Matilde Montoya
Datos biográficos
Matilde Montoya, fue educada como hija
única, tras la muerte de su hermana. Desde muy temprana
edad, Matilde comenzó a demostrar interés por el estudio, gracias
al apoyo y las enseñanzas que su madre le dio. Montoya terminó su educación escolar a los 12 años, y era demasiado
joven para entrar a la educación superior. Fue incitada por su familia
(principalmente por su madre) a estudiar ginecología y obstetricia.
Tras la muerte de su padre, Matilde se inscribió en la carrera de obstetricia y
partera, que dependía de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, y
realizó sus prácticas en el Hospital de San Andrés. Posteriormente, se vio
obligada a abandonar esa carrera, debido a las carencias económicas por las que
atravesaba su familia, y optó por inscribirse en la Escuela de Parteras y
Obstetras de la Casa de Maternidad, ubicada en las calles de Revillagigedo.
A la edad de 16 años, Montoya recibió el
título de partera; ejerció gran parte de esta profesión en Puebla hacia la
edad de 18 años. Trabajó, en sus comienzos,
como auxiliar de cirugía bajo la tutela de los doctores Luis Muñoz y Manuel Soriano.
Algunos médicos realizaron una campaña en su contra, al calificarla de «masona
y protestante». En Puebla, pidió su inscripción en la Escuela de
Medicina, presentó tesis de su recorrido profesional y
cumplió con el requisito de
acreditar las materias de Química, Física, Zoología y Botánica, con lo que aprobó
el examen de admisión.
Matilde Montoya decidió regresar con su
madre a la Ciudad de México, donde finalmente y por segunda vez solicitó su
inscripción en la Escuela Nacional de Medicina, y fue aceptada en 1882 por el
entonces director, el doctor Francisco Ortega, a los 24 años. Esta decisión estuvo llena de críticas y desacuerdos
por parte de múltiples personas; quienes apoyaban a Matilde fueron llamados «los montoyos». Se presentaron gran cantidad de
percances durante su estudio en la Facultad de Medicina, como el hecho de que
se le revalidaran las materias de latín, raíces griegas, matemáticas, francés y
geografía y se le permitiesen cursarlas en el Colegio de San Ildefonso, sede de
la Escuela Nacional Preparatoria. Tuvo el apoyo del entonces presidente
Porfirio Díaz. Recibió su título de la Facultad de Medicina de México en 1887.
Después, fue declarada médico de cirugía y obstetricia.
Defendió la tesis Técnicas de laboratorio
en algunas investigaciones clínicas. Durante sus estudios recibió apoyo
económico, que dejó de percibir cuando se tituló. El gobierno le otorgó una
mensualidad de 40 pesos y los gobernadores de Morelos, Hidalgo y Puebla le
asignaron pensiones útiles, aunque pequeñas. El general Terán, gobernador de
Oaxaca, la nombró recolectora de pus vacuno (para vacunación contra la viruela)
en esa capital con un sueldo de 30 pesos mensuales. En diversas ocasiones, el
presidente Díaz le proporcionó una cantidad, con la que adquirió libros de
texto o un estuche de cirugía. El 19 de agosto de 1891, registró ante el
Consejo Superior de Salubridad el título que la acreditaba como médico cirujana
que le fue expedido por la Junta Directiva de Instrucción Pública el 24 de
septiembre de 1887.
Legado de Matilde
Montoya
Matilde Montoya es considerada la primera
médico mexicana.
Creó la Sociedad Filantrópica y dentro de
sus actividades organizó, en 1890, un taller de costura destinado a obreras en
la casa número 305, junto al templo de San Fernando. En 1891, junto con las
señoras de la Sociedad «Luz y Trabajo», fundó la Escuela-Obrador: Luz y Trabajo
para hijas de obreras. Perteneció a la Sociedad Mexicana de Costureras «Sor
Juana Inés de la Cruz», de la que fue presidenta de hacienda para el periodo
1898-1899 y fue socia de número del Ateneo de Mujeres. En 1891, formaba parte
de la Liga Médica Humanitaria, asociación que reunió a médicos, dentistas,
parteras y farmacéuticos con el objetivo de establecer varios consultorios
médicos nocturnos, en los que gente sin recursos económicos pudieran encontrar
a toda hora de la noche médicos o parteras a precios módicos. Dictó algunas
conferencias. En 1907, la Liga Antialcohólica la invitó a hablar sobre los
estragos de la embriaguez.
En 1925, ella y Aurora Uribe fundaron la
Asociación de Médicas Mexicanas. Montoya logró que el término partera no se
usara de manera despectiva. Precisamente por
esto es que fue una de las mujeres más vitoreadas y una de las que más se hablaba en esta
época.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Matilde_Montoya
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