Wilhelm Richard Wagner
Primeros
años
Wilhelm Richard Wagner
nació el 22 de mayo de 1813. Fue el noveno de los hijos de Carl Friedrich
Wagner (1770-1813), un modesto funcionario de policía que murió de tifus seis
meses después del nacimiento de Richard ,
y de Johanna Rosine. Tras el fallecimiento
de su padre, su madre comenzó
a vivir con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer, que había sido amigo de su
difunto marido. En agosto de 1814,
Johanna Rosine se casó
con Geyer y se trasladó
con su familia a su residencia en Dresde. Durante los primeros catorce años de su vida, Wagner
fue conocido como Wilhelm Richard Geyer. Wagner, más tarde, sospechó que Geyer era en
realidad su padre biológico,
y además especuló equivocadamente con que
podría ser judío.
La pasión de Geyer hacia
el teatro fue compartida por su hijastro, que empezó a tomar parte en las
actuaciones. En su autobiografía, Wagner recordó haber desempeñado en una
ocasión el papel de un ángel. Asimismo, el muchacho
quedó fuertemente
impresionado por los elementos góticos de El cazador furtivo de Carl Maria
von Weber. A finales de 1820, Wagner fue inscrito en la escuela Wetzel de
Possendorf, cerca de Dresde, donde recibió algunas lecciones de piano de su
profesor de latín. No era capaz de
realizar una escala correcta, pero prefería interpretar oberturas teatrales de
oído. Geyer murió en 1821, cuando Richard tenía ocho años. En consecuencia,
Wagner fue enviado a la Escuela de Gramática Kreuz en Dresde, cubriendo los
gastos el hermano de Geyer. El joven Wagner
alimentaba sus ambiciones como dramaturgo, constituyendo su primer esfuerzo
creativo una tragedia, Leubald (listada como WWV 1), que comenzó en la escuela
y que estaba fuertemente influida por Shakespeare y Goethe. Wagner, decidido a
musicarla, persuadió a su familia para que le permitiese tomar lecciones de
música.
En 1827, la familia
regresó a Leipzig. Wagner recibió sus primeras lecciones de armonía entre 1828
y 1831 con Christian Gottlieb Müller.
En enero de 1828 escuchó
por primera vez la Séptima
sinfonía de Beethoven y, a
continuación,
en marzo, la Novena sinfonía interpretada por la Gewandhaus. Beethoven se
convirtió en su inspiración y Wagner escribió una transcripción para piano de
la Novena. También estuvo muy impresionado por la
representación
del Réquiem de Mozart.
De este periodo datan las primeras sonatas para piano de Wagner y sus primeros
intentos con oberturas orquestales.
En 1829 vio a la soprano
dramática Wilhelmine Schröder-Devrient en escena y se convirtió en su ideal de
fusión de música y drama en la ópera. En su autobiografía, Wagner escribió: «Si
contemplo mi vida en retrospectiva como un todo, no puedo encontrar ningún
acontecimiento que produjera una impresión tan profunda en mí». Afirmó haber
visto a Schröder-Devrient en el papel de Fidelio; sin embargo, parece más
probable que viera su representación como Romeo en I Capuleti e i Montecchi de
Bellini.
Se matriculó en la
Universidad de Leipzig en 1831, donde se convirtió en miembro del
Studentenverbindung de Sajonia en Leipzig. También recibió lecciones de
composición con el cantor de la iglesia de Santo Tomás, Christian Theodor
Weinlig.
Weinlig estaba tan impresionado con la habilidad musical de su alumno que
rechazó cualquier remuneración por sus lecciones y
arregló la Sonata para piano en
si bemol de Wagner (lo que hizo que este se la dedicara) para que fuera
publicada como el opus n.º 1 del compositor. Un año después compuso su Sinfonía
en do mayor, una obra de influencia beethoveniana interpretada en Praga en 1832
y en la Gewandhaus de Leipzig en 1833.
También comenzó a trabajar en una ópera, Die Hochzeit (La
boda), pero abandonó la idea debido al desagrado de su hermana por el argumento
y nunca terminó dicha obra.
En 1833, su hermano
mayor, Karl Albert, le consiguió un puesto como director del coro de Wurzburgo.
Ese mismo año,
cuando tenía veinte años, compuso su primera ópera, Las hadas. Dicha obra, que
imitaba claramente el estilo de Carl Maria von Weber, no se estrenaría hasta
1884 en Múnich, poco después de su muerte.
Mientras tanto, Wagner
aceptó un breve cargo como director musical del teatro de la ópera de
Magdeburgo, durante el que compuso La prohibición de amar, ópera inspirada en Medida por medida de
William Shakespeare. Fue representada en Magdeburgo en 1836, pero clausurada
después de la primera
representación,
dejando al compositor (como llegaría a ser frecuente) con serias dificultades
financieras. En 1834, Wagner se había enamorado de la actriz Christine
Wilhelmine «Minna» Planer. Después del fracaso de La
prohibición
de amar, la pareja se trasladó
a Königsberg donde ella lo
ayudó a encontrar un trabajo en el teatro.
Se casaron en la ciudad el 24 de noviembre de 1836.
En junio de 1837, Wagner se trasladó a la ciudad de Riga, entonces parte del
Imperio ruso, donde se convirtió
en director musical de la ópera
local.
Tras algunas semanas, Minna abandonó a Wagner por otro hombre.
Poco después
ella regresó,
pero la relación
nunca se recompuso del todo y transcurrió penosamente durante las tres décadas siguientes.
Sumidos en deudas, los
esposos abandonaron Riga de manera furtiva en 1839 para escapar de sus
acreedores (las deudas acuciaron a Wagner durante la mayor parte de su vida).
Partieron hacia Londres y en el trayecto, con su perro terranova Robber, fueron
víctimas de una tormenta
que inspiró a Wagner El holandés errante, basada en una obra de Heinrich Heine.
Los Wagner vivieron una temporada en París, entre 1839 y 1842, donde Richard se
ganó la vida escribiendo artículos y reorquestando óperas de otros
compositores, en gran medida para la editorial Schlesinger. También completó su
tercera y cuarta ópera, Rienzi y El holandés errante, durante dicho periodo.
Su alivio por abandonar París
y trasladarse a Dresde lo mencionó en su Autobiographische Skizze (Esbozo
autobiográfico),
de 1842: «La primera vez que vi el Rin, con cálidas lágrimas en mis ojos, yo,
pobre artista, juré fidelidad a mi patria alemana».
En 1840, Wagner había
completado su ópera Rienzi. En gran medida gracias al apoyo de Giacomo
Meyerbeer, fue aceptada su representación en el Teatro de la
corte de Dresde (Hofoper) en el estado alemán de Sajonia. En 1842, se trasladó a la ciudad, donde se
estrenó la ópera con un éxito considerable el 20
de octubre. Wagner vivió en la ciudad sajona
durante los siguientes seis años, siendo finalmente contratado como director de
la Real corte sajona. Durante dicho periodo,
puso en escena El holandés
errante el 2 de enero de 1843 y Tannhäuser el 19 de octubre de 1845,
sus primeras obras maestras y dos de las tres de su periodo medio. También
frecuentó los círculos artísticos de la ciudad, donde conoció entre otros al
compositor Ferdinand Hiller y al arquitecto Gottfried Semper.
Su estancia en Dresde
terminó por la implicación de Wagner en un movimiento político de signo
izquierdista. En los estados alemanes independientes de la época, se estaba
haciendo fuerte un movimiento nacionalista, reclamando libertades
constitucionales y la unificación nacional alemana. Wagner representó un papel
entusiasta en el ala progresista de este movimiento, recibiendo invitados en su
casa como el anarquista ruso Mijaíl Bakunin y el editor radical August Röckel.
También le influyeron las ideas de Proudhon.
El descontento generalizado en Dresde llegó a su punto más alto en abril de
1849,
cuando el rey Federico Augusto II de Sajonia rechazó una nueva constitución. Estalló una insurrección en mayo, en la que
Wagner tuvo un papel menor. La incipiente revolución fue rápidamente sofocada por
una fuerza aliada de tropas sajonas y prusianas, emitiéndose órdenes de arresto
contra los revolucionarios. Wagner tuvo que huir, primero a París y después a
Zúrich, donde se estableció.
Wagner pasaría los doce
años siguientes en el exilio. Tras terminar Lohengrin, la última de sus óperas
de este periodo medio antes de la insurrección de Dresde, acudió
desesperadamente a su amigo Franz Liszt, a quien le pidió velar para que esta
ópera fuera representada en su ausencia. Así, Liszt dirigió en persona el
estreno en Weimar en agosto de 1850.
En la primavera de 1854,
Wagner conoció las obras del filósofo Arthur Schopenhauer, acontecimiento que
el compositor denominaría más tarde como el más importante de su vida.
En aquel tiempo, Wagner
se encontraba en una situación muy precaria, marginado del mundo musical
alemán, sin ingresos y con pocas esperanzas de poder representar las obras que
elaboraba. Antes de abandonar Dresde, había esbozado una obra que finalmente se
convertiría en el ciclo de cuatro óperas El anillo del nibelungo. Inicialmente
había escrito el libreto para una única ópera, Siegfrieds Tod (La muerte de
Sigfrido), en 1848. Después de llegar a Zúrich amplió la historia para incluir
una segunda ópera, Der junge Siegfried (El joven Sigfrido), explorando los
antecedentes del héroe. Completó el texto del ciclo escribiendo otros dos
nuevos libretos, para La valquiria y El oro del Rin. Además, revisó los
libretos anteriores de acuerdo con su nuevo concepto, completándolos en 1852.
Mientras tanto, su mujer, Minna, que había apreciado poco sus últimas óperas después de Rienzi, cayó paulatinamente en una
profunda depresión;
la salud de Wagner se resintió,
según Ernest Newman «en gran medida debido a
nervios sobreexcitados», lo cual dificultó que continuara componiendo.
Su principal producción
editorial publicada durante sus primeros años en Zúrich estaba formada por una
serie de destacados ensayos: La obra de arte del futuro (1849), escrito en el
que describe una visión de la ópera como Gesamtkunstwerk, u «obra de arte
total», en la que se unificaban varias artes tales como la música, la canción,
la danza, la poesía, las artes visuales y las escénicas; El judaísmo en la
música (1850), un ensayo dirigido contra los compositores judíos; y Ópera y
drama (1851), que describía la estética del drama que estaba usando para crear
las óperas del ciclo del Anillo.
Wagner comenzó a
componer El oro del Rin en noviembre de 1853, seguido inmediatamente por La
valquiria en 1854. Entonces comenzó a trabajar en la tercera ópera, llamada
Sigfrido, en 1856, pero solo terminó los dos primeros actos antes de decidir
dejar la obra a un lado para concentrarse en una nueva idea: Tristán e Isolda.
Wagner tenía dos fuentes
independientes de inspiración para Tristán e Isolda. La primera le llegó en
1854, cuando el poeta y amigo suyo Georg Herwegh le dio a conocer las obras del
filósofo Arthur Schopenhauer. Wagner lo denominaría más tarde como el
acontecimiento más importante de su vida.
Sus circunstancias personales facilitaron que se convirtiera a lo que él creía que era la filosofía de Schopenhauer, una
visión profundamente
pesimista de la condición humana. Mantendría su adhesión a Schopenhauer durante
el resto de su vida, incluso cuando mejoró su fortuna.
Una de las doctrinas de
Schopenhauer era que la música ostentaba el papel supremo entre las artes.
Afirmaba que la música es la expresión directa de la esencia del mundo, que es
una voluntad ciega e impulsiva. Wagner adoptó rápidamente dicha afirmación, que debió haber resonado con
fuerza a pesar de su contradicción con su anterior punto de vista,
expresado en Ópera
y drama, de que la música en la ópera tenía que estar al servicio del drama.
Los expertos en Wagner han discutido sobre esta influencia que Schopenhauer
causó en él para asignar un papel más predominante de la música en sus óperas
posteriores, incluyendo la última mitad del ciclo del Anillo, que aún tenía que
componer. Muchos aspectos de la doctrina del filósofo se encuentran sin
duda en los siguientes libretos del compositor. Por ejemplo, el abnegado
zapatero-poeta Hans Sachs en Los maestros cantores de Núremberg, generalmente
considerado el personaje más amable de Wagner es, aunque basada libremente en
un personaje histórico, una creación schopenhaueriana en su quintaesencia.
Su segunda fuente de
inspiración fue la poetisa y escritora Mathilde Wesendonck, la mujer del
comerciante de sedas Otto Wesendonck. Wagner conoció al matrimonio en Zúrich en
1852. Otto, un seguidor de la música del compositor, puso a su disposición una
casa de campo en su finca. Durante el transcurso de los siguientes cinco años, el compositor se fue
enamorando de la esposa de su patrón. Aunque parecía que Mathilde
correspondía
parte de sus sentimientos, esta no tuvo intención de poner en peligro su
matrimonio. Sin embargo, la relación inspiró al compositor para dejar a un lado
su obra sobre el ciclo del Anillo (que no retomaría hasta doce años más tarde)
y comenzó a trabajar en Tristán,
basada en la historia de amor artúrica entre Tristán e Isolda. Mientras
planeaba la ópera, Wagner compuso los Wesendonck Lieder, cinco canciones (lied)
para voz y piano que adaptaban poemas de Mathilde. Dos de estos arreglos fueron
explícitamente subtitulados por el compositor como «estudios para Tristán e
Isolda».
El difícil romance
finalizó en 1858, cuando Minna interceptó una carta de Wagner a Mathilde.
Tras la confrontación
resultante, Wagner abandonó
Zúrich en solitario, con
destino a Venecia. El año siguiente, se trasladó
una vez más a París para supervisar la producción de una nueva revisión de
Tannhäuser, estrenada gracias a los esfuerzos de la princesa Paulina de
Metternich. El estreno de esta versión en 1861 fue un fracaso total, debido a
disturbios causados por miembros del Jockey Club. Las siguientes
representaciones fueron canceladas y el compositor tuvo que abandonar
apresuradamente la ciudad.
En 1861 levantaron la
prohibición política que había sobre Wagner en Alemania después de haber huido
de Dresde. El compositor se estableció en Biebrich (Prusia),
donde comenzó
a trabajar en Los maestros cantores de Núremberg, idea que había tenido durante una
visita que había
realizado con el matrimonio Wesendonck a Venecia.
A pesar del estreno fallido de la versión de Tannhäuser de París, la
posibilidad de que El anillo del nibelungo nunca fuera terminada y la infeliz
vida personal que tenía en la época en la que la estaba escribiendo, esta ópera
es su única comedia madura.
Entre 1861 y 1864,
Wagner intentó producir Tristán e Isolda en Viena. A pesar de los numerosos
ensayos, la ópera
no fue representada y se ganó
la reputación
de ser «imposible», lo que incrementó los problemas
financieros del compositor. En 1862, el matrimonio
se separó definitivamente, aunque
él (o al menos sus
acreedores) continuó
manteniendo financieramente a Minna hasta su muerte en 1866. Wagner afirmó no estar capacitado
para viajar a su funeral debido a un «dedo inflamado».
Patrocinio
de Luis II
La carrera de Wagner
tomó un giro inesperado en 1864, cuando el rey Luis II de Baviera accedió al
trono a la edad de dieciocho años. El joven rey, que admiraba las obras de
Wagner desde su infancia, invitó al compositor a Múnich,
pagó sus cuantiosas deudas,
propuso la representación
de Tristán e Isolda, Los maestros
cantores de Núremberg
y la tetralogía
de El anillo del nibelungo y apoyó el desarrollo de nuevas óperas. Según Christopher McIntosh,
el rey Luis II fue conocido por sus tendencias homosexuales y habría tenido un
reprimido deseo por Wagner. Wagner también comenzó a escribir su
autobiografía,
Mein Leben, a petición
del rey.
Parece que fue significativo para Wagner que el mecenazgo del rey coincidiera
con el momento en que le llegaron noticias de la muerte de su supuesto enemigo
Meyerbeer, lamentando, con mal gusto, que «este maestro de ópera, que me había
hecho tanto daño, no viviera para ver este día».
A pesar de las graves
dificultades en los ensayos, la presentación de Tristán e Isolda el 10 de junio
de 1865 en el Teatro Nacional de Múnich, el primer estreno de Wagner en quince
años, fue un éxito. El director del estreno
fue Hans von Bülow,
cuya esposa Cósima
(hija de Franz Liszt) había dado a luz en abril a una hija, llamada Isolde, que
no era hija de Büllow sino de Wagner.
Cósima era 24 años más
joven que Wagner y ella misma era hija ilegítima de la condesa Marie d'Agoult,
que había abandonado a su marido por Franz Liszt. Este desaprobaba que su hija
viera a Wagner, aunque los dos hombres eran amigos.
El indiscreto episodio amoroso escandalizó a Múnich, y para empeorar las cosas, Wagner
cayó en desgracia entre los
miembros de la corte, que desconfiaban de su influencia sobre Luis II. En
diciembre de 1865, forzaron al rey a que pidiera al compositor que abandonara
la ciudad. Aparentemente también se planteó la posibilidad de
abdicar para seguir a su ídolo
al exilio, pero el compositor lo disuadió.
El rey instaló a Wagner
en Tribschen, en las cercanías de Lucerna.
En 1867 terminó
su ópera Los maestros
cantores de Núremberg,
que fue estrenada en Múnich
el 21 de junio del año
siguiente. En octubre, Cósima convenció finalmente a Hans von Büllow para que
le concediera el divorcio, pero no se materializó hasta después de que ella
tuviera dos hijos más con Wagner: una hija llamada Eva, después heroína de Los
maestros cantores, y un hijo llamado Siegfried, llamado así por el héroe de la
tetralogía del Anillo. Minna había muerto el año anterior, por lo que Richard y
Cósima podían casarse. La boda tuvo lugar el 25 de agosto de 1870.
El día de Navidad de ese año, Wagner le ofreció el poema sinfónico Idilio de Sigfrido
con motivo de su 33º cumpleaños.
El matrimonio con Cósima
duró hasta el final de su
vida.
Durante varios años, en
la década de 1870, el entonces joven filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche fue
un amigo muy próximo de los Wagner y asiduo visitante de su casa; la relación,
sin embargo, terminó en una violenta enemistad.
En 1875, la familia
Wagner fijó su domicilio en una villa de Bayreuth, a la que el compositor llamó
Wahnfried (Wahn significa «locura» y Friede significa «paz», en alemán).
Wagner, asentado en su
nueva vida doméstica, dedicó sus energías a completar su obra más ambiciosa: el
ciclo de cuatro óperas (un «prólogo» y tres «jornadas») que se conoce como El
anillo del nibelungo, al que dedicó más de veinticinco años de su vida. En
1869, Wagner volvió a la composición de Sigfrido, terminando el acto III en 1871.
El ocaso de los dioses fue compuesta entre 1869 y 1874. Por la insistencia de
Luis II, se realizaron «prestrenos especiales» de las dos primeras obras del
ciclo, El oro del Rin y La valquiria, en Múnich en 1869 y 1870,
pero Wagner quería
completar el ciclo para representarlo en un teatro de ópera nuevo y
especialmente diseñado.
En 1871, eligió la
pequeña ciudad de Bayreuth como ubicación de su nuevo teatro de ópera.
La familia se trasladó
allí el año siguiente y pusieron
la primera piedra del nuevo teatro, el Festspielhaus de Bayreuth. Para obtener
fondos para su construcción,
se formaron las «Asociaciones
Wagner» en varias ciudades
y el propio compositor comenzó
una gira por Alemania dirigiendo conciertos.
Sin embargo, solo obtuvieron los fondos necesarios después de que Luis II
realizara una cuantiosa donación en 1874.
El año siguiente, la familia
estableció
su domicilio de manera permanente en Bayreuth, en una mansión a la que Richard daría el nombre de Wahnfried
(Wahn significa «locura»
y Friede significa «paz», en alemán; Wahnfried podría traducirse como «paz tras
la locura»). Sin embargo, los gastos de Bayreuth y de
Wahnfried provocaron que Wagner buscara otras fuentes de financiación dirigiendo o aceptando
encargos como la Marcha del centenario para Estados Unidos.
El 13 de agosto de 1876
se estrenó el ciclo completo, una vez terminada la construcción del
Festspielhaus, y el teatro ha continuado siendo la sede
del Festival de Bayreuth desde entonces (salvo los paréntesis debidos a la
Primera y Segunda Guerra Mundial). Desde 1973 el Festival es supervisado por la
Fundación Richard Wagner (Richard-Wagner-Stiftung), que incluye a varios
descendientes del compositor.89 Con esta obra, Wagner
ponía en práctica su concepto de «obra de arte total»
(Gesamtkunstwerk), en la que el drama, la música y las artes visuales se
combinaban armónicamente.
Últimos
años
Después del primer
Festival de Bayreuth, en 1877, Wagner comenzó a trabajar en su última ópera,
Parsifal. Tardó en componerla cuatro años, muchos de los cuales los pasó en
Italia por motivos de salud.
Completó Parsifal en
enero de 1882 y tuvo lugar un segundo Festival para el estreno de la nueva
ópera el 26 de mayo. En esta época
Wagner estaba gravemente enfermo, ya que había sufrido una serie de anginas de pecho
cada vez más
severas.
Durante la decimosexta y última
representación
de Parsifal, el 29 de agosto, entró en secreto en el foso de la orquesta
durante el tercer acto, tomó la batuta del director Hermann Levi y dirigió la
representación hasta su final.
Después del Festival, la
familia Wagner viajó a Venecia para pasar el invierno. El 13 de febrero de
1883, Wagner falleció a causa de una crisis cardíaca en Ca' Vendramin Calergi,
un palazzo del siglo xvi en el Gran Canal. Su cuerpo fue repatriado e inhumado
en el jardín
de Wahnfried, su villa en Bayreuth.
Las dos piezas de su suegro, Franz Liszt, para piano solista tituladas La
lúgubre góndola evocan el paso de una góndola fúnebre cubierta de negro
portando a Wagner por el Gran Canal.
Primeros
años
Wilhelm Richard Wagner
nació el 22 de mayo de 1813. Fue el noveno de los hijos de Carl Friedrich
Wagner (1770-1813), un modesto funcionario de policía que murió de tifus seis
meses después del nacimiento de Richard ,
y de Johanna Rosine. Tras el fallecimiento
de su padre, su madre comenzó
a vivir con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer, que había sido amigo de su
difunto marido. En agosto de 1814,
Johanna Rosine se casó
con Geyer y se trasladó
con su familia a su residencia en Dresde. Durante los primeros catorce años de su vida, Wagner
fue conocido como Wilhelm Richard Geyer. Wagner, más tarde, sospechó que Geyer era en
realidad su padre biológico,
y además especuló equivocadamente con que
podría ser judío.
La pasión de Geyer hacia
el teatro fue compartida por su hijastro, que empezó a tomar parte en las
actuaciones. En su autobiografía, Wagner recordó haber desempeñado en una
ocasión el papel de un ángel. Asimismo, el muchacho
quedó fuertemente
impresionado por los elementos góticos de El cazador furtivo de Carl Maria
von Weber. A finales de 1820, Wagner fue inscrito en la escuela Wetzel de
Possendorf, cerca de Dresde, donde recibió algunas lecciones de piano de su
profesor de latín. No era capaz de
realizar una escala correcta, pero prefería interpretar oberturas teatrales de
oído. Geyer murió en 1821, cuando Richard tenía ocho años. En consecuencia,
Wagner fue enviado a la Escuela de Gramática Kreuz en Dresde, cubriendo los
gastos el hermano de Geyer. El joven Wagner
alimentaba sus ambiciones como dramaturgo, constituyendo su primer esfuerzo
creativo una tragedia, Leubald (listada como WWV 1), que comenzó en la escuela
y que estaba fuertemente influida por Shakespeare y Goethe. Wagner, decidido a
musicarla, persuadió a su familia para que le permitiese tomar lecciones de
música.
En 1827, la familia
regresó a Leipzig. Wagner recibió sus primeras lecciones de armonía entre 1828
y 1831 con Christian Gottlieb Müller.
En enero de 1828 escuchó
por primera vez la Séptima
sinfonía de Beethoven y, a
continuación,
en marzo, la Novena sinfonía interpretada por la Gewandhaus. Beethoven se
convirtió en su inspiración y Wagner escribió una transcripción para piano de
la Novena. También estuvo muy impresionado por la
representación
del Réquiem de Mozart.
De este periodo datan las primeras sonatas para piano de Wagner y sus primeros
intentos con oberturas orquestales.
En 1829 vio a la soprano
dramática Wilhelmine Schröder-Devrient en escena y se convirtió en su ideal de
fusión de música y drama en la ópera. En su autobiografía, Wagner escribió: «Si
contemplo mi vida en retrospectiva como un todo, no puedo encontrar ningún
acontecimiento que produjera una impresión tan profunda en mí». Afirmó haber
visto a Schröder-Devrient en el papel de Fidelio; sin embargo, parece más
probable que viera su representación como Romeo en I Capuleti e i Montecchi de
Bellini.
Se matriculó en la
Universidad de Leipzig en 1831, donde se convirtió en miembro del
Studentenverbindung de Sajonia en Leipzig. También recibió lecciones de
composición con el cantor de la iglesia de Santo Tomás, Christian Theodor
Weinlig.
Weinlig estaba tan impresionado con la habilidad musical de su alumno que
rechazó cualquier remuneración por sus lecciones y
arregló la Sonata para piano en
si bemol de Wagner (lo que hizo que este se la dedicara) para que fuera
publicada como el opus n.º 1 del compositor. Un año después compuso su Sinfonía
en do mayor, una obra de influencia beethoveniana interpretada en Praga en 1832
y en la Gewandhaus de Leipzig en 1833.
También comenzó a trabajar en una ópera, Die Hochzeit (La
boda), pero abandonó la idea debido al desagrado de su hermana por el argumento
y nunca terminó dicha obra.
En 1833, su hermano
mayor, Karl Albert, le consiguió un puesto como director del coro de Wurzburgo.
Ese mismo año,
cuando tenía veinte años, compuso su primera ópera, Las hadas. Dicha obra, que
imitaba claramente el estilo de Carl Maria von Weber, no se estrenaría hasta
1884 en Múnich, poco después de su muerte.
Mientras tanto, Wagner
aceptó un breve cargo como director musical del teatro de la ópera de
Magdeburgo, durante el que compuso La prohibición de amar, ópera inspirada en Medida por medida de
William Shakespeare. Fue representada en Magdeburgo en 1836, pero clausurada
después de la primera
representación,
dejando al compositor (como llegaría a ser frecuente) con serias dificultades
financieras. En 1834, Wagner se había enamorado de la actriz Christine
Wilhelmine «Minna» Planer. Después del fracaso de La
prohibición
de amar, la pareja se trasladó
a Königsberg donde ella lo
ayudó a encontrar un trabajo en el teatro.
Se casaron en la ciudad el 24 de noviembre de 1836.
En junio de 1837, Wagner se trasladó a la ciudad de Riga, entonces parte del
Imperio ruso, donde se convirtió
en director musical de la ópera
local.
Tras algunas semanas, Minna abandonó a Wagner por otro hombre.
Poco después
ella regresó,
pero la relación
nunca se recompuso del todo y transcurrió penosamente durante las tres décadas siguientes.
Sumidos en deudas, los
esposos abandonaron Riga de manera furtiva en 1839 para escapar de sus
acreedores (las deudas acuciaron a Wagner durante la mayor parte de su vida).
Partieron hacia Londres y en el trayecto, con su perro terranova Robber, fueron
víctimas de una tormenta
que inspiró a Wagner El holandés errante, basada en una obra de Heinrich Heine.
Los Wagner vivieron una temporada en París, entre 1839 y 1842, donde Richard se
ganó la vida escribiendo artículos y reorquestando óperas de otros
compositores, en gran medida para la editorial Schlesinger. También completó su
tercera y cuarta ópera, Rienzi y El holandés errante, durante dicho periodo.
Su alivio por abandonar París
y trasladarse a Dresde lo mencionó en su Autobiographische Skizze (Esbozo
autobiográfico),
de 1842: «La primera vez que vi el Rin, con cálidas lágrimas en mis ojos, yo,
pobre artista, juré fidelidad a mi patria alemana».
En 1840, Wagner había
completado su ópera Rienzi. En gran medida gracias al apoyo de Giacomo
Meyerbeer, fue aceptada su representación en el Teatro de la
corte de Dresde (Hofoper) en el estado alemán de Sajonia. En 1842, se trasladó a la ciudad, donde se
estrenó la ópera con un éxito considerable el 20
de octubre. Wagner vivió en la ciudad sajona
durante los siguientes seis años, siendo finalmente contratado como director de
la Real corte sajona. Durante dicho periodo,
puso en escena El holandés
errante el 2 de enero de 1843 y Tannhäuser el 19 de octubre de 1845,
sus primeras obras maestras y dos de las tres de su periodo medio. También
frecuentó los círculos artísticos de la ciudad, donde conoció entre otros al
compositor Ferdinand Hiller y al arquitecto Gottfried Semper.
Su estancia en Dresde
terminó por la implicación de Wagner en un movimiento político de signo
izquierdista. En los estados alemanes independientes de la época, se estaba
haciendo fuerte un movimiento nacionalista, reclamando libertades
constitucionales y la unificación nacional alemana. Wagner representó un papel
entusiasta en el ala progresista de este movimiento, recibiendo invitados en su
casa como el anarquista ruso Mijaíl Bakunin y el editor radical August Röckel.
También le influyeron las ideas de Proudhon.
El descontento generalizado en Dresde llegó a su punto más alto en abril de
1849,
cuando el rey Federico Augusto II de Sajonia rechazó una nueva constitución. Estalló una insurrección en mayo, en la que
Wagner tuvo un papel menor. La incipiente revolución fue rápidamente sofocada por
una fuerza aliada de tropas sajonas y prusianas, emitiéndose órdenes de arresto
contra los revolucionarios. Wagner tuvo que huir, primero a París y después a
Zúrich, donde se estableció.
Wagner pasaría los doce
años siguientes en el exilio. Tras terminar Lohengrin, la última de sus óperas
de este periodo medio antes de la insurrección de Dresde, acudió
desesperadamente a su amigo Franz Liszt, a quien le pidió velar para que esta
ópera fuera representada en su ausencia. Así, Liszt dirigió en persona el
estreno en Weimar en agosto de 1850.
En la primavera de 1854,
Wagner conoció las obras del filósofo Arthur Schopenhauer, acontecimiento que
el compositor denominaría más tarde como el más importante de su vida.
En aquel tiempo, Wagner
se encontraba en una situación muy precaria, marginado del mundo musical
alemán, sin ingresos y con pocas esperanzas de poder representar las obras que
elaboraba. Antes de abandonar Dresde, había esbozado una obra que finalmente se
convertiría en el ciclo de cuatro óperas El anillo del nibelungo. Inicialmente
había escrito el libreto para una única ópera, Siegfrieds Tod (La muerte de
Sigfrido), en 1848. Después de llegar a Zúrich amplió la historia para incluir
una segunda ópera, Der junge Siegfried (El joven Sigfrido), explorando los
antecedentes del héroe. Completó el texto del ciclo escribiendo otros dos
nuevos libretos, para La valquiria y El oro del Rin. Además, revisó los
libretos anteriores de acuerdo con su nuevo concepto, completándolos en 1852.
Mientras tanto, su mujer, Minna, que había apreciado poco sus últimas óperas después de Rienzi, cayó paulatinamente en una
profunda depresión;
la salud de Wagner se resintió,
según Ernest Newman «en gran medida debido a
nervios sobreexcitados», lo cual dificultó que continuara componiendo.
Su principal producción
editorial publicada durante sus primeros años en Zúrich estaba formada por una
serie de destacados ensayos: La obra de arte del futuro (1849), escrito en el
que describe una visión de la ópera como Gesamtkunstwerk, u «obra de arte
total», en la que se unificaban varias artes tales como la música, la canción,
la danza, la poesía, las artes visuales y las escénicas; El judaísmo en la
música (1850), un ensayo dirigido contra los compositores judíos; y Ópera y
drama (1851), que describía la estética del drama que estaba usando para crear
las óperas del ciclo del Anillo.
Wagner comenzó a
componer El oro del Rin en noviembre de 1853, seguido inmediatamente por La
valquiria en 1854. Entonces comenzó a trabajar en la tercera ópera, llamada
Sigfrido, en 1856, pero solo terminó los dos primeros actos antes de decidir
dejar la obra a un lado para concentrarse en una nueva idea: Tristán e Isolda.
Wagner tenía dos fuentes
independientes de inspiración para Tristán e Isolda. La primera le llegó en
1854, cuando el poeta y amigo suyo Georg Herwegh le dio a conocer las obras del
filósofo Arthur Schopenhauer. Wagner lo denominaría más tarde como el
acontecimiento más importante de su vida.
Sus circunstancias personales facilitaron que se convirtiera a lo que él creía que era la filosofía de Schopenhauer, una
visión profundamente
pesimista de la condición humana. Mantendría su adhesión a Schopenhauer durante
el resto de su vida, incluso cuando mejoró su fortuna.
Una de las doctrinas de
Schopenhauer era que la música ostentaba el papel supremo entre las artes.
Afirmaba que la música es la expresión directa de la esencia del mundo, que es
una voluntad ciega e impulsiva. Wagner adoptó rápidamente dicha afirmación, que debió haber resonado con
fuerza a pesar de su contradicción con su anterior punto de vista,
expresado en Ópera
y drama, de que la música en la ópera tenía que estar al servicio del drama.
Los expertos en Wagner han discutido sobre esta influencia que Schopenhauer
causó en él para asignar un papel más predominante de la música en sus óperas
posteriores, incluyendo la última mitad del ciclo del Anillo, que aún tenía que
componer. Muchos aspectos de la doctrina del filósofo se encuentran sin
duda en los siguientes libretos del compositor. Por ejemplo, el abnegado
zapatero-poeta Hans Sachs en Los maestros cantores de Núremberg, generalmente
considerado el personaje más amable de Wagner es, aunque basada libremente en
un personaje histórico, una creación schopenhaueriana en su quintaesencia.
Su segunda fuente de
inspiración fue la poetisa y escritora Mathilde Wesendonck, la mujer del
comerciante de sedas Otto Wesendonck. Wagner conoció al matrimonio en Zúrich en
1852. Otto, un seguidor de la música del compositor, puso a su disposición una
casa de campo en su finca. Durante el transcurso de los siguientes cinco años, el compositor se fue
enamorando de la esposa de su patrón. Aunque parecía que Mathilde
correspondía
parte de sus sentimientos, esta no tuvo intención de poner en peligro su
matrimonio. Sin embargo, la relación inspiró al compositor para dejar a un lado
su obra sobre el ciclo del Anillo (que no retomaría hasta doce años más tarde)
y comenzó a trabajar en Tristán,
basada en la historia de amor artúrica entre Tristán e Isolda. Mientras
planeaba la ópera, Wagner compuso los Wesendonck Lieder, cinco canciones (lied)
para voz y piano que adaptaban poemas de Mathilde. Dos de estos arreglos fueron
explícitamente subtitulados por el compositor como «estudios para Tristán e
Isolda».
El difícil romance
finalizó en 1858, cuando Minna interceptó una carta de Wagner a Mathilde.
Tras la confrontación
resultante, Wagner abandonó
Zúrich en solitario, con
destino a Venecia. El año siguiente, se trasladó
una vez más a París para supervisar la producción de una nueva revisión de
Tannhäuser, estrenada gracias a los esfuerzos de la princesa Paulina de
Metternich. El estreno de esta versión en 1861 fue un fracaso total, debido a
disturbios causados por miembros del Jockey Club. Las siguientes
representaciones fueron canceladas y el compositor tuvo que abandonar
apresuradamente la ciudad.
En 1861 levantaron la
prohibición política que había sobre Wagner en Alemania después de haber huido
de Dresde. El compositor se estableció en Biebrich (Prusia),
donde comenzó
a trabajar en Los maestros cantores de Núremberg, idea que había tenido durante una
visita que había
realizado con el matrimonio Wesendonck a Venecia.
A pesar del estreno fallido de la versión de Tannhäuser de París, la
posibilidad de que El anillo del nibelungo nunca fuera terminada y la infeliz
vida personal que tenía en la época en la que la estaba escribiendo, esta ópera
es su única comedia madura.
Entre 1861 y 1864,
Wagner intentó producir Tristán e Isolda en Viena. A pesar de los numerosos
ensayos, la ópera
no fue representada y se ganó
la reputación
de ser «imposible», lo que incrementó los problemas
financieros del compositor. En 1862, el matrimonio
se separó definitivamente, aunque
él (o al menos sus
acreedores) continuó
manteniendo financieramente a Minna hasta su muerte en 1866. Wagner afirmó no estar capacitado
para viajar a su funeral debido a un «dedo inflamado».
Patrocinio
de Luis II
La carrera de Wagner
tomó un giro inesperado en 1864, cuando el rey Luis II de Baviera accedió al
trono a la edad de dieciocho años. El joven rey, que admiraba las obras de
Wagner desde su infancia, invitó al compositor a Múnich,
pagó sus cuantiosas deudas,
propuso la representación
de Tristán e Isolda, Los maestros
cantores de Núremberg
y la tetralogía
de El anillo del nibelungo y apoyó el desarrollo de nuevas óperas. Según Christopher McIntosh,
el rey Luis II fue conocido por sus tendencias homosexuales y habría tenido un
reprimido deseo por Wagner. Wagner también comenzó a escribir su
autobiografía,
Mein Leben, a petición
del rey.
Parece que fue significativo para Wagner que el mecenazgo del rey coincidiera
con el momento en que le llegaron noticias de la muerte de su supuesto enemigo
Meyerbeer, lamentando, con mal gusto, que «este maestro de ópera, que me había
hecho tanto daño, no viviera para ver este día».
A pesar de las graves
dificultades en los ensayos, la presentación de Tristán e Isolda el 10 de junio
de 1865 en el Teatro Nacional de Múnich, el primer estreno de Wagner en quince
años, fue un éxito. El director del estreno
fue Hans von Bülow,
cuya esposa Cósima
(hija de Franz Liszt) había dado a luz en abril a una hija, llamada Isolde, que
no era hija de Büllow sino de Wagner.
Cósima era 24 años más
joven que Wagner y ella misma era hija ilegítima de la condesa Marie d'Agoult,
que había abandonado a su marido por Franz Liszt. Este desaprobaba que su hija
viera a Wagner, aunque los dos hombres eran amigos.
El indiscreto episodio amoroso escandalizó a Múnich, y para empeorar las cosas, Wagner
cayó en desgracia entre los
miembros de la corte, que desconfiaban de su influencia sobre Luis II. En
diciembre de 1865, forzaron al rey a que pidiera al compositor que abandonara
la ciudad. Aparentemente también se planteó la posibilidad de
abdicar para seguir a su ídolo
al exilio, pero el compositor lo disuadió.
El rey instaló a Wagner
en Tribschen, en las cercanías de Lucerna.
En 1867 terminó
su ópera Los maestros
cantores de Núremberg,
que fue estrenada en Múnich
el 21 de junio del año
siguiente. En octubre, Cósima convenció finalmente a Hans von Büllow para que
le concediera el divorcio, pero no se materializó hasta después de que ella
tuviera dos hijos más con Wagner: una hija llamada Eva, después heroína de Los
maestros cantores, y un hijo llamado Siegfried, llamado así por el héroe de la
tetralogía del Anillo. Minna había muerto el año anterior, por lo que Richard y
Cósima podían casarse. La boda tuvo lugar el 25 de agosto de 1870.
El día de Navidad de ese año, Wagner le ofreció el poema sinfónico Idilio de Sigfrido
con motivo de su 33º cumpleaños.
El matrimonio con Cósima
duró hasta el final de su
vida.
Durante varios años, en
la década de 1870, el entonces joven filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche fue
un amigo muy próximo de los Wagner y asiduo visitante de su casa; la relación,
sin embargo, terminó en una violenta enemistad.
En 1875, la familia
Wagner fijó su domicilio en una villa de Bayreuth, a la que el compositor llamó
Wahnfried (Wahn significa «locura» y Friede significa «paz», en alemán).
Wagner, asentado en su
nueva vida doméstica, dedicó sus energías a completar su obra más ambiciosa: el
ciclo de cuatro óperas (un «prólogo» y tres «jornadas») que se conoce como El
anillo del nibelungo, al que dedicó más de veinticinco años de su vida. En
1869, Wagner volvió a la composición de Sigfrido, terminando el acto III en 1871.
El ocaso de los dioses fue compuesta entre 1869 y 1874. Por la insistencia de
Luis II, se realizaron «prestrenos especiales» de las dos primeras obras del
ciclo, El oro del Rin y La valquiria, en Múnich en 1869 y 1870,
pero Wagner quería
completar el ciclo para representarlo en un teatro de ópera nuevo y
especialmente diseñado.
En 1871, eligió la
pequeña ciudad de Bayreuth como ubicación de su nuevo teatro de ópera.
La familia se trasladó
allí el año siguiente y pusieron
la primera piedra del nuevo teatro, el Festspielhaus de Bayreuth. Para obtener
fondos para su construcción,
se formaron las «Asociaciones
Wagner» en varias ciudades
y el propio compositor comenzó
una gira por Alemania dirigiendo conciertos.
Sin embargo, solo obtuvieron los fondos necesarios después de que Luis II
realizara una cuantiosa donación en 1874.
El año siguiente, la familia
estableció
su domicilio de manera permanente en Bayreuth, en una mansión a la que Richard daría el nombre de Wahnfried
(Wahn significa «locura»
y Friede significa «paz», en alemán; Wahnfried podría traducirse como «paz tras
la locura»). Sin embargo, los gastos de Bayreuth y de
Wahnfried provocaron que Wagner buscara otras fuentes de financiación dirigiendo o aceptando
encargos como la Marcha del centenario para Estados Unidos.
El 13 de agosto de 1876
se estrenó el ciclo completo, una vez terminada la construcción del
Festspielhaus, y el teatro ha continuado siendo la sede
del Festival de Bayreuth desde entonces (salvo los paréntesis debidos a la
Primera y Segunda Guerra Mundial). Desde 1973 el Festival es supervisado por la
Fundación Richard Wagner (Richard-Wagner-Stiftung), que incluye a varios
descendientes del compositor.89 Con esta obra, Wagner
ponía en práctica su concepto de «obra de arte total»
(Gesamtkunstwerk), en la que el drama, la música y las artes visuales se
combinaban armónicamente.
Últimos
años
Después del primer
Festival de Bayreuth, en 1877, Wagner comenzó a trabajar en su última ópera,
Parsifal. Tardó en componerla cuatro años, muchos de los cuales los pasó en
Italia por motivos de salud.
Completó Parsifal en
enero de 1882 y tuvo lugar un segundo Festival para el estreno de la nueva
ópera el 26 de mayo. En esta época
Wagner estaba gravemente enfermo, ya que había sufrido una serie de anginas de pecho
cada vez más
severas.
Durante la decimosexta y última
representación
de Parsifal, el 29 de agosto, entró en secreto en el foso de la orquesta
durante el tercer acto, tomó la batuta del director Hermann Levi y dirigió la
representación hasta su final.
Después del Festival, la
familia Wagner viajó a Venecia para pasar el invierno. El 13 de febrero de
1883, Wagner falleció a causa de una crisis cardíaca en Ca' Vendramin Calergi,
un palazzo del siglo xvi en el Gran Canal. Su cuerpo fue repatriado e inhumado
en el jardín
de Wahnfried, su villa en Bayreuth.
Las dos piezas de su suegro, Franz Liszt, para piano solista tituladas La
lúgubre góndola evocan el paso de una góndola fúnebre cubierta de negro
portando a Wagner por el Gran Canal.
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