Marie Curie
Nació
el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia (capital de la partición rusa de
Polonia). Fue la quinta hija de Władysław
Skłodowski,
profesor de enseñanza media en Física y Matemáticas, y Bronisława
Boguska, maestra, pianista y cantante. Maria tuvo cuatro hermanos mayores.
Tanto
la familia de su padre como la de su madre habían perdido sus propiedades y
fortunas durante las sublevaciones nacionalistas polacas en inversiones
patrióticas destinadas a restablecer la independencia del país. Esto obligó a la nueva generación —María, sus hermanas
mayores y su hermano— a una lucha difícil para salir adelante en la vida. En aquel tiempo, la mayor parte de Polonia
estaba ocupada por el Imperio ruso, país
que —tras
varias revueltas nacionalistas sofocadas violentamente— había impuesto su lengua y sus
costumbres. Junto con su hermana Helena, María asistió a clases clandestinas
ofrecidas en un pensionado en las que se enseñaba la cultura polaca.
Su
abuelo paterno, Józef Skłodowski, había sido un respetado
maestro en Lublin, donde enseñó
al joven Bolesław Prus, quien se
convertiría
en una figura destacada de la literatura polaca. Władysław
Skłodowski
era profesor de Matemáticas
y Física
—disciplinas
en que su hija estuvo interesada—
y llegó
a dirigir dos gimnasios para varones en Varsovia. Cuando las autoridades rusas
suprimieron la instrucción
de laboratorio de las escuelas polacas, Władysław
trasladó
gran parte de los aparatos e instrumental a su casa e instruyó a sus hijos en su uso.
Finalmente,
Władysław
fue despedido por sus supervisores rusos debido a su sentimentalismo polaco y
forzado a asumir cargos de baja remuneración. La familia también perdió dinero
en una mala inversión y tuvieron que suplir sus ingresos con el alojamiento
nocturno de niños en la casa. La madre de María —Bronisława— había administrado un
prestigioso internado para niñas
en Varsovia, pero renunció
al cargo después
del nacimiento de su última
hija. Murió
de tuberculosis en mayo de 1878, cuando María tenía diez años. Los primeros años de María estuvieron
marcados por la muerte de su hermana Zofía como consecuencia del tifus que
contrajo de uno de los niños alojados en casa. Władysław
era ateo, pero Bronisława era una devota católica;
a raíz
de la muerte de su madre y hermana, María cuestionó su fe católica y se
volvió agnóstica o, como aseguró
su hija Éve,
atea como su padre Władysław.
Cuando
tenía diez años de edad, María Skłodowska asistió al internado J. Sikorska;
después
se trasladó
a un instituto para niñas,
del que se graduó
el 12 de junio de 1883 con una medalla de oro. Luego de un colapso
(posiblemente por depresión),
pasó
el año
siguiente en la campiña
con los parientes de su padre y en 1885 con su padre en Varsovia, donde recibió algunas tutorías. No pudo inscribirse en
una institución regular de educación superior porque era mujer, así que junto a
su hermana Bronisława ingresó en la clandestina «universidad flotante» (en polaco: Uniwersytet
Latający),
una institución
patriótica
de educación
superior que admitía
mujeres estudiantes.
Hizo
un acuerdo con su hermana Bronisława: la iba a ayudar
financieramente con sus estudios de medicina en París a cambio de una
asistencia similar dos años
más
tarde. Debido a esto, María ejerció de profesora particular en Varsovia y
—durante dos años— como institutriz de una familia terrateniente en Szczuki,
los Żorawski,
unos familiares de su padre. Mientras trabajaba para
esa familia se enamoró
de uno de sus alumnos, Kazimierz Żorawski, futuro matemático. Sus padres
rechazaron la idea de que se casara con una pariente pobre y Kazimierz no pudo
oponerse a ellos. Según Giroud, esta relación frustrada tuvo un fuerte
impacto en ambos.
A
principios de 1890, Bronisława —quien unos meses
antes se había casado con Kazimierz Dłuski, un médico y activista político y social polaco— invitó a su hermana a unírseles en París. Marie no aceptó la propuesta porque no
podía
pagar la matrícula
universitaria; le llevaría
un año
y medio reunir los fondos necesarios- Pudo conseguir parte del
dinero con ayuda de su padre, quien pudo asegurarse una posición más lucrativa de nuevo.
Durante ese tiempo, Maria seguía
estudiando, leyendo libros, intercambiando correspondencia con parientes
profesionales e instruyéndose por su cuenta.
A principios
de 1889 regresó
a casa de su padre en Varsovia. Siguió trabajando como
institutriz y permaneció
allí
hasta finales de 1891. También
continuó
estudiando en la «universidad
flotante»
e inició su formación científica práctica (entre 1890-1891) en un laboratorio
químico del Museo de Industria y Agricultura en la calle Krakowskie Przedmieście,
cerca del centro histórico
de Varsovia. El laboratorio era
dirigido por su primo Józef
Boguski, quien había trabajado de asistente del químico ruso Dmitri Mendeléyev
en San Petersburgo.
A
finales de 1891 partió a Francia. En París, Maria (o Marie, como
sería conocida en ese país) pasó un tiempo en un hospedaje con su hermana y su
cuñado antes de alquilar una buhardilla en el Barrio Latino, cercano a la
universidad, y prosiguió con sus estudios de Física, Química y Matemáticas en
la Universidad de París, donde se había inscrito a finales de 1891.
Aunque había
adquirido conocimientos de manera autodidacta, tuvo que esforzarse para mejorar
su comprensión
del idioma francés,
las matemáticas
y la física
para estar al nivel de sus compañeros.
Entre los 776 estudiantes de la Facultad de Ciencias, en enero de 1895, solo
había 27 mujeres. Sus catedráticos fueron Paul Appell,
Henri Poincaré
y Gabriel Lippmann, científicos
reconocidos en esa época.
Subsistió
con escasos recursos y desmayos por el hambre. Estudiaba durante el día y daba clases por la
noche, apenas ganando para su subsistencia. En 1893 recibió su licenciatura en Física y comenzó a trabajar en un
laboratorio industrial del profesor Lippmann. Entre tanto, continuó sus estudios en la
Universidad de París y obtuvo un segundo título en 1894. Para financiar su educación universitaria, aceptó una beca de la Fundación Alexandrowitch, que le
fue otorgada gracias a una conocida llamada Jadwiga Dydyńska.
Durante su estadía
en la capital francesa desarrolló un especial interés por el teatro aficionado
(théâtre amateur). En una de las actuaciones de La Pologne, qui brise les
chaînes (lit., Polonia, la que rompe cadenas) se hizo amiga del pianista Ignacy
Jan Paderewski.
Inició
su carrera científica en 1894 con una investigación de las propiedades
magnéticas de diversos aceros, por encargo de la Sociedad para el Fomento de la
Industria Nacional (Société d'encouragement pour l'industrie nationale). En ese
mismo año,
conoció
a Pierre Curie. El interés que ambos tenían por la ciencia los unió.
En ese momento, Pierre era instructor en la Escuela Superior de Física y de Química Industriales de París (ESPCI). Fueron
presentados por el físico
polaco Józef
Kowalski-Wierusz, quien se había enterado
de que Marie estaba buscando un laboratorio con mayor espacio de trabajo, algo
a lo que Kowalski-Wierusz creyó que Pierre tenía acceso.
Aunque este último
no tenía
un gran laboratorio, pudo encontrar un lugar de trabajo más grande en la ESPCI para
que ella pudiera trabajar.
Desarrollaron
una fuerte amistad en el laboratorio, hasta el punto que Pierre
le propuso matrimonio, pero al principio Marie no aceptó ya que tenía intención de volver a Polonia.
Sin embargo, Pierre declaró
que estaba dispuesto a seguirla a ese país, incluso si eso significaba tener
que enseñar francés para subsistir.
Sería
una cosa preciosa, una cosa que no me atrevería a esperar, si pudiéramos pasar
nuestra vida cerca unos de otros, hipnotizados por nuestros sueños: tu sueño
patriótico, nuestro sueño humanitario y nuestro sueño científico.
Carta
de Pierre Curie a Maria Skłodowska.
Mientras
tanto, Marie regresó a Varsovia para las vacaciones de verano de 1894, donde
visitó a su familia. Siguió trabajando durante un año en Polonia con la
ilusión de que conseguiría un puesto académico de su especialidad científica en
su país natal, pero la Universidad
Jaguelónica
de Cracovia denegó
su contratación
porque era mujer. Una carta de Pierre la
convenció
de regresar a París
para obtener un doctorado. Para motivarla, en la misiva comentó que había investigado sobre el
magnetismo, recibido su doctorado en marzo de 1895 y promovido a profesor de la
ESPCI. De vuelta a Francia,
Marie y Pierre contrajeron matrimonio el 26 de julio de 1895 en Sceaux, en una
boda sencilla y sin ceremonia religiosaK en la que, entre algunos
amigos y la familia inmediata, les dieron dinero en lugar de obsequios.
Marie vistió
un traje azul oscuro, el mismo que durante muchos años usó como traje de
laboratorio. Tiempo después, Marie dijo que había encontrado un nuevo
amor, socio y colaborador científico
en quien podía
confiar.
Tras
conseguir el segundo título, su siguiente reto era el doctorado. El primer paso
era la elección
del tema de su tesis. Tras discutirlo con su marido, resolvió centrarse en los trabajos
del físico
Henri Becquerel, quien había
descubierto que las sales de uranio emitían
unos rayos de naturaleza desconocida. Este trabajo estaba relacionado con el
reciente hallazgo de los rayos X por parte del físico Wilhelm Röntgen, aunque
las propiedades detrás de ese fenómeno no se entendían todavía. En la primavera
de 1895, Becquerel descubrió
accidentalmente la capacidad del sulfato doble de uranilo y potasio para ennegrecer
una placa fotográfica y demostró
que esa radiación,
a diferencia de la fosforescencia, no dependía
de una fuente externa de energía,
sino que parecía
surgir espontáneamente del uranio en sí. Influenciada por estos dos
descubrimientos importantes, eligió
los rayos de uranio como posible campo de la investigación para una tesis y con la ayuda
de su esposo investigó
la naturaleza de las radiaciones que producían las sales de uranio.
Inicialmente tenía
la intención
de cuantificar la capacidad de ionización
emanada por la radiación
de las sales de uranio y tomó
como base las notas de laboratorio de lord Kelvin a finales de 1897.
Para
los experimentos empleó una técnica creada quince años antes por Pierre y su
hermano Jacques Curie, quienes habían desarrollado una versión modificada del
electrómetro. Con ese aparato, Marie Curie descubrió que los rayos de uranio
causan que el aire alrededor de una muestra conduzca electricidad. Usando esta
técnica,
su primer resultado fue que la actividad de los compuestos de uranio dependía solamente de la cantidad
de uranio presente. Planteó
la hipótesis
de que esta radiación
no era el resultado de una interacción de las moléculas, sino que provenía del
propio átomo. Esta hipótesis
fue un adelanto importante para refutar la antigua suposición de que los átomos son indivisibles.
En
1897 nació su hija Irène. Para mantener a su familia comenzó a enseñar en la
Escuela Normal Superior. Los Curie no tenían
laboratorio propio y la mayor parte de sus investigaciones eran realizadas en
un cobertizo propiedad de la ESPCI. Esta habitación,
anteriormente una sala de disección médica de la facultad, estaba mal ventilada
y no era impermeable. No eran conscientes de los efectos nocivos de la exposición continua a la radiación en su continuo trabajo
con sustancias sin ninguna protección,
ya que en esa época no se habían asociado enfermedades a la radiación. La
facultad no patrocinaba su investigación, sino que recibían subsidios de
empresas metalúrgicas y mineras y de varias organizaciones y gobiernos
extranjeros.
Los
estudios sistemáticos de Marie Curie incluyeron algunos minerales con uranio
(pechblenda, torbernita o autunita). Su electrómetro mostró que la pechblenda era
cuatro veces más
radiactiva que el propio uranio, pero la torbernita tuvo una lectura dos veces
superior. Al observar la composición química de la torbernita especuló
que solo el uranio era el elemento radiactivo en ese mineral; Marie Curie
decidió
usar torbernita natural en lugar de la artificial que estaba disponible en el
laboratorio y registró que la muestra sintética del mineral emitía menos
radiación. Llegó a la conclusión de que, si eran
correctos sus anteriores resultados de que la cantidad de uranio estaba
relacionada con su radiactividad, estos dos minerales contendrían pequeñas cantidades de
otras sustancias mucho más radiactivas que el uranio.
Emprendió
una búsqueda
sistemática
de sustancias adicionales que emiten radiación
y alrededor de 1898 descubrió
que el torio también
era radiactivo.
Pierre
se preocupó cada vez más por su exceso de trabajo. A mediados de 1898 se
tomaron un descanso para pasar más tiempo juntos: Según el historiador Robert
William Reid:
La
idea [de la investigación] era de ella; nadie la ayudó a formularla y, aunque
ella lo consultó con su marido, a su juicio [de Pierre] ella se apropió
claramente de la investigación. Más tarde, [Marie] registró ese hecho dos veces
en la biografía de su esposo para asegurarse de que no había ninguna
posibilidad de cualquier ambigüedad. Es probable que en esta primera etapa de
su carrera, [Marie] se diera cuenta de que [...] a muchos científicos les
resultaba difícil creer que una mujer podía ser capaz de una obra tan original
como en que la que estaba involucrada.
Era
consciente de la importancia de publicar rápidamente sus descubrimientos y tomar
lugar en la comunidad científica. Por ejemplo, dos años antes, Becquerel
presentó su hallazgo a la Academia de Ciencias un día después del experimento y
tomó todo el crédito del descubrimiento de la radiactividad, incluso recibió un
premio Nobel que hubiera sido para Silvanus Thompson, quien había hecho un
estudio similar que no publicó a tiempo. Siguiendo los pasos de
Becquerel, redactó
una breve y simple explicación
de su trabajo; el documento fue presentado a la Academia el 12 de abril de 1898
por su antiguo profesor, Gabriel Lippmann, en nombre de Marie Curie.
No obstante, al igual que Thompson, ella sufrió
un revés
en su carrera al saber que su trabajo sobre la emisión radiactiva del torio
similar a la del uranio había sido publicado por Gerhard Carl Schmidt, dos
meses antes, en la Sociedad Alemana de Física.
En
aquel momento, ninguno de sus colegas había visto que el artículo de Marie
Curie describía que la radiactividad de la pechblenda y la torbernita era
superior al uranio: «El hecho es muy notable y da lugar a la creencia de que
estos minerales podrían contener algún un elemento [desconocido] que es mucho
más activo que el uranio». Más tarde recordaría que sentía un «deseo apasionado
por verificar esta hipótesis lo más rápido posible». El 14 de abril de 1898, los Curie pesaron una
muestra de 100 g de pechblenda y la molieron con un mortero. En ese momento, no
se percataron de que lo que buscaban solo estaba presente en cantidades tan
mínimas que al final tendrían que procesar toneladas de ese mineral.
También
desarrollaron un método
de indicadores radiactivos con el que identificarían la capacidad de radiación
de un nuevo elemento.
En
julio de 1898, el matrimonio publicó en conjunto un artículo en el que
anunciaba la existencia de un elemento al que llamaron «polonio», en honor a
Polonia —país que en ese momento estaba repartido entre tres imperios—.
En el otoño
de 1898, Marie sufrió
de inflamación
de las yemas de los dedos, los primeros síntomas
conocidos de la enfermedad de los rayos que le acompañaría el resto de su vida.
Después
de unas vacaciones de verano en la región
de Auvernia, el 11 de noviembre la pareja retomó
la búsqueda
de otro elemento desconocido. Con la ayuda de Gustave Bémont, se las arreglaron rápidamente para obtener una
muestra con una radiactividad 900 veces mayor que la del uranio.
El 26 de diciembre de 1898, los Curie anunciaron la existencia de un segundo
elemento, al que llamaron «radio», derivado de un vocablo
latino que significa rayo. En la investigación
se acuñó la palabra «radiactividad».
Para
comprobar definitivamente sus descubrimientos, los Curie trataron de aislar
polonio y radio en su forma más pura. Decidieron no utilizar la
pechblenda porque es un mineral complejo y la separación química de sus componentes
era una tarea ardua. En su lugar utilizaron una mena de bismuto y otra de bario
con altos niveles de radiación. En la primera mena observaron que un elemento
desconocido era químicamente similar al bismuto, pero contaba con propiedades
radiactivas (polonio). Sin embargo, el radio fue
más
difícil
de obtener: su relación
química
con el bario es muy fuerte y descubrieron que la pechblenda contiene ambos
elementos en pequeñas
cantidades. En 1898, los Curie consiguieron trazas de radio, pero todavía
estaba fuera de su alcance sacar cantidades considerables y sin contaminación
con bario. Emprendieron el trabajo
de separar la sal del radio por cristalización
diferencial; de una tonelada de pechblenda, separaron un decigramo de cloruro
de radio en 1902 y, con ese material,
Marie Curie pudo determinar la masa atómica
de manera más
precisa. También estudiaron la radiación emitida por los dos
elementos e indicaron, entre otras cosas, que estos poseen brillo radiactivo,
que las sales de radio emiten calor, tienen un color parecido a la porcelana y
el vidrio, y que la radiación producida atraviesa el aire y el cuerpo hasta
convertir el oxígeno molecular (O2) en ozono (O3).
En
1910, los Curie aislaron el radio en su estado puro,
pero no tuvieron éxito con el polonio debido a que ese elemento tiene una vida
media de 138 días. Entre 1898 y 1902, los Curie publicaron de manera conjunta o
por separado un total de 32 trabajos científicos,
entre ellos el que anunciaba que cuando el ser humano se expone al radio las
células enfermas y formadoras de tumores eran destruidas más rápido que las
células sanas. En 1900, Marie Curie fue
la primera mujer en ser nombrada catedrática
de la Escuela Normal Superior y su marido recibió
una cátedra
de la Universidad de París. En 1902 falleció Władysław
y su hija regresó
a Polonia para el entierro.
La
Academia de Ciencias de Francia apoyó financieramente el trabajo de Marie
Curie. En dos ocasiones (en 1900 y 1902) fue galardonada con el prix GegnerN
y 4000 francos. O En 1903 recibió 10 000 francos por el
prix La Caze. En marzo de 1902, la Academia extendió su investigación con el radio mediante un
préstamo de 20 000 francos. El 25 de junio de 1903, Marie Curie defendió su
tesis doctoral (Investigaciones sobre las sustancias radiactivas) dirigida por
Becquerel ante un tribunal presidido por Lippmann. Obtuvo el doctorado y la
mención
cum laude. Ese mes, los
Curie fueron invitados por la Real Institución de Gran Bretaña a dar un discurso sobre la
radiactividad, pero a ella le impidieron hablar por ser mujer y solo se lo
permitieron a su marido. Al año siguiente, la disertación de Marie Curie se tradujo a cinco idiomas
y fue reimpresa diecisiete veces, incluyendo una versión editada por William
Crookes publicada en Chemical News y Annales de physique et chimie. Mientras tanto, comenzó a
desarrollarse una nueva industria basada en el elemento radio.
Los Curie no patentaron su descubrimiento y obtuvieron poco beneficio económico de ese negocio cada
vez más
rentable.
A
partir de 1903 el matrimonio empezó a padecer sus primeros problemas de salud,
pero los médicos solo los mantenían en observación. El 5 de noviembre de 1903,
la Real Sociedad de Londres premió
a la pareja con la medalla Davy, que se otorga anualmente al descubrimiento más importante en el campo
de la química.
Pierre viajó
solo a Londres para recibir el premio.
Premios
Nobel
Premio Nobel de Física que recibió en 1903 (compartido con su marido y
Henri Becquerel).
Premio Nobel de Química que recibió en 1911.
La
Real Academia de las Ciencias de Suecia galardonó a Marie Curie con el premio
Nobel de Física en 1903, junto a su marido y Henri Becquerel, «en
reconocimiento por los extraordinarios servicios rendidos en sus
investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubiertos por
Henri Becquerel». Fue la primera mujer en recibir tal galardón. Al principio,
el comité
seleccionador pretendía
honrar solamente a Pierre y Henri, negándole
reconocimiento a Marie por ser mujer. Uno de los miembros de la Academia, el
matemático
Magnus Gösta
Mittag-Leffler, avisó
a Pierre de la situación y Pierre dijo que rechazaría el premio Nobel si no se
reconocía también el trabajo de Marie. En respuesta al reclamo, la incluyeron
en la nominación.
Los
Curie no fueron a Estocolmo para recibir el premio en persona, pues estaban
demasiado ocupados con su trabajo y porque Pierre, al que no le gustaban las
ceremonias públicas, se sentía cada vez más enfermo. Debido a que se requería que los ganadores del
premio Nobel estuvieran presentes para dar un discurso, los Curie finalmente
viajaron a Suecia en 1905. Recibieron 15 000 dólares,
lo que les permitió
contratar un nuevo ayudante de laboratorio. Tras el galardón sueco, la Universidad de
Ginebra ofreció
a Pierre un puesto de catedrático
con mejor remuneración,
pero la Universidad de París
se apresuró en otorgarle una plaza de profesor y la cátedra de Física (donde ya
enseñaba desde 1900), aunque el matrimonio todavía no tenía un laboratorio
adecuado. Luego de las quejas de Pierre, la universidad cedió y acordó entregarles un nuevo
laboratorio, pero no estaría listo hasta 1906. Los laureados estuvieron en los
titulares de la prensa francesa, pero —según Susan Quinn— el papel de Marie en la
investigación
del radio fue muy subestimado o tendían
a pasarla por alto debido a su origen polaco.
En
diciembre de 1904, Marie Curie dio a luz a su segunda hija, Ève, tras sufrir un
aborto probablemente producido por la radiactividad.
Años
después,
contrató
institutrices polacas para enseñar
a sus hijas su lengua materna y las enviaba (o llevaba consigo) de visita a
Polonia.
El
19 de abril de 1906, Pierre murió en un accidente en París. Mientras caminaba
bajo la intensa lluvia por la rue Dauphine (en Saint-Germain-des-Prés), fue
golpeado por un carruaje tirado por caballos y cayó bajo las ruedas, lo que le
produjo una fractura mortal en el cráneo. Marie quedó muy afectada, pero quería seguir con los trabajos
de su difunto esposo y rechazó
una pensión
vitalicia. En los años
siguientes sufrió
depresión
y se apoyó
en el padre y hermano de Pierre (Eugene y Jacques Curie, respectivamente). El
13 de mayo de 1906, el Departamento de Física
de la Universidad de París
decidió
ofrecerle el puesto que había
sido creado para su esposo. Lo aceptó con la esperanza de crear
un laboratorio de categoría
mundial como un homenaje a su marido. Fue la primera mujer en
ocupar el puesto de profesora en dicha universidad
y la primera directora de un laboratorio de esa institución.
Entre 1906 y 1934, la universidad admitió
a 45 mujeres sin aplicar las anteriores restricciones de género en su
contratación.
Su
deseo de crear un nuevo laboratorio no quedó allí. En sus últimos años, dirigió
el Instituto del Radio (ahora Instituto Curie), un laboratorio de radiactividad
creado para ella por el Instituto Pasteur y la Universidad de París.
La iniciativa para su creación
surgió
en 1909 cuando Émile
Roux, director del Instituto Pasteur, expresó
su decepción
porque la Universidad de París
no estaba brindando a Marie Curie un laboratorio adecuado y sugirió que ella se trasladara al
Instituto Pasteur. Solo así,
con una posible salida de una de sus profesoras, el consejo universitario
accedió
y finalmente el «pabellón Curie» se convirtió en una iniciativa
conjunta de las dos instituciones interesadas. En 1910, asistida por el químico
André-Louis Debierne, pudo obtener un gramo de radio puro;
también
definió
un estándar
internacional para las emisiones radiactivas que, años después, fue nombrado curio en
su honor.
En
1911, la Academia de Ciencias de Francia discutió si Curie ocuparía el puesto
del fallecido Désiré Gernez (1834-1910), pero no la eligió como miembro por uno
o dos votos. En ese momento, Curie ya
era miembro de la Academia de Ciencias de Suecia (1910), de la República Checa
(1909) y de Polonia (1909), la Sociedad Filosófica Estadounidense (1910)
y la Academia Imperial de San Petersburgo (1908) y miembro honorario de muchas
otras asociaciones científicas.
En un extenso artículo
en el diario Le Temps, publicado el 31 de diciembre de 1910, Jean Gaston
Darboux —el secretario de la Academia— defendió públicamente la candidatura de
Marie Curie. Durante las elecciones de
la Academia, fue difamada por la prensa derechista que la criticaba por ser
mujer, extranjera y atea. Según Susan Quinn, en la sesión plenaria del Instituto
de Francia el 4 de enero de 1911, los miembros del Consejo se aferraron a la
tradición
de no permitir miembros femeninos y revalidaron la decisión con una mayoría de 85 votos en contra
sobre 60 a favor. Cinco días después, en una reunión secreta, se creó un comité que se encargaría de las nominaciones para
el puesto vacante: admitieron a Édouard Branly, un inventor
que había
ayudado a Guglielmo Marconi en el desarrollo de la telegrafía inalámbrica.
El periódico
socialista L’Humanité tildó de «institución misógina» a la Academia; por su parte,
el conservador Le Figaro escribió
que «[¡...]no se debe tratar
[...] de convertir a la mujer en hombre de inmediato!».
Más de medio siglo después, en 1962, una estudiante de doctorado del Instituto
Curie, Marguerite Perey, fue la primera mujer elegida como miembro de la Academia
de Ciencias de Francia. Aunque era una científica
famosa por su trabajo en pro de Francia, la actitud del público hacia Marie
Curie tendía a la xenofobia —lo mismo que había sucedido durante el caso
Dreyfus, pues se rumoreaba que ella era judía—. Más adelante, su hija Irène comentó que la hipocresía pública de la prensa
francesa retrataba a su madre como una extranjera indigna que fue nominada para
un honor francés en lugar de alguien de otro país que recibía el premio Nobel
en nombre de Francia.
En
1911 la prensa reveló que, entre 1910-1911 —después de la muerte de su marido—,
Marie Curie había sostenido un breve romance con el físico Paul Langevin, un
antiguo estudiante de Pierre que estaba casado, aunque se había separado de su mujer
meses antes. Curie y Langevin se reunían
en un apartamento alquilado. La esposa de Langevin pronto se dio cuenta y
amenazó de muerte a Marie. En la Pascua de 1911, la correspondencia de Marie
Curie y Paul Langevin fue robada y, en agosto de ese año, la mujer de Langevin
solicitó
el divorcio y demandó
a su marido por mantener «relaciones
sexuales con una concubina en el domicilio conyugal».
Esto dio lugar a un escándalo
periodístico
que fue aprovechado por sus adversarios académicos.
Curie (quien tenía
poco más
de 40 años
en ese momento) era cinco años
mayor que Langevin y en los tabloides la tachaban de ser una «rompehogares
judía extranjera». Cuando se desató el escándalo, Marie Curie estaba
en una conferencia en Bélgica;
a su regreso, se encontró
con una muchedumbre enfurecida en frente de su casa y tuvo que refugiarse, con
sus hijas, en casa de su amiga Camille Marbo.
Por
otra parte, el reconocimiento internacional por su trabajo había crecido mucho más
y la Academia de las Ciencias Sueca, que omitió el escándalo de Langevin en las
votaciones, la galardonó con el premio Nobel de
Química de 1911 (en solitario). Este premio fue «en reconocimiento por sus
servicios en el avance de la química
por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del
radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento». Fue la
primera persona en ganar o compartir dos premios Nobel. La prensa francesa
apenas cubrió
el evento. Una delegación
de reconocidos estudiosos polacos, encabezados por el novelista Henryk
Sienkiewicz, la animó
a regresar a Polonia y continuar su investigación en su país natal. Este
segundo galardón le permitió convencer al Gobierno francés para que apoyara el
Instituto del Radio, terminado en 1914, donde se llevarían a cabo
investigaciones en química, física y medicina. Un mes después de aceptar el premio,
fue hospitalizada por depresión y una dolencia renal que fue intervenida
quirúrgicamente. En la mayor parte de 1912 evitó las apariciones públicas.
Viajó con sus hijas bajo seudónimos y pidió a amigos y familiares que no dieran
información sobre su paradero. Pasó
tiempo en Inglaterra con una amiga y colega, la física Hertha Marks Ayrton.
Volvió
a su laboratorio en diciembre, después
de una pausa de unos 14 meses.
En
1912, la Sociedad Científica de Varsovia le ofreció el cargo de directora de un
nuevo laboratorio en esa ciudad, pero rechazó el puesto alegando que el
Instituto del Radio debía terminarse en agosto de 1914 y en la recién bautizada
rue Pierre Curie. En 1913 mejoró de su salud y pudo
explorar las propiedades de la radiación del radio a bajas temperaturas con el
físico Heike Kamerlingh Onnes. En marzo de ese año,
recibió
la visita de Albert Einstein, con quien realizó
una excursión
de verano en la Engadina suiza. En octubre, participó en el segundo Congreso
Solvay y, en noviembre, viajó a Varsovia, pero la
visita fue subestimada por las autoridades rusas. El progreso del Instituto fue
interrumpido por la Primera Guerra Mundial debido a que la mayoría de los investigadores se
alistaron en el ejército francés; las actividades reanudaron plenamente en
1919.
El
1 de agosto de 1914, días después del estallido de la Primera Guerra Mundial,
Irène (de 17 años) y Ève (10) se habían trasladado a L’Arcouest (Ploubazlanec)
bajo el cuidado de unos amigos de su madre. Marie permaneció en París custodiando el Instituto
y las muestras de radio. El Gobierno consideró
que los bienes del Instituto del Radio eran un tesoro nacional y que debían
protegerlos, por lo que Curie trasladó temporalmente el laboratorio a Burdeos.
Ella no pudo servir a Polonia y decidió
colaborar con Francia.
Durante
el conflicto bélico, los hospitales de campaña carecían de personal
experimentado y máquinas de rayos X apropiadas, así que propuso el uso de la
radiografía móvil cerca de las líneas del frente para ayudar a los cirujanos
del campo de batalla. Aseguró
que los soldados heridos estarían
mejor atendidos si los cirujanos contaban a tiempo con las placas radiográficas. Después de un rápido estudio de la
radiología,
anatomía
y mecánica
automotriz, adquirió
equipos de rayos X, vehículos
y generadores auxiliares y diseñó unidades móviles de radiografía, a las que llamó
«ambulancias radiológicas», pero que llegaron a ser conocidas a posteriori como
las «pequeñas Curie» (petit Curie). Se convirtió en la directora del
Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa y creó el primer centro de
radiología militar de Francia, operativo a finales de 1914. Asistida desde el
principio por su hija Irène
(de 18 años)
y un médico
militar, dirigió
la instalación
de veinte unidades móviles de radiografía y otras doscientas unidades
radiológicas en los hospitales provisionales en el primer año de la guerra.
Más
tarde, comenzó
a instruir a otras mujeres como ayudantes. En julio de 1916, fue una
de las primeras mujeres en obtener un carné de conducir, pues lo solicitó para
manejar personalmente las unidades móviles de rayos X.
En
1915, produjo cánulas que contenían «emanaciones de radio», un gas incoloro y
radiactivo emitido por ese elemento —posteriormente identificado como radón— y
que se utilizaban para la esterilización de tejidos infectados.
Proporcionó
el elemento químico
de sus propios suministros. Se estima que más de un millón de soldados heridos
fueron tratados con sus unidades de rayos X. Ocupada con este trabajo,
hizo poca investigación
científica
durante este período.
A pesar de sus contribuciones humanitarias a los esfuerzos bélicos de los franceses,
nunca recibió
en vida reconocimiento formal por parte del Gobierno francés.
Inmediatamente
después del comienzo de la contienda, intentó vender sus medallas de oro del
premio Nobel y donarlas a las actividades bélicas, pero el Banco de Francia
rehusó aceptarlas, por lo que tuvo que comprar bonos de guerra con el dinero de
sus premios. En su momento dijo: «Voy a renunciar al poco
oro que poseo. A esto añadiré las medallas científicas, que me son inútiles. Hay algo más: por pura pereza había permitido que el dinero
de mi segundo premio Nobel se quedara en Estocolmo en coronas suecas. Esa es la
cantidad principal de lo que poseemos. Me gustaría traerlo aquí e invertirlo en
préstamos de guerra. El Estado lo necesita. Solo que no tengo ilusiones: ese
dinero probablemente se perderá.».También
fue miembro activo de los comités
dedicados a la causa polaca en Francia. Después de la guerra, resumió sus experiencias en un
libro titulado La radiologie et la guerre (1919).
En
1920, en el 25.º aniversario del descubrimiento del radio, el Gobierno francés
benefició a Marie Curie con un estipendio que anteriormente estaba a nombre de
Louis Pasteur (1822-1895). En 1921 planeó
un viaje a los Estados Unidos para la recaudación
de fondos en la investigación
sobre el radio. Los inventarios del
Instituto se habían
reducido drásticamente
como resultado de los tratamientos terapéuticos
en la Primera Guerra Mundial y el precio de cotización del gramo de radio, en
ese momento, era de 100 000 dólares estadounidenses.
El 4 de mayo de 1921, Marie Curie viajó
junto con sus dos hijas y acompañada
por la periodista Marie Melony a bordo del RMS Olympic.
Siete días
más
tarde, llegaron a la ciudad de Nueva York, donde fue recibida por una gran
multitud. Sobre su llegada, el New York Times publicó en su portada que Madame
Curie tenía
la intención
de «poner
fin al cáncer». «El radio es la cura para
cualquier tipo de cáncer», afirmó en la página 22 de dicho periódico.
Durante su estancia, la prensa le dejó
en segundo plano su carácter
de científica
y, en su lugar, era regularmente enaltecida como una «sanadora»;
Marie Curie también
hizo muchas apariciones públicas con sus hijas. El propósito de ese viaje era
recaudar fondos para la investigación
sobre el radio. La editora Mrs. William Brown Meloney, después de entrevistarla, creó el Marie Curie Radium
Fund y recaudó
con la publicidad de viaje el dinero suficiente para comprar el elemento
químico.
En
1921, el presidente Warren G. Harding la recibió en la Casa Blanca y le entregó
simbólicamente un gramo de radio recolectado en el país norteamericano. Antes
de la reunión, había crecido el reconocimiento en el extranjero, pero fue
opacado por el hecho de que no tenía distinciones oficiales francesas para
llevar en público. El Gobierno francés le había ofrecido la Legión de Honor,
pero ella no la aceptó. En los Estados Unidos
recibió nueve doctorados honoris causa, aunque rechazó uno en el campo de la física que la Universidad
Harvard le ofreció
porque «no
había
hecho nada importante [en esa ciencia] desde 1906». Antes de abordar el RMS
Olympic el 25 de junio a su regreso a Europa, dijo: «Mi trabajo con el radio,
[...] sobre todo durante la guerra, dañó gravemente mi salud, haciendo
imposible para mí visitar todos los laboratorios y colegios a los que tenía un
profundo interés». En octubre de 1929, visitó por segunda vez los Estados
Unidos. En esta estancia, el presidente Herbert Hoover le entregó un cheque por
50 000 dólares, que fue destinado a la compra de radio para la sucursal del
Instituto en Varsovia. También
viajó
a otros países
dando conferencias en Bélgica, Brasil, España y Checoslovaquia.
Cuatro
miembros del Instituto del Radio recibieron el premio Nobel, entre ellos, Irène
Joliot-Curie y su esposo, Frédéric. Con el tiempo, se convirtió en uno de los
cuatro principales laboratorios de investigación de la radiactividad, junto con
los Laboratorios Cavendish de Ernest Rutherford, el Instituto para la
Investigación sobre el Radio (en Viena) de Stefan Meyer y el Instituto de
Química Emperador Guillermo de Otto Hahn y Lise Meitner.
En
agosto de 1922, Marie Curie fue miembro constitutivo de la Comisión
Internacional para la Cooperación Intelectual de la Sociedad de las Naciones.
Ese año
ingresó como miembro de la Academia Nacional de Medicina de Francia. En 1923,
publicó
una biografía
de su difunto marido, titulada Pierre Curie. En 1925, visitó Polonia para participar
en la ceremonia de colocación
de la primera piedra del Instituto del Radio en Varsovia.
El laboratorio fue equipado con las muestras de radio adquiridas en su segundo
viaje a los Estados Unidos.153 El Instituto abrió en 1932 y Bronisława
Dłuska
fue nombrada directora. Estas distracciones de
sus labores científicas y la publicidad que la rodeaba le causaron muchas
molestias, pero proporcionaron los recursos necesarios para su obra.
Desde 1930 hasta su muerte, fue miembro del Comité Internacional de Pesos Atómicos de la IUPAC.
Muerte
Solo
unos meses después de su última visita a Polonia en la primavera de 1934,
murió
el 4 de julio en el sanatorio Sancellemoz, cerca de Passy (Alta Saboya), a
causa de una anemia aplásica, probablemente contraída por las radiaciones a las
que estuvo expuesta en sus trabajos. Los efectos nocivos de la radiación ionizante no se conocían en ese momento y los
experimentos se realizaban sin las medidas de seguridad pertinentes. Por
ejemplo, llevaba tubos de ensayo con isótopos
radiactivos en los bolsillos y los almacenaba en un
cajón
de su escritorio, pues comentaba sobre la luz débil
que estas sustancias emitían
en la oscuridad. También estuvo expuesta sin
protección a los rayos X mientras se desempeñaba como radióloga en los
hospitales de campaña durante la guerra. Si bien los largos
tiempos de exposición
a la radiación
le causaron enfermedades crónicas
(como la ceguera parcial por cataratas) y eventualmente su muerte, nunca
reconoció
los riesgos que podía
causar en la salud la exposición
a la radiación.
Fue
enterrada junto a su difunto marido en el cementerio de Sceaux, a pocos
kilómetros al sur de París. Sesenta años
después,
en 1995, sus restos fueron trasladados, junto con los de Pierre, al Panteón de
París. El 20 de abril de 1995,
en un discurso pronunciado en la ceremonia solemne de ingreso, el entonces
presidente François
Mitterrand destacó
que Marie Curie, quien había sido la primera doctora en Ciencias, profesora en
la Sorbona y también recibir dos premios Nobel, lo era nuevamente al reposar en
el famoso Panteón de París por «sus propios méritos». En 2015, otras dos
mujeres también
fueron enterradas en el camposanto por méritos propios.
Debido
a la contaminación radiactiva, sus documentos de la década de 1890 se consideran
demasiado peligrosos de manipular; incluso su libro de cocina es altamente
radiactivo. Sus trabajos se guardan
en cajas forradas con plomo y los que deseen consultarlos deben usar ropa de
protección. En su último año de vida trabajó en un libro (Radioactivité), que su hija y yerno
publicaron póstumamente
en 1935.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Marie_Curie
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