Manuel Machado
Su poesía, culta
y popular, divertida y melancólica, sitúa a Machado como un clásico de la
literatura española. Su prosa, cultivada en los numerosos periódicos y revistas
en los que colaboró, contribuye a configurar la personalidad de aquel que antes
que poeta hubiera querido ser un buen banderillero como dijo en su «Retrato» y
se convirtió en un literato de primer orden.
Manuel fue el primer
hijo de Ana Ruiz Hernández y Antonio Machado Álvarez, al que seguirían Antonio,
José, Joaquín y Francisco.
Nacido a las dos y media
de la madrugada del 29 de agosto de 1874 en el número 20 de la calle de San
Pedro Mártir, su infancia transcurrió en el espacio bucólico del Palacio de las
Dueñas, donde su familia había alquilado una de las estancias destinadas a
particulares. Cuando Manuel tenía cinco años, la familia se trasladó a Madrid,
al conseguir Antonio Machado Núñez, el abuelo paterno, una cátedra en la
Universidad Central.
Juventud
En Madrid, inició con
sus hermanos sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, dirigida por
Francisco Giner de los Ríos, gran amigo del abuelo de Manuel. Más tarde, los completó
con el bachiller y una licenciatura en Filosofía y Letras por la Universidad de
Sevilla, finalmente conseguida el 8 de noviembre de 1897. En
esa época
conoció,
en la capital andaluza, a Eulalia Cáceres, con la que se casaría trece años después.
Entregado a la vida
bohemia madrileña junto con su hermano Antonio, Manuel empezó a dar a conocer
sus primeras poesías y colaborar en jóvenes publicaciones como las editadas por
Francisco Villaespesa y Juan Ramón Jiménez. En marzo de 1898, Manuel viajó a París
para trabajar como traductor en la editorial Garnier. En 1902, aún en París,
publicó su primer libro: Alma, un término clave del vocabulario simbolista. Permaneció en la capital francesa
hasta 1903, compartiendo piso con Enrique Gómez Carrillo, Amado Nervo
y Rubén Darío, y, en la última etapa, con el actor Ricardo Calvo, que también
acogió en su apartamento a otros dos Machado: Antonio y Joaquín (que regresaba
de su experiencia americana «enfermo, solitario y pobre»).
De regreso en España,
desarrolló una intensa actividad literaria con colaboraciones en el recién
fundado diario ABC y en la veterana Blanco y Negro. En 1903, estrenó en Sevilla
Amor al vuelo, comedia burguesa con final feliz escrita en colaboración con su
amigo de la infancia José Luis Montoto (hijo del folclorista Luis Montoto). Mucha
más trascendencia tuvo la
publicación
en 1905 de su libro Caprichos, con dibujos de su hermano José.
Tras publicar El mal
poema y vivir itinerante entre Madrid y Barcelona, acaba recalando de nuevo en
Sevilla. Allí, se casa en la parroquia de San Juan de la Palma el 16 de junio
de 1910 con la paciente Eulalia Cáceres Sierra, de treinta años de edad (Manuel
está a punto de cumplir los 36). El
matrimonio se trasladó
a Madrid, donde, según
Pérez Ferrero, el
libertino Manuel Machado «se consagró a su mujer con devoción única».
Madurez
En 1913, Manuel opositó
al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, consiguiendo
una plaza en Santiago de Compostela, la cual, gracias a influencias en el
Ministerio, le permutaron por una en la Biblioteca Nacional de Madrid, y, al
año siguiente, dobló su funcionariado con otra plaza de archivero en el Ayuntamiento
de Madrid. Como director de la
Biblioteca Municipal (más
tarde Biblioteca Histórica
Municipal) y el Museo Municipal de Madrid, impulsó varias revistas
literarias de escasa duración.
En 1914, estalla la
Primera Guerra Mundial y Manuel deja clara su posición "aliadófila"
en diversos escritos (Día por día de mi calendario, 1918). Acabada
la contienda, viajó
por Francia y Bélgica
como corresponsal de El Liberal.
En 1921, publicó el que
muchos especialistas han considerado su mejor poemario: Ars moriendi. Al hilo
de la gran acogida que tiene el libro y la decisión del poeta de retirarse con
él del ruedo poético, se cruza entre Manuel y Antonio una discusión epistolar
en la que Manuel acaba escribiendo: «Tu poesía no tiene edad. La mía sí la
tiene». Sentencia contra la que Antonio Machado concluirá, en otra carta:
"La poesía nunca tiene edad cuando es verdaderamente poesía".
A lo largo de los años
veinte, los dos hermanos colaboran, con gran éxito —popular y de la crítica—,
en una serie de comedias en verso en un alarde de entendimiento creativo. José
Antonio Primo de Rivera asiste con su padre al homenaje rendido a los dos
Machado con motivo del estreno de La Lola se va a los puertos. En el discurso
que pronuncia esa noche del 28 de noviembre de 1929 (el primero del que ha
quedado noticia), el joven (que luego sería líder falangista) dijo, según
recogió luego la crónica de Blanco y Negro, «[...] dos intelectuales henchidos
de emoción humana, receptores y emisores de la gracia, la alegría y la tristeza
populares...».
En 1931, en una acto
celebrado en el Ateneo de Madrid el 26 de abril de ese año, Manuel hace público
(en colaboración con el músico Oscar Esplá) el borrador de un himno para la
Segunda República Española (que provisionalmente había adoptado el de Riego).
Los primeros versos, escritos por Manuel en su fervor republicano, decían así:
Es el sol
de una mañana
de gloria
y vida, paz y amor.
Libertad
florece y grana
en el
milagro de su ardor.
¡Libertad!
España
brilla a tu fulgor,
como una
rosa de Verdad.
Su poesía, culta
y popular, divertida y melancólica, sitúa a Machado como un clásico de la
literatura española. Su prosa, cultivada en los numerosos periódicos y revistas
en los que colaboró, contribuye a configurar la personalidad de aquel que antes
que poeta hubiera querido ser un buen banderillero como dijo en su «Retrato» y
se convirtió en un literato de primer orden.
Manuel Machado aparece
en la lista de intelectuales españoles que el 11 de febrero de 1933 fundaron la
Asociación de Amigos de la Unión Soviética. Sin embargo, a partir de ese mismo
año, Manuel exteriorizó su posición personal ante los acontecimientos
socio-políticos que le rodeaban. En un artículo del diario madrileño La
Libertad, Manuel Machado fijó su ideología:
El mundo se debate hoy —lejos de toda libertad— entre dos
dictaduras: la capitalista y la colectivista, la burguesa y la proletaria,
entre el fascismo y el comunismo. Ambas son igualmente enemigas de la
individualidad(...). Ambas son para mí igualmente detestables.
Vejez
El estallido de la
Guerra Civil española le separó físicamente del resto de su familia. La
rebelión
militar del 18 de julio sorprende a Manuel y Eulalia en Burgos, visitando como
todos los años
a Carmen Cáceres,
religiosa de la orden de las Esclavas del Sagrado Corazón. El matrimonio se
hospeda en la pensión Filomena, entre toreros, intelectuales, actores,
militares, funcionarios y periodistas. Sus contertulios van desde el amigo
Ricardo Calvo o el diestro Marcial Lalanda hasta Juan Ignacio Luca de Tena o el
futuro ministro José Ibáñez Martín.
Una entrevista concedida
a una revista francesa (Comoedia), ese mismo julio de 1936, en la que Manuel
comete la indiscrección de comentar que «esto puede durar siete años, como la
guerra carlista», es aprovechada por Mariano Daranas, corresponsal de ABC en
París, para denunciar al «eminente lírico y afortunado burócrata». Ha estallado
el festival de las envidias en España, que causarán tantos muertos o más que
las acciones bélicas. Manuel Machado fue detenido por la policía el 29 de
septiembre, permaneciendo encarcelado hasta el 1 de octubre (gracias a una
larga lista de intercesores, de cuya certeza no ha podido llegarse a dar
referencia cierta).
Miguel Pérez Ferrero,
uno de sus primeros biógrafos junto con Miguel d'Ors, relata el suceso del
inesperado nombramiento de Manuel como académico de la Lengua Española. La
noticia se la dan «dos escritores que llegan de Salamanca» (Pemán y D'Ors),
comunicándole su elección por unanimidad con fecha de 5 de enero de 1938, y a
condición de que tomase posesión de inmediato. Manuel aceptó, pronunciando en
el Palacio de San Telmo de San Sebastián su discurso de ingreso en torno a su
propia obra el 19 de febrero de ese mismo año.
Manuel continuó
escribiendo poesía y participando en proyectos como Los versos del combatiente
o la Corona de sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera, culminando su
compromiso político-literario con el poema Al sable del Caudillo, al tomar
Madrid las tropas rebeldes en 1939. No ha quedado claro cómo se llegó a enterar
Manuel de la muerte de su madre y de su hermano Antonio. Entraron en Francia en
dirección París, pero en el camino se les informó de que las muertes habían
ocurrido en Colliure, donde acudieron él y Eulalia y permanecieron dos días,
regresando luego a Burgos.
Tras la guerra se
reincorporó a su cargo de director de la Hemeroteca y del Museo Municipal de
Madrid, jubilándose poco después. Siguió escribiendo poesía, en gran parte de
carácter religioso, influido por su esposa y el entorno. Fallecido en Madrid el
19 de enero de 1947, fue enterrado en el cementerio de La Almudena, tras un
funeral presidido por el ministro de Educación Nacional, Ibáñez Martín y José María
Pemán, en aquellos días director de la Real Academia. Tras
hacer donación
de la biblioteca y archivo de su marido a la Diputación Provincial de Burgos y
la Institución
Fernán
González,
su viuda ingresó
en una congregación
religiosa dedicada al cuidado de niños abandonados y enfermos.
Obra
Manuel Machado continuó,
en algunos aspectos, la tarea de su padre como divulgador y renovador del
folclore popular y el cante hondo. Su producción poética abunda en estructuras
idóneas para el cante: coplas, seguidillas y soleares. Creó una nueva variante
de soleá, en la que el verso central tiene un número desproporcionado de
sílabas (9, 10, 11, o más sílabas), que bautizó como soleariyas. También,
cultivó el romance, los cuartetos y serventesios, y el soneto, estrofa que
renovó con una variante (el sonetillo), que utiliza versos de arte menor,
generalmente octosílabos y, en algún caso, trisílabos (como en el sonetillo
titulado Verano).
Influido por Verlaine y
Rubén Darío, su verso aparece ingenioso, ágil y expresivo, con huellas del
parnasianismo y los poetas malditos franceses. A
menudo se ha contrapuesto esta vertiente definidamente modernista con su
inserción
en el contexto la generación del 98.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Machado
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