Héctor Berlioz
Biografía
Berlioz
nació en Francia en La Côte-Saint-André, entre Lyon y Grenoble. Su padre era
médico (fue un aficionado a la acupuntura) y envió al joven Héctor en 1821 a
París a estudiar medicina. Berlioz quedó horrorizado por el proceso de
disección y a pesar de la desaprobación de su padre, abandonó la carrera para
estudiar música. Asistió al Conservatorio de París, donde estudió composición y
ópera, quedando muy impresionado por la obra y las innovaciones de su maestro
Jean-François Lesueur.
El
movimiento romántico
Rápidamente
se sintió identificado con el movimiento romántico francés. Entre sus amigos
estaban los escritores Alejandro Dumas, Victor Hugo y Honoré de Balzac. Más
tarde, Théophile Gautier escribiría:
Me
parece que Héctor Berlioz, con Victor Hugo y Eugène Delacroix, forman la
Santísima Trinidad del arte romántico.
Se
dice que Berlioz había sido un romántico innato, que experimentaba intensas
emociones desde la más tierna infancia, por ejemplo, cuando leía pasajes de
Virgilio, y más tarde en una serie de aventuras amorosas.
A
los 23 años se enamoró de la actriz irlandesa shakesperiana Harriet Smithson.
A
Smithson las cartas de Berlioz le parecieron tan exageradamente apasionadas que
lo rechazó por completo. Sin embargo, fue la musa inspiradora de la sinfonía
que Berlioz estaba preparando en esa época.
En
1830, esta Sinfonía fantástica generada por esas emociones fue considerada
«asombrosa y vívida», pero Smithson no quiso asistir al debut en París. En
aquel momento la naturaleza autobiográfica de esta obra de música programática
(que requería que los oyentes leyeran un folleto con su «argumento» antes del
concierto) se consideró con justicia sensacional e innovadora.
En
1830 (el mismo año del debut de la sinfonía) Berlioz ganó el Premio de Roma, la
beca más importante del mundo de la música.
Debido
al rechazo de Smithson, Berlioz se unió sentimentalmente a Marie Moke. Pero
este romance fue terminado abruptamente por la madre de Moke, quien la casó con
el pianista y fabricante de pianos Camille Pleyel.
Berlioz,
que en esa época ya estaba becado en Roma, planeó cabalgar hasta París,
disfrazarse de sirvienta doméstica, matar a Moke, a su madre y a su novio
pianista y suicidarse. Llegó a viajar un par de miles de kilómetros hasta Niza,
hasta que fue persuadido de abandonar la idea.
Retorno
a París y primer matrimonio
Después
de su retorno a París —luego de dos años becado estudiando ópera italiana en
Roma—, se enteró de que Harriet Smithson finalmente había asistido a una
presentación de la Sinfonía Fantástica. Ella rápidamente se dio cuenta de que
era una clara alegoría de las apasionadas cartas que Berlioz le había escrito.
Pronto se casaron, pero pocos años después, desilusionados, se separaron.
Durante
su vida, Berlioz fue más famoso como director de orquesta que como compositor.
Periódicamente daba ciclos de conciertos en Alemania e Inglaterra, donde
dirigía óperas y música sinfónica, tanto suya como de otros compositores.
Varios
fueron sus encuentros con el compositor y virtuoso del violín Nicolo Paganini.
De acuerdo con las memorias del francés, Paganini, tras asistir a una
representación de su Sinfonía fantástica, le ofreció una importante suma para
que le compusiera una pieza para viola. Algo reticente al principio, a las
pocas semanas Berlioz escribió una obra, una sinfonía concertante, inspirándose
en pasajes de la novela en verso de Lord Byron Childe-Harold's Pilgrimage. La
obra no fue del gusto de Paganini, quien la desechó por considerarla de escasa
complejidad técnica.
En
1838, estrena su primera ópera, Benvenutto Cellini, cuyo libreto se basa en las
memorias del escultor florentino del siglo XVI del mismo nombre. La respuesta
por parte del público y la crítica es fría.
El
dinero pagado por Paganini le permite pagar deudas y trabajar con mayor
tranquilidad en su siguiente obra, la "sinfonía dramática" Romeo y
Julieta (cuyo "Sueño de Amor" será considerado por el mismo Berlioz
como su "composición favorita"). A su estreno asistió, entre otras
personalidades, Richard Wagner, quien quedó fuertemente impresionado, lo que no
hizo más que reforzar su gran admiración por el francés.
En
1840, el gobierno francés le encarga la composición de una obra que conmemore
los diez años de la Revolución de 1830. Así nace su Grande symphonie funèbre et
triomphale, estrenada bajo la conducción del mismo compositor en la plaza de la
Bastilla.
Muerte
En
1868 Berlioz, enfermo y solo —su segunda esposa había muerto hacía pocos años y
su hijo único acababa de morir a causa de la fiebre amarilla—, decide marchar a
Niza para morir allí, porque en esa ciudad había pasado en 1831 «los veinte más
bellos días de felicidad de [su] vida». Pero treinta y siete años después
encuentra la ciudad muy cambiada y la decepción y el empeoramiento de su salud
le hacen volver a París, donde fallecerá el 8 de marzo de 1869. Fue enterrado
en el cementerio de Montmartre con sus dos esposas, Harriet Smithson (muerta en
1854) y Marie Recio (muerta en 1862).
Influencia
musical
Berlioz
estuvo muy influido por la literatura. En su Sinfonía fantástica, se inspiró en
la obra de Thomas de Quincey, Confesiones de un inglés comedor de opio. Para La
maldición de Fausto se basó en la traducción hecha por Gérard de Nerval sobre
el Fausto de Goethe; Harold en Italia, está basada en Las peregrinaciones de
Childe Harold, de Byron; Benvenuto Cellini, sobre la autobiografía de Cellini;
Romeo y Julieta, obviamente en la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta; su
magnum opus Les Troyens se inspira en la Eneida de Virgilio; la comedia
Béatrice et Bénédict sobre otra obra de Shakespeare, Mucho ruido y pocas
nueces.
Aparte
de sus influencias literarias, Berlioz se fijó en los himnos de su maestro
Jean-François Lesueur e imitó mucho a Beethoven, en aquel tiempo desconocido en
Francia. También mostró reverencia a los trabajos de Gluck, Mozart, Étienne
Méhul, Carl Maria von Weber y Gaspare Spontini.
En
1844, Héctor Berlioz compuso la primera obra que se conoce para saxofón, que es
el sexteto Canto Sagrado, y que fue estrenada el 3 de febrero de 1844 bajo la
batuta del propio Berlioz y con Adolphe Sax en la interpretación de su saxofón.
Héctor
Berlioz toma de Beethoven la teatralidad, dejando de lado lo que se refiera a
un modelo de desarrollo temático, cuestión fundamental para los músicos
alemanes.
No
hay rasgos folklóricos en Berlioz; sin embargo, su Romeo y Julieta o su
Sinfonía Fantástica son imperfectamente beethovianas y muy francesas.
Trabajos
musicológicos
Su
ensayo pedagógico Gran tratado de instrumentación y orquestación moderna
estableció su reputación como maestro de la instrumentación.
Mahler
y Strauss estudiaron detenidamente ese tratado, que también sirvió como modelo
para el libro de Nikolái Rimski-Kórsakov, quien había asistido como estudiante
de música a los conciertos que Berlioz dirigió en Moscú y San Petersburgo. El
crítico Norman Lebrecht escribió:
Antes de las visitas
de Berlioz prácticamente no había música académica rusa. El suyo fue el
paradigma que inspiró ese género. Chaikovski, para su Tercera sinfonía, “tomó”
de la Sinfonía fantástica como si de una tienda de golosinas se tratara. Modest
Músorgski murió con una copia del tratado de Berlioz en su cama.
Trabajos
literarios
Hector
Berlioz publicó sus Memorias (obra de carácter autobiográfico) y varias obras
de carácter puramente literario, como Les grotesques de la musique y Las
tertulias de la orquesta. Esta última trata sobre las charlas entre los
músicos de un teatro de ópera de una ciudad imaginaria, durante las cuales incluyen
el recitado de cuentos.
Resurgimiento
Hubo
un interés renovado por la música de Berlioz en los años sesenta y setenta,
debido en parte a los esfuerzos del director de orquesta inglés Colin Davis,
quien grabó su obra entera, sacando a la luz muchas obras menos conocidas de
Berlioz. Él fue quien realizó la primera grabación completa de Los troyanos.
En
el bicentenario del nacimiento de Berlioz (2003), hubo una propuesta de llevar
sus restos al panteón francés, pero el presidente Jacques Chirac se opuso,
generando una disputa política acerca del derecho de Berlioz a figurar entre
las glorias máximas de Francia, en comparación con figuras como André Malraux,
Jean Jaurés y Alejandro Dumas.
Hector
Berlioz como personaje literario
La
personalidad de Berlioz ha inspirado obras literarias, teatrales y musicales.
Literatura
1929:
Étienne Rey, La vie amoureuse de Berlioz (Ernest Flammarion, 1929)
1972:
F W Kenyon, Passionate Rebel: The Story of Hector Berlioz
2004:
Christine Balint, Ophelia’s Fan (New York: W W Norton & Company)
2006:
Jude Morgan, Symphony
2011:
Óscar Esquivias, El arpa eólica (en Steampunk: antología retrofuturista,
Madrid, Fábulas de Albión). Se trata de una ucronía con el joven Berlioz y Luigi
Cherubini como protagonistas
2012:
Thierry Rousselet, Épisode ultime de la vie d’un artiste (Éditions Le
Solitaire)
Teatro
1972:
Charles Mérlé, Berlioz, obra en cuatro actos estrenada en el Théâtre de la
Porte Saint-Martin de París en 1972.
2000:
Olivier Teitgen, Entente cordiale, obra en tres actos. Ambientada en Londres,
en junio de 1855, durante una cena entre Richard Wagner y Berlioz.
Libretos
de ópera
2003:
Christian Wasselin, Les Orages désirés, libretto para la ópera de Gérard Condé.
Trata sobre la adolescencia de Berlioz. Se estrenó el 22 de noviembre de 2003
en París.
Nueva
Escuela Alemana
Sinfonía
coral
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