Piotr Ilich Chaikovski
Piotr Chaikovski nació en
Vótkinsk, un pequeño pueblo en la actual Udmurtia. En 1843, los padres de
Chaikovski contrataron los servicios de una institutriz francesa llamada Fanny
Dürbach. Su pasión y afecto por el cargo contrarrestaban la actitud de
Aleksandra, descrita por un biógrafo como una madre fría, infeliz y distante,
no dada a mostrar afecto físico. Sin embargo, otros autores afirman que
Aleksandra adoraba a su hijo.
Piotr Chaikovski empezó las
lecciones de piano a los cinco años. Fue un alumno precoz, en tres años fue
capaz de leer música tan bien como su profesora. Sin embargo, la pasión de sus
padres sobre su talento musical pronto se enfrió. En 1850, la familia decidió
enviarlo a la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo. Esta
institución atendía principalmente a la pequeña nobleza y prepararía a
Chaikovski como funcionario. Dado que la edad mínima para acceder era de doce
años, Chaikovski tuvo que pasar dos años en un internado de la escuela preparatoria
de la Escuela Imperial de Jurisprudencia, a unos 1300 km de su familia. Una vez que estos dos años pasaron,
Chaikovski fue trasladado a la Escuela Imperial de Jurisprudencia para empezar
un curso de estudios que duraría siete años.
El 25 de junio de 1854,
Chaikovski se vio profundamente afectado por la muerte de su madre Aleksandra a
causa del cólera. Lo afectó tanto que se sintió incapaz de darle la noticia a
Fanny Dürbach hasta transcurridos dos años. Sin embargo,
unos meses después de la muerte de su madre, realizó el primer
intento serio de composición, un vals en su memoria. Varios autores afirman que
la pérdida de su madre contribuyó al desarrollo sexual de Chaikovski, así como
su experiencia con las supuestamente extendidas prácticas homosexuales entre
estudiantes de la Escuela Imperial de Jurisprudencia. Sea cual fuere la verdad de esto, algunas
amistades con sus compañeros, como Alekséi Apujtin y Vladímir Gerard,
fueron suficientemente intensas para durar el resto de su vida.
La música no era una
prioridad alta en la Escuela, pero Chaikovski asistía regularmente
al teatro y a la ópera con otros estudiantes. Se aficionó a las obras de Rossini,
Bellini, Verdi y Mozart. El fabricante de pianos Franz Becker realizaba visitas
de vez en cuando a la Escuela como profesor de música simbólico. Esta fue la
única instrucción formal sobre música que recibió allí. Desde 1855, su padre,
Iliá Chaikovski, le financió lecciones privadas con Rudolph Kündinger, un
reconocido profesor de piano de Núremberg. Iliá además le preguntó a Kündinger
sobre la posibilidad de una carrera musical para su hijo. Kündinger contestó
que nada sugería que fuera un compositor potencial o incluso un buen
intérprete. A Chaikovski se le dijo que acabara su curso y luego intentara
acceder a un puesto en el Ministerio de Justicia.
Chaikovski se graduó el 25
de mayo de 1859 con el rango de consejero titular, el rango más bajo en la
carrera de funcionario. El 15 de junio fue admitido en el Ministerio de
Justicia. Seis meses más tarde alcanzó el puesto de asistente subalterno y dos
meses después de esto, asistente superior. En ese cargo se quedó Chaikovski
para el resto de su carrera de funcionario, que duraría tres años.
En 1861, asistió a las
clases de teoría musical organizadas por la Sociedad Musical Rusa (SMR)
impartidas por Nikolái Zaremba. Un año más tarde siguió a Zaremba para entrar
en el nuevo Conservatorio de San Petersburgo. Chaikovski no dejaría su puesto
en el Ministerio hasta «que no estuviera bastante seguro de que estaba
destinado a ser músico en vez de funcionario». Desde 1862 hasta 1865 estudió armonía, contrapunto
y fuga con Zaremba, y Antón Rubinstein, director y fundador del
Conservatorio, le impartió instrumentación y composición. En 1863 abandonó su carrera de funcionario
y se dedicó a estudiar música a tiempo completo, graduándose en diciembre de
1865. Rubinstein estaba impresionado por el talento musical de Chaikovski, pero
esto no evitó tanto los conflictos con él como con Zaremba acerca de la Primera
Sinfonía del joven compositor, escrita tras su graduación, cuando la envió para
que le dieran una lectura concienzuda. La sinfonía recibió su primera
interpretación completa en Moscú en febrero de 1868, donde fue bien recibida.
Su relación con
Los Cinco
La orientación de
Rubinstein hacia la música occidental le trajo la oposición del grupo
nacionalista musical conocido como Grupo de los Cinco. Al ser el alumno más
conocido de Rubinstein, Chaikovski fue tratado como un blanco fácil,
especialmente como carne de cañón para las críticas de César Cui. Esta actitud cambió ligeramente cuando
Rubinstein abandonó el panorama musical de San Petersburgo en 1867. En
1869 Chaikovski inició una relación laboral con el compositor
Mili Balákirev, líder de
Los Cinco; el resultado fue el reconocimiento de la primera obra maestra de
Chaikovski, la fantasía-obertura Romeo y Julieta, una obra que Los Cinco
adoptaron incondicionalmente. Permaneció cordial con ellos, pero
nunca intimó con la mayoría del grupo de
Los Cinco, dado que su música le parecía ambivalente; sus metas y estilo
estético no iban con él. Se aseguró de mantener una
independencia musical de ellos, así como de la facción conservadora
del Conservatorio de San Petersburgo, una actitud que facilitó su aceptación
como profesor del Conservatorio de Moscú, puesto que le fue ofrecido por
Nikolái Rubinstein.
Compositor
maduro
Chaikovski compaginó sus
quehaceres profesionales con la realización de críticas musicales mientras seguía componiendo. Algunas de
sus obras más conocidas de
este periodo son Primer concierto para piano, las Variaciones sobre un tema
rococó para
violonchelo y orquesta, la Sinfonía «Pequeña Rusia» y el ballet El
lago de los cisnes. El Primer concierto para piano recibió un rechazo inicial
por parte de Nikolái Rubinstein, persona a la cual el concierto iba dedicado,
tal y como contó Chaikovski tres años después. La obra fue entonces ofrecida al
pianista Hans von Bülow, cuya manera de interpretar había impresionado a
Chaikovski durante una aparición en Moscú en marzo de 1874. Bülow estrenó la
obra en Boston en octubre de 1875; Rubinstein finalmente acabó apoyando la
obra.
https://www.youtube.com/watch?v=km3XRd3r7to
Confusión en la
vida y la música
En 1868, Chaikovski conoció
a la soprano belga Désirée Artôt, que por aquel entonces se encontraba en una
gira por Rusia. Se encapricharon el uno del otro y se comprometieron al
matrimonio. Chaikovski le dedicó su Romance en fa menor para piano, Óp. 5. Sin
embargo, el 15 de septiembre de 1869, sin decirle nada a Chaikovski, Artôt se casó con un miembro
de su grupo, el barítono español Mariano Padilla y Ramos.
La opinión generalizada
es que Chaikovski superó el asunto bastante pronto. Sin embargo, se ha
postulado que codificó su nombre en el Concierto para piano n.º 1 en si bemol
menor y el poema sinfónico Fatum. Se volvieron a
ver, más tarde, en
varias ocasiones y en octubre de 1888 Chaikovski escribió Seis canciones
francesas, Op. 65, para ella, como respuesta a su simple petición de una única
canción. Chaikovski más tarde llegó a decir que fue la única mujer que jamás
amó.
En abril de 1877, el alumno
favorito de Chaikovski, Vladímir Shilovski, se casó de repente con la
aristócrata Anna Vasílieva, hija del conde Alekséi Vasíliev. La boda de
Shilovski pudo incitarlo en cambio a plantearse tomar también tal paso. Declaró su intención de casarse en
una carta a su hermano. A esto le
siguió el desdichado
matrimonio de Chaikovski con una de sus antiguas estudiantes de composición, Antonina
Miliukova. El poco tiempo que duró con su mujer lo llevó a una crisis
emocional, seguida de una estancia en Clarens (Suiza) para descansar y recuperarse. Permanecieron casados legalmente, pero nunca
volvieron a vivir juntos ni tuvieron ningún hijo, aunque ella más tarde tendría tres hijos
con otro hombre.
La debacle marital de
Chaikovski pudo haberlo obligado a enfrentarse a la verdad en lo concerniente a
su sexualidad. Aparentemente, nunca más consideró el matrimonio
como camuflaje o vía de escape, ni se consideró capaz de amar
a una mujer de la misma forma que a un hombre. Le escribió una carta a su
hermano Anatoli desde Florencia (Italia) el 19 de febrero de 1878:
Gracias a la rutina de mi
vida ahora, a la algunas veces tediosa, pero siempre inviolable tranquilidad, y
por encima de todo, al tiempo que cura todas las heridas, me he recuperado
totalmente de mi locura. No hay ninguna duda de que durante algunos meses he
estado un poco loco, y sólo ahora, al estar completamente recuperado, he
aprendido a relacionar objetivamente con todo lo que hice durante mi breve
periodo de locura. El hombre que en mayo se le ocurrió casarse con Antonina
Ivánovna, quien durante junio escribió una ópera entera como si nada hubiera
pasado, quien en septiembre huyó de su mujer, quien en noviembre se embarcó
destino a Roma y otras cosas por el estilo; ese hombre no era yo, sino otro
Piotr Ilich.
Unos días más tarde, en
otras cartas dirigidas a Anatoli, añadió que no había «nada más en vano que intentar ser alguien distinto
al que soy por naturaleza»
Se suele afirmar que la
tensión del matrimonio y el estado emocional de Chaikovski justo antes, en
realidad, pudieron haber mejorado la creatividad del compositor. Hasta cierto
punto, pudo darse este caso. Mientras la Cuarta Sinfonía se inició algunos
meses antes de que Chaikovski se casara con Antonina, tanto
la sinfonía como la ópera Eugenio Oneguin, que
podría decirse que
son dos de sus mejores composiciones, se sostienen
como una prueba de esta mejoría en su creatividad. Acabó ambas obras en
los seis meses que pasaron desde su compromiso hasta el fin de la cura de
reposo tras su crisis matrimonial. Cuando estuvo en Clarens además compuso su
Concierto para violín, recibiendo para ello ayuda técnica de uno de sus
antiguos estudiantes, el violinista Iósif Kotek. Kotek posteriormente le
ayudaría a establecer contacto con Nadezhda von Meck, la viuda de un magnate de
los ferrocarriles, que se convirtió en su mecenas y confidente.
Como el Primer concierto
para piano, el Concierto para violín fue rechazado inicialmente por la persona
a la cual el concierto iba dedicado, en este caso el notable virtuoso y
pedagogo Leopold Auer. Recibió el estreno en manos de otro solista (Adolph
Brodsky), y a pesar de que finalmente contaría con el favor del público, la
audiencia silbó durante su estreno en Viena, y fue
denigrado por el crítico musical Eduard Hanslick: El compositor ruso Chaikovski seguramente
posea un talento no ordinario, pero más bien, uno exagerado, obsesionado con
actuar como un hombre de letras, pero careciendo de criterio y gusto... lo
mismo puede decirse de su nuevo, largo y ambicioso Concierto para violín.
Durante un rato avanza discretamente, con sobriedad, con musicalidad y sin ser
irreflexivo, pero pronto la vulgaridad toma la mano superior y sigue así hasta
el final del primer movimiento. El violín a partir de entonces no se toca: es
zarandeado, rasgado, maltrecho... El Adagio intentaba en un principio
reconciliarnos y convencernos cuando, demasiado pronto, se interrumpe para
dirigirse a un final que nos transporta a la brutal y espantosa jovialidad de
una celebración de iglesia rusa. Vemos una gran cantidad de caras burdas y
soeces, escuchar insultos groseros y oler el aliento a alcohol. Durante una
discusión sobre ilustraciones obscenas, Friedrich Vischer una vez sostuvo que
había pinturas cuyo hedor uno podía incluso ver. El Concierto para violín de
Chaikovski nos enfrenta por primera vez con la espantosa idea de que puede
haber composiciones musicales cuyo tufo hediondo uno puede escuchar.
Auer tardíamente aceptaría
el concierto y finalmente lo tocaría con gran éxito entre el público. En el
futuro enseñó la obra a sus alumnos, incluyendo Jascha Heifetz y Nathan
Milstein. Auer más tarde diría sobre el comentario de Hanslick que «el hecho de que
el último movimiento tuviera un ligero aroma a vodka [...] no iba acorde con su
buen juicio ni con su reputación como crítico».
La fama de Chaikovski entre
las audiencias de conciertos empezó a expandirse fuera de Rusia y continuó
creciendo. Hans von Bülow se convirtió en un ferviente defensor de la música
del compositor tras escuchar algunas de sus obras en un concierto en Moscú
durante la cuaresma de 1874. En un periódico alemán a finales de
ese año, alabó el Primer
cuarteto de cuerda, Romeo y Julieta y otras obras, e interpretaría algunas
otras obras de Chaikovski tanto como pianista y como director. En Francia,
Camille Benoit empezó a introducir la música de Chaikovski a los
lectores de la Revue et gazette musicale de Paris. La música también recibió
bastante publicidad durante la Exposición Internacional de 1878 en París.
Mientras, la reputación de Chaikovski crecía, el aumento correspondiente de
interpretaciones de sus obras no tuvo lugar hasta que empezó a dirigirlas él
mismo, empezando a mediados de la década de 1880. Sin embargo, en el año 1880 todas
las óperas que
Chaikovski había completado
hasta la fecha ya habían contado con una puesta en escena y todas sus
obras orquestales habían tenido interpretaciones recibidas con comprensión.
Nadezhda von Meck era la
viuda de un rico empresario de ferrocarriles ruso y una mecenas influyente en
las artes. Tras oír alguna obra de Chaikovski, fue animada por el violinista
Kotek para que le encargara algunas piezas de música de cámara. Su apoyo llegó a significar un elemento
importante en la vida de Chaikovski; finalmente von Meck le acabaría pagando un
subsidio anual de 6000 rublos, lo que le permitió dejar el puesto en el
Conservatorio de Moscú en octubre de 1878 y concentrarse en la composición. Con el mecenazgo de von Meck se inició una relación que, debido a
la insistencia de ella, fue principalmente epistolar: ella estipuló desde un
principio que nunca se conocieran cara a cara. Intercambiaron unas 1000 cartas
desde 1877 hasta 1890. En estas cartas Chaikovski fue mucho más abierto sobre
su vida y proceso creativo que con ninguna otra persona.
Además de ser una adepta
entregada a las obras musicales de Chaikovski, von Meck se convirtió en una
parte vital para su existencia en el día a día. Tal y como le
explicó a ella,
"Hay algo tan especial
sobre nuestra relación que a veces me deja atónito. Te he contado más de una
vez, creo que tú eres para mí la misma mano del Destino, vigilándome y
protegiéndome. El mismo hecho de que no te conozco personalmente, junto con el
hecho de sentirme tan cerca de ti, hace que te imagine como una presencia
oculta, pero benevolente, como una Providencia divina".
En 1884 Chaikovski y von
Meck quedaron emparentados por el matrimonio de uno de sus hijos, Nikolái, y la
sobrina de Chaikovski, Anna Davýdova. Sin embargo,
en 1890 von Meck de repente dio por terminada la relación. Padecía problemas de
salud que dificultaban su escritura; también había presiones por parte de la
familia además de dificultades financieras debido a la mala gestión de sus
propiedades por parte de su hijo Vladímir. La ruptura con Chaikovski fue
anunciada en una carta entregada por un criado de confianza, en lugar del
servicio postal habitual. Contenía la petición de que nunca
la olvidara y venía con el adelanto del subsidio de un año. Justificaba
esto al estar en bancarrota, lo cual, si no literalmente cierto, era
evidentemente una amenaza real por aquel entonces.
Chaikovski se enteró casi
un año más tarde de los problemas financieros de su benefactora. Esto no le
impidió continuar
dando por sentado el subsidio (con frecuentes expresiones efusivas sobre su
gratitud eterna), ni se ofreció a devolver el anticipo que recibió con la carta
de despedida. A pesar de su creciente popularidad por toda Europa, la
asignación de von Meck seguía siendo una tercera parte de los ingresos del
compositor. Aunque ya no
necesitara su dinero tanto como en el pasado, la pérdida de su
amistad, apoyo y ánimo fue devastadora; permaneció confundido y
resentido sobre su abrupta desaparición durante los restantes
tres años de su vida.
Años de viajes
Chaikovski volvió al
Conservatorio de Moscú en otoño de 1879, tras haber abandonado Rusia durante un
año al desintegrarse su matrimonio. Sin embargo, rápidamente dimitió,
estableciéndose en Kámenka, aunque viajando sin cesar. Durante estos años, contando con la
seguridad de los ingresos regulares de von Meck, erró por Europa y
la Rusia rural, sin permanecer mucho tiempo en un sitio y viviendo principalmente
solo, evitando el contacto social siempre que le fuera posible. Esto pudo haberse debido en parte a problemas con
Antonina, quien accedería o rechazaría alternativamente la opción de
divorciarse, llegando hasta un punto en el que se trasladó a un
apartamento justo debajo del de su marido. Chaikovski enumera las acusaciones
de Antonina hacia él en detalle a Modest: «Soy un impostor que se casó con ella
para ocultar mi verdadera naturaleza... La insultaba cada día, sus
padecimientos por mi culpa eran grandes... a ella le horroriza mi vergonzosa
voz, etc., etc.». Es posible que viviera durante el resto de su vida
con el miedo de que Antonina pudiera revelar públicamente su inclinación
sexual. Estos factores pueden explicar el por qué, excepto por el Trío para
piano que escribió tras la muerte de Nikolái Rubinstein, sus mejores trabajos
durante este periodo sean en géneros que no dependen mucho de la expresión
personal.
Conforme la reputación de
Chaikovski crecía rápidamente fuera de Rusia, se consideró, tal y como
Alexandre Benois lo escribió en sus memorias, «obligatorio [en los círculos
progresistas musicales en Rusia] tratar a Chaikovski como un renegado, un
maestro dependiente principalmente de Occidente». En 1880 esta
opinión cambió,
prácticamente de la noche a la mañana. Durante las ceremonias de conmemoración
para el monumento dedicado a Pushkin en Moscú, Fiódor Dostoyevski dijo que el
poeta había recibido un aviso profético de que Rusia conformaría una «unión
universal» con Occidente. Un clamor sin
precedentes a raíz del mensaje de Dostoyevski se extendió por toda Rusia
y el desdén por la música de
Chaikovski se disipó. Incluso creó un culto siguiendo a
varios jóvenes
intelectuales de San Petersburgo, incluyendo Benois, Léon Bakst y
Serguéi Diáguilev.
En 1880 la Catedral de
Cristo Salvador de Moscú, encargo del zar Alejandro I para conmemorar la
derrota de Napoleón Bonaparte en 1812, estaba a punto de finalizarse; el 25
aniversario de la coronación de Alejandro II tendría lugar en 1881 y la Exhibición de Artes e Industria de
Moscú de 1882 estaba
en los preparativos. Nikolái Rubinstein sugirió una pieza conmemorativa
grandiosa para emplearse en las festividades relacionadas. Chaikovski empezó el
proyecto en octubre de 1880, acabándolo en seis semanas. Le escribió a von Meck
que la obra resultante, la Obertura 1812, sería «demasiado fuerte y ruidosa,
pero la escribí sin un cálido sentimiento de amor, por tanto, no tendrá ningún
mérito artístico». También le advirtió al director Eduard Nápravník que «no me
sorprenderé ni ofenderé si encuentras
que la obra está escrita en un estilo inapropiado para conciertos
sinfónicos». Sin embargo, esta obra se ha convertido para
muchos, tal y como la autoridad en Chaikovski, David Brown lo expresa, en «la
pieza de Chaikovski que mejor conocen».
El 23 de marzo de 1881,
Nikolái Rubinstein murió en París. Chaikovski estaba de vacaciones en Roma y
acudió inmediatamente para asistir al funeral en París de su respetado mentor,
pero llegó demasiado tarde. En diciembre,
empezó a trabajar en
un Trío para piano en
la menor, «dedicado a la
memoria de un gran artista». El trío fue estrenado
de forma privada en el Conservatorio de Moscú, en el cual Rubinstein había sido
director, durante el primer aniversario de su muerte por tres de sus
profesores. La pieza se
hizo extremadamente popular en vida del compositor y, como un irónico giro del
destino, sería la elegía del propio
compositor cuando se interpretó en los conciertos memoriales que tuvieron lugar en
Moscú y San Petersburgo en noviembre de 1893.
Regreso a Rusia
Durante 1884 Chaikovski
empezó a deshacerse de su insociabilidad y preocupaciones. En marzo de ese año,
el zar Alejandro III le otorgó la Orden de San Vladimiro, llevada por la
nobleza hereditaria. La condecoración del zar fue una muestra visible del apoyo
oficial, que ayudó a la rehabilitación social del compositor. Esta recuperación se sustentó en la
confianza ganada tras el tremendo éxito de su Tercera Suite
orquestal en su estreno de enero de 1885 en San Petersburgo, bajo la dirección
de Hans von Bülow. Chaikovski le
escribió a Nadezhda von
Meck: «No había visto nunca
tal triunfo. Vi como toda la audiencia se conmovía y me daba las gracias.
Estos momentos suponen el mejor reconocimiento de toda la vida de un artista.
Hacen que toda la vida empleada y todo el trabajo valgan la pena». La prensa al igual se mostró unánimemente
favorable.
En 1885, Chaikovski se
estableció de nuevo en Rusia. El zar le pidió personalmente una nueva
producción de Eugenio Oneguin para que se representara en San Petersburgo. La
ópera se había visto previamente solo en Moscú de la mano de un conjunto de
estudiantes del Conservatorio. Aunque la recepción de la crítica de la
producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue negativa, la ópera
llenaba cada noche; 15 años más tarde el hermano del compositor Modest
identificó este momento como el momento en el que Chaikovski empezó a ser
conocido y apreciado por las masas, alcanzando el mayor grado de popularidad
que jamás contara un compositor ruso. Las noticias sobre el éxito de la ópera
se extendieron y la obra se interpretó en los teatros de ópera de toda Rusia y
el extranjero.
https://www.youtube.com/watch?v=n1Crz87zAfI
Una peculiaridad de la
producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue que Alejandro III
solicitó que la ópera se representara no en el Teatro Mariinski, sino en el
Teatro Bolshói Kámenny. Esto supuso que la música de Chaikovski estaba
reemplazando la ópera italiana como el arte imperial oficial. Además, gracias a
Iván Vsévolozhski, director de los Teatros Imperiales y mecenas del compositor,
Chaikovski fue recompensado con una pensión vitalicia de 3000 rublos al año por
parte del zar. En esencia este hecho hizo que se convirtiera en el compositor
principal de la corte en la práctica, no siendo un título en realidad.
En enero de 1887 se produjo
el debut de Chaikovski como director invitado, realizando una sustitución de
última hora en el Teatro Bolshói de Moscú para las primeras tres interpretaciones
de su ópera Cherevichki. Dirigir era
una actividad que el compositor quería conquistar desde hace una década, dado
que se dio cuenta de que obtener éxito fuera de Rusia dependía hasta cierto
punto de dirigir uno mismo sus propias obras. En un año de
interpretaciones de la obra Cherevichki, Chaikovski contaba con considerable
demanda por toda Europa y Rusia, que le ayudaron a superar el miedo escénico
que tenía desde siempre y potenciar su confianza en sí mismo. Le escribió a von Meck, «¿¡Reconocerías ahora en
este músico ruso que
viaja por toda Europa a aquel hombre que, solo unos años atrás, huyó de la vida
en sociedad y vivió recluido en el extranjero o en el país!?» En 1888 dirigió el estreno de su Quinta
Sinfonía en San
Petersburgo, repitiendo la obra una semana más tarde con el estreno de
su poema sinfónico Hamlet. A pesar de que ambas obras fueron recibidas con gran
entusiasmo por la audiencia, los críticos se mostraron hostiles, con César Cui
tildando la sinfonía de «rutinaria» y «rimbombante». No obstante, Chaikovski
continuó dirigiendo la sinfonía
en Rusia y Europa. Esta etapa
como director lo llevó a Norteamérica en 1891, donde dirigió la orquesta de
la Sociedad de la Orquesta Sinfónica de Nueva York en su Marcha Eslava en el
concierto inaugural de la sala de conciertos Carnegie Hall de Nueva York. En
1893, la Universidad de Cambridge en Reino Unido le otorgó a Chaikovski un
grado honorario como Doctor of Music.
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Muerte
Chaikovski murió en San
Petersburgo el 6 de noviembre de 1893, nueve días después del estreno de su
Sexta Sinfonía, la Patética. Fue enterrado en el Cementerio Tíjvinskoye en el
Monasterio de Alejandro Nevski, cerca de las tumbas de sus compañeros compositores
Aleksandr Borodín, Mijaíl Glinka, Nikolái Rimski-Kórsakov, Mili Balákirev y
Modest Músorgski. Debido a la innovación formal de la Patética y el
contenido emocionalmente incontenible en sus movimientos centrales, la obra fue
recibida por el público con silenciosa incomprensión durante su
primera interpretación. La segunda interpretación, dirigida por Nápravník, tuvo lugar
veinte días después en un
concierto memorial y fue aceptada
de manera más favorable.
https://www.youtube.com/watch?v=_TFLRV8lfLc
La Patética desde
entonces se ha convertido en una de las obras más conocidas de Chaikovski.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Piotr_Ilich_Chaikovski
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