Henri Matisse
Nació en una pequeña localidad al norte de Francia, en el seno de una familia dedicada al comercio, específicamente de droguería y semillas. En 1887, se trasladó a París para estudiar leyes, al tiempo que trabaja como administrativo en la corte de Le Cateau-Cambrésis. Comenzó a pintar en 1889, cuando convaleciente de una apendicitis su madre le llevó elementos para pintar. Dijo de este momento de su vida que descubrió «una especie de paraíso». Y a partir de entonces decidió convertirse en artista plástico, a pesar de que esto decepcionó profundamente a su padre. En París asistió a cursos en la Académie Julian y en 1892 ingresó en la École des Beaux-Arts, donde recibió clases en el taller del pintor simbolista Gustave Moreau, y donde coincidió con Rouault, Camoin y Marquet, además de relacionarse también con el artista Dufy, discípulo de Pierre Bonnard. Al comienzo de su trayectoria artística, practicó el dibujo del natural en un estilo más bien tradicional, como s...