Álvaro Obregón
Álvaro Obregón Salido
nació el 19 de febrero de 1880 en Siquisiva, Navojoa, Sonora. Hijo del
matrimonio alamense conformado por don Francisco Obregón Gámez y de doña
Cenobia Salido Palomares.2 Ese mismo año quedó huérfano de padre, por
lo que su madre debió ausentarse del hogar familiar encargando la crianza del
niño Álvaro a sus hijas mayores: Cenobia, María y Rosa. Después entró a la
escuela local, de la que su hermano José era el director. Ahí aprendió las primeras
letras y estudió matemáticas, historia y geografía. Pronto incursionó en la
poesía, carpintería, música y comercio.
Más tarde, hacia fines
de 1898, Obregón decidió revivir la antigua prosperidad de su hacienda y
comenzó labores de agricultor, pero la situación económica agravada por la
crisis, sus rudimentarias herramientas, el clima y su escaso capital mermaron
las tierras y lo obligaron a regresar a Huatabampo en 1903. Sin embargo, en sus
intentos fracasados de convertirse en agricultor, logró conseguir ahorros que
le permitieron comprar la "Quinta Chilla".3
Ese mismo año,
conoció a Refugio Urrea con
quien tuvo dos hijos, Humberto y María del Refugio, además, tuvo dos hijos más que murieron junto con
su esposa en 1907 durante el parto. De nuevo, como hizo su madre con él, Álvaro
los encargó a sus hermanas mayores, quienes los criaron.
La situación por la que
el país atravesaba era de inestabilidad política. Porfirio Díaz, quien llevaba
más de treinta años en el poder, vio que su gobierno comenzaba a derrumbarse
debido a las múltiples manifestaciones de rechazo, como la de los obreros de
Río Blanco y Cananea. Francisco I. Madero, político coahuilense, comenzó una
campaña electoral destinada a derrotar a Díaz en las elecciones de 1910. Sin
embargo, poco antes de la jornada electoral, Madero fue aprehendido en
Monterrey y el 10 de julio, Díaz logró su séptima reelección. Madero logró
escapar de la cárcel y huyó a Estados Unidos, donde el 5 de octubre, publicó el
Plan de San Luis, llamando a la revolución armada el 20 de noviembre para echar
a Díaz del poder. Ese día, tal como estaba estipulado en el plan, estalló la
revuelta que acabó por hacer renunciar a Díaz el 25 de mayo de 1911. Obregón,
ante la guerra civil desatada en el país, decidió mantener una situación de
indiferencia a pesar de que sentía simpatía hacía el gobierno de Porfirio Díaz.
Pascual
Orozco, rebelde mexicano a quien Obregón combatió.
Tras caer el gobierno de
Díaz, y llegar los ímpetus revolucionarios a Sonora, José Obregón fue nombrado
alcalde interino de Huatabampo, en junio de 1911. Una vez que se publicó la
convocatoria para elecciones de alcalde constitucional, Álvaro Obregón resolvió
presentarse como candidato. Durante el mandato de su hermano, Obregón desempeñó
funciones administrativas que le permitieron rozarse con un gran número de
gente y comenzó así su carrera política. Además, contaba con el apoyo de los
jefes de la tribu yaqui, con quienes Obregón siempre mantuvo una relación de
cordialidad y fueron clave en su desarrollo político. Se dice que se alió con
"Chito", el gobernador yaqui que movilizó a muchos de sus indios a
votar por Obregón en las elecciones de septiembre.5
Pese al apoyo de los yaquis, la elección fue reñida y Obregón fue elegido alcalde por un estrecho
margen de votos, lo que ocasionó las protestas e impugnaciones de sus rivales.
No obstante, entró en funciones a partir del mes de noviembre.
José María Maytorena,
gobernador de Sonora y partidario de Madero, comenzó la campaña de reclutamiento
de soldados para combatir a Pascual Orozco, que se levantó en armas contra el
gobierno maderista. Obregón, que se había mostrado con indiferencia en el
movimiento de 1910, esta vez decidió pelear para defender al gobierno, organizó
una brigada de soldados, se unió a Benjamín Hill (su pariente) y salió a luchar
contra Orozco. En abril de 1912 quedó conformado el 4° Batallón de Infantería,
con 60 hombres de caballería y 52 de infantería, sumando en total 112 hombres.
A diferencia de la gran mayoría de cuerpos revolucionarios, Obregón pagaba
personalmente a sus soldados, por lo cual se evitaba la leva, muchas veces
pagando incluso de su propio dinero, pero más tarde el gobierno estatal se hizo
cargo de los haberes.
Orozco había sido
perseguido por las fuerzas federales de Victoriano Huerta y se internó en el
territorio estatal. Sanguinés, su jefe militar, ordenó a Obregón detener a
contingentes orozquistas que pretendían atacar Guaymas. A pesar de la
superioridad numérica del enemigo, Obregón supo atacar a las fuerzas rebeldes y
detenerlas, causando así serias bajas al ejército sublevado. Regresó al cuartel
general de Sanguinés cargado de armas y pertrechos, con lo que ganó ascensos en
el escalafón militar. Tras este triunfo, marchó a Hermosillo y Agua Prieta,
donde logró detener una vez más a Orozco, que pretendía apoderarse de la
frontera. En Agua Prieta conoció a quien sería uno de sus más allegados
colaboradores, Plutarco Elías Calles. Cuando Orozco fue derrotado, Obregón
decidió renunciar al mando de las tropas federales y regresó a su hacienda de
Huatabampo, en septiembre de 1912.
El
movimiento contra Victoriano Huerta.
Victoriano Huerta era un
antiguo militar fiel al gobierno de Porfirio Díaz, pero al caer este mostró su
lealtad a Madero luchando contra Orozco. Al producirse la Decena Trágica,
Huerta pactó, a través del embajador de Estados Unidos de América, Henry Lane
Wilson, con los sublevados en contra de Madero, Manuel Mondragón y Félix Díaz.
Huerta hizo renunciar al presidente Madero y más tarde al vicepresidente José
María Pino Suárez. Como sustituto fue nombrado Pedro Lascuráin, quien renunció
a los pocos minutos para dejar en su puesto a Huerta, el 19 de febrero de 1913.
En el norte del país,
principalmente, las reacciones no se hicieron esperar. José María Maytorena,
gobernador de Sonora, pidió licencia al congreso estatal para ausentarse
indefinidamente e ir a combatir al gobierno de Huerta, aunque en realidad ese
solo fue el pretexto y de acuerdo con el libro de Obregón "8,000 kilómetros
en campaña" Maytorena huyó hacia los Estados Unidos tomando previamente
dinero de las arcas estatales en concepto de indemnización adelantada por
sueldos de 6 meses para él y su grupo de gente con la que huyó y en su lugar
fue nombrado como interino Ignacio L. Pesqueira, quien también desconoció al
gobierno federal. El 26 de marzo, el gobernador de Coahuila, Venustiano
Carranza, proclamó el Plan de Guadalupe, oficializando así la lucha contra
Huerta. Pesqueira, conocido de Obregón, lo nombró jefe militar de Hermosillo,
debido a que fue su subordinado en la campaña contra Orozco. Tras un desfile
organizado para marchar sobre los huertistas, Obregón salió al combate. Poco
más de quinientos soldados conformaban el 4° Batallón, Baca Calderón, Arnulfo
R. Gómez y Manuel M. Diéguez, entre otros.
El mismo día de la
proclamación del Plan de Guadalupe (8 de marzo), cayó en manos de las fuerzas
constitucionalistas la ciudad y puerto de Veracruz, estratégica para el
comercio federal. Después, el objetivo principal de Hermosillo era Cananea,
importante ciudad minera. Para esta empresa necesitaba el apoyo de Salvador
Alvarado, quien acababa de pactar con los yaquis y le proporcionó las fuerzas
militares necesarias para el ataque. Sin embargo, Carranza nombró a Obregón jefe
militar de Sonora, pero Alvarado se negó a reconocerlo, y en cambio, pactó con
el general Moreno, comandante de Cananea, y este acordó entregarle la plaza.
Pesqueira ordenó a Obregón hacer caso omiso del pacto y atacar Cananea, lo que
hizo con éxito. Para finales de marzo, la mayoría de las ciudades importantes
del Estado de Sonora, cayeron en manos del Ejército Constitucionalista.
Victoriano
Huerta.
En abril, el siguiente
paso de la guerra era tomar Naco, pero las rencillas entre los jefes y
constitucionalistas y las maniobras de defensa emprendidas por Pedro Ojeda,
retrasaron alrededor de quince días la toma de la ciudad. Obregón ideó que un
vagón de ferrocarril pasara e hiciera estallar las trincheras federales. Pero
este plan fracasó logrando que muchos de los soldados se pusieran en contra de
Obregón e incluso intentarán fusilarlo. Un grupo de su escolta le defendió,
salvándole así la vida. Finalmente, el 12 de abril por la noche, tras una
encarnizada batalla, Álvaro Obregón tomó Naco.
Guaymas había vuelto a
caer en manos del gobierno federal de Huerta, por lo que la siguiente campaña
de Obregón estuvo encaminada a recuperar tal ciudad. Los jefes federales de
Guaymas eran Medina Barrón y Gil, quienes ordenaron tres buques para la defensa
de la ciudad. En la campaña, Obregón enfrentó a los federales en dos ocasiones.
El primer encuentro bélico fue en mayo de 1913, en la población de Santa Rosa,
cuando los federales intentaron emboscar a Obregón alentados por la llegada de
sus refuerzos. Obregón pudo derrotarlos haciéndoles salir de su refugio, y al
triunfar fue condecorado como brigadier por Carranza. Durante junio en la
localidad de Santa María se dio el segundo encuentro, con una nueva victoria
para Álvaro Obregón, que le permitió entrar directamente a Guaymas, donde el
enfrentamiento fue más difícil de lo planeado, ya que sufrió numerosas bajas.
Entonces tomó la decisión de dejar sitiado el puerto para impedir el avance
federal y a la vez tomar otras poblaciones.
Sinaloa en septiembre de
1913, fue el marco del primer encuentro entre Carranza y Obregón, en que el
primero depositó el mando militar en el sonorense, nombrándole en el acto
comandante militar de los estados de Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua y Baja
California. Tras ocupar Culiacán, fue el artífice de la toma de Topolobampo, en
que ayudó a los generales Rivero e Iturbide. En esta batalla se usó por primera
vez un avión en las acciones bélicas, siendo México pionero en este tipo de
ataques en el mundo. Obregón aprovechó esta visita para arreglar sus negocios y
tratar temas de su hacienda.
En marzo de 1914,
Carranza hizo ver a Obregón de la necesidad de tomar la Ciudad de México, por
lo que en mayo comenzó su ofensiva tomando Mazatlán, Tepic y Colima. Para
julio, después de derrotar a los federales en Orendáin, entró en Guadalajara,
donde se enteró de otros triunfos de jefes revolucionarios, como Francisco
Villa y Emiliano Zapata.
Victoriano Huerta se
sabía perdido y decidió renunciar, abandonando el país en el acto. Francisco
Carvajal, presidente interino de la república, intentó pactar con Obregón,
quien de inmediato movilizó sus tropas a la Ciudad de México, a la que entró el
14 de agosto de 1914, junto con dieciocho mil soldados. El 20 de agosto,
Carranza llegó a la ciudad y condecoró a Obregón, quien aprovechó su estadía en
la capital para visitar la tumba de Francisco I. Madero, por quien el general
sonorense sentía admiración, al mismo tiempo que se dedicaría a la tarea de
"castigar" a la ciudad por la muerte del Apóstol de la Democracia.
La
lucha constitucionalista
Carranza pretendía
organizar una junta de todos los jefes revolucionarios a fin de decidir el
futuro político de la nación. Por ello, ordenó a Obregón viajar al estado de
Chihuahua para entrevistarse con Francisco Villa, y ellos dos pudieran
convencer a otros líderes locales de la importancia de la junta. En su primer
viaje, visitaron al gobernador sonorense Maytorena, quien acusó a Obregón de
traición. Este, en cambio, le pidió al gobernador comprobar sus acusaciones
ante Villa, pero en el acto se vio intimidado y prefirió retractarse. Obregón
comisionó a Maytorena como jefe de las tropas estatales, bajo la condición de reconocerle
como suprema autoridad militar, puesto que de no hacerlo sería destituido. Para
asegurarse de ello, ordenó a Benjamín Hill permanecer en el territorio de
Sonora.
Para su segundo
encuentro con Villa, Maytorena ya lo había convencido de las inconveniencias
que resultarían de mantener a Carranza en el mando político, por lo que
planearon un golpe contra el Primer Jefe (como se le conocía a Carranza). Por
lo tanto, la actitud de Villa hacia Obregón se tornó de cierta forma hostil, y
entonces Villa ordenó a Hill retirarse del estado, lo que Obregón rechazó.
Villa se enfureció y estuvo a punto de fusilar a Obregón, pero la intervención
de Eugenio Aguirre Benavides le salvó la vida.
Convención
de Aguascalientes
Villa decidió no asistir
a la junta convocada por Carranza y desconocerle como jefe revolucionario.
Obregón logró escapar y Villa ordenó que se le aprehendiera nuevamente; pero
Obregón fue apoyado por los generales José Isabel Robles y Eugenio Aguirre
Benavides, gracias a lo cual llegó con vida a la Ciudad de México. Obregón
ofreció nuevamente a Carranza intentar pactar con Villa y sus tropas para la
realización de la convención revolucionaria. Se acordó que se realizara en un
lugar neutral para ambas fuerzas, y la elegida fue Aguascalientes, donde las
sesiones se iniciaron el mes de octubre.
Obregón pretendió
debilitar al villismo robándole a sus principales asesores y consejeros. Pero
los trabajos convencionarios fracasaron y Eulalio Gutiérrez fue declarado
presidente provisional en sustitución de Carranza. A partir de enero de 1915
comenzó la guerra de la Convención de Aguascalientes. Carranza estableció un
gobierno en Veracruz, por lo que los villistas decidieron cortar las vías de
ferrocarril de Puebla hacia Veracruz, para lo cual comisionaron a fuerzas
zapatistas, que pronto fueron detenidas por Pablo González. En el noroeste,
Felipe Ángeles había logrado diezmar a los villistas y pronto pudo llamar a
Obregón para que lo combatiera. En Chihuahua se dieron los primeros conflictos
militares entre ambos ejércitos.
Batalla
de Celaya y derrota de Pancho Villa
En la Batalla de Celaya,
a principios de abril de 1915, fue el segundo encuentro entre ambos generales.
En principio, Villa lanzó oleadas de bombas que por momentos hacían retroceder
al enemigo. Pero Obregón pudo remontar la ventaja y poco a poco venció a Villa
en su segundo enfrentamiento, la noche del 6 de abril.
Obregón escribió a
Carranza confiado de la seguridad de su victoria, pero Villa aprovechó para
presentar batalla nuevamente el 13 de abril, donde fue derrotado en cuestión de
pocas horas. Se retiró al Bajío, y escribió desde ahí una misiva pidiendo a
Obregón no perseguir a sus soldados, pues estaban hambrientos y no podrían
defenderse. Después de ello, ambos ejércitos tuvieron enfrentamientos
pequeños en la zona abajeña.
La mañana del 3 de
julio, Obregón salió con algunos miembros de su escolta a recorrer el patio
principal de una hacienda en Santa Ana del Conde, Guanajuato, de la que habían
recibido reportes de ataques villistas. De pronto, una guardia de soldados al
servicio de Francisco Villa salió y atacó con granadas al conjunto de hombres
de Obregón, quien fue herido por la explosión, perdiendo en el acto su brazo
derecho. Al ver que lograron su cometido, los villistas regresaron a su
campamento. Obregón, como relató años después a Vicente Blasco Ibáñez, sintió
profundo dolor psicológico por la pérdida de su brazo e intentó suicidarse
disparándose a la sien con una pistola, que estaba descargada. Pocas horas más
tarde recobró el sentido y fue informado de la toma de León, por parte de las
fuerzas de Villa. A los pocos días decidió salir de Celaya y pronto tomó
Saltillo, Aguascalientes y Torreón. Al llegar a Sonora expulsó a los villistas
del territorio estatal e instauró pactos de paz con el ejército yaqui.
En marzo de 1916, fue
nombrado Ministro de Guerra y Marina en el gabinete de Carranza establecido en
Querétaro. Desde este cargo participó en la redacción de la Constitución de
1917, principalmente en los aspectos militares. Como ministro, fundó la Escuela
Nacional para Pilotos, la Academia del Estado Mayor y la Escuela de Medicina
Militar. Tras establecer el nuevo gobierno en la Ciudad de México, el 5 de
febrero de 1917, Obregón siguió en su puesto, pero renunció el 30 de abril,
esperando retirarse a la vida privada como agricultor.
El
Plan de Agua Prieta
Con objeto de
neutralizar a Obregón, el presidente Carranza impuso como candidato al
desconocido diplomático Ignacio Bonillas.
Para principios de 1919,
Carranza tomó como tarea principal la de pacificar al país. Su primer objetivo
fue el caudillo agrario Emiliano Zapata, quien murió asesinado en la Hacienda
de Chinameca, el 10 de abril de ese año, por órdenes de Pablo González y Jesús
Guajardo. Obregón protestó por el asesinato de Zapata, pero Carranza adivinaba
desde entonces sus aspiraciones presidenciales por lo que se dio a la tarea de
desmembrar cuanto antes a los grupos obregonistas de la Cámara de Diputados, en
la XXVIII Legislatura.
El 1 de junio, Obregón
lanzó oficialmente su candidatura desde Nogales, Sonora mediante un manifiesto
a la nación. En su primer discurso oficial, habló de la necesidad de un
gobierno encabezado por hombres de corrientes liberales. Como afirmó a Plutarco Elías
Calles, realmente no tenía competencia. Pablo González, su único rival, había
pactado con Obregón. Pero Carranza lanzó la candidatura del embajador mexicano
en Washington, Ignacio Bonillas, poco conocido en México y pronto fue apodado "Flor
de Té". Carranza deseaba una sociedad gobernada por civiles y por eso
lanzó a Bonillas como candidato.
Campaña
política
Aunque su campaña
política había comenzado desde el otoño de 1919, fue hasta enero de 1920 cuando
inició su gira política. No tenía aún un partido con el cual pudiera ser
representado en las elecciones, pero en marzo, el presidente del Partido
Laborista Mexicano, Luis N. Morones, le ofreció enarbolar el estandarte de su
organización, Obregón aceptó.
El 28 de marzo, mientras
daba un discurso en Tampico, integrantes del ejército federal irrumpieron para
agredir y golpear a varios de sus simpatizantes, pocos días después, fue citado
a comparecer en la Ciudad de México en un caso de conspiración por lo que tuvo
que interrumpir su campaña realizando su último acto proselitista en la ciudad
de Monterrey el 4 de abril.
Una vez en la capital,
se presentó en la prisión militar de Santiago Tlatelolco para comparecer, ya
que el general Roberto Cejudo fue acusado de conspirar y delató a Obregón. En
la primera sesión del juicio, el 11 de abril, Obregón fue acusado de traición
al gobierno y de conspirar en contra de Carranza. Juan Barragán, jefe del
Estado Mayor de Carranza y amigo de Obregón le sugirió escapar antes de que
fuera aprehendido. Por esos días fue removido como gobernador de Sonora, Adolfo
de la Huerta, otro amigo de Obregón, en quien aumentaron las sospechas de una
conspiración en su contra para evitar que fuera candidato.
La madrugada del 22 de
abril, con un disfraz de ferrocarrilero que le proporcionó Alessio Robles,
Obregón escapó a la ciudad de Iguala, Estado de Guerrero. Fortunato Maycotte,
antiguo subordinado suyo en la campaña contra Villa, le informó que en Sonora,
Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles habían proclamado el Plan de Agua
Prieta.
Candidato a la
presidencia
Al aceptar que figurara
mi nombre como candidato a la Presidencia de la República, en manifiesto
lanzado a la Nación desde la villa de Nogales, Sonora, el 1º de junio de 1919,
lo hice con la certeza de que la lucha política se desarrollaría con absoluto
apego a la ley, y que el actual Primer Mandatario de la Nación, que acaudilló
la sangrienta revolución de 1913, continuación de la que iniciara en 1910 el
Apóstol de la Democracia, don Francisco I. Madero, que tuvo por principio
básico la libertad del sufragio, velaría porque en la lucha política las
autoridades todos del país observaran la más estricta neutralidad para que el
pueblo todo de la República, pudiera, de la manera más libre y espontánea,
elegir a sus mandatarios.
Asesinato del presidente
Venustiano Carranza
Carranza se vio solo en
la guerra civil que se había desatado a raíz del Plan de Agua Prieta, por lo
que decidió seguir adelante con sus tropas hasta Veracruz, tal como lo hizo en
1914. La mayor parte de su gabinete, a excepción de Luis Cabrera y Manuel
Aguirre Berlanga, renunció. En el intento de llegar a Puebla, fue atacado por
las tropas de Jesús Guajardo, lo que obligó a la comitiva carrancista a
internarse en la sierra poblana, donde Rodolfo Herrero les ofreció ayuda. El 21
de mayo, Herrero, que en realidad era un soldado aguaprietista, asesinó a
Carranza por órdenes de Plutarco Elías Calles, uno de los principales jefes de
la Revolución de Agua Prieta. En el poblado de Tlaxcalantongo, Puebla donde
descansaba el presidente Carranza en un jacal, fue acribillado.
Adolfo de la Huerta:
presidente interino
El Congreso nombró a
Adolfo de la Huerta como presidente interino de la República. Durante los seis
meses que estuvo en el cargo (1 de junio al 30 de noviembre de 1920) logró la
pacificación del país, hacer que Villa depusiera las armas y aprehender a Félix
Díaz, quien se encontraba levantado desde 1914. Así, el 5 de septiembre,
Obregón fue elegido presidente.
Presidencia de la
República: 1920-1924
Álvaro Obregón se
convirtió en presidente constitucional de México a la medianoche del 1 de
diciembre de 1920. Durante su mandato intentó concluir el proceso de
pacificación nacional que inició Adolfo de la Huerta, y comenzó la repartición
de tierras a los campesinos del Estado de México y Morelos, como parte de su
proyecto de reforma social.
Educación: José
Vasconcelos
José Vasconcelos era un
intelectual mexicano que fue Ministro de Instrucción Pública en el gobierno de
Roque González Garza, presidente convencionista. Al triunfar Carranza en la
guerra civil, se exilió en Idaho, Estados Unidos, pero volvió en 1920 para dirigir
la Universidad Nacional. Obregón decidió restituir el antiguo Ministerio de
Instrucción Pública, que fue suprimido por Carranza en 1918, y esta nueva
institución renació con el nombre de Secretaría de Educación Pública, dirigida
por Vasconcelos y creada en 1921. Desde esta plaza Vasconcelos efectuó su plan
de fundación de escuelas rurales, formación de nuevos maestros y edición de
clásicos de la literatura, como la Divina Comedia y otras obras de autores como
Platón. Además, Vasconcelos impulsó las escuelas de artes y oficios donde se
enseñaban estas disciplinas a los jóvenes y en ocasiones también a los adultos.
Promocionó a los artistas plásticos y les otorgó espacios para realizar sus
obras, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Política interna
En la política, Obregón
intentó mantener el control y equilibrio de las fuerzas políticas imperantes en
el país, principalmente del ejército. Por ello, concedió la amnistía a
Francisco Villa y Saturnino Cedillo, y a cambio de rendirse y colaborar en la
estabilidad del país les otorgó tierras, producto del reparto agrario. Otra de
las preocupaciones del gobierno obregonista fue obtener el reconocimiento de
los Estados Unidos. Cuando Obregón fue elegido, las cámaras de comercio de las
ciudades de Nogales y Tucson, Arizona enviaron representantes a la toma de
protesta en la Ciudad de México; como muestra de gratitud, Obregón les regalo
un sarape con la imagen de George Washington bordada en él. Esta relación entre
comerciantes de Arizona y Sonora, había sido construida años atrás, durante la
Revolución, por parte del mismo Obregón y Plutarco Elías Calles. Dicha relación binacional entre México y Estado Unidos era
importante, ya que, en caso de una nueva revuelta armada en su contra, Obregón
debería usar el apoyo de Estados Unidos, que capitalizó a inicios de 1923, con
el Tratado de Bucareli. Sin embargo, tuvo que hacer ciertas concesiones con EE.
UU, sobre todo en materia agraria y del petróleo, ya que la política
nacionalista del artículo 27 constitucional afectaba los intereses de las
compañías extranjeras en México.
Vida privada
Al entrar Calles a la
presidencia, Obregón se retiró a las labores del campo. Aprovechó los créditos
otorgados por el Banco Agrícola para desarrollar sus plantaciones, y así
cosechó garbanzo, trigo y algodón. Inició un negocio de combustible para autos,
una novedad en el país, por lo que solía frecuentar las principales ciudades de
Estados Unidos, como Chicago y Los Ángeles. Mantuvo entrevistas con miembros
del gobierno callista, y varias veces visitó al mismo presidente en la capital.
Álvaro Obregón
Durante el mandato de
Calles, los conflictos religiosos creados por la aplicación radical de algunos
artículos constitucionales, produjo que el episcopado mexicano, apoyado por el
papa Pío XI ordenara el cierre de los templos católicos del país, ocasionando
que una parte de la feligresía católica del país, se lanzara a las armas
exigiendo la renuncia de Calles y la derogación de la Constitución de 1917. Se
iniciaba la persecución religiosa en México.
Reelección
Es en este contexto que
Álvaro Obregón, retirado de la vida política, en la cual seguía teniendo gran
peso, decide lanzar su candidatura a la reelección. Calles había intentado
desmembrar al ejército y a las organizaciones campesinas, con lo que la figura
de Obregón cobró aún más fuerza. Morones, nuevamente, le ofreció la postulación
presidencial, la que Obregón aceptó. Sin embargo, poco antes de llegar a
México, fue objeto de un intento de asesinato por un grupo de indígenas yaqui.
La constitución mexicana
sufrió una reforma para permitir la reelección en enero de 1927, con lo que
Obregón ganaba partido para su candidatura, principalmente en el terreno de los
agraristas.
Oposición
detenida y fusilada
Pero la creciente
oposición de la clase militar comenzó a ser representada por los generales
Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano, ambos candidatos a la presidencia.
Serrano era amigo de Obregón y peleó junto a él en las guerras contra Villa, y
por influencia del sonorense llegó a la jefatura del Distrito Federal. Gómez
era el más activo de ambos candidatos, y planeó junto a Serrano detener y
ejecutar a Obregón, Calles y Joaquín Amaro, secretario de Guerra. El 3 de
octubre, día del cumpleaños de Serrano, se planeaba que los tres militares
fueran aprehendidos, pero el General de División Eugenio Martínez denunció a
este y a sus seguidores ante las fuerzas federales, que, comandadas por el
general Claudio Fox, detuvieron a Serrano y a sus partidarios en Cuernavaca, la
mañana del 4 de octubre. Esa noche, fueron sacados de la ciudad con el pretexto
de llevarlos a encarcelar a Querétaro, pero al llegar a Huitzilac fueron
ejecutados. Arnulfo R. Gómez, mientras tanto, intentó armar una revuelta en
Veracruz, combatiendo con los gobernistas en el municipio de Ayahualulco, pero
cansado y debilitado fue aprehendido y fusilado el 4 de noviembre. Tras estos
intentos de guerra civil, Obregón viajó a la capital, donde al ir a una corrida
de toros fue atacado con una bomba, lanzada por militantes cristeros, habiendo
salido ileso. Más tarde se descubrió un complot para asesinar al caudillo.
El 15 de julio de 1928,
pocos días después de ser proclamado presidente del período 1928-1934 (el
período presidencial había sido extendido a 6 años mediante las reformas
constitucionales de 1927), Obregón llegó acompañado de su comitiva a la capital
de la república en un tren custodiado por varios hombres.
Asesinato
de Álvaro Obregón
Entre la clase política
se había difundido el rumor de un posible asesinato de Obregón, pero el
presidente electo hizo caso omiso de las advertencias. La mañana del 17 de
julio salió a comer invitado por los diputados del estado de Guanajuato, en el
restaurante "La Bombilla", ubicado en San Ángel. José de León Toral
acudió al lugar tras varios días de espiar a Obregón, y aprovechó sus
habilidades de dibujante para acercarse a los políticos. Hizo un dibujo a
varios diputados, y finalmente llegó a Obregón, a quien también retrató. Cuando
todos los comensales se descuidaron, Toral sacó su pistola y lanzó seis
disparos a Álvaro Obregón, quien cayó muerto al instante. El asesino fue
rápidamente detenido y algunos policías intentaron matarle, pero el diputado
Ricardo Topete le salvó arguyendo su importancia para esclarecer el crimen.
El lugar de Obregón fue
ocupado por Emilio Portes Gil, el 1 de diciembre de 1928, y entonces fue que
comenzó el período conocido como Maximato.
Teoría
de conspiración
En 1960, el historiador
mexicano Antonio Rius Facius redescubrió el testimonio de la revisión del
cadáver de Obregón realizada por un médico donde consta que el cuerpo
presentaba orificios de bala de diferentes calibres, lo que hace suponer que se
utilizó más de un arma para asesinar a Obregón, con lo que se fortalece la
tesis de que si bien José de León Toral indudablemente disparó en contra del
manco de Celaya, no fue el único. Inclusive 20 años después del asesinato del General
Álvaro Obregón apareció en el periódico Excélsior el reporte de la autopsia
realizada al General Obregón en donde se encontraron heridas de diferentes
calibres, inclusive de rifles de largo alcance. En su tiempo, fue ocultada esa
información por el General Plutarco Elías Calles, entonces presidente de
México.
Obregón tenía muchos
enemigos políticos, por lo que el atentado les dio la oportunidad de eliminarlo
y echarle toda la culpa a Toral, aunque participaron más personas. Su muerte
permitió a Calles consolidar su poder, extendiendo su dominio por seis años
más, en lo que se llamó el Maximato.
Hay testimonios de
personas que dijeron haber escuchado varios tiros después que disparó Toral,
pero no sabían si efectivamente lo fueron o eran sonidos de la orquesta que
siguió tocando por unos instantes la canción "El limoncito".
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lvaro_Obreg%C3%B3n
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