Iósif Stalin

 

El nombre Stalin («hecho de acero»; derivado del ruso stal, acero, con el mismo sufijo posesivo personal in que usó Lenin) empezó a usarlo a partir de 1912, y desde octubre de 1917 se convirtió en su sobrenombre. Familiarmente, y entre sus camaradas más cercanos, era conocido como "Sosó", e incluso llegó a utilizar el pseudónimo "Soselo" para firmar sus poemas. También, se refería a sí mismo como "Koba", nombre de un héroe popular de Georgia. Otros nombres que utilizó fueron David, Morti, Nijaradze, Chízhikov, Ivánovich.

 

Iósif Stalin nació el 6 de diciembre de 1878 en Gori, Gobernación de Tiflis del Imperio ruso (Georgia en la actualidad). Su padre, Vissarión Dzhugashvili (Besó), trabajaba de zapatero, y posteriormente en una fábrica de zapatos, y su madre, Yekaterina Gueladze (Keke), era sirvienta, siendo ambos de familias de siervos georgianos.

 

La familia alquiló una casa de una habitación a un artesano osetio en el barrio ruso de Gori, cerca del cuartel de las tropas imperiales para las que Vissarión trabajaba. La casa tenía un sótano dónde Vissarión guardaba sus herramientas y Yekaterina acondicionó como cuarto del bebé. ​ Yekaterina no producía leche suficiente, por lo que las mujeres de su padrino, Tsijatatrishvili, y Egnatashvili ayudaban a amamantarlo. ​ Además, Iósif tenía una salud frágil, nació con sindactilia (dedos unidos por una membrana) en dos dedos del pie y a partir de los dos años padeció sarampión y escarlatina. Poco después, la situación de la familia comenzó a mejorar. Vissarión incorporó a dos aprendices para su taller y uno de ellos, Vanó Jutsishvili, se convirtió en un hermano de acogida para Iósif.

 

El problema de Vissarión con la bebida empeoró. Durante 1883 empezó a meterse en peleas de borrachos y fue apodado el Loco Besó. Vissarión se fue sumiendo en un estado de paranoia por los rumores que cuestionaban la paternidad de Iósif y empezó a tener un comportamiento agresivo contra su mujer Yekaterina y su hijo Iósif.

 

En torno a 1884, hubo una epidemia de viruela en Gori. Iósif contrajo la enfermedad y sobrevivió, aunque su cara quedó marcada de por vida. ​ Ese mismo año, Vissarión vandalizó el bar de Egnatashvili y atacó al jefe de policía Davrishevi. Davrishevi ordendó a Vissarión abandonar Gori y este se fue a Tiflis a trabajar en la fábrica armenia de zapatos Adeljánov.

 

En 1886, Yekaterina y Iósif se mudaron al piso de arriba de la casa del Padre Charkviani, antiguo compañero de bebida de Vissarión. Yekaterina pidió a Charkviani que admitiese a Iósif en la escuela de la iglesia de Gori en el curso que empezaba en otoño. Charkviani no accedió a ello, pero permitió que Iósif estuviese presente en las clases de ruso que los hijos adolescentes de Charkviani daban a su hermana pequeña. En 1888, Iósif ingresó en la escuela parroquial para hacer el programa educativo obligatorio en Georgia, de dos años. Su nivel de ruso por entonces le permitió acabar el programa en un año y, en 1889, comenzó su educación formal en un programa de cuatro años, donde destacó como estudiante y por su voz al cantar.

 

Adolescencia (1890-1894)

El 6 de enero de 1890, durante la celebración de la epifanía, Iósif fue atropellado por un faetón. Esto afectó su forma de andar. Vissarión llevó a Iósif a Tiflis para que recibiera tratamiento médico. Una vez Iósif estuvo recuperado, Vissarión lo llevó a la fábrica Adeljánov para que trabajase con él como aprendiz. Esto era común en Tiflis, donde muchos trabajadores llevaban a sus hijos a las fábricas.

 

Mientras tanto, Yekaterina presionó a sus conexiones en la Iglesia ortodoxa georgiana para que Iósif se incorporase a la escuela al comienzo del siguiente curso escolar en septiembre de 1890. Finalmente lo consiguió y Iósif volvió a Gori para ir a la escuela, a pesar de que Vissarión se negó a ayudar económicamente. Poco después, Iósif fue expulsado por el impago de la matrícula de 25 rublos. Yákov Egnatashvili pagó la deuda y se convirtió en un padre sustituto para Iósif. ​ En ese periodo, Iósif comenzó a hacerse llamar Koba. Desde entonces será su pseudónimo más conocido después de Stalin. Koba era el nombre de un montañés legendario de Georgia, protagonista de la novela El Parricida, y también el diminutivo de Yákov Egnatashvili.​

 

Iósif fue un estudiante ejemplar y por ello se le concedió una beca para sus estudios, por lo que ya no debía pagar los costes de la matrícula. Finalmente, se graduó en la primavera de 1894 con 15 años. El maestro del coro ofreció a Iósif acompañarle a la escuela de maestros del zar Alejandro en Tiflis. Sin embargo, Iósif decidió ingresar en el Seminario Teológico de Tiflis​ donde tuvo por compañero a Ioseb Iremashvili.

 

Juventud y actividad política

La relación de Stalin con el movimiento revolucionario comenzó en el seminario. Durante estos años de escuela, Stalin se unió a la organización socialdemócrata de Georgia, en la que fue instruido en política marxista por el profesor Noe Zhordania (quien después sería Jefe de Gobierno de la República Democrática de Georgia) y comenzó a difundir el marxismo. Fue un responsable del sindicato de Georgia durante tres años y luego portavoz del nuevo partido marxista georgiano. Algunas fuentes afirman que Iósif abandonó el seminario en 1899 justo antes de sus exámenes finales; según otras biografías, fue expulsado.

 

 

Inicia su militancia en torno al círculo de obreros ferroviarios de Tiflis, alejándose definitivamente de Zhordania, y acercándose al grupo de izquierdas del Messame Dasi. Comienza a ganarse la vida en un inicio dando clases, para posteriormente trabajar en un observatorio de Tiflis.

 

Junto a otros jóvenes intenta editar un periódico propio clandestino, sin lograrlo. Solamente editaron octavillas que reparten en las fábricas, con claro contenido político. El Primero de mayo de 1900 organiza la primera manifestación de masas, reuniendo a 500 obreros en los alrededores de Tiflis con banderas rojas y retratos de Marx y Engels.

 

En agosto de 1900, entra en contacto con Víktor Kurnatovski, uno de los iskristas que envía Lenin a Tiflis para impulsar la difusión del periódico que debía conducir a la reorganización del Partido y a la lucha contra las tendencias economicistas y conciliadoras. Kurnatovski les enseñó a aquellos jóvenes georgianos cómo montar una imprenta clandestina y les propuso que lo hicieran en Bakú, un fuerte centro proletario, mejor que en Tiflis. En marzo de 1901, Kurnatovski es detenido junto con otros militantes, pero Koba Dzhugashvili se libra de la redada, aunque su vivienda y su lugar de trabajo en el observatorio meteorológico fue registrada por la Ojrana, la sección especial de la policía zarista dedicada a la represión política. Tiene que pasar a la clandestinidad, de la que ya no saldrá hasta la Revolución de 1917.

 

En 1901, el clérigo georgiano M. Kelendzheridze escribió un libro educacional sobre lengua y arte, incluyendo uno de los poemas de Stalin firmado como «Soselo». En 1907, el mismo editor publicó Antología georgiana, o Colección de los mejores ejemplos de literatura georgiana, donde incluía un poema de Stalin dedicado a Rafael Eristavi. Su poesía aún puede ser vista en el museo Stalin de Gori.

 

Trabajó durante diez años con los movimientos políticos clandestinos en el Cáucaso, sufriendo repetidos arrestos y exilio a Siberia, entre 1902 y 1917.

 

Stalin se adhirió a la doctrina de Lenin de un partido centralista fuerte, de revolucionarios profesionales. En el período posterior a la Revolución de 1905, Stalin lideró los «escuadrones de lucha» en robos de bancos para reunir fondos para el partido bolchevique. Stalin asistió al V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia en Londres en 1907. Este congreso consolidó la supremacía del sector bolchevique de Lenin y se debatió la estrategia para la revolución comunista en Rusia. Stalin nunca se refirió posteriormente a su estancia en Londres.

 

En 1913, mientras estuvo exiliado en Viena, Stalin escribió El marxismo y la cuestión nacional, tratado en el que presenta una posición marxista ortodoxa (cfr. este trabajo con el de Lenin llamado Sobre el derecho de los pueblos a la autodeterminación) y que pudo haber contribuido a su nombramiento como Comisario del Pueblo para Asuntos Nacionales después de la revolución.

 

Ascenso al poder

En 1912, Lenin tuvo la intención de proponer la elección de Stalin al Comité Central bolchevique en la Conferencia del Partido en Praga, pero desistió al encontrarse con la resistencia del partido. Sin embargo, inmediatamente después, Stalin fue sumado al Comité Central por «cooptación» (potestad prevista por los estatutos, que reservaba para el Comité Central el derecho a sumar integrantes que no hubieran sido electos por el Congreso del Partido).

 

Stalin en el exilio (1915)

En 1917, Stalin era el editor de Pravda, el diario oficial del partido, mientras Lenin y gran parte del liderazgo bolchevique estaban en el exilio. Después de la Revolución de Febrero, Stalin y el equipo editorial tomó una posición favorable al gobierno provisional de Kérenski y se sostiene que llegó al extremo de negarse a publicar artículos de Lenin que llamaban al derrocamiento del gobierno provisional.

 

En abril de 1917, Stalin fue por primera vez electo por la base del partido para formar parte del Comité Central, obteniendo la tercera más alta mayoría de votos en la Conferencia de Petrogrado (detrás de Lenin y Zinóviev). Posteriormente fue nombrado secretario del Politburó del Comité Central (mayo de 1917); se mantuvo en este cargo por el resto de su vida. Al finalizar julio presentó el informe central al VI Congreso del partido, en el cual se optó por la insurrección contra el gobierno provisional.

 

Según diversas fuentes, Stalin solamente desempeñó un papel menor en la Revolución de Octubre. Algunos autores, como Adam Ulam, remarcan que cada hombre en el Comité Central tenía una labor específica que le había sido asignada.

 

El siguiente resumen respecto al papel de Trotski en 1917 fue escrito por Stalin en Pravda 16 de noviembre de 1918:

Todo el trabajo práctico relacionado con la organización de la revuelta fue hecho bajo el mando directo del camarada Trotski, el presidente del Soviet de Petrogrado.  Se puede decir con certeza que el partido tiene una deuda de primera magnitud con el camarada Trotski por la rápida concienciación de la guarnición hacia el bando de los soviets y por la manera tan eficiente en la cual fue organizado el trabajo del Comité Militar Revolucionario.

Posteriormente, en 1924, el mismo Stalin creó un mito referente a la así llamada «Central del Partido», de la cual supuestamente dirigía todo el trabajo práctico referente a la revuelta y que consistía en un grupo integrado por él mismo, Sverdlov, Dzerzhinski, Uritski y Búbnov. Ninguna evidencia se ha encontrado, sin embargo, respecto a las actividades de esta Central, que, en cualquier caso, de haber existido, habría estado subordinada al Comité Militar Revolucionario de Petrogrado comandado por Trotski.

 

Durante la guerra civil rusa y la guerra polaco-soviética, Stalin fue comisario político en el Ejército Rojo en diversos frentes. El primer cargo de gobierno de Stalin fue el de Comisario del Pueblo de Asuntos Nacionales (1917-1923).

 

Tuvo también el cargo de comisario del Pueblo para la Inspección de los Trabajadores y Campesinos (1919-1922), de miembro del Sóviet Militar Revolucionario de la República (1920-1923) y miembro del Comité Central Ejecutivo del Congreso de los Sóviets a partir de 1917.

 

Poder total

El 3 de abril de 1922, Stalin fue nombrado Secretario General del Partido Comunista Panruso, un cargo que él posteriormente transformó en el más poderoso del país. En aquella época, esta posición se veía como un cargo menor dentro de la estructura partidaria (ocasionalmente en el partido se referían a Stalin como el «camarada archivista»), sin embargo este cargo asociado con el liderazgo que tenía sobre la Oficina Organizativa del Comité Central del Partido (Orgburó), dio a Stalin una base de poder suficientemente fuerte como para permitirle instalar a sus aliados en los puestos claves del partido.

 

La acumulación de poder por parte de Stalin tomó al moribundo Lenin por sorpresa, quien, en sus últimos escritos (Testamento de Lenin), hizo llamamientos para que el XII Congreso del Partido Bolchevique apartara al «brusco» Stalin.

Stalin es demasiado brusco, y este defecto, plenamente tolerable en nuestro medio y en las relaciones entre nosotros, los comunistas, se hace intolerable en el cargo de secretario general. Por eso propongo a los camaradas que piensen la forma de pasar a Stalin a otro puesto y de nombrar para este cargo a otro hombre que se diferencie del camarada Stalin en todos los demás aspectos solo por una ventaja, a saber: que sea más tolerante, más leal, más correcto y más atento con los camaradas, menos caprichoso, etc. Esta circunstancia puede parecer una fútil pequeñez. Pero yo creo que, desde el punto de vista de prevenir la escisión y desde el punto de vista de lo que he escrito antes acerca de las relaciones entre Stalin y Trotski, no es una pequeñez, o se trata de una pequeñez que puede adquirir importancia decisiva.

Lenin, 4 de enero de 1923.

 

Sin embargo, estos intentos no prosperaron debido a que los documentos preparados por Lenin fueron ocultados por Stalin y sus eventuales aliados, a sabiendas de que Lenin se encontraba en esos momentos enfermo e imposibilitado de participar en el Congreso.

 

Después de la muerte de Lenin en enero de 1924, Stalin, Kámenev y Zinóviev tomaron el control del partido situándose en un punto que ideológicamente estaba entre Trotski (a la izquierda del partido) y Bujarin (a la derecha). Durante este período, Stalin abandonó el tradicional énfasis bolchevique respecto a la «revolución mundial» en favor de una política de construir el «socialismo en un solo país», en contraste a la teoría de Trotski de la «revolución permanente».

 

 

En la lucha por el liderazgo una cosa era evidente: quien terminara comandando el Partido tenía que ser considerado muy leal a Lenin. Por eso, la actitud de cada uno ante su muerte fue determinante en los posicionamientos dentro del Partido: Stalin organizó su funeral y pronunció un discurso manifestando una lealtad imperecedera con Lenin, a la vez que impidió mediante engaños que Trotski asistiera. Stalin también acusó a Trotski de haberse unido a los bolcheviques justo antes de la revolución, e hizo públicos los desacuerdos que este había tenido con Lenin en la etapa previa a la revolución.

 

Las imágenes soviéticas correspondientes a este período fueron posteriormente trucadas, eliminando con fotomontajes y técnicas similares a los opositores a Stalin (principalmente Trotski).

 

La base fundamental del ascenso de Stalin al poder fue el control del aparato administrativo del Estado, en un país en el cual la escasez era la regla, tras la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil. A su vez, la política de Stalin de pregonar el llamado «socialismo en un solo país» era visto como un antídoto optimista con respecto a la guerra, en contraste a la posición de la «revolución permanente» de Trotski.

 

El método de Stalin era la designación de secretarios que le respondieran personal e incondicionalmente, y la manipulación de sus oponentes logrando poner a unos contra los otros, usando el método de dividir para gobernar.

 

Inicialmente, Stalin formó una troika junto a Zinóviev y Kámenev contra Trotski. Una vez que Trotski había sido eliminado de la pugna por el poder político, Stalin se unió con Bujarin y Rýkov contra Zinóviev y Kámenev, recordando a todos el voto de estos últimos contra la insurrección en 1917. Zinóviev y Kámenev entonces, se unieron con la viuda de Lenin, Nadezhda Krúpskaya, formando la "oposición unida" en julio de 1926.

 

En 1929, durante el XV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Trotski y Zinóviev fueron expulsados del partido y Kámenev perdió su puesto en el Comité Central. Stalin pronto se volvió contra la oposición de derecha representada por sus aliados del momento, Bujarin y Rýkov.

 

Uno de los argumentos predilectos de Stalin para atacar a otros miembros del Partido, fue la lucha contra la existencia de facciones, que habían sido prohibidas temporalmente en el Partido Bolchevique durante la Guerra civil rusa, pero que formaban parte de la historia del bolchevismo.

 

De la deportación de los kuláks a los planes quinquenales

Habiendo también derrotado a la «oposición de derecha» de Bujarin, Stalin comenzó los planes de colectivización e industrialización. En este camino es de destacar la deskulakización, que trajo como consecuencia la expropiación masiva de las tierras explotadas por medianos propietarios agrícolas (kuláks), lo cual causó una reducción de la producción de cereales, lo que unido a unas malas condiciones ambientales dio lugar a una gran hambruna en Ucrania que supuso la muerte de varios millones de ucranianos; según el gobierno soviético, «fue una medida necesaria para acabar con la retención y sabotaje de productos que ilegalmente practicaban los kuláks». Los muertos por la hambruna ascendieron a un número difícil de determinar.

 

El «Asunto Kírov» y la represión política

Serguéi Kírov había conocido a Stalin en mayo de 1918. Durante la Guerra civil rusa se enfrentó a Trotski, lo que hizo que se alineara con Stalin, Ordzonikidze y Voroshílov.

 

Desde 1926 estuvo trabajando en Leningrado, pero tras ser elegido para el Comité Central en el XVI Congreso del PCUS, Stalin le propuso volver a Moscú. Sin embargo, Kírov pidió permanecer en Leningrado, y se le permitió quedarse hasta el final del segundo plan quinquenal. No están claras las razones por las que declinó este ascenso.

 

En el XVII Congreso del PCUS de 1934, al elegirse el nuevo Comité Central, Kírov recibió tres votos negativos, resultando ser el candidato menos rechazado, en contraste con el propio Stalin que recibió 292 votos negativos, siendo el menos popular.

 

Dumaskin afirma que Kírov se opuso a Stalin en el Politburó en 1934, lo que produjo «una perceptible tirantez entre Stalin y Kírov».​ Distintos autores han dado cuenta de la existencia de una conspiración en la cúspide del PCUS cuyo fin habría sido reemplazar a Stalin con Kírov.

 

El 1 de diciembre de 1934, Kírov fue asesinado por Leonid Nikoláev en Leningrado. La dirigencia del Estado soviético declaró que Nikoláev había sido apoyado por Trotski desde el exilio. Esto dio comienzo a una purga generalizada, con cientos de ejecuciones, encarcelamientos y reclusiones en campos de concentración del Gulag, acusando al bloque trotskista-zinovievista de estar organizando una extensa conspiración con el objetivo de tomar el poder en la Unión Soviética. Como parte de este proceso, Kámenev y Zinóviev fueron sometidos a juicio público y, tras confesar supuestos crímenes (confesión que según algunos habría sido producto de torturas),​ fueron ejecutados en 1936. Con mecanismos similares, en menos de dos años terminaría siendo ejecutada la mayoría de los miembros del Comité Central bolchevique que había dirigido la Revolución de octubre de 1917 (viejos bolcheviques), mientras Trotski sería asesinado en la ciudad de México en agosto de 1940 por Ramón Mercader, un agente estalinista.

 

La hipótesis acerca del vínculo de Stalin con este asesinato estuvo ampliamente difundida, siendo confirmada por Nikita Jrushchov en sus memorias. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes al respecto.

 

El gobierno de Stalin promovió la colectivización de la agricultura con el fin de aumentar la producción agrícola a partir de granjas mecanizadas en gran escala, lo que permitía mantener a los campesinos bajo un control político más directo y para que la recaudación de impuestos fuera más eficiente. La colectivización significó cambios sociales drásticos en una escala nunca vista desde la abolición de la servidumbre en 1861.

 

La colectivización forzada de la agricultura comenzó a inicios de los años 1930, formándose la asociación obligatoria de todas las granjas en los llamados koljós (o granja colectiva), una estructura fuertemente centralizada. La supresión de los derechos de propiedad sobre la tierra fue una consecuencia de la forma como se decidió resolver el antiguo conflicto de la lucha de clases. Además, de acuerdo a la visión económica de la época, los koljós debían trabajar con mayor eficiencia debido a la aplicación de tecnología y a la división del trabajo. En los primeros años de la colectivización se estimaba que la producción agrícola e industrial debería aumentar un 200 % y un 50 % respectivamente; sin embargo, la producción agrícola disminuyó.

 

Los campesinos ricos, los llamados kuláks, con independencia de si resistían o no los cambios impuestos y la colectivización, eran puestos a trabajar directamente en los campos, o bien eran trasterrados a Siberia y al oriente del país.

 

La política de industrialización de la agricultura seguida por Stalin requirió grandes cantidades de equipamiento y maquinaria, que se consiguió al exportar trigo y otros bienes agrícolas al extranjero. Los koljós fueron obligados mediante planes específicos a entregar al Estado su producción agrícola. Estas medidas trajeron como consecuencia una drástica caída en la calidad de vida de los campesinos y la producción agrícola.

 

Consolidación internacional e interna

Para evitar el aislamiento del régimen soviético, decidió la entrada de la Unión Soviética en la Sociedad de Naciones (1934), y la aproximación a Gran Bretaña y Francia. En política interior trató de eliminar cualquier tipo de oposición: entre 1936 y 1938 organizó procesos (procesos de Moscú) y deportaciones contra los principales mandos militares y contra toda oposición en el seno del Partido y del Estado. Basándose en los datos suministrados tras la perestroika, documentados por el Gulag, fueron detenidas más de 1 300 000 personas por motivos políticos. De ellas casi 700 000 fueron fusiladas. Durante su gobierno inició un controvertido programa para rusificar a las diferentes repúblicas de la URSS, enviando rusos a las distintas repúblicas soviéticas para que se casaran con los locales y así aumentar el porcentaje de rusos en la región.

 

Por otra parte, ya durante el primer período estalinista, antes incluso de la década de 1930, amplios sectores de la sociedad soviética aceptaron con optimismo los grandes avances de la Revolución. Rusia era el único país del mundo donde a las mujeres se les pagaba lo mismo que a los hombres por un trabajo similar. También en este primer período, existían grandes facilidades para obtener un divorcio o abortar.

 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Stalin fue visto como el gran líder que había conducido al pueblo soviético a la victoria en su lucha contra la Alemania nazi. A finales de la década de los años 40, el patriotismo ruso fue en ascenso debido a los éxitos propagandísticos. Por ejemplo, algunas invenciones y descubrimientos científicos fueron reclamados por la propaganda rusa. Ejemplos de ello son la máquina de vapor, reclamada por el padre y el hijo de la familia Cherepánov; la lámpara incandescente, por Yáblochkov y Lodyguin; la radio, por Popov; y el avión, por Mozhaiski. Continuaron sus políticas represivas (incluso en los territorios recién anexionados), pero nunca llegaron a los extremos de la década de 1930.

 

Internacionalmente, Stalin vio la consolidación del poder como un paso necesario para proteger a la Unión Soviética, rodeándolo de gobiernos amistosos, como un cordón sanitario contra posibles invasiones, mientras que Occidente buscó un modelo similar de protección contra la expansión comunista. Estas políticas condujeron a una estabilidad, donde el éxito de la influencia soviética dependería de la cooperación entusiasta de las naciones satélite.

 

Stalin había tenido la esperanza de que la retirada y la desmovilización de los Estados Unidos darían lugar a un aumento de la influencia comunista, especialmente en Europa. Cada una de las partes veía las acciones defensivas de la otra como provocaciones desestabilizadoras y estos dilemas de seguridad desgastaron las relaciones entre la Unión Soviética y sus ex aliados occidentales de la Segunda Guerra Mundial y dio lugar a un prolongado período de tensión y la desconfianza entre el Este y Occidente, conocido como la Guerra Fría (véase Telón de acero).

 

El Ejército Rojo terminó de manera exitosa la Segunda Guerra Mundial, ocupando gran parte del territorio que había sido ocupado anteriormente por los países del Eje.

 

En Asia, el Ejército Rojo invadió Manchuria en el último mes de la guerra y también tomó el control de Corea cerca de Paralelo 38. En China, Mao Zedong, del Partido Comunista de China, receptivo a recibir el apoyo soviético, derrotó al prooccidental y pro-estadounidense Partido Nacionalista Chino en la guerra civil china.

 

Los comunistas controlaban la mayor parte de China, mientras que los nacionalistas se refugiaron en un pequeño estado en la isla de Formosa (actualmente Taiwán). La Unión Soviética reconoció pronto las «hazañas» de Mao poco después de la fundación de la República Popular de China, que es considerada como un nuevo aliado. La República Popular reivindicó Taiwán, a pesar de que nunca ha celebrado su autoridad en la isla.

 

Las relaciones diplomáticas con China alcanzaron un punto culminante con la firma del Tratado Chino-Soviético de Amistad y Alianza en 1950. Ambos países proporcionaron apoyo militar a un nuevo Estado en Corea del Norte. En 1950, después de varios conflictos fronterizos, estalló la guerra entre el nuevo estado y los Estados Unidos y sus aliados de Corea del Sur, comenzando la guerra de Corea.

 

En Europa existían zonas de ocupación soviética, tanto en Alemania como en Austria. Hungría y Polonia estaban prácticamente ocupadas militarmente. Desde 1946 a 1948 fueron elegidos en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria gobiernos de coalición integrados por comunistas, así también los movimientos comunistas accedieron al poder en Yugoslavia y Albania.

 

Estas naciones se conocieron como el Bloque del Este o Bloque Comunista. Reino Unido y los Estados Unidos apoyaron la lucha contra los comunistas en la guerra civil griega y los soviéticos, sospechosos de apoyar a los comunistas griegos, aunque Stalin se abstuvo de involucrarse en Grecia, despidiendo a la circulación prematuramente. Albania siguió siendo un aliado de la Unión Soviética, pero Yugoslavia rompió con la Unión Soviética en 1948.

 

Ambas superpotencias vieron a Alemania como país clave. En represalia a la formación de la trizona occidental, Stalin decidió tomar medidas.

 

Gracias a la información del agente británico Donald Maclean y otros agentes de espionaje británicos y estadounidenses, Stalin era perfectamente conocedor de que los Estados Unidos no había procedido a la producción masiva de armas atómicas, de hecho, ni siquiera habían producido ninguna desde Nagasaki. Un gran número habría sido necesario para destruir a las fuerzas comunistas, ya fuera en Europa o el Lejano Oriente. Por lo tanto, ordenó un bloqueo en Berlín, que estaba bajo el dominio británico, francés, EE. UU. y la ocupación, a prueba de las potencias occidentales.

 

El bloqueo de Berlín fracasó debido a la masiva campaña de reabastecimiento aéreo, denominado Luftbrücke, llevado a cabo por las potencias occidentales. En 1949, Stalin reconoció la derrota y puso fin al bloqueo. Después de la formación de Alemania Occidental por la unión de las tres zonas occidentales de ocupación, los soviéticos declararon en 1949 Alemania Oriental país independiente, bajo un gobierno comunista.

 

Stalin originalmente apoyó la creación de Israel en 1948. La Unión Soviética fue uno de los primeros países en reconocer el nuevo país. Golda Meir llegó a Moscú como primer embajador de Israel en la Unión Soviética ese mismo año. Más tarde, cambió de opinión, oponiéndose a Israel y ordenando la disolución del Comité Judío Antifascista varios de cuyos miembros fueron luego detenidos y ejecutados durante la llamada «noche de los Poetas Asesinados».

 

En los últimos años de vida de Stalin, una de sus últimas grandes iniciativas de política exterior fue la nota de Stalin de 1952 para la reunificación alemana y la no intervención de las superpotencias en Europa central, pero el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos sospecharon de la propuesta y rechazaron la oferta.

 

A partir de 1950, la salud de Stalin, que ya tenía setenta años de edad, empezó a desmejorar. Su memoria fallaba, se agotaba fácilmente y su estado general empeoró. Vladímir Vinográdov, su médico personal, le diagnosticó una hipertensión aguda. Vinográdov propuso un tratamiento a base de medicamentos o inyecciones y recomendó a Stalin que abandonase o al menos redujese sus funciones en el Gobierno.

 

En octubre de 1952 se celebró el XIX Congreso del PCUS. En él, Stalin insinuó sus deseos no belicistas y no intervencionistas en el resto del mundo, tal y como ya habría publicado en su anterior nota. Sin embargo, Malenkov hizo un discurso oficial en el cual reafirmaba que para la Unión Soviética era vital estar presente en todos los conflictos internacionales apoyando las revoluciones socialistas. Por primera vez en muchos años, el Congreso apoyó las intenciones de Malenkov y no las de Stalin. Jean Paul Sartre afirma que Stalin, sin alterarse, clausuró el Congreso con un breve discurso cuyo epílogo fue: «¡Abajo los fomentadores de la guerra!»

Si bien este revés político era demasiado modesto como para amenazar su poder, tras el XIX Congreso Stalin tomó la determinación de reanudar las purgas. Su paranoia, adormecida tras la Segunda Guerra Mundial, aumentó tras recibir una carta de la doctora Lidia Timashuk, una especialista del Policlínico del Kremlin. En esta misiva, la doctora Timashuk acusaba a Vinográdov y a otros ocho médicos de origen judío de estar recetando tratamientos inadecuados a altos mandos del Partido y del Ejército, a fin de acabar con sus vidas. Sin esperar a recibir ninguna otra prueba, Stalin ordenó el arresto de los nueve médicos y aprobó que fuesen torturados hasta confesar. Dos de los acusados fallecieron durante los interrogatorios y los siete supervivientes acabaron firmando el texto que sus interrogadores pusieron sobre la mesa. Además, Stalin hizo publicar en el diario Pravda que los servicios de seguridad habían estado «torpes» en descubrir lo que bautizó como el «complot de los médicos», y que había sido él mismo quien lo había desactivado.

 

Stalin multiplicó en estas fechas sus apariciones en público, visitaba las sedes del partido, hablaba con responsables de los distintos departamentos y nunca dejaba traslucir sus pensamientos. A finales de enero de 1953 su secretario privado desapareció sin dejar rastro. Poco después, el 15 de febrero, el jefe de sus guardaespaldas fue ejecutado sumariamente en lo que se dijo había sido una «muerte prematura». Este comportamiento aterrorizó a los miembros del Politburó, sobre todo a los más veteranos, que quedaron convencidos de que una nueva purga estaba ya en marcha. A partir de aquí, existen dos versiones sobre la muerte de Stalin.

 

La primera de ellas, versión oficial y hasta ahora la más verosímil, relata que la noche del sábado 28 de febrero de 1953 Stalin celebró una reunión en la dacha de Kúntsevo con su círculo interno, formado por Beria, Malenkov, Nikita Jrushchov y Nikolái Bulganin. En dicho encuentro, los cinco hombres vieron una película y después disfrutaron de una tardía cena. Los invitados se retiraron a las cuatro de la madrugada, cuando Stalin se fue a dormir.

 

La otra versión, defendida por historiadores como Iliá Erenburg y Víktor Aleksándrov, indica que esta reunión no tuvo nada de amistoso. A ella habrían sido invitados también Lázar Kaganóvich y Voroshílov, que se habrían enzarzado en una discusión con Stalin, exigiéndole la liberación de los médicos. Supuestamente, Stalin respondió gritándoles que eran unos traidores. Los dos miembros del Politburó habrían roto entonces sus carnés del partido y Stalin, fuera de sí, habría abandonado la reunión para encerrarse en su dormitorio.

 

Sea como fuere, la realidad es que al día siguiente Stalin no salió de su cuarto y no llamó ni a los criados ni a los guardias. Nadie se atrevió a entrar en su habitación hasta que, sobre las diez de la noche del domingo 1 de marzo, su mayordomo abrió la puerta y lo encontró tendido en el suelo, vestido con la ropa que llevaba la noche anterior y sin apenas poder hablar. Se llamó a los miembros del Politburó, que lentamente fueron acudiendo a la dacha de Stalin, pero nadie llamó a un médico. Finalmente, pasadas veinticuatro horas, Beria hizo venir a algunos doctores que dictaminaron que Stalin había sufrido un ataque cerebrovascular y había caído fulminado.

 

La agonía de Stalin se alargó varios días más. En ocasiones abría los ojos y miraba furibundamente a quienes lo rodeaban. Se cuenta que en estos momentos Beria le cogía de la mano y le suplicaba que se recuperase, pero cuando volvía a desvanecerse lo insultaba y le deseaba una dolorosa muerte. El día 4 aparentó una súbita mejoría y una enfermera comenzó a darle de beber leche con una cuchara, lo que hizo que el enfermo señalase un cuadro que había sobre la cabecera de su cama, donde una niña daba leche a una oveja. En ese momento, sufrió un nuevo ataque y entró en coma. Los médicos que atendían a Stalin le practicaron reanimación cardiopulmonar en las diversas ocasiones en que se le detuvo el corazón, hasta que finalmente a las 22:10 del día 5 de marzo no consiguieron reanimarlo. Según algunos testigos, [¿quién?] los enfermeros siguieron esforzándose hasta que un lacónico Jrushchov dijo: «Basta, por favor… ¿No ves que está muerto?».

 

Andréi Gromyko, ministro de asuntos exteriores de la Unión Soviética entre 1957 y 1985, relató en sus memorias publicadas en 1989 sobre la muerte de Stalin:

Poco después de la muerte de Stalin, me encontraba en el despacho de Mólotov y me habló de los últimos momentos de Stalin. «Al enterarse de que Stalin no se encontraba bien, fueron a verle los miembros del Politburó. Lo cierto es que estaba muy grave. Un día, durante su enfermedad, estábamos junto a su lecho Malenkov, Jruschov, yo mismo y otros miembros del Politburó. Stalin, tan pronto se sumía en la semiinconsciencia como se recuperaba, pero ya no podía hablar. En un momento dado —prosiguió Mólotov — recobró la consciencia y abrió los ojos a medias. Al ver rostros conocidos señaló lentamente hacia la pared. Todos miramos hacia donde había señalado. En la pared había una fotografía de una niña dándole leche a un cordero con un cuerno. Con el mismo movimiento lento de su dedo, Stalin señaló hacia sí. Fue lo último que hizo. Cerró los ojos y ya no los volvió a abrir más. Los presentes lo tomaron como un ejemplo típico del ingenio de Stalin: el hombre moribundo se comparaba a sí mismo con un cordero. Jruschov describió los últimos momentos de Stalin prácticamente con las mismas palabras.

Andréi Gromyko, Memorias (1988)

 

Muchos años después de la caída de la Unión Soviética se han vuelto a estudiar las circunstancias que rodearon la muerte de Stalin. No faltan autores, como el historiador ruso Vladímir P. Naúmov o Jonathan Brent (catedrático de Historia en Yale), que afirman que fue envenenado por Beria, quien al poco de su muerte llegó a decir ante el Politburó: «Yo lo maté, lo maté y os salvé a todos», según relata el propio Nikita Jrushchov en sus memorias. Sin embargo, esta tesis nunca ha sido demostrada ni reconocida, como tampoco la del posible enfrentamiento final entre Stalin y el Politburó. De este modo, la causa oficial de su muerte sigue siendo un ataque cerebrovascular provocada por su hipertensión.

 

El cuerpo embalsamado de Iósif Stalin permaneció junto al de Lenin en el mausoleo de este desde su muerte en 1953 hasta el 31 de octubre de 1961, cuando fue retirado durante la campaña de desestalinización promovida por Nikita Jruschov y enterrado en la parte exterior de la necrópolis de la Muralla del Kremlin, detrás del mausoleo. Su tumba se encuentra entre las de Súslov y Mijaíl Kalinin. La estatua que la corona es de un blanco algo más claro que la del resto de líderes del mausoleo y por su ubicación resulta visible la parte de la plaza Roja más próxima a la catedral de San Basilio.

 

Familia

La primera mujer de Stalin, Yekaterina Svanidze, murió en 1907, solo cuatro años después de su matrimonio. Tuvieron un hijo, Yákov Dzhugashvili, con el que Stalin no tuvo contacto desde la muerte de su madre.

 

Yákov intentó suicidarse disparándose, pero sin éxito, y sufriendo graves heridas. Montefiore afirma que en ocasión de esto Stalin comentó: «Ni siquiera puede dispararse bien». Yákov formó parte del Ejército Rojo y fue capturado por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania ofreció a Stalin intercambiarlo por el general alemán Friedrich Paulus, rendido en Stalingrado, pero el dirigente soviético no accedió, arguyendo que la Unión Soviética no canjeaba soldados por mariscales de campo. Yákov murió oficialmente abatido en una valla por los guardias que custodiaban el campo de concentración, intentando escapar. Algunas personas afirman que corrió hacia la valla para que los guardas lo matasen, pero esto no ha sido comprobado.

 

Su segunda mujer fue Nadezhda Allilúyeva, fallecida en 1932. La causa oficial de su muerte fue una grave enfermedad, pero es posible que se suicidase disparándose tras una discusión con Stalin. Juntos tuvieron un hijo, Vasili, y una hija, Svetlana. Vasili consiguió rangos militares en la Fuerza Aérea Soviética, muriendo a causa del alcohol en 1962. Svetlana abandonó la Unión Soviética en 1967 y murió en 2011 en los Estados Unidos de América.

 

La madre de Stalin, a cuyo funeral no asistió él, murió en 1937. Se afirma que Stalin guardaba rencor a su madre por haberlo obligado a ingresar en el seminario.

 


 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/I%C3%B3sif_Stalin

 

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