John Ford
Nacimiento
e infancia.
El futuro John Ford
nació el 1 de febrero de 1894 (aunque muchas veces diría que en 1895) en una
granja de Cape Elizabeth (Maine) y fue bautizado con el nombre de John Martin
Feeney, hijo de dos emigrantes irlandeses que le transmitieron su natal gaélico
y el amor a su Irlanda de origen. Su padre, Sean A. Feeney, era oriundo de
Galway, al igual que su madre, Barbara «Abbey» Curran, si bien la familia de
ésta procedía de las islas Aran.
Fue probablemente su madre quien inspiró la permanente asociación del hogar con la
figura de una mujer presente a lo largo de su filmografía.
Hay dudas acerca del auténtico
nombre del pequeño,
pues el irlandés
«Sean» parece haber sido
sustituido por el equivalente anglosajón «John», que dio lugar a que se le conociera
familiarmente como «Jack». En cuanto al apellido,
se escribe de diversas formas, como O'Fienne u O'Fearna. Además, el mismo Ford
dijo muchas veces que su segundo nombre era Aloysius. Todo ello motivó muchas
polémicas entre sus biógrafos.
Fue el menor de once o
trece hijos. A los cuatro años, las dificultades económicas que atravesaba la
familia le obligaron a desplazarse a Portland (Maine), sustituyendo la granja
familiar por un apartamento. Allí llegó a completar sus estudios secundarios
sin que mostrara más inquietudes artísticas que una habilidad para la
caricatura muy apreciada por sus amistades.
Comenzó a trabajar en el
departamento de publicidad de una fábrica de zapatos, y parece que intentó en vano entrar en la
Academia Naval de Annapolis; en cualquier caso, Ford
mostraría años después su amor por
la Marina.
Primer
contacto con la industria del cine
Su hermano mayor, Frank
O'Feeney, se había desplazado a Hollywood en 1911. Allí, con el nombre
artístico de Francis Ford, inició una prometedora carrera en la naciente
industria cinematográfica. El joven Jack se uniría a él en 1913, trabajando a
sus órdenes en diversos oficios: regidor, doble de acción, atrezzista,
asistente de su hermano y actor. Pronto adoptó el apellido artístico de Francis
y se hizo llamar Jack Ford, para disgusto de sus padres, a quienes no agradaba
esa actividad profesional. Estos años le sirvieron al joven Jack para
familiarizarse con el cine desde diversos ángulos y en diferentes géneros. Su
hermano fue no solo la primera influencia, sino quizá la más importante en su
forma de hacer cine, lo que siempre provocó cierta envidia en Jack. Fuera de la tutela de su hermano, Ford participó como extra en el rodaje de El nacimiento
de una nación
(1915), lo que le permitió
conocer la forma de trabajar de David W. Griffith, director por el que Ford
siempre sintió
respeto. Estos años
junto a su hermano le sirvieron para conocer la industria, pero todavía no
tenía conciencia de las posibilidades reales de la labor de dirección
cinematográfica.
La
época muda
El paso a la dirección
de Ford parece una evolución lógica en su carrera, aunque el azar tuvo mucho
que ver en tal tránsito. Se suele considerar que su primera película como
director es The Tornado (1917), en la que también figura como guionista. Se
trataba de un western de corta duración y mudo, protagonizado por su hermano
Francis, y resulta dudoso si John ya era el director o se limitaba todavía a
ayudar a su hermano asumiendo cada vez más responsabilidades. La película, de
la que no se conserva copia alguna, debió limitarse a una sucesión de
acrobacias hechas por los especialistas, pero supuso el comienzo de una larga y
brillante carrera profesional. De los 62 filmes de diverso metraje que Ford
rodó durante la época muda, solo se conservan entre quince y veinte
(algunos mutilados), lo que dificulta hacer una valoración global de su obra en
este período de formación.
Universal
y Harry Carey
Afortunadamente para
Ford, las películas del Oeste no gozaban de mucho prestigio entonces y los
directores de los estudios Universal eran reacios a dirigirlas. Eso provocó un
vacío que su hermano Francis aprovechó recomendándole al estudio. Ford rodaría
un total de 37 filmes para Universal en cinco años. De allí nació una relación profesional y de
amistad entre John Ford y el actor Harry Carey, quienes rodarían juntos un
total de veinticinco películas mudas de apresurada realización y creciente
rentabilidad. Carey fue la respuesta de Universal a
actores como Tom Mix o Broncho Billy y, de la mano de Ford, compuso un héroe alejado de los
arquetipos tradicionales. Su personaje habitual recibió el nombre de Cheyenne
Harry (Cayena, en ciertas versiones hispanas), aunque no era muy diferente
cuando recibía otros nombres. El actor fue la segunda influencia en importancia
en el cine de Ford tras su hermano Francis.
El éxito en taquilla de
Carey permitió
subir poco a poco el salario de Ford. Parece que las películas tenían una excelente
fotografía y unos escenarios
exteriores que resaltaban la trama violenta. Solo se conservan Straight
Shooting (A prueba de balas, 1917) y Hell Bent (El cowboy vengador o El
barranco del diablo, 1918).
En enero de 1920, Ford
rueda The Prince of Avenue A, reseñable por ser su primera película ajena al
western. En el verano de ese año, Ford contrajo matrimonio con Mary France
McBride Smith, con quien tendría dos hijos: Patrick (1921), quien llegaría a
ser productor y realizador de cine de bajo presupuesto; y Barbara (1922), que
trabajaría con el tiempo como montadora. En ese mismo año, su hermano Francis
abandona definitivamente la dirección y se centra en el trabajo como actor.
Paso
a la Fox
A finales de 1920, Ford
filmó Just Pals (Buenos amigos), su primer trabajo con la productora Fox, con
la que mantendría una relación casi en exclusiva hasta 1931 y con la que
rodaría más de cincuenta películas a lo largo de su vida. Se trata de un
western "moderno" ambientado en su propia época y que narra la
relación entre un vagabundo y un niño en tono de comedia. Aunque Ford siguió
rodando algunas películas con Universal y Carey, la nueva productora le
permitió trabajar también con Tom Mix. Por esa época realizó un viaje a
Irlanda, donde estableció contacto con el Sinn Féin y con el conflicto
anglo-irlandés. Volvió a casa habiendo reforzado sus lazos con la tierra de sus
padres.
En 1923, rodó su
película de mayor presupuesto hasta entonces: Cameo Kirby (Sota, caballo y
rey), protagonizada por la estrella John Gilbert y coloreada en algunas
secuencias. Probablemente la importancia del encargo motivó que por primera vez
firmara con su definitivo nombre de John Ford.
Una
superproducción
En 1924, Ford filmó su
mayor producción hasta la fecha, el western de tonos épicos The Iron Horse (El
caballo de hierro). La película no estaba concebida inicialmente como una
superproducción, pero la Fox no reparó en gastos conforme avanzaba el rodaje,
desarrollado durante el primer trimestre del año. La película narra en tono de
epopeya la construcción del ferrocarril Transcontinental por las compañías
Union Pacific y Central Pacific entre los años 1863 y 1869, trama acompañada de
una relación sentimental entre los protagonistas, encarnados por George O'Brien
y Madge Bellamy.
El rodaje se desarrolló
en difíciles condiciones, pues el numeroso equipo no fue a Nevada preparado
para el duro clima propio de la estación. Hubo que improvisar alojamientos
adecuados para el numeroso equipo. La productora hizo un importante esfuerzo
económico encaminado a potenciar el tono épico. Hubo que construir dos ciudades
enteras para las tomas generales. Dado que uno de los ejecutivos de la Fox se
había encaprichado con la actriz protagonista, se añadieron posteriormente
escenas rodadas sin el concurso de Ford para realzar su papel.
Quizá El caballo de
hierro no sea la mejor película de la época silente de Ford, pero el director
demostró saber hacer frente a
las adversidades y dirigir a un numeroso equipo en condiciones difíciles. El
resultado fue un éxito de taquilla que permitió que la compañía recuperase con
creces su elevada inversión. Ello reforzó la posición de Ford en Fox y en la
industria de Hollywood, en general. El tono grandioso de la cinta es compensado
con cierta ironía, en la que colaboran los personajes de tres viejos
borrachines irlandeses (tipo que se hará habitual en posteriores películas del
director).
Diversidad
de géneros
El éxito de El caballo
de hierro garantizó a Ford la continuidad como director, y a continuación
realizó películas de diversa temática con las que experimentó géneros distintos
al western. Tras la desaparecida Hearts of Oak, melodrama de ambiente marítimo,
Ford rodó Lightnin' (Don Pancho), comedia sin pretensiones aunque excesivamente
larga, cuya acción se desarrolla en el peculiar Hotel Calivada, situado justo
sobre el límite fronterizo entre los Estados de California y Nevada. La
ubicación dará lugar a diversas situaciones cómicas, en las que destacan el
matrimonio que regentea el hotel, personajes que prefiguran otros que poblarán
más tarde la obra fordiana (como el Jeeter Lester de Tobacco Road).
Kentucky Pride (Sangre
de pista) permitió a Ford introducirse en el ambiente para él grato de las
carreras de caballos. La comedia se inicia desde el punto de vista subjetivo
del equino protagonista hasta que pasa a contarnos las historias paralelas de
su dueño, un hombre acaudalado que pierde su fortuna y su montura, y el mozo de
cuadras, un irlandés interpretado por J. Farrel McDonald y que anticipa futuros
personajes de Ford. The Fighting Heart (Corazón intrépido) es un desaparecido
melodrama que gira en torno a las consecuencias del alcoholismo, reseñable por
suponer la primera aparición de un joven Victor McLaglen en el cine de Ford,
del que el actor llegaría a convertirse en un emblema.
The Shamrock Handicap
(La hoja de trébol) permite a Ford retomar el tema de la equitación. Narra la
historia de un bondadoso aristócrata irlandés arruinado por ser generoso con
sus arrendatarios. Ello le obliga a vender su mejor caballo para que compita en
los Estados Unidos. Lo que podría haber sido una tragedia, adquiere visos de
una optimista historia de superación personal en la que el noble, su hija y su
mejor jockey emigrarán a Norteamérica, triunfarán en las carreras y regresarán
a la patria victoriosos. Tema muy grato a un emigrante de segunda generación como Ford. También narra una emigración desde Irlanda Mother
Machree (¡Madre
mía!), un filme con el que
la Fox experimentó
la sincronización de música e imágenes y cuyo estreno se retrasó dos años. Solo
conservada parcialmente, la película es excesivamente sentimental y discursiva
y, aunque cercana a la temática habitual de Ford, está lejos en resultado.
Retorno
al western
3 Bad Men (Tres hombres
malos) está considerada por muchos críticos la mejor película del período
silente de Ford. Basada en un hecho histórico, la carrera por la disputa de las
tierras libres del Territorio de Dakota, podría haber dado lugar a otra superproducción
épica como El caballo de hierro. Sin embargo, aunque la memorable secuencia de
la carrera responde a ese planteamiento, el resto de la película se aparta de
él. Oscilando con habilidad entre la comedia y el drama, la película presenta a
tres bandidos de buen corazón que deciden defender a una joven huérfana y
enfrentarse a un malvado sheriff. Los forajidos, conscientes de que su tiempo
ha pasado, se sacrificarán por la muchacha y su novio, al que ellos mismos han
ayudado a elegir, en lo que constituye un indudable anticipo del western
crepuscular.
La película no fue un
éxito de taquilla, pese a estar incluida en el género en el que Ford inició su
carrera y con el que había conseguido su mayor éxito. Pasarían años hasta que
el director volviera a dirigir su mirada hacia el oeste.
Éxito
en el drama
Tras la encorsetada The
Blue Eagle (El águila azul), filme de ambiente castrense, Ford conocerá su
mayor éxito de la era silente gracias al drama bélico Four Sons (Cuatro hijos).
En este caso, público y crítica caminan de la mano al considerarla una gran
película. Aunque hoy permanezca casi olvidada, supuso el encumbramiento de Ford
a la misma altura de figuras de la época como el mismísimo Griffith. La película trata temas
habituales en Ford, como la guerra, la nostalgia de la patria perdida (Baviera
en este caso sustituye a la habitual Irlanda) y la emigración como forma de
reconstruir la propia vida.
Fin
de una era
Ford se despediría del
cine mudo con tres películas muy diferentes. The Hangman's House (El legado
trágico) supone una vuelta a Irlanda desde la perspectiva nacionalista que le
caracterizó tras su contacto con el IRA, así como a las carreras de caballos. La
película es reseñable por suponer la primera colaboración acreditada de John
Wayne a las órdenes de Ford, además de contar de nuevo con Victor McLaglen.
Riley the Cop (Policías sin esposas o El policía sin esposas), nuevamente
protagonizada por J. Farrell McDonald, es una comedia sin pretensiones
relacionada con el slapstick en torno a un agente que se vanagloria de no haber
efectuado nunca una detención y es enviado en misión al extranjero. Strong Boy
(¡Viva la ambición!) estaba también protagonizada por McLaglen y parece haberse
perdido. Los dos últimos filmes fueron estrenados como películas mudas pero con
sincronización musical, una técnica utilizada por los estudios en la fase de
transición al sonoro.
Ford dirigió más de
sesenta películas durante era del cine mudo. Aunque su carrera se hubiera
truncado con la llegada del sonido, como ocurrió con grandes creadores como D.
W. Griffith, Erich von Stroheim o Buster Keaton, su obra sería digna de
consideración en la historia del cine. Pero Ford tenía todavía muchas más cosas
que aportar.
Una
década de adaptación
Napoleon's Barber (El
barbero de Napoleón) constituye la primera toma de contacto de Ford con el cine
sonoro. Es una película corta de Fox que trata una anécdota ficticia: camino de
Waterloo, Napoleón Bonaparte se detiene en una barbería para ser afeitado; el
barbero, que no lo reconoce, se explaya explicando lo que le haría al Emperador
si lo tuviera delante... hasta que acaba reconociéndolo.
Hoy perdida, la película
no parece tener mayor interés que el de la experimentación de Ford con el
sonido, discutiendo con los técnicos acerca de los límites de la nueva técnica.
Años después, Ford
relató a Peter Bogdanovich cómo las productoras los despidieron a él y otros
directores con la llegada del sonoro y los reemplazaron por directores
teatrales. Cuando éstos fracasaron en una labor que desconocían por completo,
Ford y los demás fueron contratados de nuevo con un aumento de sueldo. Según
él, que los actores declamaran su diálogo durante el rodaje no era nuevo, pues
ya se hacía durante la época muda por el público que sabía leer los labios.
En cualquier caso, Ford fue de los directores que sobrevivieron al desarrollo técnico; y lo hizo gracias
a asumir su condición
de asalariado que debía
obedecer las reglas impuestas por el patrón.
Primeras
obras sonoras
El primer reto serio del
director fue The Black Watch (conocida como Shari, la hechicera o Shari, la
hechicera oriental en el ámbito hispano). La Fox buscaba un espectáculo de
aventuras exóticas de tinte colonialista británico que guardara ciertas
similitudes con Las cuatro plumas, de la que se había rodado una nueva versión
ese mismo año 1929. Nuevamente es uno de los actores predilectos de Ford,
Victor McLaglen, quien interpreta al oficial protagonista, secundado por Myrna
Loy en el rol femenino. La película está lastrada por el deseo de explotar a
ultranza las posibilidades del sonido, por lo que abundan las canciones, música
militar y alaridos bélicos. Además, los productores contrataron a un director
teatral para que rodara nuevas y postizas escenas con los protagonistas, en las
que la cámara se situaba en plano fijo y los actores declamaban teatralmente,
para nuevo disgusto de Ford. Pese a ello, la película tiene algunos
apuntes visuales positivos que llevaron al crítico Tag Gallagher a definirla
como un melodrama neowagneriano.
El anterior filme
cumplió las expectativas económicas, y Ford recibió un nuevo encargo de Fox:
Salute (conocida en español como El triunfo de la audacia o La audacia triunfa,
1929). Quizá la menor ambición del encargo le hizo pensar que recibiría menos
presiones; o quizá fuera la expectativa de rodar en un ambiente agradable (las
instalaciones militares de Peaks Island) en compañía de sus amigos Ward Bond y John
Wayne lo que le atrajo. El filme, protagonizado
de nuevo por George O'Brien, narra en tono de comedia la rivalidad existente
entre miembros del Ejército
y de la Armada de los Estados Unidos (dos instituciones muy gratas al director)
que culminará
en un partido de fútbol americano.
Men Without Women
(Tragedia submarina) supone la primera colaboración del director de Maine con
el escritor Dudley Nichols, fructífera unión que se prolongaría durante catorce
películas más. El propio Nichols relataría posteriormente la experiencia
admitiendo su total ignorancia inicial acerca de cómo se escribía un guion y
cómo Ford le enseñó. Pero Nichols sí sabía contar historias y
pronto dominó
la técnica cinematográfica. El trabajo
conjunto de ambos inspiraría
algunas de sus mejores películas. Puesto que el guionista había servido en la
Marina, propuso un tema naval para su primer filme, algo fácilmente aceptado
por el director. La cinta relata la
tragedia de la atrapada tripulación de un sumergible que se hunde sin
remedio y sus desesperados esfuerzos por sobrevivir. El opresivo ambiente es
suavizado mediante el habitual uso del humor en pequeñas situaciones
colaterales a la trama principal. Ford recordaría más tarde que se trataba de
la primera película rodada en un submarino auténtico.
Técnicamente sigue siendo
una película muda pero con
sonido sincronizado, que incluye música (incluso alguna canción), efectos de sonido y
algún diálogo.
En Born Reckless (El
intrépido), de nuevo con ayuda de Nichols, Ford asumió el papel contrario al
que había sufrido en El caballo de hierro o The Black Watch, pues tuvo que
terminar una película encargada a otro director. Puesto que el proyecto no le
gustaba, optó por introducir un partido de béisbol como elemento cómico, de forma
semejante a como había hecho en Salute.
Algo similar ocurrió
con Up the River (Río
arriba), que contaba con un guion carcelario que disgustaba a Ford. Él y el comediante Bill
Colliér reescribieron el guion
convirtiéndolo en una hilarante
comedia de gran éxito en la que los protagonistas entraban y salían del penal
constantemente. El resultado es una extraña mezcla de géneros
que dio fama a una inusual pareja formada por los casi debutantes Spencer Tracy
y Humphrey Bogart, pero la guionista original
se sintió muy molesta con Ford.
Más interés tiene Seas
Beneath (Mar de fondo), nueva aventura marítima de la mano de Dudley Nichols y
con la colaboración de George O'Brien. En esta ocasión se relata la actuación
de la tripulación de un buque "cazasubmarinos" durante la Gran
Guerra. Aunque cierta crítica destaca hallazgos expresivos que dotan de gran
"fisicidad" a la acción, como la colocación de una cámara en la popa
del submarino durante su emersión,
Ford quedó
molesto por la imposición
por parte del estudio de una actriz protagonista a la que él consideraba
incapaz.
Mucho menos reseñable es
The Brat (La huerfanita), comedia de la que Ford solo recordaba años después
una enérgica pelea entre dos mujeres.
Primera
aproximación a la medicina
Arrowsmith (estrenada en España como El doctor Arrowsmith y en Argentina como Médico y amante) es una película interesante por varios motivos. En primer lugar, es el primer trabajo de Ford con una productora distinta de Fox Film Corporation tras una larga relación de exclusividad con ésta; la colaboración con el productor Samuel Goldwyn en una obra ambiciosa no fue sencilla para el director. En segundo lugar, constituye la primera aproximación a un tema que luego reaparecería en Ford, la medicina, esta vez a través de la adaptación de una novela de prestigio del reciente Premio Nobel Sinclair Lewis, libro que había sido, a su vez, galardonado con el Premio Pulitzer. Por último, es el primer esfuerzo serio de Ford por describir en profundidad a un personaje complejo.
Aunque la crítica ha
considerado posteriormente que es una película fallida en varios aspectos,
obtuvo en 1932 cuatro nominaciones a los Premios Óscar de la Academia, entre
ellos el de mejor película, siendo la primera vez que una obra de Ford llegaba
a obtener este tipo de reconocimiento.
La película tuvo
consecuencias de otro tipo. Ford incumplió el contrato firmado con Goldwyn que
le prohibía beber durante el rodaje, lo que hizo que fuera sancionado por aquel
y que, a continuación,
Fox diera por concluido el contrato de exclusividad que había disfrutado durante años.
A partir de ese momento, aunque Ford siguió colaborando con Fox, quedó en libertad para
desarrollar proyectos con otros estudios. Ello significó un importante cambio
en la forma de trabajar de un director acostumbrado hasta entonces a estar en
nómina de una compañía.
Free
lance
Ford volvió a trabajar
con la compañía de sus inicios, Universal, en el rodaje de Air Mail (Hombres
sin miedo, 1932). Allí conocerá al capitán de fragata Frank W. Spig Weady,
condecorado piloto de aviación de la Marina que colaboró como guionista en este
y otros filmes (entre ellos, They Were Expendable, de nuevo con Ford), con el
que le llegará a unir una estrecha amistad. La película se ambienta en el mundo
de los pilotos dedicados al correo aéreo, y su temática se asemeja a la de la
gran película posterior de Howard Hawks Sólo los ángeles tienen alas (Only
Angels Have Wings, 1939). No obstante, a Ford le falta la vivencia personal que
sí tuvo Hawks y que le permitió impregnar la película de verosimilitud, por lo
que el filme fordiano es mucho más frío que el del cineasta-aviador.
Flesh (Carne, 1932)
supone la primera colaboración de Ford con la Metro-Goldwyn-Mayer. En este
drama, un fuerte Wallace Beery debe enfrentarse tanto a una banda de gangsters
como a una temible mujer fatal. El nombre de Ford no aparece en los títulos de
crédito.
Con Pilgrimage
(Peregrinos o Peregrinación en sus estrenos hispanos, 1933) Ford volvió a
trabajar con Fox Film Corporation. La película está basada en una narración de
I.A.R. Wylie, la misma autora del relato que dio lugar a Cuatro hijos, el mayor
éxito de Ford en la época del cine mudo. Nuevamente la historia versa acerca de
las relaciones maternofiliales, pero en este caso la madre es una mujer dura
que se niega a que su hijo contraiga matrimonio y rompe con él. El hijo morirá
en la guerra y la madre solo se reconciliará con su nuera y nieto tras conocer
a otro soldado que ha tenido una experiencia similar a la de su difunto hijo.
Un
nuevo icono
En 1933, Ford aceptó el
encargo de realizar una película protagonizada por el popularísimo actor Will
Rogers. El éxito de Doctor Bull propiciará la realización de otras dos
películas, Judge Priest (1934) y Steamboat' Round the Bend (1935), componiendo
un ciclo que, por reunir una serie de características propias, se denomina a veces
la trilogía de Will Rogers.
Nuevos
trabajos
Recobra a Dudley Nichols
para La patrulla perdida que mete en escena en 1934 la RKO con Victor McLaglen,
a quien ofrecería un nuevo gran papel en Hangman's house. Ford detestará
siempre su siguiente película El mundo en marcha ambientada en los finales del
siglo XIX y principios del XX a pesar de que tiene varias escenas de guerra muy
realistas. Más éxito tuvo Judge Priest con Dudley Nichols en el guion y el
actor Will Rogers que había dirigido el año antes en Doctor Bull y que
nuevamente dirigiría en 1935 en la película Steamboat round the bend, justo
antes de que este muriera en un trágico accidente de avión. Esta película es
una de las preferidas del director. Se hizo un nueva versión en 1952 titulado
El Sol brilla para todo el Mundo.
En 1934, Ford comenzó a
participar económicamente en sus películas. Se compró un yate al que bautizó
"L'Araner" en homenaje a Irlanda, que vendió en 1970. Rodaría dos
películas más y empezaría a tener problemas por la presión de Hollywood.
Continuó su amistad con John Wayne, quien trabajó con él como figurante en una
de sus primeras películas, El delator.
En 1935 fundó, con King
Vidor, Lewis Milestone, William A. Wellman, Frank Borzage y Gregory La Cava la
Asociación de Directores, reemplazando así la Asociación de Directores de
Películas. El delator, realizada muy rápido para la RKO le permitió abordar el
tema de la Irlanda británica. No es un misterio su simpatía hacia el IRA. En
esta película se descubre al Ford de los decorados interiores, lejos de las
grandes producciones y de los decorados clásicos del oeste. Con este trabajo,
inspirado en el cine expresionista, recibió su primer Óscar al mejor director,
donado a la Asociación de directores fundada anteriormente.
En 1935, 20th Century
Pictures absorbió a la Fox y pasó a denominarse 20th Century Fox, dirigida por
Darryl F. Zanuck. Con este nuevo productor, un gran admirador de Abraham
Lincoln, realizó Prisionero del odio. Pero al principio hubo problemas entre
ellos: se enfrentaron a causa del acento sureño de Warner Baxter. Y, aunque
Ford estuvo a punto de abandonar la 20th Century Fox, finalmente accedió a los
deseos de Zanuck y desde entonces mantuvieron una estrecha amistad y una mutua
admiración.
Dirigió a Katharine Hepburn
en María Estuardo (Mary of Scotland) para la RKO en 1936. En 1937 filmó Huracán
sobre la Isla, producida por Samuel Goldwyn.
Fue en ese mismo año de
1937 cuando se alistó en el Comité cinematográfico de Ayuda a la República
Española para apoyar a los republicanos combatientes en la guerra civil
española (1936-1939). Se encargó personalmente de enviar una ambulancia con las
Brigadas Internacionales. Y también fue muy activo después en la lucha contra
el nazismo, incluso antes de la II Guerra Mundial: en 1938 defendió el bloqueo
a la Alemania nazi y fue nombrado miembro de la Liga Hollywoodiense Antinazi.
La firma del pacto germano-soviético le valió la crítica de los comunistas que
le acusaron de "propaganda de guerra".
Con La diligencia, Ford
regresó al western. En esta película cuenta con John Wayne que recibe la
oportunidad de su vida y se convertirá en una gran estrella. Los exteriores se
rodaron en Monument Valley. La película fue nominada a ocho Óscar, de los que
consiguió el de actor secundario con Thomas Mitchell y el de banda sonora, y
Ford recibió el Premio de la Crítica Cinematográfica Neoyorquina. La diligencia
se considera como la mejor película del Oeste de todos los tiempos.
Después y junto a Zanuck
retomó su pasión por Lincoln y rodaron juntos El joven Lincoln con Henry Fonda,
que será el protagonista de sus dos películas siguientes: The Grapes of Wrath
(Las viñas de la ira, Viñas de ira o Las uvas de la ira) (colaboración número
doce con el guionista Nunnally Johnson) y Corazones indomables. En 1941 ganó
nuevamente el Óscar al mejor director por Las uvas de la ira. Su talento por
fin es reconocido por los profesionales y la crítica.
Volvió a trabajar con
John Wayne en The Long Voyage Home. La última película de Ford antes de la
guerra (Qué verde era mi valle) fue todo un éxito de público y crítica. Recibió
cinco Óscar, entre ellos el de mejor película y mejor dirección
(arrebatándoselos a Citizen Kane de Orson Welles).
En 1939 Ford tuvo la
intuición de que América no tardaría en entrar en la Segunda Guerra Mundial. Se
puso a la cabeza de un grupo de cineastas que pidieron a Franklin Roosevelt el
boicot a la Alemania nazi y fundó un grupo de gente de Hollywood al servicio de
la Armada Americana, llamado Naval Field Photographic Unit. Tras el ataque
japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, se fundaron otros dos grupos
similares.
Durante la guerra, Ford
y su equipo recorrieron los teatros de operaciones militares. A principios de
1942 fueron al frente del Pacífico y realizaron para la Marina los documentales
7 de diciembre (sobre el ataque a Pearl Harbor) y La batalla de Midway (una
batalla decisiva a partir de la cual Estados Unidos empezó poco a poco a ganar
la guerra). Las imágenes del ataque japonés a la isla de Midway fueron rodadas
por el mismo Ford. Los dos reportajes le valieron un Óscar al mejor documental.
Realizó también una pequeña película para las familias de las víctimas de
Midway llamada Escuadrón Torpedo. En 1942 se trasladó al norte de África para
cubrir el desembarco. Durante 1943 cubrió múltiples operaciones exteriores así
como las victorias de los Aliados en Victoria en Birmania (Victory in Burma).
Cubre también en 1944 el desembarco de Normandía. Sigue también al ejército
durante la preparación del Proceso de Nuremberg.
De febrero a junio de
1945 rodó They were expendable para la Metro-Goldwyn-Mayer, con John Wayne,
Robert Montgomery y Donna Reed. Esta es, junto con Hombres Intrépidos (1940) la
única película de Ford sobre la Segunda Guerra Mundial, en la que tan
activamente participó. El dinero recaudado por esta película fue destinado para
los veteranos de la Field Photo Unit y la Field Photo Farm.
Después de la guerra
regresó a Hollywood y rodó otra vez en Monumental Valley el western Pasión de
los fuertes, sobre el legendario duelo en el OK corral. En El fugitivo (1947)
trabajó de nuevo con Henry Fonda, a quien permitía interpretar con total
libertad.
El
hombre tranquilo
La dirigió en 1952, de
nuevo en compañía de su actor predilecto, John Wayne. La película trata sobre
un boxeador estadounidense, Sean Thorton (interpretado por Wayne), que regresa
a su Irlanda natal para recuperar su granja y escapar de su pasado como
boxeador en los Estados Unidos. Allí, entre diversas escenas costumbristas, se
enamora de una alegre chica pelirroja, a la que conoce en la abandonada casa de
sus ancestros, en medio de una fuerte tempestad de viento, aunque para
conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, incluidos el pago de
una dote y la oposición del temperamental hermano de su prometida.
La película obtuvo siete
nominaciones a los Óscar, incluyendo mejor película, y fue galardonada por dos.
Una de las estatuillas fue a manos de Ford y la otra a los directores de
fotografía Winton C. Hoch y Archie Stout. Está considerada como una de las
mejores películas de la historia del cine.
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