Bertolt Brecht, Eugen Berthold Friedrich Brecht
Eugen
Berthold Friedrich Brecht nació en el seno de una
familia burguesa de Augsburgo, estado de Baviera. Su padre, católico, era un
acomodado gerente de una pequeña fábrica de papel, y su madre, protestante, era
hija de un funcionario. El joven Brecht era un rebelde que jugaba al ajedrez y
tocaba el laúd. Se sentía atraído por lo distinto, lo extravagante, y se
empeñaba en vivir al margen de las normas de su tiempo, de su recato y su
sentido de disciplina.
En
la escuela destacó por su precocidad intelectual y terminó el bachillerato
especial (Notabitur), al verse involucrado en un escándalo. Inicialmente
influido por la euforia de la guerra, Brecht la criticó con el ensayo sobre el
poeta Horacio (65 a. C.-8 a. C.) Dulce et decorum est pro patria mori (Dulce y
honorable es morir por la patria), en el que se considera honorable morir por
la patria y que Brecht considera como «propaganda dirigida» en la que solo los
«tontos» caen. Por ello fue castigado con la expulsión de la escuela. Solo la
intervención de su padre y el profesor de religión le evitaron el cumplimiento
del castigo.
En
1917, inició la carrera de medicina en la Universidad de Múnich
(Ludwig-Maximilians-Universität - LMU), pero tuvo que interrumpir los estudios
para hacer el servicio militar como médico en un hospital militar en Augsburgo,
en el marco de la Primera Guerra Mundial.
En
1918, con solo veinte años, escribió su primera obra teatral, Baal, cuyo
personaje principal es un poeta y asesino. Durante este tiempo conoció a Paula
Banholzer, quien en 1919 dio luz a un hijo suyo, Frank, que moriría en el
frente soviético durante la Segunda Guerra Mundial, en 1943.
Luego,
entre 1918 y 1920 escribió una pieza sobre la revolución alemana, liderada por
los espartaquistas, con el título Tambores en la noche. El final de esta obra
sacude al auditorio: "Todo esto no es más que puro teatro. Simples tablas
y una luna de cartón. Pero los mataderos que se encuentran detrás, esos sí que
son reales". La moralidad de la obra suplanta al teatro tradicional, que
pretende ser imparcial. A partir de 1920, Brecht viajó a menudo a Berlín, donde
entabló relaciones con gente del teatro y de la escena literaria.
En
1922 se casó con la actriz de teatro y cantante de ópera Marianne Zoff. A
partir de aquel momento, el joven artista tuvo papeles en el "Münchner
Kammerspiele" y en el "Deutsches Theater" de Berlín. Un año más
tarde tuvieron una hija, Hanne; poco después conoció a la que sería su segunda
esposa, Helene Weigel.
Contacto
con la vida cultural alemana
En
1924 abandonó Augsburgo y se trasladó a Múnich; de ahí se mudaría
posteriormente a Berlín, la capital, en la que reinaba una vida cultural
efervescente, y donde conoció al poeta expresionista Arnolt Bronnen, con el que
fundó una productora a la que llamaron Arnolt y Bertolt. Ese mismo año empezó a
trabajar como dramaturgo junto a Carl Zuckmayer en el Deutsches Theater de Max
Reinhardt y tuvo a su tercer hijo, Stefan, aunque tres años más tarde se
divorciaría de Marianne Zoff.
Desde
1926 tuvo frecuentes contactos con artistas socialistas que influirían en su
pensamiento, y en 1927 comenzó a estudiar El capital de Marx.
Comunista
sin partido
En
la segunda mitad de la década de los años 1920, Brecht se había transformado en
un comunista convencido, que también buscaba objetivos políticos con sus obras,
como por ejemplo con Mann ist Mann (1926). Sin embargo, nunca se hizo miembro
del Partido Comunista de Alemania (KPD). El concepto de marxismo que defendía
Brecht estuvo influenciado tanto por marxistas no dogmáticos y sin partido,
como Karl Korsch, Fritz Sternberg y Ernst Bloch, como también por la línea
oficial del KPD. La creación de su concepción del teatro épico transcurrió de
manera paralela al desarrollo de su pensamiento político a partir de 1926.
Segundo
matrimonio
Ese
mismo año se casó con Helene Weigel, matrimonio del cual tendría una hija:
Bárbara. Entre 1929 y 1934 escribió una serie de obras entre las que se
destacan: Línea de conducta, Acuerdo y tal vez el más importante y bello de los
trabajos de esta época: La excepción y la regla (1930).
Su
obra maestra: La ópera de los tres centavos
A
sus veintinueve años publicó su primera colección de poemas Devocionario
doméstico y un año más tarde alcanzó el mayor éxito teatral de la República de
Weimar con La ópera de cuatro cuartos/La ópera de los tres centavos, con música
de Kurt Weill, una obra en la que critica el orden burgués representándolo como
una sociedad de delincuentes, prostitutas, vividores y mendigos. Esta obra fue
llevada al cine en 1931 bajo la dirección de Georg Wilhelm Pabst.
Brecht
siempre pretendió con sus actuaciones concienciar al espectador y hacerle
pensar, procurando distanciarle del elemento anecdótico; para ello se fijó en
los incipientes medios de comunicación de masas que la recién nacida sociología
empezaba a utilizar con fines políticos: la radio, el teatro e incluso el cine,
a través de los cuales podía llegar al público que pretendía educar. Su meta
fue alcanzar un cambio social que lograse la liberación de los medios de
producción. Ese propósito lo abordó tanto a través del ámbito intelectual como
del estético.
Un
año después, en 1932, Brecht llevó sus ideas comunistas al cine con Kuhle Wampe
oder: Wem gehört die Welt (Tripa vacía o ¿A quién pertenece el mundo?),
dirigida por Slatan Dudow y con música de Hanns Eisler, que muestra lo que
podría ofrecer el comunismo a un pueblo alemán azotado por la crisis de la
República de Weimar.
Perseguido
por Hitler
Hasta
1933, Brecht trabajó en Berlín como autor y director de teatro. Pero en aquel
año, Hitler se hace con el poder. A comienzos de 1933, la representación de la
obra La toma de medidas fue interrumpida por la policía y los organizadores
fueron acusados de alta traición. El 28 de febrero —un día después del incendio
del Reichstag— Brecht y Helene Weigel con su familia y amigos abandonan Berlín
y huyen a través de Praga, Viena y Zúrich a Skovsbostrand, cerca de Svendborg,
en Dinamarca, donde el autor pasó cinco años. En mayo de 1933, varios libros
suyos fueron quemados por los nacionalsocialistas.
El
exilio a los países nórdicos
El
exilio de Brecht fue posiblemente el tiempo más duro de su vida, a pesar de lo
cual en este periodo escribe algunas de sus mayores obras y alcanza su plena
madurez con sus cuatro grandes dramas escritos entre 1937 y 1944. Encontrándose
en una situación económica difícil, tuvo que viajar primero a Dinamarca, luego
a Suecia, donde vivió durante un año en una granja cerca de Estocolmo, y
finalmente, en abril de 1940, a Helsinki.
Durante
esta época escribió La vida de Galileo. Esta pieza teatral recrea muy
libremente la biografía del científico, describiendo la autocondenación del
personaje para dar encima de su teoría heliocéntrica delante de la Inquisición.
Brecht siempre se pronunció
contra la autoridad, el Estado y la sociedad con la justa crítica para no llegar a ser mártir de sus propias ideas. En
Suecia escribió
el poderoso alegato antibélico
Madre Coraje y sus hijos, en una tentativa de demostrar que los pequeños
empresarios codiciosos no vacilan en promover devastadoras guerras para ganar
dinero. La vida de Galileo fue estrenada el 9 de septiembre de 1942 en el
teatro de Zúrich.
El
alma buena de Szechwan (1938-40) examina el dilema de cómo ser virtuoso y
sobrevivir al mismo tiempo en un mundo capitalista. En El círculo de tiza
caucasiano narra la historia de una pugna por la posesión de un niño entre una
madre de la alta sociedad que le abandona y una criada que se ocupa de él; a la
manera salomónica, el juez debe decidir quién es la verdadera madre.
En
el verano de 1941, viajó en el expreso transiberiano desde Moscú a Vladivostok.
Desde el este de la Unión Soviética se trasladó en barco a California, asentándose
en Santa Mónica, cerca de Hollywood. Allí intentó escribir para la industria de
Hollywood, pero sus guiones no fueron aceptados por las grandes productoras
cinematográficas. En Estados Unidos organizó algunas representaciones
teatrales, en la mayoría de los casos en escenarios de emigrantes, pero Brecht
volvió a ser perseguido por sus ideas políticas, y el 30 de octubre de 1947 es
interrogado por el Comité de Actividades Antiamericanas, por lo que tuvo que
escapar al día siguiente otra vez a Suiza, sin esperar el estreno de su drama
La vida de Galileo en Nueva York.
Suiza
era el único país al que podía viajar y allí pasó un año, en el que escribió El
Señor Puntila y su criado Matti, un drama popular sobre un granjero finlandés
que oscila entre la sobriedad grosera y el buen humor borracho. Bertolt tenía
prohibida la entrada en la Alemania Occidental (RFA) por órdenes de las
autoridades de ocupación de la postguerra (aliados). Tres años después obtuvo
la nacionalidad austriaca. Tras quince años de exilio, volvió a Alemania
Oriental (RDA) en 1948 y se instaló en el Berlín oriental.
Vida
en Berlín Este y muerte
A
comienzos de 1949 se trasladó con un pasaporte checo a través de Praga a Berlín
Este. Vivió en la «Casa de Brecht» en Weissensee. Comenzó a trabajar en la obra
de Sófocles Antígona, en versión alemana de Friedrich Hölderlin.
También
trabajó
en otra obra importante, el Pequeño
Organum para el teatro, siendo director general del Deutsches Theater. En otoño fundó junto con Helene Weigel el
Berliner Ensemble. En 1955, Brecht recibió el Premio Lenin de la Paz.
Al año
siguiente, el 14 de agosto, contrajo una inflamación del pulmón y murió de una trombosis coronaria en
Berlín
del Este.
Todas
las obras de Brecht están absolutamente ligadas a razones políticas e
históricas y tienen un sobresaliente desarrollo estético. En realidad, en
Brecht se encuentran siempre unidos el fondo y la forma, la estética y los
ideales. Desde sus comienzos se caracterizó por una radical oposición a la
forma de vida y a la visión del mundo de la burguesía y naturalmente al teatro
burgués, sosteniendo que solo estaba destinado a entretener al espectador sin
ejercer sobre él la menor influencia. Brecht, desarrolló una nueva forma de teatro que se
prestaba a representar la realidad de los tiempos modernos, y se encargó de llevar a escena todas las fuerzas
que condicionan la vida humana.
Además
de conmover los sentimientos, obligaba al público a pensar; en las
representaciones teatrales nada se daba por sentado y obligaba al espectador a sacar
sus propias conclusiones. Hasta el fin de su vida sostuvo
la tesis de que el teatro podía contribuir a modificar el mundo. Para ello fue
creando una nueva idea del arte como comprensión total y activa de la historia:
el efecto de distanciamiento, la no contemplación lírica de las cosas y tampoco
replegamiento sutil sobre la subjetividad, sino elecciones humanas y morales,
verificación de los valores tradicionales y elaboración de una nueva presencia
de la poesía en la sociedad.
Su
llamado teatro épico, narrativo, continúa apuntando en las escenificaciones de
hoy a provocar la conciencia crítica de espectadores y actores. Hay que
desmenuzar el texto, no sentirlo, examinarlo desde lejos, tomar distancia del
propio yo. Nada de sentimentalismos que provoquen lágrimas en el escenario. Brecht
hizo gala de antisentimentalismo, así como de su condolencia para los pobres y
su sufrimiento, al tiempo que atacaba la falsa respetabilidad de los burgueses.
El famoso efecto de distanciamiento creado por Brecht es un arma contra el
romanticismo y el sentimentalismo. La crítica social, la compasión por los
seres humanos y el consiguiente cambio de la sociedad debían desempeñar el
papel esencial. Así, las canciones interrumpen los parlamentos, el telón priva
al escenario de la magia teatral, y un cartel plantea la exigencia. Los actores
de Brecht son sus alumnos: les deja actuar en el escenario y de ese modo
edifican la pieza, mientras que el director la destruye. La genialidad y la
ingenuidad mantienen un equilibrio. Esta combinación es el secreto del éxito de
Brecht.
Brecht
figura entre los autores más importantes del siglo xx. Es el prototipo del
intelectual revolucionario que ha tratado de descifrar la realidad a través del
arte. Lo cierto es que su obra teatral y sus numerosos escritos teóricos han
ejercido enorme influencia sobre los escritores contemporáneos a él.
Material
desclasificado
En
el quincuagésimo aniversario de su muerte, el diario alemán de Berlín,
Tagesspiegel, publicó las grabaciones completas de un discurso dado el 1 de
septiembre de 1956 por Erich Mielke con motivo de su nombramiento como Director
de la Stasi (policía secreta de la RDA). En él, Mielke admitía que Brecht
«quería hacer una denuncia contra un dirigente de la Seguridad del Estado», y
tras una intencionada pausa, agregó: «después Brecht murió de un infarto». Así
abonó la hipótesis de que Brecht recibió un «tratamiento mortal deliberado» a
la afección coronaria que arrastraba desde hacía años.
Su
estilo y lenguaje continúan ejerciendo influencia hasta hoy en el teatro
moderno.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Bertolt_Brecht
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