Ernesto Sabato
Hijo de Francesco Sabato y Giovanna Maria Ferrari, inmigrantes italianos
procedentes de Calabria. El padre era de Fuscaldo y la madre de San Martino di
Finita, comunidad de origen arbëreshë (albaneses de Italia). Su
familia pertenecía
a la clase media y el propio Sabato la definió como «clásica y jerárquica». Sobre ellos declaró a uno de sus biógrafos: «Mi padre era severísimo y yo le tenía
terror, mi madre me escondía debajo de la cama matrimonial para evitarme un
castigo».
Fue el décimo de once
hijos y nació poco tiempo después de la muerte de su noveno hermano, Ernesto
José, Ernestito, por lo que él lleva su nombre.
Su hermano Arturo fue
director de YPF durante el gobierno de Arturo Frondizi y Juan llegó a ser
intendente de Rojas.
En 1924 egresó de la
escuela primaria de Rojas y viajó a La Plata donde cursó sus estudios
secundarios en el Colegio Nacional
de La Plata, donde conoció al profesor Pedro Henríquez Ureña,
a quien luego citaría
como inspiración
para su carrera literaria, y a Ezequiel Martínez Estrada. En
1929 ingresó
a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad
Nacional de La Plata.
Fue un militante del
movimiento de Reforma Universitaria,
fundando el Grupo Insurrexit en 1933, de tendencia comunista, junto con Héctor P. Agosti, Ángel Hurtado de Mendoza
y Paulino González
Alberdi, entre otros.
En 1933 fue elegido
Secretario General de la Federación Juvenil Comunista.14
Y en un curso sobre marxismo conoció a Matilde Kusminsky Richter, una
estudiante de diecisiete años, la cual abandonó la casa de sus padres
para ir a vivir con él.15
En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre la dictadura de Iósif
Stalin. El partido, que advirtió este cambio, decidió enviarlo por dos años a
las Escuelas Leninistas de Moscú, en donde, según las palabras de Sabato:
Era un lugar en donde uno se curaba o terminaba en un gulag o en
un hospital psiquiátrico.
Ernesto
Sabato.
de Moscú, viajó a
Bruselas como delegado del Partido Comunista de la Argentina al Congreso contra
el Fascismo y la Guerra. Una vez allí, temiendo que al ir a Moscú no regresaría,
abandonó el Congreso y huyó a París. Es ahí donde escribió su primera novela
llamada La fuente muda. Regresó a Buenos Aires en 1936 y contrajo
matrimonio por civil con Matilde Kusminsky Richter.
En 1937 obtuvo el Doctorado
en Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad Nacional de La Plata. Con
el apoyo de Bernardo Houssay, le fue concedida una beca anual para realizar
trabajos de investigación
sobre radiaciones atómicas
en el Laboratorio Curie en París.
El 25 de mayo de 1938 nació su primer hijo, Jorge Federico. En París entró en
contacto con el movimiento surrealista y con la obra de Óscar Domínguez,
Benjamín Péret, Roberto Matta Echaurren, Esteban Francés, entre otros. Esto
marcaría una profunda influencia en sus futuras obras.
Durante ese tiempo de antagonismos, por la mañana me sepultaba
entre electrómetros y probetas y anochecía en los bares, con los delirantes
surrealistas. En el Dome y en el Deux Magots, alcoholizados con aquellos
heraldos del caos y la desmesura, pasábamos horas elaborando cadáveres
exquisitos.
Ernesto
Sabato.
En 1939 fue transferido
al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), por lo que abandonó París
antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Regresó a la Argentina en
1940 con la decisión de abandonar la ciencia, pero para cumplir con quienes le
habían otorgado la beca se desempeñó como profesor en la Universidad de La
Plata, en la cátedra de ingreso a Ingeniería y en un postgrado sobre
relatividad y mecánica cuántica.
En el Laboratorio Curie, en una de las más altas metas a las que
podía aspirar un físico, me encontré vacío de sentido. Golpeado por el
descreimiento, seguí avanzando por una fuerte inercia que mi alma rechazaba.
Ernesto
Sabato.
En una entrevista
realizada en 1977 para Televisión Española afirma:
Yo trabajé en observatorios astronómicos... [y ellos] están
llenos de neuróticos. Contra lo que bien puede pensar la gente de la calle, el
astrónomo no es un hombre en paz. Un hombre que mira a las estrellas [lo hace]
porque la Tierra no le sirve. En general es un evadido, generalmente son
neuróticos y a veces hasta psicóticos. Son solitarios, son desajustados con el
mundo los astrónomos, en general, puede haber excepciones. Si algún astrónomo
me oye que no enoje demasiado, yo no estoy seguro a esta altura de mi vida de
casi nada, pero son en general así. Son incluso misántropos, y uno busca lo que
no tiene, yo no tenía orden y busqué el orden porque no lo tenía, y el orden
por excelencia es el orden de las matemáticas.
Ernesto
Sabato.
En 1943, debido a una
crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica
para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura. Él definió a la ciencia como
amoral porque «llevaría
al mundo hacia el desastre».
Se instaló
entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en
un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.
A fines de la Segunda
Guerra Mundial, en 1945, nació su segundo hijo, Mario Sabato, quien de adulto
sería un conocido director de cine. Ese mismo año se instaló con su familia en
Santos Lugares, desde donde desarrolló toda su carrera de escritor.
Carrera
literaria
En 1941 apareció su
primer trabajo literario, un artículo sobre La invención de Morel de Adolfo
Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. También publicó una colaboración
en la revista Sur de Victoria Ocampo, por intervención de Pedro Henríquez
Ureña. En 1942 continuó colaborando en aquella publicación con reseñas de libros,
se encargó de la sección Calendario y participó del «Desagravio a Borges» en el
n.º 94 de Sur. Publicó artículos en el diario La Nación y se presentó su
traducción de Nacimiento y muerte del sol de George Gamow. Al año siguiente
publicaría la traducción de El ABC de la relatividad de Bertrand Russell.
En 1945 publicó su
primer libro, Uno y el Universo, una serie de artículos filosóficos en los que
criticaba la aparente neutralidad moral de la ciencia y alerta sobre los
procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas. Con el tiempo
avanzaría hacia posturas libertarias y humanistas. Por esa obra recibió en el
mismo año el primer premio de prosa de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires —concedido a partir del dictamen de un jurado conformado por los
escritores Francisco Luis Bernárdez, Vicente Barbieri, Leónidas Barletta,
Ricardo Molinari y Adolfo Bioy Casares—
y la faja de honor de la Sociedad Argentina de Escritores. En 1947, con graves
dificultades económicas,
Julián
Huxley intervino para que lo nombren como director de la UNESCO pero renunció a
los dos meses.
En 1948, después de
haber llevado los manuscritos de su novela a las editoriales de Buenos Aires y
de ser rechazado por todas, publicó en la revista Sur El túnel, una novela
psicológica narrada en primera persona. Enmarcada en el existencialismo, una
corriente filosófica de enorme difusión en la época de posguerra, El túnel
recibió críticas entusiastas de Albert Camus, quien lo hizo traducir por
Gallimard al francés. Aparte de este, la novela ha sido traducida a más de diez
idiomas.
En 1951 se publicó el
ensayo Hombres y engranajes bajo la editorial Emecé, y un capítulo sobre Física
en la Enciclopedia Práctica Jackson. Al año siguiente se estrenó en la
Argentina la película de El túnel, una producción de Argentina Sono Film,
dirigida por León Klimovsky.
En 1953, nuevamente bajo la editorial Emecé, editó el ensayo Heterodoxia.
En 1955 fue nombrado
interventor de la revista Mundo Argentino por el gobierno de facto impuesto por
la Revolución Libertadora, cargo al que renunció al año siguiente por haber
denunciado la aplicación de torturas a militantes obreros y los fusilamientos
de junio de 1956. Ese mismo año presentó El otro rostro del
peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo, en donde, sin abdicar de sus
antipatías hacia la figura del expresidente Juan Domingo Perón, efectúa la
defensa de Evita y sus seguidores; posición que le creó numerosas críticas de
los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al
gobierno derrocado.
En 1958, durante la
presidencia de Arturo Frondizi, Sabato fue designado director de Relaciones
Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto al que también
renunció al año siguiente por discrepancias con el gobierno.
En 1961 publicó Sobre
héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas
argentinas del siglo XX. Se trata de una
novela que narra la historia de una familia aristocrática argentina en
decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del general Juan
Lavalle, héroe de la guerra de la Independencia Argentina, y con los
desgarramientos de la historia argentina, como las guerras civiles del siglo XIX
hasta 1955. Hacia 1967 contaba con más de 120 000 ejemplares. Es emblemática la
anécdota de este libro, que según el propio Sabato, estaba destinado a la
destrucción por el fuego como tantas otras obras suyas que no vieron la luz
pública. Su supervivencia, relató el propio autor en una entrevista conducida por
el periodista Joaquín Soler Serrano en un capítulo de su programa A fondo de
1977, se debe a la intervención de su esposa Matilde que lo convenció de
publicarlo en vez de destruirlo. En el año 1964 había recibido el título de
Chevalier des Arts et des Lettres, orden instituida por André Malraux.
Cuando decidí tomarlo para mi novela, no era, en modo alguno el
deseo de exaltar a Lavalle, ni de justificar el fusilamiento de otro gran
patriota como fue Dorrego, sino el de lograr mediante el lenguaje poético lo
que jamás se logra mediante documentos de partidarios y enemigos; intentar
penetrar en ese corazón que alberga el amor y el odio, las grandes pasiones y
las infinitas contradicciones del ser humano en todos los tiempos y
circunstancias, lo que sólo se logra mediante lo que debe llamarse poesía, no
en el estrecho y equivocado sentido que se le da en nuestro tiempo a esa
palabra, sino en su más profundo y primigenio significado.
Ernesto
Sabato
La novela también
incluye el Informe sobre ciegos, que a veces se ha publicado como pieza
separada, y sobre el cual su
hijo, Mario Sabato realizó una película.
En 1965 se lanzó
el disco Romance de la muerte de Juan Lavalle; cantar de gesta, con textos
recitados de Sobre héroes
y tumbas y canciones con letra de Sabato y música de Eduardo Falú. Otro
interesado en adaptar la novela fue Astor Piazzolla, quien quiso componer una
ópera, proyecto que finalmente quedó en una "Introducción",
registrada en el disco Tango contemporáneo, nuevamente con recitados a cargo de
Sabato. En ese mismo año en Milán, se tradujo al
italiano el libro.
En 1966, la editorial
Losada ofreció Obras de ficción, con prólogo de Harley D. Oberhelman. En 1967,
Sobre héroes y tumbas se tradujo al francés como Alexandra, y también al alemán,
con introducción de Witold Gombrowicz. Continuamente, presentó Pedro Henríquez
Ureña: ensayo y antología, homenaje a su maestro y amigo. En 1968 editó, en la
Editorial Universitaria de Santiago de Chile, Tres aproximaciones a la
literatura de nuestro tiempo, mientras que en Copenhague se tradujo Sobre
héroes y tumbas al danés.
En 1971 publicó Claves
políticas que recoge conversaciones mantenidas con el grupo de El escarabajo de
oro y cartas entre Sabato y Ernesto Che Guevara;
comenzó
a colaborar con el periódico La Opinión. En 1973, organizó sus ensayos sobre el
tema La cultura en la encrucijada nacional y obtuvo el premio del Institut fur
Auslandsbeziehungen de Stuttgart (República Federal de Alemania).
Su siguiente novela,
Abaddón el exterminador, se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una
estructura narrativa fragmentaria y de argumento apocalíptico en el cual Sabato
se incluye a sí mismo como personaje principal y retoma a algunos de los
personajes ya aparecidos en Sobre héroes y tumbas. En aquel año recibió el Gran
Premio de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
En 1975, Sabato obtuvo
el premio de Consagración Nacional de la Argentina. En 1976, se le concedió el
premio a la Mejor Novela Extranjera en París (Francia) por Abaddón el exterminador,
mientras que en Italia recibió el premio Medici al mejor libro extranjero
en 1977 por la misma obra.
En 1978, le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España. En 1979 fue
distinguido en Francia como comandante de la Legión de Honor.
Para la década de 1970,
Sabato sentía que, como escritor, había dicho «todo lo que tenía que decir
sobre los grandes temas de la condición humana: la muerte, el sentido de la
existencia, la soledad, la esperanza y la existencia de Dios». En 1983, a modo
de epitafio, dijo: «Soy un simple escritor que ha vivido atormentado por los
problemas de su tiempo, en particular por los de su nación. No tengo otro
título». El retiro de la actividad literaria coincidió con el agravamiento de
sus problemas de la vista, por lo que dejó de leer y escribir por prescripción
médica, para dedicarse a la pintura.
A pesar de esto, en años
posteriores continuó
publicando esporádicamente.
Por solicitud del
presidente Raúl Alfonsín, presidió entre los años de 1983 y 1984 la CONADEP
(Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación,
plasmada en el libro Nunca más, abrió las puertas para el juicio a las juntas
militares de la dictadura militar en 1985.
En 1984 recibió el
Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los
escritores de habla hispana. Fue el segundo escritor argentino en recibir este
premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979. Se conserva su discurso en ocasión de la recepción del premio citado.
También
recibió
el Premio Konex - Diploma al Mérito en 1984 como uno de los cinco
mejores novelistas con obra publicada antes de 1950 en la historia en la
Argentina, otorgado por la Fundación Konex. Además la Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires lo nombró Ciudadano Ilustre, recibió la Orden de Boyacá
en Colombia y la OEA le otorgó el premio Gabriela Mistral. Dos años más tarde,
en 1986, se le hizo entrega de la Gran Cruz de Oficial de la República Federal
de Alemania. En 1989 se le concedió el premio Jerusalén en Israel y fue
nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Murcia (España); en 1991
por la Universidad de Rosario y la Universidad de San Luis (de la Argentina),
en 1995 por la Universidad de Turín (Italia) y en 1996 por la Universidad
Nacional de Río Cuarto.
Últimos años
El 21 de diciembre de
1990, en su casa de Santos Lugares se casó «por iglesia» con Matilde Kusminsky
Richter. La ceremonia fue oficiada por los obispos Justo Oscar Laguna y Jorge
Casaretto.
En 1992 fue invitado al
programa Fax conducido por Nicolás Repetto emitido por Canal 13. En ese
reportaje contó que cuando jugaba al fútbol de chico era muy violento. Y
comentó sobre este deporte:
El fútbol es un amistoso juego porque es algo universal, tiene
sus grandes partidos y memorables. Hay momentos de verdadero ballet.
Yo entiendo la pasión en el fútbol porque la pasión es violenta.
En 1995 murió su hijo
Jorge Federico en un accidente automovilístico. En 1997 recibió el XI Premio
Internacional Menéndez Pelayo por parte de la Universidad homónima. El
30 de septiembre de 1998 falleció su esposa, Matilde Kusminsky Richter, y
publicó
sus memorias bajo el título
de Antes del fin y el 4 de junio de 2000 presentó La resistencia en la página de Internet del
diario Clarín, convirtiéndose de esta manera en el primer escritor de lengua
española en publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel.
La edición
en papel fue lanzada el 16 de junio. En 2002 se le concedió la Medalla de Oro del
Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Medalla de Honor de la Universidad
Carlos III en reconocimiento a sus méritos literarios,
como así
también
el Premio Extremadura a la Creación a la mejor Trayectoria Literaria de
Autor Iberoamericano (Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura).
En 2004, en una emotiva
ceremonia, recibió un homenaje por parte del III Congreso Internacional de la
Lengua Española en presencia de Cristina Fernández de Kirchner y José Saramago.
Después,
la Real Academia Española lo homenajeó también y en 2005 fue distinguido en el
Colegio Nacional de la Plata.
El 11 de febrero de 2009
la SGAE lo propuso por tercera vez ante la Academia Sueca como candidato al
Premio Nobel de Literatura de 2009 junto con los escritores españoles Francisco
Ayala y Miguel Delibes.
Fallecimiento
Falleció en su hogar en
Santos Lugares durante la madrugada del 30 de abril de 2011, 55 días antes de
cumplir 100 años, a causa de una neumonía derivada de una bronquitis que lo
aquejaba desde hacía algunos meses (también padecía serios problemas de
visión),50 según informaron sus
allegados. El velatorio se realizó a partir de las 17 horas del mismo día en el club Defensores
de Santos Lugares, enfrente de su casa de Saverio Langeri 3135. A pesar de su
última petición de que sus restos fueran inhumados en el jardín de su vivienda
y que no se enviaran ofrendas florares, fue enterrado en el cementerio Jardín
de Paz, en Pilar, junto a su esposa y su hijo mayor, luego de un oficio religioso
llevado a cabo por monseñor Jorge Casaretto. A su funeral asistieron
personalidades como Magdalena Ruiz Guiñazú, Francisco de Narváez, Graciela
Fernández Meijide, Juan Carr, Ricardo Alfonsín, entre otros.
Por su parte, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió condolencias a la
familia y una ofrenda floral. Su deceso fue confirmado por su colaboradora
Elvira González Fraga, quien declaró: «Estaba sufriendo hace tiempo, pero
todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba
música.»
Su muerte coincidió con
la celebración de la ciudad de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro
2011, y con el desarrollo de la 37.ª edición de la Feria Internacional del
Libro de Buenos Aires. Un día después recibió un homenaje conjunto a su persona
y a Adolfo Bioy Casares en la sala Jorge Luis Borges, por parte del Instituto
Cultural en la Feria del Libro llevada a cabo en Buenos Aires,
y los preparativos para las celebraciones del centenario de su natalicio ya
estaban en marcha.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Sabato
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