Thomas Mann
Paul Thomas Mann nació en
una acaudalada familia de Lübeck, entonces un Estado federado del recientemente
creado Imperio alemán. Thomas Johann Heinrich Mann, su padre, era el
propietario de una compañía dedicada al comercio de cereales que llegaría a ser
senador del Estado y se había casado con Julia Da Silva-Bruhns, nacida en
Brasil y de educación católica, que procedía de una familia de comerciantes
germano-brasileños. La pareja tuvo cinco hijos: el mayor, nacido en 1871, fue
el también famoso novelista Heinrich Mann y, después de Thomas, otros tres,
Julia (1877-1927), Carla (1881-1910) y Viktor (1890-1949).
Mann fue bautizado el 11
de junio en la iglesia de Santa María, templo luterano a cuya reconstrucción
contribuyó tras la Segunda Guerra Mundial.
Como era norma en las clases altas no acudió a la escuela primaria
sino que recibió
educación
privada. En 1882, ingresó en un liceo en el que debía realizar seis cursos,
aunque no era buen estudiante y debió repetir un año. Después pasó en 1889 al
Katharineum, un prestigioso instituto de bachillerato en el que, destinado como
estaba al comercio, no recibió la educación clásica en humanidades sino el
Realgymnasium, una enseñanza en lenguas modernas más adaptada al uso práctico.
Con un rendimiento
académico bastante pobre, pocas de las referencias culturales de Mann proceden
de su etapa escolar, quizá con la excepción de sus conocimientos de latín. En
particular, su aprendizaje literario y artístico fue esencialmente autodidacta
siguiendo en estos años los pasos de Heinrich, su hermano mayor. Schiller,
Heine, Nietzsche, Hermann Bahr y Paul Bourget fueron sus primeras lecturas
independientes. También se sintió fascinado, aunque no debido a la influencia
de Heinrich, por la música de Wagner, afición que atribuiría posteriormente a
muchos de sus personajes.
De sus años en el
Katharineum proceden los primeros datos conocidos sobre la vida amorosa del
joven Mann. Para estos aspectos más personales de su biografía la información
disponible proviene principalmente de sus memorias (Relato de mi vida, 1930),
de sus diarios (aunque en 1896 quemó los correspondientes a su adolescencia
dejó muchas referencias en años posteriores) y de la gran cantidad de
correspondencia que se conserva, tanto suya propia como la de otros, para este
periodo sobre todo la mantenida entre su hermano Heinrich y sus amigos comunes.
Además,
y esto es muy característico de su concepción de la literatura, existen gran
cantidad de alusiones autobiográficas, frecuentemente inequívocas, dispersas en
toda su obra.
Probablemente en el
invierno de 1889, se sintió atraído por su compañero Armin Martens, a quien
inmortalizó como Hans Hansen en su novela de 1903 Tonio Kröger. Muchos años
después, en 1955, en una carta dirigida a otro alumno del Katharineum, definió
a Armin como «su primer amor» y le reveló que al confesar a este sus
sentimientos «no supo qué hacer» con ellos.
Al año
siguiente, conoció
a Williram Timple, en cuya casa se alojaría un tiempo antes de su marcha a Múnich y con quien no
llegaría
nunca a sincerarse como hizo con Armin. Willri aparece en La montaña mágica «sublimado» como Pribislav Hippe,
un compañero de clase de Hans Castorp; el hilo conductor de este personaje es
el préstamo de un lápiz, préstamo que se acompaña de connotaciones amorosas: en
1953, paseando por Lübeck, Thomas Mann aún rememoraba a William Timple y a su
lápiz, que había existido realmente. Williram, Armin y Thomas asistían por entonces a unas
clases de baile y, si hacemos caso a la ficción, en ellas una
muchacha, Magdalena Brehmer (Magdalena Vermehren en Tonio Kröger), se enamoró de Thomas, sin que haya
indicios de que aquello llevara a ningún tipo de relación entre ambos.
Ya en su juventud, Mann
escribía con propósitos serios, pero en estos años no se consideraba a sí mismo
un narrador sino un «poeta lírico-dramático». Componía poesía al estilo de
Heine, Schiller o Theodor Storm, además de algunas obras de teatro a las que
Mann aludiría posteriormente siempre de forma despectiva y que acabó
destruyendo, por lo que se conservan pocos textos suyos de juventud. En 1893,
editó con su amigo Otto Grautoff una revista llamada Der Frühlingssturm
(Tormenta de primavera) de la que se conserva un número que contiene un ensayo
sobre Heine, algunas poesías y un relato titulado «Visión». Mann afirmó más
tarde que estos primeros intentos con el género narrativo se inspiraban en el
grupo de los simbolistas vieneses encabezado por Hermann Bahr.
Múnich
(1894-1913)
Tras terminar sus
estudios en el Katharineum, sin haber obtenido el título de bachiller,
se reunió
a finales de marzo de 1894 con su familia en Múnich, al principio en casa de su
madre y después en sucesivos domicilios propios, siempre en el barrio bohemio
de Schwabing. En octubre de ese mismo
año ya consiguió publicar en la revista
Die Gesellschaft una novela corta, La caída. También acudió como oyente durante
dos semestres a la Universidad Técnica de Múnich donde recibió clases de
economía, mitología, estética, historia y literatura, hasta que, en julio de
1895 y en compañía de su hermano Heinrich, hizo su primer viaje a Italia, donde
permaneció hasta octubre visitando Palestrina y Roma. En agosto también comenzó
su colaboración para la revista nacionalista y conservadora Das Zwanzigste
Jahrhundert, en la que durante algo más de un año publicó ocho artículos, casi
todos reseñas. Tras ver rechazadas varias publicaciones finalmente la revista
Simplicissimus le aceptó
La voluntad de ser feliz, relato escrito en diciembre de 1895 al que siguió un año después El pequeño señor Friedemann, la obra
que le permitió
comenzar a hacerse realmente un nombre como escritor.
Entre octubre de 1896 y
abril de 1898 viajó de nuevo por Italia en compañía de Heinrich. En esta
ocasión visitaron Venecia y Nápoles para regresar nuevamente a Palestrina y
Roma, donde en octubre de 1897, en el apartamento de Heinrich en la Via Torre
Argentina 34, comenzó la redacción de su primera gran obra, la novela Los
Buddenbrook. Al volver de Italia Mann comenzó a trabajar, hasta enero de 1900,
en la revista Simplicissimus y realizó un breve servicio militar a la vez que
seguía puliendo el manuscrito de Los Budenbrook, que entregó para su
publicación a finales de 1900, aunque no se imprimió hasta octubre de 1901.
A estos años
corresponden sus lecturas de Schopenhauer, autor al que seguramente llegó por intermedio de
Nietzsche, y que tuvo gran influencia tanto en esta su primera gran novela como
en el resto de su obra. Algunas otras
obras suyas de finales de siglo (poemas, dramas, novelas cortas y ensayos) no
se han conservado porque posteriormente las consideró de poco valor y
destruyó.
Entre 1900 y 1903
mantuvo una intensa amistad de connotaciones homoeróticas con el pintor y
violinista Paul Ehrenberg.
Mann reflejó
su relación
con Ehrenberg en muchos de sus libros, sobre todo en Doctor Faustus, obra que escribió
en los años 1940, pero cuyos apuntes preliminares datan de 1901; en ella el
personaje de Rudi Schwerdtfeger es el alter ego de Ehrenberg.
A través
de sus cartas y diarios también se tiene noticia de una joven muniquesa
a la que trató
en los meses previos a su primer viaje a Italia,22
y de Mary Smith, una turista inglesa a la que conoció durante el mes que pasó en Florencia en 1901.23
En ambos casos la descripción de Mann hace pensar en un cortejo serio
con fines matrimoniales.
A finales de 1903 o
principios de 1904 conoció a Katia Pringsheim, hija de una prominente familia
de intelectuales y artistas de origen judío cuyo padre, Alfred Pringsheim, era
un famoso matemático, estudios que ella misma cursó de forma un tanto
excepcional en la época. Se
comprometieron el 4 de octubre de 1904 y la boda tuvo lugar el 11 de febrero de
1905; ceremonia que no pudo celebrarse por la iglesia ya que el padre de Katia
se oponía a una boda protestante y ella misma no profesaba religión alguna.
Los Mann tuvieron seis hijos, todos los cuales llegarían a adquirir mayor o
menor relevancia por derecho propio.
Mann utilizó
como materia literaria en la novela Alteza Real su noviazgo y boda con Katia
(Imma Spoelmann) y hasta llegó a reproducir alguna de las cartas que
intercambiaron, pero a causa de sus
nuevas relaciones familiares estas alusiones autobiográficas empezaron a
causarle problemas, en un momento en que además tuvo que retrasar la
publicación
de Sangre de Welsungos cuando se interpretaron como antisemitas algunos de sus
pasajes.
El 30 de julio de 1910
la hermana de Mann, Carla, se suicidó en la casa familiar de Polling (Weilheim)
adonde su madre se había mudado en 1906. Carla, una actriz sin demasiado éxito,
estaba a punto de casarse cuando fue víctima del chantaje de un antiguo amante
y acabó con su vida al no encontrar apoyo en su futuro marido. La reacción de
Thomas, que reprochó a Carla no haber buscado refugio en la familia, fue una de
las causas del inicio del distanciamiento con su hermano Heinrich.
Durante los años previos
a la Primera Guerra Mundial la fama y el prestigio de Mann no dejaron de crecer
a la vez que su posición social: construyó en 1908 una gran casa de veraneo en
Bad Tölz y una mansión familiar en Múnich a la que se mudaron en enero de 1914.
Pero a la vez son también años de inseguridad literaria en los que inició
muchos proyectos que no llegó a culminar, algunos definitivamente abandonados,
como una obra sobre Federico el Grande y la novela social Maya.
Quizá
la única
gran obra de esta época
sea La muerte en Venecia, en la que el famoso escritor Gustav von Aschenbach no
es otro que el mismo Thomas Mann: incluso le atribuye la autoría de sus obras
inacabadas y la paternidad de algunos personajes de Los Buddenbrook. El
episodio proviene de una visita que Mann realizó a Venecia en 1911, cuando
también se alojó en el Grand Hôtel des Bains del Lido y tuvo ocasión de admirar
a un joven polaco, identificado en 1965 como el barón Wladyslav Moes, Tadzio en
la novela.
La
Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Al estallar la Primera
Guerra Mundial Mann adoptó una postura decididamente nacionalista y se sumó al
entusiasmo beligerante mayoritario hasta el punto de que en 1917 invirtió en
bonos de guerra alemanes, que después perderían todo su valor, los ingresos
conseguidos por la venta de su casa de Bad Tölz. Asimismo apoyó el esfuerzo
bélico con varios ensayos, entre ellos Reflexiones durante la guerra (1914),
Cartas desde el frente (1914), Federico y la gran coalición (1915) y sobre todo
Consideraciones de un apolítico (1915-1918).
Las Consideraciones
estaban pensadas inicialmente como un simple artículo, pero en 1915 Heinrich
Mann publicó su obra Zola, donde se oponía decididamente al militarismo alemán
y atacaba frontalmente las tesis de su hermano, lo que hizo que este ampliara
su ensayo hasta las dimensiones de un gran libro.
Estas diferencias provocaron la ruptura total entre ambos y solo se
reconciliaron cuando en 1922 Heinrich contrajo una enfermedad que puso en grave
peligro su vida.
El final de la guerra le
permitió continuar sus proyectos literarios interrumpidos, y así retomó en 1919
la escritura de La montaña mágica, que había comenzado en 1913 y publicó en 1924
con un enorme éxito inmediato.
En la década
de 1920 su fama ya era mundial (lo que le proporcionó importantes ingresos
adicionales en dólares
durante la hiperinflación
de 1922-1923) y no cesó
de recibir honores y reconocimientos, que culminaron en 1929 con la concesión
del Premio Nobel de Literatura.
En la atmósfera de mayor
libertad de los años de Weimar, Mann se pronunció públicamente con mayor
asiduidad sobre temas relacionados con la homosexualidad, y llegó a firmar una
petición al Reichstag para que se revocara su penalización. Plasmó su postura
sobre todo en reseñas y comentarios a obras de autores como Paul Verlaine, Walt
Whitman, André Gide o August von Platen, aunque siempre sin hacer patentes sus
preferencias personales, algo sobre lo que siempre evitó que trascendiera
cualquier discusión pública. En agosto de 1927, en Kempen (isla de Sylt),
conoció a Klaus Heuser, un joven por el que se sintió atraído y que pasó a
formar parte de su «galería», aunque años después Heuser afirmó que Mann había
malinterpretado sus muestras de amabilidad. En cualquier caso, repasó las notas
sobre el episodio para incorporar el material en José y sus hermanos,
tetralogía que empezó a escribir en 1926.
También en el verano de
1927, se suicidó Julia, la hermana que le quedaba a Mann y a la que se
encontraba muy unido. Se había casado en 1900 con un banquero, pero el
matrimonio resultó un fracaso, tenía problemas de adicción a la morfina y
finalmente terminó ahorcándose.
Cuando a partir de 1929
y la Gran Depresión el movimiento nazi comenzó a aspirar seriamente al poder,
Mann no dejó de exponer en público su oposición frontal. El 17 de febrero de
1930 pronunció en Berlín su «Discurso alemán», en un acto al que acudieron
Arnolt Bronnen, Ernst Jünger y su hermano Friedrich para provocar debate, al
tiempo que Goebbels daba orden de acudir a una veintena de miembros trajeados
de la SA con instrucciones de prestar apoyo en el previsible tumulto. En 1932,
a pesar de considerarlo una figura trasnochada, no dudó en apoyar la
candidatura de Hindenburg a la presidencia frente a Hitler.
Exilio
en Suiza y los Estados Unidos (1933-1938)
El 11 de febrero de
1933, pocos días después de que el 30 de enero Hitler recibiera el nombramiento
de canciller, Mann inició una gira por Ámsterdam, Bruselas y París impartiendo
su conferencia «Pasión y grandeza de Richard Wagner», que prolongó con unas vacaciones
en Suiza. Aunque inicialmente no percibió demasiado peligro, las noticias de
los excesos que empezaban a cometerse en Alemania le hicieron retrasar su
regreso y, tras una breve estancia en el sur de Francia, donde después de unas
semanas en Bandol pasó el verano en Sanary-sur-Mer, se instaló en Küsnacht, a
orillas del lago de Zúrich, su residencia hasta 1938.
El acoso se fue
incrementando progresivamente: el 16 de abril de 1933 un grupo de figuras de la
cultura (entre ellos Richard Strauss, Hans Pfitzner, Hans Knappertsbusch,
Siegmund von Hausegger y Olaf Gulbransson) firmaron en su contra el manifiesto
«Protesta de la ciudad de Múnich, hogar de Richard Wagner». Sus automóviles fueron confiscados
(para uso de la SA) y también el 15 de agosto la casa de Múnich (en
1937 se puso a disposición de la organización Lebensborn y terminó destruida
por los bombardeos aliados). Aunque Mann intentó recurrir, parece que el mismo
Reinhard Heydrich se tomó especial interés en su caso hasta que en diciembre de
1936 terminó retirándole oficialmente la ciudadanía alemana,
si bien poco antes, el 19 de noviembre, Mann ya había conseguido el
pasaporte checoslovaco.
A pesar de todo, y de la
insistencia tanto de Katia, como de Klaus, Erika y Golo; Mann se resistió
durante mucho tiempo a hacer una denuncia explícita del nuevo régimen nazi.
Tenía esperanzas de recuperar algunas de sus propiedades y tampoco quería que
se prohibiera su obra en Alemania. Su editorial, la famosa Samuel Fischer,
también lo presionaba porque se vería seriamente perjudicada, aunque
finalmente, siendo además una empresa «judía» desde el punto de vista nazi, se
vio obligada a transferir a Viena la edición de los autores no permitidos, como
Stefan Zweig y el propio Thomas Mann, que terminó publicando en el Neue Zürcher
Zeitung una condena sin matices el 3 de febrero de 1936.
Así,
los dos primeros volúmenes
de José
y sus hermanos, Las historias de Jacob y El joven José, todavía se pudieron publicar
en Alemania en 1933 y 1934; mientras que el tercero, José en Egipto, apareció
en Viena en 1936 y el último, José el proveedor, tuvo que esperar hasta 1943.
Paralelamente, su obra también acabó siendo retirada de
bibliotecas y librerías
de la Italia fascista en 1938.
El 19 de noviembre de 1936
Mann adquirió la nacionalidad checoslovaca y, durante 1937 y 1938, realizó
frecuentes viajes impartiendo conferencias, entre ellos tres a los Estados
Unidos, adonde se trasladó en septiembre de 1938 tras obtener un puesto
académico en la Universidad de Princeton. En esta época centró su actividad
literaria, además de en la última parte de la tetralogía de José, en la novela
Carlota en Weimar, mientras continuaba con su activismo político: editó la
revista antifascista Mass und Wert (Medida y valor) y escribió ensayos de
oposición al nazismo como «Esta paz», contra los acuerdos de Múnich,
y contra el mismo Adolf Hitler. En este último («Hermano Hitler») es donde aparece la
famosa frase, «Donde
yo esté
está
Alemania»,
que resume su compromiso y actitud ante el exilio.
La
Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
El 1 de septiembre de
1939, Mann celebró el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Saltsjöbaden
(Suecia) con Bertolt Brecht y Helene Weigel. Todos ellos deseaban la guerra
para evitar otro acuerdo como el de Múnich que abandonara Polonia en manos de
Hitler. Sin embargo, escapar de los nazis
resultó
complicado para Golo, que se había presentado voluntario para luchar en
Francia y había
sido hecho prisionero tras su rápido derrumbe, y para Heinrich que
también se encontraba en el sur del país. Finalmente escaparon, vía España y
Lisboa, para llegar a Nueva York el 13 de octubre de 1940.
En Estados Unidos era
una gran celebridad hasta el punto de que Franklin y Eleanor Roosevelt lo
recibieron los días 13 y 14 de enero de 1941 en la Casa Blanca.
En primavera se trasladó
desde Princeton a Pacific Palisades (California) mientras no dudaba en utilizar
su fama para difundir sus ideas políticas sobre la guerra y sus
consecuencias, que en esta época adquieren un matiz cada vez más
izquierdista. De particular importancia son sus alocuciones radiofónicas en el programa ¡Oyentes alemanes! de la
BBC donde, desde fecha tan temprana como enero de 1942, no dejó de denunciar el proceso
de exterminio de los judíos.
Tanto Golo como Klaus se
alistaron en el ejército estadounidense. Golo ingresó en el servicio secreto y
fue de los primeros en entrar en Alemania,
mientras que Klaus participó en la conquista de Italia y, como
corresponsal de Stars and Stripes, fue enviado a Alemania ya en mayo de 1945
donde pudo comprobar el grado de destrucción que había llevado la guerra.
Lübeck fue una de las
primeras ciudades devastadas por los aliados cuando, el 28 de marzo de 1942, la
RAF dejó
caer sobre la ciudad una mezcla de bombas de alta potencia e incendiarias que
convirtieron en ruinas el casco antiguo,
pero al contrario que sus hijos, Mann no mostró sentirse afectado por
los resultados de los bombardeos. En un programa de la BBC recordó el bombardeo de
Coventry y siempre consideró que el haberse dejado arrastrar por Hitler le
debía conllevar a Alemania un justo castigo.
En mayo de 1943 comenzó
a escribir Doctor Faustus, obra en la que le sirvió de asesor para los aspectos
musicales Theodor W. Adorno.
El 23 de junio de 1944 Thomas Mann y Katia adquirieron la nacionalidad
estadounidense. Ese mismo año apoyó activamente a Roosevelt en la campaña para
las elecciones presidenciales en las que consiguió su último mandato. Mientras
tanto siguió
viajando y dando conferencias, como «Destino y misión» (1943), en la que adoptó
posiciones más próximas al marxismo que en ningún otro momento y, más tarde,
«Alemania y los alemanes» (1945) y «Los campos» (1945), sobre los crímenes
cometidos en los campos de concentración que se estaban siendo liberados en esa
misma época.
Posguerra
(1946-1951)
Terminada la guerra Mann
se mostró remiso a volver a Alemania, a pesar de que recibió varias peticiones
públicas, entre ellas la de Walter von Molo. Estaba bien informado por sus hijos
de la situación interna y también Erika insistió en ello, no solo por la
situación caótica sino por el riesgo de manipulación política por parte de los
aliados. Molo solicitaba su
presencia y ayuda como intelectual, pero también había graves diferencias
entre los exiliados y opositores al nazismo. Bertolt Brecht ya le había
reprochado en 1943 su indiferencia ante los opositores demócratas que se habían
quedado en Alemania y, en una famosa polémica, el escritor Frank Thiess incluso
llegó
a contraponer la comodidad de los que habían optado por huir al extranjero
frente a los que sufrieron la guerra desde Alemania. La polémica se complicaba
porque muchos de los representantes del «exilio interior» habían mantenido
grados variables de colaboración con el régimen de Hitler.
El 21 de mayo de 1949,
atormentado y adicto a las drogas, murió el hijo mayor de Mann, Klaus.
El 11 de marzo de 1950 murió su hermano Heinrich. Aunque a su llegada
a Estados Unidos Heinrich había conseguido un contrato como guionista
para Warner Brothers, problemas como el alcoholismo de su esposa Nelly lo
sumieron en problemas económicos tan graves que Katia y Thomas terminaron por
tener que pasarle una asignación mensual.
Regreso
a Europa y años finales (1952-1955)
A finales de los años
1940 Mann comenzó a sentirse incómodo en Estados Unidos. Se había desencadenado
la persecución macartista y los escritos más izquierdistas de Mann así como su
visita a Weimar, en la zona de ocupación soviética, le valieron la acusación de
«compañero de viaje» («America's fellow traveler Nr. I») así como de
«antifascismo prematuro». Más incómoda era la situación de Erika, mucho más
radical que su padre, que había sido interrogada por el FBI como sospechosa de
agente a sueldo de Stalin y «miembro del partido». Así que finalmente, en julio
de 1952, decide instalarse definitivamente en Suiza.
Desde Suiza visitó
varias veces ambas partes de Alemania y recibió en cada una de ellas múltiples
homenajes, entre ellos el Premio Goethe (Alemania del Oeste) y el Premio
Nacional Goethe (Alemania del Este). También fue nombrado presidente de honor
de la Deutsche Schillerstiftung en Weimar (1953) y ciudadano de honor de su
ciudad natal, Lübeck (1955).
El 18 de julio de 1955,
mientras se encontraba en la localidad holandesa de Noordijk, Mann comenzó a
sentir un fuerte dolor en la pierna izquierda, por lo que se decidió su
traslado en avión a Zúrich. Aunque se le dijo que se trataba de una simple
«flebitis», la causa real había sido una trombosis que, en la mañana del 12 de
agosto, desembocó en el desgarro de la aorta abdominal. Murió a las ocho horas
de esa misma tarde acompañado de su hija Erika y de su mujer Katia.
Obra
Basada en la propia
familia de Mann, la novela Los Buddenbrook (en algunos de cuyos pasajes el
autor utiliza el bajo alemán, hablado en el norte del país) narra el declive de
una familia de comerciantes de Lübeck, a lo largo de tres generaciones.
En esta etapa inicial de
su obra centró la atención en la conflictiva relación entre el arte y la vida,
que abordó en Tonio Kröger, Tristán y La muerte en Venecia, y culminaría
posteriormente con Doctor Faustus. En La muerte en Venecia describe las
vivencias de un escritor en una Venecia asolada por el cólera; dicha obra
supone la culminación de las ideas estéticas del autor, que elaboró una
peculiar psicología del artista.
La montaña mágica (Der
Zauberberg, 1924), por su parte, cuenta la historia de un estudiante de
ingeniería que planea visitar a un primo enfermo en un sanatorio suizo con
objeto de hacerle compañía por espacio de tres semanas, que finalmente se
transforman en siete años. Durante este tiempo el protagonista, Hans Castorp,
pondrá en oposición a la medicina y su particular punto de vista sobre la
fisiología humana, se enamorará y trabará relación con multitud de interesantes
personajes, cada uno con su particular forma de ser e ideología política. A
través de todo ello, Mann hace repaso de la civilización europea contemporánea.
La novela, que empezó a escribir en 1913, muestra su evolución ideológica
durante aquellos años: terminada la guerra retomó la redacción reescribiendo
todo el material anterior e incorporó el impacto que le produjo la experiencia
bélica que había atravesado Alemania.
Mann fue laureado con el
Premio Nobel en 1929 principalmente en reconocimiento a la inmensa popularidad
que cosechó tras la publicación de Los Buddenbrook (1901) y La montaña mágica,
así como por sus numerosos relatos breves, aunque en el acto de entrega solo se
citó expresamente la primera de estas obras.
Novelas posteriores:
Carlota en Weimar (1939), en la cual Mann regresa al mundo retratado por Goethe
en Las desventuras del joven Werther (1774). En Doctor Faustus (1947), el autor
toma como referentes la antigua leyenda alemana de Fausto, así como sus
distintas versiones (Christopher Marlowe, Goethe), además de varios elementos
de las vidas y obra de Nietzsche, Beethoven y Arnold Schönberg. La novela narra
la historia del compositor Adrian Leverkühn, quien pacta con el diablo para
alcanzar la gloria artística. A través de la trágica figura de su protagonista,
Mann traza un depurado diseño de la corrupción de la cultura alemana de su
tiempo, que acabaría desembocando en los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Obra fundamental es la
tetralogía José y sus hermanos (1933–1942), una imaginativa versión de la
historia bíblica de José, relatada en los capítulos 37 a 50 del Libro del
Génesis. El primer volumen cuenta el establecimiento de la familia de Jacob, el
padre de José. El segundo relata la vida del joven José, que aún no ha recibido
los grandes dotes que le esperan, y su enemistad con sus diez hermanos, los
cuales acaban traicionándolo y vendiéndolo como esclavo a Egipto. En el tercer
tomo José se convierte en mayordomo de Putifar, pero acaba encarcelado al
rechazar las insinuaciones de la esposa de su benefactor. El último libro
muestra al maduro José en el cargo de administrador de los graneros de Egipto.
El hambre atrae a los hermanos de José a este país, y José organiza hábilmente
una escena para darse a conocer a aquellos. Al final, la reconciliación reúne
de nuevo a toda la familia.
Otra novela destacada es
Confesiones del estafador Felix Krull (1954), que quedó inconclusa a la muerte
del escritor, aunque iniciada cuando era joven escritor, recuperó la ironía
acerca de la naturaleza del ser humano que había caracterizado muchas de sus
obras precedentes.
Los diarios personales
de Mann, hechos públicos en 1975, revelan su lucha interna contra una
homosexualidad siempre latente, la cual halló reflejo en sus libros, muy
señaladamente en su conocida obra Muerte en Venecia (Der Tod in Venedig, 1912),
en la que el envejecido protagonista se enamora de un muchacho de catorce años
llamado Tadzio. En el libro de Gilbert Adair The Real Tadzio, se describe cómo,
en el verano de 1911, Mann se alojó en el Grand Hôtel des Bains de Venecia con
su mujer y un hermano, sintiéndose atraído por un niño polaco de once años,
llamado Władysław Moes. Considerado un clásico de la literatura homosexual,
Muerte en Venecia ha sido objeto de una película de Visconti y de una ópera de
Britten.
Alfred Kerr, crítico
alemán detractor del escritor, se refirió sarcásticamente a la novela, ya que
«hacía de la pederastia algo disculpable si era ejercida por las cultivadas
clases medias». Mann tuvo en su
juventud una estrecha relación con el joven violinista y pintor Paul
Ehrenberg de la que no se conoce su trascendencia. Sin embargo, el escritor
eligió casarse y tener familia. Sus obras también presentan otros temas
sexuales, como el incesto, en la obra El elegido.
En La muerte en Venecia,
por otra parte, asistimos al simbólico encuentro entre la belleza y la
resistencia al natural declive de la edad, la decadencia, ambas personificadas
en la figura de Gustav von Aschenbach, personaje que actúa al mismo tiempo como
metáfora del ideal de pureza del régimen Nazi (recordando a la vez la crítica
de Nietzsche del ascetismo tradicional, negador de la vida). Mann valoraba
igualmente las aportaciones de otras culturas; adaptó, por ejemplo, una antigua
fábula india a una de sus obras, Las cabezas trocadas.
El influjo de Nietzsche
en Mann es fácilmente detectable a lo largo de toda su obra, especialmente en
lo referente a las ideas de Nietzsche sobre la decadencia y las relaciones
entre enfermedad y creatividad. Las dos primeras contribuirían a remediar la osificación
a que había llegado la tradicional civilización de Occidente. De esta manera,
la «superación» a que alude Mann en la introducción de La montaña mágica y la
apertura a un mundo nuevo de posibilidades que se abren ante su protagonista,
el joven Hans Castorp, se producen en un contexto, en efecto, de enfermedad,
como es un sanatorio de montaña.
Su trabajo es el
registro de una conciencia vitalista abierta a múltiples posibilidades, es
decir, que expone muy bien las tensiones inherentes a la más o menos fructífera
contemplación de dichas posibilidades. Él mismo lo resumió del siguiente modo,
con motivo de la concesión del Premio Nobel: «El valor y la significación de mi
trabajo han de dejarse al juicio de la historia; para mí no tienen otro sentido
que una vida conducida conscientemente, es decir, concienzudamente».
Tomada
en su conjunto, la carrera de Mann es un ejemplo notable de la «pubertad
reiterada» que Goethe pensó característica del hombre de genio. Tanto en estilo
como en pensamiento, experimentó mucho más atrevidamente de lo que comúnmente
se supone. Con Los Buddenbrook asistimos a una de las últimas novelas al viejo
estilo, un paciente y detallista diseño de las fortunas e infortunios de una
familia.
(Henry
Hatfield, en Thomas Mann, 1962)
Novela
Ø 1901
Los Buddenbrook (Buddenbrooks – Verfall einer Familie)
Ø 1909
Alteza real (Königliche Hocheit)
Ø 1924
La montaña mágica (Der Zauberberg)
Ø 1933-1943
José y sus hermanos (Joseph und seine Brüder)
Ø 1933
Historia de Jacob (Die Geschichten Jaakobs)
Ø 1934
El joven José (Der junge Joseph)
Ø 1936
José en Egipto (Joseph in Ägypten)
Ø 1943
José el Proveedor (Joseph, der Ernährer)
Ø 1939
Carlota en Weimar (Lotte in Weimar)
Ø 1947
Doktor Faustus (Doktor Faustus)
Ø 1951
El elegido (Der Erwählte)
Ø 1953
El cisne negro (Die Betrogene: Erzählung)
Ø 1954
Confesiones del estafador Félix Krull (Bekenntnisse des Hochstaplers Felix
Krull. Der Memoiren erster Teil); inacabada
Narrativa
breve
Ø 1893
Visión (Vision)
Ø 1894
La caída (Gefallen)
Ø 1896
La voluntad de ser feliz (Der Wille zum Glück)
Ø 1897
La muerte (Der Tod)
Ø 1897
El pequeño señor Friedemann (Der kleine Herr Friedemann)
Ø 1897
El payaso (Der Bajazzo)
Ø 1898
Decepción
Ø 1898
Tobías Mindernickel (Tobias Mindernickel)
Ø 1899
El armario (Der Kleiderschrank)
Ø 1899
Venganza
Ø 1900
Luisita (Luischen)
Ø 1900
El camino al cementerio (Der Weg zum Friedhof)
Ø 1902
Gladius Dei
Ø 1902
Tristán (Tristan)
Ø 1903
Tonio Kröger
Ø 1903
Los hambrientos. Un estudio
Ø 1903
El niño prodigio (Das Wunderkind)
Ø 1904
Un instante de felicidad (Ein Glück)
Ø 1904
En casa del profeta (Beim Propheten)
Ø 1905
Hora difícil (Schwere Stunde)
Ø 1905
Sangre de Welsungos (Wälsungenblut)
Ø 1908
Anécdota (Anekdote)
Ø 1909
Accidente ferroviario (Das Eisenbahnglück)
Ø 1911
De cómo Jappe y Do Escobar se ensarzaron en una pelea (Wie Jappe und Do Escobar
sich prügelten)
Ø 1912
La muerte en Venecia (Der Tod in Venedig)
Ø 1918
Señor y perro (Herr und Hund; Gesang vom Kindchen: Zwei Idyllen)
Ø 1923
Tristán e Isolda (Tristan und Isolde)
Ø 1925
Desorden y penas tempranas (Unordnung und frühes Leid)
Ø 1930
Mario y el mago (Mario und der Zauberer)
Ø 1940
Las cabezas trocadas (Die vertauschten Köpfe – Eine indische Legende)
Ø 1943
La ley (Das Gesetz)
Ø 1953
La engañada (Die Betrogene)
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