos de esta Revolución de comunistas. Es decir, acusar a la Revolución de lo mismo que la acusan los latifundistas, de lo mismo que la acusan los criminales de guerra, de lo mismo que la acusan los garroteros, de lo mismo que la acusan los especuladores, de lo mismo que la acusan Trujillo y su emisora desde Santo Domingo, de lo mismo que la acusan los grandes monopolios internacionales. Quien se dedique a la innoble y ruin tarea de acusar de comunistas a los compañeros revolucionarios, lo que está haciendo es hacerles el juego a Trujillo, a la reacción nacional, a los grandes intereses internacionales, a los criminales de guerra, a Masferrer, a Batista, a Ventura, a Carratalá y a todos esos criminales.

 

El 28 de octubre de 1959 muere Camilo Cienfuegos en un accidente aéreo al regresar a la capital desde Camagüey, tras el encarcelamiento del comandante Huber Matos (jefe del regimiento militar de la provincia) y que había sido acusado de participar en un levantamiento sedicioso.

 

En febrero de 1960 el viceprimer ministro soviético Anastás Mikoyán visita Cuba y concede un crédito de cien millones de dólares, además de firmar tratados para la compra de azúcar y la venta de petróleo. En esta época recibe la visita de los filósofos franceses Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

 

El 4 de marzo de 1960 se produce en La Habana la explosión del vapor francés "La Coubre", que transportaba armas hacia la isla. El sabotaje provoca, mediante una doble explosión, un saldo de ciento un muertos y más de doscientos heridos. Al día siguiente, en el sepelio de las víctimas, Fidel Castro pronuncia por primera vez la consigna con la que suele finalizar sus discursos:

Y sin inmutarnos por las amenazas, sin inmutarnos por las maniobras, recordando que un día nosotros fuimos 12 hombres solamente y que, comparada aquella fuerza nuestra con la fuerza de la tiranía, nuestra fuerza era tan pequeña y tan insignificante, que nadie habría creído posible resistir; sin embargo, nosotros creíamos que resistíamos entonces, como creemos hoy que resistimos a cualquier agresión. Y no solo que sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. Y la disyuntiva nuestra sería «patria o muerte».

Palabras pronunciadas por Fidel Castro en las honras fúnebres de las víctimas de la explosión del vapor "La Coubre", el 5 de marzo de 1960

 

Tras el atentado, el Gobierno cubano, que acusa de los hechos a Estados Unidos, afirma que comprará armas a quien se las venda. El 17 de marzo de 1960, el presidente Eisenhower ordena la preparación de hombres para invadir la isla. El 8 de mayo se reanudan las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, interrumpidas por Batista en 1952.

 

El 29 de junio de 1960, el Gobierno cubano confisca las refinerías de Texas Oil Company, Shell y Esso, tras negarse a procesar el petróleo soviético. El 6 de julio, el presidente de Estados Unidos decreta rebaja de 700 000 toneladas de azúcar de la cuota cubana en el mercado de ese país. Dos días más tarde, el senado estadounidense faculta al presidente Eisenhower para suspender todo tipo de ayuda a países que confiscaran propiedades estadounidenses. Como reacción, el Consejo de Ministros cubano acuerda otorgar poderes al presidente de la República y al primer ministro para confiscar las propiedades estadounidenses. El 6 de agosto, en el estadio del Cerro (hoy Latinoamericano), Castro anuncia la confiscación de gran número de empresas estadounidenses, incluyendo las refinerías de petróleo, 36 centrales azucareros y las compañías de teléfonos y electricidad.

 

El 2 de septiembre expone en la plaza de la Revolución la Primera Declaración de la Habana como respuesta a la censura hecha a Cuba en la reunión de cancilleres de la OEA, en San José de Costa Rica, ante la decisión del Gobierno cubano de establecer relaciones con la Unión Soviética. Supuso el aislamiento diplomático entre Cuba y todos los países miembros, a excepción de México.

 

El 18 de septiembre viaja a Nueva York para acudir al XV periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. El siguiente día, la dirección del hotel Shelbourne (en el que se alojaba la delegación cubana) notifica a Castro que deben abandonar ese establecimiento. La delegación acepta el ofrecimiento del propietario del Hotel Theresa, en el barrio neoyorquino de Harlem. En él, recibe al presidente soviético Nikita Jrushchov, al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, al primer ministro indio Jawaharlal Nehru y al dirigente negro Malcolm X. Jrushchov, al ser preguntado sobre si Castro era comunista responde: «No sé si Fidel es comunista, pero yo soy “fidelista”».

 

El 28 de septiembre, Fidel Castro propone constituir un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, ante una multitud reunido en la Plaza de la Revolución, creándose así los Comités de Defensa de la Revolución, que tendrían la misión de detectar y denunciar a los enemigos de la Revolución.

 

El 15 de octubre Castro dispuso la confiscación de la propiedad urbana, medida que afectó a intereses estadounidenses, y cuatro días después Washington respondió prohibiendo las exportaciones a la isla, salvo ciertos alimentos, medicinas y suministros médicos. Al embargo se añadió el boicot total cuando, el 16 de diciembre, Eisenhower redujo a cero la cuota azucarera. Finalmente, el 3 de enero de 1961 Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas con Cuba.

 

Invasión de Bahía de Cochinos

En enero de 1961 comienza el mandato presidencial de John Fitzgerald Kennedy, que hereda de la administración anterior los planes de invasión. En este mes, en Cuba se inicia la Campaña Nacional de Alfabetización, que aspiraba a erradicar el analfabetismo, que afectaba a cerca de un millón de personas en Cuba.

 

El 15 de abril ocho aviones estadounidenses A-26 Invader (con insignias cubanas) bombardean los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el Antonio Maceo de Santiago de Cuba. El día siguiente, en el sepelio por las víctimas del bombardeo, Fidel define como socialista el proceso revolucionario y, ante la inminencia de la invasión, afirma:

Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!

Discurso pronunciado por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, en las honras fúnebres de las víctimas del bombardeo del día anterior.

Hasta el momento, la ideología de Castro había llegado a ser calificada de «enigma» por los servicios de inteligencia estadounidenses. En una comparecencia en el Congreso en diciembre de 1959, el director adjunto de la CIA afirmó: «Sabemos que los comunistas consideran a Castro un representante de la burguesía». El propio Castro había negado repetidamente cualquier acercamiento a las ideas comunistas, a pesar de haber sido fuertemente influido por Marx, Engels y Lenin durante sus años de universidad. Según él, esto se debió a razones de oportunidad (entre otros factores, por el fuerte anticomunismo arraigado en la sociedad cubana hasta la época y porque podría ser causa de enfrentamiento con los Estados Unidos).

 

La madrugada del 17 de abril desembarcan en Playa Girón y Playa Larga (en la Bahía de Cochinos) una expedición de alrededor de 1500 hombres de la denominada «brigada 2506» escoltados por sus buques y ante escasa resistencia. Horas después paracaidistas son transportados tierra adentro para ampliar la zona invadida. El grupo había sido reclutado entre latinos, mayoritariamente cubanos, y entrenado en Guatemala por la CIA. La expedición partió desde Nicaragua, lo que sirvió a la diplomacia estadounidense para negar cualquier conocimiento del asunto en Naciones Unidas, aunque posteriormente Kennedy reconoció la participación de su Gobierno.

 

El día 18 se produce la contraofensiva de las fuerzas cubanas dirigidas por Fidel Castro desde el propio escenario de los hechos. La invasión fracasa 72 horas después de haber comenzado, apresando a 1197 combatientes que serán juzgados y devueltos a Estados Unidos, a cambio de una indemnización en medicinas y alimentos (lo que se conoció popularmente como «compotas por mercenarios»).

El 2 de diciembre de 1961, en un mensaje televisado en cadena nacional Fidel anuncia a Cuba y al mundo: "con entera satisfacción y con entera confianza soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida".

 

El 7 de febrero, Estados Unidos impuso sobre Cuba un embargo comercial, económico y financiero.

 

La Unión Soviética apoyó al Gobierno revolucionario de Cuba al mando de Fidel Castro, mientras que la operación fracasada de Bahía de Cochinos dio muestras inequívocas de la oposición de Estados Unidos a un Gobierno comunista a escasos kilómetros de sus costas. Ante esto, la Unión Soviética vio en Cuba la base necesaria para el apoyo a nuevas oleadas revolucionarias prosoviéticas en países americanos, así como por su cercanía a Florida, una base militar desde donde poder amenazar a los Estados Unidos con misiles tácticos nucleares R-6, sin que estos tuvieran tiempo de reacción, igualando así la amenaza que significaba para los soviéticos los misiles balísticos de alcance medio PGM-19 Jupiter estadounidenses emplazados recientemente en Turquía, estado fronterizo con la Unión Soviética.

 

Juanita, la hermana disidente y colaboradora de la CIA

Antes y después del triunfo de la Revolución cubana, Juanita Castro apoyó incondicionalmente a sus hermanos Fidel y Raúl. Durante los primeros meses del Gobierno provisional, Juanita se encargó de edificar escuelas, clínicas y hospitales en toda la isla.

 

Posteriormente entra en conflicto con sus hermanos, especialmente con Fidel, al declararse marxistas-leninista,75por lo que consideraba detenciones arbitrarias del G-2 y juicios sumarios, entre otras cosas, por lo que el 19 de junio de 1964 Juanita parte al exilio en un vuelo de Cubana de Aviación con destino a la Ciudad de México.

 

Juanita nunca más volvería a Cuba ni a reunirse con Raúl o Fidel. Diez días después, el 29 de junio, Juanita denunció el régimen político de sus hermanos y rompió con todo durante una entrevista de radio con el periodista mexicano Guillermo Vela. Al día siguiente fue noticia de ocho columnas en todos los diarios, “La deserción de Cuba de Juanita Castro Ruz”.

 

Años después, en octubre de 2009, publica su autobiografía Fidel y Raúl mis hermanos, la historia secreta, donde revela que trabajó para la CIA por más de seis años, aunque sin recibir sueldo o retribución económica alguna y, además, sin participar en ningún atentado contra sus hermanos o cualquier personaje cubano. Su nombre clave en la agencia fue Donna.

 

En abril de 1961 ante la inminencia de la invasión patrocinada por la CIA, declaró el carácter socialista de la revolución durante una concentración popular en La Habana. Posteriormente dirigió personalmente las tropas que derrotaron, en menos de 72 horas, la invasión en Playa Girón.

 

El 13 de marzo de 1968 planteó la «ofensiva revolucionaria» y anunció la confiscación de todos los establecimientos que aún estaban en manos de propietarios privados.

 

En octubre de 1995 participó en las celebraciones por el 50º aniversario de la ONU en Nueva York, pronunciando un discurso ante la Asamblea General. En enero de 1998 recibió al papa Juan Pablo II en La Habana.

 

Siglo XXI

El 23 de junio de 2001 sufrió un desmayo al pronunciar un discurso en La Habana. Posteriormente declaró: «Realmente después de mí (Raúl) es el que tiene más experiencia, más conocimiento. Quizás no se le conozca bien. Yo lo conozco bien no solo por razones familiares, sino por la guerra, por su diario, por sus detalles, su meticulosidad, su honradez».

 

Agregó que, si repentinamente sufriese «un infarto, un derrame, una muerte súbita, digamos un choque, o aquella gente (haciendo referencia a grupos anticastristas) usa un rayo láser o ultravioleta o no sé de qué cosa y me ponen a dormir para toda la eternidad, entonces ¿quién es la persona con más autoridad y más experiencia?: Raúl».

 

En una carta dirigida al presidente de Estados Unidos George W. Bush, Fidel Castro expresó:

Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: «Salve, César, los que van a morir te saludan». Solo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria.

Fidel Castro

 

Tuvo una gran amistad con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con quien firmó numerosos convenios de cooperación entre ambos países. El más destacado fue el conocido como ALBA (Alternativa Bolivariana para América).

 

Renuncia al poder

Pese a su avanzada edad, el presidente Fidel siguió personalmente al frente del Gobierno hasta el 31 de julio de 2006, fecha en que su secretario, Carlos Valenciaga, anunció que delegaba provisionalmente su cargo en Raúl Castro, mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica intestinal. Posteriormente, en el 2008 lo haría en forma definitiva debido a problemas de salud.

 

El 19 de febrero de 2008 anunció en un artículo de la revista Granma que no aspiraría a ser reelegido como presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe14tras 49 años en el poder a cinco días de que el Parlamento, la Asamblea del Poder Popular, eligiera la nueva cúpula del Gobierno, el día 24 de febrero.

No aspiraré ni aceptaré —repito— no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

Fidel Castro

 

Su hermano Raúl Castro, quien le había sustituido interinamente por sus problemas de salud, fue elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba el día 24 de febrero de 2008, convirtiéndose así en el 23 presidente de Cuba.

 

Relaciones internacionales

Fidel mantuvo una excelente relación con algunos países, pese al bloqueo impuesto por los Estados Unidos, el cual lo mantuvo por décadas aislado de América con excepción de México; sus relaciones se han extendido con Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Brasil y en especial con países de África.

 

Castro mantuvo una estrecha relación comercial con la Unión Soviética, animó a los campesinos a trabajar para desarrollar una producción récord y, luego de la caída de la URSS, Fidel impulsó el turismo. Inspeccionaba cada proyecto hotelero. El turismo se desarrolló especialmente con países europeos.

 

Su carisma lo mantuvo relacionado con figuras importantes alrededor del mundo como actores, científicos, políticos y deportistas, entre otras. Entre las celebridades que mantienen vínculos con Castro se encuentran el magnate multimillonario Ted Turner, los actores Jack Nicholson, Danny Glover, Harry Belafonte, Chevy Chase, Leonardo DiCaprio, Vanessa Redgrave, Robert Redford, Dan Rather, Peter Jennings, los cineastas Steven Spielberg y Oliver Stone y el exfutbolista Diego Armando Maradona, el cual llevaba tatuado el rostro de Castro, en su pierna izquierda.

 

Fue gran amigo del primer ministro canadiense Pierre Trudeau, del presidente francés François Miterrand y del desaparecido escritor estadounidense Ernest Hemingway, también del político español Manuel Fraga, quien recibía al cubano en el pueblo natal de su padre en numerosas ocasiones. Entre las figuras políticas cabe mencionar a Nelson Mandela, Malcolm X, Martin Luther King,Nikita Jrushchov, Salvador Allende, Juan Pablo II y muchos otros. Entre sus grandes amigos, se encontraban el Premio Nobel en literatura Gabriel García Márquez, y el presidente venezolano Hugo Chávez.

 

Intentos de asesinato

Los servicios de inteligencia cubanos contabilizaron hasta 2007 un total de 638 intentos de asesinato contra Fidel Castro en distintas fases de desarrollo, llegando a ejecutarse más de un centenar.

 

Fallecimiento

El 25 de noviembre de 2016 Raúl Castro informó, mediante un comunicado oficial por la Televisión Cubana, que su hermano Fidel había fallecido a las 22:29 hora local (3:29 UTC del 26 de noviembre), en La Habana, a los 90 años de edad. La causa de la muerte no fue revelada. Según dijo en el mismo comunicado, sus restos serían cremados "atendiendo su voluntad expresa". El Consejo de Estado decretó nueve días de luto nacional, hasta el de su inhumación en el Cementerio de Santa Ifigenia, que tendría lugar el 4 de diciembre de 2016. El día 28 de noviembre se rindió homenaje a Fidel Castro en la Plaza de la Revolución y en otras zonas del país. Ese mismo día también se convocó a la población a firmar un compromiso con la Revolución mediante un juramento similar al que realizó Fidel Castro el 1 de mayo de 2000, "como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y al socialismo", según los medios estatales.

 

El 29 de noviembre de 2016, una concentración de ciudadanos cubanos, precedida por Raúl Castro junto a jefes de Estado de otros países homenajearon en la Plaza de la Revolución de La Habana a Fidel Castro, con una serie de intervenciones; el evento duró cerca de cuatro horas. Al día siguiente, desde la propia plaza, comenzó una procesión funeraria con las cenizas de Castro que recorrió 900 kilómetros a lo largo de la carretera central de la isla, trazando a la inversa la ruta de la "Caravana de la Libertad" de enero de 1959, hasta Santiago de Cuba.

 

En la mañana del día 3 de diciembre, en el último tramo de la procesión funeraria, desde Bayamo a Santiago de Cuba, a las siete de la tarde, se realizó una segunda movilización en la plaza Antonio Maceo, donde Raúl Castro expresó la voluntad de Fidel de que no se erigiesen monumentos, ni se nombrasen tampoco calles o plazas con su nombre. También manifestó llevar a Ley este último deseo de su hermano.

 

El 4 de diciembre, ante la presencia de la viuda de Fidel, sus hijos y algunos líderes y personalidades internacionales, Raúl depositó una pequeña urna con las cenizas de su hermano en un nicho familiar en forma de roca en el Cementerio de Santa Ifigenia. Según la revista Forbes, tras su fallecimiento, Fidel habría dejado una fortuna de 900 millones de dólares a su familia.


 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Fidel_Castro

 


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