Francisco Gabilondo Soler
Era el Hijo mayor de
Emilia Soler Fernández, hija de catalán y malagueña y Tiburcio Gabilondo Goya,
de origen vasco. Su nombre completo es
José
Francisco Gabilondo Soler, nació el 6 de octubre de 1907, en Orizaba,
lugar donde se crio hasta 1929, siendo esta ciudad típica de montaña, entre
cerros, lluvia, bosques y manantiales. Creció muy alto y era aficionado a
aprender; así aprendió todo lo que pudo, especialmente geografía, matemática,
astronomía, cuentos y música. Estos dos últimos los aprendió mejor, de modo que
los combinó en distintos tamaños y formas. Tanto se dedicó a eso que acabó
trabajando de compositor. La escuela le aburría por lo que solo cursó hasta el
sexto grado de educación básica. Le gustaba leer las obras de Hans Christian
Andersen, de Hauff, de Julio Verne y de Emilio Salgari.
Al terminar la primaria,
continuó con una formación autodidacta, abarcando como temas las matemáticas,
geografía, historia y literatura universal. Tomó un curso de linotipista en
Nueva Orleáns en 1926 y otro de navegación celestial por correspondencia desde
Maryland, Estados Unidos, pero sus grandes pasiones fueron la astronomía y en
especial la música, por lo que pudo llegar a dominar el piano, instrumento que
tocaba con muy buen gusto.
Era aficionado a los
idiomas y al origen de las palabras; adquirió diversos conocimientos no sólo
por lo aprendido en libros sino por lo que sus oídos le permitían asimilar:
voces de mil seres diferentes con el canto del agua que formaban música en su
cabeza y se sumaban a la algarabía de una abuelita que lo entusiasmaba con
narraciones infinitas y alegres melodías al piano.
A pesar de que a sus
diez años de edad enfrentó circunstancias difíciles como asimilar el deceso de
hermanos pequeños, el divorcio de sus padres, una economía apretada, vivir en
internados y tomar la decisión de establecerse con su papá, su infancia giró en
torno a su abuela, la fantasía y la naturaleza, a quienes años después
dedicaría tantas canciones.
Se consideraba hombre
metódico y autodidacta; indagó en diversas áreas del conocimiento siendo la
astronomía la ciencia que realmente lo atrapó. Durante su adolescencia canalizó
su energía en los deportes, incursionó en el boxeo, la natación y la
tauromaquia, disciplina en la que fue conocido como El estudiante.
A los 17 años viaja a
Nueva Orleans para estudiar la que se consideraba en ese entonces la carrera
del futuro: Linotipia, la cual nunca ejerció, pero gracias ésta quedó cautivado
por el alma musical de esa ciudad de Estados Unidos en donde el movimiento de jazz,
junto con otros géneros que estaban en pleno apogeo, lo motiva también para su
formación como compositor.
Cuando tenía 19 años
decidió aprender música; pidió permiso para estudiar en la pianola de unos
baños públicos de Orizaba en la que accionaba el mecanismo, se fijaba en dónde
bajaban las teclas y ponía los dedos en ese lugar hasta que, a fuerza de
practicar, dominó el teclado y se convirtió en pianista.
Inició su trayectoria
tocando melodías de la época en bares y casas de citas, componiendo sus propias
obras alrededor de 1930; entre ellas se encuentran tangos, danzones y
fox-trots, uno de los cuales: Montecarlo, fue grabado en Nueva York por una
banda estadounidense. Otras de sus canciones fueron Dorotea, Vengan turistas,
Timoleón y Su majestad el chisme.
Juventud
Comenzó su carrera como
compositor a finales de los años veinte, cuando todavía vivía en su Orizaba
lugar natal. Compuso ritmos como tango, fox-trot y danzón: sus primeras obras
desaparecieron por varias décadas, pero la Fundación Francisco Gabilondo Soler,
Cri Cri, A. C., ha rescatado la totalidad de las obras creadas entre 1926 y
1930. Los temas rescatados son: "Amor internacional", "Parece
raro", "Madrid", "Consejos", "Cita de amor"
y "Los pistoleros".
Llegó a la ciudad de
México en 1928 en busca de cumplir su sueño de estudiar. Entró al Observatorio
Nacional como voluntario, pero lo dejó al poco tiempo por falta de recursos.
Se casó muy joven, en
mayo de 1927, casi terminando la adolescencia y por insistencia de Rosario
Patiño Domínguez, su primera esposa, a la que conoció en Orizaba
se instaló
en la ciudad de México.
Sus primeros hijos fueron Jorge Gabilondo Patiño y Diana Gabilondo Patiño, quienes fueron los
primeros niños
que conocieron la música
del Grillito Cantor; Francisco Gabilondo veía en sus ojos y sonrisas
si las piezas compuestas por el eran de su agrado. Su hija Diana fue muy
cercana a él. Aunque su mayor pasión fue siempre la astronomía (donó un
telescopio al Observatorio Nacional), la música fue el camino que lo llevó al
estrellato
La
radio
Cri-Crí,
El Grillito Cantor
En 1932 incursiona en la
estación de radio XYZ con un programa humorístico y también de crítica social,
por el cual ganó el apodo de El Guasón del Teclado. Posteriormente el Sr. Othón
Vélez le da una oportunidad de presentar canciones para niños; a petición
solicitada por Rosario Patiño quién representaba a Francisco Gabilondo Soler
además de ser funcionaria en la XEW. Entonces el 15 de octubre de 1934 inicia
un programa de 15 minutos -sin patrocinadores ni publicidad- y así en la XEW La
Catedral del Radio se narraban historias sobre animales y otros personajes.
Este programa era previo a La hora azul, estelarizada por Agustín Lara y Pedro
Vargas. A sugerencia del mismo Sr. Vélez, adoptó el nombre de Cri-Crí, El
Grillito Cantor. Las canciones que interpretó durante esa primera emisión
fueron El Chorrito, Batallón de Plomo, Bombón I y El Ropero. El programa se
mantuvo al aire durante 27 años, siendo su última emisión el 30 de julio de
1961.
Su repertorio incluye
más de doscientas veintiséis composiciones, de las cuales ciento veinte fueron
grabadas; creó más de quinientos personajes y escribió más de tres mil
quinientas páginas de textos y cuentos. Su obra ha sido interpretada por
diversos grupos y cantantes tales como Libertad Lamarque, Hugo Avendaño,
Plácido Domingo, Emmanuel, Timbiriche, Chabelo, Alejandra Guzmán, Enrique
Bunbury, Eugenia León, Iraida Noriega y Voz en Punto, entre otros.
El maestro Gabilondo
apreciaba la soledad, motivo por el cual rehuía a los homenajes y festivales en
su honor; en cambio, disfrutaba las reuniones con sus amigos astrónomos, grupo
al que denominó Los astrolocos y apelativo que, desde luego, él mismo se aplicaba.
Decía que mucha gente pensaba que la astronomía consistía en “estar viendo
pa´arriba”, aseguraba que era falso y citaba una frase escrita en la entrada de
la Escuela de Platón, en la antigua Grecia: “No entre quien ignore la música y
la astronomía”.
Además de la música
Francisco Gabilondo sentía predilección por la historia, los idiomas, la
literatura, la geografía y la ciencia, principalmente la astronomía cuya área
más interesante para él era el cálculo; se deleitaba comprobando movimientos
estelares mediante operaciones matemáticas, conocimiento relacionado también
con la música.
Astronomía
Ingresó a la Sociedad
Astronómica de México como miembro
activo el 31 de octubre de 1951; construye un observatorio en el pueblo de
Tultepec (al norte de la Ciudad de México) para que los aficionados de la
astronomía
hicieran prácticas.
Posteriormente cede esas instalaciones a la S.A.M.
Sobre esta pasión expresaba:
«Me gustaba leer los libros de Salgari, de Verne ..., quería ser
como [un] pirata de Salgari; a esos piratas lo vi muy buenos, muy generosos y
hasta bondadosos ... y así quería ser, un pirata... pero un pirata debía
conocer los mares..., y la geografía, para recorrer el mundo ... Debía estudiar
las estrellas, pues ¿cómo orientarse en el mar sin conocer las constelaciones?
Había que estudiar cosmografía y también aritmética y geometría, pues las cosas
se hacen a base de suficiente preparación. Quise ser de todo, astrónomo,
geógrafo, ingeniero ... [...] Éramos siete [amigos de un colegio] a quienes,
creyendo ser ya sabios, se nos metió la idea de concurrir al Observatorio de
Tacubaya, no como simples visitantes, sino para que se nos dejara usar los
instrumentos para descubrir otros planetas, cometas, y muchas nebulosas ... Don
Joaquín Gallo tuvo la paciencia de tolerar nuestro deseo y nos enseñó cosas del
Observatorio, pero también nos hizo cierto examen con el que enseñamos el cobre
y ya no salimos de ahí tan seguros de nuestro vale. Sin embargo, regresamos, y
aunque amablemente se nos permitió incursionar por las instalaciones, sólo
pudimos meter la nariz, no nuestro talento. En el observatorio se nos conocía
como Los Siete Sabios de 🇲🇽 ...»
Por otra parte, en 1968
realizó por pocos meses para Televicentro un programa televisivo grabado
primero en blanco y negro y, después, a color. Fue miembro fundador del
Sindicato Mexicano de Autores, Compositores y Editores de Música (SMACEM),
actualmente Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).
A mediados de la década
de 1970, para eludir el ambiente urbano, decide retirarse al pueblo de San
Miguel Tocuila, cerca de Texcoco, en donde hizo construir una casa con cierta
semejanza a la que tuvo en su infancia. A pesar de los efectos de la edad y las
limitaciones visuales sigue dedicado a la astronomía con un telescopio y
binoculares, con cálculos matemáticos y, excepto en sus últimos días, la
lectura.
Fallecimiento
Francisco Gabilondo
Soler falleció al ser víctima de una enfermedad cardíaca en el Estado de México
el 14 de diciembre de 1990 a la edad de 83 años.
Cine
En el año de 1963 se
estrenó la película Cri Crí el grillito cantor, protagonizada por Ignacio López
Tarso y Marga López, sobre la vida de Francisco Gabilondo desde pequeño cuando
vivía con su abuela hasta sus últimos años en los que ya no hacía su programa.
En la película se interpretan diversas canciones escritas por él, y también
incluye una secuencia animada por Walt Disney para la canción de Los Cochinitos
Dormilones.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Gabilondo_Soler
https://www.sacm.org.mx/Informa/Biografia/08366
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