Salvador Díaz Mirón
Primeros
años de Salvador Díaz Mirón
Hijo
del periodista y político que fuera gobernador de su estado, Manuel Díaz Mirón,
siguió los pasos de su progenitor, pero con fuerte inclinación hacia las
letras, su madre fue Eufemia Ibáñez. A su padre se le atribuye la famosa
estrofa de cementerios: "Aquí la eternidad empieza, y es polvo la mundanal
grandeza". Realizó sus estudios de forma irregular en Xalapa. En 1865
entró al seminario donde estuvo más de un año. Volvió a Veracruz y a los 14
años se inició en el oficio de periodista. En 1872 su padre lo envió a Estados
Unidos de América para alejarlo de sus malas amistades. Cuando volvió ya
hablaba inglés, francés y tenía nociones de latín y de griego.
Interés
en la poesía
En
1874 empezó a interesarse en la poesía. Años después, en 1876, cuando escribía
el periódico "El Pueblo", se autoexilió a Estados Unidos por razones
políticas. A su regreso, colaboró para diversas publicaciones y dirigió El
Veracruzano, que era propiedad de su padre, El Diario y El Orden. Durante el
dilatado imperio de Porfirio Díaz, la poesía mexicana vivió una época de mínimo
pero evidente esplendor, como lo señala Carlos Monsiváis en el prólogo de La
poesía mexicana del siglo XX, junto a Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón,
Manuel Gutiérrez Nájera, Luis G. Urbina, Amado Nervo y Juan de Dios Peza fueron
los más idóneos representantes espirituales del porfiriato y de una cultura
nacional que culminó en las Fiestas del Centenario y en el discurso retórico de
Justo Sierra al inaugurar la Universidad. Estos poetas fueron herederos del
pensamiento de libertad, intentaban el dominio de la forma y se adherían al
modernismo, también redimieron a la literatura latinoamericana del yugo de
Espronceda y Lamartine. Fue de los primeros poetas que, con un repertorio
lírico y sustento mexicano de veladas literario-musicales, detuvo por cincuenta
años la comprensión y acercamiento de los lectores hacia la poesía nueva.
Vida
política
José
Antonio Rojas, su gran amigo, lo impulsó a que también se hiciera de carrera
política. En 1878 fue diputado en la legislatura del estado, con sede en
Orizaba. Temperamental y sumamente violento, con carácter irascible, aficionado
a las armas y la cacería, admirador de los duelos para lavar el honor, a los
veinticinco años, en una balacera, sufrió una herida en la clavícula que le
inutilizó el brazo izquierdo.1 Esa lesión le crearía complejos y
resentimientos. Se dice que a quien lo lesionó, Martín López Luchichí, lo
retaba a duelo incluso años después del incidente. El poeta manco se
identificaba con Lord Byron (cojo) y con Miguel de Cervantes Saavedra (otro
manco), a quienes dedicó sendos poemas.
Fue
elegido diputado suplente por el décimo distrito electoral de Veracruz para el
Congreso de la Unión en 1884. Poco después del establecimiento de la XII
Legislatura pasó a ocupar el lugar del titular del distrito. Díaz Mirón se dio
a conocer por su participación en los debates sobre la deuda inglesa en 1884,
como parte de un grupo de diputados que se opusieron a la renegociación de la
deuda por el presidente Manuel González. Es probable que esa actitud
independiente le haya impedido ser electo nuevamente en 1886, cuando Porfirio
Díaz había regresado a la presidencia y tenía un control mayor de la selección
de candidatos para el congreso.
Con
el apoyo del gobernador de Veracruz, Teodoro Dehesa, Díaz Mirón logró su
reivindicación y fue nuevamente electo a la Cámara de Diputados. Luego de un
enfrentamiento con el diputado Juan Chapital en el que Díaz Mirón descargó su
pistola en el pasillo de la cámara, sin poder herir a su adversario. La Cámara
votó su desafuero y Díaz Mirón fue encarcelado. Salió tras la caída de Porfirio
Díaz, en 1911, gracias a un indulto del presidente interino Francisco León de
la Barra.
Durante
la Revolución Díaz Mirón apoyó al gobierno golpista de Victoriano Huerta. Fue
director del periódico oficialista porfiriano El Imparcial y cuando los
revolucionarios derrotaron a Huerta tuvo que huir al exilio. Después de pasar
un tiempo en España ejerció el magisterio en Cuba, donde fue su alumno Alejo
Carpentier. Regresó a México con la autorización del presidente Venustiano
Carranza y no se involucró más en la política.
Duelos
y prisión
Fue
célebre su duelo contra Migoni, en el cual éste salvó la vida porque la bala
dirigida a su corazón fue desviada por una cartera.
El
poeta retó a duelo al general Luis Mier y Terán, gobernador del estado, a quien
acusaba de la famosa matanza en el puerto de Veracruz de partidarios de
Sebastián Lerdo de Tejada, cuando por telégrafo recibió la indicación ordenada
por el general Porfirio Díaz de "Mátalos en caliente y después
averiguas". El ejecutor de los partidarios alegó que no podía responder al
reto porque se hallaba ejerciendo un cargo público.
En
mayo de 1883 fue a prisión por matar a un tendero, Leandro Llada, quien lo
golpeó con una regla por haber reñido a otro español, cuya pipa tenía un
relieve obsceno, pero alegó legítima defensa y fue absuelto.
El
constante reto al peligro por parte de Salvador Díaz Mirón provocaba el
resquemor por parte de su esposa, a la cual respondió, altivo, con su famoso
poema "A Gloria": "No intentes convencerme de torpeza con los
delirios de tu mente loca; mi razón es al par luz y firmeza, firmeza y luz como
el cristal de roca".
Uno
de sus enemigos (a quien sin embargo admiraba el poeta por considerarlo justo y
honesto, pero con ideas diferentes de las suyas) era el jefe de estibadores,
Lino Tenorio.
También
sostuvo enfrentamientos poéticos amistosos con el Vale Bejarano, poeta iletrado
pero con gran arraigo entre el pueblo.
En
1895, estuvo en presidio por haber matado de dos balazos a Federico Wólter,
quien lo había insultado y golpeado con un bastón (aquí es cuando proclamó una
de sus frases más conocidas: "A quien me grita le pego, y a quien me pega
lo mato"). En esa ocasión pasó cinco años preso, lo cual imprimió un
cambio en su personalidad. Años después, fue encarcelado por segunda vez, por
atentar contra la vida de Juan Chapital, diputado por un distrito del estado de
Guanajuato, quien presumía de haberlo mandado callar.
Vida
personal
Se
casó con Genoveva Acea Remond en 1881.
Primera
etapa poética
Se
enmarca en la corriente del Romanticismo, y a ella corresponden obras como Oda
a Víctor Hugo, A Gloria, Voces interiores, Ojos verdes y Redemptio, entre
otras; esta etapa está marcada por el doble influjo de Gaspar Núñez de Arce y
Víctor Hugo. Famosa es su frase del poema A Gloria «Hay plumajes que cruzan el
pantano y no se manchan... ¡mi plumaje es de esos!». En 1874 fueron incluidas
algunas de sus piezas literarias en la antología titulada El Parnaso Mexicano.
Durante
su encarcelamiento en 1895 escribió poemas como "El Fantasma",
dedicado a Jesucristo, y "La oración del preso". Regresó a Xalapa,
donde pasó uno de sus periodos más tranquilos y fecundos. En 1900 volvió a la
Cámara de Diputados. En 1901 publicó Lascas2 y donó sus quince mil pesos de
regalías para equipar la Biblioteca del Colegio Preparatorio de Xalapa.
En
el último de sus poemas de "Lascas", "Ópalo", narra su
visita, arrepentido, a la tumba de Federico Wólter, a quien mató. Ya menos
orgulloso que antaño, admitía que su reacción fue exagerada: "Si resulté
raudal turbio de cieno, y espumante de cólera en un trueno, en un fragor de
alud". Sin embargo, pese a ese intento de lavar su conciencia y cerrar su
obra poética con broche de oro, vendrían nuevas contiendas y nuevos poemas
dedicados a ellas.
Segunda
etapa poética
Publicó
en Estados Unidos (1895) y en París (1900) su libro Poesías. Un año después, en
Xalapa, publica Lascas, obra considerada su principal libro, que contenía un
total de 40 poesías inéditas. En esta etapa evoluciona hacia la concisión y la
sutileza de concepto. Destacan en este periodo Paquito, Nox, A Tirsa, A una
araucaria, Claudia e Idilio, entre otras. En esos poemas refleja su
resentimiento social; por ejemplo, en "Paquito", su rencor contra las
autoridades: "Papá no me quiere; está donde juzga y riñe a los hombres que
tienen la culpa" o en "Idilio", su desprecio a las clases
populares: "Alocada en la fiebre del celo, la zagala se turba y empina;
¡un cambujo patán se avecina!".
En
el prólogo a Lascas (1901) el propio autor lamentó "horribles yerros de
imprenta", "grotescos cambios de títulos" y "nocivas
supresiones y añadiduras" en la edición de Beston and Co., publicada en NY
(1895) y fue re editada en 1900 por la misma casa editorial, publicada
nuevamente en París por la Viuda de Bouret. Esta indignación fue tomada como
una más de sus monomanías.
Sus
poemas posteriores a 1901 fueron publicaciones periódicas en el Semanario
Literario Ilustrado, Revista Moderna, El Debate, Arte y Letras, El Imparcial.
Su
hija Rosa, quien era su consentida por su viva inteligencia, murió a los quince
años de edad. A ella la recuerda en "Venit hesperus": "El bardo
sufre tremenda cuita echando menos la tortolita que al aura oscura se le
voló". En ese mismo poema confiesa su sentimiento de soledad y
frustración, comparándose con un "sauce de fosa mudo y tranquilo que, por
impulsos del vendaval, vuelca el agobio, frustra el sigilo, plaga de acentos el
sordo asilo, besa con tumbos el polvo igual". Ya sexagenario, participó en
la persecución del bandido "Santanón" Rivera, quien le respetó la
vida al poeta por haber sido su ídolo en su juventud. Salvador Díaz Mirón ya
entonces se burlaba de sí mismo comparándose con el Quijote y con Cervantes en
su poema "El ingenioso Hidalgo"; "un loco se apercibe a la
defensa, y triste la figura se renombra".
Según
Manuel Sol en su estudio introductorio a la Poesía de Salvador Díaz Mirón,
meses antes de morir hay una queja del poeta sobre las "monstruosas
erratas" con las que se habían impreso sus obras, documentado en una carta
a Sergio R. Viesca en El Monitor Republicano.
Miembro
de la Academia Mexicana de la Lengua
Fue
elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana. En 1910 volvió a
prisión cinco meses por intentar asesinar al diputado Juan Chapital, quien
presumía de haberlo mandado callar. El diputado se le abrazó cuando el poeta
intentó sacar su revólver. En la cárcel de Belén escribió su poema "Aria
Nueva" desde su lujosa celda, con un ánimo mucho más relajado (y hasta
festivo) que cuando escribió su "Oración del preso"; ahora, altivo,
se comparaba con un "peñasco firme responda al frémito de la ola que rueda
saña en espuma". Obtuvo su libertad al triunfar la Revolución contra
Porfirio Díaz. Fue Director del diario El Imparcial, primer periódico moderno
de México. Enemistado con Francisco I. Madero, regresó a Xalapa donde fue director
del Colegio Preparatorio.
Fallecimiento
El
poeta murió el 12 de junio de 1928, en el puerto de Veracruz, tras un último
incidente donde dejó desmayado a culatazos a un alumno que lo retó a pelear,
Ulibarri (quien ejerció después como odontólogo y presumía de ese pasaje en su
vida). Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad
de México. En 1941 se publicaron sus Poesías completas.
Honores
·
En el
puerto de Veracruz, existe una avenida de doble carril, arbolada, que lleva su
nombre y que se extiende desde el Cementerio Particular Veracruzano hasta el
parque Zamora, en el centro de la ciudad.
·
En el
cruce de dicha avenida con la avenida Simón Bolívar existe una glorieta con el
monumento de él, de cuerpo entero.
·
Hay
una escuela primaria federal, situada en la calle de Juan Enríquez y Lafragua
que en la entrada tiene un busto de él y un pensamiento en la pared arriba del
monumento que dice: "Educad al niño y no tendréis que castigad al
hombre".
Obras
·
El
Parnaso Mexicano (1886)
·
Poesías
(Nueva York, 1895)
·
Poesías
(París, 1900)
·
Lascas
(Xalapa, 1901 con varias reediciones)
http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080019317/1080019317.PDF (primera edición
digitalizada)
·
Poemas
(1918)
·
Poesías
Completas (UNAM, con notas de Antonio Castro Leal, 1941)
·
Antología
poética (UNAM 1953)
·
Prosas
(1954)
Fuente
https://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_D%C3%ADaz_Mir%C3%B3n
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