Hermenegildo Bustos
Hijo
de Serafina Hernández y de José María Bustos, quienes manifiestan una fe
profunda en el cristianismo, pasión que Hermenegildo también adopta. Crece en
el lugar de su nacimiento y tal sitio sufre de diferentes complicaciones, ya
que es afectado por la enfermedad del cólera, así como por la desamortización
de las pertenencias de la iglesia y por la formación del Estado.
Hermenegildo
Bustos fue un artista que se dedicó a la pintura, desarrollándose con un
aprendizaje autodidacta. Efectuó obras con temática religiosa, sin embargo,
destacó principalmente por su trabajo en el retrato. La inclinación de Bustos
por el arte y la pintura se puede percibir desde muy pronto, debido a que
comienza a pintar siendo aún muy joven. Así también opta por seguir las
actividades de su progenitor, y como él, se acerca a la escritura
desarrollándose en la crónica.
Realiza
entonces diferentes registros en donde añade datos relevantes y cuenta diversos
acontecimientos con bastante detalle. Además, se involucra en diferentes
oficios, entre ellos labora vendiendo nieves, en la albañilería, hojalatería,
carpintería, sastrería, trabaja también en el entorno de la música, así como
realizando esculturas y escenografías.
En
realidad, son muchas las vertientes en donde él tiene incidencia; y de igual
forma se interesa notablemente por la historia y también por la rama
astronómica y por la arquitectura. Sin embargo, su principal y más importante
interés radica en la pintura. Por ello, por algunos meses intenta aprender
algunas cosas del artista Juan Herrera, pero éste le brinda pocos conocimientos
y en realidad sólo lo utiliza como ayudante. La vida de Hermenegildo Bustos
brinda creaciones artísticas de características muy sobresalientes. Él destaca
principalmente por su línea del retrato, en donde comunica emociones con un
impacto psicológico muy notorio.
A
pesar de no tener estudios formales, su obra se llega a presentar en distintos
lugares del mundo como en París, en Londres, Ciudad de México, Tokio y
Estocolmo.
Bustos
fue un hombre humilde, sencillo y orgulloso de su origen que se autocalificaba
como pintor aficionado; Solía decir con frecuencia indio soy y a mucha honra;
aunque su origen era mestizo. Nunca dejó
su ciudad natal y su fidelidad también se tradujo en la técnica que utilizaba,
principalmente óleo. Con el triunfo de la Revolución mexicana se produce un
profundo movimiento nacional de re-funcionalización del arte, y es entonces
cuando la obra de Bustos, como muchas otras expresiones de la cultura, recibe
una carga de significados, que antes no había tenido. Las etapas de su
inserción en el acervo artístico nacional no pueden enumerarse de manera precisa,
porque sus redescubridores no levantaron actas ni llevaron registros. Mas una
vez visualizados los primeros vestigios de su existencia, las actividades de
rescate fueron constantes, y hasta degeneraron en imputaciones y
falsificaciones.
Fue
un pintor con sello único y original. Una de las características más
importantes de sus retratos es la fuerza psicológica penetrante: las facciones
trascienden el paso de los años y transmiten sentimientos intemporales. El
cuerpo de sus personajes está reducido al mínimo necesario y las manos están
empeñadas en sostener objetos, lo cual constituye otra señal de identidad. Tuvo
una gran riqueza de detalles y una excelente calidad en la preparación de
pigmentos. Fue denominado como un cronista visual en su región.
Su primera pintura conocida data del año 1850, cuando Bustos tenía 18 años. Es un retrato del presbítero Vicente Arriaga. En 1852 hizo un retrato de su padre, quien había fallecido un año antes. El 22 de junio de 1854 se casó con Doña Joaquina Ríos. El pintor trabajó mucho para inmortalizar a sus conocidos, como a los Aranda, los Estrada y en especial, los Valdivia, de los cuales hay gran cantidad de obras que hoy se conservan. En 1856, pintó a Francisca Valdivia cuando ésta tenía 15 años.
En
febrero de 1858, Purísima del Rincón acogió por un espacio de dos semanas a
Benito Juárez, recién nombrado presidente de la República por primera vez.
Debido a que fue recibido con gran júbilo por la comunidad, Juárez decidió instalar
su despacho en la sede del Ayuntamiento, en el cual, una mañana, se presentó
Hermenegildo Bustos con la idea de retratarlo, y Juárez accedió a esta
propuesta. El retrato estuvo en casa de Bustos hasta la muerte de éste y luego
la obra fue destruida.
Para
1860, comenzó a trabajar en el retrato de pareja y de familia. Dos años después
realizó el retrato de Juan Nepomuceno Gutiérrez Valdivia, del cual existen tres
versiones más. En el mes de octubre de 1862 se retrataron Francisca Valdivia de
Chávez (por segunda vez) de 21 años, su hijo primogénito Rafael Chávez, de 8
años, y Elena Chávez, de 8 meses. En este segundo retrato, Bustos supo plasmar
el semblante serio y austero de Francisca, que sujetaba a su hija.
Hermenegildo
en 1892 retrató a una de las familias guanajuatenses más importantes, la
familia Aranda que ha sido la única en tener el privilegio de ser representada
por los dos máximos artistas de la región: Bustos y Diego Rivera. El ingeniero
Rubén Aranda Solórzano, hermano de Lucía Aranda, fue retratado por Rivera en
1951 dentro del mural El agua en la evolución de la especie que decora el
interior del Cárcamo de Lerma, en el bosque de Chapultepec. El retrato de Matías Aranda se inspiró
en una fotografía cuyo autor es
desconocido, pero permite evidenciar el talento de Bustos como retratista dado
que la comparación de la fisonomía registrada en la pintura es visiblemente similar al
retrato fotográfico.
A
partir de 1870, la cantidad de retratos disminuyó considerablemente. En 1884
abandonó el rectángulo (forma que utilizaba en todos sus cuadros) para ir con
la época.
En
1901, seis años antes de su muerte, pintó su autorretrato, para el cual diseñó
su propio abrigo. En él plasmó lo siguiente: Hermenegildo Bustos, indio de este
pueblo de Purísima del Rincón, nací el 13 de abril de 1832.
Al reverso de sus cuadros describía a los retratados, frecuentemente señalaba la altura y esporádicamente les ponía una dedicatoria. Firmaba Hermenegildo Bustos de aficionado pintó o +H. Bustos (aficionado). Pascual Aceves, estudioso de Bustos, le atribuye las esculturas para los templos de Purísima, entre ellos un Señor de la Buena Muerte de Santuario, un Ecce Homo y una Virgen de Dolores en la parroquia de la Purísima. Aficionado de la astronomía, dejó pinturas de cometas y eclipses.
Entre
sus obras destacan el Retrato de Vicenta de la Rosa de Reyes y el Retrato de
Manuel Desiderio Rojas, ambos expuestos en el Museo Nacional de Arte de la
Ciudad de México. Hermenegildo Bustos murió
a los 75 años, el 28 de junio de
1907, y sus restos fueron sepultados en el cementerio del pueblo que lo vio
nacer. Su esposa murió un año antes que él.
De ambos quedó constancia fotográfica por el señor cura Gil Palomares quien los
retrató el 23 de abril de 1901.
Influencia
La
gente de Purísima del Rincón utilizó de manera extendida sus obras. Con su
muerte, muchos de sus retratos se descolgaron de las paredes.
Con
el triunfo de la Revolución Mexicana se produce un movimiento nacional de
revaloración del arte, y así, como muchas otras expresiones culturales, la obra
de Bustos recibe una carga de significados. Bustos aparece hasta 1933 en un
libro: Pintura Mexicana (1800-1860), de Roberto Montenegro. Sin embargo, el
retrato es de Joaquina Ríos, sin fecha y sin firma, acreditado como anónimo.
La
primera ficha biográfica sobre Bustos apareció en el catálogo de la exposición
Veinte siglos de arte mexicano, en 1940, en el Museo de Arte Moderno de Nueva
York, por el Instituto de Antropología e Historia de México. En el cual decía:
Bustos, Hermenegildo. Pintor. Nació en Guanajuato a fines del siglo XVIII.
Murió en Guanajuato. Sin haber salido de su ciudad natal, fue un excelente
retratista.
Sus
retratos fueron coleccionados, en primer lugar, por el escritor Francisco
Orozco Muñoz de Guanajuato. Posteriormente, la casa del doctor Aceves Barajas,
de San Francisco del Rincón, se convirtió en el Museo Hermenegildo Bustos. Su obra se exhibió en el museo Nacional de Arte de la ciudad de México en 1951 y posteriormente en París y Estocolmo (1952), Londres (1953) y Tokio (1955).
Bustos dejó un recuerdo imborrable
en la memoria de su pueblo, por lo que en 1956 Purísima del Rincón se rebautizó como Purísima de Bustos,
en honor del artista que le dio un rostro.
Su
obra está distribuida entre varias ciudades: Purísima del Rincón, San Francisco
del Rincón, León (Guanajuato), Silao, Guanajuato (Guanajuato), Irapuato, Ciudad
Manuel Doblado (municipio), en el Estado de Guanajuato; en Aguascalientes,
Zacatecas, ciudad de México y poblaciones del estado de Jalisco: Lagos de
Moreno, San Diego de Alejandría y Encarnación de Díaz.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermenegildo_Bustos


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