Pedro María Anaya
Nació el 20 de mayo de
1794 en San Mateo de Huichapan, un pueblo localizado en el hoy estado de
Hidalgo. Sus padres fueron Pedro José Anaya y Maldonado y María Antonia de
Álvarez, ambos españoles.
Inicios
en el ejército
Comenzó su carrera militar
en el Ejército Real Español en 1810 a los 16 años, como cadete en la compañía
de Tres Villas. En junio de 1821 se unió al ejército insurgente peleando hasta
la Independencia del Imperio Español. Participó en todas las contiendas
intestinas ocurridas en el país, además de defender el territorio nacional en
el intento de reconquista español de 1829.
Participó apoyando
movimientos independentistas en Centroamérica. En 1821 se adhirió al Plan de Iguala.
Los vaivenes políticos
lo dejaron sin empleo y al borde de la miseria desde la segunda mitad de la
década de 1830 hasta 1845, cuando su amigo y antiguo compañero de armas José
Joaquín de Herrera llegó a la presidencia y lo nombró secretario de Guerra y Marina,
cargo que desempeñó por muy poco tiempo, pero que le permitió salir de la
oscura posición en que se encontraba. Después ocupó un escaño en la Cámara de
Diputados.
Presidente
interino
Durante la Intervención
estadounidense en México, el general Pedro María Anaya era presidente del
Congreso y su actuación al principio de la guerra fue incierta y vacilante,
hasta que fue nombrado presidente interino de la República en sustitución de
Antonio López de Santa Anna.
Como presidente hizo
enormes esfuerzos para conseguir fondos para el ejército, organizó nuevas
corporaciones militares y trató de unir la voluntad nacional en defensa de la
Patria. Pero después de la derrota de Cerro Gordo, en Veracruz. Santa Anna
regresó a México a hacerse cargo de la conducción de la República y a dirigir
la defensa de la capital, por lo que el general Anaya recibió el mando de dos
batallones que debían de defender el Convento de Churubusco.
Invasión
estadounidense: la defensa del Convento de Santa María de Churubusco
Correspondió a su
persona combatir a los invasores en el convento de Churubusco, defendiéndolo en
la Batalla de Churubusco, que tuvo lugar en el entonces Exconvento de Santa
María de Churubusco, hoy Museo Nacional de las Intervenciones. En la defensa de
este bastión, localizado en el sur de la Ciudad de México, fue apoyado por el
Batallón de San Patricio, formado por irlandeses católicos desertores de las
filas estadounidenses. Defendido a sangre y fuego, con lo que tuvo y pudo,
originó pérdidas importantes al ejército invasor. Después de una heroica
resistencia, donde el ejército mexicano comandado por el General Pedro María
Anaya y dado que al terminarse el armamento se vieron obligados los mexicanos y
sus aliados irlandeses a luchar hasta con sus puños y bayonetas, hasta su
rendición. Cuando al fin entraron las tropas estadounidenses, al mando del
general Twiggs, este le preguntó al General Anaya por las armas, pertrechos,
municiones, a lo cual el general le contestó: ¡Si
hubiera parque, no estaría usted aquí!.
La batalla fue relevante
no solo por la victoria estadounidense, que hizo posible el ganar la Guerra
Mexicana-Estadounidense, pero también por la participación histórica del
Batallón de San Patricio.
Fue capturado y vio el
final de la guerra como prisionero de guerra de los estadounidenses, y
posteriormente fue liberado. Más tarde, volvió a ocupar interinamente la
presidencia de México entre 1847 y 1848.
Muerte
Murió el 21 de marzo de
1854, debido a una neumonía fulminante.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Mar%C3%ADa_Anaya
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