Juan Domingo Perón

 

Juan Domingo Perón nació a fines del siglo XIX en la localidad de Lobos, Provincia de Buenos Aires como «hijo natural», debido a que su madre y su padre no estaban casados en el momento de su nacimiento, cosa que hicieron posteriormente.

 

Juan Domingo se criará durante sus primeros cinco años en las zonas rurales de Lobos y Roque Pérez: "soy de los que aprendieron a andar a caballo antes que a caminar", le dirá a su amigo y biógrafo Enrique Pavón Pereyra.

Sobre su madre, Juana, dice:

Mi madre, nacida y criada en el campo, montaba a caballo como cualquiera de nosotros e intervenía en las cacerías y faenas rurales con la seguridad de las cosas que se dominan. Era una criolla con todas las de la ley. Veíamos en ella al jefe de la casa, pero también al médico, consejero y amigo de todos los que tenían una necesidad. Esa suerte de matriarcado ejercido sin formulismo, pero bastante efectivo; provocaba respeto, pero también cariño

Juan Domingo Perón.

 

En 1900, cuando Juan Domingo contaba con cinco años, la familia Perón-Sosa se embarcó en el vapor Santa Cruz con rumbo a la costa marítima de la Patagonia Argentina.  En 1902 se mudaron más al norte, primero al pueblo chubutense de Cabo Raso, y posteriormente, en febrero de 1904 se trasladaron a la localidad de Camarones, con motivo de la designación de Mario Tomás para desempeñarse interinamente como juez de paz, el 19 de diciembre de 1906. Poco después volvieron a trasladarse, esta vez a la finca de su propiedad que denominaron La Porteña, ubicada en la sierra Cuadrada, a 175 km de la ciudad de Comodoro Rivadavia, y más tarde fundaron otra que se llamó El Mallín.

 

Entre 1904 los padres de Juan y Mario decidieron enviar a sus hijos a vivir a Buenos Aires para que pudieran iniciar estudios formales, quedando al cuidado de su abuela paterna, Dominga Dutey, y las dos medias hermanas del padre, Vicenta y Baldomera Martirena, que eran maestras. Los dos niños por primera vez veían la gran ciudad y solo verían a sus padres durante los veranos. La casa de la abuela paterna de los niños se encontraba en pleno centro de la ciudad, en la calle San Martín 580. Estudia primero en la escuela que quedaba al lado de su casa, donde sus tías eran maestras y luego en diversas escuelas hasta completar su educación primaria, para realizar luego estudios secundarios politécnicos en el Colegio Internacional de Olivos, dirigido por el profesor Francisco Chelía.

 

Juan Domingo era llamado «Pocho» en su círculo íntimo, apodo que luego se divulgó y fue el sobrenombre con el que era mencionado en distintos ámbitos.

 

Matrimonios

Perón tuvo tres esposas: el 5 de enero de 1929 contrajo matrimonio con Aurelia Gabriela Tizón quien falleció de cáncer uterino. Descansan sus restos en el Cementerio de Olivos, provincia de Buenos Aires, en la bóveda de la familia Tizón.

 

El 22 de octubre de 1945 se casó en Junín con la actriz Eva Duarte. Según testigos de la época, fue precisamente mientras estaba en cautiverio que habría pensado en casarse. Ya en libertad, en un encuentro informal, Eva Duarte le presentó a fray Pedro Errecart, quien sorprendió a Perón por su habilidad para relacionarse con uno de sus perros al que nadie se le acercaba, y por la sinceridad con la que le dijo: "si no se casa por Iglesia no puede ser presidente".

 

La frase fue un impulso más para Perón y fray Errecart, que ya contaba con la simpatía de Eva Duarte, en poco tiempo se ganó su confianza. Habían programado para fines de noviembre una ceremonia austera con no más de unas doce personas, pero la información se filtró y cuando llegaron a La Plata se encontraron con una multitud que los esperaba y que los hizo desistir de la idea hasta dos semanas después. Juan Domingo Perón tenía 50 años y Eva Duarte 26. Después de la ceremonia los invitados compartieron con ellos una comida en una casona ubicada a pocas cuadras del templo.

 

Los vecinos más viejos de barrio recuerdan que tanta fue la gratitud del General que hasta le propuso construir una nueva iglesia en el predio del parque Saavedra, pero ante la cerrada negativa del sacerdote, asignó los fondos para arreglar la parroquia, que terminó de remozarse en el año 1946.

 

Conocida como Evita, Eva Perón colaboró en la gestión de su esposo con una política de ayuda social y apoyo a los derechos políticos de la mujer, a la que se concedió por primera vez el derecho al voto. El 26 de julio de 1952, mientras Perón ejercía por segunda vez la presidencia, Evita murió después de una larga lucha contra el cáncer uterino.

 

Después de la muerte de Evita, Perón mantuvo una relación amorosa ilegal durante dos años con Nelly Rivas, una joven de 15 años que estudiaba en la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Más tarde, la joven fue perseguida por la Justicia y fue enviada a un asilo para adolescentes que habían cometido el delito de estupro.

 

El 15 de noviembre de 1961 se casó en España con María Estela Martínez Cartas, conocida como Isabelita, que luego lo acompañó como vicepresidenta en las elecciones de septiembre de 1973 y le sucedió en el cargo a su fallecimiento, hasta el 24 de marzo de 1976, en que fue derrocada por un golpe militar.

 

Carrera militar

El 1 de marzo de 1911 ingresó en el Colegio Militar de la Nación, gracias a la beca que le consiguiera Antonio M. Silva, íntimo amigo de su abuelo paterno, quien lo asistió en la enfermedad hasta su fallecimiento. Se graduó el 18 de diciembre de 1913 como subteniente de infantería.

 

En 1914 fue destinado al Regimiento 12 de Infantería con asiento en Paraná, Entre Ríos, donde permaneció hasta 1919. En 1915 ascendió al grado de teniente.

 

En 1916 evidenció públicamente por primera vez una postura política. En ese año se realizaron en Argentina por primera vez elecciones con voto universal y secreto, aunque solo para hombres, en las que triunfó Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical, en lo que se considera el primer gobierno democrático. Perón votó en esa elección por primera vez, optando por Yrigoyen y la UCR, en abierta confrontación con los sectores conservadores y oligárquicos organizados en el Partido Autonomista Nacional de ideología roquista, que había gobernado sin alternancia los 36 años anteriores. Durante los gobiernos radicales (1916-1930) Perón iría asumiendo una postura cercana a los militares nacionalistas legalistas (como las que ejemplificaban Enrique Mosconi o Manuel Savio), y al mismo tiempo crítica hacia el gobierno radical, principalmente a causa de la masacre obrera conocida como Semana trágica de 1919 y lo que consideraba «inoperancia» ante los graves problemas sociales del país.

 

Ya con el grado de teniente Perón integró el Regimiento 12 de Infantería con asiento en Paraná al mando del general Oliveira Cézar, que fue enviado en 1917 y 1919 por el gobierno de Yrigoyen a intervenir militarmente en las huelgas obreras que se realizaban en los obrajes forestales que la empresa inglesa La Forestal tenía en el norte de la provincia de Santa Fe. Su postura y la de otros militares de la época fue que en ningún caso el Ejército debía reprimir a los huelguistas.

 

Perón le dio gran importancia a la difusión del deporte: practicó boxeo, atletismo y esgrima. En 1918 se consagró campeón militar y nacional de esgrima. Redactó varios textos deportivos para el entrenamiento militar. El 31 de diciembre de 1919 ascendió al grado de teniente primero y en 1924 al de capitán. En 1926 ingresó a la Escuela Superior de Guerra.

 

En esos años redactó varios textos que resultaron impresos como materiales de estudio en las academias militares, como Higiene militar (1924), Moral militar (1925), Campaña del Alto Perú (1925), El frente oriental en la guerra mundial de 1914. Estudios estratégicos (1928), entre otros trabajos. El 12 de enero de 1929 obtuvo su diploma como oficial de Estado Mayor y el 26 de febrero fue destinado al Estado Mayor del Ejército como ayudante del coronel Francisco Fasola Castaño, subjefe del Estado Mayor.

 

Su paso por la Escuela de Suboficiales le proporcionaría el contacto con los humildes aspirantes y cadetes de la escuela. Durante esta época Perón educó a los cadetes en la más estricta disciplina militar, pero también les enseñó desde modales de convivencia, hasta moral y ética. Durante esta etapa Perón también destacó como deportista, siendo campeón de espada del ejército y nacional entre 1918 y 1928, recibiendo un reconocimiento generalizado de superiores y subalternos por la tarea que desarrolló en la práctica de los deportes.

 

En 1920 fue transferido a la Escuela de Suboficiales «Sargento Cabral» en Campo de Mayo, donde sobresalió como instructor de tropas. Ya entonces se distinguía entre otros colegas por su especial interés y trato para con sus hombres, lo que prontamente lo convirtió en un militar carismático. Por aquellos años publicó sus primeros trabajos en forma de contribuciones gráficas a la traducción del alemán de un libro de ejercicios para soldados y algunos capítulos de un manual destinado a aspirantes a suboficial.

 

A comienzos de 1930 fue designado profesor suplente de Historia Militar en la Escuela Superior de Guerra, y asumió la titularidad a fin de año. Ese año se produjo el golpe de Estado del 6 de septiembre, liderado por el general José Félix Uriburu que derrocó al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen. El golpe contó con el apoyo de un amplio espectro que incluía a radicales, socialistas, conservadores, organizaciones patronales y estudiantiles, el Poder Judicial, así como los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido.

 

Perón no ocupó ningún cargo en el gobierno dictatorial de Uriburu, pero participó marginalmente en la preparación del golpe formando parte de un grupo autónomo, de tendencia «nacionalista legalista», liderado por los tenientes coroneles Bartolomé Descalzo y José María Sarobe, que criticaba al grupo «conservador oligárquico» que rodeaba a Uriburu. Este grupo pretendía darle un amplio sustento popular al movimiento y evitar la instalación de una dictadura militar, hecho que finalmente ocurrió. Perón formó parte de una columna que desalojó pacíficamente la Casa Rosada, donde grupos civiles estaban realizando saqueos y destrozos.

 

Luego del golpe, el grupo militar de los tenientes coroneles Descalzo y Sarobe, del que participaba Perón, fue desmantelado por la dictadura militar, enviando a sus integrantes al exterior o a posiciones lejanas en el interior del país. El propio Perón sería asignado a la Comisión de Límites, debiendo trasladarse a la frontera norte.

 

La dictadura de Uriburu (1930-1932) organizó elecciones en las que proscribió a Hipólito Yrigoyen y restringió las posibilidades de actuación del radicalismo yrigoyenista, facilitando así el triunfo electoral de una coalición de radicales antiyrigoyenistas, conservadores y socialistas, llamada la Concordancia, que gobernaría en sucesivos turnos electorales fraudulentos hasta 1943. Esa etapa es conocida en la historia argentina como la Década Infame.

 

El 31 de diciembre de 1931 Perón ascendió al grado de mayor. En 1932 fue designado ayudante de campo del ministro de Guerra y publicó el libro Apuntes de historia militar, premiado al año siguiente con medalla y diploma de honor en Brasil. Realizó nuevas publicaciones como Apuntes de historia militar. Guerra ruso-japonesa de 1904-1905 (1933) y Toponimia araucana (1935).

 

El 26 de enero de 1936 fue designado agregado militar en la embajada argentina en Chile, cargo al que pocos meses después sumó el de agregado aeronáutico. Retornó a Argentina a comienzos de 1938, siendo destinado al Estado Mayor General del Ejército.

 

Tras la muerte de su mujer en septiembre de 1938, Perón trató de distraerse ayudando a su amigo, el padre Antonio D’Alessio, en la organización de competencias atléticas para los niños del vecindario. Poco después emprendió un viaje hacia la Patagonia. Recorrió miles de kilómetros en automóvil y regresó a principios de 1939. Fruto de aquel viaje y de prolongadas charlas con los caciques mapuches Manuel Llauquín y Pedro Curruhuinca, fue su Toponimia patagónica de etimología araucana.

 

A comienzos de 1939 fue enviado a Italia a seguir cursos de capacitación en diversas disciplinas, como economía, alpinismo, esquí y alta montaña. Visitó también Alemania, Francia, España, Hungría, Yugoslavia, Albania y la Unión Soviética. Volvió a Argentina dos años después, el 8 de enero de 1941. Dictó una serie de conferencias sobre el estado de situación bélica en Europa ―en el marco de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)―, tras lo cual fue ascendido al grado de coronel a fin de año.

 

El 8 de enero de 1941, Perón fue destinado a una unidad de montaña en la provincia de Mendoza, para alejarlo de los focos conspirativos porteños, que estaban demasiado activos desde el comienzo de la guerra y habían acelerado sus actividades al conocerse el carácter terminal de la enfermedad del presidente Roberto M. Ortiz. Allí publicó un artículo e instrucciones sobre los comandos de montaña. El 18 de mayo de 1942 se dispuso los traslados de Perón y Domingo Mercante a la Capital Federal.

 

En 1942 y 1943 murieron los dos principales líderes de la Argentina durante la Década infame, el expresidente Marcelo T. de Alvear (referente del principal partido popular de oposición, la Unión Cívica Radical) y el expresidente Agustín P. Justo (referente de las Fuerzas Armadas y de los partidos que integraban la Concordancia oficialista). La súbita ausencia de líderes, tanto en el ámbito político como militar, tendría mucha influencia en los hechos militares y políticos que se desencadenarán al año siguiente, en los que Perón desempeñará un papel cada vez más importante.

 

El 31 de mayo de 1946 el presidente Edelmiro Farrell lo reincorporó al Ejército y lo ascendió a general de brigada. El 1 de mayo de 1950, el Congreso Nacional aprobó la ley 13896 por la cual ascendió a Perón a general de división ―no obstante que había manifestado su oposición― con efecto al 31 de diciembre de 1949; la ley quedó promulgada de hecho.

 

El 6 de octubre de 1950 accedió a la jerarquía de general de ejército (luego redenominada «teniente general»). El 10 de noviembre de 1955 se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina el decreto ley N° 2034/55 -fechado al 31 de octubre- que oficializó la condena del Tribunal de Honor Militar por Descalificación por falta gravísima en el cual se lo privó del grado militar, condecoraciones y derecho a vestir uniforme. Esta situación se mantuvo hasta la publicación de la ley 20.530 -aprobada por el Congreso el 29 de agosto de 1973 y promulgada el 10 de septiembre- en la cual se declaraba la total nulidad de las leyes, decretos leyes, reglamentos, decretos y demás disposiciones a partir del 21 de septiembre de 1955 que privaron al exmandatario de sus bienes, estado y jerarquía militar, derecho de uso de uniforme, distinciones y condecoraciones.

Condecoraciones y distintivos

Durante su carrera militar recibió numerosas condecoraciones y distintivos:

*    «Oficial de Estado Mayor» Escuela Superior de Guerra

*    «Distintivo Tropa de Montaña» (Cóndor de los Andes).

*    «Distintivo Piloto Militar»

 

 

Inicios de Perón en el nuevo gobierno: la alianza con los sindicatos.

 

Perón se desempeñó como secretario privado del general Edelmiro Farrell, quien había quedado a cargo del Ministerio de Guerra desde el 4 de junio de 1943. Pocos días después del golpe, la CGT N.º 2 conducida por el sector socialista de Francisco Pérez Leirós y Ángel Borlenghi y los comunistas, se entrevistaron con el ministro del Interior de la dictadura para ofrecerle el apoyo sindical mediante una marcha a la Casa Rosada. El gobierno rechazó el ofrecimiento y poco después disolvió la CGT N.º 2, encarcelando a varios de sus dirigentes.

 

En agosto de 1943, el movimiento obrero intentó un nuevo acercamiento con la dictadura militar, esta vez a raíz de una iniciativa del poderoso sindicato Unión Ferroviaria de la CGT N.º 1. Esas conversaciones prosperaron y poco a poco a ellas se fueron sumando otros dirigentes sindicales y a petición de Mercante, el coronel Juan Domingo Perón. Hasta ese momento los sindicatos habían desempeñado un papel menor en la vida política del país. En las primeras reuniones, caracterizadas por la desconfianza, los sindicalistas propusieron a Mercante y a Perón realizar una alianza que se instalara en el pequeño Departamento Nacional de Trabajo, para desde allí impulsar la sanción y sobre todo la aplicación efectiva de las leyes laborales reclamadas largamente por el movimiento obrero, así como el fortalecimiento de los sindicatos y del propio Departamento de Trabajo. El poder y la influencia creciente de Perón provino de su alianza con un sector del sindicalismo argentino, principalmente con las corrientes sindicales socialista y sindicalista revolucionaria.

 

En 1944 creó la Dirección Nacional de Salud, dependiente del Ministerio del Interior, que pasó a administrar el Fondo de Ayuda Federal destinado a compensar los desequilibrios de las jurisdicciones en materia sanitaria, y por medio de las Delegaciones Regionales ejerció influencia sobre la salud pública de las provincias y gobernaciones del país. Mediante la resolución 30 655/44 por el cual se impulsó la atención médica gratuita en las fábricas con responsabilidad de la empresa, se apoyaron políticas para que los sindicatos desarrollaran el seguro social como complementario de la acción estatal y se crearon servicios hospitalarios bajo control de los gremios de la industria azucarera, ferroviarios y vidrio, entre otros.

 

A partir de esa alianza y secundado por Mercante, Perón maniobró dentro del gobierno para que se lo designara al frente del Departamento Nacional del Trabajo, que era poco influyente entonces, hecho que sucede el 27 de octubre de 1943. Perón designó a los líderes sindicales en los principales cargos del departamento y desde allí pusieron en marcha el plan sindical, adoptando inicialmente una política de presión sobre las empresas para que resolvieran los conflictos laborales por medio de convenios colectivos de trabajo. La vertiginosa actividad del Departamento de Trabajo ocasionó el creciente apoyo a su gestión por parte de dirigentes sindicales de todas las corrientes: socialistas, sindicalistas revolucionarios, comunistas y anarquistas, y a su vez incorporando a otros socialistas como José Domenech (ferroviario), David Diskin (empleados de comercio), Alcides Montiel (cervecero) y Lucio Bonilla (textil); sindicalistas revolucionarios provenientes de la Unión Sindical Argentina, como Luis Gay (telefónico) y Modesto Orozo (telefónico); incluso a algunos comunistas como René Stordeur (gráficos) y Aurelio Hernández (sanidad) y hasta trotskistas como Ángel Perelman (metalúrgico)

 

Secretario de Trabajo y Previsión

El 27 de noviembre de 1943, un decreto ―redactado por José Figuerola y Juan Atilio Bramuglia― creó la Secretaría de Trabajo y Previsión de la Nación; el mismo decreto nombraba a Perón secretario de Trabajo.

 

El nuevo organismo incorporaba en su organigrama las funciones del Departamento de Trabajo y a otras reparticiones, tales como la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones, la Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social, la Junta Nacional para Combatir la Desocupación, la Cámara de Alquileres, entre otras. Dependía directamente del Presidente, de modo que tenía todas las atribuciones de un ministerio; su función consistía en centralizar toda la acción social del Estado y fiscalizar el cumplimiento de las leyes laborales, para lo cual contaba con delegaciones regionales en todo el país. Se transfirieron a la Secretaría, además, los servicios y facultades de carácter conciliatorio y arbitral, así como las funciones de policía del trabajo, los servicios de higiene industrial, los de inspección de asociaciones mutualistas y los relacionados con el trabajo marítimo, fluvial y portuario.

 

A fines de 1943, el sindicalista socialista José Domenech, secretario general de la poderosa Unión Ferroviaria, le propuso a Perón participar personalmente de las asambleas obreras. La primera asamblea sindical a la que asistió fue el 9 de diciembre de 1943 en la ciudad de Rosario, donde Domenech lo presentó como «el Primer Trabajador de la Argentina». La presentación de Domenech tendría consecuencias históricas, ya que ese título sería uno de los argumentos para que, dos años después, se aceptara la afiliación de Perón al nuevo Partido Laborista, y aparecería también como uno de los versos más destacados de la Marcha Peronista.

 

En febrero de 1944 el dúo Farrell-Perón desplazó a Ramírez de la presidencia; Perón fue designado para el estratégico cargo de ministro de Guerra el 24 de febrero de 1944 y al día siguiente Farrell en la Presidencia de la Nación, primero interinamente y definitivamente a partir del 9 de marzo de ese año.

 

Como Secretario de Trabajo, Perón realizó una obra notable, haciendo aprobar las leyes laborales que habían sido reclamadas históricamente por el movimiento obrero argentino, entre ellas, generalización de la indemnización por despido, que existía desde 1934 para empleados de comercio, jubilaciones para empleados de comercio, Estatuto del Peón de Campo, creación de la justicia laboral, aguinaldo, eficacia real de la policía de trabajo, ya existente, para garantizar su aplicación, y por primera vez la negociación colectiva, que se generalizó como regulación básica de la relación entre el capital y el trabajo. También dejó sin efecto el decreto-ley de asociaciones sindicales sancionado por Ramírez en las primeras semanas de la revolución, que era criticado por todo el movimiento obrero.

 

El 8 de julio de 1944, Perón fue designado vicepresidente de la Nación, manteniendo los cargos de ministro de Guerra y secretario de Trabajo.

 

El 18 de noviembre de 1944, se anunció la promulgación del Estatuto del Peón de Campo (Decreto-Ley N° 28.194) sancionado el mes anterior, modernizando la situación semifeudal en que aún se encontraban los trabajadores rurales, alarmando a los grandes estancieros (latifundistas) que controlaban las exportaciones argentinas. El 30 de noviembre se establecieron los tribunales de trabajo, resistidos por el sector patronal y los grupos conservadores. Esta normativa fijó por primera vez, para todo el territorio de la república, condiciones de trabajo humanitarias para los asalariados rurales no transitorios, entre ellas: salarios mínimos, descanso dominical, vacaciones pagas, estabilidad, condiciones de higiene y alojamiento. Este decreto fue ratificado por la ley 12.921 y reglamentado por el decreto 34.147 del año 1949. De esta forma se fortaleció el poder de negociación de los sindicatos rurales, estableció el Estatuto del Tambero-Mediero, respaldó públicamente y se comprometió a mantener la rebaja obligatoria del precio de los arrendamientos y la suspensión de los desalojos, y trasladó al Consejo Agrario Nacional al ámbito de la Secretaría de Trabajo y Previsión, desde donde se llevaron adelante algunas expropiaciones. Perón sostendría: “La tierra no debe ser un bien de renta, sino un bien de trabajo”.

 

El 4 de diciembre, se aprobó el régimen de jubilaciones para empleados de comercio, que fue seguido por una manifestación sindical de apoyo a Perón, la primera en su apoyo y en la que habló en un acto público, organizada por el socialista Ángel Borlenghi, secretario general del sindicato, reuniendo una enorme multitud estimada en 200.000 personas.

 

Paralelamente, aumentaba la sindicalización de los trabajadores: mientras que en 1941 había 356 sindicatos con 441.412 miembros, en 1945 esa cantidad había aumentado a 969 sindicatos con 528.523 miembros, en su mayoría "nuevos" trabajadores, étnicamente distintos de los inmigrantes de las décadas anteriores, provenientes de la migración masiva que estaba sucediendo desde el interior del país y países limítrofes a las ciudades, especialmente al Gran Buenos Aires. Se los empezó a llamar despectivamente "morochos", "grasas", "negros", "negras" y "cabecitas negras" por las clases medias y altas, y también por algunos de los trabajadores industriales "viejos", descendientes de la inmigración europea.

 

En ese contexto de transformación cultural referido al lugar de los trabajadores en la sociedad, la clase obrera se ampliaba constantemente debido a la industrialización acelerada del país. Esta gran transformación socio-económica fue la base del nacionalismo laborista que tomó forma entre la segunda mitad de 1944 y la primera mitad de 1945 y que adoptaría el nombre de peronismo.Jugó un rol central en la sanción del decreto-ley 1740/45 fijando el régimen de vacaciones para los obreros industriales y la creación de la Justicia Nacional del Trabajo. Por decreto N.º 33.302 del 20 de diciembre de 1945 se crea el "Instituto Nacional de Remuneraciones", se otorga un aumento salarial y se instituye, por primera vez, el sueldo anual complementario o aguinaldo. Perón representaba a la línea de mayor apertura ante los problemas sociales. A través de la Secretaría de Trabajo y Previsión, creada por iniciativa de Perón, se produjeron cambios fundamentales tendientes a establecer una relación más fuerte con el movimiento obrero, y se sancionaron una serie de reformas en la legislación laboral como el Estatuto del Peón, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales, y también se estableció el seguro social y la jubilación, que benefició a 2 millones de personas. Además, se crearon Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias, en líneas generales, resultaron favorables a las demandas obreras (entre ellas, la fijación de mejoras salariales y el establecimiento del aguinaldo para todos los trabajadores), y se reconocieron las asociaciones profesionales, con lo cual el sindicalismo obtuvo una mejora sustancial de su posición en el plano jurídico. También otorga nuevos derechos como indemnizaciones, vacaciones pagas, licencias, prevención de accidentes de trabajo, capacitación técnica, etcétera.

 

1945 fue uno de los años más trascendentes de la historia de la Argentina.

Se inició con la obvia intención de Farrell y Perón de preparar el ambiente para declarar la guerra a Alemania y Japón, el rol de Perón en esta decisión debe ser señalado. El 26 de enero de 1944, el Gobierno argentino había roto las relaciones diplomáticas con Alemania y Japón ―Italia estaba ocupada por los aliados―: «Declárase el estado de guerra entre la República Argentina y el Imperio del Japón», y recién en el artículo 3 se le declaraba la guerra a Alemania. El 20 de marzo, el encargado de negocios británico Alfred Noble se reunió con Perón para subrayar la necesidad de dar aquel paso. Pero existía oposición dentro del Ejército y la opinión pública se encontraba dividida en torno a declarar la guerra o no, sin embargo, tomó medidas tendientes a mejorar su imagen: cese total del intercambio comercial con los países del Eje, cierre de publicaciones pro-nazis, intervención de empresas alemanas, arresto de un número importante de espías nazis o sospechosos de serlo.

 

Antiperonismo y peronismo

Spruille Braden, el nuevo embajador de Estados Unidos en la Argentina, llegó a Buenos Aires el 19 de mayo de 1945. Fue el principal organizador del antiperonismo.

La característica principal del año 1945 en la Argentina sería la radicalización de la situación política entre peronismo y antiperonismo, impulsada en gran medida por Estados Unidos, por medio de su embajador, Spruille Braden. En adelante la población argentina quedaría dividida en dos bandos frontalmente enfrentados: los partidarios de Perón que eran mayoría en la clase obrera y los no peronistas, que eran mayoritarios en la clase media (sobre todo porteña) y la clase alta.

 

El movimiento sindical, en el que aún no predominaba el apoyo abierto a Perón, reaccionó rápidamente en defensa de la política laboral y el 12 de julio la CGT organizó un multitudinario acto bajo el lema «Contra la reacción capitalista». Según Félix Luna, esa fue la primera vez que los trabajadores comenzaron a identificarse como «peronistas».

 

El antiperonismo adoptó la bandera de la democracia y criticó duramente las que llamaba actitudes antidemocráticas del peronismo; este por su parte tomó como bandera la justicia social y criticaba duramente el desprecio por los trabajadores de sus adversarios. El movimiento estudiantil expresaba su oposición con la consigna «no a la dictadura de las alpargatas» y el movimiento sindical respondía con «alpargatas sí, libros no». Las manifestaciones obreras que apoyaban las leyes laborales que iba promoviendo Perón, contestaban "alpargatas sí, libros no".

 

El 12 de octubre, Perón fue detenido y llevado a la Isla Martín García. En ese momento, los líderes del movimiento opositor tuvieron el país y el gobierno a su disposición. «Perón era un cadáver político» y el gobierno, presidido formalmente por Farrell, estaba en realidad en manos del general Ávalos, quien asumió como ministro de Guerra en reemplazo de Perón y sólo pretendía entregar el poder a los civiles lo antes posible.

 

La Casa Radical de la calle Tucumán en Buenos Aires se había convertido en el centro de deliberaciones de la oposición. Pero los días pasaron sin que se tomara ninguna resolución, llegando muchas veces a impulsar el revanchismo patronal. El día martes 16 de octubre era día de pago:

Al ir a cobrar la quincena, los obreros se encontraron con que el salario del feriado 12 de octubre no se pagaba, a pesar del decreto firmado días antes por Perón. Panaderos y textiles fueron los más afectados por la reacción patronal. ―¡Vayan a reclamarle a Perón!― era la sarcástica respuesta.

 

El miércoles 17 de octubre de 1945, se produjo una masiva movilización de entre 300 000 (según cálculos de Félix Luna) y 500 000 personas, la mayoría trabajadores de sectores muy humildes, que ocuparon la Plaza de Mayo exigiendo la libertad de Perón. En la misma jugaron un papel decisivo los dirigentes sindicales, que iban recorriendo las fábricas incitando a los trabajadores a abandonar el trabajo para marchar coreando consignas en favor de Perón por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal, y activistas como la escritora uruguaya Blanca Luz Brum. ​La principal fuerza de impulso provenía de esas mismas columnas que mientras marchaban retroalimentaban el movimiento.

 

El presidente Edelmiro J. Farrell mantuvo una actitud prescindente. Los sectores más antiperonistas del gobierno, como el almirante Vernengo Lima, propusieron abrir fuego contra los manifestantes. El nuevo hombre fuerte del gobierno militar, el general Eduardo Ávalos, se mantuvo pasivo, esperanzado que la manifestación se disolviera sola, y se negó a movilizar las tropas. Finalmente, ante la contundencia de la presión popular, negociaron con Perón y pactaron las condiciones: Perón hablaría a los manifestantes para tranquilizarlos, no haría referencia a su detención y obtendría que se retiraran y por otra parte el gabinete renunciaría en su totalidad y Ávalos solicitaría su retiro; Perón también se retiraría y no volvería a detentar ningún cargo, pero a cambio exigiría que el gobierno convocara a elecciones libres para los primeros meses de 1946.

 

A las 23:10 Perón salió a un balcón de la Casa de Gobierno y habló a los trabajadores mientras celebraban el triunfo. Anunció su retiro del Ejército, celebró la «fiesta de la democracia» y antes de pedir que volvieran pacíficamente a sus casas con cuidado de no dañar a las mujeres presentes dijo:

Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción: pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria… Y recuerden trabajadores, únanse y sean más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse nuestra hermosa Patria, en la unidad de todos los argentinos.

Juan Domingo Perón, 17 de octubre de 1945

 

Cinco días después, Perón se casaba con Evita y su amigo Mercante asumía la conducción de la Secretaría de Trabajo y Previsión, finalmente siendo electo presidente en las elecciones del 24 de febrero de 1946.

 

Tras un corto lapso de descanso, durante el cual contrajo matrimonio con Eva Duarte en Junín (provincia de Buenos Aires), el 22 de octubre, Perón comenzó su campaña política. El sector de la Unión Cívica Radical que le apoyaba formó la UCR Junta Renovadora, a la cual se sumaron el Partido Laborista y el Partido Independiente; por su parte, la organización radical FORJA se disolvió para sumarse al movimiento peronista.

 

Un rol activo en la campaña cumpliría la Sociedad Rural Argentina (SRA), contando con el respaldo activo de Spruille Braden, embajador de Estados Unidos en Argentina. Durante la campaña se produjeron dos hechos que afectaron profundamente el resultado, por un lado, el descubrimiento de un importante cheque entregado por una organización patronal como contribución a la campaña de la Unión Democrática. El segundo fue el involucramiento en cuestiones internas del Departamento de Estado de los Estados Unidos ―a instancias del embajador Braden― en la campaña electoral a favor de la fórmula Tamborini-Mosca.

 

Al mismo tiempo, salió a la luz que Raúl Lamuraglia, un hombre de negocios, había financiado la campaña de la Unión Democrática, a través de millonarios cheques del Bank of New York que habían tenido como destino sostener el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical y a sus candidatos José Tamborini y Enrique Mosca. Posteriormente, en 1951, el empresario aportaría recursos para apoyar el golpe de Estado fallido del general Benjamín Menéndez contra Perón, y en junio de 1955 financiaría el bombardeo de Plaza de Mayo.

 

En 1945, la embajada de Estados Unidos dirigida por Spruille Braden como embajador, y valiéndose de un excelente dominio del idioma castellano, Braden actuó como un líder político de la oposición, en una evidente violación del principio de no intervención en los asuntos internos de un país extranjero. Braden propició en 1946, pocos días antes de las elecciones, la publicación de un informe denominado "El Libro Azul", acusando al gobierno militar como al anterior ―la presidencia de Castillo― de colaborar con las potencias del Eje, de acuerdo a documentos recopilados por el Departamento de Estado estadounidense. Como respuesta, los partidos políticos que sostenían la candidatura presidencial de Perón, publicaron un libro de respuesta que se tituló "El Libro Azul y Blanco", que instaló hábilmente la consigna Braden o Perón, que tuvo una fuerte influencia en la opinión pública al momento de votar.

 

El apoyo popular, organizado por el Partido Laborista y la UCR Junta Renovadora, le dio la presidencia a Perón. En las elecciones del 24 de febrero de 1946, siendo derrotado únicamente en Córdoba, Corrientes, San Juan y San Luis, Perón se impuso con un 52.84% de los votos, mientras que Tamborini se colocó en segundo lugar, con el 42.87% de los votos, diez puntos por debajo del peronismo. En el Colegio Electoral (no existía el voto directo), Perón recibió 299 votos electorales contra solo 66 de Tamborini.

 

A diferencia de las elecciones celebradas durante la "Década Infame", las elecciones de febrero de 1946 fueron reconocidas como absolutamente limpias por los propios dirigentes y diarios opositores.

 

Algunos medios opositores se negaron a publicar el resultado, una vez realizado los comicios presidenciales. El diario La Prensa no dio a conocer la noticia de que Perón había resultado elegido presidente. Tardó más de un mes en imprimir la novedad, de modo indirecto, publicando una cita del New York Times que daba por hecho que Perón había ganado las elecciones presidenciales. Al transmitirse el poder, el diario realizó la crónica del hecho sin mencionar ninguna vez a Perón.

 

Primera presidencia (1946-1952)

El presidente de facto saliente, Edelmiro Farrell entrega los atributos del mando presidencial a Juan Domingo Perón, el 4 de junio de 1946. Con esta ceremonia, Perón inauguraba oficialmente su primera presidencia.

 

El primer período presidencial de Juan Domingo Perón se extendió entre el 4 de junio de 1946 y el 4 de junio de 1952. Entre las acciones más destacadas se encuentra la conformación de un extenso Estado de Bienestar, con eje en la creación del Ministerio de Trabajo y Previsión Social y la Fundación Eva Perón, una amplia redistribución de la riqueza a favor de los sectores más postergados, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, una política económica que impulsó la industrialización y la nacionalización de sectores básicos de la economía y una política exterior de alianzas sudamericanas apoyada en el principio de la tercera posición. En el mismo período se realizó una reforma constitucional que sancionó la llamada Constitución de 1949.

 

Durante el gobierno de Perón se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria ligera que se venía impulsando desde la década anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo. Durante esta época el sector agropecuario se modernizó, a partir del desarrollo de la industria siderúrgica y petroquímica, se impulsó la tecnificación y la provisión de fertilizantes, plaguicidas y maquinarias, de forma que se incrementó la producción y eficiencia agropecuaria.

 

En 1946, con Perón ya convertido en presidente electo, se nacionalizó el Banco Central de la República Argentina, mediante el decreto ley 8503/46.

 

En 1947 anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria pesada (siderurgia y generación de energía eléctrica en San Nicolás y en Jujuy). Perón afirmaba que la Argentina había obtenido en 1810 la libertad política, pero no la independencia económica.

 

El Gobierno sostiene su política monetaria, fiscal y salarial expansiva, pero la presión de la demanda global sobre una economía con menor cantidad de bienes y servicios disponibles enerva las presiones inflacionarias hasta que en el año 1951, se llega a un récord inflacionario en nuestro país para lo que iba del siglo XX. El costo de vida se elevó un 37 % y los precios mayoristas un 48 %.

 

Durante el gobierno peronista el número de inscriptos en las escuelas primarias y secundarias creció a tasas superiores a la de los años anteriores, mientras que en 1946 hubo 2 049 737 alumnos inscriptos en las escuelas primarias y 217 817 en las secundarias, para el año 1955 fueron 2 735 026 y 467 199 respectivamente.

 

Se produjo el acceso a la educación secundaria de la mayor parte de los hijos de clase media y de una parte significativa de los estratos altos de la clase trabajadora, especialmente en la enseñanza comercial y técnica.

 

Uno de los motivos de irritación de los opositores fue la introducción en los textos escolares de dibujos, fotografías y textos laudatorios de Perón y Evita tales como «¡Viva Perón! Perón es un buen gobernante. Perón y Evita nos aman» y otros similares. En la escuela secundaria se introdujo la materia «Cultura Ciudadana» que en la práctica era un medio de propaganda del gobierno, sus protagonistas y sus realizaciones, el libro La razón de mi vida de Eva Perón fue obligatorio en el nivel primario y secundario.

 

En materia de política universitaria, durante su primera presidencia Perón impulsó medidas que tendieran a acercar a los sectores populares a la universidad pública. En 1948 envió al Congreso un proyecto de ley para crear la Universidad Obrera Nacional ―actualmente denominada UTN―, que fue creada por Ley 13 229 y puesta en funcionamiento en 1952, con centros en Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca y Avellaneda. El objetivo de la Universidad Obrera fue orientarla hacia la ingeniería productiva con regímenes de estudios gratuitos y que facilitaran el acceso de los jóvenes trabajadores. Las principales medidas de su gobierno fueron el ingreso irrestricto, la gratuidad y las becas, a fin de abrir la Universidad al pueblo, lo cual representaba toda una revolución socio cultural para la época. La gratuidad fue receptada en el decreto 29337 de 1949 (Broches, 2009). Durante el primer gobierno de Perón se coordinaron los planes de estudio, se unificaron las condiciones de ingreso a la Universidad, se crearon 14 nuevas universidades, se elevó el presupuesto desde 48 millones (1946) a 256 millones (1950). La gratuidad universitaria permitió que de 49 000 alumnos en 1946 se llegase a 96 000 en 1950. Se estableció la dedicación exclusiva para permitir a los profesionales investigar.Además, por primera vez se instauró un sistema de becas para estudiantes de bajos recursos a partir de un impuesto del 2 % sobre los sueldos establecido en los artículos 87 y 107 de la Ley n.º 13.013. Esto posibilitó que para el año 1956, Argentina fuera el país con mayor cantidad de estudiantes universitarios en toda América Latina.

 

Durante su mandato se construyó también el edificio de la nueva Facultad de Derecho y se crearon las de Arquitectura y de Odontología, siempre de la Universidad de Buenos Aires. Ya en su segunda presidencia Perón creó el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONITYC) antecedente inmediato del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y se abrió una nueva sede regional de la Universidad Obrera en Tucumán. La creación del Instituto de Minería y Geología de la UNT en la Provincia de Jujuy, a lo que le seguirían la creación de institutos en el campo de las artes, el derecho, la economía y la investigación científica.

 

Juan Atilio Bramuglia, exdirigente sindical de la Unión Ferroviaria de origen socialista y fundador del peronismo, fue el primer Ministro de Relaciones Exteriores del presidente Perón y autor de la doctrina peronista de la tercera posición frente al enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética en los inicios de la Guerra Fría.

 

En 1946, a pocos meses de finalizar la Segunda Guerra Mundial que encumbró a Estados Unidos como máxima potencia mundial. Entre las causas del enfrentamiento de Estados Unidos con la Argentina durante el gobierno de Perón se encuentran la histórica prioridad que Argentina daba a las relaciones con Gran Bretaña, la tradicional política de neutralidad que Argentina mantuvo casi toda la Segunda Guerra Mundial y las economías competitivas de ambos países, a las que se agregaron la política nacionalista y la fuerte incidencia sindical en el gobierno peronista. Como consecuencia de estas muestras del gobierno argentino de cumplimiento de los compromisos interamericanos, los Estados Unidos, en julio de 1946, liberaron el oro y los fondos argentinos del Banco Nación y del Banco Provincia bloqueados desde 1944. Además, la convocatoria a la Argentina para participar de la Conferencia de Río de Janeiro celebrada en 1947 fue acompañada por un cambio de actores diplomáticos relacionados con la política exterior estadounidense hacia nuestro país. Truman anunció la renuncia de Braden, para acercar posiciones con Argentina.

 

Por otra parte, las relaciones bilaterales mejoraron gracias a un nuevo cambio de gabinete en el gobierno de Estados Unidos, donde el presidente Truman nombró Secretario de Estado al General Marshall. Con Marshall se logró la consolidación en la burocracia estadounidense de funcionarios partidarios de la cooperación y del equilibrio militar en todo el continente.

 

En cuanto a la definición de la zona de seguridad, el delegado argentino, Pascual La Rosa, pidió que se incluyera a las Islas Malvinas y la Antártida dentro de esta zona, cediendo tal vez a las presiones de los sectores nacionalistas civiles y militares. El comité militar especial formado por Argentina, Chile y los Estados Unidos, aceptó la propuesta argentina de incluir a las Islas Malvinas y a la Antártida dentro de la zona de seguridad del tratado TIAR.

 

Las relaciones diplomáticas entre Argentina y la Unión Soviética estuvieron interrumpidas por más de treinta años desde la Revolución Rusa de 1917. Ya durante el año 1945, cuando Perón era vicepresidente, ya como Presidente se establecieron oficialmente las relaciones diplomáticas, consulares y comerciales entre Argentina y la Unión Soviética.

 

El primer Ministro de Relaciones Exteriores que designó Perón fue el abogado sindical de formación socialista Juan Atilio Bramuglia, uno de los fundadores del peronismo. La primera misión que le encargó fue la de revertir la situación de aislamiento de la Argentina. En ese contexto se desarrolló la tercera posición justicialista, una postura filosófica, política e internacional que tomaba distancia tanto del mundo capitalista como del mundo comunista. El propio Perón esbozó por primera vez el contenido de la tercera posición justicialista en un Mensaje a Todos los Pueblos del Mundo pronunciado el 16 de julio de 1947, cuando a la Argentina le tocó presidir el Consejo de Seguridad durante la primera crisis de la Guerra Fría (Bloqueo de Berlín). El mensaje de Perón fue transmitido por más de mil radioemisoras todo el mundo, incluida la BBC de Londres:

La labor para lograr la paz internacional debe realizarse sobre la base del abandono de ideologías antagónicas y la creación de una conciencia mundial de que el hombre está sobre los sistemas y las ideologías, no siendo por ello aceptable que se destruya la humanidad en holocausto de hegemonías de derecha o de izquierda.

Juan Domingo Perón

Más adelante en el Mensaje de apertura de sesiones del Congreso Nacional pronunciado el 1 de mayo de 1952 ampliaría el concepto:

Hasta que proclamamos nuestra doctrina, frente a nosotros se levantaba triunfante el individualismo capitalista y el colectivismo comunista alargando la sombra de sus alas imperiales por todos los caminos de la humanidad. Ninguno de ellos había realizado ni podía realizar la felicidad del hombre. Por un lado, el individualismo capitalista sometía a los hombres, a los pueblos y a las naciones a la voluntad omnipotente, fría y egoísta del dinero. Por el otro lado el colectivismo, detrás de una cortina de silencio, sometía a los hombres, a los pueblos y a las naciones al poder aplastante y totalitario del Estado... Nuestro propio pueblo había sido sometido durante varios años por las fuerzas del capitalismo entronizado en el gobierno de la oligarquía y había sido esquilmado por el capitalismo internacional... El dilema que se nos presentaba era terminante y al parecer definitivo: o seguíamos bajo la sombra del individualismo occidental o avanzábamos por el nuevo camino colectivista. Pero ninguna de las dos soluciones había de llevarnos a la conquista de la felicidad que nuestro pueblo merecía. Por eso decidimos crear las nuevas bases de una tercera posición que nos permitiese ofrecer a nuestro pueblo otro camino que no lo condujese a la explotación y a la miseria... Así nació el Justicialismo bajo la suprema aspiración de un alto ideal. El Justicialismo creado por nosotros y para nuestros hijos, como una tercera posición ideológica tendiente a liberarnos del capitalismo sin caer en las garras opresoras del colectivismo.

Juan Domingo Perón, 1 de mayo de 1952

 

Especialmente a partir de 1953, Argentina buscó y logró firmar numerosos acuerdos de integración sudamericana. En primer lugar, en febrero de 1953 Perón visitó al presidente chileno Ibáñez y firmó el acta de Santiago. Ambos países establecieron, en esta ocasión, los fundamentos de la complementación económica. Se comprometían a la ampliación del intercambio comercial, a eliminar paulatinamente los derechos de aduana, y a impulsar la industrialización de las dos naciones, entre otras cosas. Cuatro meses más tarde, Ibáñez devolvió la visita a Perón, y ambos firmaron el tratado de Unión Económica Chileno-Argentina, más tarde Perón invitó a Brasil a participar de la unión económica.

 

Rápidamente Argentina firmaría otros acuerdos de unión económica con Chile, Paraguay, Ecuador y Bolivia, en los que se proponía la apertura de las fronteras. En 1946 se firmaron convenios con Brasil para el aprovechamiento del río Uruguay, con Chile sobre cooperación económica, financiera y cultural y con Bolivia sobre cuestiones comerciales y financieras.

 

 

Pese a todo ello Estados Unidos siguió actuando en perjuicio de la Argentina, llegando a prohibir que las divisas del Plan Marshall fueran utilizadas para comprar granos y carnes argentinas. El embajador estadounidense en Argentina Bruc envió al presidente Truman una misiva donde reveló parte de este plan contra el país...: "Fitzgerald... declaró que iba a utilizar la ECA para 'poner a los argentinos de rodillas'… Fitzgerald dio instrucciones al ejército para que compren carne en cualquier país, menos en la Argentina, sin que importe cuánto más alto sea el precio.

 

La Jewish Virtual Library escribió que «Perón expresó también simpatía por los derechos de los judíos y estableció relaciones diplomáticas con Israel en 1949. Desde entonces, más de 45 000 judíos emigraron a Israel desde Argentina».

 

En ese período Argentina acogió a varios exiliados políticos provenientes de Bolivia tras el derrocamiento del coronel Gualberto Villarroel en julio de 1946, como Víctor Paz Estenssoro, Augusto Céspedes, Carlos Montenegro y el general Alfredo Pacheco Iturri.

 

A través de la Fundación Eva Perón, el país brindó asistencia también a otros países, como Bolivia, Chile, Croacia, Egipto, España, Francia, Honduras, Israel, Japón, Paraguay y Uruguay,

Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.

 

Perón fue el primer jefe de Estado argentino que puso el tema femenino en la mesa. Perón y Evita abrieron el camino para la participación política de las mujeres. Los avances fueron rápidos. En los años cincuenta, ningún país tenía la cantidad de mujeres en el Congreso que tuvo Argentina.

 

Durante la campaña para las elecciones de 1946, la coalición peronista incluyó en sus plataformas el reconocimiento del sufragio femenino.

 

Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mítines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y finalmente fue aprobado en Cámara de Diputados el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.

 

La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la «igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad» compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949.

 

En 1955 la Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer.

 

El 15 de noviembre de 1950 comenzó la huelga ferroviaria de 1950 en Argentina por reclamos salariales. Finalizó ocho días después con un «acuerdo de caballeros» entre huelguistas y el Juan Francisco Castro (ministro de Trabajo), conforme al cual retornarían al trabajo al día siguiente, 24 de noviembre de 1950. Se les concedería un aumento salarial y se dejarían sin efecto las sanciones aplicadas a los huelguistas.

 

Comenzado el segundo mandato de Perón en 1952, la Argentina se encontraba en una aguda crisis energética: YPF se encontraba muy lejos de autoabastecer de combustible al país, importaba un 60 % y en 1954 tuvo su primera crisis en la balanza de pagos. Ante esta situación, Perón decide ir a fondo con el objetivo del autoabastecimiento y plantea la firma del contrato con la Standard Oil de California, reconociendo la imposibilidad operativa de YPF para alcanzar este objetivo, la compañía explotararía una extensa área del sur argentino con yacimientos. El contrato establecía una explotación de carácter mixto (joint venture), mediante el cual la California produciría en forma conjunta con YPF los 9.000.000 de metros cúbicos que la Argentina importaba, anulando un gasto extra de casi 300 millones de dólares en concepto de importación de combustible. Por medio de este acuerdo, Perón buscaba incrementar la producción petrolera en los años sucesivos con el fin de mantener el abastecimiento interno y e incluso comenzar la exportación de petróleo y sus derivados, para poder aumentar así la disponibilidad de divisas.

 

Existía el temor de que se produjeran concesiones abusivas a las petroleras extranjeras bajo la nueva reglamentación, el legislador John William Cooke fue un notable opositor de la misma,176y el mismo quedó sin efecto tras el golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955. también se opondría fuertemente el futuro presidente Frondizi.

 

Durante sus años en el exilio, Perón dijo al respecto de YPF:

 

Yo creo que YPF no tiene ni capacidad organizativa ni capacidad técnica ni capacidad financiera para un esfuerzo de esa naturaleza. Los sistemas empleados en la Argentina distan mucho de los nuevos métodos de exploración, prospección, cateo y exploración racional de los yacimientos modernos. Los costos de producción de YPF son absolutamente antieconómicos. Hacer de esto una cuestión de amor propio es peligroso y estúpido… Estos nacionalistas de opereta han hecho tanto mal al país con sus estupideces como los colonialistas con su viveza. Unos negativos y otros excesivamente positivistas representan dos flagelos para la economía del país.

Juan Domingo Perón.

 

El odio mutuo entre peronistas y antiperonistas se extendería por muchos años. En 1973 Perón y el líder radical Ricardo Balbín, se abrazaron públicamente con el fin de transmitir a la población la necesidad de cesar en ese odio, con un resultado limitado.

 

La dictadura militar instalada en 1976, de ideología antiperonista, llevó la violencia política al paroxismo del genocidio y terrorismo de estado sistemático. Luego de recuperada la democracia el 10 de diciembre de 1983, la violencia política entre peronistas y antiperonistas se redujo sustancialmente.

Segunda presidencia (1952-1955)

A partir de la reforma de la Constitución Nacional Argentina fue posible la reelección del presidente; Perón se presentó nuevamente como candidato ―en las primeras elecciones nacionales en que votaban las mujeres― y obtuvo la victoria con un 62 % de los votos.

 

En su segunda presidencia Perón continuó su plan de ampliación de los derechos políticos de los habitantes de los territorios nacionales, impulsando la provincialización de todos los territorios que aún restaban. Estas medidas fueron parcialmente anuladas por la dictadura que derrocó a Perón en 1955, reestableciendo el territorio nacional de Tierra del Fuego, cuyos habitantes perderían así los derechos que les otorgaba la provincialización.

 

 

En 1952 el gobierno peronista decidió saldar completamente la deuda externa, el país deudor de m$n 12 500 millones se convertía en acreedor por más de m$n 5000 millones. Quedaron a cargo del Estado las tareas de venta de los saldos exportables de la producción nacional y de compra de los combustibles, materias primas y bienes de capital que requiriera el desarrollo agropecuario, industrial y minero del país.

 

Las ramas industriales privilegiadas en esta segunda etapa del proceso de sustitución de importaciones, del Segundo Plan Quinquenal (1952-1957) fueron la automotriz, la petrolera y petroquímica, la química, la metalúrgica y la de maquinarias eléctricas y no eléctricas, orientadas a ser industrias de base para el país. Las inversiones se orientaron hacia el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecía un mercado interno protegido. El sector agropecuario se modernizó: a partir del desarrollo de la industria siderúrgica y petroquímica, se impulsó la tecnificación y la provisión de fertilizantes, plaguicidas y maquinarias, de forma que se hizo incrementar la producción y productividad agropecuaria.

 

Logró una serie de importantes acuerdos económicos con Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Nicaragua y finalmente con Brasil, la Unión Económica. Estos acuerdos estipularon la reducción de las barreras aduaneras, liberación de impuestos de ciertos productos y la apertura de una línea de crédito entre los países firmantes.

 

Hacia 1953 se logró controlar el proceso inflacionario, y la economía volvió a crecer aceleradamente desde principios de 1955.

 

El 26 de julio de 1952 murió la primera dama Eva Perón, lo que produjo una crisis en Perón que empezó a tomar ciertas medidas que deterioraron la relación entre la Iglesia católica y el gobierno peronista que se fue agravando con el tiempo.

 

Eva fue designada desde entonces como «jefa espiritual de la nación», título honorífico que había recibido días antes. A partir de entonces, cada día al llegar las 20:25 todas las emisoras de radio debieron informar que a esa hora Evita «pasó a la inmortalidad».

 

Durante este período convergió la irritación de grupos que hasta entonces habían apoyado al gobierno con el de la oposición, que consideraba al peronismo un tipo de populismo basado en el resentimiento social de las clases populares contra lo que denominaba genéricamente «la oligarquía», que incluye a la clase media-alta y alta argentina, atribuyéndoles una posición promotora de la desigualdad social.

 

A fines del año 1954 se inició una compleja escalada de enfrentamientos entre el gobierno y la Iglesia católica, que hasta ese año había apoyado activamente al peronismo. A partir de gestos opositores relativamente modestos por parte de la jerarquía eclesiástica, el gobierno reaccionó sancionando la Ley N.º 14 394, cuyo artículo 31 incluye el divorcio. Poco después, la municipalidad de Buenos Aires, entonces controlada por el presidente de manera directa, prohibió a los comerciantes exponer pesebres u otras figuras religiosas en conmemoración de la Navidad. En una escalada de pocos meses, el gobierno suprimió el carácter de días no laborables a ciertas festividades religiosas católicas,permitió la apertura de establecimientos para ejercer la prostitución, prohibió las manifestaciones religiosas en los lugares públicos, y expulsó a dos obispos Manuel Tato y Ramón Novoa del país.

 

Perón dio entonces por finalizada la llamada revolución peronista, y llamó a los partidos políticos opositores a establecer un proceso de diálogo que evitara la guerra civil. El 15 de julio Perón en un discurso insistió en el llamado a la pacificación; los partidos políticos opositores volvieron a pedir el uso de la radio y esta vez fue concedido. Por primera vez en diez años los opositores pudieron utilizar los medios de difusión estatales. En su discurso del 27 de julio de 1955 Arturo Frondizi aceptó la pacificación a cambio de un plan concreto que comprendiera desde el restablecimiento de las garantías constitucionales hasta la industrialización del país, el discurso debió ser entregado previamente y cuando era leído se iba grabando y se transmitía al aire con una demora de 10 segundos, lapso durante el cual un coronel del Servicio de Informaciones controlaba que no se apartara del texto previamente enviado. Los días 9 y 22 de agosto hablaron por radio los dirigentes del Partido Demócrata y del Partido Demócrata Progesista.

 

La noticia sobre el asesinato del dirigente comunista Ingallinella, tuvo un impacto tremendo y fue difundido en los impresos católicos. Perón sustituyó a Alberto Teisaire como presidente del Partido Peronista por Alejandro Leloir. El 31 de agosto de 1955, Perón dio por concluidas las conversaciones en el célebre discurso del cinco por uno.

 

Finalmente, el 16 de septiembre de 1955 se inició el golpe de Estado que derrocaría al presidente constitucional Juan Domingo Perón, al Congreso de la Nación y a los gobernadores provinciales. Se inició en Córdoba, fue liderada por el general Eduardo Lonardi y se extendió hasta el 23 de septiembre. El 16 de septiembre de 1955, después de ingresar a la Escuela de Artillería en Córdoba, Lonardi se dirige al dormitorio del jefe de la unidad, y ante un amago de resistencia de este le descerrajó un balazo. La consigna era: hay que ser brutales y proceder con la máxima energía. Una investigación sobre la cantidad de personas muertas en el golpe, documentando al menos 156 víctimas fatales. Ante ello sectores del peronismo e incluso sectores opositores fueron a reclamar armas para impedir la toma del poder por los militares, pero el presidente se las negó y se exilió temporalmente en Paraguay, delegando el poder en una Junta Militar que luego se rendiría ante los sublevados.

 

Exilio 1955 a 1966

Producida la Revolución Libertadora que derrocó a Perón en 1955 el presidente de facto Eduardo Lonardi mantuvo la Constitución sin cambios e intentó lograr la «reconciliación nacional», sin «vencedores ni vencidos», manteniendo los cambios políticos y sociales que se habían gestado anteriormente. Poco después fue obligado a renunciar por los sectores más duros del Ejército y la Armada, y asumió el general Pedro Eugenio Aramburu, que proscribió al peronismo y al propio Perón, cuya sola mención era considerada delito. La proscripción del peronismo se prolongaría ―con cortas excepciones, que nunca incluyeron permitir la actuación de Perón― hasta principios de los años 70.

 

 

Tras marcharse al Paraguay, el presidente Alfredo Stroessner le aconsejó dejar el país, debido a que no podría garantizar su seguridad en caso de posibles atentados contra su vida. Stroessner le dio un salvoconducto para dirigirse a Nicaragua, pero estando en camino decidió asilarse en Panamá; se alojó en el Hotel Washington, de la ciudad de Colón donde concluye el libro que había empezado a escribir en Asunción: La fuerza es el derecho de las bestias. El libro no pudo ser publicado en la Argentina, ya que todo lo relacionado con Perón estaba prohibido, incluso mencionar su nombre. Debió abandonar Panamá, debido a que se iba a realizar una conferencia panamericana con la asistencia del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, de modo que pasó unos días en Nicaragua, donde fue recibido por el presidente Anastasio Somoza, y en agosto de 1956 decidió con su entorno ir a Venezuela, que estaba gobernada por el dictador Marcos Pérez Jiménez; durante su estadía en Caracas gozó de protección oficial de la Dirección de Seguridad Nacional, aunque el dictador venezolano nunca recibió al expresidente argentino, que no era de su agrado por diferencias políticas. Sin embargo, tras el derrocamiento de Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, Perón tuvo que refugiarse en la embajada de la República Dominicana y de allí salió rumbo a ese país, donde fue recibido por el dictador Rafael Leónidas Trujillo.

 

Se trasladó de la República Dominicana a España, y llegó a Sevilla el 26 de enero de 1960. Se radicó en Madrid, donde se casó con la bailarina María Estela Martínez de Perón, Isabelita, a quien había conocido en Panamá en 1956. Tras vivir algún tiempo en dos casas alquiladas, se estableció en la zona residencial de Puerta de Hierro,donde se construyó una vivienda conocida como «Quinta 17 de Octubre», en el número 6 de la calle de Navalmanzano. Según el dirigente francmasón Licio Gelli, Perón también fue iniciado en su logia Propaganda Due (P2) por el propio Gelli, en una ceremonia en Puerta de Hierro.

 

Durante sus años de exilio Perón publicó varios libros: Los vendepatria (1956), La fuerza es el derecho de las bestias (1958), La hora de los pueblos (1968), etc.

Entre el 17 de marzo y el 17 de abril de 1964 Perón se habría reunido con el Che Guevara en su casa de Madrid. El encuentro fue mantenido en el mayor de los secretos y ha podido conocerse gracias al periodista Rogelio García Lupo. El Che le entregó a Perón fondos para apoyar la operación de retorno a la Argentina que estaba preparando. En dicha reunión Perón se habría comprometido a apoyar las iniciativas guerrilleras contra las dictaduras latinoamericanas, cosa que efectivamente hizo hasta 1973.

 

En diciembre de 1964, durante el gobierno de Arturo Illia, Perón intentó regresar en avión a la Argentina. Pero el gobierno ratificó la decisión tomada por la dictadura de 1955 de prohibir su radicación en el país y solicitó a la dictadura militar que gobernaba en Brasil que lo detuviera al realizar escala técnica en ese país y lo reenviara a España.

 

1966-1972

En la Argentina, los años 1950 y 1960 fueron marcados por frecuentes cambios de gobierno, casi siempre frutos de golpes de Estado. Estos gobiernos estuvieron signados por continuas demandas sociales y laborales. Los peronistas alternaron la oposición frontal con la negociación para participar en política a través de partidos neoperonistas.

 

 

Pocos meses después de que se instalara la dictadura de Onganía, entre septiembre y octubre de 1966, Perón se reunió en Madrid por segunda vez con el Che Guevara, quien le pidió apoyo del peronismo a su proyecto guerrillero en Bolivia. Perón se comprometió a no impedir que aquellos peronistas que quisieran acompañar a Guevara lo hicieran, pero no aceptó involucrar al movimiento peronista como tal en una acción guerrillera en Bolivia, aunque si comprometió el apoyo del peronismo cuando la guerrilla del Che trasladase su acción al territorio argentino.

 

En 1970 Perón exponía su adhesión al socialismo en estos términos:

Es muy conocida mi posición con respecto a la influencia foránea sobre el problema argentino: el país se libera del imperialismo que lo neocoloniza o jamás podrá solucionar su problema económico... El mundo actual marcha hacia una ideología socialista, tan distante del capitalismo ya perimido como del marxismo internacional dogmático... El justicialismo es un socialismo nacional cristiano.

Juan Domingo Perón

Perón tomó entonces contacto con el líder del ala antiperonista del radicalismo, Ricardo Balbín, quien había sido desaforado como diputado y detenido durante su presidencia. Perón y Balbín iniciaron una relación de reconciliación histórica, expresada en La Hora del Puebloy la designación como delegado personal de Héctor J. Cámpora, que desbarataría los planes de la dictadura para imponer un gobierno de «acuerdo nacional» bajo tutela militar.

 

En la segunda mitad de 1972 el centro de la situación política fue ocupado por una puja frontal entre Perón y el dictador Alejandro Agustín Lanusse, cabeza del Gran Acuerdo Nacional, quien tenía la expectativa de ser elegido presidente con apoyo del peronismo y el radicalismo. En el mes de julio, Lanusse pronunció un mensaje público al país, en el que trataba a Perón de cobarde ―«no le da el cuero»― y lo desafiaba a volver a la Argentina en un mes, si quería presentarse como candidato en las elecciones. El 22 de agosto el sector más antiperonista de la Marina, opositor a que se realizaran elecciones, asesinó a 16 guerrilleros detenidos en lo que se conoce como la Masacre de Trelew, delito que varios historiadores consideran como uno de los antecedentes del terrorismo de Estado que se desplegaría en la Argentina en los años siguientes.

 

Perón sorprendió a la opinión pública anunciando su retorno el 17 de noviembre de 1972. El Operativo Retorno fue conducido por el recién designado secretario general del Movimiento Peronista, Juan Manuel Abal Medina y apoyado fuertemente por el peronismo revolucionario bajo el lema de «Luche y Vuelve», sobre el que recayó el peso organizativo. Perón volvió en un avión de Alitalia que aterrizó en Ezeiza acompañado de decenas de personalidades de las más diversas áreas. Ese día cientos de miles de personas se movilizaron para recibir a Perón, a pesar de la represión llevada adelante por la dictadura para impedirlo, motivo por el cual el 17 de noviembre es considerado por el peronismo, como Día de la Militancia.

 

Perón se domicilió en la casa de Avenida Gaspar Campos 1075, en Vicente López y permaneció en Argentina casi un mes, hasta el 14 de diciembre. En ese lapso desbarató completamente el proyecto de Lanusse y la dictadura de realizar elecciones tuteladas por el poder militar. Su primer gesto fue reunirse con Balbín, su más enconado adversario, y abrazarse públicamente como símbolo de la «unidad nacional» que ambos proponían como eje de sus propuestas políticas.

 

En ese período Perón concreta otro acuerdo de gran importancia: las Coincidencias Programáticas del Plenario de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos, firmadas o avaladas el 7 de diciembre por casi todos los partidos políticos, el movimiento obrero a través de la Confederación General del Trabajo (CGT) y el empresariado nacional a través de la Confederación General Económica (CGE) y la Federación Agraria Argentina (FAA). Este acuerdo sería la base del Pacto Social de 1973, que sería el eje de gobierno democrático hasta la muerte de Perón en 1974.

 

Pese a que Perón aparecía evidentemente como una de las figuras políticas con mayor apoyo popular en el país, la dictadura tomó la decisión de no permitir que se presentara en las elecciones fijadas para el 11 de marzo de 1973, debido a que no se encontraba domiciliado en Argentina cuando las elecciones fueron convocadas. Pese a las alianzas establecidas, Perón se vio sin fuerza suficiente para forzar a la dictadura a revertir su proscripción, razón por la cual debió elegir una persona que representara su significación política, para encabezar la fórmula presidencial. El último acto de Perón, antes de partir nuevamente hacia Madrid ―pasando antes por Paraguay y Perú―, fue designar reservadamente a Héctor J. Cámpora, un hombre cercano al peronismo revolucionario y las organizaciones guerrilleras peronistas, hecho que fue anunciado en el Congreso del Partido Justicialista del 16 de diciembre y resistido durante varias horas por el sindicalismo neovandorista liderado por Rogelio Coria, hasta recibir la orden directa de Perón, vía telefónica.La campaña electoral adoptaría como lema: «Cámpora al gobierno, Perón al poder».

 

El tercer peronismo

El 11 de marzo de 1973, Argentina tuvo elecciones generales. Héctor José Cámpora, con el visto bueno de Perón en el exilio, ganó las elecciones con el 49,5 % de los votos, el líder radical, Ricardo Balbín, había salido segundo con un 21,3 %, y, como el FreJuLi no había obtenido más del 50 % de los votos tenía que realizarse un ballotage entre la primera y segunda fuerza. Sin embargo, Balbín reconoció la victoria de Cámpora y renunció al ballotage. El delegado de Perón asumió el 25 de mayo de 1973, dándose así por finalizado el período dictatorial de la autoproclamada Revolución Argentina.

 

Perón regresó al país el 20 de junio de 1973. Ese día, durante el acto preparado para recibirlo, se produjo un tiroteo en el que estuvieron involucrados sectores del peronismo «ortodoxo» ubicados en el palco ―entre los que se encontraba gran parte del sindicalismo― y sectores juveniles ligados a Montoneros. El hecho es conocido como la Masacre de Ezeiza y tuvo un saldo de 13 muertos y 365 heridos. Las circunstancias de la masacre varían según los diferentes testimonios: Miguel Bonasso que pertenecía a Montoneros, sostiene que no hubo enfrentamiento y sólo hubo una masacre.El historiador Felipe Pigna sostiene que las columnas juveniles fueron atacadas desde el palco.Horacio Verbitsky sostiene que fue una emboscada realizada desde el palco por el «aparato sindical y político antiguo del peronismo». En el juicio que se investiga a la Triple A se han agregado dos investigaciones realizadas por Marcelo Larraquy (López Rega: la biografía) y Juan Gasparini (La fuga del Brujo) que coinciden en señalar como autores de la masacre a los sectores de ultraderecha.

 

Cámpora renunció el 13 de julio de 1973, dejando el camino libre para que Perón se presentara en las nuevas elecciones.

 

Tercera presidencia (1973-1974)

En las elecciones del 23 de septiembre Perón ganó con el 62 % de los votos contra el candidato radical Ricardo Balbín. Se convirtió en presidente por tercera vez el 12 de octubre de 1973 con su esposa María Estela Martínez de Perón como vicepresidenta. el general Perón junto a Jorge Abelardo Ramos acordaron que el Frente de Izquierda Popular (FIP) lleve junto al Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) la misma fórmula: Perón - Perón. Esta opción desde la izquierda nacional sumó un millón de votos al triunfo popular. Por esta alternativa votaron varias figuras destacadas como Arturo Jauretche o Cristina Fernandez de Kirchner.

 

Perón asumió su tercera presidencia en una situación internacional muy complicada. Poco antes, el 23 de agosto de 1973, había comenzado a nivel mundial la crisis del petróleo, que cambió completamente las condiciones en las que el capitalismo y el estado de bienestar se venían desarrollando desde la década de 1930. Casi simultáneamente, el 11 de septiembre, un golpe de Estado militar con el apoyo de la CIA estadounidense había derrocado en Chile al presidente socialista Salvador Allende, agravando las posibilidades de establecer gobiernos democráticos en América Latina. En ese momento, sólo Argentina tenía un gobierno elegido democráticamente en el Cono Sur, mientras que Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay estaban bajo dictaduras militares apoyadas por Estados Unidos, dentro del marco más amplio de la Guerra Fría.

 

En octubre de 1973 comenzó a operar un grupo parapolicial conocido como Triple A ―Alianza Anticomunista Argentina― asesinando a militantes de izquierda, peronistas y no peronistas. El grupo estaba financiado por el gobierno y dirigido por el ministro de Bienestar Social José López Rega. En los dos años siguientes asesinaría a 683 personas, unas 1100 según otras fuentes. El conocimiento de Perón sobre las actividades de la Triple A es materia de debate entre los investigadores. Según la historiadora Marina Franco, a partir de ese momento comenzó a configurarse «un estado de excepcionalidad jurídica creciente vinculado con una lógica político-represiva centrada en la eliminación del enemigo interno».

 

El 19 de enero de 1974 la organización guerrillera ERP atacó la guarnición militar de Azul, la unidad militar mejor armada del país. El intento de asalto, dirigido por Enrique Gorriarán Merlo, fracasó y durante el mismo el ERP mató al conscripto Daniel González, al coronel Camilo Gay y a su esposa, y tomó prisionero al teniente coronel Jorge Ibarzábal, que sería asesinado diez meses después. Por su parte, el ERP tuvo tres bajas mientras que desaparecieron dos guerrilleros capturados por los militares.

 

Perón respondió condenando enérgicamente al «terrorismo» por cadena nacional y culpó sin mencionarlo al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Oscar Bidegain, uno de los cinco gobernadores aliados al peronismo revolucionario. Ordenó también apurar en el Congreso Nacional una reforma al Código Penal para endurecer los delitos cometidos por grupos guerrilleros, agravando las normas de la dictadura depuesta.

 

El 22 de enero Bidegain renunció, siendo reemplazado por Victorio Calabró, un sindicalista de la UOM, perteneciente al sector ortodoxo. El 25 de enero Perón convocó a los diputados disidentes a una reunión que hizo transmitir en forma directa por televisión. La tensión fue máxima y Perón sostuvo que si no estaban de acuerdo tenían que irse del peronismo:

Toda esta discusión debe hacerse en el bloque. Y cuando el mismo decida por votación lo que fuere, ésta debe ser palabra santa para todos los que forman parte de él; de lo contrario, se van del bloque. Y si la mayoría dispone, hay que aceptar o irse. El que no está contento... se va. Por perder un voto no nos vamos a poner tristes... Queremos seguir actuando dentro de la ley y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para impedir esos males. Ahora bien: si nosotros no tenemos en cuenta a la ley, en una semana se termina todo esto, porque formo una fuerza suficiente, lo voy a buscar a usted y lo mato, que es lo que hacen ellos. De esa manera, vamos a la ley de la selva y dentro de la ley de la selva, tendría que permitir que todos los argentinos portaran armas. Necesitamos esa ley, porque la República está indefensa.

Juan Domingo Perón

 

Ese mismo día 25 de enero, se aprobó la reforma penal y renunciaron a sus bancas ocho diputados del peronismo revolucionario. Cuatro días después Perón designó como subjefe de la Policía Federal al comisario Alberto Villar, una de las cabezas de la Triple A.

 

El 28 de febrero un golpe de estado policial conocido como el Navarrazo, derrocaría al gobernador de la provincia de Córdoba Ricardo Obregón Cano, segundo de los cinco gobernadores cercanos al peronismo revolucionario en ser desplazado. Perón intervendría la provincia sin reponer en sus cargos a las autoridades constitucionales.

 

El 1 de mayo de 1974 se realizó en Plaza de Mayo una gran manifestación con motivo del día internacional de los trabajadores, durante la cual hablaría Perón. Los sectores del peronismo revolucionario asistieron en gran cantidad, cuestionando al gobierno con la consigna «¿Qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?» Perón respondió llamándolos «imberbes», «estúpidos» e «infiltrados», e inmediatamente después, en medio del discurso un enorme sector de manifestantes se retiró de la plaza en abierta ruptura.

 

El 6 de junio sería depuesto por un juicio político el gobernador de Mendoza Alberto Martínez Baca, tercero de los cinco gobernadores cercanos al peronismo revolucionario depuesto en ese año. En los seis meses posteriores a la muerte de Perón serían depuestos los dos restantes, Miguel Ragone de Salta y Jorge Cepernic de Santa Cruz.

 

El 12 de junio se realizó un nuevo acto en la Plaza de Mayo convocado por la CGT. Fue la última vez que Perón habló en un acto masivo. Para entonces su salud se encontraba seriamente amenazada y sus médicos le habían recomendado renunciar para poder ser tratado adecuadamente. Él se había negado diciendo «prefiero morir con las botas puestas». Consciente de su estado, Perón aprovechó ese día para despedirse en público. Pidió a los manifestantes que cuiden las conquistas laborales porque se avecinaban tiempos difíciles y terminó con las siguientes palabras:

Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí, la palabra del pueblo argentino.

Juan Domingo Perón, 12 de junio de 1974

Cuatro días después, el 16 de junio, Perón enfermó afectado por una broncopatía infecciosa que complicó su enfermedad circulatoria crónica de fondo.

 

Falleció el 1 de julio de 1974 y fue sucedido por su esposa, en su condición de vicepresidenta. El entonces Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación, Gustavo Caraballo, afirma que Perón le había solicitado que modificara la Ley de Acefalía, para permitirle al dirigente radical Ricardo Balbín asumir como su sucesor pero el trámite legal para realizar esa reforma nunca se inició. En medio de la violencia política creciente, María Estela Martínez fue derrocada por el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que dio inicio a la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.

 

El cortejo fúnebre avanzando por la Avenida de Mayo.

Tras varios días de duelo nacional, en los que el cuerpo fue velado en el Congreso de la Nación por cientos de miles de personas, los restos fueron trasladados a una cripta en la Quinta Presidencial de Olivos. El 17 de noviembre de 1974 los restos de Evita, que habían quedado en España, fueron trasladados por el gobierno de María Estela Martínez de Perón y depositados en la misma cripta. Mientras tanto, el gobierno comenzó a proyectar el Altar de la Patria, un mausoleo gigantesco que albergaría los restos de Juan Perón, Eva Duarte de Perón, y todos los próceres de la Argentina.

 

Mientras se encontraba el cuerpo en el Congreso, desfilaron ante el féretro 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder. Dos mil periodistas extranjeros informaron de todos los detalles de las exequias.

 

Profanación de sus restos

El 10 de junio de 1987 fue profanado el féretro, cuando se sustrajeron las manos del cadáver. Se ignora su destino o el motivo de dicha profanación, pero existen diversas hipótesis sobre el motivo. En primer lugar, podría tratarse de una venganza: la profanación habría sido un acto de la célebre logia masónica Propaganda Due (P2), como respuesta a un incumplimiento de Perón, quien le había solicitado su «ayuda» antes de asumir su tercer mandato. El operativo habría sido realizado en complicidad con miembros del Ejército, en el marco del plan de desestabilización contra la democracia argentina. La segunda hipótesis apuntaba a la existencia de una cuenta suiza: sus huellas digitales servirían para abrir sus propias cajas de seguridad en bancos suizos, donde habría guardados varios millones de dólares. Esta versión fue descartada porque en aquel momento en Suiza no existían cuentas con ese sistema. También se ha atribuido la profanación a las Fuerzas Armadas: hubo falsos informantes relacionados con esa institución, muchos testigos o informantes muertos sospechosamente relacionados con esta, así como amenazas con indicios de provenir de fueros militares. Y finalmente, se ha señalado a la oposición: sectores antiperonistas, en alusión a una declaración de Perón donde decía que se cortaría las manos antes de pedirle dinero prestado al Fondo Monetario Internacional, habrían llevado a cabo la cortadura de mano.

 


Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Domingo_Per%C3%B3n

 



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