Dolores del Río

María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez del Río,5 o Dolores Asúnsolo y López Negrete nació el 3 de agosto de 1904 en Victoria de Durango, México, hija de Jesús Leonardo Asúnsolo Jacques, hijo de acaudalados granjeros y director del Banco de Durango, y Antonia López Negrete, perteneciente a una de las familias más ricas del país, cuyo linaje se remontaba a España y la nobleza virreinal.

 

Sus padres eran miembros de la aristocracia mexicana que existía durante el Porfiriato. Por parte de su madre, era prima del cineasta Julio Bracho y de los actores Ramón Novarro (uno de los «Latin Lovers» del cine mudo) y Andrea Palma (otra destacada actriz del cine mexicano). Por parte de su padre, era prima del escultor mexicano Ignacio Asúnsolo y de la activista social y modelo María Asúnsolo. Adicionalmente, fue tía de la también actriz Diana Bracho, hija de Julio Bracho, quién causó polémica cuando durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en 2011, declarara que Dolores del Río había sido una «pésima actriz»

 

La familia de Dolores perdió todos sus bienes durante la Revolución mexicana que abarcó de 1910 a 1920. Las familias aristocráticas de Durango se vieron amenazadas por la insurrección que encabezaba Pancho Villa en la región. La familia Asúnsolo decidió escapar. El padre de Dolores decidió escapar a Estados Unidos, mientras que ella y su madre huyeron a la Ciudad de México en un tren, disfrazadas como campesinas. En 1912, la familia Asúnsolo se reunió en la Ciudad de México y vivió bajo la protección del entonces presidente Francisco I. Madero, quien era primo de Antonia, sobre esto ella declaró lo siguiente:

«Era muy pequeña cuando mi mamá me trajo a la capital a conocer a su primo don Panchito, como le llamaba cariñosamente, Madero, entonces Presidente de la República, quien me sentaría en sus rodillas y me regalaría un enorme globo rojo.»

 

En esta etapa de la revolución, también vivió el ataque conocido como la decena trágica, llevado a cabo en febrero de 1913, el cual consistió en un golpe de Estado militar para derrocar a Francisco I. Madero de la presidencia de México, comentando lo siguiente:

«...Las tropas lucharon ferozmente desde las azoteas y las avenidas y en tales ocasiones, cuando el peligro arreciaba, nos refugiábamos en el escondrijo del entresuelo de la casa de mis padres.»

Del Río asistió al Convento de Saint-Joseph (San José), ubicado en Ciudad de México y en donde las monjas la obligaban a ella y a sus compañeros a hablar francés en todo momento. También desarrolló un gran gusto por la danza, gusto que le fue despertando cuando su madre la llevara a una de las presentaciones de la bailarina rusa Ana Pavlova, en donde quedó fascinada al verla bailar y decidió convertirse ella misma en bailarina. Por esta época, el Alfredo Ramos Martínez realizó su primer retrato, y aunque en vida dijo que tenía doce años de edad cuando él la pintó, la obra de Martínez dice que en realidad tenía once. Partiendo de lo dicho por ella, teniendo doce años de edad en su primer retrato, tres años después de eso cuando acababa de cumplir quince años, se casó con el millonario escritor y licenciado en leyes Jaime Martínez del Río, quién era dieciocho años mayor que ella. Fue de él de quien heredó su apellido artístico y quien le permitió seguir disfrutando del nivel socioeconómico al que ella estaba acostumbrada.

 

Su luna de miel junto a Jaime duro dos años y la llevaron a cabo viajando por Europa, donde en una parada por España, Dolores bailo para los reyes de España, quienes quedaron fascinados al verla realizar una función de danza para los soldados de la guerra en Marruecos. Al volver México, Jaime decidió dedicarse al cultivo del algodón en la Hacienda Las Cruces, en Nazas, Durango. Sin embargo, una estrepitosa caída en el mercado mundial de algodón en 1924, provocó una crisis económica para ambos, y tuvieron que instalarse en la Ciudad de México bajo el amparo económico de sus respectivas familias. Por su parte, ella tuvo que vender sus joyas para tratar de recuperar un poco de la fortuna que había perdido junto a su esposo. Además de esto, Dolores llegó embarazada cuando volvieron al país y tuvo complicaciones que no pudieron superarse, las cuales le provocaron un aborto involuntario y tras el cual los médicos le recomendaron no volverse a embarazar ya que sería muy peligroso, quitándole la posibilidad de tener hijos.

 

Cine mudo

A principios de 1925, el pintor Adolfo Best Maugard, intimo amigo de Dolores y su esposo, visitó su casa y con él fue un cineasta estadounidense llamado Edwin Carewe, director influyente en el estudio First National Pictures. Carewe quedó fascinado con Del Río y se decidió a tenerla, así que invitó a la pareja a trabajar en Hollywood. Convenció a Jaime diciéndole que podría convertir a su esposa en una estrella de cine, «el equivalente femenino de Rodolfo Valentino.» Jaime pensó que esta propuesta podría poner fin a sus apuros económicos. En el fondo, él también podría cumplir su viejo sueño de escribir guiones en Hollywood. Rompiendo con todos los cánones de la sociedad mexicana en ese momento y en contra de los deseos de sus familias, a excepción de la madre de Dolores, viajaron en tren a Estados Unidos para iniciar una carrera en el cine dentro de ese país. Llegaron a Hollywood el 27 de agosto de ese año, donde del Río fue contratada por Carewe y comenzó a fungir como su agente, manáger, productor y director. Su nombre fue acortado a «Dolores Del Rio» (con una letra «D» mayúscula incorrectamente colocada en la palabra «del»). Buscando conseguirle una amplia publicidad para llamar la atención del público, Carewe hizo un reportaje dedicado a Dolores en las principales revistas de Hollywood que decía:

«Dolores Del Río, la heredera y Primera Dama de la Alta Sociedad mexicana, ha llegado a Hollywood con un cargamento de chales y peinetas valuados en 50.000 dólares (se dice que es la muchacha más rica de su país gracias a la fortuna de su marido y la de sus padres). Hará su debut en la película Joanna, dirigida por su descubridor Edwin Carewe.»

 

Mientras continuaba con su campaña publicitaria para del Río, Carewe la colocó en un papel secundario en la cinta High Steppers de 1926. Carl Laemmle, director de Universal Studios, la eligió para actuar en la comedia The Whole Town's Talking (Qué escándalo, también de 1926). Estos pequeños trabajos dentro del cine le permitieron a ella y a su esposo a reponerse de sus problemas económicos después de haber perdido todo su patrimonio, sin embargo, Dolores comenzaba a desilusionarse debido a los reducidos papeles actorales que estaba teniendo. Logró conseguir su primer papel protagónico en la comedia Pals First (Uno para todos, 1926) también dirigida por Carewe,  película que se encuentra perdida.

 

El director de cine Raoul Walsh llamó a del Río para incluirla en la película de género bélico y comedia-romántica What Price Glory? (El precio de la gloria, igual de 1926). La cinta fue un éxito comercial, convirtiéndose en el segundo título más taquillero del año, recaudando casi $2 millones solo en los Estados Unidos. Ese mismo año, gracias al notable progreso de su carrera, fue seleccionada como una de las WAMPAS Baby Stars de 1926.

 

Dicho por ella, alrededor de 1927, firmó un contrato con United Artists y apareció por primera vez con ellos en la película producida y dirigida por Carewe titulada Resurrection (Resurrección), basada en la novela homónima de Leo Tolstoy. Del Río fue seleccionada como la heroína y Rod La Rocque como protagonista. Debido al éxito de esta película, Fox la llamó y rápidamente comenzó a filmar The Loves of Carmen (Los amores de Carmen, 1927), también dirigida por Raoul Walsh. Al año siguiente en 1928, Fox Film la selecciono para protagonizar la película No Other Woman (Ninguna otra mujer), dirigida por Lou Tellegen, otra cinta más en la que apareció que se encuentra perdida.

 

Cuando la actriz Renée Adorée comenzó a mostrar síntomas de tuberculosis, del Río fue elegida para reemplazarla en el papel principal de la película de Metro-Goldwyn-Mayer The Trail of '98 (La senda del '98, también de 1928), dirigida por Clarence Brown. La película fue un gran éxito y recibió críticas favorables de los críticos. Casi al mismo tiempo, regresó a la compañía con la que había firmado, United Artists, para filmar la tercera versión cinematográfica de la exitosa novela de nombre Ramona, dirigida por Carewe. El éxito de la película se vio favorecido por el tema principal de la cinta, titulado con el mismo nombre, el cual fue escrito por L. Wolfe Gilbert, interpretado y grabado por del Río. Ramona fue la primera película de United Artists con una partitura y un efecto de sonido sincronizados, pero sin diálogo, por lo que no era una cinta sonora.

 

A finales de 1928, Hollywood estaba preocupado por la conversión a películas sonoras. El 29 de marzo, en el bungaló de Mary Pickford, United Artists reunió a Pickford, del Río, Douglas Fairbanks, Charles Chaplin, Norma Talmadge, Gloria Swanson, John Barrymore y D. W. Griffith para hablar en el programa de radio The Dodge Brothers Hour y demostrar que podían afrontar el desafío de las películas habladas. Del Río sorprendió al público al cantar «Ramona» demostrando ser una actriz con dotes para el cine sonoro.

 

Aunque su carrera floreció, su vida personal estaba en ruinas, debido a los problemas que tenía con Jaime Martínez, su marido. En México, Jaime era esposo de una simple mujer, pero en Hollywood se convirtió en esposo de una estrella de cine. Martínez se fue a vivir a Nueva York mientras que Dolores continuaba su carrera en Hollywood, finalmente, después de meses de escándalos, y cancelación de contratos en películas para del Río, el 8 de junio de 1928 ambos concretan un divorcio y a Dolores se le otorgó el uso del nombre artístico. Dicho por ella, ambos se reencontraron en París y ahí decidieron quedar en términos de amistad. Después de que Jaime fuese hospitalizado en España en septiembre de 1928, por envenenamiento en la sangre, varios estudios que se le hicieron arrojaron que tenía un tumor en el cerebro, el cual le provocaría la muerte el 7 de diciembre de ese año. De acuerdo a su hermano, Jaime murió amando profundamente a Dolores del Río, y su nombre fue el último que pronuncio antes de fallecer. Como si esto no fuera suficiente, del Río tuvo que sufrir un acoso incesante por parte de su descubridor, Edwin Carewe, quien no cesaba en su intento por conquistarla.

 

Edwin Carewe continuó con su acoso y tenía la ambición de casarse con ella, con la intención de que se convirtieran en una famosa pareja de Hollywood. Carewe preparó su divorcio de su esposa Mary Atkin y sembró falsos rumores en las campañas de sus películas. Pero durante el rodaje de Evangeline , United Artists convenció a del Río de separarse artística y profesionalmente de Carewe, quien aún tenía un contrato exclusivo con la actriz.

 

En Nueva York, tras el exitoso estreno de Evangeline, del Río declaró a los reporteros: «El señor Carewe y yo solo somos amigos y compañeros en el arte del cine. No me casaré con el señor Carewe». Finalmente, canceló su contrato con él. Furioso, Carewe presentó cargos penales contra Dolores. Aconsejada por los abogados de United Artists, del Río llegó a un acuerdo con Carewe fuera de los tribunales. A pesar de este acuerdo, Carewe inició una campaña en su contra. Para eclipsarla, filmó una nueva versión sonora de Resurrection protagonizada por Lupe Vélez, otra popular estrella mexicana y presunta rival de Dolores. Aunque a pesar de sus esfuerzos por destruir su carrera, ella ya contaba con una amplía cinematografía y tenía amistades con las mayores estrellas dentro de Hollywood como Mary Pickford y Charlie Chaplin, haciendo imposible su venganza, finalmente desechándola y dejándola en paz.

 

Tras separarse profesionalmente de Carewe, del Río comenzó a prepararse para el rodaje de su primera película sonora titulada The Bad One (La mala), dirigida por George Fitzmaurice. La cinta se estrenó en junio de 1930 con gran éxito. Los críticos dijeron que del Río podía hablar y cantar en inglés con un acento encantador. Era una estrella adecuada para el cine sonoro.

 

En 1930, del Río conoció a Cedric Gibbons, un director artístico de Metro-Goldwyn-Mayer y uno de los hombres más influyentes en Hollywood, en una fiesta celebrada en el Castillo Hearst. La pareja comenzó un romance y finalmente se casaron el 6 de agosto de 1930. Dolores y Gibbons fueron una de las parejas más famosas de Hollywood a principios de los años treinta. Organizaban «Sunday brunches» (almuerzos dominicales) en su casa de estilo Art déco ubicada en la avenida Kingman 757 en Pacific Palisades. Gibbons diseño los interiores de la casa. Poco después de su matrimonio, del Río enfermó gravemente con una fuerte infección renal. Los médicos le recomendaron reposo prolongado en cama. Esto provocó el fin de su contrato con United Artists. Cuando recuperó su salud, fue contratada de manera exclusiva por RKO Pictures. Su primera película con la compañía fue Girl of the Rio (Chica del Río) lanzada en 1932, y dirigida por Herbert Brenon.

 

El productor David O. Selznick llamó al cineasta King Vidor y le dijo: «Quiero a Del Río y a Joel McCrea en una historia de amor en los Mares del Sur. No tengo una historia para la película, pero asegúrate de que termine con la joven belleza saltando al interior de un volcán». Bird of Paradise (El ave del paraíso; 1932), se filmó en Hawaii y del Río se convirtió en una hermosa nativa de una isla. La película se estrenó el 13 de septiembre de 1932 en Nueva York, obteniendo excelentes críticas. Bird of Paradise creó un escándalo cuando fue lanzada debido a una escena que presentaba a del Río y a McCrea nadando desnudos. Este filme fue realizado antes de que se aplicara estrictamente el Código Hays, por lo que no se desconocía el cierto grado de desnudez en las películas estadounidenses.

 

Como RKO obtuvo el resultado que esperaba, rápidamente decidieron tener a del Rio haciendo otra película, una comedia musical dirigida por Thornton Freeland titulada: Flying Down to Rio (Volando a Río) de 1933. En la cinta, Fred Astaire y Ginger Rogers aparecieron por primera vez como compañeros de baile. Este trabajo presentó a del Río junto a Fred Astaire en un intrincado número de baile llamado Orchids in the Moonlight (Orquídeas a la luz de la Luna). En este filme, del Rio se convirtió en la primera actriz importante en usar un traje de baño de dos piezas para mujer y ser mostrada en pantalla. Pero después del estreno, RKO se vio preocupado por sus problemas financieros y decidió no renovar el contrato de del Río.

 

En el mismo año, del Río, junto a Ramón Novarro y Lupe Vélez, asistieron a una proyección especial de la película mexicana ¡Que viva México!. La película fue dirigida por Sergei Eisenstein y fue acusada de promover el comunismo en California con sentimiento nacionalista y connotaciones socialistas. Fue la primera vez que del Río fue acusada de comunista en Estados Unidos, circunstancia que eventualmente tendría consecuencias en su carrera dentro de la industria cinematográfica estadounidense.

 

Dolores decidiría emigrar y firmar un contrato con 20th Century Fox para protagonizar en dos películas con George Sanders. Apareció con él en Lancer Spy (Espía lancero) de 1937 e International Settlement (Liquidación internacional) de 1938. Ambos filmes fueron un fracaso de taquilla. Estos fracasos cinematográficos la llevaron a centrarse en la publicidad, y se hizo conocida por sus anuncios en «Lucky Strike» (una marca de cigarros) y «Max Factor» (una marca de maquillaje).

 

En medio del declive de su carrera, ese mismo año, del Río conoció al actor y cineasta Orson Welles en una fiesta organizada por Darryl Zanuck. La pareja sintió una atracción mutua y comenzó un romance discreto, que provocó el divorcio entre Dolores y Gibbons.

 

A principios de 1942, comenzó a trabajar en Journey into Fear (Jornada de terror; lanzada en 1943) con Norman Foster como director y Welles como productor. Su relación con Welles, en medio del escándalo de Citizen Kane, de alguna manera la afectó, ya que su personaje fue drásticamente reducido en la película. Nelson Rockefeller, a cargo de la Política del Buen Vecino (y también asociado con RKO a través de sus inversiones familiares), contrató a Welles para visitar Sudamérica como embajador de buena voluntad con el fin de contrarrestar la propaganda fascista sobre los estadounidenses. Welles dejó la cinta cuatro días después y viajó a Río de Janeiro como parte de su gira de buena voluntad. Welles, involucrado en la filmación del carnaval en Río de Janeiro, se comportó de manera promiscua (que es la práctica de relaciones sexuales con varias parejas o grupos sexuales) y la noticia llegó pronto a los Estados Unidos. Ofendida e indignada, del Río decidió terminar su relación con Welles a través de un telegrama que nunca respondió. Semanas después, su padre falleció en México. Debido a estas estas crisis personales y profesionales, decidió regresar a México, comentando:

«Divorciada nuevamente, sin la figura de mi padre. Una película en la que apenas aparecía, y una en la que realmente me mostraban el camino del arte. Quería seguir el camino del arte. Dejar de ser estrella y convertirme en actriz, y eso solo lo pude hacer en México. Deseo elegir mis propias historias, mi propio director y camarógrafo. Puedo lograr esto mejor en México. Quería volver a México, un país que era mío y que no conocía. Sentí la necesidad de volver a mi país.»

A pesar de haberse situado lejos de México, mantuvo amistad con destacadas figuras del arte como Salvador Novo, Diego Rivera y Frida Kahlo. En ningún momento Dolores abandona el trato con sus compatriotas. Desde los años treinta, había sido solicitada en varias ocasiones por directores de cine mexicano. Por desgracia, en esos momentos las condiciones no fueron favorables para su debut en el cine mexicano.

 

Dolores regresó a México en 1943, desilusionada del "American Star System", que la relegaba poco a poco a papeles secundarios; a su llegada le es ofrecido el papel protagónico del filme Flor Silvestre, dirigida por Emilio "El Indio" Fernández, quien era su admirador desde que trabajó como extra en una de sus películas de Hollywood. La cinta reunió a un exitoso equipo cinematográfico que consistió en Fernández como director, el fotógrafo Gabriel Figueroa, el guionista Mauricio Magdaleno y Dolores y Pedro Armendáriz como estrellas. Este equipo fílmico ayuda a consolidar la Época de Oro del Cine Mexicano.

 

Ante el éxito rotundo de Flor Silvestre, el equipo fílmico rueda una de las obras maestras de Emilio Fernández: María Candelaria, filme que también contribuye a acrecentar el culto a Dolores como máxima diva del cine mexicano. Con su interpretación de la trágica heroína indígena de Xochimilco, Dolores se vuelve símbolo nacional en México, luego de ser, por años, símbolo de lo mexicano en el extranjero.

 

Su tercer trabajo bajo la batuta de Fernández fue Las Abandonadas (1944). En la película Dolores interpreta el rol de una sufrida mujer que abandona a su hijo y cae en el mundo de la prostitución. Contenía referencias políticas que asustaron a la censura y estuvo a punto de ser prohibida. Por su interpretación, Dolores obtiene el primer Premio Ariel de su carrera fílmica.

 

Su cuarta película con Fernández y su equipo fue Bugambilia (1944), cinta romántica filmada en la ciudad de Guanajuato, y en la que Dolores muestra uno de los vestuarios más caros del cine mexicano de la época. Pero tras la filmación de esta última, Dolores decidió poner una pausa en su trabajo con Fernández. El amor no correspondido del director hacia la actriz, comenzaba a crear dificultades y un ambiente de tensión.

 

En 1945, Dolores filma La selva de fuego, dirigida por Fernando de Fuentes. Curiosamente esta película llegó a ella como un "error de mensajería". El guion había sido escrito para María Félix, otra popular estrella mexicana de la época. Por su parte, María recibió el guion de Vértigo, que había sido escrito para Dolores. Cuando las actrices descubrieron el error ya era demasiado tarde. Dolores estaba fascinada con interpretar un personaje diferente en su carrera, una mujer audaz que realizaba escenas candentes junto al actor Arturo de Córdova. A partir de este momento, la prensa comenzó a especular una fuerte rivalidad entre Dolores y María.

 

En 1946 Dolores trabaja por primera vez bajo la batuta de Roberto Gavaldón en la película La otra, donde causó revuelo al interpretar a unas hermanas gemelas. En 1947, Dolores es llamada por el director estadounidense John Ford, para la película El fugitivo, basada en la novela The Power and The Glory, de Graham Greene y filmada en México. En la cinta, Dolores interpretó una especie de María Magdalena enamorada de un sacerdote interpretado por Henry Fonda. En ese mismo año, Dolores filma en Argentina bajo las órdenes de Luis Saslavsky, Historia de una mala mujer, adaptación de la obra El abanico de Lady Windermere de Oscar Wilde.

 

En 1949 Dolores se reúne con Fernández y su equipo para la película La Malquerida, basada en la novela de Jacinto Benavente. En la historia Dolores interpreta a una mujer que se disputa el amor de un hombre con su propia hija (la actriz Columba Domínguez).

 

En ese mismo año, Dolores conoce en Acapulco al millonario, aventurero y empresario teatral estadounidense Lewis A. Riley. Riley fue conocido en el medio del cine hollywoodense en los años cuarenta por haber sido miembro del Hollywood Canteen, una organización creada entre las estrellas del cine para brindar apoyo a los damnificados en la Segunda Guerra Mundial. En esa época Riley vivió un tórrido romance con Bette Davis, quién fungía como imagen de la organización. Riley se instaló con su hermano en Acapulco a fines de la década, y de alguna manera, fue figura crucial para el auge que vivió el puerto a inicios de la siguiente década. La pareja comenzó un sólido romance que se prolongaría por el resto de su vida.

 

En 1950, bajo las órdenes de Gavaldón la actriz también filma La casa chica y Deseada , melodramas medianos realizados en el más puro estilo de las cintas mexicanas dramáticas de la época.

 

En 1951, Dolores interpreta a la hipócrita y aristócrata Doña Perfecta, heroína de Benito Pérez Galdós en la cinta homónima dirigida por Alejandro Galindo. Su interpretación fue aclamada por el público y la crítica y le otorgó su segundo Ariel como mejor actriz. Su tercer Ariel lo obtuvo en 1953 por su interpretación de una sobreprotectora y desequilibrada madre en la película El niño y la niebla, de nuevo bajo la dirección de Roberto Gavaldón. En 1954, Dolores incursiona en el cine español con la cinta Señora ama (basada en otra novela de Benavente). Sin embargo, la cinta fue mutilada por la censura franquista y fue un fracaso en taquilla.

 

En ese mismo año, la Fox contacta a Dolores para interpretar a la esposa india de Spencer Tracy en la cinta Broken Lance. Sin embargo, a la actriz le es negado el permiso de trabajo en Estados Unidos acusándola de ser "simpatizante del comunismo internacional". Dolores se convierte así en una de las víctimas del Macartismo. En ese momento Hollywood fungía como una máquina de propaganda anticomunista. En Estados Unidos se le acusó de apoyar a refugiados españoles antifranquistas durante la Guerra Civil Española. Además, su relación con figuras asociadas al comunismo internacional (como Orson Welles, Diego Rivera o Frida Kahlo), no fue bien vista por un sector del gobierno estadounidense. Su lugar en la cinta fue ocupado por la actriz mexicana Katy Jurado. Dolores emprende una campaña para limpiar su imagen y envía una carta al gobierno de los Estados Unidos, donde apelaba a su situación, afirmando ser una mujer católica que solo quiere estar en paz con Dios y con los hombres. Sus esfuerzos rinden frutos. En 1956, Dolores finalmente pudo pisar los Estados Unidos para actuar en un programa para la televisión. Para ayudar a mejorar su imagen, la actriz concedió una entrevista a la columnista de espectáculos Louella Parsons, donde manifestaba su preocupación por la situación de Cuba y su cercanía con México remarcando: Estamos luchando contra el comunismo.

 

Últimos proyectos

A finales de la década de los cincuenta, consciente del declive que se avecinaba para el cine mexicano, Dolores deicidio incursionar en el teatro. Del Río se preparó con la maestra de actuación Stella Adler, figura del Actors Studio, que no solía dar clases particulares a nadie, pero con Dolores hizo una excepción. Dolores hizo su debut en el teatro con el clásico Anastasia (1956), de Marcelle Maurett, sobre una mujer que es elegida para reemplazar a la hija asesinada del último zar de Rusia. La obra se estrenó con gran éxito en el Falmouth Playhouse en Massachusetts y triunfó en una pequeña gira en Nueva Inglaterra.

Ella y su pareja, el productor Lewis A. Riley crearon su propia productora teatral llamada Producciones Visuales. El escritor y poeta mexicano Salvador Novo se convirtió en el traductor de todas sus obras teatrales. Dolores debutó en los escenarios mexicanos con El abanico de Lady Windermere. (1958). La obra fue dirigida por el estadounidense Romney Brent y también fue representada con gran éxito en Argentina.

 

En 1959, el cineasta Ismael Rodríguez logra reunirla, en el filme La cucaracha, con la otra máxima figura femenina del Cine mexicano, María Félix. La reunión de ambas actrices resultó un éxito en las taquillas. Dolores interpreta el rol de una educada mujer del pueblo que le disputa el amor de un hombre a una aguerrida soldadera interpretada por Félix. En ese mismo año, Dolores finalmente se casa con Lew Riley, después de diez años de relación en una ceremonia privada en Nueva York.

 

En 1960, Dolores del Río, finalmente regresó a Hollywood después de dieciocho años de ausencia. Fue llamada por la Fox para protagonizar junto a Elvis Presley el filme Flaming Star, dirigida por Don Siegel. En la cinta, Dolores interpreta el rol de la madre de Presley. De regreso en México, Dolores protagoniza el melodrama El pecado de una madre (1961), junto a la actriz y cantante argentina Libertad Lamarque. En 1962, Dolores preparó la producción teatral de Espectros, de Henrik Ibsen, donde interpretó el personaje de Mrs. Alving, una prueba de fuego para cualquier actriz. En su estreno, la actriz recibió una cálida ovación de los espectadores por su interpretación. Lamentablemente, la tragedia tocó su puerta. Su madre murió durante el montaje de esta obra. Su negativa de cancelar funciones debido a su pena, le trajo el respeto y admiración de público, compañeros y críticos.

 

En 1963, la actriz consiguió los derechos de la obra Mi querido embustero, de Jerome Kilty, basada en la correspondencia entre el escritor George Bernard Shaw y la actriz Patrick Campbell. Dolores interpretó el rol de Campbell e Ignacio López Tarso el de Shaw. La obra fue un gran éxito, y se reestrenó en una breve temporada en 1966.

 

En agosto de 1964, Dolores produjo el montaje de La Vidente, de André Roussin. La obra fue elogiada como uno de sus mejores trabajos en el escenario, a pesar de que la temporada duró solo treinta días. En ese mismo año la actriz regresa a Hollywood para actuar en la monumental cinta-testamento de John Ford Cheyenne Autumn, que contó con un reparto multiestelar bajo la producción de la Warner. En la cinta interpretó a la esposa de un jefe indio (interpretado por Gilbert Roland) y madre del joven Sal Mineo.En 1967 filma Casa de mujeres, su último proyecto fílmico en México. En ese mismo año, Dolores realiza una actuación especial la película italiana C'era una volta, protagonizada por Sofía Loren y Omar Sharif. En el filme, Dolores interpreta el rol de la madre de Sharif. En 1968, Dolores protagonizó su último proyecto teatral: La dama de las camelias (1968), de Alexandre Dumas (hijo).

 

Últimos años

Los compromisos de Dolores con diversas actividades culturales y filantrópicas motivaron su ausencia del cine durante prácticamente toda la década de los setenta. Dolores del Río fue una de las fundadoras del Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, y fue parte de la mesa directiva de la Sociedad Protectora del Tesoro Artístico de México por varios años. Durante muchos años, Dolores también fue una de las principales promotoras de la Reseña Internacional de Cine de Acapulco.

 

A principios de los 1970's, Dolores también inició su labor sindical dentro de la Asociación Nacional de Actores de México. Fue fundadora del grupo sindical "Rosa Mexicano", creado con el propósito proteger a la niñez y a la mujer artista. El 8 de enero de 1970, Dolores, apoyada por otras actrices mexicanas de renombre, fundaron esta facción, cuyo uno de sus mayores logros fue la creación de la Estancia Infantil de la ANDA .

 

Existen muchas anécdotas acerca de su rivalidad con Lupe Vélez. Dolores nunca entendió la rencilla que Lupe mantuvo con ella. Le molestaba encontrarse con ella porque le dolía ser ridiculizada por la Mexican Spitfire. Pero el prestigio de Dolores era conocido y respetado, y Lupe no podía ignorar esto. Lupe vestía con trajes espectaculares, pero nunca llegó a la suprema elegancia de Dolores. Vélez era popular, tenía muchos amigos y admiradores rendidos, pero nunca asistió al círculo social de Hollywood, donde Dolores fue aceptada sin reservas. Lupe habló mal de Dolores, pero ella nunca mencionó su nombre de forma ofensiva. Lupe evidentemente resintió el éxito de Dolores durante los años en que ambas se encontraron en Hollywood.

 

Muerte

En 1978, fue diagnosticada con osteomielitis, y en 1981, con Hepatitis B después de haber recibido una inyección de vitaminas contaminada. También sufría de artritis.

 

El 11 de abril de 1983, Dolores del Río falleció a los 78 años de edad en Newport Beach, California a causa de insuficiencia hepática. Se dice que el día en que murió, una invitación para asistir a los Oscares le había sido enviada. Fue cremada y sus cenizas fueron trasladadas de Estados Unidos a México donde fueron sepultadas en el Panteón Civil de Dolores ubicado en Ciuduad de México específicamente en la Rotonda de las Personas Ilustres.

 


Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Dolores_del_R%C3%ADo

 

 

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