Cleopatra
Los faraones ptolemaicos eran coronados por el sumo sacerdote de
Ptah en Menfis (Egipto), pero residían en Alejandría, ciudad multicultural y
mayoritariamente griega, establecida por Alejandro Magno de Macedonia. Hablaban
griego y gobernaban Egipto como monarcas griegos helenísticos, negándose a aprender el idioma egipcio nativo. Por el
contrario, Cleopatra hablaba varios idiomas antes de alcanzar la edad adulta y
fue la primera gobernante ptolemaica en aprender el idioma egipcio. Según Plutarco, también hablaba etíope, troglodita, hebreo (o arameo), árabe, sirio (tal vez siríaco), medo, parto y latín, aunque sus contemporáneos romanos quizás prefiriesen hablar con ella en su griego koiné nativo. Su
conocimiento de todos estos idiomas también reflejaba su deseo de restaurar los territorios del norte de África y Asia occidental que una vez pertenecieron al Reino
ptolemaico.
Primeros años
Cleopatra nació a principios del año 69 a. C. de la unión del
faraón reinante Ptolomeo XII y una madre sobre la que no hay certeza,
posiblemente la esposa de Ptolomeo XII Cleopatra VI Trifena
El tutor de infancia de Cleopatra fue Filóstrato, de quien
aprendió las artes de la oratoria y la filosofía griega. Durante su
juventud, presumiblemente estudió en el Museion (que incluía la Biblioteca de Alejandría).
Reinado y exilio de Ptolomeo XII
En 65 a. C. el censor romano Marco Licinio Craso argumentó ante el
Senado romano que Roma debía anexionar al Egipto ptolemaico, pero su proyecto
de ley y otro similar del tribuno Servilio Rulo en 63 a. C. fueron rechazados. Ptolomeo
XII respondió a la amenaza de una posible anexión ofreciendo remuneraciones y generosos obsequios a poderosos
estadistas romanos, como a Pompeyo durante su campaña contra Mitrídates VI de Ponto, o Julio César tras su elección como cónsul
romano en 59 a. C. El comportamiento derrochador de Ptolomeo XII lo llevó a la quiebra y se vio obligado a obtener préstamos del banquero romano Cayo Rabirio Póstumo.
En el año 58 a. C. los
romanos anexionaron Chipre a su imperio y, bajo acusaciones de piratería,
Ptolomeo de Chipre, hermano de Ptolomeo XII, decidió suicidarse en lugar de
exiliarse en Pafos. Ptolomeo XII
guardó
silencio público
sobre la muerte de su hermano, una decisión que, junto con la de ceder territorio
tradicionalmente ptolemaico a los romanos, dañó su credibilidad
entre los súbditos ya enfurecidos por sus políticas económicas.
Ptolomeo XII, ya fuera a la fuerza o voluntariamente, se exilió de Egipto viajando
primero a Rodas, luego a Atenas y finalmente a la villa del triunviro Pompeyo
en las colinas de Albanos, cerca de Palestrina, Italia, donde pasó casi un año en las afueras de
Roma, aparentemente acompañado por su hija Cleopatra, que por
entonces tenía
unos 11 años.
Berenice IV envió
una embajada a Roma para abogar por su derecho al reino y oponerse a la
restitución de su padre Ptolomeo XII, pero Ptolomeo asesinó a los líderes de la
embajada, un incidente que fue encubierto por sus poderosos partidarios
romanos. Cuando el Senado romano
negó
a Ptolomeo XII su petición
de una escolta armada y provisiones para su regreso a Egipto, decidió abandonar
Roma a finales del 57 a. C. y residir en el Templo de Artemisa en Éfeso.
Los financieros romanos
de Ptolomeo XII seguían decididos a restaurarlo al poder.
Pompeyo persuadió a Aulo Gabinio, el gobernador romano de Siria, a invadir
Egipto y restaurar a Ptolomeo XII, ofreciéndole 10 000 talentos para esta
misión. Aunque esto lo puso en desacuerdo
con la legislación
romana, Gabinio invadió
Egipto en la primavera del año 55 a. C. a través de la Judea asmonea, donde
Hircano II hizo que Antípatro de Idumea, padre de Herodes I el Grande,
abasteciera al ejército dirigido por los romanos. Para
entonces un joven oficial de caballería, Marco Antonio estaba bajo las órdenes
de Gabinio, y se distinguió al evitar que Ptolomeo XII masacrara a los
habitantes de Pelusio y por rescatar el cuerpo de Arquelao, el esposo de
Berenice IV, después de que lo mataran en la batalla, asegurándole un entierro
real apropiado. Cleopatra, por entonces
de unos 14 años de edad, habría viajado con la expedición romana a Egipto; años
más tarde, Antonio declararía que se había enamorado de ella en ese tiempo.
Gabinio fue llevado a
juicio en Roma por abusar de su autoridad. Aunque al principio fue absuelto, un
segundo juicio por aceptar sobornos lo condenó al exilio, del que fue repuesto
por César siete años más tarde, en el 48 a. C.
Craso lo reemplazó
como gobernador de Siria y extendió su mando provincial a Egipto, pero fue asesinado
por los partos en la batalla de Carras en 53 a. C.
Ptolomeo XII hizo ejecutar a Berenice IV y sus adinerados partidarios, apoderándose de sus
propiedades. Permitió
que los Gabiniani, la guarnición romana de Gabinio compuesta en gran
parte por germanos y galos, hostigara a la población en las calles de
Alejandría e instaló a su financiador romano Rabirio como su responsable de
finanzas.
Un año después, Rabirio
fue puesto bajo custodia protectora y enviado de regreso a Roma al ver que su
vida corría peligro por agotar los recursos en Egipto. A pesar de tales
problemas, Ptolomeo XII redactó un testamento designando a Cleopatra y
Ptolomeo XIII como sus coherederos, supervisó importantes proyectos
de construcción como el Templo de Edfu y un templo en Dendera y estabilizó la
economía. El 31 de mayo de 52 a. C., Cleopatra fue nombrada regente de Ptolomeo
XII, como lo indica una inscripción en el Templo de Hathor en Dendera.
Rabirio no pudo cobrar la totalidad de la deuda de Ptolomeo XII en el momento
de su muerte, por lo que la deuda pasó a sus sucesores Cleopatra y Ptolomeo
XIII.
Ascensión
al trono
Ptolomeo XII murió en
algún momento anterior al 22 de marzo de 51 a. C., cuando Cleopatra, en su
primer acto como reina, inició su viaje a Hermontis, cerca de Tebas, por el
descubrimiento de un nuevo Bujis, toro sagrado adorado como intermediario del
dios Montu en la religión del Antiguo Egipto.
Cleopatra tuvo que enfrentarse con varios problemas apremiantes y emergencias
poco después
de ascender al trono, como la hambruna causada por la sequía y un bajo nivel de la
inundación
anual del Nilo, así como el comportamiento anárquico de los Gabiniani, los
soldados de la guarnición dejada por Gabinio que quedaron en Egipto, ahora
desempleados y asimilados como romanos.
Heredera de las deudas de su padre, Cleopatra también le debía a la República Romana 17,5
millones de dracmas.
En 50 a. C., Marco
Calpurnio Bíbulo, procónsul de Siria, envió a sus dos hijos mayores a Egipto,
muy probablemente para negociar con los Gabiniani y reclutarlos como soldados
en la desesperada defensa de Siria contra los partos. Sin embargo, los
Gabiniani torturaron y asesinaron a ambos, tal vez alentados en secreto por
importantes administradores deshonestos de la corte de Cleopatra.
Cleopatra le envió
a Bíbulo
a los Gabiniani culpables como prisioneros esperando su juicio, pero este los
mandó de vuelta y la reprendió por interferir en su proceso indicándole que era
prerrogativa del Senado romano. Bíbulo, aliado de Pompeyo en la guerra
civil de la república,
no pudo evitar que César
consiguiera una flota naval en Grecia, lo que en última instancia permitió que
llegara a Egipto en persecución de Pompeyo, acelerando la victoria final de
César.
Para el 29 de agosto del
año 51 a. C., los documentos oficiales egipcios comenzaban a mencionar a
Cleopatra como única gobernante, prueba de que había rechazado a su hermano
Ptolomeo XIII como corregente.
Probablemente se había
casado con él,
de acuerdo con la costumbre,
pero no hay constancia escrita de ello.La
tradición
ptolemaica del matrimonio entre hermanos la introdujeron Ptolomeo II y su
hermana Arsínoe II; sus contemporáneos griegos aborrecían esa antigua práctica egipcia. Sin
embargo, para la época
del reinado de Cleopatra, se consideraba un arreglo normal entre gobernantes
ptolemaicos.
A pesar del rechazo de
Cleopatra, Ptolomeo XIII todavía conservaba poderosos aliados, especialmente el
eunuco Potino, su tutor durante su infancia, regente y administrador de sus
propiedades; además
de Aquilas, prominente comandante militar; y Teodoto de Quíos, otro de sus
tutores. Parece que Cleopatra intentó una alianza efímera con su hermano
Ptolomeo XIV, pero para el otoño del 50 a. C., Ptolomeo XIII había tomado la delantera en
el conflicto entre ellos y comenzado a firmar documentos con su nombre antes
que el de su hermana, seguido del establecimiento de su primera fecha de
reinado en el 49 a. C.
Asesinato
de Pompeyo
En el verano de 49 a.
C., Cleopatra y sus tropas seguían luchando contra Ptolomeo XIII en Alejandría,
cuando llegó Cneo Pompeyo, hijo de Pompeyo, en busca de ayuda militar para su
padre. Después de regresar a Italia
de las guerras en la Galia y cruzar el Rubicón en enero de 49 a. C.,
César había obligado a Pompeyo y
sus seguidores a huir a Grecia.
En lo que quizás
fue su último
decreto conjunto, tanto Cleopatra como Ptolomeo XIII aceptaron la petición de
Cneo Pompeyo y enviaron a su padre 60 barcos y 500 tropas, incluidos los
Gabiniani, acción que ayudó a borrar parte de la deuda con Roma. Al estar
perdiendo la lucha contra su hermano, Cleopatra se vio obligada a huir de
Alejandría y retirarse a la región de Tebas.
En la primavera de 48 a. C. viajó a la Siria romana con su hermana pequeña, Arsínoe IV, para reunir una
fuerza de invasión
para dirigirse a Egipto. Regresó con un ejército, pero su avance
hacia Alejandría fue bloqueado por las fuerzas de su hermano, incluidos algunos
Gabiniani movilizados para luchar contra ella, por lo que acampó a las afueras
de Pelusio, en el delta oriental del Nilo. En
Grecia, las fuerzas de César y Pompeyo se enfrentaron en la decisiva batalla de
Farsalia el 9 de agosto de 48 a. C., lo que provocó la destrucción de la mayor
parte del ejército de Pompeyo y su huida forzada a Tiro. Dada su estrecha
relación
con los ptolomeos, Pompeyo finalmente decidió refugiarse en Egipto, donde
podría reponer sus fuerzas.
Sin embargo, los consejeros de Ptolomeo XIII temían la posibilidad de que
Pompeyo usara Egipto como base en una prolongada guerra civil romana.
En una conspiración ideada por Teodoto, consejero de Ptolomeo, Pompeyo llegó en
barco cerca de Pelusio tras ser invitado mediante un mensaje escrito, solo para
ser emboscado y apuñalado hasta matarlo el 28 de septiembre de 48 a. C. Ptolomeo
XIII creyó que así había demostrado su poder y, al mismo tiempo, reduciría la
tensión haciendo que la cabeza de Pompeyo, cortada y embalsamada, se enviara a
César, que llegó a Alejandría a principios de octubre y se estableció en el
palacio real. César mostró pena e indignación por el asesinato de
Pompeyo y pidió
a Ptolomeo XIII y a Cleopatra que disolvieran sus fuerzas y se reconciliaran.
Relación
con Julio César
Ptolomeo XIII llegó a
Alejandría al frente de su ejército, en claro desafío a la exigencia de César
de disolver y abandonar su ejército antes de su llegada.
Cleopatra envió
emisarios ante César,
que supuestamente le dijeron que era proclive a tener aventuras con mujeres de
la realeza. Finalmente, decidió ir a Alejandría a verlo personalmente.
El historiador romano Dion Casio indica que lo hizo sin informar a su hermano,
vistiéndose para parecer lo más hermosa posible y cautivándolo con su ingenio.
El historiador griego Plutarco proporciona un relato completamente diferente y
tal vez imaginario que afirma que fue envuelta en un saco de dormir para entrar
oculta en el palacio y encontrarse con César.
Cuando Ptolomeo XIII
supo que su hermana estaba en el palacio para aliarse con César, intentó
levantar a la población de Alejandría en un motín, pero fue arrestado por
César, quien usó sus habilidades oratorias para calmar a la frenética multitud.
Posteriormente, llevó
a Cleopatra y Ptolomeo XIII ante el Consejo de Alejandría, donde César reveló
el testamento escrito de Ptolomeo XII —anteriormente en poder de Pompeyo—
nombrando a Cleopatra y Ptolomeo XIII como sus coherederos.
Más tarde, César trató de alcanzar un acuerdo
para que los otros dos hermanos, Arsínoe IV y Ptolomeo XIV, gobernaran juntos
Chipre, eliminando así posibles aspirantes al trono egipcio a la vez que
apaciguaba a los súbditos ptolemaicos, aún amargados por la pérdida de Chipre
ante los romanos en 58 a. C.
Considerando que el
acuerdo favorecía a Cleopatra más que a Ptolomeo XIII y que el ejército de 20
000 soldados de este último, incluidos los Gabiniani, podría derrotar al de
César de 4000 tropas sin apoyo, Potino decidió que Aquilas condujera sus
fuerzas a Alejandría para atacar a César y Cleopatra.
El asedio del palacio mantuvo a César y Cleopatra atrapados en su interior
hasta el año
siguiente, el 47 a. C. Cuando César hizo prisionero a
Potino y lo ejecutó,
Arsínoe
IV unió
fuerzas con Aquilas y fue declarada reina; poco después su tutor Ganímedes mató
a Aquilas y tomó su puesto como comandante de su ejército.
Entonces, Ganímedes
engañó
a César
solicitando la presencia del cautivo Ptolomeo XIII como negociador, solo para
que se uniera al ejército de Arsínoe IV.
En algún momento entre
enero y marzo de 47 a. C. llegaron los refuerzos de César, incluidos los
comandados por Mitrídates de Pérgamo y Antípatro de Idumea.
Ptolomeo y Arsínoe
retiraron sus fuerzas al Nilo, donde César los atacó. Ptolomeo intentó huir en
un bote, pero volcó y se ahogó.
Ganímedes
quizás
murió
en la batalla, a Teodoto lo encontró en Asia años después Marco Junio Bruto y
fue ejecutado, mientras que Arsínoe fue ostentosamente exhibida en el
triunfo celebrado por César en Roma antes de ser exiliada al Templo de Artemisa
en Éfeso. Cleopatra se mantuvo
llamativamente ausente de estos sucesos y permaneció en el palacio, muy
probablemente porque estuviese embarazada del hijo de César desde septiembre de
47 a. C.
El mandato de César como
cónsul había expirado a finales del 48 a. C., pero Antonio, uno de sus
oficiales, ayudó a conseguir su elección como dictador que duró un año, hasta
octubre de 47 a. C., lo que otorgaba a César autoridad legal para resolver la
disputa dinástica en Egipto. Tratando de evitar cometer el error de Berenice
IV, hermana de Cleopatra, de tener a un único soberano, César designó a su hermano de 12 años, Ptolomeo XIV, como
cogobernante de Cleopatra, de 22 años, en un matrimonio simbólico entre
hermanos, pero ella continuó viviendo en privado con César.
Se desconoce la fecha exacta en que Chipre volvió a estar bajo su
control, aunque sí
que ella tenía allí un gobernador en el año 42 a. C.
Se cree que César
realizó un crucero por el Nilo con Cleopatra para visitar los monumentos
egipcios, aunque puede tratarse
de un relato romántico
que refleja las tendencias posteriores del proletariado romano y no un hecho
histórico
real. El historiador Suetonio ofreció
considerables detalles sobre el viaje, como la utilización de la Thalamegos, la
gran embarcación de recreo construida por Ptolomeo IV, que durante su reinado
medía 91 m de longitud y 24 de altura y estaba equipada con comedores, camarotes
de lujo, santuarios sagrados y paseos a lo largo de sus dos cubiertas, un
auténtico palacio flotante.
César podría haber tenido interés en el crucero por el
Nilo debido a su fascinación por la geografía; estaba versado en las
obras de Eratóstenes y Piteas y tal vez quiso descubrir la fuente del río, pero
regresó antes de llegar a Etiopía.
César partió de Egipto
alrededor del abril de 47 a. C., supuestamente para enfrentarse a Farnaces II
del Ponto, hijo de Mitrídates VI, quien estaba causándole problemas a Roma en
Anatolia. Es posible que César, casado con la
prominente dama romana Calpurnia, también quisiera evitar ser visto junto con
Cleopatra cuando ella dio a luz a su hijo.
Dejó
tres legiones en Egipto, que después aumentó a cuatro, bajo el mando del
liberto Rufio para asegurar la débil posición de Cleopatra, aunque quizás
también para mantener sus actividades bajo control.
Cesarión, el hijo de
Cleopatra, potencialmente con César, nació el 23 de junio de 47 a. C. y
originalmente recibió el nombre de «Faraón César», como se conserva en una
estela del serapeum de Menfis. Tal vez debido a su matrimonio todavía sin hijos con
Calpurnia, César
mantuvo silencio público
acerca de Cesarión
(aunque tal vez aceptó su filiación en privado). Cleopatra, en cambio, hizo
repetidas declaraciones oficiales sobre la filiación de Cesarión, con César
como el padre.
Cleopatra y su
cogobernante nominal, Ptolomeo XIV, visitaron Roma en algún momento a finales
del año 46 a. C., presumiblemente sin Cesarión, y se les dio alojamiento en la
villa de César situada en el Horti Caesaris. Al igual que a su padre Ptolomeo
XII, César
otorgó
a Cleopatra y Ptolomeo XIV el estatus legal de «amigo y aliado del
pueblo romano»
(en latín:
socius et amicus populi Romani), de hecho, gobernantes vasallos leales a Roma.
Entre los visitantes de Cleopatra en la villa de César, al otro lado del Tíber, estuvo el senador
Cicerón,
quien la encontró
arrogante. Sosígenes
de Alejandría,
uno de los miembros de la corte de Cleopatra, ayudó a César en los cálculos del
nuevo calendario juliano, que entró en vigor en todo el orbe romano el 1 de
enero del año 45 a. C. El templo de
Venus Genetrix, construido en el foro de César el 25 de septiembre de 46 a. C.,
contenía una estatua de oro de Cleopatra (donde estuvo al menos hasta el siglo III
d. C.), asociando directamente a la madre del hijo de César con la diosa Venus,
madre de los romanos; de forma sutil, la estatua también unía a la diosa egipcia
Isis con la religión romana. Puede que César tuviera planes de construir un
templo dedicado a Isis en Roma, como lo aprobó el Senado un año después de su
muerte.
La presencia de
Cleopatra en Roma muy probablemente tuvo consecuencias en los eventos de las
lupercales celebradas un mes antes del asesinato de César; Antonio intentó colocar una diadema
real en la cabeza de César,
que este rechazó
en lo que probablemente fue una escenificación organizada, tal vez
para calibrar el estado de ánimo del público romano sobre la aceptación de una
monarquía al estilo helenístico.
Cicerón,
que estaba presente en el festival, preguntó burlonamente de dónde provenía la diadema, una
referencia obvia a la reina ptolemaica a la que aborrecía.
César fue asesinado en el
idus de marzo de 44 a. C., pero Cleopatra permaneció en Roma hasta mediados
de abril, con la vana esperanza de que Cesarión fuera reconocido como
el heredero de César.
Sin embargo, en su testamento nombró a su sobrino nieto Octavio como
principal heredero, quien llegó a Italia en la misma época en que Cleopatra
decidió partir hacia Egipto.
Unos meses más
tarde, Cleopatra hizo que Ptolomeo XIV muriera envenenado y proclamó corregente a su hijo
Cesarión.
Cleopatra
en la guerra civil de los liberatores
Octavio, Marco Antonio y
Lépido formaron el Segundo Triunvirato en el año 43 a. C., en el que fueron
elegidos por un período de cinco años para restaurar el orden en la República y
llevar ante la justicia a los asesinos de César (autoproclamados los
liberatores). Cleopatra recibió mensajes tanto de Cayo
Casio Longino, uno de los asesinos, como de Publio Cornelio Dolabela, procónsul
de Siria y partidario de César, solicitando ayuda militar.
Decidió
escribir a Casio con una excusa diciéndole que su reino se enfrentaba a
demasiados problemas internos, al tiempo que enviaba a Dolabela las cuatro
legiones que César había dejado en Egipto.
Sin embargo, estas tropas fueron capturadas por Casio en Palestina.
Mientras, Serapion, el strategos en Chipre de Cleopatra, desertó y se unió a Casio y le proporcionó barcos, por lo que Cleopatra
llevó su propia flota a Grecia para ayudar personalmente a Octavio y Marco
Antonio, pero sus barcos resultaron gravemente dañados en una tormenta
mediterránea y llegó demasiado tarde para participar en el lucha.
En el otoño
de 42 a. C., Marco Antonio derrotó a las fuerzas de los asesinos de César en la
batalla de Filipos en Grecia, lo que llevó al suicidio de Casio y Bruto.
A finales del 42 a. C.,
Octavio se había hecho con el control de gran parte de la mitad occidental de
la República romana y Antonio de la mitad oriental, con Lépido en gran medida
marginado. En el verano de 41 a.
C., Marco Antonio estableció su cuartel general en Tarso, en
Anatolia, y convocó
a Cleopatra en varias cartas, que ella rechazó hasta que el enviado de
Marco Antonio, Quinto Delio, la convenció para que fuera a verlo.
La reunión
le permitiría
a Cleopatra aclarar la idea errónea de que ella había apoyado a Casio
durante la guerra civil y abordar los intercambios territoriales en el Levante
mediterráneo, pero sin duda Marco Antonio también deseaba establecer una
relación personal y romántica con la reina. Cleopatra navegó por el río Cidno hasta Tarso en
la Thalamegos, hospedando a Marco Antonio y sus oficiales durante dos noches
con lujosos banquetes a bordo del barco. Cleopatra logró dejar limpio su nombre
como supuesta partidaria de Casio, argumentando que realmente había intentado ayudar a
Dolabela en Siria. También
convenció
a Marco Antonio para que ejecutara a su hermana Arsínoe IV, exiliada en Éfeso.
También
le entregaron al rebelde strategos en Chipre de Cleopatra para su ejecución.
Relación
con Marco Antonio
Cleopatra invitó a Marco
Antonio a venir a Egipto antes de partir de Tarso, lo que lo llevó a visitar
Alejandría en noviembre de 41 a. C.
Fue bien recibido por el pueblo de Alejandría, tanto por sus
acciones heroicas durante la restauración de Ptolomeo XII al poder como por
llegar a Egipto sin fuerzas de ocupación como había hecho César.
En Egipto, Antonio continuó disfrutando del lujoso estilo de vida
regio que había
presenciado a bordo del barco de Cleopatra atracado en Tarso. También hizo que sus
subordinados, como Publio Ventidio Baso, expulsaran a los partos de Anatolia y
Siria.
Cleopatra escogió
cuidadosamente a Marco Antonio como pareja para dar a luz más herederos, ya que
estaba considerado como la figura romana más poderosa tras el fallecimiento de
César. Con sus poderes como triunviro,
también disponía de amplia autoridad para restaurarle a Cleopatra antiguas
tierras ptolemaicas, que por entonces estaban en manos romanas. Si bien está claro que tanto Cilicia
como Chipre estaban bajo el control de Cleopatra el 19 de noviembre de 38 a.
C., la transferencia probablemente ocurrió antes, en el invierno de 41-40 a.
C., durante el tiempo que pasó con Marco Antonio.
En la primavera del año
40 a. C, Antonio salió de Egipto debido a problemas en Siria, donde su
gobernador Lucio Decidio Saxa fue asesinado y su ejército tomado por Quinto
Labieno, un antiguo oficial de Casio que ahora servía al Imperio parto.
Cleopatra le proporcionó
200 naves para su campaña
y como pago por sus territorios recién repuestos. No volvería a ver a Marco Antonio
hasta tres años después, pero mantuvieron correspondencia y hay documentos que
sugieren que mantuvo a un espía en su campamento. Hacia finales del año 40 a. C., Cleopatra
dio a luz a mellizos, Alejandro Helios y Cleopatra Selene II, a quienes Marco
Antonio reconoció como sus hijos.
Helios (en griego: Ἥλιος) 'el sol' y
Selene (Σελήνη) 'la luna', simbolizaban una nueva era de rejuvenecimiento
social, así como una indicación de que Cleopatra
esperaba que Marco Antonio repitiera las hazañas de Alejandro el Grande
conquistando a los partos.
La campaña parta de Marco
Antonio en el este se vio interrumpida por los acontecimientos de la guerra de
Perusia (41-40 a. C.), iniciada por su ambiciosa esposa Fulvia contra Octavio
con la esperanza de convertir a su marido en el líder indiscutible de Roma. Se
ha sugerido que Fulvia quiso separar a Antonio de Cleopatra, pero el conflicto
ya se había iniciado en Italia incluso antes de que Cleopatra se encontrara con
Antonio en Tarso. Fulvia y Lucio Antonio, el hermano de Marco Antonio,
finalmente fueron asediados por Octavio en Perusia (la actual Perugia) y luego
exiliados de Italia, tras lo cual ella murió en Sición en Grecia mientras
intentaba llegar hasta Antonio. Su repentina muerte condujo a la
reconciliación de Octavio y Antonio en Brindisium (hoy Bríndisi) en septiembre
de 40 a. C.; aunque este acuerdo consolidó el control de Antonio sobre los
territorios de la república romana al este del mar Jónico, también estipuló que
cediera Italia, Hispania y la Galia y se casara con la hermana de Octavio,
Octavia la Menor, una potencial rival para Cleopatra.
En diciembre del 40 a. C.,
Cleopatra recibió a Herodes en Alejandría como un huésped y refugiado
inesperado que huía de una situación turbulenta en Judea. Marco Antonio lo
había establecido allí como tetrarca, pero pronto estuvo en desacuerdo con
Antígono II Matatías, de la antigua dinastía de los Asmoneos, que había
encarcelado al hermano y compañero tetrarca de Herodes, Fasael, que fue
ejecutado cuando Herodes huyó hacia la corte de Cleopatra. Cleopatra intentó
concederle una asignación militar, pero Herodes la rechazó y viajó a Roma, en
donde los triunviros Octavio y Marco Antonio lo nombraron rey de Judea. Este
acto puso a Herodes en una trayectoria de colisión con Cleopatra, que deseaba recuperar
los antiguos territorios ptolemaicos que formaban parte de su nuevo reino.
La
relación entre Marco Antonio y Cleopatra quizás se resintió cuando no solo se
casó con Octavia, sino que también tuvo dos hijos con ella, Antonia la Mayor en
39 a. C. y Antonia la Menor en el 36 a. C., y trasladó su cuartel general a
Atenas. Sin embargo, la posición de Cleopatra en Egipto estaba asegurada. Su
rival Herodes estaba ocupado con una guerra civil en Judea que requería una
considerable ayuda militar romana, pero no recibió ninguna de Cleopatra. Puesto
que la autoridad de Marco Antonio y Octavio como triunviros había expirado el 1
de enero de 37 a. C., Octavia organizó una reunión en Tarentum, donde el
triunvirato se prolongó oficialmente hasta el año 33 a. C. Con dos legiones
otorgadas por Octavio y mil soldados cedidos por Octavia, Marco Antonio viajó a
Antioquía, donde hizo los preparativos para la guerra contra los partos.
Marco Antonio convocó a
Cleopatra a Antioquía para discutir asuntos urgentes, como el reino de Herodes
y el apoyo financiero para su campaña de Partia. Cleopatra llevó a sus
mellizos de tres años a Antioquía, donde su padre los vio por primera vez y
donde probablemente recibieron por primera vez sus sobrenombres Helios y Selene
como parte de los ambiciosos planes de Marco Antonio y Cleopatra para el
futuro. Para estabilizar el este, Marco Antonio no solo amplió los dominios de
Cleopatra, sino que también estableció nuevas dinastías gobernantes y
gobiernos clientes que le serían leales, aunque al final durarían más que él.
La expansión del reino
ptolemaico por parte de Marco Antonio mediante la renuncia a territorios
directamente controlados por los romanos fue explotada por su rival Octavio,
quien aprovechó el sentimiento público en Roma en contra del fortalecimiento de
una reina extranjera a expensas de su República.
Octavio fomentó
la versión
de que Antonio estaba descuidando a su virtuosa esposa romana Octavia, concediéndole
tanto a ella como a Livia Drusila, su propia esposa, privilegios
extraordinarios de sacrosantidad. Unos
50 años
antes, Cornelia, hija de Escipión el Africano, había sido la primera mujer
romana en tener una estatua en vida dedicada a ella. Ahora la seguían Octavia y
Livia, cuyas estatuas probablemente fueron erigidas en el foro de César para
rivalizar con las de Cleopatra, erigidas por César.
En 36 a. C., Cleopatra
acompañó a Marco Antonio al Éufrates en su viaje hacia la invasión del imperio
parto. Luego regresó a Egipto, quizás debido a su avanzado
estado de gestación.
En el verano de 36 a. C. dio a luz a Ptolomeo Filadelfo, su segundo hijo varón con Marco Antonio.
Antonio envió a Quinto
Delio como embajador ante Artavasdes II de Armenia en 34 a. C. para negociar
una posible alianza matrimonial entre la hija del rey armenio y Alejandro
Helios, hijo de Antonio y Cleopatra.
Al haber rechazado la propuesta, Antonio se dirigió con su ejército a Armenia, derrotó
a sus tropas y capturó al rey y a la familia real armenia y los llevó a
Alejandría, donde Antonio celebró un desfile militar imitando un triunfo
romano, vestido de Dioniso y entrando en la ciudad en un carro para entregar
los prisioneros reales a Cleopatra, que estaba sentada en un trono de oro sobre
una tarima de plata. La noticia de
este acontecimiento fue muy criticada en Roma por considerarlo de mal gusto y
una perversión
de los antiguos y tradicionales ritos y rituales romanos para disfrute de una
reina egipcia y sus súbditos.
En un acto celebrado en
el gimnasio de la capital poco después de las celebraciones, Cleopatra se
vistió como Isis y declaró que era «Reina de Reyes» y su hijo Cesarión, «Rey de
Reyes», mientras que Alejandro Helios fue declarado rey de Armenia, Media y
Partia, y Ptolomeo Filadelfo, de dos años, fue declarado rey de Siria y
Cilicia. Cleopatra Selene II
recibió
Creta y Cirene.
Antonio envió un informe a Roma
solicitando la ratificación de estas concesiones territoriales, hoy
conocidas como las Donaciones de Alejandría. Octavio quería divulgarlo con
fines políticos, pero los dos cónsules, ambos partidarios de Antonio, lo
censuraron para que quedara al margen del dominio público.
Caída
y muerte
Lucio Pinario, que fue
nombrado gobernador de Cirene por Marco Antonio, recibió la noticia de la
victoria de Octavio antes de la llegada de los mensajeros de Antonio.
Pinario hizo ejecutar a los mensajeros y luego desertó al bando de Octavio, a
quien entregó las cuatro legiones bajo su mando que Marco Antonio aspiraba
conseguir. Antonio estuvo a punto de suicidarse al enterarse de la noticia,
pero sus oficiales de estado mayor lo impidieron. En Alejandría construyó una pequeña casa aislada en la
isla de Faro, a la que llamó Timoneion, en honor al filósofo Timón de Atenas, famoso por
su cinismo y misantropía.
Herodes, que había
aconsejado personalmente a Antonio con posterioridad a la batalla de Accio que
debía traicionar a Cleopatra, viajó a Rodas para encontrarse con Octavio y
renunciar a su reinado por lealtad a Antonio. Impresionado por su franqueza y
sentido de la lealtad, Octavio le permitió mantener su posición en Judea, aislando
todavía más a Antonio y Cleopatra.
Tal vez Cleopatra comenzó
a ver a Antonio como una carga a finales del verano de 31 a. C., cuando se
disponía
a dejar Egipto a su hijo Cesarión.
Planeaba cederle su trono y trasladar su flota desde el Mediterráneo al mar
Rojo y luego zarpando hacia un puerto extranjero, quizás en la India, donde
podría pasar un tiempo recuperándose.
Sin embargo, estos planes no se llevaron a cabo cuando Malicos I, siguiendo el
consejo de Quinto Didio, gobernador de Siria nombrado por Octavio, quemó la
flota de Cleopatra en venganza por sus pérdidas en una guerra anterior contra
Herodes emprendida en gran medida por Cleopatra.
Por ello no tuvo otra opción que quedarse en Egipto y negociar con Octavio.
Aunque lo más
probable es que fue una información proveniente de la campaña de propaganda de
Octavio, se dijo que Cleopatra comenzó a probar la eficacia de varios venenos
con los prisioneros e incluso con sus propios sirvientes.
Cleopatra hizo que
Cesarión ingresara en la efebeia lo que, junto con la inscripción de una estela
de Coptos datada el 21 de septiembre del 31 a. C., demuestra que estaba
preparando a su hijo para convertirse en el único gobernante de Egipto.
Antonio también hizo que Marco Antonio Antilo, su hijo con Fulvia, se alistara
al mismo tiempo como efebo. Le enviaron mensajes por separado a Octavio, todavía apostado en Rodas,
aunque parece que Octavio solo contestó a Cleopatra.
Ella le solicitó
que sus hijos heredaran Egipto y que se le permitiera a Antonio vivir allí
exiliado, ofreciéndole dinero a Octavio en un futuro y enviándole en el acto
fastuosos regalos. Octavio le envió a su diplomático Tirso cuando ella
amenazó
con quemarse a sí
misma y a gran parte de su tesoro en el interior de una gran tumba que ya
estaba en construcción. Tirso debía aconsejarle que matara
a Antonio para que se le perdonara la vida, pero cuando Antonio sospechó de sus
intenciones, hizo azotarlo y lo envió de vuelta sin ningún acuerdo.
Tras largas
negociaciones que finalmente no dieron resultado, Octavio se dispuso a invadir
Egipto en la primavera del año 30 a. C.,
con parada en Ptolemaida, en Fenicia, donde su nuevo aliado Herodes aprovisionó a su ejército. Se dirigió al sur y pronto tomó Pelusio, mientras que
Cayo Cornelio Galo, marchando hacia el este desde Cirene, derrotó a las fuerzas
de Antonio cerca de Paraitonion. Octavio avanzó entonces hacia Alejandría, pero Antonio regresó y obtuvo una pequeña victoria sobre las
agotadas tropas de Octavio a las afueras del hipódromo de la ciudad.
Sin embargo, el 1 de agosto de 30 a. C. la flota naval de Antonio se rindió,
seguida por su caballería.
Cleopatra se escondió
en su tumba con sus asistentes de confianza, enviando un mensaje a Antonio
diciéndole que se había suicidado.
Desesperado, Antonio reaccionó ante esta situación apuñalándose en el estómago
y quitándose la vida, a los 53 años de edad.
Según
Plutarco, estaba todavía
moribundo cuando fue trasladado hasta Cleopatra en su tumba, y le dijo que
había muerto honorablemente y que ella podía confiar en el compañero de
Octavio, Cayo Proculeio, antes que en cualquier otra persona de su séquito.
Sin embargo, fue Proculeio quien penetró en su tumba usando una escalera y detuvo
a la reina, privándola de la posibilidad de quemarse con sus tesoros.
A Cleopatra se le permitió embalsamar y enterrar a Antonio en el
interior de su tumba antes de ser escoltada al palacio.
Octavio llegó a
Alejandría, ocupó el palacio y arrestó a los tres hijos más pequeños de
Cleopatra. Cuando se reunió con él, Cleopatra le dijo sin
rodeos «no seré exhibida en un triunfo» —en griego antiguo: οὑ
θριαμβεύσομαι, romanizado: ou thriambéusomai— que, según Livio, es una de las
pocas inscripciones de palabras exactas suyas.
Octavio le prometió
que la mantendría
con vida, pero no le dio ninguna explicación sobre sus planes futuros para su
reino. Cuando un confidente le informó que planeaba trasladarla a ella y a sus
hijos a Roma tres días
después,
optó
por el suicidio, ya que no tenía intención de ser expuesta en un
triunfo como su hermana Arsínoe IV.
No está
claro si el suicidio de Cleopatra en agosto de 30 a. C., a la edad de 39 años, tuvo lugar en el
palacio o en su tumba. Se dice que
estaba acompañada
por sus sirvientas Eira (Iras) y Carmión (Charmion), que también se quitaron la
vida. Octavio se enfureció por este desenlace, pero la enterró con ceremonial real
junto a Antonio en su tumba. El médico de Cleopatra, Olimpo, no explica la
causa de su muerte, aunque la creencia popular es que permitió que un áspid o
cobra egipcia la mordiera y envenenara.
Plutarco narra esta historia, pero luego sugiere que se usó un instrumento (κνῆστις
knêstis 'espina, púa, rallador') para introducir la toxina rascándose, mientras
que Dion dice que se inyectó el veneno con una aguja (βελόνη belónē) y Estrabón
aboga por algún tipo de ungüento.
No se encontró
ninguna serpiente venenosa con el cadáver, pero tenía pequeñas heridas punzantes en
el brazo que podrían
haber sido causadas por una aguja.
Cleopatra decidió en sus
últimos momentos enviar a Cesarión al Alto Egipto, tal vez planeando huir a
Nubia, Etiopía o la India.
Cesarión
pasó
a ser Ptolomeo XV, aunque durante solo 18 días hasta que es ejecutado
por orden de Octavio el 29 de agosto de 30 a. C., tras regresar a Alejandría
bajo la falsa idea de que le permitiría ser rey.
Octavio estaba convencido por el consejo del filósofo Ario Dídimo de que en el mundo
solo había
lugar para un César. Con la caída del reino ptolemaico, se estableció la provincia romana de
Egipto, marcando el final del periodo helenístico. En enero de 27 a.
C. Octavio fue nombrado Augusto («el venerado») y acumuló poderes constitucionales
que lo convirtieron en el primer emperador romano, iniciando la era del
Principado del Imperio romano.
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