Greta Garbo
Un
carácter peculiar
Nacida en Södermalm,
barrio humilde de Estocolmo con el nombre de Greta Lovisa Gustafsson, se
convirtió en el principal mito del Séptimo Arte. Su precoz retiro con apenas 36
años contribuyó a engrandecer la leyenda de "la Garbo".
El American Film
Institute la considera la quinta estrella femenina más importante de la
historia del cine.
Fue conocida con los
apodos de «La divina», «La esfinge» y «La mujer que no ríe» debido al rictus
serio de su rostro, solo interrumpido en una escena de su memorable filme
Ninotchka donde suelta sorpresivamente una carcajada. Esta excepción hizo
correr ríos de tinta en periódicos de todo el mundo con el titular «¡La Garbo
ríe!».
Su vida siempre estuvo
rodeada de misterio y de múltiples preguntas que jamás respondió. Se retiró a
los treinta y seis años y vivió el resto de su vida casi recluida.
Precisamente su
enigmático comportamiento y su pertinaz soltería dieron pie a múltiples rumores
en los medios acerca de su lesbianismo; entre esos rumores, el de ser amante de
la actriz mexicana Dolores del Río y de la escritora hispano-estadounidense
Mercedes de Acosta, con quien mantuvo 28 años de amistad y abundante
correspondencia que quedó como un legado después de la muerte de Mercedes en
1968.
También fue sospechosa
su distante relación con Marlene Dietrich, ambas fingieron que no se conocían
hasta que las presentó Orson Welles en 1945, pero se ha desvelado que habían
trabajado juntas en una película muda, siendo muy jóvenes ambas, y que tuvieron
una breve relación amorosa. Según estos rumores, Greta se sintió maltratada y
burlada por Marlene, y al hacerse famosas optaron por evitarse y negar todo
contacto. Dietrich consideraba a "La Garbo" como una mujer estrecha
de mente, de carácter provinciano y siempre se refería a ella en términos
despectivos. Tantos rumores, que sus amigos nunca confirmaron o desmintieron, a
la larga solo acrecentaron la leyenda de Greta Garbo, convirtiéndola en uno de
los más grandes mitos del séptimo arte.
Aún hoy su rostro es
considerado quizás el más perfecto que haya pasado por la gran pantalla. El
semiólogo Roland Barthes lo considera «un arquetipo del rostro humano» y
afirma:
El rostro de la Garbo representa ese momento inestable en que el
cine extrae belleza existencial de una belleza esencial.
Ramón Novarro, su
contraparte en el filme sobre Mata Hari de 1931, opinó de su pareja fílmica:
[Garbo] Es todo lo que uno podría soñar. Además de hermosa, es
seductora, llena de misterio, con una lejanía que solo los hombres comprenden,
porque esa es una cualidad que usualmente solo se encuentra en los hombres.” -
“Pienso que todos deberían casarse, todos excepto los artistas. No se puede
servir a dos amos: matrimonio y arte… Greta Garbo es, ante todo, la artista y
yo, espero, también lo soy. Ella ha prometido que no se casará nunca y sé que
yo tampoco lo haré.
Ramón
Novarro (1931)
Greta Garbo inició su
carrera como actriz en Suecia, en la época del cine mudo, donde participó en
varias producciones como extra y en otras dos junto al director Mauritz
Stiller, quien también sería contratado por Hollywood.
Primeros
años
A la temprana edad de
14, fallece el padre de Greta, viéndose forzada a abandonar la escuela para
trabajar y de este modo, ayudar a la familia en su desaventajada condición
económica (estando solo su madre y dos hermanos). Posteriormente, consiguió
trabajo en un almacén conocido como Pub, en Estocolmo y no tardó mucho en ser
escogida para las campañas publicitarias de los grandes almacenes. Tan pronto
como apareció su foto en los periódicos, la escogieron para un cortometraje
publicitario para la misma cadena Pub. Esto, en definitiva, le hizo probar el
sabor de lo fílmico ya que pronto aparecería en otro cortometraje. Un director
de comedias, Eric Petscher, le daría una pequeña oportunidad en su producción
Luffar-Petter (Pedro el Tramposo) en 1922 y muy pronto la joven Greta,
recibiría una beca para estudiar en una escuela de drama en Estocolmo.
De
Suecia a Hollywood
En 1924, Garbo tendría
la primera gran oportunidad, cuando el afamado director Mauritz Stiller le dio
un papel en su filme La leyenda de Gosta Berling (Gosta Berlings Saga). El
éxito de esta película benefició a ambos; Greta y Stiller fueron contratados
con la gran M.G.M. (Metro Goldwyn Mayer) en California. Su primer filme fue El
Torrente (The Torrent) y poco a poco Garbo se convirtió en una de las grandes
estrellas del cine mudo con películas como Amor (Love) y La mujer ligera (A
woman of affairs), entre otras. Con el galán John Gilbert rodó tres películas
casi consecutivas de gran éxito. Iniciaron un idilio y decidieron casarse, pero
Garbo no se presentó a la boda y Gilbert terminó ese día peleándose con el
productor Louis B. Mayer, que se había reído de ella. A pesar de este desencuentro
amoroso, Garbo y Gilbert siguieron trabajando juntos y cuando él ya vivía su
declive como estrella, ella le recuperó para un papel en La reina Cristina de
Suecia.
Del
cine mudo al sonoro
El ascenso de Greta
Garbo como estrella fue en los últimos años del cine mudo, pero la llegada del
sonoro no la perjudicó, como a Mary Pickford, Gloria Swanson y otras divas del
momento. Aunque las novedosas películas con sonido delataban su fuerte acento
sueco, Garbo retuvo y reforzó su estrellato, y ya con su primera película
sonora (Anna Christie de Clarence Brown) fue nominada al premio Óscar.
Películas como Mata
Hari, La reina Cristina de Suecia y Anna Karenina afianzaron la leyenda de «la
Garbo». Se cuenta que al rodar Ninotchka, y por miedo al fracaso, quiso dejar
la profesión, si bien ya anteriormente había ido reduciendo sus trabajos.
Fue nominada como mejor
actriz por la Academia Americana de Cine en 1930, 1932, 1937 y 1939, pero nunca
recibió un Óscar, olvido que años más tarde la Academia de las Artes y las
Ciencias Cinematográficas decidió enmendar con un Óscar honorífico en 1954 que
rehusó recoger, porque según sus propias palabras «no quería verle la cara a
nadie». El trofeo le fue enviado a su domicilio.
Una gama de exitosas
películas continuarían, pero serían filmes como Grand Hotel, La reina Cristina
de Suecia, Ana Karenina y Camille
las que siempre se asociarían a su imagen e incluso le valieron
nuevas nominaciones al Óscar.
En 1939 Garbo realiza su primera comedia, Ninotchka, la que no solo fue un gran
éxito comercial y de taquilla, sino que contribuyó a una nueva nominación al
Óscar. M.G.M encontró una nueva forma de mercadear a una de las más grandes
estrellas: como comediante. En 1941 Garbo volvió a la comedia ligera con el
filme La mujer de dos caras (Two-Faced Woman), que sería su última aparición en
el cine.
Greta Garbo fue asociada
a la frase «Quiero estar sola», si bien ella precisó: «Quise decir que me dejen
en paz, lo que es diferente». Su estilo de vida fue calificado de ermitaño y un
tanto huraño, pues a diferencia de otras estrellas la Garbo se mantuvo alejada
de los grandes eventos de Hollywood, prefiriendo la soledad y el anonimato.
Retiro
prematuro
En la cúspide de la
popularidad, Garbo dejó el mundo del cine a la temprana edad de 36 años y pasó
el resto de su vida en un bien alhajado apartamento en Nueva York cerca de
Central Park, rodeada de obras de arte; coleccionó cuadros de Renoir, Pierre
Bonnard y Kandinsky, entre otros maestros. Vivió totalmente retirada y evitando
cualquier contacto con los medios informativos. No acudía a fiestas ni actos
públicos; incluso cuando le ofrecieron un Óscar Honorífico, lo rechazó. Su
última entrevista fue tan breve como sorprendente: el periodista empezó
diciendo «Yo me pregunto...» y ella le interrumpió y se marchó diciendo «¿Por
qué preguntarse?».
Estrella
de la fama en Hollywood.
Tras sus años en
Hollywood, Garbo se muda a la ciudad de Nueva York, y en el año 1951 se hace
ciudadana estadounidense. Finalmente, en 1954 recibió un Óscar por su gran
trayectoria cinematográfica. En los siguientes 30 años de su vida mantendría
contacto con grandes personalidades de la jet set y a pesar de no haber
aparecido en ninguna película desde La mujer de dos caras en 1941, el interés
del público hacia su persona nunca decayó; los paparazzis la asediaban
constantemente, y los rumores de su regreso al cine (algunos falsos, otros
reales), nunca faltaron. Garbo más tarde comentaría: «Mi vida ha sido una
travesía de escondites, puertas traseras, ascensores secretos, y todas las
posibles maneras de pasar desapercibida para no ser molestada por nadie». La
gran estrella de antaño pasó a convertirse en la reclusa más famosa del mundo.
Desde que fue
descubierto su retiro en los años 1960, los periodistas la acosaron hasta el
último momento e hicieron guardia ante su casa persiguiéndola para
fotografiarla en su vejez, motivo por el cual se la veía siempre con grandes
gafas oscuras y sombreros que ocultaban su rostro. Tales precauciones no
bastaron; fue fotografiada en varias ocasiones, incluso en el año de su muerte,
y en 1976 la revista People publicó imágenes suyas nadando desnuda, captadas
con teleobjetivo.
A pesar de su temprana
retirada, contó con una importante fortuna gracias a sabias inversiones
inmobiliarias en la lujosa zona de Rodeo Drive (Beverly Hills, Los Ángeles).
Pero vivió con sencillez, comiendo frugalmente, y aunque cultivó la amistad de
famosos como Aristóteles Onassis y el fotógrafo Cecil Beaton, vestía de forma
muy discreta y llevaba el pelo cano, sin teñir, para pasar desapercibida. En
una ocasión, compartió un viaje de taxi con Burt Reynolds, quien no la
reconoció; él no supo quién era hasta el momento de despedirse.
Fallecimiento
La salud de Garbo
comenzó a declinar a mediados de la década de 1980 y el 15 de abril de 1990
murió víctima de un síndrome renal y de neumonía en la ciudad de Nueva York.
Tenía 84 años. En junio de 1999 sus cenizas fueron enterradas en el cementerio
Skogskyrkogarden en Estocolmo. Su fortuna, estimada en 20 millones de dólares,
fue heredada por una sobrina suya, residente en Nueva Jersey.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Greta_Garbo
Comentarios
Publicar un comentario