Eleanor Roosevelt
Nació el 11 de octubre de 1884 en
Manhattan, Nueva York. Hija de los socialite Anna Rebecca Hall y Elliott
Bulloch Roosevelt, Roosevelt desde temprana edad prefirió ser llamada por su segundo nombre, Eleanor. Por
parte de su padre, era sobrina de Theodore Roosevelt, presidente de los Estados
Unidos; en cuanto a su familia materna, era sobrina de los campeones de tenis
Valentine Gill «Vallie» Hall III y Edward Ludlow Hall. Su madre la apodó Granny (lit., «Abuelita») porque actuaba de una manera muy seria para una niña; también estaba algo
avergonzada de la sencillez de su hija.
Tenía dos hermanos menores —Elliott
Jr. y Hall— y un medio hermano —Elliott Roosevelt Mann—, nacido de romance de
su padre con Katy Mann, una criada que trabajaba para la familia. Roosevelt nació en un mundo de gran riqueza y privilegios, debido a
que su familia era parte de la alta sociedad neoyorquina, apodada swells (lit.,
«gente bien»).
Su madre murió de difteria el 7 de
diciembre de 1892 y Elliott Jr. falleció de la misma enfermedad en mayo del
siguiente año. Su padre, un alcohólico confinado en
un sanatorio, murió el 14 de agosto
de 1894, luego de saltar de una ventana durante un ataque de delirium tremens.
Sobrevivió a la caída, aunque pereció de una convulsión. Estas pérdidas en su infancia la dejaron propensa a la
depresión a lo largo de
su vida. Su hermano Hall también sufrió de alcoholismo en la adultez. Antes de que su
padre muriera, este imploró que actuara como una madre hacia Hall, una petición
que cumplió por el resto de la vida de su hermano. Ella lo adoraba y, cuando su
hermano se matriculó en el colegio privado Groton School en 1907, lo acompañó
como supervisora. Mientras Hall asistía a Groton, le
escribía casi a diario, pero siempre sentía un poco de culpa por el hecho de que su hermano no
hubiera tenido una infancia más plena. Disfrutaba del
brillante desempeño de Hall en el
colegio y estaba orgullosa por sus logros académicos, con su graduación de maestro
en Ingeniería de Harvard.
Tras la muerte de sus padres, se
crio en casa de su abuela materna Mary Livingston Ludlow en Tivoli. Cuando era niña, era insegura, con falta de afecto y se consideraba
a sí misma como un «patito feo». Sin embargo, a
los catorce años escribió que las perspectivas de uno en la vida no dependían totalmente de la belleza física: «No importa cuán
simple sea una mujer si la verdad y la lealtad se estampan en su rostro, todos
se sentirán atraídos por ella».
Recibió tutoría privada y, con el
estímulo de su tía Anna «Bamie» Roosevelt, a los quince años fue enviada a la
Academia Allenswood, una escuela privada de señoritas en Wimbledon, en las
afueras de Londres, donde fue educada entre 1899-1902. La directora,
Marie Souvestre, era una destacada educadora que buscó cultivar el pensamiento independiente en las mujeres
jóvenes. Souvestre se interesó
especialmente en ella, quien aprendió a hablar francés con fluidez y ganó
confianza en sí misma. Ambas mantuvieron correspondencia hasta marzo de
1905, cuando Souvestre murió, y después de esto Roosevelt colocó su retrato en su escritorio y trajo consigo sus
cartas. Su prima primera Corinne Douglas Robinson, cuyo
primer año en Allenswood
se superpuso con el último de su
pariente, dijo, que cuando llegó a la escuela,
Roosevelt «era “todo” en la escuela.
Era querida por todos». Deseaba
continuar en Allenwood, pero su abuela la llamó a casa en 1902 para hacer su
debut social.
En 1902, a los diecisiete años,
completó su educación formal y regresó a los Estados Unidos; hizo su
presentación en sociedad en un baile de debutantes en el hotel Waldorf Astoria
el 14 de diciembre. Más tarde le dieron
su propia «fiesta de
presentación». Roosevelt comentó sobre su debut
en una discusión pública una vez: «Fue simplemente horrible. Era una
fiesta hermosa, por supuesto, pero me sentía muy triste, porque una chica que ha
salido [del país] es muy miserable si no conoce a todos los jóvenes. Por
supuesto, había pasado tanto tiempo en el extranjero que había perdido contacto
con todas las chicas que solía conocer en Nueva York. Fui miserable por todo eso».
Fue miembro activo en la Association
of Junior Leagues International de Nueva York poco después de su fundación,
enseñando baile y calistenia en los barrios bajos del Lado Este de Manhattan. La organización había llamado la
atención de Roosevelt por una amiga, la
fundadora Mary Harriman, y un pariente que criticó al grupo por «atraer a las
mujeres jóvenes a la actividad pública».
Se congregaba regularmente a los
servicios de la Iglesia episcopal y estaba muy familiarizada con el Nuevo
Testamento. Harold Ivan Smith afirma que «su fe era de conocimiento público. En
cientos de columnas de “My day” y “If you ask me” abordó temas de fe, oración y
la Biblia».
Matrimonio con Franklin D. Roosevelt
En el verano de 1902, en un tren a
Tivoli se encontró con el primo quinto de su padre, Franklin Delano Roosevelt.
Ambos comenzaron una correspondencia secreta y un romance; se comprometieron el
22 de noviembre de 1903. La madre de Franklin, Sara Ann Delano, se opuso a la
unión y le hizo prometer que el
compromiso no se anunciaría oficialmente durante un año. «Sé el dolor que
debo haberte causado», le escribió a su madre sobre su decisión, pero, agregó, «Conozco mi propia mente, lo supe durante mucho tiempo
y sé que nunca podría pensar de otra manera». Su madre lo llevó a un crucero por el Caribe en 1904, con la esperanza
de que la separación esfumara el
romance, pero él se mantuvo
decidido. La fecha de la boda se programó para ajustarse a la agenda de Theodore Roosevelt,
quien tenía programado
estar en Nueva York para el desfile del Día de San Patricio y accedió a
entregar a la novia.
La pareja se casó el 17 de marzo de
1905, en una boda oficiada por Endicott Peabody, director del novio en Groton
School. Su prima Corinne Douglas Robinson era una dama de
honor. La asistencia del presidente Roosevelt a la ceremonia fue noticia de
primera plana en el New York Times y otros periódicos. Cuando la prensa le
preguntó qué pensaba sobre el enlace Roosevelt-Roosevelt, dijo: «Es bueno
mantener el nombre en familia». La pareja pasó una luna de miel preliminar de
una semana en Hyde Park, luego establecer el servicio de limpieza en un apartamento
en Nueva York. Ese verano fueron a su luna de miel formal, una gira
de tres meses por Europa.
Al regresar a los Estados Unidos,
los recién casados se establecieron en una casa en Nueva York, proporcionada
por la madre de Franklin, así como en una segunda residencia en la finca de la
familia con vistas al río Hudson en Hyde Park. Desde el principio, Eleanor tuvo
una relación conflictiva con su suegra controladora. La casa adosada
que les dio estaba conectada a su propia residencia mediante puertas correderas
y su suegra dirigió ambos hogares en
la década posterior al matrimonio. Al
principio, Eleanor tuvo una crisis nerviosa en la que dijo a su esposo: «No me
gustó vivir en una casa que no era mía, una en la que no había hecho nada y que
no representaba la forma en que quería vivir», pero poco cambió. Sara también trató de controlar la
crianza de sus nietos; sobre esto, Eleanor reflexionó tiempo después: «Los
hijos de Franklin eran más hijos de mi suegra que míos». Su hijo mayor,
James, recordó que su abuela le
dijo a sus hermanos: «Tu madre sólo te dio a luz, soy más tu madre que tu
madre». Eleanor y Franklin Roosevelt tuvieron seis hijos.
A pesar de sus varios embarazos, a
Eleanor, como muchas mujeres acomodadas de la época debido a la crianza en la moral
tradicional que ignoraba tales cuestiones, no le gustaba mantener relaciones
íntimas con su marido; una vez dijo a su hija Anna que era «una experiencia muy
difícil de soportar» También se consideraba
inadecuada para la maternidad y más tarde escribió: «No me resultaba natural comprender a los niños pequeños o disfrutarlos».
En septiembre de 1918, estaba
desempacando unas maletas de su esposo cuando descubrió un paquete de cartas de
amor de su secretaria personal Lucy Mercer. En las misivas, decía que había
estado pensando en abandonarla por ella. Sin embargo, debido a la presión de su asesor político de Franklin,
Louis Howe, y de su madre, que amenazó con desheredarlo si se divorciaba, la
pareja permaneció casada. La unión fue desde ese momento nada más que una
asociación política. Desilusionada, se volvió activa en la vida pública, a pesar de
su carácter introvertido, y se enfocó cada
vez más en su obra social en lugar de su rol de esposa.
En agosto de 1921, durante las vacaciones
familiares en la isla Campobello de Nuevo Brunswick, Franklin sufrió una
enfermedad paralítica que fue diagnosticada como polio, aunque sus síntomas son más consistentes
con el síndrome de
Guillain-Barré. Durante su
enfermedad, su esposa, ejerciendo de enfermera, probablemente le haya salvado
la vida. Sus piernas quedaron permanentemente paralizadas.
Cuando la discapacidad se hizo evidente, se enfrentó a su suegra sobre su futuro, convenciéndolo de permanecer en la política a pesar del deseo
de su madre de que se retirara y se convirtiera en un caballero rural. El médico tratante de Franklin, William Keen, elogió la devoción de Eleanor por
su afligido esposo en sus labores diarias. «Has sido una
esposa rara y has soportado tu pesada carga con la mayor valentía» le dijo,
proclamándola «una de mis heroínas».
Esto resultó ser un punto de
inflexión en la lucha de disputa con su suegra y, a medida que su rol público
crecía, rompió cada vez más el control de ella sobre su vida. Las tensiones con
Sara por sus nuevos amigos políticos aumentaron
hasta el punto de que la familia construyó una cabaña en Val-Kill, en la que Eleanor y sus invitados vivían cuando su esposo y los niños estaban lejos de Hyde Park. Nombró al lugar Val-Kill (lit., «corriente de cascada») por los colonos
neerlandeses originales de la zona. Su esposo la alentó a ampliar esta propiedad como un sitio donde pudiera
implementar algunas de sus ideas sobre empleos de invierno para mujeres y
trabajadores rurales.
En 1924 hizo campaña por el
demócrata Alfred E. Smith en su exitosa candidatura a la reelección como
gobernador de Nueva York contra el candidato republicano, su primo hermano
Theodore Roosevelt, Jr., quien nunca la perdonó. Su tía Bamie Roosevelt rompió públicamente con
ella después de las
elecciones; en una carta a su sobrina le escribió: «Odio que Eleanor se deje ver como es. Aunque nunca
fue guapa, siempre tuvo un efecto encantador, ¡pero para gran
desgracio! Ahora que la política se ha convertido en su interés más selecto,
¡todo su encanto ha desaparecido! [...]». Sin embargo, ambas finalmente se
reconciliaron. La hija mayor de Theodore Sr., Alice, también rompió con Eleanor por
su campaña. Se
reconciliaron después de que le escribió una carta reconfortante sobre la
muerte de la hija de Alice, Paulina Longworth.
Se separó de su hija Anna cuando
asumió algunos de los deberes sociales en la Casa Blanca. La relación se tensó aún más porque quería
desesperadamente ir con su esposo a Yalta en febrero de 1945, dos meses antes
de la muerte de Franklin, pero en su lugar se llevó a su hija. Unos años más tarde, ambas
pudieron conciliar y cooperar en numerosos proyectos. Anna cuidó de su madre cuando tenía una enfermedad terminal en
1962.
Su hijo Elliott escribió numerosos
libros, como una serie de misterio en la que su madre era la detective, aunque
fueron investigados y elaborados por William Harrington. Con James Brough,
también publicó un libro sobre sus padres llamado The Roosevelts of Hyde Park:
an untold story, en el que reveló detalles sobre la vida sexual de sus padres,
como las relaciones de Franklin con Lucy Mercer y Marguerite LeHand. Cuando
publicó este libro en 1973, su hermano Franklin Delano Roosevelt Jr. presentó
una demanda familiar en su contra. Otro de los hermanos, James, publicó My parents,
a differing view (1976), como respuesta al libro de Elliot.
Otras relaciones
En la década de 1930, tuvo una
amistad muy estrecha con la aviadora Amelia Earhart. En una ocasión, ambas se escabulleron de la Casa Blanca y fueron a
una fiesta con ropa para el momento. Después de volar con
Earhart, obtuvo un permiso de estudiante, pero no siguió sus planes de aprender
a usar un aeroplano. Franklin no apoyaba la idea de que su esposa se hiciera
piloto. Sin embargo, ambas se comunicaron con frecuencia hasta la desaparición
de Earhart en 1937.
También tuvo una relación cercana
con la reportera de Associated Press (AP) Lorena Hickok, quien la cubrió durante los últimos meses de
la campaña presidencial de
1928 y «se enamoró perdidamente de ella». Durante esta época, Eleanor escribió cartas diarias
de diez a quince páginas a «Hick»,
quien planeaba escribir una biografía sobre ella. Las cartas incluían cariños como: «Quiero abrazarte y besarte en la comisura de tu boca» y «No puedo besarte,
así que beso tu “foto” y te doy ¡buenas noches y buenos días!». En la toma de
posesión de Franklin en 1933, su esposa llevaba un anillo de zafiro que la
periodista le había regalado. El director del FBI, J. Edgar Hoover, despreciaba el
liberalismo de la primera dama —según él, estas ideas
rayaban el comunismo o la hacían un «peón» de los comunistas—, su postura con
respecto a los derechos civiles y las críticas de los Roosevelt a sus tácticas
de vigilancia, por lo que mantuvo un gran archivo sobre ella, uno de los más
extensos de la historia del FBI sobre una persona. Comprometida con su trabajo,
Hickok pronto renunció a su puesto en
AP para estar más cerca de
Eleanor, quien le aseguró un puesto como
investigadora para un programa de New Deal.
En los mismos años, los rumores en
la capital la vincularon románticamente con el administrador del New Deal Harry
Hopkins, con quien trabajó estrechamente. También tuvo una relación cercana con Earl Miller, sargento de la Policía Estatal de Nueva York, a quien el presidente le asignó
como su guardaespaldas. Tenía 44 años cuando conoció a Miller, de 32,
en 1929; era su amigo y en su acompañante oficial, enseñándole diferentes deportes, como buceo y equitación, y la entrenó en el tenis. Su
biógrafa Blanche Wiesen Cook afirmó que Miller fue su «primera relación romántica»
en sus años intermedios. Sobre esto, Hazel Rowley concluyó: «No hay duda de
que Eleanor estuvo enamorada de Earl por un tiempo [...] Pero es muy poco
probable que hayan tenido una “aventura”».
Su amistad con Miller se produjo al
mismo tiempo que se rumoreaba que su esposo tenía una relación con su
secretaria Marguerite «Missy» LeHand. Según Jean Edward, «sorprendentemente,
tanto Eleanor como Franklin reconocieron, aceptaron y alentaron este arreglo
[...] Eleanor y Franklin eran personas decididas que se preocupaban mucho por
la felicidad del otro, pero se dieron cuenta de su propia incapacidad para
proporcionarla». Presuntamente, la relación continuó hasta la muerte de Eleanor en 1962; también que
mantuvieron correspondencia a diario, pero se perdieron las cartas. De acuerdo
con los rumores, las cartas fueron compradas y destruidas de forma anónima o
guardadas bajo llave cuando ella murió.
Era amiga de Carrie Chapman Catt y le otorgó el premio Chi Omega en la Casa Blanca en 1941.
Vida pública antes de 1933
En las elecciones presidenciales de
1920, su esposo fue nominado como compañero de fórmula del candidato demócrata
James M. Cox. Se unió a una gira nacional, haciendo sus primeras apariciones de
campaña. Cox fue derrotado por el republicano Warren G.
Harding, quien ganó con 404 frente a
127 votos electorales.
Tras el inicio de la enfermedad
paralítica de Franklin en 1921, comenzó a servir como sustituto de su esposo
incapacitado, haciendo apariciones públicas en su nombre, muchas veces
cuidadosamente entrenada por Louis Howe. También inició sus actividades
con la Women's Trade Union League, recaudando fondos en apoyo de los objetivos
del sindicato: una semana laboral de cuarenta y ocho horas, salario mínimo y la
abolición del trabajo infantil. A lo largo de la década de 1920, se
volvió cada vez más influyente como lideresa en el Partido Demócrata
del estado de Nueva York, mientras que su esposo utilizó sus contactos entre
las mujeres demócratas para fortalecer su posición con ellas, ganando su
respaldo comprometido para el futuro.
En 1927, se unió a sus amigas Marion
Dickerman y Nancy Cook para adquirir Todhunter School for Girls, una escuela de
señoritas que también ofrecía cursos de preparación universitaria en Nueva
York. En la escuela, enseñó cursos de nivel superior en literatura e historia
nacionales, enfatizando en el pensamiento independiente, los acontecimientos
del momento y el compromiso social. Impartía las clases tres
días a la semana mientras su esposo se
desempeñaba como gobernador, pero se vio forzada a abandonar la enseñanza
después de elección de Franklin como presidente.
También en 1927, estableció Val-Kill
Industries con Cook, Dickerman y Caroline O'Day, tres amigas que conoció en sus
actividades en la División de Mujeres del Partido Demócrata del estado de Nueva
York. El proyecto se ubicaba a orillas de un arroyo que fluía por la finca de
la familia Roosevelt en Hyde Park. Roosevelt y sus socios comerciales
financiaron la construcción de una pequeña
fábrica para proporcionar ingresos suplementarios a familias agrícolas locales
que elaborarían muebles, peltre y telas caseras utilizando métodos artesanales
tradicionales.
Primera dama de los Estados Unidos
El 4 de marzo de 1933, su esposo fue
investido presidente de los Estados Unidos, iniciando su etapa en el cargo
protocolario de primera dama. Conociendo a las anteriores primeras damas del
siglo xx, estaba muy deprimida por tener que asumir el rol, que
tradicionalmente se limitaba a actividades domésticas y de recepción de
invitados. Su predecesora inmediata, Lou Henry Hoover, había terminado su activismo feminista con la llegada de
su esposo a la presidencia, declarando su intención de ser solo un «telón de
fondo para Bertie».
En el primer año de la
administración de su esposo, estaba decidida a igualar su salario presidencial,
ganando $75 000 de sus conferencias y escritos, aunque gran parte de estos
fondos los dio a la caridad. Para 1941, recibía $1000 en
honorarios de conferencias y fue nombrada miembro honorario de Phi Beta Kappa
en uno de sus discursos para celebrar sus logros.
Tuvo un pesado itinerario de viaje
en sus doce años en la Casa Blanca, con frecuencia haciendo apariciones
personales en reuniones laborales para asegurar a los trabajadores de la era de
la Depresión que el Gobierno federal era consciente de su difícil situación. En
una famosa caricatura de la época de la revista The New Yorker (3 de junio de
1933), satirizando una visita que había hecho a una mina de carbón, un asombrado
minero, observando por un túnel oscuro, le decía a un compañero de trabajo:
«¡Aquí viene la señora Roosevelt!». A principios de 1933, el Bonus Army, un
grupo de protesta de veteranos de la Primera Guerra Mundial, marchó a la
capital por segunda vez en dos años, pidiendo que se otorguen sus certificados
de bonificación veteranos con anticipación.
Activismo de los derechos civiles
Durante la presidencia de su esposo,
se volvió una conexión importante con la población afroestadounidense en la era
de la segregación. A pesar del deseo de Franklin de aplacar el sentimiento
sureño, Eleanor expresó su apoyo al movimiento por los derechos civiles.
Después de su experiencia con Arthurdale y sus inspecciones de los programas
del New Deal en los estados del sur, llegó a la conclusión de que las
iniciativas federales discriminaban a los afroestadounidenses, que recibían una
parte desproporcionadamente pequeña del dinero de ayuda. Por ello, se
convirtió en una de las únicas voces en la administración Roosevelt que insistía en que los
beneficios se extendieran igualmente a todos los estadounidenses de todas las
razas.
También rompió con la tradición al
invitar a cientos de invitados afroestadounidenses a la Casa Blanca. En 1936,
supo de las condiciones en la National Training School for Girls, una escuela
de señoritas predominantemente
afrodescendiente que alguna vez se ubicaba en el vecindario de Palisades de
Washington D.C. Visitó la escuela,
escribió sobre ella en su
columna «My day», presionó para obtener
fondos adicionales e insistió por cambios en
el personal y el plan de estudios. Su invitación en la Casa
Blanca a las estudiantes se convirtió en un problema en la campaña de reelección
de su esposo de 1936. En 1939, cuando las Hijas de la Revolución estadounidense negaron a la participación de la contralto afroestadounidense Marian Anderson
en un concierto del salón de eventos
capitalino Constitution Hall, Roosevelt renunció al grupo como protesta y ayudó
a organizar otra función en los escalones del Monumento a Lincoln. Luego
presentó a Anderson ante
los monarcas del Reino Unido, después de una actuación de la contralto en una cena en la Casa Blanca. También organizó el nombramiento
de la educadora afroestadounidense Mary McLeod Bethune, con quien había entablado una amistad, como directora de la Division
of Negro Affairs de la NYA. Para evitar problemas con el personal cuando Bethune
visitase la Casa Blanca, la primera dama la encontraría en la puerta, la
abrazaría y entrarían tomadas de brazos.
Se involucró tanto en ser «los ojos
y los oídos» del New Deal. Tenía una visión a futuro y estaba comprometida con
la reforma social. Uno de esos programas ayudó a mujeres trabajadoras a recibir
mejores salarios. El New Deal también colocó a las mujeres en menos trabajos de
fábrica y más de cuello blanco. Las mujeres no tenían que trabajar en las
fábricas haciendo suministros de guerra, porque sus esposos regresaban a casa
para hacerse cargo de los largos días y noches en que ellas habían estado
trabajando para contribuir a los esfuerzos de guerra. Roosevelt aportó un
activismo y aptitud sin precedentes al rol de la primera dama.
Uso de los medios
En su rol de primera dama, fue una
persona franca y original que hizo mucho más uso de los medios que sus
predecesoras; realizó 348 conferencias de prensa durante los doce años de
presidencia de su esposo. Inspirada por su relación con Hickok, prohibió que los
periodistas varones asistieran a las conferencias de prensa, lo que obligó a
los periódicos a mantener mujeres periodistas en el personal para cubrirlas.
Relajó esta regla solo una vez, a su regreso de un viaje al Pacífico de 1943. Debido a que la
asociación de reporteros Club Gridiron vetó a las periodistas su banquete
anual, Roosevelt organizó un evento competitivo para reporteras en la Casa
Blanca, al que llamó «Viudas de Gridiron». La periodista de Nueva Orleans, Iris
Kelso, la describió como su entrevistada
más interesante. En los primeros días de sus
conferencias de prensa exclusivamente femeninas, dijo que no abordaría «política, legislación o decisión ejecutiva», ya que se
esperaba que el rol de la primera dama no fuese político en ese momento. Al principio, también estuvo de
acuerdo en que evitaría discutir sus puntos de vista sobre medidas pendientes
en el Congreso. Aun así, las conferencias de prensa ofrecieron una oportunidad
de bienvenida a las periodistas, permitiéndoles hablar directamente con ella,
acceso que no había estado disponible en administraciones anteriores.
Justo antes de que su esposo
asumiera la presidencia en 1933, publicó un editorial en Women's Daily News que
entró en conflicto tan marcadamente con las políticas de gasto público
previstas por Franklin que tuvo que publicar una réplica en el siguiente número. Al ingresar a la
Casa Blanca, firmó un contrato con
la revista Woman's Home Companion para una columna mensual, en la que respondía el correo que le enviaban los lectores; esta experiencia
fue cancelada en 1936 cuando se acercaban las elecciones presidenciales. Continuó sus artículos en otros
medios, publicando más de sesenta artículos en revistas nacionales durante su rol como primera
dama. También comenzó una columna periodística muy
difundida, titulada «My day», que aparecía seis días a la semana desde 1936 hasta su muerte en 1962; allí hablaba de sus actividades diarias y sus
preocupaciones humanitarias. George T. Bye, su agente literario, y Hickok la animaron
a escribir la columna. Desde 1941 hasta su muerte en 1962, también redactó una columna de
consejos, «If you ask me», publicada por primera vez en Ladies Home Journal y
luego en McCall's. Una selección de sus escritos se compiló en el libro
If you ask me: essential advice de Eleanor Roosevelt en 2018. Beasley argumentó que las publicaciones de Roosevelt, que muchas veces
trataban temas de mujeres e invitaban a las lectoras a opinar, representaron un
intento consciente de usar el periodismo «para superar el aislamiento social»
de las mujeres al hacer de la «comunicación pública un canal de dos vías».
También hizo mucho uso de la radio.
No era la primera en transmitir su mensaje por este medio; su predecesora, Lou
Henry Hoover, ya lo había hecho. Sin embargo, Hoover no tenía un programa de
radio regular, a diferencia de Roosevelt. Primero emitió sus propios programas
de comentarios radiales a partir del 9 de julio de 1934. En ese primer
programa, habló sobre el efecto
de las películas en los niños, la necesidad de un censor que pudiera asegurarse
de que las películas no glorificaran el crimen y la violencia y su opinión
sobre el reciente juego de béisbol all-star; también leyó un comercial de los
patrocinadores. Dijo que no aceptaba ningún salario por salir al aire y que donaría
la cantidad ($3000) a organizaciones benéficas. En noviembre de ese año, transmitió una serie de
programas sobre educación infantil por la
red CBS Radio. Auspiciada por una compañía de máquinas de escribir, una vez más donó el dinero, esta
vez al American Friends Service Committee, para ayudar con una escuela que
operaba. En 1934 batió un récord en el número de veces que
una primera dama había transmitido por
la radio: había hablado como
invitada y como presentadora en su propio programa un total de veintiocho veces
ese año. En 1935, continuó organizando
programas dirigidos a la audiencia femenina, como uno llamado It's a woman's
world. Siempre donaba el dinero que ganaba a la caridad. La asociación de una compañía patrocinadora
con la popular primera dama resultaba en un aumento en las ventas: cuando Selby
Shoe Company auspició una serie de programas de Roosevelt, las ventas
aumentaron en un 200%. El hecho de que sus programas fuesen patrocinados
creó controversia, ya que los enemigos
políticos de su esposo expresaron escepticismo acerca de si ella realmente daba
su salario a la caridad; la acusaron de «especulación». A pesar de
esto, sus programas de radio demostraron ser tan populares entre los oyentes
que las críticas tuvieron poco efecto. Continuó empleando este medio a lo largo de la década de 1930, alternando entre la CBS y la NBC.
Segunda Guerra Mundial
El 10 de mayo de 1940, Alemania
invadió Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos, marcando el fin de la fase
relativamente libre de conflictos de la «guerra de broma» de la Segunda Guerra
Mundial. A medida que Estados Unidos avanzaba hacia la guerra, Roosevelt se
sintió deprimida nuevamente, temiendo que su rol en la lucha por la justicia se
tornara irrelevante en una nación centrada en asuntos exteriores. Consideró
brevemente viajar a Europa para trabajar con la Cruz Roja, pero fue disuadida
por asesores presidenciales que señalaron posibles consecuencias si la esposa
del presidente fuese capturada como prisionera de guerra. Sin embargo,
pronto encontró otras causas de
guerra en las que trabajar, comenzando con un movimiento popular para permitir
la inmigración de niños refugiados europeos. También presionó a su esposo para
que permitiera una mayor inmigración de grupos
perseguidos por los nazis, como los judíos, pero el temor a los
quintacolumnistas hizo que Franklin restringiera la inmigración en lugar de expandirla. Eleanor aseguró con éxito el estatus
de refugiado político para ochenta
y tres asilados judíos del buque de
pasajeros SS Quanza en agosto de 1940, rechazado en varias ocasiones. Su hijo James
posteriormente escribió que «su arrepentimiento más profundo al
final de su vida» fue que no haber
forzado a su padre a aceptar más refugiados del
nazismo durante la guerra.
También en ese año, se estrenó el
cortometraje Women in defense, escrito por Roosevelt, narrado por Katharine
Hepburn, dirigido por John Ford y producido por la Office of Emergency
Management, que describía brevemente la forma en que las mujeres podrían ayudar
a preparar al país para una posible guerra. También contaba con un segmento
sobre los tipos de trajes que las mujeres usarían durante el trabajo de guerra.
Al final de la película, la narradora explica que las mujeres son vitales para
asegurar una vida hogareña saludable en el país y criar hijos «que siempre ha
sido la primera línea de defensa».
Apoyó el aumento de los roles de las
mujeres y los afrodescendientes en el esfuerzo de guerra y abogó para que las
mujeres recibieran empleos en las fábricas, un año antes de que se convirtiera en
una práctica generalizada. En 1942, instó a las mujeres de
todos los orígenes sociales a
aprender oficios: «Si estuviera en
edad debutante iría a una fábrica, cualquier fábrica donde
pudiera aprender una habilidad y ser útil». Se enteró de la alta tasa de absentismo entre las madres
trabajadoras y realizó una campaña para servicios de guardería patrocinados por el gobierno.
Su esposo falleció el 12 de abril de
1945, después de sufrir una hemorragia cerebral en Little White House en Warm
Springs (Georgia).Tiempo después, se enteró de que Lucy Mercer —amante de su
esposo, ahora apellidada Rutherfurd— había estado con él en su lecho de muerte, un
descubrimiento que se tornó más amargo al enterarse de que su hija Anna sabía de esa relación entre el
presidente y Rutherfurd; de hecho, fue su hija quien le dijo que Franklin había muerto con Rutherfurd a su lado, que había
continuado la relación durante décadas y que sus allegados y amigos habían
ocultado esta información a su esposa. Después del funeral, Roosevelt regresó temporalmente a Val-Kill. Su difunto
esposo le había dado
instrucciones en caso de muerte; propuso entregar Hyde Park al gobierno federal
como museo, por lo que ella pasó los siguientes meses catalogando la finca y
organizando la transferencia. Después de la muerte de Franklin, se mudó a un
apartamento en 29 Washington Square West en Greenwich Village. En 1950, alquiló
suites en el hotel Park Sheraton (202 West 56th Street) y vivió allí hasta
1953, cuando se trasladó a 211 East 62nd Street. Cuando ese contrato expiró en
1958, regresó al Park Sheraton mientras esperaba que se renovara la casa que
compró con Edna y David Gurewitsch en 55 East 74th Street. La Biblioteca y
Museo Presidencial de Franklin D. Roosevelt se inauguró el 12 de abril de 1946, sentando un precedente para
futuras bibliotecas presidenciales.
Naciones Unidas
En diciembre de 1945, el presidente
Harry S. Truman la designó delegada ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas. En febrero de 1946 hizo lectura de la «Carta abierta a las mujeres del mundo», firmada también por Minerva
Bernardino, Marie-Hélène Lefaucheux y 14 delegadas en la 29.ª sesión plenaria de la
Asamblea General de las Naciones Unidas en Londres. En abril, se
convirtió en la primera
presidenta de la recién creada Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Fungió de presidenta cuando la comisión se estableció de manera
permanente en enero de 1947.
Junto con René Cassin, John Peters
Humphrey y otros, desempeñó un rol fundamental en la redacción de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). En un discurso
en la noche del 28 de septiembre de 1948, defendió la DUDH y la calificó como «la carta magna internacional de todos los hombres en
todas partes». La DUDH fue adoptada por la Asamblea General el 10
de diciembre de 1948. La votación fue unánime, con ocho abstenciones: seis países del bloque soviético, así como Sudáfrica y Arabia
Saudita. Roosevelt atribuyó la abstención de los satélites
soviéticos al artículo 13, que otorgaba el derecho de los ciudadanos a
abandonar sus países.
También se desempeñó como la primera
representante de los Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas. y permaneció en ese cargo
hasta 1953, incluso después de renunciar a
la presidencia de la comisión en 1951. La Organización de las Naciones Unidas le otorgó póstumamente uno de
sus primeros Premios de Derechos Humanos en 1968 en reconocimiento a su labor.
Otras actividades
A finales de los años 1940, los
demócratas en Nueva York y en todo el país intentaron sin éxito de que
Roosevelt optara por un cargo político.
Los católicos constituían un
elemento importante del Partido Demócrata en Nueva York. Roosevelt apoyó a los
reformadores que intentaban derribar la máquina irlandesa Tammany Hall, por lo
que algunos católicos la tildaron de anticatólica. En julio de 1949, tuvo una
amarga discusión pública con el cardenal Francis Spellman, arzobispo de Nueva
York, que se caracterizó como «una batalla aún recordada por su vehemencia y
hostilidad». En sus columnas, Roosevelt había atacado las propuestas de financiación federal de ciertas actividades no religiosas en
escuelas parroquiales, como el transporte en autobús para estudiantes. Spellman citó la decisión de la
Corte Suprema que avaló tales disposiciones y acusó de anticatolicismo. La mayoría de los demócratas se
pusieron de lado de Roosevelt, por lo que Spellman tuvo que reunirse con ella
en su casa de Hyde Park para calmar los ánimos. Sin embargo, Roosevelt se
mantuvo firme que las escuelas católicas no debían recibir ayuda federal, apoyándose a los escritores laicos como Paul Blanshard. En privado, dijo
que si la Iglesia católica obtenía ayuda escolar, «una vez hecho
esto, controlarán las escuelas o al menos una gran parte de estas». Lash negó que fuera anticatólica y puso en
evidencia su respaldo público al católico Alfred E. Smith en la campaña presidencial de 1928 y su declaración a un reportero del New York Times ese año citando a
su tío, Theodore Roosevelt, quien había expresado «la esperanza de ver el día
en que un católico o un judío se convierta en presidente».
Durante la guerra civil española a
fines de la década de 1930, favoreció a los republicanos leales contra los
nacionalistas (sublevados) del general Francisco Franco; después de 1945, se opuso a la normalización de las relaciones con España. Dijo a Spellman sin rodeos: «Sin embargo, no puedo
decir que en los países europeos el control por parte de la Iglesia católica
romana de grandes extensiones de tierra siempre ha llevado felicidad a la gente
de esos países». Su hijo Elliott sugirió que sus «reservas hacia el catolicismo» estaban
arraigadas en los escándalos sexuales de su marido con Lucy Mercer y Marguerite
LeHand, ambas católicas.
En 1949, fue nombrada miembro
honorario de la organización históricamente afrodescendiente Alpha Kappa Alpha.
En la década de 1950, su rol
internacional como portavoz de las mujeres la llevó a dejar de criticar
públicamente la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA), aunque nunca la apoyó.
A principios de los años 1960, anunció que, debido al surgimiento de más sindicatos, creía que la ERA ya
no era una amenaza para las mujeres, como alguna vez lo había sido, y dijo a los partidarios que podían tener la
enmienda si la quisieran. En 1961, la subsecretaria de Trabajo del presidente
Kennedy, Esther Peterson, propuso una nueva Comisión Presidencial sobre el Estatus de la Mujer. Kennedy
nombró a Roosevelt presidenta de la
comisión, con Peterson como directora. Esta fue la última posición pública de Roosevelt, ya que murió justo antes de que la comisión emitiera su informe, el cual concluyó que la igualdad femenina se lograba mejor mediante
el reconocimiento de las diferencias y necesidades de género y no mediante una
Enmienda de Igualdad de Derechos.
Recibió el primer premio anual de la
Franklin Delano Roosevelt Brotherhood en 1946. Entre otros galardones que
recibió en vida después de la guerra están el Premio al Mérito de la Federación
de Clubes Femeninos de la Ciudad de Nueva York en 1948, el Premio Cuatro
Libertades en 1950, el Premio de la Fundación Irving Geist en 1950 y la Medalla
del Príncipe Carlos (Suecia) en 1950. Era la mujer viva más admirada del país, según la encuesta de Gallup sobre el hombre y la mujer más admirados entre los estadounidenses en 1948, 1949,
1950, 1952, 1953, 1954, 1955, 1956, 1957, 1958, 1959, 1960 y 1961.
Muerte
En abril de 1960, fue diagnosticada
con anemia aplásica poco después de ser atropellada por un automóvil en Nueva
York. En 1962 le administraron esteroides, lo que activó la tuberculosis
latente en su médula ósea. El 7 de noviembre de ese año, murió a la edad de 78
años, por insuficiencia cardíaca derivada del tratamiento con esteroides, en su
casa de Manhattan en el 55 East 74th Street en el Lado Este superior. Su hija
Anna se había hecho cargo de
ella cuando en la fase terminal de la enfermedad. El presidente
Kennedy ordenó que todas las
banderas de los Estados Unidos izaran a media asta en todo el mundo el 8 de
noviembre en memoria de Roosevelt.
Kennedy, el vicepresidente Lyndon B.
Johnson y los expresidentes Truman y Eisenhower la honraron en los servicios
funerarios en Hyde Park el 10 de noviembre, donde fue enterrada junto a su
esposo en la rosaleda de «Springwood», la casa familiar de los Roosevelt. En
los servicios, Adlai Stevenson dijo: «¿Qué otro ser humano ha tocado y
transformado la existencia de tantos? [...] Prefería encender una vela que
maldecir la oscuridad y su resplandor ha calentado al mundo».
Después de su muerte, su familia
entregó la casa de vacaciones familiar en la isla de Campobello a los Gobiernos
estadounidense y canadiense; en 1964 crearon el parque internacional Roosevelt
Campobello de 2800 acres (11 km²).
Fuente https://es.wikipedia.org/wiki/Eleanor_Roosevelt
Comentarios
Publicar un comentario