Samuel Beckett
Su obra es
fundamentalmente sombría y tendente al minimalismo y, de acuerdo con ciertas
interpretaciones, profundamente pesimista (hasta nihilista)
acerca de la condición
humana. De esta forma, con el tiempo sus libros se hicieron progresivamente más
crípticos y breves. Su pesimismo viene, sin embargo, atemperado por un
particular sentido del humor, entre negro y sórdido.
Según su traductora al
español, Antonia Rodríguez-Gago, «Beckett destruyó muchas de las convenciones
en las que se sustentan la narrativa y el teatro contemporáneo; se dedicó,
entre otras cosas, a desprestigiar la palabra como medio de expresión artística
y creó una poética de imágenes, tanto escénica como narrativa».
La obra de este autor se
estudia principalmente desde el punto de vista de la literatura y el teatro,
pero también de la filosofía, el psicoanálisis, la traductología, la música y
los medios audiovisuales.
En la Encyclopedia of
World Literature in the 20th Century se lee: «Todo el trabajo de Beckett
retrata la tragicomedia de la condición humana en un mundo sin Dios, sin ley y
sin sentido. La autenticidad de su visión, la sobria brillantez de su lenguaje
(en francés e inglés) han influido a jóvenes escritores de todo el mundo».
Fue galardonado con el
Premio Nobel de Literatura en 1969 «por su escritura, que, renovando las formas
de la novela y el drama, adquiere su grandeza a partir de la indigencia moral del
hombre moderno». En 1961 había
recibido asimismo el "Premio Formentor" otorgado por el Congreso
Internacional de Editores, junto a Jorge Luis Borges.
Samuel Beckett nació en
Foxrock, un barrio residencial de Dublín, el 13 de abril de 1906. También se ha
apuntado que la fecha podría ser el 13 de mayo.
El padre de Beckett, William Beckett, era aparejador, y su madre, May Roe,
enfermera de profundas convicciones religiosas; «casi cuáquera», en palabras del escritor.
Mientras que su hermano mayor, Frank, era un niño robusto y plácido, Samuel era
delgado, enfermizo y lloraba constantemente.
De hecho, el escritor no guardaba buenos recuerdos de su niñez: «Yo tenía escaso talento para la
felicidad».
Se ha dicho que la
familia Beckett (originalmente Becquet) era de ascendencia hugonote, y que se
trasladó desde Francia a Irlanda tras la revocación del Edicto de Nantes
(1685). Esta teoría, sin embargo, se considera improbable.
En cualquier caso, los Beckett eran una familia acomodada que pertenecía a la
Iglesia de Irlanda (anglicana). Así, la Enciclopedia Británica destaca su
condición de anglo-irlandés. La casa familiar,
"Cooldrinagh", en la avenida
Kerrymount, de Foxrock, era una gran mansión con jardín y pista de tenis. Fue construida en
1903 por el padre de Samuel. La casa y el verde entorno —por el que Samuel
solía pasear con su padre—, incluyendo un hipódromo, y las estaciones de tren
de Foxrock y Harcourt Street, situada ésta al término de la ciudad, aparecen
con frecuencia en sus libros.
A los cinco años Beckett
asistía ya a clase de preescolar, donde empezó a aprender música.
Posteriormente acudió a la Earlsford House School, en el centro de la ciudad.
En 1919, pasó a la Portora Royal School,
donde ya estudiaba su hermano mayor, Frank. Dicha escuela, situada en la
localidad de Enniskillen (condado de Fermanagh), todavía existe; a la misma,
medio siglo antes, había asistido otro irlandés ilustre, Oscar Wilde.
Beckett fue un gran
deportista, excelente jugador de rugby, tenis y cricket. Durante su etapa de
estudiante en el Trinity College de Dublín, representó varias veces a la
universidad en este último deporte. Así, es el único premio Nobel que aparece
en el Wisden Cricketers' Almanack, considerado la “biblia del cricket”.
Fue asimismo un gran aficionado al ajedrez, lo que se trasluce en varias de sus
obras.
Según su más importante
biógrafo, James Knowlson, las aficiones culturales del irlandés comprendían la
historia, la música y la pintura, materias en las que era considerado un
experto.
Beckett estudió francés,
italiano e inglés en el Trinity College de Dublín, entre 1923 y 1927, siendo
considerado alumno muy brillante. Uno de sus tutores fue A. A. Luce, filósofo
especializado en Berkeley. Otro de sus profesores
fue Thomas B. Rudmose-Brown, también poeta, quien le da a conocer a Racine y a
Dante y lo introduce en el mundo literario francés, poniéndolo en contacto con
Valery Larbaud y otros escritores.
En su etapa de estudiante se hace asiduo del teatro, quedando pronto fascinado
por las ideas innovadoras de Pirandello. También disfruta con el cine cómico de
Charlot, Buster Keaton y El gordo y el flaco (más tarde, se haría fan acérrimo
de los Hermanos Marx). Beckett se licenció en filología moderna y, tras
impartir clases brevemente en el Campbell College de Belfast, aceptó el puesto
de lecteur d'anglais (lector de inglés) en la École Normale Supérieure de
París, que, a la fecha, podía considerarse el centro intelectual de Europa.
Allí participó
activamente en tertulias y actividades culturales, y trabó pronto amistad con
su ya célebre compatriota, el escritor James Joyce, quien le fue presentado por
el poeta Thomas MacGreevy, amigo de Beckett que también trabajaba en la École.
Beckett hablaría después de las proporciones épicas del autor de Ulises, y de
su obra afirmaría que era heroica: «Œuvre héroïque». Este encuentro tendría consecuencias
decisivas para el joven Beckett, que se convirtió en asistente de Joyce, principalmente en
la labor de investigación para su última gran obra, que años después se
titularía Finnegans Wake. Beckett y Joyce, ambos
dublineses, compartían
además el hecho de ser
expertos lingüistas
y el interés
por Dante y el experimentalismo literario.
En las vacaciones de
verano de 1928, de regreso en Dublín, Beckett mantuvo su primera relación seria
con una mujer, su prima de diecisiete años, Peggy Sinclair, pero el noviazgo
apenas se prolongó unos meses.
En 1929, Beckett publicó
su primer escrito, un ensayo crítico titulado Dante...Bruno. Vico... Joyce.
Dicho ensayo defiende el trabajo y el método de Joyce, principalmente contra
las acusaciones de inextricable y licencioso.
El ensayo constituyó
la aportación
de Beckett a Our Exagmination Round His Factification for Incamination of Work
in Progress, libro de estudios joyceanos que incluía trabajos de Thomas
MacGreevy, Eugene Jolas, Robert McAlmon y William Carlos Williams, entre otros.
En ese tiempo, Beckett
mantuvo una relación con Lucia Joyce (pronunciado Luchía, a la italiana), la
hija del escritor. La llevaba a veces a cenar o al teatro.
Lucia se enamoró
perdidamente de él
pero, en mayo de 1931, Beckett le dijo francamente que el principal motivo que
tenía para visitar su casa era ver a su padre. Esto sumió a la joven en la
desesperación, y acusó a su madre de la ruptura.
Lucia acabaría
padeciendo esquizofrenia. Las relaciones de Beckett con Joyce y su familia se
extinguieron tras lo ocurrido, y el alejamiento de Joyce afectó profundamente
al primero, quien confesó a su amiga Peggy Guggenheim que estaba muerto y que
no tenía sentimientos humanos; esa era la razón por la que no había sido capaz
de enamorarse de Lucia. Joyce y Beckett se reconciliarían al cabo de un año.
Joyce valoraba en
Beckett la sutileza y originalidad de sus ideas.
Una vez escribió
a su hijo que Beckett tenía
talento, cumplido que no solía
hacer a nadie. Años
más tarde, tras la
publicación
de la novela Murphy, de Beckett, Joyce deleitó a su amigo citando de memoria
una escena entera de la misma. Samuel, para agradecerlo, le dedicó un poema
humorístico. De esa época proviene la leyenda de que Beckett
había trabajado como
"secretario" de Joyce, cosa que aquel desmintió: «No hay nada más
lejos de la verdad. [...] Lo que ocurrió sencillamente es que, cuando la vista
de Joyce empezó a debilitarse, casi todos sus amigos le ayudaron. Yo fui solo
uno de ellos. Le hacía a veces algunos recados o le leía en voz alta. Le
buscaba los libros que le interesaban y le leía algunos pasajes».
En junio de 1929, Samuel
publicó su primer relato breve, "Assumption" ("Conjetura"),
en la revista literaria de Jolas llamada transition (en minúscula). Esta
revista, de tendencia fuertemente vanguardista, así como los escritores y
artistas que colaboraban en ella, influyeron decisivamente en el nacimiento de
la vocación literaria de Beckett.
Al año siguiente ganó un pequeño premio literario con
su atropellado poema Whoroscope, escrito a partir de la lectura de una
biografía de René Descartes. Aparte de la de Descartes, otra importante
influencia recibida por Beckett fue la del filósofo cartesiano flamenco del siglo XVII
Arnold Geulincx, quien indagó
siempre en las relaciones entre las partes espiritual y física del hombre.
En 1930, Beckett regresó
al Trinity College como profesor, pero pronto sintió que se enfriaba su
vocación académica. Expresó dicha aversión leyendo un artículo hiperculto en la
Modern Language Society, de Dublín, en el que ridiculizaba la pedantería
profesoral. Beckett renunció a su puesto en el Trinity al final de 1931, dando
así por concluida su breve carrera académica. Conmemoró este hito crucial de su
vida a través de un poema: "Gnome", inspirado en su lectura de Los
años de aprendizaje de Wilhelm Meister, de Goethe. El poema sería publicado en
1934, en la revista Dublin Magazine.
Tras dejar el Trinity,
el autor empezó a viajar por Europa, trabajando en cualquier cosa para subsistir.
Se dice que en estos años no rehuyó el trato con personajes de toda laya,
incluso de los bajos fondos, algunos de los cuales le servirían posteriormente
de modelo para sus personajes más decadentes. Pasó un tiempo en Londres, donde publicó, en 1931, Proust, un
estudio crítico, breve y agudo, sobre el novelista
francés Marcel Proust. Beckett
nunca quiso traducir esta obra al francés, por considerar que eso constituiría un «insulto a Proust». En esta obra afirma
Beckett que la obra de arte «no es ni creada ni elegida, sino descubierta,
destapada, excavada, porque preexiste en el artista como ley de su naturaleza.
[...] El deber y la misión de un escritor (no de un artista, sino de un
escritor) son los de un traductor».
También se aprecia en ella la
influencia de Proust en Beckett: los protagonistas de ambos aparecen siempre
como víctimas del monstruo del tiempo y tienden a refugiarse de las penalidades
de la vida en la costumbre y la rutina más pedestres. Beckett, sin embargo,
descreía del poder redentor del arte preconizado por el francés.
En 1933, a consecuencia
de la muerte de su padre, necesitó tratamiento psicológico. Fue atendido
durante dos años
en la Tavistock Clinic por el Dr. Wilfred Bion, quien le animó a asistir a una
conferencia de Carl Jung. Esta conferencia le causó un gran impacto emocional,
tanto fue así que Beckett la seguiría recordando muchos años más tarde. Versaba
sobre el tema «mal nacidos» («never properly born»). El caso es que, ya adulto,
Beckett aseguraba a menudo conservar recuerdos de su vida prenatal, como una
experiencia horrible, que le provocaba sentimientos de atrapamiento y sofoco
dentro del seno materno («feelings of entrapment and suffocation»).
Rastros de la conferencia citada se detectan claramente en importantes obras
posteriores de Beckett, como Watt y Esperando a Godot.
Lo que Beckett deja traslucir en sus obras no es solo el dolor del nacimiento o
de un parto difícil,
sino también
el comienzo de una larga y accidentada odisea vital. Por otro lado, el hecho de
que su nacimiento se hubiese producido exactamente en Viernes Santo (viernes
13, además) el escritor lo asimilaba a lo relacionado que el mismo está con el
sufrimiento y la muerte.
En 1932 escribió su
primera novela: Dream of Fair to Middling Women ( Sueño con mujeres que ni fu
ni fa) .Tras el rechazo de los editores decidió abandonar el libro, que solo se
publicaría muchos años más tarde, en 1993. Pese a ello, la novela dio origen a
muchos de los primeros poemas del autor, así como a su primera obra de
importancia, la colección de relatos More Pricks Than Kicks (1933), que, por su
obscenidad, en Irlanda fue colocada de inmediato en el índice de obras
prohibidas.
Entre 1933 y 1936 vivió
en Londres en condiciones bastantes penosas, «conociendo por propia experiencia
el desprecio de los londinenses por los irlandeses pobres que vivían como
obreros extranjeros».
En 1935 publicó un libro
de poesía que tuvo cierta repercusión: Echo's Bones and Other Precipitates.
Trabajó asimismo en su novela Murphy. En mayo de ese año escribió a MacGreevy
que había estado leyendo sobre cine y que se proponía viajar a Moscú para
estudiar con el director Sergéi Eisenstein en el Instituto de Cinematografía
Gerasimov de Moscú. A mediados de 1936 escribió a los directores Eisenstein y
Vsévolod Pudovkin, ofreciéndose como aprendiz. La carta sin embargo se perdió
por el estallido de una epidemia de viruela que trastocó todo el correo.
Beckett, mientras tanto, terminó Murphy, y posteriormente, en 1936, partió a un
gran viaje por Alemania durante el cual llenó varios cuadernos con los apuntes
sobre las obras de arte que había visto, haciendo notar asimismo su profundo
disgusto con el avance del salvajismo nazi que se iba apoderando del país.
Según Knowlson, no pasaría mucho tiempo antes de
que el escritor pusiese sobre la mesa sus credenciales antinazis (p. 261),
refiriéndose sin duda a su
participación, pocos años después, en la Segunda Guerra Mundial.
De vuelta a Irlanda, en
1937, supervisó la publicación de Murphy (1938), obra que él mismo tradujo al
francés al año siguiente. Tuvo en aquel tiempo varias graves discusiones con su
madre, lo que contribuyó a su decisión de asentarse de forma definitiva en
París. Pese al advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Beckett dijo preferir
«Francia en guerra a Irlanda en paz».
Knowlson recuerda, sin embargo, lo mucho que amaba Beckett el campo de Irlanda
y a sus gentes ordinarias. Sus libros, por otra parte, suelen mencionar
afectuosamente inesperados detalles de su patria,
y es curioso que al traducir sus obras al inglés, el escritor tiende a imprimirles una
cierta inflexión
irlandesa. Estaba no obstante convencido de que en
su patria nunca hubiese podido vivir como escritor. Según una sobrina suya,
Irlanda le hacía
sentir confinado. Odiaba particularmente la censura literaria, mientras que París le ofrecía "grandes horizontes"
de anonimato y libertad. Con todo, Beckett no
tenía conciencia de
exiliado. «Simplemente
me largué de allí», dijo una vez a un
amigo irlandés.
En sus primeros meses en
París conoció al novelista Ernest Hemingway de mano de la librera y editora
Sylvia Beach. Aquel se granjeó enseguida la antipatía de Beckett por sus malas
palabras sobre la última obra de Joyce, Finnegans Wake. Hemingway dijo que de
todos modos no había que ser demasiado duro con el viejo, porque el trabajo de
Ulises debía haberlo dejado agotado. Beckett en lo sucesivo evitó siempre
encontrarse con Hemingway.
Entre las navidades y el
año nuevo de 1937-, Beckett se complicó sobremanera la vida al mantener
relaciones con tres mujeres a la vez; una de ellas fue la mecenas Peggy
Guggenheim, quien lo llamaba «Oblomov» por su indolencia, afirmando que era
impredecible e indeciso acerca de casi todo.
Una de las razones que
alejarían a Beckett casi para siempre de su patria fue su participación, como
testigo de cargo, en un pleito por difamación interpuesto por un tío segundo
del escritor contra un viejo amigo de Joyce, el médico, escritor y libelista Oliver
St. John Gogarty. El pleito "Sinclair contra Gogarty" se celebró a
fines de noviembre de 1937 y fue ampliamente cubierto por la prensa británica e
irlandesa. Lo que no se esperaba Beckett era que en su transcurso él mismo
acabaría siendo difamado públicamente, al salir a relucir sus circunstancias y
convicciones personales, sobre todo en materia religiosa; fue calificado en
forma despectiva por algún periódico de «el ateo de París».
En el juicio, el
defensor de Gogarty, con el fin de desacreditar el testimonio de Beckett, le
preguntó si había escrito un libro sobre Proust, aquel escritor que tanto «se
había complacido en la psicología del sexo». Luego se refirió al segundo libro
de Beckett (More Pricks than Kicks), remarcando que ni se atrevía a mencionar
el título (en lenguaje coloquial este puede interpretarse obscenamente) delante
de un tribunal, y preguntando al testigo si, en determinado pasaje, no contenía
una caricatura blasfema de Jesucristo. También saldría a colación el poema
satírico de Beckett titulado Whoroscope (algo así como
"Puthoróscopo"). Finalmente, en sus
conclusiones, el abogado tachó
al escritor sin reparo de «alcahuete
y blasfemo»
(«bawd and blasphemer»), lo que motivó al día siguiente un llamativo
titular en el Irish Times. Tanto estos hechos como la publicidad generada
causaron un profundo disgusto, no solo a Beckett sino también a su madre, ante
la cual ni siquiera se atrevió a presentarse, regresando de inmediato a París.
Al poco tiempo, ya en
esta ciudad, una madrugada de enero de 1938, volvía a su casa con unos amigos,
cuando un proxeneta, irónicamente de nombre Prudent, le ofreció de mala manera
sus servicios y después lo apuñaló. Más tarde, Beckett solo recordaría que de
pronto se encontró herido en el suelo. El arma le pasó rozando el corazón y se
salvó por muy poco de la muerte. James Joyce consiguió para su lesionado amigo
una habitación privada en el hospital. El incidente hizo que acudiese toda la
familia de Samuel a París. La publicidad generada
atrajo la atención de la pianista y jugadora de tenis Suzanne
Dechevaux-Dumesnil, varios años mayor que Beckett, y que había tenido algún
trato con él durante su primera estancia en París. En esta ocasión, los dos
iniciaron una relación que duraría toda la vida.
En la primera audiencia
judicial que tuvieron, Beckett le preguntó a su atacante el motivo por el cual
lo había apuñalado, y Prudent le contestó simplemente: «Je ne sais pas,
Monsieur. Je m'excuse». («No tengo ni idea, señor, lo siento mucho»).
Beckett solía contar de vez en cuando el incidente en broma. Retiró los cargos,
en parte para evitarse otras molestias procesales, pero también porque encontró
que Prudent era persona agradable y de buenas maneras.
Se dice que Oliver St.
John Gogarty, que había perdido el susodicho pleito teniendo que pagar una
fuerte indemnización, al enterarse del apuñalamiento de Beckett, lo celebró con
sus amigos organizando una comilona en un restaurante de Dublín.
El último encuentro de
Beckett con Joyce tuvo lugar en Vichy, en 1940.
Joyce moriría
en enero del año
siguiente.
Beckett se alistó en la
Resistencia Francesa tras la ocupación alemana de 1940.
Trabajaba como mensajero, y en varias ocasiones, a lo largo de los dos años siguientes, estuvo a
punto de ser apresado por la Gestapo.
En agosto de 1942, su
unidad fue delatada, y Beckett tuvo que huir hacia el sur con su compañera
Suzanne. Se refugiaron en la pequeña villa de Roussillon, en el Departamento de
Vaucluse (Costa Azul). Allí, se hizo pasar por campesino,
y continuó
apoyando a la Resistencia almacenando armas en el garaje de su casa. Durante
los dos años
que Beckett estuvo en Roussillon ayudó indirectamente al maquis en sus
operaciones de sabotaje a través
de la zona montañosa
de Vaucluse, si bien en raras ocasiones se expresaría después al respecto.
Beckett fue recompensado
con la Croix de Guerre 1939-1945 y la Médaille de la Résistance por el gobierno
francés por sus esfuerzos en la lucha contra la ocupación alemana. Al final de
su vida, sin embargo, Beckett se refirió a su trabajo con la Resistencia como
«cosas de boy scout».68 Solo treinta de los
ochenta miembros de su grupo de la Resistencia sobrevivieron a la guerra.
Mientras estuvo escondido en Roussillon,
continuó trabajando, «como terapia»,
en su novela cómica
Watt, empezada en 1941 y completada en 1945, aunque no publicada hasta 1953.
En 1945, Beckett regresó
a Dublín por un breve tiempo. Allí volvió a desempeñar labores humanitarias
trabajando como intérprete para la Cruz Roja irlandesa. Durante su estancia, le
sobrevino al parecer una "revelación" en la habitación de su madre, a
través de la cual comprendió cuál debía ser la dirección literaria a tomar.
Esta experiencia fue más tarde literaturizada en la obra de teatro Krapp's Last
Tape (La última cinta).
Beckett empezó en ese
tiempo a escribir su cuarta novela, Mercier et Camier, que no sería publicada
hasta 1970. Esta obra, en muchos aspectos, prefigura ya la conocida Esperando a
Godot, escrita algo más tarde; pero lo más importante es que se trató del
primer trabajo realizado directamente en francés, la lengua en que plasmaría la
mayor parte de su obra desde ese momento, incluyendo la famosa trilogía de
novelas que se avecinaba: Molloy (1951), Malone muere (1952) y El Innombrable
(1953). Su editor, Jerôme Lindon, recuerda que cuando Beckett firmó el contrato
de edición de Molloy, lo vio muy serio. Lindon le preguntó el porqué y Beckett
contestó que la publicación de esa novela sería la bancarrota para la
editorial.
Pese a ser hablante
nativo de inglés, Beckett eligió escribir en francés, según él mismo afirmó,
«parce qu'en français c'est plus facile d'ecrire sans style», porque en francés
era más fácil para él escribir sin estilo. En efecto, en carta a Richard Coe,
de 1964, confiesa «temer
a la lengua inglesa [...] porque en ella no se puede evitar escribir poesía».
En su ensayo sobre Proust, Beckett comparaba el estilo a «un pañuelo alrededor de un cáncer de garganta». En cualquier caso,
todo ello tuvo que ver en la voluntad de simplificación y depuración estilística absolutas que
presidiría toda su obra posterior. Según Konstantinovic, «explicaba su paso de
la lengua inglesa a la francesa por el hecho de que la lengua materna siempre
lleva el peso del automatismo: es necesario el extrañamiento de la lengua para
lograr esa simplificación máxima». Por tanto, «elegir el francés significaba
para él elegir la lengua más pobre».
La celebridad de Beckett
se debe principalmente a la mencionada obra de teatro, Esperando a Godot. En un
artículo citado a menudo, el crítico Vivian Mercier apuntó que Beckett «había
llevado a cabo una imposibilidad teórica: un drama en el que nada ocurre, que
sin embargo mantiene al espectador pegado a la silla. Lo que es más, dado que
el segundo acto no es prácticamente más que un remedo del primero, Beckett ha
escrito un drama en el que, por dos veces, nada ocurre».
Como la mayoría de sus
trabajos después de 1947, esta obra fue escrita primero en francés, con el
título de En attendant Godot. Beckett trabajó en ella desde octubre de 1948
hasta enero de 1949. Tras muchos esfuerzos
por publicarla (fueron años
de dificultades económicas,
en los cuales tuvo que dedicarse a la traducción para subsistir, siempre en esta tarea
apoyado por su mujer), lo hizo finalmente en 1952. Godot fue estrenada en 1953,
y la traducción al inglés apareció dos años más tarde. Aunque controvertida,
resultó un éxito de crítica y público en París. Obtuvo una mala acogida en
Londres, al estrenarse en 1955, pero más tarde saltaron las opiniones
entusiastas de Harold Hobson en The Sunday Times y, con posterioridad, de
Kenneth Tynan. En los Estados Unidos fracasó en Miami, pero tuvo una buena
acogida en Nueva York. Más tarde, la obra se haría muy popular, con elevadas
audiencias en Estados Unidos y Alemania. Todavía se representa con frecuencia
en muchos lugares del mundo.
En 1954 se traslada a
Dublín para asistir al funeral de su hermano Frank; en ese momento se hizo
cargo de la educación de sus sobrinos, Edward y Caroline.
A finales de los años
50, Beckett pasaba temporadas en Londres (los Beckett siempre vivieron en
París), donde había trabado relación con Barbara Bray, una traductora y editora
de la BBC, viuda, con dos hijas de corta edad, que
contaba treinta y cuatro años cuando él la conoció. Bray era «pequeña y
atractiva, pero, sobre todo, muy inteligente y culta».
James Knowlson escribió
sobre ellos: «Da
la impresión
de que Beckett se sintió
de inmediato atraído
por ella, lo mismo que ella por él. Su encuentro fue muy significativo
para ambos, ya que constituyó el inicio de una relación en paralelo con la de
Suzanne, que duraría ya toda la vida».
El importante papel que
había desempeñado Suzanne —mujer enérgica y de gran carácter—, en la vida del
escritor se restringió a partir de estos años, hasta el punto de que llegaron a
vivir en cuartos separados; en cualquier caso, pasaban todas las vacaciones
juntos. Pese a los problemas de Samuel con el alcohol, al que siempre fue muy
aficionado, a sus flirteos con otras mujeres y a su necesidad casi compulsiva
de estar solo, la pareja sobrevivió sin excesivos tropiezos hasta la muerte de
Suzanne.
Beckett, poco antes de morir (solo meses más tarde que ella) confesó a su biógrafo: «Todo se lo debo a
Suzanne».
Como se ha dicho,
Beckett escribía ahora mayormente en francés, y tradujo sus obras él mismo al
inglés, con la excepción de Molloy, en cuya traducción le ayudó Patrick Bowles.
El éxito de Esperando a Godot supuso el lanzamiento teatral para este autor.
Superado por la fama, en 1956 escribió a un amigo:
El éxito o
el fracaso popular nunca me han importado mucho, de hecho me encuentro mejor
con el último ya que he respirado profundamente sus aires vivificantes toda mi
vida de escritor, excepto en los dos últimos años.
En 1959 recibió el
título de doctor honoris causa en el Trinity College de Dublín, donde había
estudiado en su juventud.
Los años 60 supusieron
para el escritor un periodo de cambios personales y profesionales. En marzo de
1961 contrajo matrimonio civil en Inglaterra con su compañera de siempre,
Suzanne Dechevaux-Dumesnil, principalmente por cuestiones de herencia en
Francia. El éxito de sus piezas teatrales lo llevó por todo el mundo, para
participar en recepciones, actos culturales y en los montajes de las obras,
inaugurándosele una nueva etapa como director teatral.
En 1956 había empezado a
trabajar para la Tercera Cadena de radio de la BBC con su obra radiofónica All
That Fall. Continuaría escribiendo esporádicamente para la radio, y también lo
haría para el cine y la televisión. Volvió a escribir en inglés, aunque nunca
dejó de utilizar el francés.
En 1969, de viaje por
Túnez con su mujer, supo que se le había concedido el Premio Nobel de
Literatura. Ella, consciente del carácter extremadamente reservado de su marido,
comentó que esta concesión había sido una "catástrofe" para él, lo
que ha sido jocosamente muy comentado.
Después de la concesión, en efecto, Beckett se
encerró como en un monasterio y
desconectó
el teléfono.
Aunque Beckett no era
muy dado a las entrevistas, con frecuencia atendía a las solicitudes de
artistas, estudiosos y admiradores en una sala del hotel de París PLM, cercano
a su casa de Montparnasse.
En 1984 recibió la más
alta distinción ("Saoi") de la asociación de artistas de Irlanda
denominada Aosdána.
Final
Suzanne murió el 17 de
julio de 1989. Beckett, que sufría de enfisema y
probablemente enfermedad de Parkinson, y se hallaba a la sazón recluido en un
sanatorio, murió
el 22 de diciembre de ese mismo año, con 83 años. Ambos fueron enterrados en el
Cementerio de Montparnasse de París. Comparten una simple lápida de mármol. Se
cuenta que Beckett replicó al pedírsele que eligiera el color: «Cualquiera,
siempre que sea gris». La tumba se halla en la
senda principal, no lejos de la entrada, a la izquierda. La de Sartre se
encuentra a la derecha.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Beckett
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