Aurora Reyes
Reyes fue la hija del soldado León Reyes
y de Luisa Flores. Nació en una familia privilegiada con relaciones cercanas al
porfirismo; su abuelo fue el general Bernardo Reyes y su tío Alfonso Reyes. Su devenir familiar cambiaría al ser asesinado
su abuelo en los hechos de la Decena Trágica, por lo que su familia se vio
perseguida, viéndose forzada a mudarse a la Ciudad de México y a que su
padre permaneciera oculto en los rumbos de La Lagunilla.
Cuando la situación se tranquilizó, Reyes
se unió a la Escuela Nacional Preparatoria a la edad de 13 años. Allí conoció a
Frida Kahlo, quién fue su entrañable amiga y a quien la artista le dedicó la
obra Retrato de Frida frente al espejo, de 1946. Fue expulsada de la
institución después de una pelea con una prefecta por causas políticas. Ingresó en la Academia de
San Carlos, aunque no concluyó sus estudios y decidió ser autodidacta,
incluyendo formación con autores como Emilio García Cahero y Fernando Leal.
De 1921 a 1923, fue estudiante en la
Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1925 tuvo su primera exposición individual
en la galería ARS. Expuso su obra en el Salón de la Plástica Mexicana y
participó en exhibiciones colectivas en Francia, Cuba, Estados Unidos y México.
En 1927, empezó a dar clases de dibujo y pintura en la Secretaria de Educación
Pública, de la que se retiró en 1964.
Su pensamiento se situó en el feminismo y
el comunismo. Reyes fue un personaje que luchó por la igualdad social en
México, razón por la cual se ganó el apodo de la «Magnolia Iracunda» Fue una convencida promotora de los
derechos de las mujeres, en concreto del sufragio femenino y a ocupar cargos
públicos. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano, miembro fundador de la
Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y de la Confederación
Nacional Campesina. También promovió la creación de guarderías para los hijos e
hijas de maestros. En 1936 ganó un concurso
convocado por la LEAR para el Centro Escolar Revolución, completando ahí su mural Atentado a
las maestras rurales, originalmente llamado por la autora La maestra asesinada. A diferencia de otros autores muralistas
que trataron el proceso revolucionario, en su mural Reyes colocó a la mujer
dentro del proceso histórico en el centro de la escena, plasmando así el papel
protagónico de las mujeres en la alfabetización de México en la primera mitad
del siglo XX.
Entre 1960 y 1972, a solicitud del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pintó lo que sería su
obra de mayor alcance, los murales Trayectoria de la cultura en México,
Presencia del maestro en los movimientos históricos de la patria, Espacio,
objetivo futuro y Constructores de la cultura nacional en el Auditorio 15 de
mayo, situado en la calle de Belisario Domínguez 32, en el Centro Histórico de
la Ciudad de México. En dichas obras
Reyes plasmó su visión sobre los procesos históricos de México
a través de la educación y el papel del profesorado. En Constructores de la
cultura nacional la autora plasmó los rostros de Nezahualcóyotl, Sor Juana Inés
de la Cruz y Eulalia Guzmán, arqueóloga con la que integró el grupo feminista
Las Pavorosas. Según la crítica, Reyes habría dado con ello
respaldo público a Guzmán tras la polémica sufrida por
ella a raíz de los presuntos restos de Cuauhtémoc en Ixcateopan,
mismos que la arqueóloga tuvo que validar por presiones
oficiales. En 1978 terminó su sexto mural
Primer encuentro en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento de Coyoacán, mismo que fue
inaugurado en 1979.
Su trabajo literario incluye obras como:
Nueva estancias en el desierto, Humanos paisajes y Espiral en retorno. Obras
por las que le otorgaron premios en poesía. Sus poemas dan muestra de su
carácter feminista, entre los que se encuentran A veces hago un viaje, Estancia
en el desierto, La palabra inmóvil, Códice del olvido, La máscara desnuda,
Madre nuestra la tierra y Recóndita espiral.
En 1960 participó con otros intelectuales
en la lucha a favor de los prisioneros políticos en México, y en 1968,
participó en la marcha estudiantil, evento que la obligó a esconderse en el
hospital psiquiátrico «La Castañeda».
Reyes a pesar del éxito en su carrera y
extrovertida personalidad, murió casi olvidada, el 26 de abril de 1985 en la
Ciudad de México. Sus cenizas fueron enterradas en las raíces de una magnolia
que ella había sembrado en el jardín de su casa en Coyoacán, en la calle
Xochicaltitla, donde se colocó una placa con la leyenda: «Hoy, blanca y
luminosa, naciste Yololxóchitl: magna flor de las flores. La luna es tu diadema
cuajada de diamantes. Hoy, blanca y luminosa, naciste, Yololxóchitl».
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