Josefa Ortiz de Domíguez
Sus padres fueron José
Ortiz, capitán del regimiento de Los Morados y Manuela Téllez-Girón y Calderón,
de una antigua y noble familia española. Nació en Valladolid, hoy Morelia.
Su padre perdió la vida
en batalla, cuando Josefa era apenas una niña y su madre murió poco tiempo
después. De esta suerte, Josefa quedó a cargo de su hermana mayor, María Sotero
Ortiz, quien apoyó a Josefa para ingresar al prestigioso Colegio de las Vizcaínas
en la Ciudad de México. En cierta ocasión, el Colegio fue engalanado para
recibir la visita de algunos funcionarios, entre ellos iba Miguel Domínguez,
que se enamoró de ella y pidió permiso para visitar a la joven, se hicieron
novios y el 23 de enero de 1791 se casaron en el Sagrario Metropolitano de la
Ciudad de México. En 1802 Miguel Domínguez fue promovido por el virrey de Nueva
España, Félix Berenguer de Marquina, al cargo de Corregidor de la ciudad de
Santiago de Querétaro.
Doña Josefa, que era
criolla, se identificaba con el abuso sufrido por dicha comunidad por parte de
los gachupines, tal como llamaban a los españoles nacidos en la península. Los
criollos eran considerados como ciudadanos de segunda clase por el régimen
colonial, en virtud de haber nacido en la Nueva España (una colonia) y no en la
metrópoli. Por ello, eran relegados a puestos de segundo nivel en la
administración pública del virreinato. Este hecho creó un gran descontento con
el paso de los años y los criollos comenzaron a organizarse en grupos
literarios donde se difundían las ideas de la Ilustración, prohibidas por la
Iglesia católica. Doña Josefa se integró en una de estas sociedades y convenció
a su esposo tiempo después de integrarse también. Miguel Domínguez, esposo de
Doña Josefa, cometería posteriormente varios errores estratégicos con respecto
a la planificación de los conspiradores.
Los rebeldes estaban
listos para levantarse en armas el primero de octubre de 1810. Sin embargo, el
13 de septiembre fueron descubiertos por un infiltrado, que informó a las
autoridades del virreinato de las actividades del grupo literario de Querétaro.
El corregidor Miguel Domínguez fue obligado a conducir un cateo en las casas de
la ciudad, con el propósito de capturar a los líderes insurgentes. Para
protegerla, encerró a su esposa en un cuarto bajo llave. No obstante lo
anterior, Josefa Ortiz de Domínguez pudo advertir al cura de Dolores, Miguel
Hidalgo; Juan Aldama e Ignacio Aldama, haciendo sonar uno de sus zapatos contra
el suelo, el alcalde Ignacio Pérez escuchó el llamado y bajo mandato de ella
advirtió al cura del pueblo de Dolores, en Guanajuato, que la conspiración
había sido descubierta, razón por lo cual el párroco convocó al pueblo a
levantarse en armas durante la misa patronal del pueblo, en la madrugada del 16
de septiembre de 1810, con lo que dio inicio la guerra por la Independencia de
México.
Según el historiador
Alejandro Villaseñor, en su libro Biografía de los héroes y caudillos de la
independencia, Julián Villagrán apresó al oidor Collado que regresaba a México
después de haber dado causa a los conspiradores, entre los presos se encontraba
Doña Josefa, que quedó libre en cumplimiento a lo pactado entre Julián
Villagrán y el oidor del rey Collado. Una vez en libertad, Doña Josefa siguió
apoyando a los Insurgentes, a pesar de las flaquezas de su marido, mandando
dinero e información y sin perder la oportunidad de convencer a otros para
unirse a la causa. Falleció en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1829,
víctima de una pleuresía. Por sus acciones y su influencia en el desarrollo de
los hechos previos al inicio de la Guerra de Independencia y sobre todo por ser
el personaje fundamental que propició el inicio de esta gesta, se le ha llegado
a considerar como Madre de la Patria Mexicana.5
Actualmente sus restos mortales descansan en el Panteón de los Queretanos
Ilustres, en la ciudad de Santiago de Querétaro.
Legado
Josefa Ortiz de
Domínguez es una heroína nacional, Benemérita de la Patria y fundadora de
México, su nombre se encuentra inscrito con letras de oro en el Muro de Honor
del Palacio Legislativo de San Lázaro y también en el Monumento a la
Independencia junto a otras heroínas insurgentes, su imagen ha aparecido en
billetes y monedas a lo largo del tiempo.
Existen dos estatuas que honran su memoria: una en la Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México y otra en la plaza Corregidora en Santiago de Querétaro, a lo largo de México varias escuelas, calles y hospitales llevan el nombre con el cual se le conoció: "Corregidora". También lleva ese nombre el Estadio de Santiago de Querétaro.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Josefa_Ortiz_de_Dom%C3%ADnguez
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