Bárbara Guerrero
México siempre se ha
caracterizado por ser un país lleno de mitos, leyendas y circunstancias que
rondan lo paranormal más allá del racionalismo occidental que los españoles
trajeron consigo durante la época de la conquista.
Por ello, desde
aquellos años y hasta la actualidad, el país se ha convertido en el destino
perfecto para que toda persona curiosa que disfrute del misticismo pueda conocer
no solo un poco más de la cultura mexicana sino también de la cosmovisión que
por años ha estado presente entre las y los habitantes de distintas regiones
del país.
De este modo, entre
el cúmulo de historias y personajes que México ha visto nacer destacó Bárbara
Guerrero, mejor conocida como Pachita quien fue considerada como la chamana más
poderosa del país gracias a sus peculiares e impactantes métodos de sanación,
aunque ese sería únicamente la punta del iceberg de toda su historia.
A inicios de la
década de los 90, un suceso poco común conmocionó a la ciudadanía y a la
comunidad académica: el reconocido científico Jacobo Grinberg despareció de una
forma misteriosa y sin dejar rastro alguno de su paradero, lo que propició a
que múltiples teorías comenzaran a surgir.
Y es que, antes de
desaparecer, el reconocido científico mexicano había guiado sus más grandes
investigaciones al trabajo que Pachita desempeñaba como chamana, pues aseguraba
que la mujer era capaz de realizar “cirugías psíquicas” con ayuda del tlatoani
mexica Cuauhtémoc, por lo que en su Teoría Sintérgica, Jacobo Grinberg buscaba
aplicar el método científico al chamanismo, de modo que se pudiera comprobar
una nueva concepción de cómo funciona el universo.
Desafortunadamente,
Jacobo Grinberg desapareció antes de poder comprobar su teoría, sin embargo,
dejó para la posteridad la historia de Bárbara Guerrero plasmada en múltiples
artículos y libros que revelan parte de la cultura y creencias de las y los
mexicanos.
De acuerdo con las
investigaciones de Jacobo Grinberg, Bárbara Guerrero nació en 1900 en el
municipio de Parral en Chihuahua. A su corta edad, Pachita fue abandonada por
sus padres y criada por un hombre afrodescendiente de nombre Charles, quien le
enseñó a observar las estrellas y a sanar.
Años más tarde y con
el estallido de la Revolución Mexicana, Pachita se enlistó en las tropas del
general Francisco Villa aunque por las condiciones de pobreza en las que creció
también se desempeñó como cabaretera, cantante en transportes públicos y
vendedora de boletos de lotería.
Cirujana Psíquica
No fue sino hasta
los años 70′s que la fama de Pachita comenzó a consolidarse en la Ciudad de
México pues la poderosa chamana se dedicó a atender a todo tipo de pacientes
sin importar su clase social en la ahora llamada Casa de las Brujas ubicada en
la colonia Roma.
Ahí, Bárbara
Guerrero realizaba cirugías misteriosas que consistían en abrir a sus pacientes
con un cuchillo de cocina para extraer órganos dañados y colocar uno nuevo
materializado a través de un portento. Posteriormente, por increíble que
parezca Pachita cerraba la herida utilizando únicamente sus manos y sin dejar
ningún tipo de cicatriz.
“Durante las
operaciones que realizaba ella era capaz de materializar y desmaterializar
objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, Ie permitían
realizar trasplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y
diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales.” se lee en uno de
los libros de Jacobo Grinberg.
Cabe mencionar que
aunque una gran cantidad de gente visitaba a Pachita para comprobar sus dones,
muchas otras personas se mantenían escépticas ante su trabajo ya que la chamana
aseguraba que durante los procedimientos que realizaba el espíritu del tlatoani
Cuauhtémoc poseía su cuerpo para guiarla en sus procesos curativos.
El trabajo de
Pachita fue ampliamente documentado por Jacobo Grinberg, sin embargo, fuentes
extraoficiales han mencionado que el científico mexicano tuvo que romper
relaciones con Pachita para evitar que se hiciera pública la relación que la
curandera mantenía con la familia del presidente Luis Echeverría.
Bárbara Guerrero
falleció años antes de la desaparición de Jacobo Grinberg, el 29 de abril de
1979 en la Ciudad de México.
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