Franz Peter Schubert
Nació en el suburbio Himmelpfortgrund de Viena, y sus dotes poco comunes para la música fueron evidentes desde una edad temprana.
Su padre le dio sus primeras lecciones de violín cuando tenía ocho años, formándolo hasta el punto de que podía tocar duetos fáciles de manera competente. Poco después, recibió sus primeras lecciones fuera de la familia a cargo de Michael Holzer, organista y director de coro de la iglesia parroquial en Lichtental. Holzer a menudo le aseguraba al padre de Schubert, con lágrimas en los ojos, que nunca había tenido un alumno como él y las lecciones pudieron haber consistido en gran medida en conversaciones y expresiones de admiración. Holzer dio al joven clases de piano y órgano, así como en bajo cifrado. Según Holzer, sin embargo, no le dio ninguna instrucción real, ya que Schubert ya sabía todo lo que intentó enseñarle. Más bien, lo miraba con «asombro y silencio». Parece que el chico adquirió más conocimientos con un aprendiz de carpintero que lo llevaba a un almacén de pianofortes cercano, donde practicaba con mejores instrumentos. También tocaba la viola en el cuarteto de cuerdas familiar, con sus hermanos Ferdinand e Ignaz en el primer y segundo violín y su padre en el violonchelo. Escribió sus primeros cuartetos para cuerdas para este conjunto.
En 1804, el joven Schubert llamó la atención de Antonio Salieri, entonces la principal autoridad musical de Viena, que reconoció su talento vocal. En noviembre de 1808, se convirtió en alumno del Stadtkonvikt (Seminario imperial) gracias a una beca para el coro. En él, descubrió las oberturas y sinfonías de Mozart, las sinfonías de Joseph Haydn y su hermano menor Michael Haydn y las oberturas y sinfonías de Beethoven, un compositor por el que desarrolló una admiración significativa. Su contacto con estas y otras obras, combinado con visitas ocasionales a la ópera, sentaron las bases para una educación musical más amplia. También le influyeron considerablemente las canciones de Johann Rudolf Zumsteeg, un importante compositor de lieder. El joven estudiante precoz «quería modernizar» las canciones de Zumsteeg, según lo informado por Joseph von Spaun, amigo de Schubert. Su amistad con Spaun empezó en el Stadtkonvikt y duró toda su corta vida. En aquellos primeros años, el económicamente acomodado Spaun proporcionó al empobrecido Schubert gran parte de su papel para manuscritos.
En 1808, a la edad de once años, entró como alumno en la escuela Stadtkonvikt, donde se familiarizó con la música orquestal de Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. Lo abandonó a finales de 1813 y regresó a su hogar para vivir con su padre, donde comenzó a estudiar para hacerse maestro de escuela. A pesar de esto, continuó sus estudios de composición con Antonio Salieri. En 1821, la Gesellschaft der Musikfreunde lo admitió como miembro intérprete, lo que lo ayudó a darse a conocer entre la ciudadanía vienesa.
La valoración de su música mientras
estaba vivo se limitó a un círculo relativamente pequeño de admiradores en
Viena, pero el interés en su obra aumentó significativamente en las décadas
posteriores a su muerte. Felix Mendelssohn, Robert Schumann, Franz Liszt,
Johannes Brahms y otros compositores del siglo XIX descubrieron y defendieron
sus obras. Hoy, Schubert se encuentra entre los mejores compositores de música
clásica occidental, y su música sigue siendo popular
Mientras tanto, comenzó a mostrar su genio en sus composiciones. Salieri decidió empezar a darle clases en privado de teoría musical e incluso de composición. Según Ferdinand, la primera composición para piano del niño fue una Fantasía para cuatro manos. Su primera canción, Klagegesang der Hagar, la escribió un año después. Se le permitió ocasionalmente dirigir la orquesta del Stadtkonvikt y fue la primera orquesta para la que escribió. Dedicó gran parte de su tiempo en Stadtkonvikt a componer música de cámara, varias canciones, piezas para piano y, más ambiciosamente, obras corales litúrgicas en forma de «Salve Regina», un «Kyrie», además del inacabado «Octeto para viento», que se dice que conmemora la muerte de su madre en 1812), la cantata Wer ist groß? para voces masculinas y orquesta, para el cumpleaños de su padre en 1813 y su Primera Sinfonía.
A finales de 1813, Schubert abandonó
el Stadtkonvikt y regresó a su casa para recibir formación docente en la St.
Anna Normal-hauptschule. En 1814, ingresó en la escuela de su padre como
maestro de los alumnos más jóvenes. Durante más de dos años, el joven sintió
una gran monotonía. Sin embargo, había intereses que
lo compensaban. Continuó recibiendo lecciones privadas de composición de
Salieri, quien le dio más experiencia técnica real que cualquiera de sus otros
maestros, antes de su separación en 1817.
En 1814, conoció a una joven soprano
llamada Therese Grob, hija de un fabricante local de seda, y escribió varias de
sus obras litúrgicas (incluyendo una «Salve Regina» y un «Tantum ergo») para
ella. También fue la soprano solista en el estreno de su Misa n.º 1 en
septiembre de 1814. Schubert quería casarse con
ella, pero se vio obstaculizado por la severa ley de consentimiento matrimonial
de 1815, que exigía que un
aspirante a novio demostrara que tenía los medios para
mantener a una familia. En noviembre de 1816, después de no poder obtener un puesto musical en Laibach
(ahora Liubliana, Eslovenia), Schubert envió al hermano de Therese, Heinrich,
una colección de canciones, que la familia guardó hasta el siglo XX.
Uno de sus años más prolíficos fue
1815. Compuso más de 20 000 compases de música, más de la mitad de los cuales
fueron para orquesta, incluyendo nueve obras sacras (a pesar de ser agnóstico),
una sinfonía y alrededor de
140 lieder. En ese año, también conoció a Anselm Hüttenbrenner y Franz von Schober, quienes se
convirtieron en sus amigos para el resto de su vida. Spaun le presentó
igualmente a otro amigo, Johann Mayrhofer. En estos años compuso el lied Erlkönig, inspirado en un poema homónimo de Johann Wolfgang von Goethe.
A lo largo de 1815, vivió con su
padre en casa. Su madre había muerto en 1812. Continuó enseñando en la escuela
e impartiendo lecciones musicales privadas, con lo que ganaba suficiente dinero
para sus necesidades básicas, incluyendo ropa, papel para manuscritos, plumas y
tinta, pero con poco o ningún dinero sobrante para lujos. Spaun sabía muy bien que Schubert estaba descontento con su
vida en la escuela y estaba preocupado por su desarrollo intelectual y musical.
En mayo de 1816, Spaun se mudó de su
apartamento en Landskrongasse (en el centro de la ciudad) a un nuevo domicilio
en el suburbio de Landstraße. Una de las primeras cosas que hizo, después de
instalarse en la nueva residencia, fue invitarlo a pasar unos días con él. Esta
fue probablemente la primera visita de Schubert fuera de casa o la escuela. Su infelicidad
durante sus años como maestro
de escuela posiblemente diera muestra de signos tempranos de depresión y es prácticamente seguro
que sufrió de ciclotimia a
lo largo de su vida.
En 1816, ocurrieron cambios significativos. Franz von Schober, un estudiante de buena familia y con algunos medios económicos, invitó a Schubert a vivir con él en la casa de su madre. La propuesta fue particularmente oportuna, ya que Schubert acababa de presentar la solicitud sin éxito para el puesto de maestro de capilla en Laibach y también había decidido no reanudar las tareas de enseñanza en la escuela de su padre. A finales de año, se convirtió en huésped de Schober. Durante un tiempo, intentó aumentar los recursos del hogar dando clases de música, pero pronto las abandonó y se dedicó a la composición. «Compongo todas las mañanas y cuando una pieza está terminada, comienzo otra». Durante ese año, se centró en obras orquestales y corales, aunque también continuó escribiendo lieder. Gran parte de este trabajo fue inédito, pero circularon manuscritos y copias entre amigos y admiradores.
A principios de 1817, Schober le presentó a Johann Michael Vogl, un destacado barítono veinte años mayor que Schubert. Vogl, para quien el compositor escribió muchas canciones, se convirtió en uno de sus principales defensores en los círculos musicales vieneses. También conoció a Joseph Hüttenbrenner (hermano de Anselm), quien también jugó un papel en la promoción de su música. Estos, y un creciente círculo de amigos y músicos, se hicieron responsables de promover, recopilar y, después de su muerte, preservar su obra.
Schubert pasó el verano de 1818 como
profesor de música para la familia del conde Johann Karl Esterházy en su
palacio en Zseliz (ahora Želiezovce, Eslovaquia). La paga era relativamente
buena y su función de enseñar piano y canto a las dos hijas era relativamente
liviana, lo que le permitía componer felizmente. Pudo haber escrito su Marcha militar
en re mayor para Marie y Karoline, además de otros duetos de piano. A su regreso de
Zseliz, se instaló con su amigo
Mayrhofer.
En 1821, la Gesellschaft der
Musikfreunde finalmente lo aceptó como socio, y el número de interpretaciones
de su música aumentó notablemente. Estas actuaciones contribuyeron a
que su prestigio creciera rápidamente entre los
miembros de la Gesellschaft y a que su nombre fuera conocido por el público en general. Algunos de los miembros de la
Gesellschaft, en particular Ignaz von Sonnleithner y su hijo Leopold von
Sonnleithner, tenían una influencia considerable en los asuntos de la sociedad
y, como resultado de eso, y de la creciente reputación de Schubert, la
Gesellschaft incluyó sus obras en tres conciertos importantes en 1821. En
abril, se interpretó uno de sus cuartetos de voz masculina y en noviembre tuvo
lugar la primera actuación pública de su Obertura en mi menor en un concierto
diferente en el mismo día del estreno de
la Obertura, se interpretó su canción «Der Wanderer»
En 1822, Schubert conoció tanto a
Weber como a Beethoven, pero los encuentros tuvieron poco resultado. Sin
embargo, se dice que Beethoven reconoció su don en algunas ocasiones. En su
lecho de muerte, al parecer Beethoven examinó algunas de las obras del joven y
exclamó: «¡En verdad, la chispa del genio divino reside en este Schubert!».
Según consta, Beethoven también predijo que «causaría una gran sensación en el
mundo» y lamentó no haber sabido más sobre él antes. Deseaba ver sus óperas y
obras para piano, pero su grave enfermedad le impidió hacerlo.
A pesar de sus preocupaciones escénicas y más tarde por sus deberes oficiales, Schubert encontró tiempo durante estos años para crear una cantidad significativa de composiciones. Completó la Misa en mi bemol mayor en 1822 y ese mismo año se embarcó repentinamente en una obra que de manera más decisiva que casi cualquier otra en esos años mostraba la madurez de su visión personal, la Sinfonía en si menor, conocida como Sinfonía inacabada La razón por la que la dejó sin terminar, después de escribir dos movimientos y bocetos de un tercero, continúa siendo discutida y analizada. También es destacable que no lo mencionara a ninguno de sus amigos, aunque como Brian Newbould señala, debió sentirse emocionado por lo que estaba logrando. El manuscrito con ambos movimientos completos pasó a manos de su amigo Anselm Hüttenbrenner, quien los conservó en un cajón durante más de cuarenta años. En 1865 se los entregó al director de orquesta Johann von Herbeck, quien en diciembre de ese mismo año dirigió en Viena el estreno de la obra incompleta. No se ha encontrado explicación a los motivos que condujeron a Schubert a dejarla inconclusa.
En 1823, Schubert escribió su primer
ciclo de canciones a gran escala, La bella molinera, basado en poemas de
Wilhelm Müller. Esta serie, junto con el ciclo posterior Viaje de invierno, que
también musicaliza textos de Müller en 1827 es considerada ampliamente como una
de las cumbres del lied. Ese mismo año compuso
asimismo la canción «Du bist die Ruh»
Los reveses de años anteriores
fueron compensados por la prosperidad y la felicidad de 1825. Había publicado más rápido, se alivió el estrés por la
pobreza durante un tiempo y en el verano tuvo unas agradables vacaciones en la
Alta Austria, donde fue recibido con entusiasmo. Fue durante esta gira cuando
produjo el ciclo de siete canciones Fräulein am See, basado en La dama del lago
de Walter Scott, y que incluía Ellens dritter Gesang (Ave María, D. 839). La
letra de la traducción al alemán del poema de Scott, realizada por Adam Storck,
se reemplaza con frecuencia por el texto completo de la oración tradicional
católica «Ave María», pero no era la composición original de la melodía de
Schubert. El original se abre con el saludo «Ave María», que sólo se repite en
el estribillo. En 1825, también escribió la Sonata para piano en la menor (D. 845, publicada
por primera vez como op. 42) y comenzó la Sinfonía Grande (D. 944), que
completó al año siguiente.
Las obras de sus últimos dos años
revelan a un compositor entrando en una nueva etapa profesional y compositiva. Aunque partes de
su personalidad estaban influidas por sus amigos, su mejor música se nutrió de la intensa
dimensión personal de su
soledad y fue fuera de esta dimensión por lo que
escribió su mejor música. La muerte de Beethoven lo afectó profundamente y pudo haberlo motivado a alcanzar
nuevas cimas artísticas.
En las últimas semanas de su vida,
comenzó a esbozar tres movimientos para una nueva Sinfonía en re mayor. En esta obra,
anticipaba el uso de armónicos de
canciones populares y desnudos paisajes sonoros de Gustav Mahler. Schubert expresó el deseo de sobrevivir a su enfermedad final,
desarrollar aún más su conocimiento de la armonía y el contrapunto, y de hecho
se había citado para recibir lecciones del maestro del contrapunto Simon
Sechter.
El 26 de marzo de 1828, aniversario
de la muerte de Beethoven, Schubert ofreció, por única vez en su carrera, un
concierto público de sus propias obras. El concierto fue un éxito popular y económico, a pesar de
que fue eclipsado por las primeras apariciones de Niccolò Paganini en Viena
poco después.
En medio de esta actividad creativa,
su salud se fue deteriorando. Se decía de Schubert que hacía tiempo ya «andaba
por el mal camino», se hablaba de su afición, y abuso, al alcohol, tabaco y
cafeína y de su hedonismo y «sensualidad» —que lo llevaron a tener relaciones
esporádicas. A finales de la década de 1820, su
salud fue empeorando y le confió a algunos amigos
que temía estar cerca de la muerte. A finales del verano de 1828, vio al médico
Ernst Rinna, quien pudo haber confirmado sus sospechas de que estaba enfermo
sin remedio y que probablemente moriría pronto. Algunos de sus síntomas coincidían con los del envenenamiento
por mercurio. A principios de noviembre, volvió a enfermar y sufrió dolores de
cabeza, fiebre, inflamación de las
articulaciones y vómitos. En
general, no podía retener
alimentos sólidos y su estado
de salud empeoraba. Cinco días antes de su
muerte, su amigo, el violinista Karl Holz, y su cuarteto de cuerdas lo
visitaron para tocar para él. La última obra musical que deseó escuchar fue el
Cuarteto de cuerda n.º 14 de Beethoven. Holz comentó: «El rey de la armonía ha
enviado al rey de la canción una invitación amistosa para la travesía».
Franz Schubert falleció en Viena, a
los 31 años, el 19 de noviembre de 1828, en el apartamento de su hermano
Ferdinand. La causa de su muerte fue diagnosticada oficialmente como fiebre
tifoidea, aunque se han propuesto otras teorías, incluida la etapa terciaria de
la sífilis. Fue enterrado a petición propia cerca de
Beethoven, a quien había admirado toda
su vida, en el cementerio de Währing (Viena). Schubert
había portado la antorcha en el funeral
de Beethoven un año antes de su propia muerte.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Schubert
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