Vicente Guerrero
Primeros
años
Pasó sus primeros años
haciendo labores con su padre y tío Diego Guerrero en los oficios y negocios de
su familia. Fue de ascendencia española, Indígena y Afromexicano. Tixtla a
fines del siglo XVIII era una ciudad mayoritariamente indígena. De Guerrero no
se conocen retratos que se le hayan hecho en vida por lo cual los retratos,
pinturas, grabados y dibujos póstumos a su muerte pueden dar imágenes muy
variadas y quizás erróneas de cómo era Guerrero físicamente. José María Morelos
y Pavón quien lo conoció en 1811 lo describe físicamente de la siguiente forma.
"un joven de rostro
broncíneo, alto y fornido, de nariz aguileña, los ojos vivos y claros y grandes
patillas"
Guerrero fue arriero, un
oficio que en sus tiempos era bastante próspero. A principios del siglo XIX, su
natal Tixtla era uno de los centros más poblados y productivos del Sur de
México y durante la época virreinal, el ser arriero de oficio y bien establecido
permitía privilegios como el de poseer animales de carga (caballos y mulas),
portar armas (para protegerse de los salteadores de caminos), ejercer el
comercio y tratar directamente con los comerciantes más ricos. Así pues, la
prosperidad de su padre como campesino, arriero, comerciante, y armero, la
posición de su tío Diego Guerrero dentro de la milicia española, y el empeño de
su familia le permitió una educación de lo más completa para la época a través
de profesores particulares.
Su padre, Juan Pedro Guerrero
Tescucano, y sus hermanos se dedicaban a la armería, por lo que Guerrero
aprendió a manejar, dar mantenimiento, reparar y forjar armamento como espadas,
fusiles y cañones. Era también responsabilidad de los armeros almacenar el
armamento del ejército regional. Su padre y uno sus hermanos Diego pertenecían
a la milicia española, bajo las órdenes del Capitán Antonio Galeana, de Tecpán
y del subteniente Víctor Bravo, de Chilpancingo. Esto permitiría a los jóvenes
Guerrero desenvolverse entre ejercicios de tiro y combate cuerpo a cuerpo,
revistas de armamento y prácticas de maniobras militares. Por el negocio de
arriería de su padre, se convirtieron además en hábiles jinetes. Aprendieron
también a leer y a escribir y a manejar los números y las matemáticas básicas,
además de adquirir algunos conocimientos rudimentarios de mecánica práctica
necesarios para realizar sus oficios. No adquirieron la formación de un
jurista, un literato, un teólogo o un militar burgués, ni estaban acostumbrados
a los tratos de la vida urbana —razón por la cual posteriormente se etiquetaría
frecuentemente a Guerrero como carente de educación—, sin embargo, su
preparación 'de campo' era de las más formales de la época, pues adquirieron
habilidades que no estaban al alcance de la mayoría de la población del
virreinato.
"El general
Guerrero es un mexicano que nada debe al arte y todo a la naturaleza. Tiene un
talento claro, una comprensión rápida, y extraordinaria facilidad para
aprender. No habiendo recibido ningún género de educación (N.B. educación
'formal'), y habiendo comenzado su carrera en la revolución, muy pocas
lecciones pudo tomar de elocuencia y cultura en los cerros y bosques, entre
indígenas y otras castas, a cuya cabeza hacía una guerra obstinada a los
españoles. Su genio sólo pudo conducirle hasta el punto a que le hemos visto
llegar, y su constancia es a la verdad un testimonio irrefragable de que posee
virtudes sociales. Se dispensaba la poca urbanidad de su trato familiar y
algunos resabios del hombre de los bosques, en obsequio de sus grandes
servicios, y más que todo de su humanidad y de su amor constante por la
libertad."
Lorenzo
de Zavala, 1831, descripción de Vicente Guerrero
Las habilidades
adquiridas durante su juventud le servirían para combatir a los realistas
durante la Guerra de Independencia. Guerrero no solo era hábil con la espada,
el sable, la pistola, el fusil y la bayoneta tanto a pie como a caballo, sino
también con la lanza, la reata y el machete, armas que en manos de los
insurgentes surianos llegarían a ser temidas por los realistas. El conocimiento
del territorio suriano también llegaría a ser una ventaja importante en las
futuras batallas, al igual que la habilidad de Guerrero para construir fortines
provisionales sobre cerros y tierras altas para defender los poblados y
posiciones bajo su control. La artillería sería también otra novedad con la que
los realistas se toparían en el suroeste: los insurgentes llegaron a fundir
campanas y máquinas de sus haciendas para construir cañones y fusiles, además
de utilizar aquellos que tomaban de los realistas. Guerrero establecería una
fundición para forjar armamento y una casa de moneda, fabricando también
pólvora y municiones.
Aunque de familia
considerada a menudo humilde, su padre, Juan Pedro Guerrero, era bien conocido
y respetado, llegando el gobierno virreinal a indultar a prisioneros
insurgentes por intervención suya. Los Guerrero mantenían relaciones
comerciales con los agricultores y hacendados importantes del sur, como los
mismos Bravos y Galeanas.
Contrajo matrimonio con
Maria Guadalupe Hernández, con quien tuvo una hija, María Dolores Guerrero. Fue
abuelo del político, intelectual y militar mexicano Vicente Riva Palacio.
Tras estallar la guerra
de independencia, fue testigo del arribo de las tropas de José María Morelos e
Isidoro Montes de Oca a Técpan, siendo convencido ahí mismo de unirse al
movimiento. Comenzó su carrera militar en 1810 bajo las órdenes directas de
Hermenegildo Galeana. Debido al carácter aguerrido, arrojo y valor que
caracterizaba a ambos, dicha mancuerna sería después conocida por su liderazgo,
tras dirigir y participar en furiosas cargas de caballería y feroces embates de
infantería. Su incorporación y la de los demás combatientes del Sur produjo un
cambio en la estrategia militar de los insurgentes, ya que los surianos
preferían el ataque frontal al enfrentar a los contingentes realistas y daban
preferencia a la formación de cuerpos militares bien organizados. En 1811, ya
con el grado de capitán, el Gral. José María Morelos lo comisionó para atacar
la población de Taxco.
Vicente Guerrero se
distinguió en la batalla de Izúcar, el 23 de febrero de 1812, donde como
segundo al mando del General Mariano Matamoros derrotan al General Brigadier Ciriaco
del Llano. El 23 de julio de 1812 participa en el Sitio de Huajuapan, donde su
caballería, en combinación con la de Hermenegildo Galeana, derrota al capitán
realista Juan Antonio Caldelas, uno de los principales defensores, siendo
Guerrero el primero en romper el cerco. La victoria insurgente en Huajuapan
hacía fácil la toma de la Ciudad de Oaxaca, recomendada por Guerrero y Valerio
Trujano. Sin embargo, en lugar de ello, Morelos decide partir hacia Tehuacán.
Guerrero continuó bajo las órdenes de Morelos, siendo comisionado para combatir
en el sur del estado de Puebla.
"La
Patria es Primero"
Ya desde 1815, Félix
María Calleja se ufanaba de haber extinguido la causa insurgente en Guanajuato,
cuna del movimiento, a través del uso de tropas numerosas y fuertes medidas
represoras. Estando la lucha insurgente en decadencia o bien agobiada por los
realistas en muchos puntos del país, Juan Ruiz de Apodaca llevó a cabo una
política de indultos, por lo que muchos de los jefes independentistas comenzaron
a rendirse. Vicente Guerrero fue de los pocos que no aceptaron el indulto. Esto fue resaltado en 1831 por Lorenzo de Zavala, quien
escribió en su Ensayo sobre las revoluciones de México la anécdota de que Pedro
Guerrero, padre del caudillo, fue personalmente a ofrecer el perdón del virrey.
El jefe insurgente, de acuerdo con Zavala, dijo entonces: "Señores, este
es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como
general español. Yo siempre lo he respetado, pero la patria es primero".
Durante muchos años, la
frase "la Patria es Primero" se encontraba en numerosas arengas. La frase completa es "el amor a la patria es
primero". En España, frente a la invasión francesa, se insistió en
el amor que debían tener los patriotas a la trinidad compuesta por el rey, la
religión y la patria. Esto hizo que el apotegma mencionado fuera referido en varias
publicaciones de la época. La ocasión más famosa es de 1813, cuando Simón
Bolívar intentó consolar a un padre, cuyos hijos habían sido sacrificados en la
guerra de independencia. De acuerdo con las memorias de Daniel Florencio
O'Leary, el Libertador habría improvisado los siguientes versos: "Y tú,
padre, que exhalas suspiros / al perder el objeto más tierno / interrumpe tu
llanto y recuerda / que el amor a la Patria es Primero".
La mayoría de los
historiadores del siglo XIX no puso atención a ese apotegma atribuido a
Guerrero. No fue hasta el siglo XX cuando la historiografía patriótica lo
resaltó. En 1971, el Congreso de la Unión promovió a Vicente Guerrero como
"verdadero consumador de la independencia" y puso esa frase en letras
de oro en el Muro de Honor.
En 1818, Guerrero es
nombrado General en Jefe de los ejércitos del Sur por el remanente del Congreso
de Chilpancingo, la Junta de Jaujilla. Esto sería ratificado en 1820 por la
Junta Subalterna, otorgándole "toda la autoridad y el mando" de las
milicias insurgentes.
Ante la pérdida de
confianza de los realistas tras las largas campañas, Vicente Guerrero aprovecha
el momento y escribe una carta al Coronel Gabriel de Armijo, jefe de las
fuerzas realistas del sur, a cargo de combatirlo. En la misiva le invita a que
se una a la causa insurgente para alcanzar así la independencia, presentándole
una propuesta muy similar al Plan de Iguala. Armijo rechaza rotundamente la
oferta. En 17 de agosto de 1820, Guerrero escribe ahora al coronel Carlos Moya,
subalterno de Armijo, Moya también rechaza la oferta, pero con cortesía e
invitando a Guerrero a rendirse. La misiva llega a manos de Apodaca. A pesar de
ello, el virrey no rompe su contacto con Guerrero. Debido a esto, a las
derrotas constantes, y a lo remoto de llegar a someter a Guerrero como se le
exigía, Armijo renuncia al cargo de la Comandancia del Sur dejando el puesto
vacante. Es reemplazado por Agustín de Iturbide, el 9 de noviembre de 1820, por
propuesta del grupo de la Conspiración de La Profesa. Estos secretamente
pretendían también la independencia, pero aspiraban crear una monarquía
mexicana gobernada por un Infante de España, restaurar el absolutismo y abolir
la Constitución de Cádiz, pues ésta era de corte liberal y quitaba privilegios
a la clase acomodada y a la nobleza novohispana concediendo algunos derechos a
la población en general.
Guerrero continuó
manteniendo su foco de insurrección junto a su mano derecha, Pedro Ascencio de
Alquisiras, en la zona montañosa del estado que hoy lleva su nombre, Guerrero.
Para su campaña contra Guerrero, Iturbide tuvo a su cargo el batallón realista
de la Comandancia del Sur, antes bajo las órdenes de Armijo, el cual comprendía
el Batallón del Sur, el regimiento de Potosí, los escuadrones de Isabel, los
Infantes de la Corona, el Batallón de Murcia y el Batallón de Tres villas.
Posteriormente, a petición suya se le unieron también los regimientos de Celaya
y el cuerpo de caballería de la Frontera.
Guerrero enfrentó al
ejército realista al mando de Agustín de Iturbide. Este al igual que sus
antecesores, no puede derrotar a Guerrero, perdiendo como ellos la mayoría de
las batallas contra los insurgentes surianos. El 28 de diciembre de 1820,
Ascencio de Alquisiras destruye la retaguardia del ejército de Iturbide, daña
fuertemente una de sus alas y dispersa su centro. El 2 de enero, Guerrero rompe
el Sitio de Zapotepec, corta la línea realista y destroza al batallón realista
del Sur. El 25 de enero Ascencio de Alquisiras vuelve a derrotar a Iturbide
cerca de Totomaloya. Dos días después, el 27 de enero, Guerrero propina otra
fuerte derrota a los realistas cerca de la "Cueva del Diablo", tras
una dura batalla que se prolongó todo el día. Estos combates fueron los últimos
de la Guerra de Independencia, pues Iturbide, al darse cuenta de que no podía
derrotar a Guerrero, le propone entrevistarse.
Agustín de Iturbide le
propone a Guerrero una alianza para lograr que algún miembro de la nobleza
española llegase a gobernar a la Nueva España como monarca, prometiendo a
Guerrero posición y soporte económico para él y sus tropas. Iturbide señala a
Guerrero que, de no aceptar, las hostilidades hacia los insurgentes surianos se
incrementarían. Guerrero no acepta, pero le propone, al igual que a sus
antecesores, una alianza a favor de la libertad, la justicia social, y un
gobierno mexicano dirigido por los 'hijos de la patria' (verbigracia: los futuros
mexicanos), prometiendo a Iturbide cesar las hostilidades y poner su ejército a
sus órdenes para tal fin. Guerrero argumenta señalando la desconsideración,
prepotencia, escarnio y represalias por parte del gobierno español hacia los
ciudadanos de la Nueva España cuando estos, a través de sus representantes,
pidieron garantías de igualdad y reconocimiento a sus derechos civiles; esto a
pesar de que la entonces provincia apoyó moral y económicamente a España
durante la reciente invasión francesa. Además, le recuerda a Iturbide que es
también su obligación velar por el bienestar de sus conciudadanos, puesto que,
siendo americano, conocía de sobra las injusticias hacia sus compatriotas (a
diferencia de sus antecesores, Iturbide no era ciudadano español). Finalmente,
Guerrero señala a Iturbide que contando los novohispanos con la fuerza y valor
suficiente para hacer valer sus derechos y gobernarse a sí mismos, al igual que
los otros pueblos libres y nobles del mundo, sería una vergüenza someterse a
otros suplicando que se los respetasen como un gesto de magnanimidad, por lo
que apunta a Iturbide que en caso de una negativa de su parte, él y los
insurgentes a su cargo tenían la capacidad de continuar con la lucha hasta
obtener la victoria, y que entonces, cualquier otro asunto lo discutirían en el
campo de batalla.10 Iturbide acepta la proposición de Guerrero y su acuerdo se
sella con el llamado Abrazo de Acatempan el 10 de febrero de 1821. Para el 24
de febrero se promulga el Plan de Iguala con el cual se unen los ejércitos
(insurgente y realista) formando así el ejército de las tres garantías o
Ejército Trigarante. Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército
Trigarante entra a la Ciudad de México desde diferentes rumbos, formando una
columna al frente de la cual iba Agustín de Iturbide, terminando así la guerra
de Independencia de México.
Tras la independencia,
Vicente Guerrero fue nombrado "capitán general en el rumbo del sur".
Como a los demás comandantes, se le condecoró con la Gran Cruz de la Orden de
Guadalupe. Junto con otros antiguos insurgentes como José Manuel de Herrera,
Andrés Quintana Roo y Nicolás Bravo, Guerrero formó parte del primer círculo
del gobierno imperial. En diciembre de 1822, Antonio López de Santa Anna se
rebeló contra Iturbide, en favor de una república. El emperador decidió
entonces vigilar a personas sospechosas, incluidos Guerrero y Bravo. Al mismo
tiempo, el marqués de Vivanco, uno de los más cercanos colaboradores de
Iturbide, intentó quitar a Guerrero el mando del Sur. Esto ocasionó que
decidiera escapar de la ciudad de México, junto con Bravo. En enero, en un
enfrentamiento en Chilapa, sufrió una herida que lo dejó fuera de combate por
algún tiempo; pero Bravo pudo seguir la lucha.
A la caída del emperador
Agustín I, Vicente Guerrero fue elegido miembro suplente del Supremo Poder
Ejecutivo del 1 de abril al 10 de octubre de 1824, cuando el Gral. Guadalupe
Victoria asumió el cargo de primer presidente de México.
Tras la caída del Primer
Imperio, Guerrero participó en la vida política a través de las logias
masónicas del Rito de York. Aunque combatió la rebelión de Vicente Gómez en
1824, que pretendía expulsar a los españoles, abogó en contra de la expulsión
de estos decretada por el gobierno de Guadalupe Victoria, se apegó
estrictamente a las leyes al respecto durante su gobierno , evitó la expulsión de
algunos de ellos (como el padre de Mariano Arista y los hijos del Virrey
Iturrigaray), y fue señalado como el único hombre capaz de detener movimientos
populares violentos en contra de 'los gachupines', como el pueblo les llamaba,
en 1829 el mismo Guerrero les retiró el apoyo al descubrirse los planes de
múltiples grupos de españoles para 'reconquistar' México.
"Montenegro ha
prometido a todos los españoles expulsados de México que no se presentaron a
implorar la clemencia del Rey NS (N.B "Nuestro Señor") y ofrecerles
sus servicios, que serán acogidos de nuevo por el titulado Gobierno de
Guerrero"
Francisco Tañón, 27 de
noviembre de 1829, Cónsul español en Nueva Orleans, sobre promesa de Guerrero
comunicada a través del Coronel Montenegro y del Conde de Moctezuma.
Cuando Nicolás Bravo se
alzó en armas en contra del gobierno de Guadalupe Victoria, en 1828, Guerrero
fue enviado a combatirlo, y lo derrotó en Tulancingo.
Elecciones
Presidenciales
Con el apoyo de Lorenzo
de Zavala, de Joel Roberts Poinsett y de otros destacados yorkinos, se postuló
a la presidencia de la república en sustitución de Guadalupe Victoria. Durante
ésta época se definieron tres clases sociales: la suprema, compuesta por los
antiguos nobles, los capitalistas rancios y el alto clero; la media compuesta
por los literatos, maestros, soldados, pequeños comerciantes y empleados; y la
ínfima a la que pertenecían los más pobres. Guerrero era muy popular entre estas
dos últimas -las más numerosas- al igual que entre algunos miembros de la clase
alta, pues representaba los ideales liberales e igualitarios de la insurgencia,
superando en este rubro a su principal contendiente, Manuel Gómez Pedraza. A
Guerrero se le identificó como el "candidato de clase media". Pedraza
era escocés, identificado con la oligarquía, los aristócratas y conservadores
que apoyaban su candidatura (e.g. el rito escocés, españoles, iturbidistas),
siendo el mismo un rico terrateniente criollo que había luchado del lado de los
realistas durante la Guerra de la Independencia.
Sin embargo, la Constitución
de 1824 establecía que el presidente de la república sería designado por el
voto de los 36 representantes de las legislaturas estatales de entre dos
candidatos, uno no siendo vecino del estado en turno no por el voto popular.
Los congresos estatales eligieron a Gómez Pedraza, quién obtuvo once votos,
superando a Guerrero quién obtuvo nueve. Esto provocó el descontento popular,
pues se especulaba que una elección directa hubiese favorecido a Guerrero. Por
otra parte, Gómez Pedraza no renunció a su posición como Ministro de Guerra al
ser elegido como candidato, por el contrario, utilizó a los comandantes
militares que estaban a su cargo como agentes electorales y se declaró ganador
antes de que terminara el conteo.
Como respuesta, los
yorkinos radicales promovieron varias protestas en contra de Gómez Pedraza.
Antonio López de Santa Anna se rebeló en Perote, mientras que Lorenzo de Zavala
encabeza el Motín de la Acordada en Ciudad de México, lo que conduciría a la
dimisión de Pedraza. Los jefes militares de varios estados protestaron el motín
y prepararon sus ejércitos para defender el resultado de la elección, sin
embargo, gran parte de sus soldados se pronunciaron a favor de Guerrero, al
igual que la mayoría de su población civil. Debido a ello, el Congreso
desconoció a Gómez Pedraza señalando su elección como intrascendente, contraria
a la voluntad popular y peligrosa para la República y la Independencia. El
Congreso designó presidente a Guerrero, quien tomó posesión el 1 de abril de
1829, comprometiéndose a poner el Gobierno bajo la supervisión del pueblo y a
respetar la soberanía de los Estados. Inicialmente, su gabinete presidencial
estuvo conformado por José María Bocanegra como secretario de Relaciones
Interiores y Exteriores, Francisco Moctezuma en Guerra y Marina, José Manuel de
Herrera en Justicia y Negocios Eclesiásticos, y Lorenzo de Zavala en Hacienda.
Presidente
de México
La presidencia de
Guerrero duró ocho meses y medio. Sin embargo, Guerrero, como candidato del
"Partido del Pueblo", gestionó la creación de escuelas públicas y
trato de impulsar el plan nacional de educación gratuita que había ideado
anteriormente con Bravo y Negrete, gestionó una reforma agraria favorable a los
campesinos, intentó impulsar el desarrollo de la industria remarcando que era
necesario "poner en movimiento" los recursos naturales del país y
generar empleos para que los brazos mexicanos "no se debiliten en el seno
de la ociosidad", creó un centro nacional de atención para los inválidos
producto de las guerras, llamó a impulsar el comercio interno y con otros
países, así como otros programas de naturaleza liberal:
Un estado libre protege
las artes, la industria, las ciencias y comercio; y no premia más que la virtud
y el mérito; si éste queremos adquirirlo, ocupémonos en cultivar los campos,
las ciencias, y cuanto puede facilitar el sustento y entretenimiento al hombre:
hagamos de modo que no siendo gravosos a la nación antes le aliviemos sus
necesidades; ayudándole a reportar sus cargas y consolando a la humanidad
afligida, conseguiremos también que la nación abunde en riquezas y prospere en
todos sus giros.
Vicente Ramón Guerrero
Saldaña, Manifiesto a sus compatriotas
Además, durante su
gobierno se gestionó a favor de la tolerancia religiosa, el fortalecimiento de
la elección directa de representantes, el fortalecimiento del sistema federal y
la democracia, agilizar la burocracia, el perdón a exiliados que habían
beneficiado de alguna manera a la nación (como Nicolás Bravo), la supresión de
los fueros militares y eclesiásticos, y la venta de bienes que habían
pertenecido a la Inquisición.
"El interés de las
localidades es el más adecuado para asegurar el interés de los individuos...El
sistema federal me es tan caro como la independencia de la nación...Las
autoridades se encuentran en todas las clases del pueblo"
Vicente
Guerrero Saldaña, Presidente de México, 1829
Sin embargo, su gobierno
e ideas liberales enfrentaron oposición por parte de los grupos conservadores,
en particular del de los autonombrados "hombres de bien", partido
formado por Anastasio Bustamante y Lucas Alamán con miembros del clero, el
ejército y la clase acomodada y cuyo propósito era terminar con el gobierno de
Guerrero y los liberales (a quienes etiquetaban como partido de "la
masa" o de "la chusma") para restablecer las viejas formas,
sosteniendo la ideología de que solo la clase acomodada y propietaria debía
elegir y ser elegida gobernante. Dichos grupos se fortalecieron con el tiempo
debido a la tolerancia de Guerrero, lo cual constituyó la mayor crítica a su
gobierno, pues muchos yorkinos le urgían a tomar acciones ante la creciente
hostilidad de dichos grupos. Por otra parte algunos yorkinos, como José María
Bocanegra se opusieron a la influencia de Poinsett, quien finalmente fue
expulsado del país. Muchos estados de la república no estuvieron de acuerdo con
las políticas fiscales que pretendió establecer el secretario de Hacienda
Zavala y pidieron su salida, al considerar que el secretario trascendió de
federalista radical a centralista radical. Por otra parte, el gobierno de Guerrero
recibió al país en bancarrota, ya que había heredado problemas financieros
producidos por la pérdida de capital debida a la quiebra de la casa inglesa
donde el gobierno guardaba sus reservas. Su gobierno heredó también una deuda
con los miembros del ejército, y aun así, tuvo que organizar la defensa ante un
ataque inminente por parte de España.
“¡Ciudadanos diputados y
senadores!
Era ciertamente increíble que una nación como la española, sin
virtudes, sin opinión y sin recursos se obstinase en llevar adelante la loca
empresa de reconquistar a México. Empero la experiencia hoy nos muestra lo
contrario, y sabemos que los esclavos de Fernando VII osaron ya profanar el
territorio de la República.
¡Miserables! Ellos ignoran que los mexicanos son siempre
independientes; que conocen sus derechos; que saben ser libres; y que se les
insulta al ofrecerles la degradante condición de colonos, a que en tiempos
menos dichosos fueron reducidos por un triste aventurero el año de 1519.”
Vicente
Guerrero, 4 de agosto de 1829.
Ejército mexicano
derrota a las fuerzas españolas invasoras el 11 de septiembre de 1829 en
Tampico.
En septiembre, la armada
española intentó reconquistar México, al mando del brigadier Isidro Barradas,
quien fue derrotado fácilmente en Tampico por las tropas y generales enviados
por Guerrero: Antonio López de Santa Anna y Manuel de Mier y Terán. Un intento
de invasión anterior al de Barradas había sido ya suprimido por el ejército y
marina de Guerrero. Tras la invasión fallida de Barradas, los oficiales
españoles y mexicanos firmaron un tratado en el que se concedía indulto a los
vencidos y en el que se garantizaba respetar las propiedades de los españoles, a
cambio de la promesa de que no habría intentos de invasión posteriores.
Sin embargo, lo anterior
no hizo desistir a España de su empeño en 'reconquistar' México. Los planes de
'Reconquista' no cesaron desde la independencia, y los encuentros militares entre
las marinas española y mexicana eran comunes desde entonces. En octubre y
noviembre de 1829, noticias de que España enviaba hacia Cuba (todavía provincia
española) nuevos contingentes armados para este fin, obligaron a Guerrero a
invertir y obtener recursos para mantener una fuerza regular para la defensa
del país. Para contrarrestar la amenaza de una invasión española y responder a
la invasión de Barradas, algunos liberales deciden pagar con la misma moneda.
El Coronel y congresista veracruzano José Ignacio Basadre, español de
nacimiento y anteriormente miembro de los Dragones de Nueva Galicia, es
comisionado por Guerrero y el Congreso para estudiar la posibilidad de una
invasión a la Capitanía General de Cuba, la provincia española más importante
en el Caribe. La idea ya había sido planteada con anterioridad por Simón
Bolívar (sugiriéndosela a México y Colombia) y también durante el gobierno de
Guadalupe Victoria, también como respuesta a los intentos de Reconquista, sin
embargo, no fue ejecutada, aunque se reunieron tropas para ello. Inicialmente,
incluso el conservador Lucas Alamán se pronunció a favor de la invasión,
señalando que: "Cuba sin México está destinada al yugo imperialista,
México sin Cuba es un prisionero del Golfo de México" (sic). Eventualmente,
la invasión a Cuba no fue autorizada por Guerrero pues se argumentó a favor de
la fraternidad entre los peninsulares y los latinoamericanos; sin embargo, la
posibilidad de una contraofensiva militar por parte del gobierno de Guerrero,
con el respaldo diplomático de otros países latinoamericanos en caso de
ejecutarse, obligó al gobierno español y al Gobernador de Cuba a adoptar una
actitud defensiva en lugar de ofensiva.
El 15 de septiembre de 1829,
siendo aún presidente, Vicente Guerrero expidió el decreto de Abolición de la
esclavitud, el cual había sido promulgado por Miguel Hidalgo en Guadalajara el
6 de diciembre de 1810. Mediante este acto protocolario se oficializó la
postura de la república mexicana.
Queda abolida la esclavitud en la República
Son por
consiguiente libres los que hasta hoy se hubieren considerado como esclavos
Cuando las
circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de
esclavos, en los términos que dispusieran las leyes
Vicente
Guerrero, 15 de septiembre de 1829
La abolición de la
esclavitud por parte de Guerrero fue una de las más importantes contribuciones
a los derechos humanos durante el siglo XIX, no solo en el Continente Americano
y por la cercanía de México a los Estados Unidos, sino porque en esto se
aventajó también a muchos países europeos. España la esclavitud no se abolió
sino hasta 1880, Argentina la abolió hasta 1853, Brasil hasta 1888. En el
Caribe, con la excepción de Haití, la esclavitud fue la base de la economía de
plantación, lo mismo que en el sur de Estados Unidos. Los productores de café,
tabaco, azúcar y algodón desde el Brasil hasta Chesapeake se beneficiaron del
desarrollo industrial europeo, en especial del británico, y su alta demanda de
materias primas. Al mismo tiempo, la abolición de la esclavitud en Haití, que
había sido el motor de la economía atlántica de esclavos y azúcar, permitió que
las plantaciones esclavistas florecieran en otros lugares. En Cuba, la llegada
de capitales desde México (ocasionada por la independencia y la expulsión de
españoles), dio un fuerte impulso a esa economía esclavista.
La abolición de la
esclavitud promulgada por Guerrero también fue una llamada de atención a los
españoles de Cuba, quienes habían organizado el intento de reconquista.
Esta postura oficial fue
adversa a los intereses de los numerosos colonos de origen estadounidense que
poblaban el estado de Texas, quienes defendían ideológicamente y dependían
económicamente del esclavismo. Años más tarde el decreto fue una de las razones
que dieron lugar a la Independencia de Texas, aunado al Destino Manifiesto y la
Doctrina Monroe que por medio de intrigas promovieron los embajadores plenipotenciarios
Joel R. Poinsett y Anthony Butler. Sin embargo, los levantamientos en Texas no
ocurrieron sino hasta después de que Santa Anna llegó al poder, ya que el mismo
Stephen F. Austin, el llamado 'Padre de Texas', reconoció las virtudes del Gobierno
de Guerrero:
“Este Gobierno es el más
liberal y munificente (N.B. generoso, tolerante) sobre la tierra con los
emigrantes –después de estar aquí un año, te opondrás a cualquier cambio,
aunque fuera a favor del Tío Sam”
Stephen
Fuller Austin, 1829, carta a su hermana describiendo las bondades del Gobierno
de Vicente Guerrero de México y de Texas en particular
Pronunciamiento de los
"hombres de bien", y la rebelión en el Sur
Para enfrentar la crisis
económica, la división política, y fortalecer las capacidades de defensa del
país ante otro intento de reconquista española, Guerrero obtuvo poderes
extraordinarios del Congreso. Lorenzo de Zavala impulsó una reforma fiscal que
promovía la creación de impuestos directos federales. Esto ocasionó que los
políticos de los estados lo acusaran de centralista, porque hasta entonces solo
los estados habían implementado ese tipo de impuestos. Guerrero fue acusado de
violar la Constitución y actuar de manera ilegal. El vicepresidente Anastasio
Bustamante, encabezó en diciembre de 1829 una rebelión en contra del presidente
cobijándose en el Plan de Jalapa, cuyos argumentos principales eran restablecer
la Constitución y combatir la rebelión centralista en Campeche, de la cual
culpaban injustificadamente a Guerrero. Lorenzo Zavala fue destituido del cargo
de Hacienda.
La prensa se mostró
favorable a la rebelión de Bustamante. Incluso algunos liberales como José
María Luis Mora estaban en contra de Guerrero. El 16 de diciembre de 1829 el
presidente salió a combatir a los rebeldes. En la ciudad de México, un grupo
encabezado por José Ignacio Esteva, el gobernador del Distrito Federal,
procedería a tomar Palacio Nacional y obligar al presidente interino, José
María Bocanegra, a renunciar. Luis Quintanar y Lucas Alamán se pondrían al
frente del gobierno junto con Esteva. El Congreso y el Senado declararon a
Guerrero incapacitado para gobernar, por lo que el vicepresidente Anastasio
Bustamante quedó a cargo del poder ejecutivo. Si al comienzo de su gobierno
tuvo apoyo de varios liberales, muy pronto personajes como Mora, Vicente
Rocafuerte y Andrés Quintana Roo se pasaron a la oposición.
Guerrero se dirigió al
sur, donde había combatido durante sus años de lucha independentista. Las
tropas federales lo persiguieron. Guerrero propondría tregua varias veces a
Bustamante, ofreciendo renunciar a la presidencia si se convocaba a nuevas
elecciones, lo cual el vicepresidente rechazaría.
Hostigado por las
fuerzas bustamantistas, Guerrero se había retirado a Tixtla. Su nueva rebelión,
llamada entonces "la Guerra del Sur", cobraría fuerza en Michoacán,
tras instigar Lucas Alamán el derrocamiento militar del gobernador de dicho
estado, lo cual provocó levantamientos populares en contra de lo que se
reconoció como opresión del gobierno central. Guerrero, junto con Juan N.
Álvarez y Gordiano Guzmán tomaron entonces control de la Tierra Caliente de
Michoacán y del hoy Estado de Guerrero con el apoyo de los habitantes de la
región, una de las pocas que los realistas no habían podido nunca controlar.
Los surianos logran derrotar definitivamente a Armijo, quién había sido enviado
a sofocar la rebelión popular. Sin embargo, la "Guerra del sur"
terminaría con el secuestro y asesinato de Guerrero, no capturado en batalla,
sino a través de una intriga y traición planeada por Bustamante y sus
allegados.
Tal ha sido el fruto de un pronunciamiento (N.B. el de
Bustamante) que causa miles de desgracias a la patria, entorpece la marcha
majestuosa de las instituciones federales, ataca a sus legislaturas, destruyendo
varias de ellas, asesina desgraciados en mazmorras horribles, separa de su
suelo hombres ilustres, hace correr la sangre de centenares de víctimas... en
caldasos públicos perecen hombres que han dado días de gloria a la nación, y
que por último era reservado a los perjuros de la constitución y las leyes
destruir la representación nacional y arrancar con violencia del santuario a
sus dignos representantes... ¿Y cuándo a los verdaderos federalistas se les
trata de este modo acerbo?¿Cuál es la política que se guarda con los que han
fijado el centralismo en dos estados?...En tan desgraciadas circunstancias es
mi deber auxiliar a los estados para que recobren su soberanía altamente
ofendida, sin dar cumplimiento a las leyes retroactivas que son dictadas en
medio del temor y las amenazas de las bayonetas: no aspiro al mando...solo
quiero que las legislaturas sean repuestas y respetadas...Pueblos todos: juzgad
vuestra causa y que nada os intimide, siempre me he congratulado de
perteneceros...Si dejo mi pacífico hogar y mi cara familia es porque veo correr
impunemente la sangre de los mexicanos en Zamora, Valladolid y muchos otros
puntos...Al ceñir la espada y ponerme a vuestro lado recuerdo con placer que me
habeís dado ejemplo de valor y entusiasmo por la sagrada libertad, y que firmes
en vuestros juramentos, defendereís el gobierno representativo popular federal:
de ambos serán las fatigas de la campaña, más de vosotros serán los laureles de
la victoria
Vicente
Guerrero Saldaña, Acapulco, octubre 1830, a la Soberana, Libre e Independiente
Nación Mexicana
Últimos
años y muerte
El 15 de enero de 1831,
en la playa Tlacopanocha, en Acapulco, Vicente Guerrero recibió la invitación a
almorzar con el capitán del bergantín Colombo, Francisco Picaluga, mercenario
genovés. Una vez a bordo, él y sus colaboradores fueron aprehendidos
sorpresivamente. De inmediato, el barco levaría anclas. La traición ocurrió a
cuenta de 50 000 pesos, que había ofrecido el ministro de Guerra José Antonio
Facio, por indicaciones del vicepresidente, Gral. Anastasio Bustamante, líder
de la sublevación en contra del presidente Guerrero. Sobre la reacción de
Guerrero, el historiador Juan de Dios Arias comentaría lo siguiente:
“No le faltó ánimo ni
valor para oponerse a la revolución; lo que le faltó fue el patriotismo de
quienes estaban obligados a ayudarle y sostenerle… en un círculo de perjuros y
traidores, y que en vano habría querido resistir a una rebelión consumada por
las tropas del gobierno, acaudillada por el vicepresidente de la República”
Juan
de Dios Arias, México a través de los siglos
Guerrero fue
transportado al puerto de Santa María de Huatulco, fue entregado a cuatro
oficiales que esperaban el arribo de la embarcación en la playa que desde
entonces se denomina La Entrega; entre ellos, se encontraban el capitán José
Miguel González, el teniente Fuentes y el alférez Maciel del 4° de Caballería.
El 25 de enero, Guerrero comenzó a ser interrogado por el fiscal José María
Llanes, capitán del batallón activo de Jamiltepec. Llanes enfermó durante el
juicio militar, por lo que Joaquín Ramírez y Sesma ordenó a Nicolás Condelle
continuar el proceso como juez-fiscal y al alférez del 11° regimiento, Juan
Ricoy, como secretario. El defensor fue el subteniente Francisco Cosío. El
consejo de guerra ordinario que juzgó a don Vicente Guerrero adolecía de
incompetencia constitucional. El general Guerrero era el presidente de la
República Mexicana, y a pesar de las intenciones de los partidarios del Plan de
Jalapa para destituirlo, el único tribunal competente para juzgar a don Vicente
Guerrero bajo cualquier supuesto, según decreto del 7 se septiembre de 1829 en
la constitución correspondía únicamente a la Corte Suprema de Justicia y
asimismo en dicho decreto se declaraba expresamente que los consejos de guerra
no aplicaran la pena de muerte. Guerrero
fue condenado a la pena de muerte. Fue fusilado el 14 de febrero de 1831 en
Cuilápam, Oaxaca.
En 1833, Bustamante y
miembros de su gabinete son llevados ante la justicia por el asesinato de
Guerrero. Juan N. Álvarez, quien intentó evitar el asesinato de Guerrero, acusa
a Bustamante de haberle obligado a tomar las armas en defensa propia y para
defender las instituciones. Asimismo, José Antonio Barragán acusa a Bustamante
por "haber hecho la guerra a muerte" a los patriotas que sostenían a
las instituciones y los derechos de Guerrero como presidente. Asimismo, tres
legisladores de Oaxaca solicitan el cambio de nombre de Cuilápam a "Ciudad
Guerrerotitlán", para honrar y reivindicar la memoria del insurgente.
Bustamante y sus aliados niegan los cargos, alegando que pagaron a Picaluga para
adquirir su barco, y que fue una casualidad que este decidiera entregarlo en la
playa en la que aguardaban las fuerzas que aprehenderían a Guerrero. Por otra
parte, los bustamantistas hacen desaparecer los archivos concernientes a las
órdenes recibidas por las fuerzas aprehensoras y a los tratos con Picaluga. Sin
embargo, testigos a bordo del Colombo, de ambos bandos, declararían después que
Guerrero fue hecho prisionero en un camarote bajo doble guardia armada, y que
varios de sus acompañantes fueron inmovilizados con cuerdas y grilletes.
Lucas Alamán, campeón de
la ideología conservadora y supremacista español y uno de los eruditos del
país, es llevado a juicio por el Congreso como autor intelectual del asesinato
de Guerrero. Alamán velaba por los intereses de los descendientes de Hernán Cortés
en México (fungiendo como apoderado de los Duques de Terranova y Monteleone);
además, su familia apenas había logrado escapar de los ejércitos de Miguel
Hidalgo al inicio de la Guerra de Independencia, por lo que el conservador
guardaba especial rencor hacia los insurgentes, a quienes equipara con los
aztecas, independientemente de su lugar de procedencia. De Guerrero, llegó a
decir que sus luchas tenían "el carácter de las invasiones que hacían los
pueblos bárbaros del norte sobre la provincia romana". Alamán fue absuelto
por la corte en 1835, previa intervención de Santa Anna, quien le permitió
dirigir su propia defensa. Sin embargo, antes de morir, Alamán declararía que
el ministro de Guerra José Antonio Facio y el ministro de Justicia José Ignacio
Espinosa Vidaurre habían votado por la muerte, mientras que el ministro de
Hacienda Rafael Mancini y el ministro de Relaciones Lucas Alamán por el
destierro, y que el vicepresidente Anastasio Bustamante tomó la decisión final.
Después de derrocar a
Guerrero, y también después de su ejecución, se permite la entrada a muchos
españoles que habían sido expulsados por conspiración y otros cargos mayores.
La muerte de Guerrero fue festejada públicamente por sus enemigos, lo cual
provocó gran malestar tanto entre los liberales y partidarios de Guerrero como
en la mayoría de la población. Varios congresistas y liberales responsabilizan
entonces también a los españoles de la muerte de Guerrero, acusándolos de
atentar desde un principio contra el orden democrático y republicano.
Bustamante y sus seguidores cercanos serían después expulsados del país.
El asesinato de Guerrero
se convirtió en un escándalo internacional. Tras proceso, el gobierno de Génova
declara a Picaluga "bandido de primero orden", y le dicta sentencia
de muerte; el gobierno de Centroamérica pide que se hunda el Colombo; en
México, los militares que participaron en el proceso en su contra fueron
expulsados del ejército.
Los restos de Vicente
Guerrero reposaron en el Panteón de San Fernando, junto a su hija y yerno hasta
1925, cuando fueron trasladados a la Columna de la Independencia en la Ciudad
de México y ahí descansaron hasta el 30 de mayo del 2010, fecha en que fueron
trasladados al Museo Nacional de Historia para su conservación, análisis, autentificación
y exhibición durante los festejos del bicentenario de la independencia, al
final del cual regresaron al monumento ya mencionado.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Guerrero
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