Jorge Mario Bergoglio Papa Francisco
Jorge
Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de
1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del
matrimonio formado por Mario José Bergoglio (1908-1959) (contador, empleado en
el ferrocarril), nacido en Portacomaro, provincia de Asti, que tuvo que emigrar
de Italia debido al avance del fascismo; y Regina María Sivori (1911-1981), ama
de casa, nacida en Buenos Aires, hija también de inmigrantes procedentes del
Piamonte y Génova. María Elena Bergoglio es la única de sus hermanos todavía
con vida.
Durante
su infancia, Jorge Bergoglio creció en un hogar arraigado a los orígenes italianos
y católicos de su familia. Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936
en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos
Aires. Durante su infancia estudió en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los
Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía.
Tuvo
una estrecha relación con sus abuelos, especialmente con su abuela Rosa
Vasallo. El propio papa Francisco ha comentado que ha sido «la mujer que mayor
influencia» ha tenido en su vida. La periodista Lucía Capuzzi, basándose en
documentos y actas oficiales, y habiendo entrevistado personalmente a varias
personas que la conocieron y que convivieron con ella en el Piamonte y la
Liguria.
Posteriormente
estudió en la escuela secundaria industrial (ETN n.º 27) Hipólito Yrigoyen, en
la que se graduó como técnico químico, tras lo cual estuvo trabajando en el
laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados
a controlar la higiene de productos alimenticios. Ya en esa época sentía una
fuerte vocación religiosa.
En
su juventud, una enfermedad hizo que fuese sometido a una operación quirúrgica
en la que le fue extirpada una porción de pulmón. A pesar de ello, según los
médicos, el tejido que le falta a su pulmón no tiene impacto significativo en
su salud. La única preocupación sería una disminución en la reserva de la
respiración si llegara a padecer una infección respiratoria.
Sacerdote
jesuita
Con
21 años, en 1957 decidió convertirse en sacerdote. Ingresó al seminario del
barrio Villa Devoto y al noviciado de la Compañía de Jesús. Después de dos años
de noviciado, culminó sus estudios en el juniorado Jesuita de Santiago de
Chile, ubicado en la casa de retiro de San Alberto Hurtado, donde ingresó al
curso de Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura,
latín y griego, bajo la instrucción del carismático Carlos Aldunate.
De
1964 a 1966 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la
Inmaculada de Santa Fe Cuando se encontraba en la Ciudad de Santa Fe, en el
año 1965, contó con la presencia del ilustre escritor argentino Jorge Luis
Borges quien dictó un seminario que tuvo como resultado final un libro llamado
"Cuentos Originales", una selección de ocho textos escritos por los
alumnos en el cursillo, cuyo prólogo estaba redactado por el propio Borges.
En
1966 Jorge Bergoglio y varios jesuitas de la Universidad del Salvador eran
directores espirituales de los jóvenes integrantes católicos que ingresaron a
la agrupación juvenil peronista Guardia de Hierro después de la Noche de los
Bastones Largos. Guardia de Hierro era una organización surgida durante la
Resistencia peronista con actividad política en varios frentes, que se disolvió
formalmente en 1974. De su relación con
Guardia de Hierro recibió ya iniciada la década de 1970, una considerable influencia
del pensamiento de la filósofa Amelia Podetti, respecto de cuya obra escribió
en 2006 el prólogo a su libro
Entre
1967 y 1970 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio
Máximo de San José, en el Partido de San Miguel. Allí recibió las enseñanzas
del teólogo jesuita Juan Carlos Scannone, fundador de la Filosofía de la
liberación y de la Teología del pueblo (corriente autónoma argentina de la
Teología de la liberación), que influirán profundamente en su pensamiento. Fue
ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, a los casi 33 años de edad.
Entre
1970 y 1971 realizó en la ciudad española de Alcalá de Henares la tercera
probación de su noviciado, la última prueba necesaria para ingresar
definitivamente en la Compañía de Jesús. En los años 1972 y 1973, fue maestro
de novicios en la residencia Villa San Ignacio, de Villa de Mayo.
El
31 de julio de 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo
que ocupó hasta 1979. Veinte días antes de su nombramiento como provincial, el
general de los jesuitas, Pedro Arrupe, le encargó transferir la administración
de la Universidad del Salvador de la Compañía de Jesús a una agrupación de
laicos, lo cual hizo confiando en personas que conocía en la agrupación Guardia
de Hierro. Por ello, en 1974 designó rector a Francisco José Piñón, quien
ejerció el cargo hasta 1980, y en los demás cargos a exintegrantes de Guardia
de Hierro.
En
1976 comienza una nueva dictadura militar en la Argentina en el marco de la
cual varios sacerdotes fueron víctimas de secuestros, torturas y muerte,
especialmente los vinculados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo,
al movimiento de curas villeros y a la teología de la liberación.
En
este escenario, Francisco, como provincial de los jesuitas, tuvo actuación en
el caso de la desaparición forzada y las torturas sufridas en la ESMA por los
sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, quienes realizaban tareas
sociales en las villas miseria de Buenos Aires, entrevistándose con los
dictadores Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera para exigir y lograr su
liberación. Bergoglio también organizó una red clandestina que organizaba la
huida hacia Brasil de opositores perseguidos por la dictadura, entre lo que se
encontraban Alicia Oliveira, tres seminaristas del obispo Enrique Angelelli, el
escritor Alfredo Somoza, los activistas sociales Sergio y Ana Gobulin, etc.
Bergoglio declaró dos veces como testigo en juicios por crímenes de lesa
humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado en las décadas de 1970 y
1980, en la megacausa ESMA —su declaración de tres horas fue filmada y hecha
pública— y en la causa conocida como "Plan Sistemático", donde se
investigó el secuestro y supresión de identidad de menores.
Desde
1980 hasta 1986, fue rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las
Facultades de Filosofía y Teología de esa casa de estudios, así como primer
párroco de la Parroquia del Patriarca San José, ubicada en el humilde barrio
San José del partido bonaerense de San Miguel.
Entre
1990 y 1992 Bergoglio fue destinado por la Compañía de Jesús a la ciudad de
Córdoba, viviendo en la Residencia Mayor que la orden posee en el centro de esa
ciudad. La transferencia de Bergoglio para que obre de sacerdote en Córdoba ha
sido considerado como una especie de castigo por los estudiosos de su vida y él
mismo ha definido ese momento como de «purificación interior» y «como una
noche, con alguna oscuridad interior».
Obispo
y cardenal
Luego
de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado
obispo titular de Oca (Auca, en latín)5253 el 20 de mayo de 1992, para
ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Fue consagrado
obispo el 27 de junio de 1992 en la catedral de Buenos Aires. Cuando la salud
de su predecesor en la Arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio
Quarracino empezó a debilitarse, Francisco fue designado arzobispo coadjutor de
la misma el 3 de junio de 1997. Al
fallecer Quarracino lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28
de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la
Argentina, y el de gran canciller de la Universidad Católica Argentina. El 6 de
noviembre de 1998 fue nombrado también ordinario para los fieles orientales
desprovistos de un ordinario de su propio rito en Argentina.
Durante
el consistorio del 21 de febrero de 2001, san Juan Pablo II lo creó cardenal
con el titulus de San Roberto Belarmino. El mismo Bergoglio, una vez investido
como papa y en el marco del consistorio del 22 de febrero de 2014 designó como
titular del mismo a su sucesor en el arzobispado porteño, el cardenal Mario
Aurelio Poli.
Como
cardenal formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para
el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la
Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Por
ser arzobispo de Buenos Aires también era miembro de la Conferencia Episcopal
Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos desde
noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011, no pudiendo ser reelegido una vez
más por no permitirlo el artículo 61 de los estatutos. El 8 de noviembre de
2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al
arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido
expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de
la Conferencia Episcopal. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano
(CELAM).
En
2005, el entonces cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia
Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los
seis miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos, que
fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio. Al mismo
tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye
mayoritariamente al régimen militar argentino. Las polémicas por la
legalización de los matrimonios homosexuales y el aborto, entre otros temas,
enfrentaron a Jorge Mario Bergoglio, primero con Néstor Kirchner y luego con su
esposa, la mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner, así como con
organizaciones políticas, sociales, de derechos humanos, feministas, LGTB y amplios
sectores de la población con posturas a favor de esas decisiones. Por estos
temas Bergoglio también se enfrentó con la mayoría de los obispos argentinos,
cuando sugirió la conveniencia de que la Iglesia católica propiciara la unión
civil de las personas homosexuales, postura que fue rechazada.
Como
arzobispo y cardenal, Bergoglio fue conocido por su humildad, conservadurismo
doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo
y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así
como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia
de sacerdotes en las villas (barrios marginales) Esto hizo que fuese conocido como «el Obispo
de los pobres».
El
sociólogo Fortunato Mallimaci indicó que «tuvo mucha presencia en actos contra
la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de
las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de
Once (2012)». Presidió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio
libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia.
Un
estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: vivía en
un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal, renunció a
su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocinaba su propia
comida. Disfrutaba de la ópera, el tango, y el fútbol; es hincha y socio
activo simple del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
En
2008, la cúpula de la Iglesia argentina tuvo un rol protagónico. En medio del
paro agropecuario patronal en Argentina de 2008, se había reunido con las
autoridades del agro. Bergoglio le había reclamado a Cristina Kirchner que
tuviera un “gesto de grandeza” que permitiera destrabar el tenso conflicto.
Es
también un apasionado lector de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges, además
de autores clásicos.
Bergoglio,
antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los
75 años, de acuerdo al Derecho canónico.Tenía previsto jubilarse una vez fuese
nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o
enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida
de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.
Cónclave
de 2005
Al
fallecer Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en
condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba
el entonces cardenal Bergoglio, considerado papable, y de quien se dice que
logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido, es
decir, el segundo lugar detrás del cardenal Joseph Ratzinger, quien fue elegido
y se convirtió en Benedicto XVI, 265.º papa hasta febrero de 2013.
Se
ha dicho que Bergoglio competía en número de votos con Ratzinger durante la
elección hasta que hizo una súplica emotiva pidiendo a los cardenales que no
votaran por él. Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto
para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici
Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión
reservada al sumo pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato
debe tomarse como mera especulación. Antes, había participado en el funeral de
san Juan Pablo II y actuado como regente junto al Colegio Cardenalicio,
gobernando la Santa Sede y la Iglesia católica durante el periodo de interregno
de la sede vacante.
Elección
al papado
Culminada
la histórica renuncia papal de Benedicto XVI y cerrada la sede vacante, se dio
comienzo el cónclave de 2013 en que se lo consideró a Jorge Bergoglio como un
candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia romana. A
pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados. Pero antes de que
se hiciese efectiva su renuncia, Benedicto XVI había tenido un gesto hacia
Jorge Mario Bergoglio: lo había designado como miembro de la Pontificia
Comisión para América Latina (CAL), lo que se interpretó como un mensaje
implícito de confianza.
Fue
el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien dio a conocer un
documento único con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio ante los cardenales
inmediatamente antes del cónclave. Este documento incluye cuatro puntos:
·
En el
primer punto expresó: «La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia
las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias
existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la
injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del
pensamiento, las de toda miseria».
·
En el
segundo párrafo caracterizó a la institución como una Iglesia
«autorreferencial», centrada en sí misma, una tendencia que enferma a la
institución.
·
En el
tercer punto, Bergoglio profundizó este problema. «La Iglesia, cuando es
autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia... y da lugar a
ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual».
·
En el
cuarto punto hizo un comentario sobre las características que él consideraba
debía tener un papa actual. El pontífice sería, explicó Bergoglio, «un hombre
que, desde la contemplación de Jesucristo... ayude a la Iglesia a salir de sí
hacia las periferias existenciales».
Elección
A
las 19:06 del 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de votaciones del segundo
día del cónclave, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Benedicto XVI.
Fue
el cardenal protodiacono Jean-Louis Tauran quien anunció desde el balcón
central de la Basílica de San Pedro la elección de Francisco con la fórmula en
latín:
"Annuntio
vobis Gaudium Magnum: Habemus Papam. Eminentisimun ac reverendisimum dominum,
dominum Giorgium Marium, Sancte Romane Eclesiae Cardinalem Bergoglio; qui sibi
nomen imposuit Franciscum" (que traducido al español significa: "Os
anuncio un gran gozo: ¡tenemos papa! El eminentísimo y reverendísimo señor don
Jorge Mario, de la Santa y Romana Iglesia cardenal Bergoglio, quien se ha
impuesto el nombre de Francisco").
Es
el primer papa de procedencia americana y el primero que no es nativo de
Europa, Oriente Medio o el norte de África. También destaca por ser el primer
pontífice no europeo desde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que
era de origen sirio. Además, es el primer papa perteneciente a la Compañía de
Jesús.
Tomó
el nombre de Francisco ―en ocasiones reproducido incorrectamente como Francisco
I―8y, en su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el
papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba «un camino», y
pidió a los fieles que rezaran «unos por otros para que haya una gran
fraternidad». «Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea
fructífero para la evangelización», añadió. Además, pidió una oración en
silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
Hermanos
y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a
Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del
mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de
Roma tiene a su obispo. Gracias. Y, ante todo, quisiera rezar por nuestro
obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo
bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y
ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de
Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de
fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por
nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran
fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual
me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la
evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición,
pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os
pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo,
pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de
vosotros por mí... Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad. (Bendición). Hermanos y
hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta
pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que
proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.
Tras
el nombramiento, cientos de fieles se congregaron ante la catedral
metropolitana de Buenos Aires para celebrar la elección y posteriormente se
celebró una misa en el templo con ese motivo.La elección del papa Francisco
fue también uno de los temas más comentados en las redes sociales, acaparando
en Twitter más de 130 000 mensajes por minuto; siendo hasta la fecha el segundo
evento con más repercusión en la historia de dicha red social, sólo superado
por los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012
en las que Barack Obama se proclamó ganador.
Tras
obtener la mayoría necesaria en la votación del cónclave, el cardenal Bergoglio
escogió el nombre de Francisco como su nombre pontifical en honor a san
Francisco de Asís, un santo italiano que en el siglo XIII fundó la Orden
Franciscana y que se caracterizó por su entrega a los pobres y su humildad
extrema. Algunos periodistas señalaron al respecto que su preferencia por este
nombre fue un signo de cómo quiere llevar a cabo su pontificado, y el papa
declaró posteriormente a la prensa que le gustaría «una Iglesia pobre y para
los pobres» al explicar el porqué de su opción por el nombre de Francisco de
Asís: «Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que
ama y custodia la Creación».
El
papa explicó distendidamente que después del cónclave le sugirieron algunos
nombres, como Adriano, por Adriano VI, un papa reformista; o Clemente, por
Clemente XIV, el papa que prohibió a los jesuitas, como una pequeña «venganza».
Sin embargo, optó por Francisco por unas palabras que le comentó el cardenal
brasileño Claudio Hummes, cuando estaba alcanzando la mayoría para ser elegido:
«No te olvides de los pobres».
Francisco
escogió como lema y escudo papales los mismos que tenía como obispo y cardenal.
Su lema, Miserando atque eligendo (‘Lo miró con misericordia y lo eligió’),
proviene de una homilía de san Beda el Venerable. El escudo tiene en su parte
superior el emblema de la Compañía de Jesús, es decir, el símbolo IHS (que es
un monograma de Jesús en griego) en su variante con una cruz, de gules, y los
clavos, de sable, sobre unos rayos solares de oro. En la parte inferior se
encuentran una estrella, símbolo de la Virgen María, y una flor de nardo, que
representa a san José, patrón de la Iglesia Universal, también de oro. La
diferencia con su escudo de cardenal, además de los cambios en los adornos
indicativos de jerarquía tradicionales en la heráldica eclesiástica (la mitra y
las dos llaves en vez del capelo) es que la estrella y la flor de nardo pasaron
de ser de oro en lugar de argén.
Títulos
y tratamientos
El
tratamiento oficial del papa es «Su Santidad el papa Francisco»; en latín,
Franciscus, Episcopus Romae (Francisco, obispo de Roma). Otro tratamiento
frecuentemente usado para los papas es Santo Padre.
Su
título completo, raramente usado, es: «Su santidad el papa Francisco, obispo de
Roma, vicario de Cristo, sucesor del príncipe de los Apóstoles, sumo pontífice
de la Iglesia Universal, primado de Italia, arzobispo y metropolita de la
provincia romana, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, siervo de los
siervos de Dios».
Cuando
se hace referencia a los papas, se acostumbra a traducir el nombre papal en los
idiomas locales. Así, es Franciscus en latín, Francesco en italiano, y
Francisco en español.
Papado
Primeros actos
El
14 de marzo de 2013, un día después de ser elegido, celebró su primera misa
como pontífice en la Capilla Sixtina. Lo hizo alternando latín e italiano sin
la ayuda de escritos, con un tono didáctico y gesticulando abundantemente.
Respecto a los asuntos que trató, hizo un llamamiento a proclamar el mensaje de
Jesucristo, para evitar ser considerados simplemente como una «ONG compasiva».
Además, destacó la necesidad de que la Iglesia se aleje de lo mundano
edificándose sobre el Evangelio y la piedra angular de Cristo, y no «como los
castillos de arena que hacen los niños que se derrumban fácilmente».
En
su segundo día de pontificado, el viernes 15 de marzo, recibió en audiencia a
todos los cardenales en la Sala Clementina de Palacio Apostólico de la Ciudad
del Vaticano. Francisco agradeció el apoyo recibido en el cónclave papal, y
alabó la labor realizada por su antecesor Benedicto XVI, del que dijo sentir
«una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con
su fe, sus conocimientos y su humildad». También manifestó que «todos nosotros
vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y
para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia».
El
sábado 16 recibió a los periodistas en audiencia en el Aula Pablo VI, a quienes
bendijo y agradeció por el trabajo realizado durante los días del cónclave. En
dicho acto el papa habló por primera vez desde que fue elegido en idioma
español: «Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son
creyentes, pero respetando la conciencia de cada uno, os doy mi bendición
sabiendo que cada uno de vosotros es hijo de Dios. ¡Qué Dios los bendiga!». Ese
mismo día restableció provisionalmente en su cargo a todos los miembros de la
Curia Romana cuyos puestos habían quedado suspendidos por la sede vacante, lo
cual efectuó donec aliter provideatur (‘hasta que se disponga lo contrario’).
El
domingo día 17 de marzo presidió el rezo del Ángelus desde el balcón del
apartamento papal del Palacio Apostólico, ante unas 150 000 personas. Durante
el rezo, habló de la «misericordia de Dios [...] que nunca castiga» y también
mencionó un libro escrito por el teólogo Walter Kasper. Ese día escribió su primer tuit: «Queridos
amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí». Antes
del rezo del Ángelus celebró una misa en la capilla de Santa Ana, y a la salida
saludó personalmente a todos los presentes.
El
18 de marzo Francisco recibió a la primera autoridad extranjera desde que es
papa. En concreto, fue visitado por su compatriota, en ese entonces la
presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. El encuentro duró cerca
de 20 minutos y fue seguido de un almuerzo. En la reunión, la presidenta pidió
al papa su intermediación para conseguir dialogar con el Reino Unido respecto
Crisis diplomática por la soberanía de las islas Malvinas en los años 2010.
También intercambiaron obsequios entre sí.
Inauguración
del pontificado
La
misa de inauguración del pontificado del papa Francisco tuvo lugar el 19 de
marzo de 2013, solemnidad de san José. A la ceremonia acudieron delegaciones
oficiales provenientes de 132 países del mundo; y líderes de otras confesiones
religiosas. Entre los representantes de otras denominaciones cristianas que
acudieron a dicha ceremonia se encontraba el patriarca de Constantinopla
Bartolomé I, un hecho insólito que no ocurría desde el Cisma de Oriente, hace
casi mil años.
Antes
de la misa, el papa se desplazó a bordo de un todoterreno blanco descubierto
-en vez del papamóvil blindado- entre la multitud y recorrió durante casi
veinte minutos la plaza de San Pedro. Francisco descendió en varias ocasiones
del vehículo para besar a niños y saludar a enfermos.
Durante
la ceremonia le fue colocado el palio y entregado el anillo del Pescador, que
no es de oro como era habitual, sino de plata dorada, y en su homilía,
Francisco habló del poder que otorgó Cristo a San Pedro: «Nunca olvidemos que
el verdadero poder es el servicio», afirmó, considerando la figura del papa
como alguien que «debe poner sus ojos en el servicio humilde» y «abrir los
brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con ternura y afecto a
toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más
pequeños». Como muestra de esta actitud de humildad, Francisco también dejó de
usar algunos elementos de la vestimenta de sus antecesores, como los zapatos
rojos —hechos por un zapatero a medida en el caso de Benedicto XVI— por unos de
color negro, comunes; rechazó también el uso del sobrepelliz y la muceta roja
así como el uso de la cruz pectoral de oro con incrustación de piedras
preciosas, reservada a los papas. En cambio, optó por una de plata que recibió
como regalo al ser electo obispo en Oca, en 1992.
Se
dirigió también a los gobernantes y a aquellos líderes en materia política,
económica o social, a quienes les pidió que fuesen custodios de la creación: de
las personas más débiles y del medio ambiente, recordando «que el odio, la
envidia y la soberbia ensucian la vida».
Unos
días antes a la inauguración, Francisco agradeció mediante una carta las
oraciones y las muestras de cariño recibidas por los fieles de Argentina, pero
les pidió expresamente que no acudiesen a la ceremonia de inicio de su
pontificado, sino que en su lugar destinasen el dinero del viaje a Roma para
realizar obras de caridad para los más necesitados.
La
ciudad de Buenos Aires, por su parte, decretó asueto escolar en la capital que
permitió a todos los alumnos y trabajadores de la educación pública y privada
seguir el inicio del pontificado al considerarlo como uno de los
«acontecimientos más importantes que se han producido a lo largo de toda la
Historia argentina», más allá de lo religioso. Antes de la misa de
inauguración, el papa Francisco realizó una llamada telefónica para agradecer a
los miles de fieles que se habían congregado para seguir la ceremonia, y que
participaban desde la noche anterior en una vigilia en la catedral.
El
23 de marzo el papa Francisco visitó a su predecesor, el papa emérito Benedicto
XVI, en Castel Gandolfo, a donde se desplazó en helicóptero. La visita, de tres
horas de duración, tuvo carácter privado. El actual y anterior pontífices
oraron juntos en una capilla dedicada a la Virgen de Częstochowa y, aunque
Benedicto quiso cederle un puesto preeminente, el recién elegido papa le pidió
que se sentase con él, alegando que «somos hermanos». Según el portavoz de la
Santa Sede, Federico Lombardi, Francisco regaló a su antecesor un icono de
Nuestra Señora de la Humildad, «en honor a la humildad demostrada» por el
anterior papa al presentar su renuncia. Posteriormente, tuvieron una reunión
privada en la biblioteca de la residencia papal, y comieron juntos antes del
regreso de Francisco a la Ciudad del Vaticano. Se trató de un hecho insólito ya
que nunca antes en la historia de la Iglesia se habían encontrado un papa y su
predecesor emérito.
Desarrollo
inicial del pontificado
Algunos
de los primeros actos públicos del pontificado de Francisco se desarrollaron en
el marco de la Semana Santa de 2013:
·
El
Domingo de Ramos, ante más de 250 000 personas, denunció, entre otras cosas,
las guerras, los conflictos económicos, el ansia de dinero y de poder, la
corrupción y los crímenes contra la vida humana y contra la Creación. Respecto
a la comunidad cristiana, les dijo que con Cristo se podía vencer el mal y les
pidió que «no sean personas tristes» y que no dejaran que nadie «les robe la
esperanza».
·
El
Jueves Santo lo inició con la llamada Misa Crismal, en la que anunció la
beatificación de varios mártires de la Segunda Guerra Mundial, la Europa
comunista y la Guerra Civil Española. Por la tarde tuvo lugar un acto inusual:
el papa realizó la misa en un reformatorio de menores, en vez de en la
tradicional Basílica de San Juan de Letrán. Allí lavó, secó y besó los pies a
doce reclusos, entre los que había dos mujeres, una de ellas de religión
musulmana.
·
El
Viernes Santo realizó una ceremonia en la basílica de San Pedro, en la que rezó
tumbado y en silencio ante un crucifijo desnudo. Más tarde participó en el
Viacrucis que se desarrolló entre el Coliseo y el Monte Palatino de Roma. Sus
reflexiones, escritas por jóvenes libaneses, giraron en torno a las injusticias
y la violencia en Oriente Próximo.
·
El
Domingo de Resurrección, el papa lanzó un mensaje de paz para todas las
regiones del mundo que se encontraban en situación de conflicto: Malí, Siria,
Corea, Israel y Palestina, etc. y dio la tradicional bendición Urbi et Orbi a
los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro de la Ciudad del
Vaticano.
El
6 de abril de 2013 hizo su primer nombramiento dentro de la Curia Romana al
encargar al fraile franciscano José Rodríguez Carballo el puesto de secretario
de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de
Vida Apostólica. Un mes después de su elección, el papa Francisco, tomando en
consideración una de las sugerencias que se expusieron durante las
congregaciones generales que precedieron al cónclave, constituyó un grupo de
cardenales que lo asesorarán en las tareas de gobierno de la Iglesia y le
ayudarán en la reforma de la constitución apostólica Pastor Bonus sobre la
Curia Romana. Dicho grupo está coordinado por Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga,
arzobispo de Tegucigalpa, y su secretario es Marcello Semeraro, obispo de
Albano.
El
9 de abril de 2013 se reunió con Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones
Unidas. Durante la visita, el papa aprovechó para manifestar el «aprecio por el
papel central de la ONU en la preservación de la paz en el mundo, en la
promoción del bien común y en la defensa de los derechos fundamentales del
hombre».
El
2 de mayo de 2013, Francisco recibió en la Ciudad del Vaticano a su predecesor,
Benedicto XVI, el cual se había trasladado en helicóptero desde el Castel
Gandolfo al Monasterio Mater Ecclesiae, su residencia definitiva. Esta es la
primera ocasión en la que un papa y su predecesor conviven dentro del Vaticano.
El
10 de mayo, Francisco fue visitado en la Ciudad del Vaticano por el Patriarca
de Alejandría, Teodoro II, en un intento de acercamiento recíproco «hacia la
unidad plena» del cristianismo. Con el deseo de que esa fecha fuera la primera
de una larga serie de encuentros, Teodoro II le propuso que se celebrara cada
año una fiesta del amor fraterno entre ambas Iglesias. Se trata de la segunda
ocasión en la que un papa católico y otro copto se reúnen desde el Cisma de
Oriente (año 1054).
Tras
los primeros meses de pontificado, las encuestas muestran que el papa Francisco
cuenta con un elevado índice de aprobación y ha mejorado la imagen de la
Iglesia católica. Algunos periodistas han señalado que una de las claves de la
aceptación del nuevo papa es su lenguaje claro y directo, que proporciona
titulares casi a diario contra la corrupción, la mundanidad o la ambición.
Pocas semanas después de su elección ya había aumentado tanto el número de
confesiones como la asistencia de los fieles a misa, lo que se denominó el
«efecto Francisco»; y según un estudio, numerosas personas que se habían
alejado de la Iglesia católica están acercándose nuevamente a ella.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_(papa)
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