Piotr Ilich Chaikovski

 

Piotr Chaikovski nació en Vótkinsk, un pequeño pueblo en la actual Udmurtia. En 1843, los padres de Chaikovski contrataron los servicios de una institutriz francesa llamada Fanny Dürbach. Su pasión y afecto por el cargo contrarrestaban la actitud de Aleksandra, descrita por un biógrafo como una madre fría, infeliz y distante, no dada a mostrar afecto físico.  Sin embargo, otros autores afirman que Aleksandra adoraba a su hijo.

 

Piotr Chaikovski empezó las lecciones de piano a los cinco años. Fue un alumno precoz, en tres años fue capaz de leer música tan bien como su profesora. Sin embargo, la pasión de sus padres sobre su talento musical pronto se enfrió. En 1850, la familia decidió enviarlo a la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo. Esta institución atendía principalmente a la pequeña nobleza y prepararía a Chaikovski como funcionario. Dado que la edad mínima para acceder era de doce años, Chaikovski tuvo que pasar dos años en un internado de la escuela preparatoria de la Escuela Imperial de Jurisprudencia, a unos 1300 km de su familia. Una vez que estos dos años pasaron, Chaikovski fue trasladado a la Escuela Imperial de Jurisprudencia para empezar un curso de estudios que duraría siete años.

 

El 25 de junio de 1854, Chaikovski se vio profundamente afectado por la muerte de su madre Aleksandra a causa del cólera. Lo afectó tanto que se sintió incapaz de darle la noticia a Fanny Dürbach hasta transcurridos dos años. Sin embargo, unos meses después de la muerte de su madre, realizó el primer intento serio de composición, un vals en su memoria. Varios autores afirman que la pérdida de su madre contribuyó al desarrollo sexual de Chaikovski, así como su experiencia con las supuestamente extendidas prácticas homosexuales entre estudiantes de la Escuela Imperial de Jurisprudencia. Sea cual fuere la verdad de esto, algunas amistades con sus compañeros, como Alekséi Apujtin y Vladímir Gerard, fueron suficientemente intensas para durar el resto de su vida.

 

La música no era una prioridad alta en la Escuela, pero Chaikovski asistía regularmente al teatro y a la ópera con otros estudiantes. Se aficionó a las obras de Rossini, Bellini, Verdi y Mozart. El fabricante de pianos Franz Becker realizaba visitas de vez en cuando a la Escuela como profesor de música simbólico. Esta fue la única instrucción formal sobre música que recibió allí. Desde 1855, su padre, Iliá Chaikovski, le financió lecciones privadas con Rudolph Kündinger, un reconocido profesor de piano de Núremberg. Iliá además le preguntó a Kündinger sobre la posibilidad de una carrera musical para su hijo. Kündinger contestó que nada sugería que fuera un compositor potencial o incluso un buen intérprete. A Chaikovski se le dijo que acabara su curso y luego intentara acceder a un puesto en el Ministerio de Justicia.

 

Chaikovski se graduó el 25 de mayo de 1859 con el rango de consejero titular, el rango más bajo en la carrera de funcionario. El 15 de junio fue admitido en el Ministerio de Justicia. Seis meses más tarde alcanzó el puesto de asistente subalterno y dos meses después de esto, asistente superior. En ese cargo se quedó Chaikovski para el resto de su carrera de funcionario, que duraría tres años.

 

En 1861, asistió a las clases de teoría musical organizadas por la Sociedad Musical Rusa (SMR) impartidas por Nikolái Zaremba. Un año más tarde siguió a Zaremba para entrar en el nuevo Conservatorio de San Petersburgo. Chaikovski no dejaría su puesto en el Ministerio hasta «que no estuviera bastante seguro de que estaba destinado a ser músico en vez de funcionario». Desde 1862 hasta 1865 estudió armonía, contrapunto y fuga con Zaremba, y Antón Rubinstein, director y fundador del Conservatorio, le impartió instrumentación y composición. En 1863 abandonó su carrera de funcionario y se dedicó a estudiar música a tiempo completo, graduándose en diciembre de 1865. Rubinstein estaba impresionado por el talento musical de Chaikovski, pero esto no evitó tanto los conflictos con él como con Zaremba acerca de la Primera Sinfonía del joven compositor, escrita tras su graduación, cuando la envió para que le dieran una lectura concienzuda. La sinfonía recibió su primera interpretación completa en Moscú en febrero de 1868, donde fue bien recibida.

 

Su relación con Los Cinco

La orientación de Rubinstein hacia la música occidental le trajo la oposición del grupo nacionalista musical conocido como Grupo de los Cinco. Al ser el alumno más conocido de Rubinstein, Chaikovski fue tratado como un blanco fácil, especialmente como carne de cañón para las críticas de César Cui. Esta actitud cambió ligeramente cuando Rubinstein abandonó el panorama musical de San Petersburgo en 1867. En 1869 Chaikovski inició una relación laboral con el compositor Mili Balákirev, líder de Los Cinco; el resultado fue el reconocimiento de la primera obra maestra de Chaikovski, la fantasía-obertura Romeo y Julieta, una obra que Los Cinco adoptaron incondicionalmente.  Permaneció cordial con ellos, pero nunca intimó con la mayoría del grupo de Los Cinco, dado que su música le parecía ambivalente; sus metas y estilo estético no iban con él. Se aseguró de mantener una independencia musical de ellos, así como de la facción conservadora del Conservatorio de San Petersburgo, una actitud que facilitó su aceptación como profesor del Conservatorio de Moscú, puesto que le fue ofrecido por Nikolái Rubinstein.

 

Compositor maduro

Chaikovski compaginó sus quehaceres profesionales con la realización de críticas musicales mientras seguía componiendo. Algunas de sus obras más conocidas de este periodo son Primer concierto para piano, las Variaciones sobre un tema rococó para violonchelo y orquesta, la Sinfonía «Pequeña Rusia» y el ballet El lago de los cisnes. El Primer concierto para piano recibió un rechazo inicial por parte de Nikolái Rubinstein, persona a la cual el concierto iba dedicado, tal y como contó Chaikovski tres años después. La obra fue entonces ofrecida al pianista Hans von Bülow, cuya manera de interpretar había impresionado a Chaikovski durante una aparición en Moscú en marzo de 1874. Bülow estrenó la obra en Boston en octubre de 1875; Rubinstein finalmente acabó apoyando la obra.

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Confusión en la vida y la música

En 1868, Chaikovski conoció a la soprano belga Désirée Artôt, que por aquel entonces se encontraba en una gira por Rusia. Se encapricharon el uno del otro y se comprometieron al matrimonio. Chaikovski le dedicó su Romance en fa menor para piano, Óp. 5. Sin embargo, el 15 de septiembre de 1869, sin decirle nada a Chaikovski, Artôt se casó con un miembro de su grupo, el barítono español Mariano Padilla y Ramos. La opinión generalizada es que Chaikovski superó el asunto bastante pronto. Sin embargo, se ha postulado que codificó su nombre en el Concierto para piano n.º 1 en si bemol menor y el poema sinfónico Fatum. Se volvieron a ver, más tarde, en varias ocasiones y en octubre de 1888 Chaikovski escribió Seis canciones francesas, Op. 65, para ella, como respuesta a su simple petición de una única canción. Chaikovski más tarde llegó a decir que fue la única mujer que jamás amó.

 

En abril de 1877, el alumno favorito de Chaikovski, Vladímir Shilovski, se casó de repente con la aristócrata Anna Vasílieva, hija del conde Alekséi Vasíliev. La boda de Shilovski pudo incitarlo en cambio a plantearse tomar también tal paso. Declaró su intención de casarse en una carta a su hermano. A esto le siguió el desdichado matrimonio de Chaikovski con una de sus antiguas estudiantes de composición, Antonina Miliukova. El poco tiempo que duró con su mujer lo llevó a una crisis emocional, seguida de una estancia en Clarens (Suiza) para descansar y recuperarse. Permanecieron casados legalmente, pero nunca volvieron a vivir juntos ni tuvieron ningún hijo, aunque ella más tarde tendría tres hijos con otro hombre.

 

La debacle marital de Chaikovski pudo haberlo obligado a enfrentarse a la verdad en lo concerniente a su sexualidad.  Aparentemente, nunca más consideró el matrimonio como camuflaje o vía de escape, ni se consideró capaz de amar a una mujer de la misma forma que a un hombre. Le escribió una carta a su hermano Anatoli desde Florencia (Italia) el 19 de febrero de 1878:

Gracias a la rutina de mi vida ahora, a la algunas veces tediosa, pero siempre inviolable tranquilidad, y por encima de todo, al tiempo que cura todas las heridas, me he recuperado totalmente de mi locura. No hay ninguna duda de que durante algunos meses he estado un poco loco, y sólo ahora, al estar completamente recuperado, he aprendido a relacionar objetivamente con todo lo que hice durante mi breve periodo de locura. El hombre que en mayo se le ocurrió casarse con Antonina Ivánovna, quien durante junio escribió una ópera entera como si nada hubiera pasado, quien en septiembre huyó de su mujer, quien en noviembre se embarcó destino a Roma y otras cosas por el estilo; ese hombre no era yo, sino otro Piotr Ilich.

 

Unos días más tarde, en otras cartas dirigidas a Anatoli, añadió que no había «nada más en vano que intentar ser alguien distinto al que soy por naturaleza»

 

Se suele afirmar que la tensión del matrimonio y el estado emocional de Chaikovski justo antes, en realidad, pudieron haber mejorado la creatividad del compositor. Hasta cierto punto, pudo darse este caso. Mientras la Cuarta Sinfonía se inició algunos meses antes de que Chaikovski se casara con Antonina, tanto la sinfonía como la ópera Eugenio Oneguin, que podría decirse que son dos de sus mejores composiciones, se sostienen como una prueba de esta mejoría en su creatividad. Acabó ambas obras en los seis meses que pasaron desde su compromiso hasta el fin de la cura de reposo tras su crisis matrimonial. Cuando estuvo en Clarens además compuso su Concierto para violín, recibiendo para ello ayuda técnica de uno de sus antiguos estudiantes, el violinista Iósif Kotek. Kotek posteriormente le ayudaría a establecer contacto con Nadezhda von Meck, la viuda de un magnate de los ferrocarriles, que se convirtió en su mecenas y confidente.

 

Como el Primer concierto para piano, el Concierto para violín fue rechazado inicialmente por la persona a la cual el concierto iba dedicado, en este caso el notable virtuoso y pedagogo Leopold Auer. Recibió el estreno en manos de otro solista (Adolph Brodsky), y a pesar de que finalmente contaría con el favor del público, la audiencia silbó durante su estreno en Viena, y fue denigrado por el crítico musical Eduard Hanslick: El compositor ruso Chaikovski seguramente posea un talento no ordinario, pero más bien, uno exagerado, obsesionado con actuar como un hombre de letras, pero careciendo de criterio y gusto... lo mismo puede decirse de su nuevo, largo y ambicioso Concierto para violín. Durante un rato avanza discretamente, con sobriedad, con musicalidad y sin ser irreflexivo, pero pronto la vulgaridad toma la mano superior y sigue así hasta el final del primer movimiento. El violín a partir de entonces no se toca: es zarandeado, rasgado, maltrecho... El Adagio intentaba en un principio reconciliarnos y convencernos cuando, demasiado pronto, se interrumpe para dirigirse a un final que nos transporta a la brutal y espantosa jovialidad de una celebración de iglesia rusa. Vemos una gran cantidad de caras burdas y soeces, escuchar insultos groseros y oler el aliento a alcohol. Durante una discusión sobre ilustraciones obscenas, Friedrich Vischer una vez sostuvo que había pinturas cuyo hedor uno podía incluso ver. El Concierto para violín de Chaikovski nos enfrenta por primera vez con la espantosa idea de que puede haber composiciones musicales cuyo tufo hediondo uno puede escuchar.

 

Auer tardíamente aceptaría el concierto y finalmente lo tocaría con gran éxito entre el público. En el futuro enseñó la obra a sus alumnos, incluyendo Jascha Heifetz y Nathan Milstein. Auer más tarde diría sobre el comentario de Hanslick que «el hecho de que el último movimiento tuviera un ligero aroma a vodka [...] no iba acorde con su buen juicio ni con su reputación como crítico».

 

La fama de Chaikovski entre las audiencias de conciertos empezó a expandirse fuera de Rusia y continuó creciendo. Hans von Bülow se convirtió en un ferviente defensor de la música del compositor tras escuchar algunas de sus obras en un concierto en Moscú durante la cuaresma de 1874. En un periódico alemán a finales de ese año, alabó el Primer cuarteto de cuerda, Romeo y Julieta y otras obras, e interpretaría algunas otras obras de Chaikovski tanto como pianista y como director. En Francia, Camille Benoit empezó a introducir la música de Chaikovski a los lectores de la Revue et gazette musicale de Paris. La música también recibió bastante publicidad durante la Exposición Internacional de 1878 en París. Mientras, la reputación de Chaikovski crecía, el aumento correspondiente de interpretaciones de sus obras no tuvo lugar hasta que empezó a dirigirlas él mismo, empezando a mediados de la década de 1880. Sin embargo, en el año 1880 todas las óperas que Chaikovski había completado hasta la fecha ya habían contado con una puesta en escena y todas sus obras orquestales habían tenido interpretaciones recibidas con comprensión.

Nadezhda von Meck era la viuda de un rico empresario de ferrocarriles ruso y una mecenas influyente en las artes. Tras oír alguna obra de Chaikovski, fue animada por el violinista Kotek para que le encargara algunas piezas de música de cámara. Su apoyo llegó a significar un elemento importante en la vida de Chaikovski; finalmente von Meck le acabaría pagando un subsidio anual de 6000 rublos, lo que le permitió dejar el puesto en el Conservatorio de Moscú en octubre de 1878 y concentrarse en la composición. Con el mecenazgo de von Meck se inició una relación que, debido a la insistencia de ella, fue principalmente epistolar: ella estipuló desde un principio que nunca se conocieran cara a cara. Intercambiaron unas 1000 cartas desde 1877 hasta 1890. En estas cartas Chaikovski fue mucho más abierto sobre su vida y proceso creativo que con ninguna otra persona.

 

Además de ser una adepta entregada a las obras musicales de Chaikovski, von Meck se convirtió en una parte vital para su existencia en el día a día. Tal y como le explicó a ella,

 

"Hay algo tan especial sobre nuestra relación que a veces me deja atónito. Te he contado más de una vez, creo que tú eres para mí la misma mano del Destino, vigilándome y protegiéndome. El mismo hecho de que no te conozco personalmente, junto con el hecho de sentirme tan cerca de ti, hace que te imagine como una presencia oculta, pero benevolente, como una Providencia divina".

 

En 1884 Chaikovski y von Meck quedaron emparentados por el matrimonio de uno de sus hijos, Nikolái, y la sobrina de Chaikovski, Anna Davýdova. Sin embargo, en 1890 von Meck de repente dio por terminada la relación. Padecía problemas de salud que dificultaban su escritura; también había presiones por parte de la familia además de dificultades financieras debido a la mala gestión de sus propiedades por parte de su hijo Vladímir. La ruptura con Chaikovski fue anunciada en una carta entregada por un criado de confianza, en lugar del servicio postal habitual. Contenía la petición de que nunca la olvidara y venía con el adelanto del subsidio de un año. Justificaba esto al estar en bancarrota, lo cual, si no literalmente cierto, era evidentemente una amenaza real por aquel entonces.

 

Chaikovski se enteró casi un año más tarde de los problemas financieros de su benefactora. Esto no le impidió continuar dando por sentado el subsidio (con frecuentes expresiones efusivas sobre su gratitud eterna), ni se ofreció a devolver el anticipo que recibió con la carta de despedida. A pesar de su creciente popularidad por toda Europa, la asignación de von Meck seguía siendo una tercera parte de los ingresos del compositor. Aunque ya no necesitara su dinero tanto como en el pasado, la pérdida de su amistad, apoyo y ánimo fue devastadora; permaneció confundido y resentido sobre su abrupta desaparición durante los restantes tres años de su vida.

 

Años de viajes

Chaikovski volvió al Conservatorio de Moscú en otoño de 1879, tras haber abandonado Rusia durante un año al desintegrarse su matrimonio. Sin embargo, rápidamente dimitió, estableciéndose en Kámenka, aunque viajando sin cesar. Durante estos años, contando con la seguridad de los ingresos regulares de von Meck, erró por Europa y la Rusia rural, sin permanecer mucho tiempo en un sitio y viviendo principalmente solo, evitando el contacto social siempre que le fuera posible. Esto pudo haberse debido en parte a problemas con Antonina, quien accedería o rechazaría alternativamente la opción de divorciarse, llegando hasta un punto en el que se trasladó a un apartamento justo debajo del de su marido. Chaikovski enumera las acusaciones de Antonina hacia él en detalle a Modest: «Soy un impostor que se casó con ella para ocultar mi verdadera naturaleza... La insultaba cada día, sus padecimientos por mi culpa eran grandes... a ella le horroriza mi vergonzosa voz, etc., etc.». Es posible que viviera durante el resto de su vida con el miedo de que Antonina pudiera revelar públicamente su inclinación sexual. Estos factores pueden explicar el por qué, excepto por el Trío para piano que escribió tras la muerte de Nikolái Rubinstein, sus mejores trabajos durante este periodo sean en géneros que no dependen mucho de la expresión personal.

 

Conforme la reputación de Chaikovski crecía rápidamente fuera de Rusia, se consideró, tal y como Alexandre Benois lo escribió en sus memorias, «obligatorio [en los círculos progresistas musicales en Rusia] tratar a Chaikovski como un renegado, un maestro dependiente principalmente de Occidente». En 1880 esta opinión cambió, prácticamente de la noche a la mañana. Durante las ceremonias de conmemoración para el monumento dedicado a Pushkin en Moscú, Fiódor Dostoyevski dijo que el poeta había recibido un aviso profético de que Rusia conformaría una «unión universal» con Occidente. Un clamor sin precedentes a raíz del mensaje de Dostoyevski se extendió por toda Rusia y el desdén por la música de Chaikovski se disipó. Incluso creó un culto siguiendo a varios jóvenes intelectuales de San Petersburgo, incluyendo Benois, Léon Bakst y Serguéi Diáguilev.

 

En 1880 la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, encargo del zar Alejandro I para conmemorar la derrota de Napoleón Bonaparte en 1812, estaba a punto de finalizarse; el 25 aniversario de la coronación de Alejandro II tendría lugar en 1881 y la Exhibición de Artes e Industria de Moscú de 1882 estaba en los preparativos. Nikolái Rubinstein sugirió una pieza conmemorativa grandiosa para emplearse en las festividades relacionadas. Chaikovski empezó el proyecto en octubre de 1880, acabándolo en seis semanas. Le escribió a von Meck que la obra resultante, la Obertura 1812, sería «demasiado fuerte y ruidosa, pero la escribí sin un cálido sentimiento de amor, por tanto, no tendrá ningún mérito artístico». También le advirtió al director Eduard Nápravník que «no me sorprenderé ni ofenderé si encuentras que la obra está escrita en un estilo inapropiado para conciertos sinfónicos». Sin embargo, esta obra se ha convertido para muchos, tal y como la autoridad en Chaikovski, David Brown lo expresa, en «la pieza de Chaikovski que mejor conocen».

 

El 23 de marzo de 1881, Nikolái Rubinstein murió en París. Chaikovski estaba de vacaciones en Roma y acudió inmediatamente para asistir al funeral en París de su respetado mentor, pero llegó demasiado tarde. En diciembre, empezó a trabajar en un Trío para piano en la menor, «dedicado a la memoria de un gran artista». El trío fue estrenado de forma privada en el Conservatorio de Moscú, en el cual Rubinstein había sido director, durante el primer aniversario de su muerte por tres de sus profesores. La pieza se hizo extremadamente popular en vida del compositor y, como un irónico giro del destino, sería la elegía del propio compositor cuando se interpretó en los conciertos memoriales que tuvieron lugar en Moscú y San Petersburgo en noviembre de 1893.

 

Regreso a Rusia

Durante 1884 Chaikovski empezó a deshacerse de su insociabilidad y preocupaciones. En marzo de ese año, el zar Alejandro III le otorgó la Orden de San Vladimiro, llevada por la nobleza hereditaria. La condecoración del zar fue una muestra visible del apoyo oficial, que ayudó a la rehabilitación social del compositor. Esta recuperación se sustentó en la confianza ganada tras el tremendo éxito de su Tercera Suite orquestal en su estreno de enero de 1885 en San Petersburgo, bajo la dirección de Hans von Bülow. Chaikovski le escribió a Nadezhda von Meck: «No había visto nunca tal triunfo. Vi como toda la audiencia se conmovía y me daba las gracias. Estos momentos suponen el mejor reconocimiento de toda la vida de un artista. Hacen que toda la vida empleada y todo el trabajo valgan la pena». La prensa al igual se mostró unánimemente favorable.

 

En 1885, Chaikovski se estableció de nuevo en Rusia. El zar le pidió personalmente una nueva producción de Eugenio Oneguin para que se representara en San Petersburgo. La ópera se había visto previamente solo en Moscú de la mano de un conjunto de estudiantes del Conservatorio. Aunque la recepción de la crítica de la producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue negativa, la ópera llenaba cada noche; 15 años más tarde el hermano del compositor Modest identificó este momento como el momento en el que Chaikovski empezó a ser conocido y apreciado por las masas, alcanzando el mayor grado de popularidad que jamás contara un compositor ruso. Las noticias sobre el éxito de la ópera se extendieron y la obra se interpretó en los teatros de ópera de toda Rusia y el extranjero.

https://www.youtube.com/watch?v=n1Crz87zAfI

 

Una peculiaridad de la producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue que Alejandro III solicitó que la ópera se representara no en el Teatro Mariinski, sino en el Teatro Bolshói Kámenny. Esto supuso que la música de Chaikovski estaba reemplazando la ópera italiana como el arte imperial oficial. Además, gracias a Iván Vsévolozhski, director de los Teatros Imperiales y mecenas del compositor, Chaikovski fue recompensado con una pensión vitalicia de 3000 rublos al año por parte del zar. En esencia este hecho hizo que se convirtiera en el compositor principal de la corte en la práctica, no siendo un título en realidad.

 

En enero de 1887 se produjo el debut de Chaikovski como director invitado, realizando una sustitución de última hora en el Teatro Bolshói de Moscú para las primeras tres interpretaciones de su ópera Cherevichki. Dirigir era una actividad que el compositor quería conquistar desde hace una década, dado que se dio cuenta de que obtener éxito fuera de Rusia dependía hasta cierto punto de dirigir uno mismo sus propias obras. En un año de interpretaciones de la obra Cherevichki, Chaikovski contaba con considerable demanda por toda Europa y Rusia, que le ayudaron a superar el miedo escénico que tenía desde siempre y potenciar su confianza en sí mismo. Le escribió a von Meck, «¿¡Reconocerías ahora en este músico ruso que viaja por toda Europa a aquel hombre que, solo unos años atrás, huyó de la vida en sociedad y vivió recluido en el extranjero o en el país!?» En 1888 dirigió el estreno de su Quinta Sinfonía en San Petersburgo, repitiendo la obra una semana más tarde con el estreno de su poema sinfónico Hamlet. A pesar de que ambas obras fueron recibidas con gran entusiasmo por la audiencia, los críticos se mostraron hostiles, con César Cui tildando la sinfonía de «rutinaria» y «rimbombante». No obstante, Chaikovski continuó dirigiendo la sinfonía en Rusia y Europa. Esta etapa como director lo llevó a Norteamérica en 1891, donde dirigió la orquesta de la Sociedad de la Orquesta Sinfónica de Nueva York en su Marcha Eslava en el concierto inaugural de la sala de conciertos Carnegie Hall de Nueva York. En 1893, la Universidad de Cambridge en Reino Unido le otorgó a Chaikovski un grado honorario como Doctor of Music.

https://www.youtube.com/watch?v=CKuwpTQ8B9g

 

Muerte

Chaikovski murió en San Petersburgo el 6 de noviembre de 1893, nueve días después del estreno de su Sexta Sinfonía, la Patética. Fue enterrado en el Cementerio Tíjvinskoye en el Monasterio de Alejandro Nevski, cerca de las tumbas de sus compañeros compositores Aleksandr Borodín, Mijaíl Glinka, Nikolái Rimski-Kórsakov, Mili Balákirev y Modest Músorgski. Debido a la innovación formal de la Patética y el contenido emocionalmente incontenible en sus movimientos centrales, la obra fue recibida por el público con silenciosa incomprensión durante su primera interpretación. La segunda interpretación, dirigida por Nápravník, tuvo lugar veinte días después en un concierto memorial y fue aceptada de manera más favorable.

https://www.youtube.com/watch?v=_TFLRV8lfLc

La Patética desde entonces se ha convertido en una de las obras más conocidas de Chaikovski.

 


Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Piotr_Ilich_Chaikovski

 


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