Isabel Bowes-Lyon
Infancia
Isabel fue la menor y novena hija de
Claude Bowes-Lyon —más tarde 14.º conde de Strathmore y Kinghorne— y de Cecilia
Cavendish-Bentinck. Su madre era descendiente del primer ministro británico
William Cavendish-Bentinck, 3er. duque de Portland, y del gobernador general de
la India, Richard Wellesley, 1er. marqués Wellesley, hermano mayor de otro
primer ministro, Arthur Wellesley, 1er. duque de Wellington.
La ubicación de su nacimiento es
incierta, pero se presume que nació en la mansión de sus padres en Belgrave
Square, en los Jardines Grosvenor o en una ambulancia tirada por caballos
durante el trayecto al hospital. Como posible lugar
de su nacimiento también se ha mencionado la casa en Londres de
su abuela materna, Luisa Burnaby. Su nacimiento se
registró en Hitchin, Hertfordshire, cerca de la casa de campo de los
Strathmore, St. Paul's Walden Bury; también se dio como lugar de nacimiento en el
censo del año siguiente. De religión anglicana, fue
bautizada el 23 de septiembre de 1900 en la iglesia parroquial de Todos los
Santos y sus padrinos fueron su tía paterna lady Maud Bowes-Lyon y su prima, la
esposa de Arthur James. Según un censo de 1911,
continuaba viviendo en Hitchin.
Pasó gran parte de su infancia en St.
Paul's Walden, así como en el Castillo de Glamis, hogar ancestral del conde de
Glamis, en Angus, Escocia. Fue educada en casa
por una institutriz hasta la edad de ocho años y era aficionada a los deportes de
campo, los caballos y los perros. Cuando comenzó sus estudios en Londres, sorprendió a sus profesores
por iniciar un ensayo con dos palabras griegas del Anábasis de Jenofonte. Las
asignaturas en las que tenía mejor desempeño eran la literatura y la escritura.
Más adelante retomó sus estudios de forma privada con Käthe Kübler, una
institutriz judía alemana, y pasó el examen local de Oxford con honores a los
trece años de edad.
El día de su decimocuarto cumpleaños,
Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania. Su hermano Fergus, oficial en el
Regimiento Black Watch, murió en acción en Francia durante la Batalla de Loos
en 1915. Otro de sus hermanos, Michael, fue reportado como desaparecido el 28
de abril de 1917. Tres semanas después, la familia
descubrió que había sido herido y
capturado, y permaneció en un campo de prisioneros de guerra
durante el resto del conflicto bélico. Glamis se convirtió en una clínica de
reposo para soldados heridos e Isabel ayudó a brindar atención a los soldados14 junto con su madre y su hermana Rose. También colaboró durante la organización del rescate de los
enseres del castillo tras un grave incendio el 16 de septiembre de 1916.
Matrimonio con el
duque de York
El segundo hijo del rey Jorge V, Alberto
de York —«Bertie» para la familia— conoció a Isabel cuando eran niños, ya que
era amigo de sus hermanos mayores, y le propuso matrimonio por primera vez al
poco tiempo, en 1921, pero ella lo rechazó porque estaba temerosa de «nunca,
nunca más tener la libertad de pensar, hablar y actuar como siento que
realmente debería hacerlo». Cuando Alberto declaró que no se casaría con ninguna otra
mujer, su madre, la reina María, visitó el castillo de Glamis, la residencia
oficial de los condes de Strathmore y Kinghorne, para conocer a la joven. Quedó
convencida de que Isabel era «la única que podía hacer feliz a Bertie», pero se
negó a intervenir. Al mismo tiempo,
Isabel era cortejada por James Stuart, que fue escudero de Alberto hasta que
dejó el servicio del duque por un trabajo mejor remunerado en el negocio
petrolero estadounidense. Stuart era además descendiente de la
antigua familia real escocesa. También contaba entre sus pretendientes al príncipe Pablo de
Serbia.
En febrero de 1922, fue dama de honor en
la boda de María, hermana de Alberto, con el Vizconde de Lascelles. Al mes siguiente, Alberto le propuso
nuevamente matrimonio pero lo rechazó una vez más. Finalmente, en
enero de 1923, accedió a casarse con el duque a pesar de sus
dudas acerca de la vida dentro de la realeza. La libertad que tuvo Alberto para elegir a Isabel (pese a
ser un matrimonio desigual, al ser hija de un conde) se consideró un gesto a favor de
la modernización política; anteriormente se esperaba que los
príncipes se casaran con princesas de otras casas reales.
Contrajeron matrimonio el 26 de abril en
la Abadía de Westminster. Inesperadamente, durante el camino a la abadía,
Isabel puso su ramo de flores en la Tumba del Soldado Desconocido, gesto que desde entonces ha copiado cada
novia real, aunque las novias posteriores han optado por hacerlo en el camino
de regreso del altar. A partir de su matrimonio recibió el tratamiento de
Su Alteza Real la duquesa de York. Después de un desayuno
nupcial en el Palacio de Buckingham, preparado por el chef Gabriel Tschumi,
partieron en luna de miel a Polesden Lacey, una casa solariega en Surrey, y
luego se dirigieron a Escocia, donde Isabel se contagió de tosferina.
Duquesa de York
Después de una exitosa visita a Irlanda
del Norte en 1924, el gobierno laborista estuvo de acuerdo en que el matrimonio
podía visitar África Oriental desde diciembre de 1924 hasta abril de 1925. Este gobierno fue derrotado por los
conservadores en las elecciones generales de noviembre —hecho que Isabel
describió a su madre como «maravilloso»— y el gobernador general del Sudán
Anglo-Egipcio, Lee Stack, fue asesinado tres semanas después. A pesar de esto,
la gira siguió adelante y recorrieron Adén, Kenia, Uganda y Sudán, pero
evitaron Egipto debido a las tensiones políticas presentes en ese país.
Alberto tenía un tartamudeo que afectaba
su capacidad para pronunciar discursos y después de octubre de 1925, Isabel lo
ayudó a través de una terapia ideada por Lionel Logue, como quedó reflejado en
el filme El discurso del rey.
En 1926, la pareja tuvo su primera hija,
Isabel —Lilibet para la familia—, que en 1952 se convirtió en la reina Isabel
II. Su otra hija, Margarita, nació cuatro años después, en 1930.
En 1927, el matrimonio viajó a Australia
sin su hija para inaugurar la Casa del Parlamento en Canberra. Isabel estaba, en sus propias palabras,
«muy triste por dejar a su bebé». Su viaje por mar
los llevó a través de Jamaica, el
Canal de Panamá y el Océano Pacífico; la duquesa estuvo constantemente
preocupada por regresar con su hija, pero su viaje fue un éxito en términos de
relaciones públicas. Isabel dejó encantado al público en Fiyi,
cuando saludó a una larga lista de invitados oficiales. En Nueva Zelanda cayó enferma con un
resfriado y perdió algunos compromisos, pero disfrutó de la pesca local.
En el viaje de regreso a través de Mauricio, el Canal de Suez, Malta y
Gibraltar, su transporte, el HMS Renown, se incendió y debieron abandonar el
barco un poco antes de que el fuego quedara bajo control.
Abdicación de
Eduardo VIII y ascenso al trono
Véanse también: Crisis por la abdicación
de Eduardo VIII y Coronación de Jorge VI del Reino Unido e Isabel Bowes-Lyon.
El 20 de enero de 1936, el rey Jorge V
murió y su hijo mayor, el príncipe de Gales, se convirtió en su sucesor con el
nombre de Eduardo VIII. Jorge V había expresado sus reservas acerca de su hijo
mayor:
Ruego a Dios que mi hijo mayor nunca se
case ni tenga hijos, para que nada se interponga entre Bertie y Lilibet y el
trono.
Continuamente, Eduardo provocó una crisis
constitucional por su insistencia en casarse con la divorciada estadounidense
Wallis Simpson. Aunque legalmente podía hacerlo, como rey ocupaba el puesto de
gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, que en esa época no permitía
que las personas divorciadas volvieran a casarse. Los ministros creían que el
pueblo nunca aceptaría a Simpson como reina y le aconsejaban que no se casara.
Como monarca constitucional, Eduardo estaba obligado a aceptar el consejo de
los ministros.
Sin embargo, en lugar de abandonar sus
planes, el rey decidió abdicar en favor de su hermano Alberto, que subió al trono en su lugar de forma inesperada
el 11 de diciembre de 1936 y tomó el nombre de Jorge VI. El 12 de mayo de
1937, él e Isabel fueron
coronados en la fecha prevista para la coronación de Eduardo VIII. La corona de
la reina era de platino y estaba ornamentada con el diamante Koh-i-Noor.
En tanto, Eduardo y Simpson se casaron y
se convirtieron en el duque y la duquesa de Windsor. Mientras que él recibió el
tratamiento de Su Alteza Real, Jorge VI decidió negarle el mismo tratamiento a
la duquesa, decisión que su esposa apoyó. Se cita que Isabel
se refería a la duquesa como «esa mujer». Por su parte, la
duquesa se refería a Isabel como «Cookie» (Cocinerita).
Reina consorte
Visitas de Estado y giras reales
En el verano de 1938 aplazaron una visita
de Estado a Francia por tres semanas debido al fallecimiento de la madre de la
reina. En el lapso de dos semanas, el modista Norman Hartnell le diseñó un
ajuar de vestidos blancos debido a que no podía usar prendas de colores porque
se hallaba de luto. La visita de Estado
fue ideada para reforzar la solidaridad anglo-francesa frente a la agresión de
la Alemania nazi. La prensa francesa
elogió la actitud y el
encanto de la pareja real durante la visita tardía pero exitosa.
Sin embargo, la agresión nazi continuó y
el gobierno se preparó para la guerra. Tras la aprobación de los Acuerdos de
Múnich de 1938, con la intención de evitar el conflicto armado, el primer
ministro británico Neville Chamberlain fue invitado al balcón del Palacio de
Buckingham con los reyes, donde recibió la aclamación de una multitud de
simpatizantes. A pesar de que fue ampliamente popular entre el público en general, la
política de Chamberlain
frente a Hitler fue objeto de cierta oposición en la Cámara de los Comunes, lo que motivó al historiador John
Grigg a describir el comportamiento del rey en asociación tan destacada con un
político como «el acto más anticonstitucional realizado por un soberano
británico en el siglo XX». Sin embargo, los historiadores argumentan que el
monarca solo siguió el consejo de los ministros y actuó como
estaba constitucionalmente obligado a hacerlo.
En junio de 1939, la pareja recorrió
América del Norte con el objetivo de
reforzar el apoyo trasatlántico en caso de guerra y para reafirmar
la condición de Canadá como un reino con gobierno autónomo que
compartía monarca con Gran Bretaña. La gira los llevó a través de Canadá y de regreso,
pasaron por los Estados Unidos, donde visitaron a Franklin y Eleanor Roosevelt
en la Casa Blanca y en su residencia del valle del Hudson. De acuerdo a varias
publicaciones, durante uno de los primeros y repetidos encuentros de la pareja
real con el público, un veterano de la Segunda Guerra de los Bóer le preguntó a
Isabel: «¿Es usted escocesa o inglesa?», a lo que contestó: «Soy canadiense». La recepción que les dio el público de Canadá y los Estados
Unidos fue muy entusiasta y disipó cualquier sentimiento residual de que
Jorge e Isabel eran un sustituto menor de Eduardo. Por su parte, la primera dama dijo que
como reina era «perfecta, graciosa, informada, que dice lo correcto y de forma
amable, pero que ostenta un poco su realeza». Isabel definió esa visita al
primer ministro Mackenzie King como la «gira que nos preparó», y de ahí en adelante acostumbró regresar con
frecuencia a Canadá en visitas oficiales y privadas.
La Segunda Guerra
Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, los
reyes se convirtieron en símbolos de la determinación del Reino Unido para
luchar contra el fascismo. Poco después de la declaración de guerra, se
concibió el libro The
Queen's Book of the Red Cross, en el que contribuyeron cincuenta escritores y
artistas, el cual llevaba en la portada el retrato de la reina que fue
realizado por Cecil Beaton y se vendió con el objetivo de ayudar a la Cruz
Roja. Isabel se negó públicamente a
abandonar Londres o enviar a sus hijas a Canadá, incluso durante los bombardeos. Cuando
los ministros del gabinete le aconsejaron que se marchara, les contestó:
Las niñas no se van sin mí. Yo no voy a
dejar al Rey. Y el Rey nunca se irá.
Visitó tropas, hospitales, fábricas y
diversos lugares de Gran Bretaña que fueron víctimas de los bombardeos de las
fuerzas aéreas alemanas, en particular el East End, cerca de los muelles de
Londres. Sus visitas inicialmente provocaron hostilidad, le arrojaron basura y
fue objeto de las burlas de la multitud, en parte porque vestía con prendas
costosas, lo que la alejaba de aquellos que sufrían las privaciones causadas
por la guerra. Isabel explicaba
que si las personas venían a verla usando su mejores ropas, ella
debía corresponderles de
la misma forma; Norman Hartnell diseñó sus vestidos en colores suaves, nunca en
negro, tratando de representar «el arco iris de la esperanza». Cuando el mismo Palacio de Buckingham
recibió varios ataques
durante el apogeo de los bombardeos, afirmó:
Me alegro de que fuéramos bombardeados.
Me hace sentir que puedo mirar a las personas del East End a la cara.
Por razones de seguridad, los reyes
trabajaban durante el día en el Palacio de Buckingham, pero por la noche se
alojaban en el Castillo de Windsor, a unas 20 millas (32 km) al oeste del
centro de Londres, con sus hijas Isabel Margarita. El palacio había perdido
gran parte de su personal, que había ingresado en el ejército, y la mayoría de
las habitaciones se hallaban cerradas. Las ventanas estaban destrozadas por las
explosiones y tuvieron que ser clausuradas. Durante la Guerra de Broma, la
reina fue entrenada en el uso de un revólver a causa del temor de que hubiera una
invasión inesperada.
Debido a su efecto sobre la moral
británica, se dice que Hitler la calificó como «la mujer más peligrosa de
Europa». Sin embargo, antes del inicio de la contienda, tanto Isabel como su
marido, al igual que la mayoría del Parlamento y el pueblo británico, habían sido partidarios
del apaciguamiento y el primer ministro Neville Chamberlain creía, después de
la experiencia de la Primera Guerra Mundial, que había que evitar rotundamente
un nuevo conflicto. Después de la dimisión de Chamberlain, el rey le pidió a Winston
Churchill que formara un gobierno. Aunque inicialmente él y su esposa se
resistieron a apoyar a Churchill, en su momento llegaron a respetarlo y
admirarlo porque percibían su valor y solidaridad. En 1945, al finalizar la guerra,
Churchill fue invitado a asomarse al balcón del palacio en un gesto similar al
ofrecido a su predecesor.
Durante el transcurso del conflicto
bélico, su sobrino, John Patrick Bowes-Lyon, murió durante un combate en 1941 y
Andrew Elphinstone, otro de sus sobrinos, fue capturado y convertido en
prisionero de guerra. De los hermanos del rey, el duque de Kent, falleció en un
accidente aéreo el 25 de agosto de 1942, el duque de Gloucester fue nombrado
Gobernador General de Australia y el duque de Windsor, gobernador general de las
Bahamas.
Años de posguerra
En 1945, durante las elecciones generales
británicas, el Partido Conservador de Churchill fue derrotado por el Partido
Laborista de Clement Attlee. Los puntos de vista políticos de Isabel raras
veces se dieron a conocer, pero en una carta escrita en 1947 describe las
esperanzas de Atlee de «lograr un paraíso socialista en la
tierra» como débiles y,
presumiblemente, describe a aquellos que votaron por él como «pobre gente, la mayoría
medio educada y confusa. Realmente los amo». Woodrow Wyatt
pensaba que era «mucho más pro Conservadora que otros miembros de
la Familia Real», pero más tarde Isabel le
comentó: «Me gusta el viejo y
querido Partido Laborista». También le dijo a la
duquesa de Grafton: «amo a los comunistas». Después de seis años en el cargo, Attlee fue derrotado en
las elecciones generales británicas de 1951 y Churchill volvió al poder.
En 1947, Isabel y Jorge VI realizaron un
viaje por Sudáfrica junto a sus dos hijas y el 12 de mayo regresaron a
Inglaterra. El 9 de julio de
ese año se anunció el compromiso
matrimonial de la princesa Isabel con Felipe Mountbatten, cuya boda se celebró en noviembre y un año después nacería su primer hijo
Carlos. El recorrido de 1948 por Australia y Nueva Zelanda se suspendió debido
a que el estado de salud del rey se agravó: en marzo de 1949 tuvo una
intervención quirúrgica para mejorar la circulación en su pierna derecha. En el verano de 1951, la reina y sus
hijas cumplieron algunos compromisos públicos en lugar del rey, a quien en septiembre se le había diagnosticado cáncer de pulmón. Luego de que se le practicara una
resección pulmonar, pareció recuperarse, pero
nuevamente se alteraron los planes para el viaje a Australia y Nueva Zelanda,
por lo que decidió enviar en su lugar a la princesa Isabel y su esposo.
Reina madre. Viudez
El 6 de febrero de 1952, Jorge VI murió
mientras dormía a la edad de 56 años. Poco después, Isabel recibió el
tratamiento de Su Majestad la Reina Isabel, la Reina Madre. Este tratamiento
protocolario se adoptó porque el que le hubiera correspondido era muy similar
al tratamiento otorgado a su hija, que ahora era la reina Isabel II, aunque popularmente siempre fue llamada
la Reina Madre.
Quedó muy deprimida por la muerte de su
esposo, por lo que viajó a Escocia para descansar pero luego de una reunión con
el primer ministro Winston Churchill, terminó con su retiro y reanudó sus
funciones públicas. Con el tiempo llegó a estar tan ocupada como Reina Madre
como lo había estado de reina. En julio de 1953, emprendió su primer viaje al
extranjero después de la muerte del rey para colocar la primera piedra del
Colegio Universitario de Rodesia y Nyasalandia que actualmente es la Universidad
de Zimbabue en Mount Pleasant. Regresó en 1957 cuando fue
nombrada presidenta del Colegio y asistió a otros eventos en la región que fueron
programados deliberadamente para ser multirraciales. Durante la extensa gira de
su hija por la Mancomunidad de Naciones en 1953 y 1954, Isabel actuó como
consejera de Estado y cuidó de sus nietos Carlos y Ana.
Supervisó la restauración del Castillo de
Mey en la costa de Caithness en Escocia, donde acostumbraba «alejarse de todo»,
durante tres semanas en agosto y diez días en octubre de cada año. Inspirada por lord Mildmay, jockey
aficionado, desarrolló un gran interés por las carreras
de caballos, en particular por el salto de obstáculos, que continuó durante el resto de
su vida. Fue dueña de varios caballos que ganaron en
conjunto aproximadamente 500 carreras. Sus colores distintivos azul con rayas
beige fueron llevados por caballos como Special Cargo, ganador de la Copa de
Oro de Whitbread de 1984, y Devon Loch, que se detuvo espectacularmente justo
antes de llegar a la meta para ganar el Grand National de 1956. A pesar de que, contrario a los rumores,
nunca realizó apuestas, hacía que los comentarios llegaran
directamente a su residencia de Londres, Clarence House, para poder seguir las
carreras. Como coleccionista
de arte, adquirió obras de Claude Monet, Augustus Edwin
John y Carl Fabergé. En 1960, su segunda hija se casó con el fotógrafo y cineasta
Antony Armstrong-Jones, relación que mantendrían hasta 1978,
cuando se divorciaron.
En febrero de 1964, se le efectuó una
apendicectomía de emergencia, que le obligó a postergar una gira por Nueva
Zelanda, Australia y Fiyi hasta 1966. Para recuperarse,
realizó un viaje en crucero
por el Caribe a bordo del yate real Britannia. En diciembre de 1966, se sometió a una operación para extirpar un
tumor después de que se le detectara cáncer de colon. En 1982, fue trasladada a un hospital
para extraer, mediante cirugía, una espina de pescado de la garganta. En 1984, se le quitó un tumor cancerígeno del pecho en
una intervención quirúrgica y en 1986, fue
hospitalizada durante una noche por una segunda obstrucción gástrica.
En 1975, visitó Irán por invitación de
Mohamed Reza Pahlevi. El embajador británico y su esposa, Anthony y Sheila
Parsons, observaron que los iraníes estaban desconcertados por su costumbre de
hablarle a todo el mundo independientemente de su condición o importancia y
confiaban en que el séquito del Sha aprendería de la visita a prestar más
atención a la gente común. Cuatro años más tarde, el Sha fue
derrocado. Entre 1976 y 1984, hizo visitas anuales de verano a Francia, que estuvieron entre los 22 viajes
privados que realizó a Europa continental entre 1963 y 1992. Antes de la boda
de su nieto Carlos con lady Diana Spencer en 1981, y tras la muerte de esta última en 1997, la
Reina Madre —conocida por su encanto personal—, fue con diferencia
el miembro más popular de la Familia Real. Sus sombreros con
el ala hacia arriba y con grandes redes, además de sus vestidos con paneles drapeados,
se convirtieron en un distintivo de su estilo personal.
Centenario
En sus últimos años, la Reina Madre
adquirió popularidad por su larga vida y experiencia. Su nonagésimo cumpleaños,
que tuvo lugar el 4 de agosto de 1990, fue celebrado con un desfile el 27 de
junio con la participación de algunas de las trescientas organizaciones de las
que fue patrona. En 1995, estuvo
presente en los actos conmemorativos del 50.º aniversario del final de la
Segunda Guerra Mundial y además, tuvo dos operaciones: una para eliminar una
catarata en su ojo izquierdo y otra para reemplazar su cadera derecha. En 1998,
se le efectuó un reemplazo de la cadera izquierda, luego de que se
resbalara y cayera durante una visita a los establos de Sandringham House.
El 4 de agosto de 2000, la Reina Madre
celebró su centenario con una imponente ceremonia. En su residencia oficial,
Clarence House, el cartero de la reina le otorgó un telegrama escrito de su
hija Isabel, quien tradicionalmente envía cartas a todas aquellas personas que
alcanzan un siglo de vida. Luego, la banda de tres regimientos interpretó el
popular «Cumpleaños feliz» y se liberaron cinco millones de globos de colores.
Al mediodía, fue trasladada, junto a su nieto Carlos, en un carruaje abierto
para saludar a la multitud que se había congregado, de las cuales cerca de
quinientas personas habían acampado en Green Park para asegurarse un sitio en
la celebración, que fue vista a nivel mundial en televisión por 800 millones de
televidentes.
En noviembre de 2000, se rompió la
clavícula tras una caída, por lo que debió realizar algunos tratamientos para
la recuperación en su casa durante Navidad y Año Nuevo.
Por su 101.er cumpleaños, se realizó un
desfile del Primer batallón de la Guardia Galesa y de la banda musical de la
Guardia Granadera por el recinto de entrada de Clarence House. Pocos días antes, había padecido un cuadro
agudo de anemia, por el que se le debió efectuar una transfusión sanguínea. En diciembre de 2001, se fracturó la pelvis; aun así, pudo asistir a la
ceremonia en memoria de su marido el 6 de febrero del año siguiente y
escuchar de pie el himno nacional. Tan solo tres días
después, su hija menor, Margarita, murió de una apoplejía a la edad de 71 años. El 13 de febrero de 2002, la Reina Madre
se cayó y se hirió el brazo en
Sandringham House, motivo por el cual se debió dar aviso a una ambulancia y a un médico. A pesar de su caída, insistió en concurrir al
funeral de su hija en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor. La reina Isabel II y el resto de la
familia estaban muy preocupados por la Reina Madre, que debía viajar desde
Norfolk. Sin embargo, pidió que se la protegiera de la prensa de manera que no
se pudiera tomar ninguna fotografía de ella en silla de ruedas. Desde la muerte
de Margarita, el estado de salud de la Reina Madre declinó notablemente.
Fallecimiento
La Reina Madre falleció mientras dormía
en el Castillo de Windsor el 30 de marzo de 2002 a las 15:15 GMT con su hija
Isabel a su lado.1 Desde hacía cuatro meses,
padecía una bronquitis producto
de un resfriado. En el momento de su muerte a la edad de 101 años, era el miembro más longevo de la
historia de la Familia Real Británica. Este récord fue desplazado
el 24 de julio de 2003 por su cuñada, la princesa Alicia, duquesa de
Gloucester, quien murió a los 102 años el 29 de octubre de 2004.
Isabel plantó camelias en cada uno de sus
jardines y antes de que su ataúd fuera cubierto con la bandera de su estandarte
en Windsor para su funeral de Estado en Westminster Hall, un ramo de camelias
fue colocado en la parte superior del mismo. Más de 200 000
personas presenciaron su funeral en el Palacio de Westminster durante tres días. Los miembros de
la Household Cavalry y otras ramas de las fuerzas armadas hicieron guardia en
los cuatro extremos del catafalco. En un momento dado, cuatro de sus nietos, el
príncipe Carlos, el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y el vizconde de
Linley, montaron guardia a modo de una señal de respeto conocida como la
Vigilia de los Príncipes, un honor concedido solo una vez antes durante el
funeral de Estado del rey Jorge V.
En el día de su funeral, el 9 de abril,
el gobernador general de Canadá emitió una proclama en la que pidió a los
canadienses honrar su memoria ese día. En Australia, el gobernador general leyó
una nota en un servicio conmemorativo que se llevó a cabo en la Catedral de San
Andrés, en Sídney. Más de un millón de personas en
Londres ocuparon la zona externa de la Abadía de Westminster y 37 km desde el centro
de Londres hasta su lugar de descanso final, junto a los restos de su marido y
las cenizas de su hija Margarita en la Capilla Memorial del Rey Jorge VI, en la
Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor. De acuerdo a sus deseos, la corona que había permanecido encima
de su ataúd fue colocada en la Tumba del Soldado Desconocido, un gesto que hizo
eco del homenaje que rindió el día de su boda.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Isabel_Bowes-Lyon
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